Garbancito es un ser pequeñito, el cual un día se escondió en una lechuga para poder así devorar, poco a poco por dentro, a la vaca que se lo tragara. En su última hazaña perdió su pequeña libreta. Por lo poco que he podido leer y entender, entre sus múltiples aficiones está la de escribir microrrelatos.
28 de marzo de 2013
Recuerdos no vividos
Siempre que viajo, lo hago con esta maleta, a la que sólo le quedan dos recuerdos. Una fotografía de unos padres que nunca conocí y un recuerdo de una familia que nunca llegué a formar.
21 de marzo de 2013
Abuela en la sombra (REC)
-No sé, murmura Manuela compungida.
-¿De verdad no sabes para quién son esos calcetines que estás haciendo?, le grita Manuel. Es para Manolito, tu futuro nieto.
-¡A sí!, ya sé, para Manolito.
Ella sigue tricotando los calcetines. El reloj de la cocina, callado hace tiempo, parece detener el tiempo a Manuela. Los ovillos de lana descansan sobre la sillita de madera, amontonados. Manuela los mira.
-¿Ya no le das cuerda al reloj madre? Me gustaba escucharlo por las mañanas cuando era pequeño. ¿Te acuerdas cuando esperaba sentado en esa sillita a los churros que traía papá...?
-¡A sí!, los calcetines... son para el muñeco.
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14 de marzo de 2013
Lágrimas de matrioska (REC)
Y restos de lágrimas en las mejillas, imborrables, que delatan la agonía de la última matrioska, olvidada, encerrada en los ocho cuerpos que la rodean. Pálida, por no ver la luz en años, condenada a no crecer, pequeña... por siempre. Consigue gritar y ser oída. En el interior de su cuerpo, otra nueva matrioska empieza a crecer. Por fin, sus lágrimas, serán heredadas.
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7 de marzo de 2013
Reservado el derecho de admision(REC)
Sólo a las niñas guapas y a los hermanos que se las presentaban podían entrar: Cenicienta, La Bella Durmiente, Blancanieves, Caperucita, Gretel,… Todas ellas estaban viviendo historias extraordinarias; todas eran realmente bellas.
Cerró con rabia el libro que estaba hojeando; sacó del bolso de su madre el pintalabios color rojo pasión; pintó temblorosa sus delgados morritos; y volvió a formular la pregunta: ¿Soy ya lo suficientemente guapa para entrar en el cuento? Pero el espejito mágico volvió a negarlo con firmeza.
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