ANTOLOGÍA POÉTICA
SYLVIA PLATH
TRADUCCIÓN: RAQUEL LANSEROS
NAVONA EDITORIAL
175 PÁGINAS
Los Ineludibles de Navona van consolidándose como una selección de joyas de la literatura que todo el mundo debería conocer. Y por supuesto leer, además de coleccionar las bonitas ediciones en tela de colores. Buenas obras hay en todos los géneros y por ello apuestan por la variedad sin olvidarse de la poesía ni del ensayo. De la realidad a la ficción, de la fantasía a la oscuridad y de la política a la intimidad. Un abanico de colores como es esta "Antología poética" de Sylvia Plath.
En los últimos años suena con fuerza el nombre de Plath, las editoriales recuperan sus letras reeditando poemas y novelas para que su figura no quede en el olvido. Tanto el silencio como el olvido no son buenos aliados, por ello, lo esencial es la visibilidad y el reconocimiento. Y a esta autora el éxito le llegó tras su muerte, aunque en vida publicó un poemario y su conocida novela, " La campana de cristal".
Sylvia Plath se quitó la vida, a los 30 años, metiendo la cabeza en el horno e inhalando el monóxido de carbono. Ese final cruel y a una edad tan temprana es indicio de la tormentosa vida de esta chica. Las desgracias familiares la marcaron y desde adolescente vivía bajo la sombra invisible de la depresión, anteriormente ya intentó suicidarse, y padecía trastornos bipolares. Lo que pensaba su cabecita enferma lo escribía con una lucidez inusual, siendo capaz de brillar en cada poema a pesar de compartir versos tristes.
Esta antología publicada por Navona es una recopilación realizada por Ted Hughes. Si alguien conocía bien a Sylvia Plath era su marido, quién seleccionó los poemas y los ordenó en orden cronológico. Así la lectura avanza al ritmo del deterioro mental que nos priva de seguir disfrutando de esta autora y de su visión feminista.
Una edición bilingüe compuesta por cuarenta y cinco poemas traducidos por Raquel Lanseros. Un trabajo complicado, el mantener la esencia original de cada poema, para que llegue al lector con la misma naturalidad y entereza con la que fue escrito. Cada verso tiene muchos matices arraigados al idioma madre y al momento personal en que se escribió, por ello es un gran reto desnudar a Plath y ofrecernos una visión tan fiel.
El primer poema, La señorita Drake se dispone a cenar, es como un espejo donde vemos reflejada a una chica enferma desde un hospital. Una imagen muy significativa de la soledad que marcan estos versos, de la flor marchita de su juventud, de su helada mente y corazón roto siguiendo la estela de Virginia Woolf.
Las colinas se adentran en la blancura.
La gente o las estrellas
Me miran con tristeza, las decepciono.
Los años de vida de Plath fueron un camino serpenteante, dónde la propia autora tiene plena conciencia de que no actúa como se espera de ella. Sus ideas no comulgan con una sociedad machista y a raíz de su enfermedad decide desaparecer, al no tener las fuerzas necesarias para seguir luchando contra lo imposible. Y no duda en pedir disculpas por cada paso dado en el pasado y por las fatídicas decisiones tomadas. Pasos que la convierten en una escritora y poeta universal.
Cada verso cruje como la madera carcomida, duele como un arañazo y corta la respiración. Y a pesar de ello, hay magia en las palabras que impregnan cada poema de una belleza extraordinaria. Un poemario que requiere un momento vital dulce para no hundir al lector en la depresión de estas estrofas.