Hola tributos!
Hoy
estoy histérica, no sé si eso es bueno o malo porque tan pronto estoy en lo más
alto como en lo más bajo. Pero bueno, hoy me he levantado con tiempo y ganas de
publicar así que aquí me tenéis escribiendo esta entrada. ¡Sorpresa, hoy es viernes!
Ahora
sin entretenimientos tengo que deciros algo importante....
Lo cierto es que no creo que os haga mucha gracia.
Hasta día de hoy me
habéis seguido, leído, me habéis dicho cosas absolutamente maravillosas en
vuestros comentarios y os lo agradezco, pero lo cierto es que he decidido dejar
el blog. No podía hacerlo sin dejaros al menos un capítulo más por lo que aquí
lo tenéis. Lo siento, siento dejar así el blog.
Hoy
os traigo el capitulo 41!
Espero que os guste, disfrutéis de él y bueno, lo que siempre os digo.
Saludos de vuestra escritora y felices fiestas
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Corremos
sin tener en cuenta nada. Ni las ramas que rasgan nuestros brazos dejando ver
un hilo de sangre, ni las presas que podríamos cazar que salen corriendo cuando
pasamos, absolutamente nada de eso está en mi cabeza. Tan solo soy capaz de
imaginarnos llegando a la cueva tranquilos.
Las
imágenes de Finnick en el suelo y mi hermano solo esperando me atormentan. Si
morimos él no sabrá que hacer, no puedo permitirme que algo así ocurra. Veo la
explanada que hay delante de nosotros. Los arbustos que recorren la parte baja
de la colina. Y la entrada, ocultada, de nuestra cueva.
<<Si alguien
nos ha seguido sería imprudente entrar a la cueva sin más>>
Me
paro en seco y busco un árbol para subirme y comprobar que nadie nos ha
encontrado, cuando estoy segura bajo con cuidado. Tras mi última experiencia apoyo bien ambos
pies. Al llegar al suelo Finnick está relajado. Le encuentro apoyado en un
árbol, una de sus piernas está doblada y la usa de apoyo. Tiene la cabeza
apoyada en el tronco y está jugueteando con un cuchillo. Es irritante verle tan
tranquilo, me pone nerviosa. Suspiro y empiezo a caminar a la cueva. Cuando se
da cuenta, él me sigue. Al final entramos tranquilamente.
Gale
parece haberse quedado dormido del aburrimiento, o tal vez no se haya
despertado. Me gustaría hacer algo por él aquí, pero las opciones son muy
limitadas.
Mientras
Finnick tapa la cueva dejo lo que hemos traído y coloco mi arco cerca de mi
sitio, por si acaso.
Mi
plan de caza no ha salido como esperaba pero podemos salir más tarde, o quizás
otro día. De todas formas tenemos comida suficiente de momento para mantenernos
con vida. Ayer sobró conejo por lo que me acerco a las provisiones, busco lo
que sobró y cuando lo encuentro, retiro del plástico la carne fría y la reparto
entre nosotros.
Pienso
en el error que he cometido hoy, he bajado la guardia y aunque no ha pasado
nada, podría haber pasado. He sido una insensata al pensar que podría convertir
la Arena en algo mejor. La idea de que pudiese haber ocurrido algo me
atormenta. Aunque lo cierto es que no me arrepiento del todo, tengo un bonito
recuerdo para recordar. He enseñado a Panem que aquí no nos rendimos, y que
seguimos luchando para recuperar nuestras vidas. Les he regalado a mis padres
la oportunidad de verme sonreír de nuevo. He disfrutado cazando como lo hacía
cuando cazaba con mi madre. Tal vez el momento de angustia que he pasado no ha
sido tan malo para todo lo bueno que me he llevado a cambio.
Llamo
a mi hermano y le doy el trozo que me corresponde, yo me quedo con el suyo que
es algo más pequeño. A Finnick le doy la parte más grande, no dejo que vea mi
trozo porque sé que si no intentará que se lo cambie. Tampoco tengo demasiada
hambre, el nudo que hace escasas horas ocupaba mi estomago no ha dejado mucho
espacio para la comida.
Como
sin ganas, en cambio la sed que tengo hace que mi garganta arda. Decido beber
un poco de agua de uno de los botellines. Cuando me acerco a por ellos me doy
cuenta de que apenas quedan ramas para encender el fuego de por la noche. Miro
a Finnick y él parece darse cuenta.
-Salgo
yo, cuando acabemos de comer.
-No
puedes ir solo
-Amy,
ni siquiera voy a alejarme, iré donde solemos rellenar los botellines y cogeré
algunas ramas. Volveré en menos de media hora.
-Está
bien, pero llévate varios cuchillos, y la mochila para meter las ramas.
Necesitarás tener los cuchillos a mano si alguien te ataca.
-Deja
de preocuparte tanto, nadie nos ha atacado todavía.
-Siempre
hay una primera vez Finnick, llévate los cuchillos.
Entiende
que es mi última palabra así que cuando acaba su trozo de conejo se quita la
grasa de las manos con un poco de agua y acto seguido se levanta a por la
mochila y los cuchillos. Veo como sale de la cueva e imagino por lo que pasa él
cada vez que yo lo hago.
<<Si en media hora no vuelve, saldré yo>>
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P.D: ¿Qué os ha parecido el capitulo?
Bah, ¡esta
historia no acaba así!
Feliz día de los inocentes mis tributos, no me odiéis
por esto ;)
Ah, casi se me olvida, espero que nos
veamos de nuevo por aquí y ya sabéis lo que pasará en Enero. La lista y los
capítulos asdfghj. (Llegarán antes pues este capitulo lo tenía previsto para la
primera semana de enero, tenéis mucha suerte)
Hasta
entonces... un saludo enorme a todos.