Las palabras que ha aprendido por la noche las pintará durante el
día sobre lienzos de algodón junto a la orilla del mar. Por la
tarde se borrarán con sus lágrimas al comprobar que no entiende
nada y que sus recuerdos se los llevan las olas hacia el abismo.
Luego regresará ella, como una suave brisa en mitad de la noche, y
aunque cansada de trabajar, le volverá a envolver de palabras
salpicadas de mil besos.
Garbancito es un ser pequeñito, el cual un día se escondió en una lechuga para poder así devorar, poco a poco por dentro, a la vaca que se lo tragara. En su última hazaña perdió su pequeña libreta. Por lo poco que he podido leer y entender, entre sus múltiples aficiones está la de escribir microrrelatos.
Mostrando entradas con la etiqueta recuerdo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta recuerdo. Mostrar todas las entradas
22 de marzo de 2016
28 de marzo de 2013
Recuerdos no vividos
Siempre que viajo, lo hago con esta maleta, a la que sólo le quedan dos recuerdos. Una fotografía de unos padres que nunca conocí y un recuerdo de una familia que nunca llegué a formar.
11 de junio de 2012
último tren
Me pongo a pensar en lo que ha sido mi vida hasta ahora, y veo que los veinte años en los que he estado trabajando en la misma empresa no son nada, como si no hubieran existido. Llevo cuatro años en paro, cuatro eternos años en los que he perdido a mi mujer, mi casa… todo. Sólo me queda esta maleta; llevo algunos recuerdos y un poco de ropa vieja. He dejado pasar cuatro trenes. Éste, el último, que acaba de llegar, no puedo dejarlo marchar. Subo mi maleta y espero el silbato, para verla marchar.
27 de febrero de 2012
Reencarnación
Se acerca presuroso a recoger del suelo la lágrima cristalizada. La mira al trasluz del fuego, y, sin más, la arroja a las llamas evaporando cualquier resquicio de dolor. Abre el cofre de los recuerdos y va traspasándolos al del olvido. Lo hace con mucho cuidado, si cae alguno, también se cristalizará, como la última lágrima que derramó. Son muchos los recuerdos acumulados a lo largo de su vida; varios de ellos caen. El reflejo de uno, al cristalizarse, es marcado a fuego en su memoria; no podrá olvidarlo jamás.
Una vez llorado las penas y olvidado los recuerdos, se desprende de su vestimenta arrojándola al fuego eterno. Desnudo, ya preparado, se deja caer al suelo para terminar de purificar su alma. Lástima de ese lastre que tendrá que arrastrar: el recuerdo de su amor. Le espera una nueva vida de interminable búsqueda.
Una vez llorado las penas y olvidado los recuerdos, se desprende de su vestimenta arrojándola al fuego eterno. Desnudo, ya preparado, se deja caer al suelo para terminar de purificar su alma. Lástima de ese lastre que tendrá que arrastrar: el recuerdo de su amor. Le espera una nueva vida de interminable búsqueda.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)