El autor: Charles Dickens nació en Posmouth ( Reino Unido) en 1812, tuvo que abandonar la escuela en Londres después de dos años y medio formándose debido a que su padre había sido encarcelado por deudas; esto no impidió que Dickens siguiera cultivándose de forma autodidacta, en especial devorando novelas picarescas y de aventuras. No tuvo más remedio que compaginar su pasión con la necesidad de trabajar en una fabrica de calzado desde niño, algo que marcaría su preocupación por las condiciones de vida de las clases más humildes.
Con el paso de los años, Dickens aprendió taquigrafía y pudo empezar a ganarse la vida como escritor.Empezó a redactar crónicas en tribunales, logró un puesto como periodista parlamentario y, por fin publicó una serie de artículos inspirados en la vida cotidiana de Londres, recogidos en español habitualmente como Cuentos de Boz, en alusión al seudónimo que empleaba entonces Dickens.
El mismo año se casó con Catherine Hogarth, hija del director del Morning Chronicle, el periódico que difundió entre 1836 y 1837 el folletín Los papeles póstumos del club Pickwick y los posteriores Oliver Twist y Nicholas Nickleby. La publicación por entregas de prácticamente todas sus novelas creó una relación especial con su publico, sobre el cual llegó a ejercer una importante influencia, y en sus novelas se pronunció de manera más o menos directa sobre los asuntos de su tiempo.
En estos años, evolucionó desde un estilo ligero a la actitud socialmente comprometida de Oliver Twist. Estas primeras novelas le proporcionaron un enorme éxito popular y le dieron cierto renombre entre las clases altas y cultas, por lo que fué recibido con honores en Estados Unidos. Sin embargo pronto se desengaño de la sociedad estadounidense, al percibir en ella todos los vicios del Viejo Mundo. Sus criticas reflejadas en Martin Chuzzlewit, indignaron en Estados Unidos, y la novela supuso el fracaso más sonado de su carrera en el Reino Unido. Sin embargo, recuperó el favor de su publicó en 1843, con la publicación de Canción de Navidad.
Su etapa de madurez se inauguró con Dombey e Hijo, 1848, novela con la que alcanzó un control perfecto de los recursos novelísticos y cuyo argumento planifico hasta el último detalle, con lo que superó la tendencia a la improvisación de sus primeros títulos.
en 1949 fundó Houseold Word, semanario en el que, además de difundir textos de autores poco conocidos, como su amigo Wilkie Collins, publicó Casa desolada y Tiempos difíciles, dos de las obras más logradas de su producción.
A pesar de los diez hijos que tuvo en su matrimonio, las crecientes dificultades provocadas por las relaciones extramatrimoniales de Dickens condujeron finalmente al divorcio en 1858, al parecer a causa de su pasión por una joven actriz, Ellen Teman, que debió ser su amante.
La gira que inició en 1867 por Estados Unidos confirmó su notoriedad mundial, así , fue aplaudido en largas y agotadoras conferencias, entusiasmó al publico con la lectura de sus obras incluso llegó a ser recibido por la reina Victoria poco antes de su muerte, ocurrida el 9 de Junio de 1870.
Argumento: Los papeles póstumos del club Pickwick de Charles Dickens, constituye uno de los grandes hitos de la literatura universal. Se trata de la primera novela del autor, que empezó a publicarse por entregas en 1836, cuando tan solo contaba veinticuatro años.
Las aventuras de Samuel Pickwick y Sam Weller se convirtieron en un éxito arrollador y supusieron la metamorfosis de un joven periodista mal pagado en el gran novelista del siglo XIX inglés, cuando despuntaban las primeras luces de la era victoriana. Los inolvidables miembros del absurdo club Pickwick protagonizan aquí, según la generosa tradición de Cervantes, una infinita sucesión de aventuras divertidas, tristes, transidas siempre de una amabilidad nunca igualada.
Análisis de la novela y opinión personal: Mr Pickwick presidente a perpetuidad del club del mismo nombre, es comisionado por los demás miembros de dicho club para que junto a sus compañeros Mr Tupman, Mr Snodgrass y Mister Winkle realice un viaje por Inglaterra para investigar la naturaleza humana.
El viaje, que será sufragado por los propios investigadores, no tendrá una duración determinada y la única condición es que informen puntualmente de sus aventuras y observaciones.
Acompañando a otros cuatro personajes, cinco si contamos a San Weller, el criado de Mr Pickwick que se incorpora en el capítulo diez de la novela, recorreremos la apacible campiña inglesa, sus posadas y casas particulares, para participar en partidas de caza, cenas a la luz de la chimenea, navidades típicas, desfiles militares, patinaje sobre hielo, picnic, campañas electorales, para trasladarnos posteriormente a las calles de Londres, sus despachos de abogados, el juzgado, incluso la prisión de deudores y vivir con los protagonistas mil y una aventuras, trágicas unas, cómicas otras, pero interesantes todas ellas, que nos permitirán conocer lo mejor y lo peor de la naturaleza humana, narradas con el particular estilo del autor.
Publicada en entregas durante los años 1836 y 1837, Los papeles póstumos del club Pickwick, no es una novela al uso, los episodios que se cuentan en cada uno de los cincuenta y siete capítulos en que se divide, son absolutamente independientes, aunque comparten personajes ( además de los protagonistas) y un orden cronológico.
Con una narración en apariencia amable, benévola y humorística, la historia encierra una acerada crítica a la sociedad victoriana, en la que Dickens no deja títere con cabeza: desde el sistema judicial, cuyos desmanes sufrió el autor en su más tierna infancia, y encarnada por jueces, abogados y procuradores desaprensivos, las prisiones para deudores, la corrupción de la clase política y el periodismo, pasando por la aristocracia, el clero, la industrialización salvaje, la falta de educación y las penurias de las clases más desfavorecidas.
Muchos son los personajes que nos encontramos en las páginas de esta novela y hablar de todos sería imposible, pero no me resisto a comentar algo sobre mis favoritos: Mr Samuel Pickwick, un anciano caballero, bondadoso e ingenuo, al que resulta imposible ver el mal en los demás ( salvo tal vez en Dodson y Fogg), una especie de Don Quijote gordo y con gafas, que viaja haciendo el bien, incluso a aquellos que se aprovechan de él y lo ridiculizan.
San Weller: su peculiar criado y una fuente inagotable de divertidos proverbios y consejos idiosincráticos. En principio su aparición iba a ser temporal, pero tuvo tanto éxito, que se incorporó como uno de los personajes principales.
Augustus Snodgrass: joven compañero de Mr Pickwick, poeta reconocido, aunque no se sabe que haya escrito ningún poma.
Nathaniel Winkle: otro de los compañeros de viaje, declarado deportista, aunque bastante patoso y peligrosamente inepto en el manejo de armas y caballos.
Tracy Tupman: el último del peculiar quinteto, galán maduro, que para su edad se considera irresistible para las damas.
Alfred Jingle: actor ambulante y charlatán, conocido por contar anécdotas extrañas con un estilo desarticulado y extravagante.
Job Trotter: su criado y amigo, su mansa apariencia oculta a un tipo de cuidado.
Sr Wardle, propietario de Dingley Dell, amigo de Mr Pickwick, al que conoció en Rochester, en un desfile militar.
Benjamin "Ben Allen y Robert "Bob" Sawyer: peculiares sierrahuesos ( médicos), bastante juerguistas y disipados.
Jose " El chico gordo": un muchacho que consume ingentes cantidades de comida, y que se duerme en cualquier sitio y momento del día, dando lugar a divertidísimas anécdotas.
Dodson y Fogg: procuradores, representantes de todo lo que funciona mal en el sistema judicial.
Los papeles póstumos del club Pickwick fue la tercera novela que leí de Charles Dickens, después de David Copperfield y Oliver Twist. La compré cuando iba al instituto en una pequeña librería de mi ciudad ( Musidora), que hace muchos años que cerró, lo curioso es que mi edición no se publicó en un solo tomo, sino en tres y que se vendían por separado; recuerdo que no tenía bastante dinero para comprarla y tuvo que prestarmelo mi madre.
Más allá de esta curiosidad, en esta edición echo en falta las deliciosas ilustraciones originales,que si tienen otras y que, como muchas otras novelas publicadas en los ochenta, los nombres de los personajes están españolizados, lo que no deja de ser curioso e innecesario. ( la traducción a parte de ello es impecable y corre a cargo de Manuel Ortega y Gasset).
Mi primitiva intención era leer la novela poco a poco, disfrutándola, un capítulo al día, pero me ha sido imposible, en cuanto empecé me vi arrastrada por la narración y ya no pude parar ¡Y no sabéis lo bien que lo pasé!, hacía tiempo que no me reía tanto, el algunas ocasiones hasta se me saltaron las lágrimas de la risa, menos mal que estaba en casa y nadie podía verme sino hubieran pensado que me había vuelto loca.
Y es que Dickens es un genio, con su humor, su ironía y su magistral forma de narrar, no solo disecciona de forma soberbia la sociedad de su época, sino que crea unos personajes extraordinarios que se han convertido ya en arquetípicos. ¡ Parece mentira que el autor lo haya escrito con 24 años!.
Todos los personajes de la novela me han encantado, pero si tuviera que elegir, a parte de los protagonistas, me quedaría con José, el chico gordo, un "secundario de lujo" por lo divertido que es.
He cerrado Los Papeles Postumos del Club Pickwick con pena, pero también con una sonrisa, porque se que el Sr Pickwick , Sam y todos los demás se quedaran siempre conmigo y no sabéis la sensación tan cálida que me dejó en el corazón. Y un consejo, si no lo habeís leído: Hacerlo.
Para terminar: La novela ha sido adaptada al cine en 1953 por Noel Langley, con James Hayler, James Donald, Nigel Patrick, Joyce Grenfell, Hermione Baddley y Harry Fowles. Y en 1995 por la BBC, dirigida por Brian Ligth y protagonizada por Nigel Stock, Alan Barnaby, Clive Swift y Patrick Malahide. No he visto ninguna, pero ¡que ganas!.
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