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jueves, 24 de enero de 2013

Relato 45


Hola tributos!


Hoy os traigo el 
capitulo 45!

¡Que tarde se me ha hecho! Pero que sepáis que el capítulo es un poquito más largo de lo normal y espero que eso os guste ;)
La cosa está muy interesante y vosotros muy impacientes así que no me enrollaré mucho. Daros como siempre las GRACIAS y recordaros un par de cositas:

  1. Los capítulos se acabaron hasta el día 17 de Febrero que publicaré uno más largo para compensar. A no ser que pueda publicar entre medias que lo dudo muchísimo.
  2. La Lista de Blogs sé que está pendiente pero no sabéis el lio que tengo encima, los resultados están guardados así que tranquilos, que la lista se hará cuanto antes.
  3. Os dejo esta dirección, hacer click antes de leer el capítulo, creo que os resultará familiar http://es.audiomicro.com/tracks/dialog/143370



Y eso es todo! No quiero entretenerme para que podáis disfrutar de este capítulo, el cuál ojala os guste mucho.

¡Espero vuestra opinión!





Besitos de parte de vuestra escritora 



***


Salgo cuidadosamente y me dirijo hacia las hojas donde relleno los botellines. Cuando he acabado miro alrededor de la zona en busca de la chica que lanzó el cuchillo. No encuentro a nadie, no me cruzo con nadie, por nuestro bien espero que se haya ido lejos, no es bueno tenerla cerca. Por si acaso decido que mañana no deberíamos salir. Empiezo mi camino de vuelta atenta a cualquier movimiento, señal o tributo. Estoy nerviosa y si me siguen temblando así las manos de nada servirá lo buena que sea o deje de ser con el arco.

Entro de nuevo en la cueva y guardo los botellines junto a las provisiones. Miro a ver como se encuentra Finnick su respiración es tranquila y su pulso no es tan débil como antes, se recuperará de esta. Debe hacerlo.

Gale está sentado mirándome. Le cojo en brazos y me siento con él. Cojo el chaleco de Finnick ya que se lo tuve que quitar y hago lo mismo con el mío. Los coloco en el suelo, uno seguido de otro y le digo a Gale que puede tumbarse. Curioso me pregunta si no voy a tener frio y con una sonrisa le digo que no. Es raro que no haga preguntas sobre que ha ocurrido, debe estar agotado, al igual que lo estoy yo. Se acuesta y lo hago a su lado, espero que la noche sea más tranquila que el día hasta ahora.

Mi sueño es intranquilo, despierto varias veces en mitad de la noche. Siempre que lo hago desvío la mirada a Finnick que respira con mucha dificultad. Le cambio una vez más la camiseta de la frente y decido acostarme de nuevo a ver si consigo descansar un poco. No quiero pensar en él porque me hace pensar en si no estuviera. Cierro los ojos poco a poco hasta que el sueño me invade.

De repente me viene a la cabeza un recuerdo, sé que estoy dormida, sé que estoy soñando, pero esto lo he vivido antes. Yo era muy pequeña cuando lo viví. Estoy tumbada en mi cama, en casa, en el distrito 12. Papa me acaba de contar una bonita historia y me ha dado un beso de buenas noches, mama está esperando en la puerta y cuando papa se va, ella entra. Esta preciosa, recuerdo que llevaba el pelo suelto y un bonito camisón de encaje. Se apoya en mi cama y me da la buenas noches también, entonces la agarro de la mano y le pido que me deje la luz encendida, que tengo miedo. Y ella, con una sonrisa me dice que estoy a salvo, que no va a pasarme nada. Me da un beso y me susurra algo al oído. “No dejes que el miedo te impida vivir. Que las pesadillas no desvelen tus hermosos sueños y que nada de este mundo te quite la esperanza mi niña”. Después de decirme eso se levanta y se va, la luz quedó apagada y yo dormí tranquila esa noche, fue la primera vez que me enfrente a mis miedos.

¿Por qué recuerdo eso ahora? Me despierto empapada en sudor, qué querrá decir ese sueño, no he perdido las esperanzas, o tal vez sí que lo haya hecho. Aunque no estés aquí tú me sigues ayudando mama, sigues manteniéndome viva. Sigues encendiendo esa luz, pienso.

Como estoy despejada y dudo que nadie nos encuentre, cojo el arco y me dirijo al bosque. Es de noche y la mayoría de los tributos estarán durmiendo o de guardias así que es el mejor momento para cazar, estoy segura de que llevar una buena caza les alegrara el día. Le alegrará el día a Gale mejor dicho, y Finnick quizás, cuando despierte, pueda comer bien para recuperar fuerzas.

Camino despacio, sin hacer apenas ruido para no encontrarme con sorpresas. Llevo la cuerda del arco bien tensada y la flecha colocada. Tiemblo con cada ruido. Tensando cada músculo de mi cuerpo por miedo a que aparezca esa chica que intento matar a Finnick. Solo soy capaz de relajarme cuando me doy cuenta de que tan solo es el viento. Tengo el oído bien abierto para escuchar cualquier movimiento. Unas hojas se mueven a mi derecha. Giro tan deprisa como me lo permite el cuerpo, no pienso, solo reacciono.  No dudo en soltar la flecha. Me acerco despacio para comprobar a que he dado, puede que mañana nos demos un banquete. Retiro las hojas de los matorrales y veo mi flecha clavada en algo que no distingo muy bien por la oscuridad.

Me acerco con cuidado, ¿por qué me ocurre siempre esto? Temo a que haya dado esta vez. Coloco mi arco en la espalda.  Me preparo para obtener una nueva presa. Me acerco al matorral lentamente y lo aparto. Para mi sorpresa no es una presa, mi cara se llena de horror y no reacciono. No sé qué hacer, no sé cómo ayudar a la tributo que tengo delante. La reconozco, es Zoe, la chica que acompañaba a William a estos Juegos. En su distrito deben odiarme, no puedo creer que haya ocurrido esto. Qué pensará Panem de mi ahora, qué pensarán mis padres.

Veo mucha sangre, tanta que apenas se que hacer. Mi madre casi nunca hablaba de mi abuela, lo único que sé es que ella estaba en el Capitolio en un hospital. Sus enseñanzas me habrían venido realmente bien esta vez. Solo se me ocurre una cosa, saco mi cuchillo, veo su cara de horror pero la mía ahora solo muestra seguridad.

Veo como una lágrima cae por su mejilla, acerco el cuchillo a Zoe y rasgo un trozo de su camiseta. Su cara se transforma y pasa a un estado de alivio. Pensaría que iba a matarla, no la culpo, acabo de lanzarle una flecha. La doy la mano y asiento. La digo que voy a ayudarla, que siento lo ocurrido pero aún reconozco el miedo en sus ojos. Le saco la flecha. Un grito se escapa de su boca y hace que me estremezca por completo, unas lágrimas salen continuamente de sus ojos y recorren su hermosa cara, la sangre empieza a salir. Necesito tener seguridad en mi misma, cojo la camiseta y presiono la herida.

-Debes... debes irte –su respiración es cortada y sus palabras salen con dificultad
-No, tranquila. Te pondrás bien, te lo prometo.
-No… Amy yo venía a matarte, ellos me obligaron-las palabras no le salen, son susurros que apenas oigo ero que entiendo perfectamente. Me iba a matar. Ahora creo que es ella quien puede ver el miedo en mi rostro- ellos me obligaron… yo no quería… me obligaron… siento lo de Finnick…
-¿Quién Zoe? ¿Quién te obligo? –mi voz es fría, más de lo que quería. No, no puedo ser egoísta. Es igual, ahora no puedo preocuparme por eso, se está muriendo delante de mí. Mantengo la seguridad en mi voz tanto como puedo- No voy a dejarte aquí, no voy a alejarme, siento todo esto Zoe.
-Tienes que hacerlo… yo… Amy déjame morir –no doy crédito a sus palabras, sus ojos me miran- huye, se que Will te quería, si supiese lo que iba hacer… el no me hubiese perdonado. Tienes… Amy tienes que dejarme morir… yo… no quiero seguir viviendo… para mi… vivir aquí es estar muerta. Por favor… quiero…
-¡No! ¡No! ¡No! No te mueras… por favor

Sus ojos se cierran poco a poco, parece que el dolor ha desaparecido de su rostro. Su respiración cesa, sus latidos se paran, su corazón ya no tiene sangre que seguir bombeando, ella ya no tiene vida para seguir luchando. Un cañonazo suena. La he matado. No puedo creer que la haya matado. Y no es la primera persona que mato. La Arena te cambia, y ahora lo entiendo, lo entiendo todo.

Cierro sus ojos y me marcho, decido coger el cuchillo que lleva. No tiene nada más que me pueda servir de utilidad. Me alejo de ese lugar con mil preguntas sin respuesta y un temor intenso ya que alguien quiere acabar con mi vida, aunque teniendo en cuenta que estoy en la Arena tendría que tener asumido que quieren matarme.

miércoles, 23 de enero de 2013

¡Celebramos 7 meses!


Hola mis muy queridos tributos!

Lo primerísimo de todo antes de empezar con las buenas noticias deciros que estoy dejando mis deberes porque hoy cumplimos nada más y nada menos que 7 meses. ¡Increíble! ¿Qué hemos conseguido en este tiempo…. Bueno repasemos un poquito… 

P.D: dale a más información, al final de la entrada hay una sorpresa...

martes, 22 de enero de 2013

PLAGIO OTHER TIME


Hola tributos!

Os informo, hoy día 22 de enero a las 8 de la mañana en esta mini-entrada que nos han plagiado descaradamente. PLAGIO NO, GRACIAS. 
Osea, los capítulos TAL CUAL y encima se atreve a poner que su esfuerzo blablabla ¿PERDON? Miradlo vosotros mismos:





QUE CABREO DE VERDAD! ¿Lo veos normal?




Bueno, yo ya he dejado mi mini comentario a estas horas... ES QUE AGGGGGGGGGGGG que cabreo de verdad, si queréis pasaros por el blog tenéis la dirección arriba. Que pena....

Besitos de parte de vuestra CABREADA escritora.

viernes, 18 de enero de 2013

Relato 44


Hola tributos!

Hoy os traigo el capitulo 44!

Veo que tenéis ganas de leerlo, estaba ansiosa por publicarlo y ver que pensáis… Aunque hoy no me convence nada la forma de escribir, no se que me pasa, aún así espero que disfrutéis leyéndolo.

Quería daros las gracias porque ya hemos superado las 71.000 visitas y es algo increíble pues apenas tiene tiempo el blog. Estamos creciendo mucho últimamente y cada vez somos más. Y bueno, 44 capítulos ya… es muchísimo, no pensé que esto iba a durar tanto, ni que seríamos tantos ni me imaginé nada de esto... pero sencillamente, es genial. Lo que sí sé es que ahora va a durar mucho más, tengo muchas cositas preparadas, algunas os gustarán más y otras menos pero espero no decepcionaros.

He intentado hacer el capítulo más largo que otras veces, BASTANTE más largo (que sepáis que iba a cortarlo mucho antes para que quedase interesante pero bueno, al final os dejo más), espero que disfrutéis de él y que os guste, o por lo menos que no decidáis matarme ni nada por el estilo. Creo que es un capítulo lleno de sorpresas, de esos de ‘enero’ así que disfrutarlo porque espero que os guste.

Tuve una idea que comenté por twitter-> @Andrea_Everdeen (los de twitter sois ADORABLES de verdad, me encantan vuestras menciones) pero para los que no tenéis os lo digo ahora… ¡He pensado hacer un libro de recuerdos cuando la historia termine! Con imágenes y acontecimientos importantes etc ¿Qué os parece?

Dato aparte… tengo que actualizar páginas como la de historia completa y capítulos (ahora lo haré). También tengo que afiliar a los nuevos, lo digo por si no estáis aún. Y además, no sé si sabréis que acaba ya la votación de la Lista de blogs en dos horitas por lo que tengo que prepararlo todo.

Creo que eso es todo lo que tenía que decir, disfrutad del capítulo, y decidme que os ha parecido en un comentario.

¡Espero vuestra opinión!



Besitos de parte de vuestra escritora 
que espera sobrevivir a  esto 


***


La persona que se encuentra detrás de mí gira mi cuerpo y lo pone de frente al suyo sin soltar mis muñecas. Puedo notar el dolor en estas por la presión de sus manos. Ha dejado de tapar mi boca pero no voy a gritar, no puedo gritar, si Finnick o Gale salen descubrirán donde están y les matarán también.

Rezo porque Finnick tarde en beber toda el agua, así Gale no volverá pronto. Pienso en cuando vuelva, me verá… muerta. Empiezo a calmar mi respiración como puedo, asumiendo que voy a morir esta noche. El temor que recorre mi cuerpo se ha llevado toda la esperanza. Sigo esperando un cuchillo que se clave en mi estomago, el hierro cortando mi cuello. Espero una sensación de dolor o alguna señal que me diga que estoy muriendo. Tengo los ojos cerrados y no puedo evitar preguntarme qué me va a pasar. Pero estoy más preocupada por la vida de Gale más que por la mía. Le he fallado, al igual que he fallado a mis padres. No podré llevarlo a casa.  

Siento como baja su mano arrastrando mis muñecas hacia abajo y con la otra mano me levanta la barbilla. Estoy confundida, no sé que pretende. Tal vez vaya a cortarme el cuello. Trago saliva conteniendo toda mi rabia, todo el temor, el miedo a morir. Voy a abrir los ojos cuando noto que sus labios se juntan con los míos, reconociendo a la persona que me estaba sujetando.

Noto su boca presionando la mía. Suelta mis muñecas acariciándolas esta vez. Siento su mano en mi espalda que me empuja hacia él dejándonos cada vez más juntos. Puedo notar su respiración, los latidos de su corazón, los del mío. Apoyo una mano en su pecho, le empujo hacia atrás con la mayor fuerza que puedo haciendo que nuestros labios se separen. Recupero un poco el aire y me acerco despacio, ahora que estoy en frente le doy tan fuerte como puedo en la cara.

La histeria corre por mis venas bloqueando mi mente, desearía gritar. Un grito de rabia, de odio, por el miedo que he pasado, por el temor de poder perder mi vida, pero solo me sale un susurro.


-No puedo creer que me hayas hecho esto, pensé… pensé que iba a morir.
-Tranquila… yo… lo siento, no quise asustarte –se toca la cara con la mano, una marca rojiza comienza a aparecer en su rostro, después me mira sonriente, se pasa la mano por el pelo, se acerca de nuevo a mí  y me abraza- jamás te pasará nada malo mientras esté aquí, te lo prometo.


Mi respiración es agitada, me aferro con fuerza a su abrazo. El temor que había en mí ha sido sustituido por calma, pero el susto no se me ha ido del todo de mi cuerpo. Tener la sensación de morir hace que pienses en todo, en lo que no podrás tener, en lo que no podrás vivir, en quienes dejas atrás. Te hace pensar en todo menos en tu vida. Si hubiese sido de verdad, si un tributo me hubiese matado les habría perdido, les habría perdido a los dos. Pensar en todo eso ha hecho que me olvide de lo que ha ocurrido. Finnick me ha besado. Estamos en la Arena y él me ha besado. Tengo la cabeza y las manos apoyadas en su pecho y él me rodea con los brazos. Soy capaz de notar cada musculo debajo de su camiseta empapada. ¿Qué acaba de pasar con nosotros?

Un grito de Finnick me rescata de mis pensamientos. Un grito que acaba con una respiración dificultada. Abro los ojos asustada, con la mano le levanto la cara que ahora mira al suelo. Tiene la boca abierta e intenta respirar pero es incapaz de hacerlo. Sus piernas fallan y su cuerpo pierde el equilibrio, le agarro con fuerza y descubro lo que ha pasado. Su camiseta está teñida. Teñida de sangre.

Está apoyado en mi prácticamente, no es capaz de sostenerse solo. Miro mi mano empapada tras haber tocado su camiseta. Empiezo a temblar un poco pero soy capaz de controlar mi impulso y me tranquilizo. Miro  al frente, sé que un tributo acaba de lanzarle un cuchillo pero antes de que pueda reaccionar ella sale corriendo. Lo único que he podido observar es que era una chica y parecía asustada. El peso de Finnick recae cada vez más en mí. Incapaz de sostenerlo cae de rodillas y yo caigo con él, le apoyo boca abajo y miro su herida. El cuchillo se ha clavado muy adentro pero necesito sacarlo. Le giro un poco para poner ver su cara, su expresión es de dolor e intenta decir algo pero le faltan las fuerzas. Le miro decidida y respiro antes de sacar el cuchillo.

-Escúchame Finnick,  ahora no puedes irte, no puedes dejarme. Me tienes que prometer que nunca lo harás ¿está bien? Voy a sacarte el cuchillo y tú vas a apretar mi mano. Después te curaré la herida en la cueva, no te vayas ahora, por favor.  Ahora no.

Mi última palabra a penas era un hilo de voz, el asiente y yo le giro de nuevo. Agarro su mano y con la otra cojo el mango del cuchillo. Su mano debería estar apretando la mía pero no tiene suficiente fuerza, está demasiado débil.

Respiro hondo y tiro del cuchillo, sacándoselo de la espalda. Un grito ahogado se oye por toda la Arena. Lo observo y empiezo a pensar. El cuchillo no es como los que tenemos nosotros. Parece estar hecho de acero, es duro y resistente. Su forma se adapta perfectamente a su mano obteniendo así gran seguridad a la hora de utilizarlo. La hoja es puntiaguda. La forma curva sirve para concentrar toda la fuerza en un punto lo que hace fácil el corte sin necesitar un esfuerzo excesivo, es un cuchillo para combatir de cerca. Prácticamente el corte sería como el de un hacha, pero un cuchillo así no es para lanzarlo. Recuerdo las lecciones de Haymitch, no tiene ningún sentido que lo lanzase. Habría tenido más oportunidades utilizándolo de cerca que lanzándolo a la espalda. Bailo el cuchillo en mis manos distraída. Soy una ingenua, si que tiene sentido. Se le ha desviado, este cuchillo no iba a parar a su espalda, en el cuello lo habría matado al instante. Sea quien fuere esa tributo, tenía muy claro lo que quería hacer. El miedo entra de nuevo en mí, tenemos que alejarnos de allí cuanto antes. 

A Finnick se le empiezan a cerrar los ojos. No, esto no puede pasar. Me niego a que ocurra. Cargo a Finnick en mis hombros y lo levanto poco a poco, pesa mucho pero puedo con él. Le llevo un poco a rastras pero consigo llegar hasta la cueva. Lo tumbo en el suelo como puedo. Tengo que salir de nuevo fuera. 


Miro a Finnick y decido que cuanto antes salga antes volveré. Dado que no he puesto las ramas al venir ahora voy más rápido. Cuando estoy fuera miro a todos lados e intento darme prisa. Cojo los botellines llenos, el cuchillo y unas hojas grandes. Entro de nuevo corriendo y dejo todas las cosas. Me arrastro hasta donde se encuentra Finnick. Su cara empalidece por momentos.  Sonrío nerviosa reprimiendo las lágrimas y le quito la camiseta. Le seco con esta y le pido a Gale que se aparte del saco. Le tumbo encima. Gale al principio estaba asustado y con los ojos muy abiertos, pero estaba callado. Ahora no para de hacer preguntas, yo misma no paro de hacer preguntas. Siento que  mi cabeza va a estallar de un momento a otro.

Vuelvo a respirar hondo para calmarme. Tengo que actuar rápido, Haymitch siempre decía eso. Cojo un botellín y limpio la herida. Le pido a Gale la pomada y la reparto por toda la zona. Gale está atento a mis movimientos pero está en silencio sentado. Mojo también la camiseta y se la ato alrededor de la cabeza a Finnick para controlar su temperatura. Quito la venda que tengo en mi pierna, vuelvo a por otro botellín y la lavo hasta que está completamente limpia. Parto en cuatro cachos una de las hojas grandes y la coloco sobre la herida con la pomada. Giro un poco el cuerpo de Finnick apoyándolo un poco sobre mi rodilla. Comienzo a dar vueltas con la venda alrededor del cuerpo de Finnick, paso la venda por su pecho y hasta llegar a la herida y así las vueltas que llegan haciendo que la hoja con pomada quede bien apretada. Ato con un nudo sencillo la venda y doy por finalizado mi trabajo. Cuando acabo salgo a rellenar los botellines que había gastado. Llevo conmigo el arco con tan solo una flecha.



martes, 15 de enero de 2013


Hola tributos!

Bueno... la entrada de hoy es algo cortita, lo primero de todos deciros que nos queda NADA para las 70.000 visitas, que yo antes no me fijaba pero ahora que lo he hecho estoy flipando :O Es que no pensé que esto fuese a ir así y bueno, es increíble.

Segundo deciros que el capítulo de este viernes tengo muchas ganas de publicarlo porque… pff que mal esto de no poder decir nada… bueno, espero hacerlo un poquito más largo y a ver como reaccionáis.

Tercero, que últimamente estoy publicando muchos adelantos por el twitter del blog (@Andrea_Everdeen) por si queréis pasaros (y si eso ya... FOLLOW ME)

Cuarto, mañana tal vez me veáis por aquí de nuevo, con suerte os pongo por aquí un adelanto también si saco tiempo ¿vale?

Y por último, lo quinto de hoy no es ningún Finnick Odair en ropa interior, lo siento, pero son LOS PREMIOS EVERDEEN.
¿Os acordáis que pedí que me votaseis blablabla? Pues ganamos las tres nominaciones. Os dejo la maravilla que escribió sobre el blog para que lo leáis y en fin… que ilusión :’) ¡Muchas gracias a todos lectores! Sois verdaderamente una maravilla, no sé cuantas veces os lo he dicho pero es que esto para mi es… increíble…

lunes, 14 de enero de 2013

Fan-work (vídeo) + información + CF

Hola tributos!

La entrada de hoy es cortita, es programada como os dije (espero que funcione) porque hasta mañana no sabréis de mí :)

Hoy os traigo como os prometí el video como fan-work (ya sabéis que todo lo que hacéis para el blog lo publico así) Además os traigo unos avisos y unas imagenes de CF que está recorriendo twitter.

Por cierto, antes de pasar a la entrada en sí, ¿qué os pareció el capitulo?

jueves, 10 de enero de 2013

Relato 43


Hola lectores!

Hoy os traigo el capitulo 43!

Menudo día, no sé ni cómo he sacado tiempo para publicar. (Voy con prisas, no está repasado sino según lo escribí por lo que si hay fallos o está algo mal, lo siento) Bueno, creo que el capítulo de hoy es bastante interesante sobre todo al final pero supongo que ya opinaréis vosotros. Como os dije empiezan los capítulos de Enero….

Y como hoy es el cumpleaños de una escritora que me encanta, @Always_Almi (deberíais visitar su blog) le dedico con todo mi cariño este capítulo, un saludo enorme. Disfruta mucho de tu día y que lo pases rodeada de la gente que quieres.

Muchas gracias a todos los lectores de nuevo, porque sois increíbles y con cada comentario, correo, tweet… me sacáis muchas sonrisas y os aseguro que me dejáis cada vez más sorprendida cuando veo lo que me escribís.

Espero que os guste el capitulo, estoy impaciente por saber vuestras opiniones de este capítulo y de los que vienen :)

Por cierto, voy a desaparecer unos días pero tengo una entrada programada para que se publique sola con el video que hizo una tributo para el blog, algunas imágenes del rodaje de CF que seguramente hayáis visto pero bueno y algunos avisos.

¡Espero vuestra opinión!

Besitos de parte de vuestra escritora 


***


Nos sentamos alrededor de las brasas que Finnick utilizó para cocinar, el calor que sale de ellas es reconfortante, creo que hoy hace más frio que otros días y la humedad de la cueva no ayuda mucho. Todos estamos hambrientos, desgarramos los trozos de carne y los repartimos entre nosotros. Tengo que decir que a pesar de estar acostumbrada a las comidas que hacían en casa, lo que tengo entre las manos está bastante bueno. Sonrío con nostalgia al pensar que estaría mejor con un poco de pan del que horneaba cada día mi padre, pero supongo que jamás volveré a probarlo.

Finnick intenta animar un poco la cena, le dice a Gale que él conoce muchas historias que su madre le contaba de pequeño. Veo un destello en su mirada cuando menciona a su madre, tal vez algo de orgullo por ella pero sobre todo tristeza, me pregunto si tendré la misma mirada cuando pienso en mis padres. Mi hermano sonríe y con brillo en los ojos le pide que si le cuenta alguna. Me río porque sé que ahora no va a dejarle ni un segundo, pero Finnick parece encantado y le promete que cada noche le contará una historia para que se duerma. No puedo evitar pensar que Finnick sería un buen hermano mayor, por lo menos con Gale lo sería.

Acabo mi trozo y despejo mi mente para evitar pensar durante al menos lo que queda de día. Necesito estar distraída. Limpio la grasa de mis manos con algo de agua de uno de los botellines y bebo un poco. Seguidamente se lo paso a Finnick que hace lo mismo, y además le lava a Gale sus pequeñas manos. Veo que no ha sobrado nada así que hoy no guardaremos provisiones, intento no pensarlo pero cada vez tenemos menos.

El himno del Capitolio está sonando, Finnick se asoma a ver las caras de los tributos muertos. Yo me encargo de hacer que Gale se beba todo el agua que queda. Salgo a rellenar los botellines como cada noche, Gale me acompaña. Lo primero dejo todos en el suelo y empiezo a lavar a Gale entero, sobre todo la cara. A Gale le encanta jugar debajo de la lluvia y como no para quieto me cuesta lavarle. Después cojo un botellín del suelo y utilizo la hoja de siempre para que el agua escurra y caiga dentro del botellín, se lo doy a Gale y se lo acaba. La hoja está un poco lejos de la cueva y hay que andar pero tampoco es un camino muy largo asique no me da miedo que vaya solo. Utilizamos esas hojas por dos razones, la primera, es la forma más rápida para beber y llenar los botellines, la segunda, desde aquí no se ve la cueva, si un tributo nos encuentra es imposible que se imagine cual es nuestro refugio. Repito una vez más la acción con dos botellines cuando están llenos le mando a Gale a dentro para que se los de a Finnick, uno para beber y otro por si quiere lavarse. Relleno los que quedan, primero uno y cuando voy por el segundo una figura aparece detrás de mí. Me agarra por la cintura y me pone la mano en la boca. La última vez que alguien me hizo eso fue William pero esta vez no es él. Will murió. Él murió por mí.

La persona que hay detrás de mí agarra el botellín que tengo y lo tira al suelo. Intento soltarme y le doy un codazo tan fuerte como puedo en el estómago pero no parece que le haya hecho nada porque en seguida suelta mi cintura y con esa mano agarra mis dos muñecas apretándolas con fuerza. Un ligero pinchazo recorre mi brazo, siento como si la electricidad pasase por este y se extendiese por el resto de mi cuerpo. Intento soltarme, con el agua consigo resbalar un poco mis muñecas sin conseguir liberarme. Sin previo aviso el miedo invade mi cuerpo, lo recorre entero, como si fuese la sangre de mis venas. Intento que mi respiración siga su ritmo habitual pero soy incapaz de conseguirlo. Una lágrima cae por mi rostro confundiéndose con las gotas de agua que lo mojan. Siento el temor, no quiero morir. Pensé en mi muerte, en cómo sería pero en este momento soy incapaz de pensar que podría morir. Tendría que tenerlo asumido, estoy en la Arena, pero supongo que es algo que los tributos nunca podremos asimilar.

Comienzo a respirar con dificultad debido a la ola de temor que me invade. Cierro los ojos con miedo, esperando a que acabe pronto. Los recuerdos, las imágenes me vienen a la cabeza, las personas que más quiero, las preguntas, pero todo se vuelve oscuro y se va, dejando mi mente tranquila, esperando la muerte.



martes, 8 de enero de 2013

Información + premios


Hola lectores!

¿Qué tal vuestro día? Espero que bien, a pesar de que hoy empezaban para muchos las clases.
Para que veáis que no me olvido de vosotros os traigo una pequeña entrada que recoge de todo un poco ^^

viernes, 4 de enero de 2013

Relato 42


Hola tributos!
Hoy os traigo el capitulo 42!

¿Mi consejo? Disfrutad de él, he intentado que sea más largo como me pedisteis, puede que sea de los últimos tranquilos o el último… No quería decirlo pero vosotros mismos lo habéis descubierto y me lo habéis dicho en un comentario por lo que os doy la razón públicamente ;)

Sí bueno, básicamente es lo que tienen los capítulos de Enero. ¿Estabais impacientes? Nuevo Año, nuevas sorpresas, los siguientes os dejaran con ganas de matarme (o no, quien sabe) aunque espero que os gusten igualmente. Estoy planeando muchas cosas ahora, tengo ganas de escribirlas así que espero inspirarme un poco al menos...

¿Qué más deciros? Bueno, queda poco de vacaciones, esta historia se está extendiendo bastante y veo que eso os gusta así que seguiré escribiendo. Os avisaré con los exámenes como siempre aunque intentaré tener algo preparado de todas formas.  

Hemos crecido mucho, ni me había fijado en cuántos me leéis ya desde hace unos días y sois muchos más ahora. Espero que sigáis leyendo, que no os disgusten los capítulos y que sigáis disfrutando de la lectura todos.

Y mil gracias a todos por esos comentarios tan increíbles ;)

Besitos de parte de vuestra escritora

***


Me siento tranquila a esperar. Pasados diez minutos me he levantado varias veces, he colocado las provisiones, he limpiado mi arco y he contado las flechas en cuatro ocasiones, también he estirado el saco y me he asomado a la entrada un par de veces. Cualquiera diría que estoy nerviosa por algo, pero no. Inquieta es la palabra. Juego con mis dedos. Me fijo en que son como los de mi madre finos y largos,  nerviosa, entrelazándolos, apretando mis uñas fuerte contra mi piel, esperando que el daño se lleve mi nerviosismo. Pero no lo hace. Al final acabo sentada encima del saco con Gale y recordando historias de hace unos años. Me invento que hace poco hablé con nuestros padres y con Haymitch, le cuento que nos echan de menos, que tienen muchas ganas de que ganemos el Juego y que están deseando que volvamos a casa. También le digo que cuando volvamos Gale ha dicho que  le enseñará juegos con las cuerdas y también trampas, ya que ha visto por la televisión de casa que le gustan mucho. Eso es lo que imagino que más o menos nos dirían, pero dudo que ellos quieran que se acabe el Juego. Si se acaba es porque hay un vencedor. Uno solo.

Me quedo tranquila, con la vista perdida en un punto y empiezo a pensar en silencio, relajada. No sé cuánto tiempo lleva Gale sin ver el sol, decido hacer algo que resulta arriesgado pero no creo que tenerle encerrado sea bueno para él. Primero retiro las ramas y salgo para comprobar que no hay nadie. Cuando veo que la zona está despejada dejo que Gale salga y que corra un poco cerca de la entrada, me coloco en una posición en la que pueda ver cualquier cosa que sucediese y tenso la cuerda de mi arco, preparada. Le explico que si le digo que corra debe volver a la cueva sin mirar atrás y pase lo que pase, pero como estamos al lado no me preocupa realmente que tarde, en cambio hay otras muchas cosas que me preocupan. Como entiende todo perfectamente me relajo por un segundo, le hago una seña con la cabeza y sujeto con más fuerza mi arco, sé que es la única oportunidad que tendría en una lucha. Veo que se queda parado entre unos matorrales y me acerco para ver qué ocurre.

Me señala unas bayas que recuerdo perfectamente de la máquina que se encontraba en la sala de entrenamientos. Una vez más mi hermano me sorprenda, comenzamos a recolectar unas pocas. Utiliza la camiseta para guardarlas porque no hemos traído la mochila. Las coge divertido y de vez en cuando le veo comiéndose alguna. Cuando lo hace le hago cosquillas y se ríe como cuando era más pequeño. Seguimos recogiendo bayas durante unos minutos. Cuando me quiero dar cuenta tiene la camiseta llena. Decido que lo mejor es acercarnos a la cueva y dejarlas. Al llegar Gale me pide entusiasmado que  volvamos a por más así que cogemos la otra mochila y salimos de nuevo, no sin antes comprobar que no hay tributos cerca. Le gusta recolectar bayas, y mientras lo hace sonríe. Me sorprende ver como algo tan simple puede hacer feliz a un niño. De vez en cuando dejo de vigilar y cojo unas pocas yo también. La parte de debajo de la mochila comienza a taparse y eso me hace pensar que las bayas no nos vendrán nada mal.
Vemos que Finnick se acerca con la mochila llena de ramas, respiro un tanto aliviada, le hago una señal para que nos vea, al principio se sorprende pero no tarda en comprender porque le he sacado de la cueva.

Aún así, lo mejor es volver dentro cuanto antes. Finnick se acerca hasta donde estamos nosotros y me mira, después le coge en brazos y yo cojo la mochila. Me la coloco en la espalda y tenso la cuerda del arco de nuevo, sujetando mi flecha por si alguien decidiese aparecer. Cuando llegamos a la entrada me relajo, quito las ramas y dejo que pasen primero. Después coloco todo como siempre y dejo el arco en su sitio.
Finnick saca las ramas y las coloca en el montón, el cual ha crecido notablemente. Agradezco que haya decidido salir. En la mochila no caben muchas pero desde luego tenemos para varios días, y eso es suficiente. Metemos en la mochila todas las bayas que recogimos anteriormente y las dejo a un lado para comerlas por la mañana.

Nos sentamos de nuevo los tres, algo distraídos. Parece que la tarde de hoy transcurre deprisa. Una parte de mi quiere salir a cazar algo para reservar mas provisiones, la otra me dice que no mas riesgos por hoy. Al final algo dentro de mi me pide a gritos que descanse así que mientras Finnick juega con Gale me tumbo un rato y dejo que el sueño me invada cerrando los ojos. Consigo dormirme con las risas de Finnick y Gale de fondo, y por una vez, no tengo horribles pesadillas en la que la sangre es el color que tiñe el cielo de la Arena.

Al despertarme veo que ellos tampoco han aguantado. Gale esta tumbado sobre Finnick que está apoyado en la pared de la cueva y le tiene abrazado. Ambos están dormidos, aunque tienen una sonrisa en el rostro. Tenían que estar agotados para quedarse dormidos así. Me asomo a la entrada y veo que ya ha anochecido. Últimamente está todo muy tranquilo y dudo que el Capitolio lo permita mucho tiempo. Me da miedo lo que puedan estar planeando, solo espero que la tranquilidad dure al menos un par de días más. Me acerco a ellos con cuidado y les intento despertar con delicadeza. Como veo que no funciona, cojo un botellín y hecho un poco de agua en mis dedos. Me acerco de nuevo y les salpico un poco a cada uno. Sobresaltados abren los ojos y mientras Gale se ríe, Finnick me mata con la mirada. Las gotas de agua caen por su cara bajando por su cuello. Se seca la cara y me mira juguetón pero antes de que diga nada, Gale grita que  tiene hambre y con un bostezo se levanta y sale corriendo a por unas ramas.

Es hora de que comamos algo, pienso. Enciendo el fuego con una cerilla, veo que la caja tiene cada vez menos, pero no recuerdo que hayamos gastado tantas. He estado tan pendiente de la comida que no me he fijado en que las cerillas también son importantes. Antes de apagar con la bota el fuego nos calentamos todos un rato. Cuando nuestras manos ya no están frías apago el fuego ya que es peligroso que alguien vea desde fuera la cueva alumbrada.

Finnick se acerca a las provisiones, se agacha y escoge algo. Veo que empieza a cocinar una de nuestras presas, no me fijo mucho porque realmente no me importa que comamos. Tan solo el hecho de poder comer algo es lo que me importa. Me siento con Gale mientras Finnick cocina y comienzo a cantar en bajo con él las canciones que mi madre le solía cantar. Gale recuerda algunos fragmentos y los canta conmigo sonriente, al final cuando acabamos me pide que le cuente un cuento como hacía mi padre cada noche así que no me queda más remedio que ponerme a recordar. Empiezo a contarle la historia que más me gustaba escuchar cuando era niña. Eso me recuerda a mi casa, a mis padres. Una punzada atraviesa mi pecho convirtiendo en dolor la nostalgia pero me centro en la historia que ahuyentaba de noche mis pesadillas. Supongo que hace que me olvide de todos los problemas, de todo mí alrededor porque cuando me quiero dar cuenta Finnick nos está diciendo que ya podemos comer. No sé cuánto tiempo habrá pasado. Gale no me deja ir hasta que no le cuento el final de la historia pero le digo que nos quedan muchas noches juntos y que otro día acabaré de contársela. Solo espero que sea verdad, que nos queden muchos días juntos.

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Por cierto, ¿me ayudáis? Sería importante para mí. Votad a los juegos del hambre continúan en este blog