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lunes, 9 de septiembre de 2024

Lucas 6,12-19: Elección de los Doce

Lucas 6,12-19

En aquel tiempo, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que se puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón, apodado el Celotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. Bajó del monte con ellos y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

SOBRE EL MISMO TEMA:

sábado, 7 de septiembre de 2024

Marcos 7,31-37: Curación de un sordomudo


Marcos 7,31-37
Viernes de la 5 Semana del Tiempo Ordinario, Ciclo I y II

En aquel tiempo, dejó Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos. Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: «Effetá», esto es: «Ábrete.» Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.»

SOBRE EL MISMO TEMA:


sábado, 2 de julio de 2022

Lucas 10,1-12: Misión de los 72 discípulos

Lucas 10,1-12
26 de enero: Santos Timoteo y Tito, obispos
14 de febrero: Santos Cirilo y Metodio
Domingo de la Semana 14 del Tiempo Ordinario, Año C
Jueves de la 26 Semana del Tiempo Ordinario, Año I

1 Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, 
   y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir.
2 Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. 
   Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.
3 ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos.
4 No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino.
5 Al entrar en una casa, digan primero: "¡Que descienda la paz sobre esta casa!"
6 Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes.
7 Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, 
   porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa.
8 En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan;
9 curen a sus enfermos y digan a la gente: "El Reino de Dios está cerca de ustedes".
10 Pero en todas las ciudades donde entren y no los reciban, salgan a las plazas y digan:
11 "¡Hasta el polvo de esta ciudad que se ha adherido a nuestros pies, lo sacudimos sobre ustedes! 
    Sepan, sin embargo, que el Reino de Dios está cerca".
12 Les aseguro que en aquel Día, será tratada menos rigurosamente que esa ciudad.

SOBRE ESTE TEMA:
De los 72 discípulos que no eran apóstoles  

jueves, 9 de junio de 2022

Hechos 21,1-16: Viaje de Pablo a Jerusalén

Hechos 21,1-16: Viaje de Pablo a Jerusalén

1 Nos separamos de ellos, zarpamos y navegamos directamente a Cos, al día siguiente hasta Rodas 
   y desde allí hasta Pátara. 
2 Encontrando un barco que cruzaba hacia Fenicia, nos embarcamos y zarpamos. 
3 Avistando Chipre y dejándola a nuestra izquierda, navegamos hacia Siria y llegamos a Tiro, 
   donde la nave tenía que descargar. 
4 Encontramos a los discípulos y nos detuvimos allí siete días. Algunos, movidos por el Espíritu, 
   aconsejaban a Pablo que no subiera a Jerusalén. 
5 Cuando se cumplió nuestro plazo, salimos para continuar el viaje. Todos, con sus mujeres e hijos, 
   nos acompañaron hasta fuera de la ciudad. Nos arrodillamos en la playa y oramos. 
6 Después nos despedimos mutuamente, embarcamos y ellos se volvieron a casa. 
7 Desde Tiro atravesamos hasta llegar a Tolemaida. Saludamos a los hermanos y nos quedamos 
   con ellos un día.
8 Al día siguiente salimos y llegamos a Cesarea; entramos en casa de Felipe, uno de los siete 
   evangelistas, y nos hospedamos con él. 
9 Tenía éste cuatro hijas solteras profetisas. 
10 Tras varios días de estadía, bajó de Judea un profeta llamado Ágabo. 
11 Se acercó a nosotros, tomó el cinturón de Pablo y se ató con él de manos y pies, y dijo:
     —Esto dice el Espíritu Santo: Al dueño de este cinturón los judíos lo atarán en Jerusalén 
     y lo entregarán a los paganos. 
12 Al oírlo, nosotros y los vecinos del lugar le suplicábamos a Pablo que no subiera a Jerusalén. 
13 Pero Pablo respondió: —¿Qué hacen llorando y ablandándome el corazón? 
     Por el nombre del Señor Jesús yo estoy dispuesto a ser encadenado y a morir en Jerusalén. 
14 Como no podíamos convencerlo, nos tranquilizamos diciendo: Que se cumpla la voluntad del Señor. 
15 Pasados aquellos días hicimos los preparativos y emprendimos la subida hacia Jerusalén. 
16 Algunos discípulos de Cesarea nos acompañaron hasta la casa de un viejo discípulo, 
     Nasón de Chipre, que nos dio alojamiento.

sábado, 4 de junio de 2022

Hechos 12,20-25: Muerte de Herodes

12,20-25: Muerte de Herodes

20 Herodes estaba enemistado con los habitantes de Tiro y Sidón. Ellos, de común acuerdo, 
     se presentaron al rey, se ganaron a Blasto, camarero real, y pidieron la paz; 
     ya que su país recibía las provisiones del territorio del rey. 
21 El día convenido, Herodes, vestido con traje real se sentó en su trono y les dirigió la palabra, 
22 el pueblo aclamaba: —¡Ésta es voz de dios, no de hombre! 
23 De improviso lo hirió el ángel del Señor, por no haber reconocido la gloria de Dios, 
     y murió comido de gusanos. 
24 La Palabra de Dios crecía y se difundía. 
25 Bernabé y Saulo, acabada su misión, se volvieron a Jerusalén, llevando consigo a Juan, 
     de sobrenombre Marcos

martes, 7 de diciembre de 2021

Isaías 23,15-18: Tiro, olvidada y restaurada

Isaías 23,15-18:
Tiro, olvidada y restaurada


15 Aquel día, Tiro quedará olvidada setenta años que es la duración de la vida de un rey, 
     y al cabo de setenta años aplicarán a Tiro la copla de la prostituta:
16 Toma la cítara, recorre la ciudad, prostituta olvidada, toca buena música, canta muchas coplas, 
     a ver si se acuerdan de ti.
17 Al cabo de los setenta años, el Señor se ocupará de Tiro, y ella volverá a su antiguo comercio, 
     fornicando con todos los reinos de la superficie del mundo.
18 Pero las ganancias de su comercio serán consagradas al Señor, no serán almacenadas ni atesoradas. 
     Sus ganancias serán para los que habitan ante el Señor, para que coman y se sacien y se vistan con 
     esplendor.

Isaías 23,1-14: Contra Tiro y Sidón

Isaías 23,1-14:
Contra Tiro y Sidón


1 Oráculo contra Tiro: Lloren, naves de Tarsis, porque está destruido su puerto. 
   Al volver de Chipre lo descubrieron. 
2 Enmudezcan, habitantes de la costa, mercaderes de Sidón, que cruzan el mar 
3 y envían viajantes por el océano. Sacaba su ganancia del grano de Sijor, de las cosechas del Nilo; 
   llegaste a ser emporio internacional. 
4 Avergüénzate, Sidón, que habla el mar, la fortaleza marina: No me he retorcido ni he dado a luz, 
   no he criado muchachos ni sacado adelante muchachas.
5 Cuando los egipcios se enteren, se retorcerán por las noticias de Tiro. 
6 Vuelvan a Tarsis, lloren, habitantes de la costa. 
7 ¿Es ésta su ciudad divertida, de origen remoto, cuyos pies la llevaban a colonias lejanas? 
8 ¿Quién decretó tal cosa contra Tiro, la que regalaba coronas, cuyos comerciantes eran príncipes 
   y sus mercaderes grandes de la tierra? 
9 El Señor Todopoderoso decretó abatir el orgullo de los príncipes y humillar a los grandes de la tierra. 
10 Vuelve a tu tierra, ciudad de Tarsis, que el puerto no existe ya. 
11 El Señor extendió la mano sobre el mar, hizo estremecerse los reinos; 
     y mandó destruir el puerto de Canaán.
12 Dijo: No volverás a divertirte, doncella violentada, capital de Sidón;
     levántate y cruza hasta Chipre, que tampoco allí tendrás reposo. 
13 Mira el país de los caldeos: erigieron torres y devastaron sus palacios, lo entregaron a las fieras, 
     lo redujeron a escombros. 
14 Lloren, naves de Tarsis, porque está destruido su puerto.

viernes, 6 de octubre de 2017

Lucas 10,13-16: Lamentación de Jesús por Galilea

Lucas 10,13-16
Viernes de la 26 Semana del Tiempo Ordinario, I y II

En aquel tiempo, dijo Jesús: "¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidas de sayal y sentadas en la ceniza. Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Quien a vosotros os escucha a mí me escucha; quien a vosotros os rechaza a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí rechaza al que me ha enviado."

VIERNES DE LA 26 SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, Año I (Lecturas)

Baruc 1,15-22
Salmo 78: Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre
Lucas 10,13-16

Baruc 1,15-22

Confesemos que el Señor, nuestro Dios, es justo, y a nosotros nos abruma hoy la vergüenza: a los judíos y vecinos de Jerusalén, a nuestros reyes y gobernantes, a nuestros sacerdotes y profetas y a nuestros padres; porque pecamos contra el Señor no haciéndole caso, desobedecimos al Señor, nuestro Dios, no siguiendo los mandatos que el Señor nos había dado. Desde el día en que el Señor sacó a nuestros padres de Egipto hasta hoy, no hemos hecho caso al Señor, nuestro Dios, hemos rehusado obedecerle. Por eso, nos persiguen ahora las desgracias y la maldición con que el Señor conminó a Moisés, su siervo, cuando sacó a nuestros padres de Egipto para darnos una tierra que mana leche y miel. No obedecimos al Señor, nuestro Dios, que nos hablaba por medio de sus enviados, los profetas; todos seguimos nuestros malos deseos, sirviendo a dioses ajenos y haciendo lo que el Señor, nuestro, Dios reprueba.

Salmo 78: Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre

Dios mío, los gentiles han entrado en tu heredad,
han profanado tu santo templo,
han reducido Jerusalén a ruinas.
Echaron los cadáveres de tus siervos
en pasto a las aves del cielo,
y la carne de tus fieles
a las fieras de la tierra.
R. Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre

Derramaron su sangre como agua
en torno a Jerusalén,
y nadie la enterraba.
Fuimos el escarnio de nuestros vecinos,
la irrisión y la burla de los que nos rodean.
¿Hasta cuándo, Señor?
¿Vas a estar siempre enojado?
¿Arderá como fuego tu cólera?
R. Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre

No recuerdes contra nosotros
las culpas de nuestros padres;
que tu compasión nos alcance pronto,
pues estamos agotados.
R. Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre

Socórrenos, Dios, Salvador nuestro,
por el honor de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados
a causa de tu nombre.
R. Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre

Lucas 10,13-16

En aquel tiempo, dijo Jesús: "¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidas de sayal y sentadas en la ceniza. Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Quien a vosotros os escucha a mí me escucha; quien a vosotros os rechaza a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí rechaza al que me ha enviado."

sábado, 19 de agosto de 2017

Mateo 15,21-28: La mujer cananea

Mateo 15,21-28


En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: "Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo." Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: "Atiéndela, que viene detrás gritando." Él les contestó: "Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel." Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió: "Señor, socórreme." Él le contestó: "No está bien echar a los perros el pan de los hijos." Pero ella repuso: "Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos." Jesús le respondió: "Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas." En aquel momento quedó curada su hija.

miércoles, 9 de agosto de 2017

Mateo 15,21-28: Se retiró hacia el país de Tiro y Sidón

Mateo 15,21-28  

En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: "Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo." Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: "Atiéndela, que viene detrás gritando." Él les contestó: "Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel." Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió: "Señor, socórreme." Él le contestó: "No está bien echar a los perros el pan de los hijos." Pero ella repuso: "Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos." Jesús le respondió: "Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas." En aquel momento quedó curada su hija.

— Comentario por Reflexiones Católicas 
 “Se retiró hacia el país de Tiro y Sidón”

Tiro y Sidón están situadas en los confines de Galilea, más allá de la frontera que hoy recibe el nombre de Rash-en-Naqura, en la frontera entre Israel y el Líbano. Es tierra de paganos, de fenicios. Jesús se desplaza hacia el norte, buscando tal vez un momento de distensión y de descanso tras el intenso ritmo de la predicación en Galilea. Se trata de un desplazamiento simbólico que anuncia la universalidad de la salvación.

El encuentro con la mujer cananea, en este marco general, constituye un episodio emblemático. Es un encuentro entre un rabí y una mujer, una mujer que, por añadidura, es pagana. La actitud del Maestro expresa, al comienzo, la distancia y la desconfianza normal entre el pueblo elegido y los pueblos paganos. La insistente petición de la mujer cananea, absolutamente preocupada por la salud física y psíquica de su hija, expresa afecto materno y, al mismo tiempo, confianza en Jesús.

A las tres intensas imploraciones de la mujer le siguen tres actitudes de distanciamiento por parte de Jesús, actitudes casi incomprensibles para nosotros, a no ser por su alcance pedagógico. A la invocación de la mujer: «Ten piedad de mi, Señor, Hijo de David» (v. 22), Jesús no le responde ni con una palabra.

Al segundo intento insistente de mediación por parte de los discípulos sólo le responde con un rechazo que acentúa las distancias entre Israel y los demás pueblos (vv 23b-24).

A la renovada petición de la cananea, que se postra ante Jesús, le corresponde una respuesta dura y enigmática: «No está bien tomar el pan de los hijos para echárselo a los perrillos» (v. 26).

Sin embargo, el instinto materno capta en el duro lenguaje empleado por Jesús una rendija de esperanza, y transforma la objeción del Maestro en una razón ineludible para obligarle a hacer el milagro: «También los perrillos comen las migajas que caen de la mesa de sus amos» (v. 27).

Su fe ha quedado probada. Ha superado el examen de amor, «¡Mujer, qué grande es tu fe!» (v. 28). El Reino de Dios se dilata con el amor de aquellos que han acogido, acogen y acogerán a Jesús más allá de todo límite terreno.

La confianza ilimitada de la cananea, la mujer extranjera que se confía a Jesús y desafía con su decidida perseverancia al corazón del Maestro, también supone para nosotros un motivo de ánimo. Dios espera de nosotros que mostremos una gran esperanza en él. Las primeras respuestas, aunque no sean definitivas, son ya un camino propedéutico para atrevemos a más. También las pruebas ahondan en nosotros el verdadero sentido de la confianza y purifican las motivaciones egoístas de nuestras preguntas, para convertirse en preguntas de salvación. 

jueves, 3 de agosto de 2017

1 Reyes 5,15-26: Alianza con el rey de Tiro para la construir el templo

1 Reyes 5,15-26: La alianza con el rey de Tiro para la construcción del templo
2 Crónicas 1,18—21-15

5:15 Jirám, rey de Tiro, envió una embajada a Salomón, porque se enteró de que lo habían ungido rey en lugar de su padre David, y él había sido siempre amigo de David.
5:16 Entonces Salomón mandó a decir a Jirám:
5:17 "Tú sabes bien que mi padre David no pudo construir una Casa para el Nombre del Señor, su Dios, a causa de las guerras en que se vio envuelto, hasta que el Señor puso a todos sus enemigos bajo la planta de sus pies.
5:18 Pero ahora el Señor, mi Dios, me ha dado la paz en todas mis fronteras: ya no hay adversarios ni contratiempos.
5:19 Por eso he pensado edificar una Casa para el Nombre del Señor, mi Dios, conforme a lo que dijo el Señor a mi padre David: 'Tu hijo, el que yo pondré sobre tu trono en lugar de ti, será el que construirá la Casa para mi Nombre'.
5:20 Ahora, ordena que corten para mí cedros en el Líbano; mis servidores trabajarán con los tuyos, y yo te entregaré como salario de tus servidores todo lo que tú digas. Porque sabes bien que no hay nadie que sepa cortar árboles como los sidonios".
5:21 Cuando Jirám oyó las palabras de Salomón, sintió una gran alegría y exclamó: "¡Bendito sea hoy el Señor, que ha dado a David un hijo sabio, para que esté al frente de ese pueblo tan numeroso!"
5:22 Luego Jirám mandó decir a Salomón: "He recibido tu mensaje. En lo que a mí respecta, haré todo lo que deseas, enviando madera de cedro y de ciprés.
5:23 Mis servidores bajarán los troncos desde el Líbano hasta el Mar, y yo haré con ellos balsas para transportarlos por mar hasta el lugar que tú me indiques; allí haré desatar los troncos, y tú los recogerás. Tú, por tu parte, cumplirás mi deseo proveyendo de víveres a mi casa".
5:24 Jirám entregaba a Salomón toda la madera de cedro y de ciprés que él quería,
5:25 y Salomón le dio a Jirám veinte mil barriles de trigo para la manutención de su casa, más veinte mil cántaros de aceite puro de oliva. Esto era lo que Salomón entregaba a Jirám anualmente.
5:26 El Señor dio sabiduría a Salomón, tal como se lo había prometido. Jirám y Salomón vivieron en perfecta armonía, y entre los dos concluyeron un pacto.

jueves, 9 de febrero de 2017

Marcos 7,24-30: Curación de la hija de una cananea

Marcos 7,24-30
Jueves de la 5 Semana del Tiempo Ordinario, Año I y II

En aquel tiempo, Jesús fue a la región de Tiro. Se alojó en una casa, procurando pasar desapercibido, pero no lo consiguió; una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró en seguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies. La mujer era griega, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su hija. Él le dijo:
— Deja que coman primero los hijos. No está bien echarles a los perros el pan de los hijos.
Pero ella replicó:
— Tienes razón, Señor; pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños.
Él le contestó:
— Anda, vete, que, por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija.
Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se había marchado.

SOBRE EL MISMO TEMA:
Ampliando el plan de salvación
La mujer griega sirofenicia
La fe de la mujer sirofenicia

Imágenes del Evangelio:
+ imágenes del evangelio  

Marcos 7:24-30: La fe de la mujer sirofenicia

Marcos 7,24-30

En aquel tiempo, Jesús fue a la región de Tiro. Se alojó en una casa, procurando pasar desapercibido, pero no lo consiguió; una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró en seguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies. La mujer era griega, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su hija. Él le dijo:
— Deja que coman primero los hijos. No está bien echarles a los perros el pan de los hijos.
Pero ella replicó:
— Tienes razón, Señor; pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños.
Él le contestó:
— Anda, vete, que, por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija.
Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se había marchado.

— Comentario de Marcos 7:24-30
"La fe de la mujer sirofenicia"

• "Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón"

Después de una fuerte controversia con los fariseos y los escribas, Jesús salió de Galilea y se fue a tierras gentiles en la región de Tiro y de Sidón, en Fenicia, un país que ocupaba el litoral mediterráneo entre los montes del Líbano y el mar.

En la semanas siguientes, el Señor pasó bastante tiempo fuera del territorio de Israel. Primero en Fenicia (Mc 7:24), luego en Decápolis (Mc 7:31), y finalmente en Cesarea de Filipo (Mc 8:27). Este periodo resultó en un ministerio muy fructífero entre sus discípulos, que llegaron a reconocerle como "el Cristo" (Mc 8:29). A partir de ese momento, el Señor tomó el camino que le llevaría hasta Jerusalén y allí a la Cruz.

No debemos olvidar el clima de oposición que se respiraba en Galilea contra Jesús. Hacía tiempo que los líderes religiosos lo habían marcado como pecador y habían decidido destruirlo porque quebrantaba sus tradiciones y no se sujetaba a su autoridad. Salir de Galilea era una decisión acertada que evitaría un desenlace precipitado, antes de que sus discípulos hubieran logrado entender quién era realmente Jesús y el significado de su obra en la Cruz.

Viendo el contexto anterior, debemos notar también que Jesús se fue a Tiro y Sidón inmediatamente después de haber enseñado acerca de la limpieza de los alimentos (Mc 7:18-19). Esta distinción entre alimentos limpios e inmundos, era una de las razones fundamentales que impedían el trato entre judíos y gentiles.

Cuando Dios hizo estas prohibiciones en la ley tenía como propósito separar a Israel de las naciones paganas a su alrededor y, sin duda, la prohibición de comer de ciertos alimentos, dificultaría el trato social entre ambos pueblos. Cuando en el pasaje anterior Jesús enseñó que todos los alimentos eran limpios, estaba eliminando también las barreras entre judíos y gentiles.

Sin embargo, esto no era algo que iba a ocurrir inmediatamente. Tenemos que esperar a que Cristo realice la obra de la Cruz y sea anunciado el evangelio a los judíos. Más tarde, ante el reiterado rechazo de los judíos a su Mesías, entonces sí que el evangelio sería llevado a los gentiles. Esto tuvo lugar por primera vez en casa de Cornelio (Hch 10); entonces, Dios tiene que repetir a Pedro ciertas verdades que ya se desprendían de estos pasajes: que Dios había limpiado todos los alimentos (Hch 10:15), y que por lo tanto, también podía entrar en la casa de un extranjero (Hch 10:28).

Podemos decir que otro de los propósitos de Jesús al ir a la región de Tiro y Sidón era el de ilustrar de forma práctica las implicaciones de lo que acababa de decir, preparando así a sus discípulos para su ministerio futuro en relación con los gentiles. Aunque esto sólo podría comenzar una vez que los judíos se hubieran "saciado", lo que parecía que ya estaba empezando a ocurrir tal como manifestaba el creciente rechazo hacia Jesús.

• "Una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo... le rogaba"

El evangelista nos dice que el Señor intentaba pasar desapercibido en la región. La razón para que el Señor no quisiera que se supiera de su estancia allí, tendría que ver seguramente con su propósito de descansar e instruir a sus discípulos lejos del agobio constante de las multitudes.

Pero también, por que como más adelante va a señalar, no había llegado todavía el tiempo de abrir plenamente la puerta a los gentiles en tanto que los judíos no se hubieran saciado. Sin embargo, todos sus esfuerzos por esconderse resultaron inútiles, porque su fama se había extendido en este territorio pagano, y una mujer escuchó de su presencia y fue hasta donde estaba.

Sobre esta mujer no sabemos casi nada, porque como ya nos tiene acostumbrados Marcos, él omite cualquier detalle que no tenga relevancia para el fin que persigue. Sin embargo, sí nos dice que era una mujer griega y sirofenicia de nación, es decir, que era fenicia y que hablaba griego. Por lo tanto, desde el punto de vista judío, era una pagana, o tal como Mateo la describe, "una mujer cananea" (Mt 15:22).

• "Y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio"

Otro detalle que Marcos nos proporciona es que tenía una hija endemoniada. Ella vino a Jesús pidiéndole ayuda porque lo que más amaba en el mundo estaba bajo el control del diablo.
Observemos también que la mujer no estaba rogando por sí misma, sino para conseguir una bendición a favor de su hija, dándonos un buen ejemplo de lo que debe ser la obra de intercesión que los padres debemos llevar a cabo por nuestros hijos.

Percibimos su insistencia y constancia en sus ruegos. Según Mateo, ella seguía a Jesús y sus discípulos dando voces, lo que llegó a ser del desagrado de los discípulos (Mt 15:23). Pero esta insistencia no surgía únicamente por el dolor y la ansiedad que sentía por el estado de su hija, sino que también manifestaba una fe sólida en el Señor Jesús, y por supuesto, una intercesión tan ferviente no había de quedar sin contestación.

• "Pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos"

Cualquier judío conocía la historia de Israel y los problemas que los cananeos les habían causado desde los días de Josué. Además, la ley judía separaba a los judíos de los gentiles. En el mismo templo se levantaba un gran muro para evitar que los gentiles entraran en los atrios de los judíos, avisando de la pena de muerte en el caso de que lo hicieran.

¿Derribaría Jesús esta pared de separación intermedia y eliminaría la distancia espiritual que había entre judíos y gentiles? Pablo dijo años después que por medio de su obra en la cruz, Cristo había conseguido precisamente eso (Ef 2:11-22). Ahora veremos que en su trato con esta mujer cananea ya anticipó el deseo del corazón del Señor de bendecir a los gentiles por el Evangelio y recogerlos en un solo redil junto a los judíos (Jn 10:16). Nunca fue el deseo de Dios que sus bendiciones quedaran limitadas sólo a los judíos, y notemos cómo Jesús dejó entreabierta esta puerta cuando le dijo a la mujer "deja primero que se sacien los hijos".

Pero aunque Jesús era el salvador universal, esta salvación debía producirse sobre la base de un orden riguroso: los judíos primero y después los gentiles. Pablo trató en Romanos la prioridad que concernía a Israel en el plan universal de salvación: "Al judío primeramente, y también al griego" (Ro 1:16). Y Cristo, en su ministerio terrenal se limitó principalmente a ser "siervo de la circuncisión, para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres" (Ro 15:8).

Y lo mismo mandó a sus discípulos cuando los envió a predicar: (Mt 10:5-6) "A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel".

Cuando consideramos estos principios establecidos por las Escrituras, podemos entender la contestación del Señor a la mujer, que si bien parecía un tanto dura, definía correctamente la posición de los gentiles frente al Reino de Dios antes de la Cruz.

Como explica el apóstol Pablo a los efesios, "los gentiles estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo" (Ef 2:12-13).

• "No está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos"

En un principio, la respuesta del Señor podía parecer de los más descorazonadora. Jesús usa una ilustración para explicar la situación a la mujer: Los "hijos", en referencia a los israelitas, eran los que estaban sentados a la mesa y tenían el privilegio de disfrutar del ministerio terrenal del Señor. Los "perrillos" eran por lo tanto los gentiles, quienes aún no habían sido admitidos al regio festín.

Por lo tanto, Jesús se estaba refiriendo a la "hijita" de esta mujer como un "perrillo". ¿No podía ser interpretado esto como algo ofensivo? Es cierto que los judíos se referían despectivamente a los gentiles como "perros". Pero Jesús usó un diminutivo, "perrillos", seguramente en sentido cariñoso. Y así lo debió entender la mujer, porque no sólo no se sintió ofendida ni desechada por ello, sino que en la forma en que se lo dijo Jesús, encontró fuerzas para seguir haciendo su petición.

• "Pero aun los perrillos debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos"

La mujer entendió y aceptó sin quejas ni disputas la posición de precedencia que el pueblo judío tenía frente a los pactos y promesas de Dios. Así que, en lugar de enojarse por las palabras de Cristo, vio en ellas una puerta abierta para volver a presentar su súplica a favor de su hija.

En cualquier caso, no deja de asombrarnos que esta mujer suplicaba por unas migajas de pan, mientras que los judíos rechazaban el verdadero pan que había descendido del cielo (Jn 6:35-36).

En este punto podemos preguntarnos por qué el Señor mostró una aparente falta de disposición para atender a esta mujer inmediatamente. Porque es evidente que en esta ocasión Jesús se hizo de rogar mucho más que en el resto de los casos en que las personas necesitadas venían a él en busca de ayuda.

Lo que podemos apreciar, es que éste fue el medio por el que el Señor sacó a relucir la fe de esta mujer gentil, que contrastaba fuertemente con la maldad de los judíos, que a pesar de la luz que tenían, seguían siendo duros y rebeldes. Pero no sólo de los judíos rebeldes, sino también de los propios discípulos. Notemos que el Señor sigue usando el pan en sus ilustraciones, y en esta ocasión, una mujer pagana logra entender que unas migajas de ese pan pueden satisfacer plenamente todas sus necesidades espirituales. Por contraste, los discípulos, después de haber presenciado cómo el Señor multiplicaba unos pocos panes para dar de comer a una multitud de judíos, todavía no lograban entender el significado de este milagro porque sus corazones estaban endurecidos (Mc 6:52).

Por lo tanto, podemos apreciar la fe de esta mujer como una auténtica joya, de hecho, una joya casi única. Sin apenas evidencias, el concepto tan elevado que esta mujer tenía de la provisión de la gracia del Señor, nos deja admirados.

Por la narración de Mateo sabemos que el Señor quedó maravillado ante semejante fe en una mujer gentil: (Mt 15:28) "¡Oh mujer!, ¡grande es tu fe!". Ella había captado correctamente el corazón de Dios.

• "Entonces le dijo: Por esta palabra, vé; el demonio ha salido de tu hija"

El pasaje nos ha mostrado que los gentiles desde lo profundo de sus corazones clamaban a Dios. Por lo tanto, aunque Cristo se dirigía a los judíos, de ninguna forma les estaba ofreciendo exclusividad.

Fue la fe de la mujer la que logró eliminar todas las barreras para llegar al corazón mismo de Dios. Este es un claro ejemplo del hecho de que ningún alma hambrienta y humilde, que se acerca a la mesa abundante del Señor quedará sin saciar. Pero es necesaria la fe.

El Señor sanó a la niña a distancia, por medio de su palabra. Esto sirvió para que la mujer mostrara nuevamente la calidad de su fe: con una plena confianza en la palabra del Señor, regresó a su casa. Y por supuesto, su fe no fue defraudada, sino que cuando llegó, comprobó que efectivamente una migaja de la mesa del Señor había sido suficiente provisión para su gran necesidad.

Así que, si una mujer pagana usó el poco conocimiento que tenía del Señor con tantos resultados, ¿cuánto más se requiere de nosotros que hemos recibido privilegios mucho mayores?

— Conclusiones

Al terminar este estudio podemos reflexionar sobre cuáles son los requisitos para conseguir estas "migajas" del Señor.

- Una comprensión adecuada tanto del poder como del amor del Señor.
- Insistencia en la oración.
- Y sobre todo, una fe capaz de vencer todas las pruebas.

Este incidente nos trae a la memoria también a otra mujer necesitada que vivió en "Sarepta de Sidón" en los tiempos del profeta Elías. El relato lo podemos encontrar en (1 R 17:8-16) y nos recuerda cómo Elías fue enviado a aquella región después de anunciar una gran sequía sobre Israel como juicio de Dios por haber rechazado su palabra. En cambio, aquella mujer gentil confió en la palabra del profeta y no le faltó el pan durante todo el tiempo en que Israel pasaba hambre.

Marcos 7,24-30: La mujer griega sirofenicia

Marcos 7,24-30

En aquel tiempo, Jesús fue a la región de Tiro. Se alojó en una casa, procurando pasar desapercibido, pero no lo consiguió; una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró en seguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies. La mujer era griega, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su hija. Él le dijo:
— Deja que coman primero los hijos. No está bien echarles a los perros el pan de los hijos.
Pero ella replicó:
— Tienes razón, Señor; pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños.
Él le contestó:
— Anda, vete, que, por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija.
Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se había marchado.

— Comentario a Marcos 7,24-30
LA MUJER GRIEGA SIROFENICIA DE NACIÓN

• “Y levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón” (v. 24a):

Este territorio es gentil. La región de Tiro y Sidón era el hogar de Jezabel, enemiga de Elías (1 Reyes 16:31). Inspiró la ira de los profetas (Ezequiel 26:15-17; Zacarías 9:3). “Tiro representaría la expresión más extrema de paganismo, tanto real como simbólico, con el que un judío esperaría encontrarse…

Al viajar a ‘la vecindad de Tiro,’ y particularmente al recibir a la mujer sirofenicia, Jesús expande los límites de su ministerio más allá de lo imaginado para el Mesías. Desde una perspectiva socio-religiosa, y de una manera sin precedente en el judaísmo, la visita de Jesús a Tiro hace universal el concepto de un Mesías en cuestiones de geografía, origen étnico, género, y religión”.

• “Entrando en casa, quiso que nadie lo supiese” (v. 24b):

Según el carácter de esta historia, es probable que esta casa sea un hogar judío. No está claro el propósito de Jesús por visitar esta zona. V.24 hace pensar que está buscando apartarse de las multitudes que le siguen por toda Galilea.

Algunos sugieren que, habiendo aclarado previamente lo que constituye algo limpio o impuro (vv. 1-23), Jesús ahora pone sus enseñanzas en práctica, proveyendo ministerio a los impuros. Si en el pasaje que precede Jesús ‘declaró limpias todas las comidas’ (7:19), en estas historias él declara limpias a todas personas.

Cuando Marcos escribió este Evangelio (65-70 d.C.), la iglesia incluía a muchos gentiles. El hecho que Marcos debe explicar estas tradiciones judías (7:3-4; 7:11,19) sugiere que la mayor parte de sus lectores es gentil. En los días de Marcos, la iglesia ya había experimentado controversias para poder determinar la relación que debía tener con gentiles. Esta historia de Jesús y la mujer sirofenicia refleja los comienzos de esta lucha.

• “Mas no pudo esconderse” (v. 24c):

En esta historia y la próxima, los esfuerzos de Jesús para pasar desapercibido se frustran. Igual que el sol no puede esconderse en el cielo, tampoco el Hijo puede esconderse en la tierra.

• “Una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se echó á sus pies. La mujer era griega, sirofenicia de nación” (vv. 25-26):

Marcos vuelve a enfatizar el hecho que esta mujer griega vive en territorio gentil – es una gentil sirofenicia, nada menos – una mujer de la abominable zona gentil.

Fenicia es una larga y estrecha tira de costa rodeada por el Mediterráneo al oeste y montañas al este – la planicie costal de lo que hoy es el Líbano. Al sur, su borde es el Monte de Carmel (al este del Mar Galileo), y se extiende aproximadamente 185 millas (300 kilómetros) al norte desde ahí. Sus ciudades principales incluyen Ptolemais, Tiro, y Sidón. La palabra “sirofenicia” conecta a esta mujer con Siria y con Fenicia.

• “Deja primero hartarse los hijos, porque no es bien tomar el pan de los hijos y echarlo á los perrillos” (kynariois) (v. 27):

Este versículo es uno de los más preocupantes en el Nuevo Testamento. La mujer pide sanar, no para ella misma, sino para su hija. Era extremadamente difícil para una mujer gentil pedir ayuda a un hombre judío, pero la necesidad que tiene es abrumante. Viene con fe suplicando – ¿qué más podría pedir Jesús? Resulta que podría pedir que fuera judía – “Deja primero hartarse los hijos, porque no es bien tomar el pan de los hijos y echarlo á los perrillos.”

Algunos eruditos intentan suavizar las palabras de Jesús, sugiriendo que éste es un proverbio conocido que no sonaría tan grave poniéndolo en su contexto – o que el diminutivo "kynariois", se refiere a animales domésticos, implicando un tono afectuoso. Sin embargo, no parece apropiado domesticar las palabras de Jesús. No podemos dar validez a este dicho como si fuera un proverbio corriente. Se trata de una declaración fuerte. La mayoría de referencias bíblicas a los perros son negativas (véase Éxodo 22:31; 1 Samuel 24:14; 2 Samuel 16:9; 1 Reyes 21:23; 22:38; 2 Reyes 9:36; Isaías 56:10; Mateo 7:6; Lucas 16:21; Filipos 3:2).

Las escrituras dejan claro que Jesús conoce los corazones de la gente y responde según ellos. Un hombre rico viene preguntando qué debe hacer para ganarse la vida eterna. Jesús, sabiendo como el hombre ama el dinero, dice, “Una cosa te falta: ve, vende todo lo que tienes, y da á los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme” (Marcos 10:21). Hay otros relatos como éste en el Nuevo Testamento – relatos donde Jesús conoce los corazones de la gente y responde según lo que encuentra en ellos (véase también 12:15). Si eso es verdad, Jesús debe conocer lo que hay en el corazón de esta madre – y sabe que ella no se rendirá si él la presiona un poco. Hace esto para darle a ella la oportunidad de ganarse su caso.

— Misión entre el pueblo judío

Claramente, Jesús cree necesario enfocar su misión en los judíos. Los cuatro Evangelios, que en principio fueron escritos para audiencias gentiles, indican que los contactos entre Jesús y los gentiles eran pocos pero excepcionales. El tiempo llegará cuando gentiles serán bienvenidos en la iglesia, pero todavía no ha llegado ese momento.

Como dijo Pablo en su carta a los Romanos (escrita antes que el Evangelio de Marcos), “al judío primeramente y también al griego” (Romanos 1:16). Un constructor debe preparar un cimiento sólido antes de empezar a construir paredes y tejados. Así es que Jesús limita su ministerio a gentiles en deferencia a la gente que Dios escogió hacía tantos siglos. Ministerio a gentiles llegará en buen tiempo.

• “Y respondió ella, y le dijo: Sí, Señor (kirie – Señor); pero aun los perrillos debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos” (v. 28):

En varias ocasiones en este Evangelio, Jesús se refiere a si mismo como Señor (2:28; 5:19; 11:3; 12:36), pero este lugar es el único donde otra persona le llama “Señor.” Es irónico que la persona que le llama “Señor” sea una mujer gentil en vez de uno de sus discípulos.

La mujer contesta bien – reconoce el lugar especial de los judíos, llama atención a su propia necesidad, y utiliza las palabras de Jesús para seguir con su súplica. Kynarion – animales domésticos – son parte del hogar y están bajo el cuidado del amo. La mujer utiliza la imagen de los hijos dejando caer al suelo pedacitos de comida descuidadamente (o quizá a propósito). ¿Qué daño resultará por dejar que el kynarion consuma las sobras que los niños no comerán de todos modos?

• “Entonces le dice: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija” (v. 29):

Jesús no la acompaña a su casa. No toca a la hija. No hace una declaración para sanarla. Simplemente declara que su hija está sanada. El énfasis de esta historia no es sanar, sino la relación de Jesús con los gentiles.

En el relato de Mateo, Jesús encomienda la fe de la mujer (Mateo 15:28), pero aquí encomienda su buena respuesta.

• “Y como fue á su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija echada sobre la cama” (v. 30):

La mujer no rogó que Jesús la acompañara a ver a su hija. Primero, ella demostró una simple pero profunda fe al venir a Jesús, y ahora expresa una simple pero profunda fe al irse. Su fe es como la del centurión romano (Mateo 5:5-13; Lucas 7:1-10) – también gentil. Al llegar a su casa, encuentra que el demonio se ha ido y que su hija ha sido sanada.

— Meditación

Esta mujer sirve de ejemplo para aquéllos que se desalientan cuando su oración persistente no es inmediatamente contestada. Nos proporciona un testimonio a través de la oración completa y profunda, en vez de simplemente recitar oraciones memorizadas o una lista de necesidades.

No toda oración ferviente será contestada como lo pedimos, pero Dios responde al fervor mientras se distancia de las oraciones tibias (Revelaciones 3:16). El modelo de oración ferviente es Jacob luchando con Dios en Peniel hasta que recibió una bendición (Génesis 32:22-32).

Esta mujer también sirve de modelo de madre que ama a su hija lo suficiente como para exponerse al escarnio de los demás. Podría haber encontrado excusas para no ir a Jesús, pero no lo hizo. Podría haberse desalentado con la respuesta inicial de Jesús, pero persistió.

La mujer también provee un fuerte contraste de los escribas y fariseos que retaron a Jesús en la historia que precede (7:1-23). Recuerdan lo que dijeron los profetas acerca del Mesías que se acerca. Han visto (o por lo menos oído) alimentar de los cinco mil (6:30-44) y sanar a los enfermos en Genesaret (6:53-56), pero prefieren encontrar fallos en Jesús y en sus discípulos (7:1-23). En cada oportunidad que tienen de mirar a través de ojos de fe, eligen mirar a través de ojos sin fe. Esta mujer, una gentil, elige ver a través de los ojos de la fe.

jueves, 19 de enero de 2017

Marcos 3:7-12: La multitud sigue a Jesús

Marcos 3:7-12
Jueves de la 2 Semana del Tiempo Ordinario, Año I y II

Jesús se retiró con sus discípulos hacia el mar, y le siguió una gran muchedumbre de Galilea. También de Judea, de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, de los alrededores de Tiro y Sidón, una gran muchedumbre, al oír lo que hacía, acudió a él. Entonces, a causa de la multitud, dijo a sus discípulos que le prepararan una pequeña barca, para que no le aplastaran. Pues curó a muchos, de suerte que cuantos padecían dolencias se le echaban encima para tocarle. Y los espíritus inmundos, al verle, se arrojaban a sus pies y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios.» Pero él les mandaba enérgicamente que no le descubrieran.

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Tiempos de transición 
Una vida cristiana sin tentaciones no es cristiana  

Imágenes del Evangelio:
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viernes, 30 de septiembre de 2016

Lucas 10,13-16: Lamentación de Jesús por Galilea

Lucas 10,13-16
Viernes de la 26 Semana del Tiempo Ordinario, Año I y II

En aquel tiempo dijo Jesús: "¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidos de sayal y sentados en la ceniza. Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. T tú, Cafarnaúm, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo. Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado"

martes, 12 de julio de 2016

Mateo 11,20-24: Lamentación por las ciudades de Galilea

Mateo 11,20-24
Martes de la 15 Semana del Tiempo Ordinario, Año I y II

En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido: «¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza. Os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy. Os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti.» 

martes, 14 de julio de 2015

Mateo 11,20-24: "Jesús recriminó a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido"

Mateo 11,20-24
Martes de la 15 Semana del Tiempo Ordinario, Año I

En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido: «¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza. Os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy. Os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti.»

viernes, 3 de octubre de 2014

Lucas 10,13-16: ""¡Ay de ti, Corozaín, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidos de sayal y sentados en la ceniza (...) el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaúm, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo"

Lucas 10,13-16
Viernes de la 25 Semana del Tiempo Ordinario II,

En aquel tiempo dijo Jesús: "¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidos de sayal y sentados en la ceniza. Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaúm, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo. Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado".