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viernes, 28 de diciembre de 2012

Relato 41


Hola tributos!

Hoy estoy histérica, no sé si eso es bueno o malo porque tan pronto estoy en lo más alto como en lo más bajo. Pero bueno, hoy me he levantado con tiempo y ganas de publicar así que aquí me tenéis escribiendo esta entrada. ¡Sorpresa, hoy es viernes!

Ahora sin entretenimientos tengo que deciros algo importante.... 
Lo cierto es que no creo que os haga mucha gracia.
Hasta día de hoy me habéis seguido, leído, me habéis dicho cosas absolutamente maravillosas en vuestros comentarios y os lo agradezco, pero lo cierto es que he decidido dejar el blog. No podía hacerlo sin dejaros al menos un capítulo más por lo que aquí lo tenéis. Lo siento, siento dejar así el blog.

Hoy os traigo el capitulo 41
Espero que os guste, disfrutéis de él y bueno, lo que siempre os digo.


Saludos de vuestra escritora y felices fiestas
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Corremos sin tener en cuenta nada. Ni las ramas que rasgan nuestros brazos dejando ver un hilo de sangre, ni las presas que podríamos cazar que salen corriendo cuando pasamos, absolutamente nada de eso está en mi cabeza. Tan solo soy capaz de imaginarnos llegando a la cueva tranquilos.
Las imágenes de Finnick en el suelo y mi hermano solo esperando me atormentan. Si morimos él no sabrá que hacer, no puedo permitirme que algo así ocurra. Veo la explanada que hay delante de nosotros. Los arbustos que recorren la parte baja de la colina. Y la entrada, ocultada, de nuestra cueva.

<<Si alguien nos ha seguido sería imprudente entrar a la cueva sin más>>

Me paro en seco y busco un árbol para subirme y comprobar que nadie nos ha encontrado, cuando estoy segura bajo con cuidado.  Tras mi última experiencia apoyo bien ambos pies. Al llegar al suelo Finnick está relajado. Le encuentro apoyado en un árbol, una de sus piernas está doblada y la usa de apoyo. Tiene la cabeza apoyada en el tronco y está jugueteando con un cuchillo. Es irritante verle tan tranquilo, me pone nerviosa. Suspiro y empiezo a caminar a la cueva. Cuando se da cuenta, él me sigue. Al final entramos tranquilamente.

Gale parece haberse quedado dormido del aburrimiento, o tal vez no se haya despertado. Me gustaría hacer algo por él aquí, pero las opciones son muy limitadas.

Mientras Finnick tapa la cueva dejo lo que hemos traído y coloco mi arco cerca de mi sitio, por si acaso.

Mi plan de caza no ha salido como esperaba pero podemos salir más tarde, o quizás otro día. De todas formas tenemos comida suficiente de momento para mantenernos con vida. Ayer sobró conejo por lo que me acerco a las provisiones, busco lo que sobró y cuando lo encuentro, retiro del plástico la carne fría y la reparto entre nosotros.

Pienso en el error que he cometido hoy, he bajado la guardia y aunque no ha pasado nada, podría haber pasado. He sido una insensata al pensar que podría convertir la Arena en algo mejor. La idea de que pudiese haber ocurrido algo me atormenta. Aunque lo cierto es que no me arrepiento del todo, tengo un bonito recuerdo para recordar. He enseñado a Panem que aquí no nos rendimos, y que seguimos luchando para recuperar nuestras vidas. Les he regalado a mis padres la oportunidad de verme sonreír de nuevo. He disfrutado cazando como lo hacía cuando cazaba con mi madre. Tal vez el momento de angustia que he pasado no ha sido tan malo para todo lo bueno que me he llevado a cambio.

Llamo a mi hermano y le doy el trozo que me corresponde, yo me quedo con el suyo que es algo más pequeño. A Finnick le doy la parte más grande, no dejo que vea mi trozo porque sé que si no intentará que se lo cambie. Tampoco tengo demasiada hambre, el nudo que hace escasas horas ocupaba mi estomago no ha dejado mucho espacio para la comida.

Como sin ganas, en cambio la sed que tengo hace que mi garganta arda. Decido beber un poco de agua de uno de los botellines. Cuando me acerco a por ellos me doy cuenta de que apenas quedan ramas para encender el fuego de por la noche. Miro a Finnick y él parece darse cuenta.

-Salgo yo, cuando acabemos de comer.
-No puedes ir solo
-Amy, ni siquiera voy a alejarme, iré donde solemos rellenar los botellines y cogeré algunas ramas. Volveré en menos de media hora.
-Está bien, pero llévate varios cuchillos, y la mochila para meter las ramas. Necesitarás tener los cuchillos a mano si alguien te ataca.
-Deja de preocuparte tanto, nadie nos ha atacado todavía.
-Siempre hay una primera vez Finnick, llévate los cuchillos.

Entiende que es mi última palabra así que cuando acaba su trozo de conejo se quita la grasa de las manos con un poco de agua y acto seguido se levanta a por la mochila y los cuchillos. Veo como sale de la cueva e imagino por lo que pasa él cada vez que yo lo hago. 
<<Si en media hora no vuelve, saldré yo>> 

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P.D: ¿Qué os ha parecido el capitulo? 

Bah, ¡esta historia no acaba así

Feliz día de los inocentes mis tributos, no me odiéis por esto ;)

Ah, casi se me olvida, espero que nos veamos de nuevo por aquí y ya sabéis lo que pasará en Enero. La lista y los capítulos asdfghj. (Llegarán antes pues este capitulo lo tenía previsto para la primera semana de enero, tenéis mucha suerte) 


Hasta entonces... un saludo enorme a todos.