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miércoles, 21 de agosto de 2024

Libro de Josué 24,1-33: El pacto de Siquem

Libro de Josué
Capítulo 24

LA GRAN ASAMBLEA DE SIQUEM
Recuerdo de la vocación de Israel

1 Josué reunió a las tribus de Israel en Siquén. 
   Convocó a los ancianos de Israel, a los jefes de familia, a los jueces y escribas, 
   y se presentaron ante el Señor. 
2 Josué habló al pueblo: 
   –Así dice el Señor, Dios de Israel: Al otro lado del río Éufrates vivieron antiguamente sus padres, 
   Téraj, padre de Abrahán y de Najor, sirviendo a otros dioses. 
3 Pero yo tomé a Abrahán, su padre, del otro lado del río, 
   lo conduje por todo el país de Canaán y multipliqué su descendencia dándole a Isaac. 
4 A Isaac le di Jacob y Esaú. A Esaú le di en propiedad la montaña de Seír, 
   mientras que Jacob y sus hijos bajaron a Egipto. 
5 Envié a Moisés y a Aarón para castigar a Egipto con los portentos que hice, 
   y después los saqué de allí. 
6 Saqué de Egipto a sus padres, y llegaron al mar. 
   Los egipcios persiguieron a sus padres con caballería y carros hasta el Mar Rojo; 
7 pero gritaron al Señor, y él puso una nube oscura entre ustedes y los egipcios; 
   después desplomó sobre ellos el mar, cubriéndolos. 
   Sus ojos vieron lo que hice en Egipto. Después vivieron en el desierto muchos años. 
8 Los llevé al país de los amorreos, que vivían en Transjordania; 
   los atacaron y se los entregué; ustedes se apoderaron de sus territorios; 
    y yo se los quité de delante. 
9 Entonces Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, atacó a Israel; 
   mandó llamar a Balaán, hijo de Beor, para que los maldijera; 
10 pero yo no quise oír a Balaán, que no tuvo más remedio que bendecirlos, 
     y los libré de sus manos. 
11 Pasaron el Jordán y llegaron a Jericó. Los jefes de Jericó los atacaron: 
     los amorreos, fereceos, cananeos, hititas, guirgaseos, heveos y jebuseos, pero yo se los entregué; 
12 sembré el pánico ante ustedes, y expulsaron a los dos reyes amorreos 
     no con tu espada ni con tu arco; 
13 y les di una tierra por la que no habían sudado, ciudades que no habían construido 
     y en las que ahora viven; viñedos y olivares que no habían plantado y de los que ahora comen.

Israel elige a Yahvé
 
14 Por lo tanto, teman al Señor y sírvanlo con toda sinceridad; 
     dejen de lado a los dioses que sirvieron sus padres al otro lado del río y en Egipto, 
     y sirvan al Señor. 
15 Y si no están dispuestos a servir al Señor, elijan hoy a quién quieren servir: 
     a los dioses que sirvieron sus padres al otro lado del río 
     o a los dioses de los amorreos en cuyo país habitan, que yo y mi familia serviremos al Señor. 
16 El pueblo respondió: 
     –¡Lejos de nosotros abandonar al Señor para ir a servir a otros dioses! 
17 Porque el Señor, nuestro Dios, es quien nos sacó a nosotros 
     y a nuestros padres de la esclavitud de Egipto, quien hizo ante nuestros ojos 
     aquellos grandes prodigios, nos guardó en todo nuestro peregrinar 
     y entre todos los pueblos que atravesamos. 
18 El Señor expulsó ante nosotros a los pueblos amorreos que habitaban el país. 
     Por eso también nosotros serviremos al Señor: ¡él es nuestro Dios! 
19 Josué dijo al pueblo: 
     –No podrán servir al Señor, porque es un Dios santo, un Dios celoso. 
     No perdonará sus delitos ni sus pecados. 
20 Si abandonan al Señor y sirven a dioses extranjeros, se volverá contra ustedes, 
     y después de haberlos tratado bien, los maltratará y aniquilará. 
21 El pueblo respondió: –¡No! Serviremos al Señor. 
22 Josué insistió: 
     –Son testigos contra ustedes mismos de que han elegido servir al Señor. 
     Respondieron: 
     –¡Somos testigos! 
23 –Entonces dejen de lado los dioses extranjeros que conservan 
     y pónganse de parte del Señor, Dios de Israel. 
24 El pueblo respondió: 
     –Nosotros serviremos al Señor, nuestro Dios, y le obedeceremos. 

El pacto de Siquén

25 Aquel día Josué selló una alianza con el pueblo y les dio leyes y mandatos en Siquén. 
26 Escribió las cláusulas en el libro de la ley de Dios, agarró una gran piedra y la erigió allí, 
     bajo la encina del santuario del Señor, 
27 y dijo a todo el pueblo: 
    –Miren esta piedra, que será testigo contra nosotros, 
    porque ha oído todo lo que el Señor nos ha dicho. 
    Será testigo contra ustedes para que no renieguen de su Dios. 
28 Luego despidió al pueblo, cada cual a su herencia. 

Muerte de Josué
Jc 2,6-10

29 Algún tiempo después murió Josué, hijo de Nun, siervo del Señor, a la edad de ciento diez años. 
30 Lo enterraron en el territorio de su herencia, en Timná Séraj, en la serranía de Efraín, 
     al norte del monte Gaas. 
31 Israel sirvió al Señor mientras vivió Josué y durante toda la vida de los ancianos 
     que le sobrevivieron y que habían visto las hazañas del Señor en favor de Israel. 

Los huesos de José
Muerte de Eleazar

32 Los huesos de José, traídos por los israelitas de Egipto, los enterraron en Siquén, 
     en el campo que había comprado Jacob a los hijos de Jamor, padre de Siquén, por cien pesos, 
     y que pertenecía a los hijos de José. 
33 También murió Eleazar, hijo de Aarón. Lo enterraron en Guibeá, población de su hijo Fineés, 
     que la había recibido en propiedad en la serranía de Efraín.


Libro de Josué 18,1-28: La tribu de Benjamín

Libro de Josué
Capítulo 18

DESCRIPCIÓN DE LAS OTRAS SIETE TRIBUS
Descripción del territorio

1 La asamblea israelita en pleno se reunió en Siló e instalaron allí la tienda del encuentro. 
   El país les estaba sometido. 
2 Pero quedaban siete tribus israelitas que no habían recibido aún su heredad. 
3 Josué les dijo: 
   –¿Hasta cuándo van a estar con los brazos cruzados, 
   sin ir a tomar posesión de la tierra que les ha dado el Señor, Dios de sus padres? 
4 Elijan tres hombres de cada tribu; 
   yo los mandaré a recorrer el país para que hagan un plano dividido por herencias, 
   y después volverán a mí. 
5 Dividirán el país en siete lotes. 
   Judá seguirá en su territorio, al sur, y la casa de José en el suyo, al norte. 
6 Hagan el plano del país dividiéndolo en siete lotes y tráiganme el proyecto. 
   Después lo echaré a suertes aquí, ante el Señor, nuestro Dios. 
7 A los levitas no les tocará ninguna parte porque lo que les toca a ellos es el sacerdocio del Señor. 
   Por su parte, Gad, Rubén y media tribu de Manasés ya recibieron en Transjordania 
   la herencia que les asignó Moisés, siervo del Señor. 
8 Cuando aquellos hombres emprendían el camino para hacer el mapa del país, 
   Josué les ordenó: 
   –Vayan a recorrer el país y hagan un mapa; 
   cuando vuelvan, yo lo echaré a suertes ante el Señor, aquí en Siló. 
9 Ellos marcharon y atravesaron el país, registrando por escrito las ciudades en siete lotes, 
   y se lo llevaron a Josué al campamento de Siló. 
10 Josué echó las suertes entre los israelitas, ante el Señor 
     y distribuyó la tierra a cada una de las tribus de Israel. 

La tribu de Benjamín
Gn 49,27; Dt 33,12

11 Salió la suerte de Benjamín, por clanes. 
     El territorio que le tocó está entre Judá y José. 
12 Su límite norte partía del Jordán, subía por la vertiente norte de Jericó, 
     luego el monte hacia el oeste y terminaba en el desierto de Bet-Avén. 
13 De allí pasaba a Luz –es decir, Betel– por su vertiente sur, bajando después a Atarot Adar 
     por el monte que hay al sur de Bet-Jorón de Abajo. 
14 Después torcía, dando la vuelta por la parte oeste, hacia el sur, 
     desde el monte que está frente a Bet-Jorón, al sur, y terminaba en Quiriat-Baal 
     –o sea, Quiriat Yearim–, ciudad que pertenecía a Judá. Ése era el límite occidental. 
15 Por el sur, desde el término de Quiriat Yearim, iba hacia la fuente del arroyo de Neftoj. 
16 Después, por la punta del monte que hay frente al valle de Hinnón, al norte del valle de Refaim, 
     bajaba al valle de Hinnón por la vertiente sur de los jebuseos, hasta En-Roguel; 
17 después torcía hacia el norte, llegaba a En Semes y a los cerros que hay frente a Maalé Adumim, 
     bajaba a la Piedra de Bohán, hijo de Rubén, 
18 pasaba por la vertiente norte frente a Bet-Arabá, bajaba hacia la estepa, 
19 pasaba por la vertiente norte de Bet-Joglá, terminando en el cabo del Mar Muerto, el cabo norte, 
     en la desembocadura del Jordán. Ésta era la frontera sur. 
20 Por el este, el Jordán le servía de límite. 
     Ésa fue la herencia de Benjamín, por clanes, siguiendo el trazado de sus límites. 

Ciudades de Benjamín

21 Ciudades de la tribu de Benjamín, por clanes: Jericó, Bet-Joglá, Valle Quesís, 
22 Bet-Arabá, Semaraym, Betel, 
23 Avim, Zaca, Ofrá, 
24 Villar del Amonita, Ofní, Guibeá. Doce ciudades con sus poblados. 
25 Gabaón, Haramá, Beerot, 
26 Mispá, Quefirá, Mosá, 
27 Requen, Yirfel, Tarela, 
28 Sela Haelep, Jebús –o sea, Jerusalén–, Guibeá, Quiriat Yearim. 
     Catorce ciudades con sus poblados. 
     Ésa fue la herencia que recibieron los clanes de la tribu de Benjamín. 

martes, 20 de agosto de 2024

Libro de Josué 14,1-15: Tres grandes tribus al oeste del Jordán

Libro de Josué
Capítulo 14

DESCRIPCIÓN DE LAS TRES GRANDES TRIBUS AL OESTE DEL JORDÁN


1 Éstos son los territorios que los israelitas recibieron como herencia en el país de Canaán, 
   repartidos por el sacerdote Eleazar, Josué, hijo de Nun, 
   y los cabezas de familias de las tribus de Israel. 
2 Ellos lo repartieron echando suertes, como había ordenado el Señor, por medio de Moisés, ´
   a las nueve tribus y media. 
3 Ya antes Moisés les había asignado herencia en Transjordania 
   a dos tribus y media pero a los levitas no les asignó ninguna herencia en medio de ellos. 
4 Los descendientes de José formaban dos tribus: Manasés y Efraín; 
   pero a los levitas no les asignaron ningún territorio en el país, 
   sino ciudades para habitar con sus correspondientes campos para criar sus ganados y rebaños. 
5 Los israelitas hicieron el reparto de tierra como el Señor había mandado a Moisés. 

La parte de Caleb 
Nm 14

6 Los de Judá se acercaron a Josué en Guilgal, y Caleb, hijo de Jefoné, el queniceo, le dijo: 
   –Ya sabes el encargo que, por orden del Señor, te dio para mí, 
   Moisés hombre de Dios en Cades Barnea. 
7 Cuarenta años tenía yo cuando Moisés, siervo del Señor, 
   me envió desde Cades Barnea a reconocer el país, y volví con una información fidedigna. 
8 Los compañeros que habían ido conmigo desanimaron a la gente; 
   yo, en cambio, seguí plenamente al Señor, mi Dios, 
9 y Moisés juró aquel día: 
   La tierra que han pisado tus pies será tu herencia y la de tus hijos por siempre, 
   porque has seguido plenamente al Señor, mi Dios. 
10 Ahora ves que el Señor me ha conservado la vida, como prometió. 
     Cuarenta y cinco años han pasado desde que el Señor se lo dijo a Moisés, 
     cuando Israel andaba por el desierto; hoy cumplo ochenta y cinco años, 
11 y todavía estoy tan fuerte como el día en que me envió Moisés: 
     me siento ahora tan fuerte como entonces para luchar y para emprender lo que sea. 
12 Por eso, dame ese monte que me prometió aquel día el Señor. 
     Tú lo oíste: que aquí vivían los enaquitas y que sus ciudades eran grandes y fortificadas. 
     Ojalá el Señor esté conmigo y logre expulsarlos como él prometió. 
13 Entonces Josué lo bendijo y dio Hebrón en herencia a Caleb, hijo de Jefoné. 
14 Por eso Hebrón pertenece por herencia a Caleb, hijo de Jefoné, el queniceo, hasta el día de hoy, 
     por haber seguido plenamente al Señor, Dios de Israel. 
15 Hebrón se llamaba antiguamente Quiriat Arbá, por el gigante enaquita. Y el país quedó en paz. 

Libro de Josué 13,1-33: Reparto del país entre las tribus

Libro de Josué
Capítulo 13
REPARTO DEL PAÍS ENTRE LAS TRIBUS

Tierras que quedan sin conquistar
 
1 Josué era viejo, de edad avanzada, y el Señor le dijo: 
   –Ya eres viejo, de edad avanzada, y queda aún mucha tierra por ocupar, 
2 toda la parte filistea y todo Guesur; 
3 desde el Sijor, en tierra de Egipto, hasta el límite de Ecrón, al norte, 
   zona considerada como cananea; 
   allí están los cinco principados filisteos –Gaza, Asdod, Ascalón, Gat, y Ecrón– y los heveos 
4 del sur. Además queda todo el país cananeo, desde la Cueva de los Fenicios hasta Afec, 
   y hasta la frontera de los amorreos. 
5 Y por último todo el país de Biblos y el Líbano oriental, desde Baal-Gad, al pie del Hermón, 
   hasta el Paso de Jamat. 
6 Yo expulsaré ante los israelitas a todos los habitantes de la montaña, 
   desde el Líbano hasta Misrepot Maym, y a todos los fenicios. 
   Tú sólo tienes que repartir el país entre los israelitas mediante un sorteo, 
   según te lo he mandado. 
7 Sí, ya es hora de que repartas esta tierra entre las nueve tribus 
   y la media tribu de Manasés para que la posean como herencia.

DESCRIPCIÓN DE LAS TRIBUS DE LA TRANSJORDANIA
Nm 32; Dt 3,12-17

8 La otra media tribu de Manasés, los de Rubén y los de Gad habían recibido ya la herencia 
   que Moisés, siervo del Señor, les había asignado en Transjordania: 
9 desde Aroer a la orilla del Arnón, con la ciudad que está en medio del valle, 
   toda la llanura de Mandaba hasta Dibón, 
10 y todas las ciudades de Sijón, rey amorreo que reinaba en Jesbón, 
     hasta la frontera de los amonitas. 
11 Además les había asignado Galaad, el territorio de los guesureos y macateos, 
     todo el Hermón y todo el Basán hasta Salcá, 
12 y todo el reino de Og de Basán, que reinaba en Astarot y Edrey, 
     y era uno de los últimos refaimitas a los que Moisés derrotó y expulsó. 
13 En cambio, los israelitas no pudieron expulsar a guesureos y macateos, 
     que han seguido viviendo en medio de Israel hasta hoy. 
14 Sólo a la tribu de Leví no le asignó Moisés una herencia; 
    el Señor, Dios de Israel, es su herencia, como les había prometido. 

La tribu de Rubén
Gn 49,3-4; Dt 33,6

15 A la tribu de Rubén Moisés le asignó, por clanes, 
16 una herencia cuyo territorio era: desde Aroer a la orilla del Arnón, 
     con la ciudad que está en medio del valle, toda la llanura de Madabá; 
17 Jesbón y todos los pueblos de la meseta: Dibón, MotBaal, Bet-Baal-Maón, 
18 Yasá, Cademot, Mepaat, 
19 Quiriataym, Sibmá y Séret Sajar, en el monte y en el valle, 
20 Bet-Fegor, las estribaciones del Fasga y Bet-Yesimot: 
21 todos los pueblos de la llanura y todo el reino de Sijón, rey amorreo que reinaba en Jesbón, 
     al que derrotó Moisés, lo mismo que a los príncipes de Madián: Eví, Requen, Sur, 
     Hur y Reba, vasallos de Sijón que vivían en el país. 
22 Al adivino Balaán, hijo de Beor, los israelitas lo acuchillaron con los demás. 
23 Así que el territorio de los rubenitas fue el Jordán y su ribera. 
     Ésa fue, con sus ciudades y poblados, la herencia de los rubenitas, repartida por clanes. 

La tribu de Gad
Gn 49,19; Dt 33,20-21

24 A la tribu de Gad –a los gaditas– Moisés le asignó, por clanes, 
25 una herencia cuyo territorio comprendía Jezer, todos los pueblos de Galaad, 
     la mitad del país amonita, hasta Aroer, frente a Rabat, 
26 y a partir de Jesbón hasta Ramat Hammispe y Betonim, 
     desde Majnaym hasta los términos de Lodabar. 
27 En el valle: Bet Haram y Bet-Nimrá, Sucot y Safón, 
     lo que quedaba del reino de Sihón, rey de Jesbón. 
     El Jordán servía de límite hasta la orilla del Mar de Galilea en Transjordania. 
28 Ésa fue, con ciudades y poblados, la herencia de los gaditas, repartida por clanes. 

La media tribu de Manasés

29 A la media tribu de Manases, Moisés le había asignado, por clanes, 
30 una herencia cuyo territorio comprendía desde Majanaim, todo Basán, 
     todo el reino de Og, rey de Basán, todas las villas de Yair en Basán: sesenta poblaciones. 
31 Medio Galaad, Astarot y Edrey, ciudades del reino de Og de Basán, 
     les tocaron a los mauiritas de Manases, media tribu de Manasés, por clanes. 
32 Ésa fue la tierra que Moisés repartió en herencia en los llanos de Moab, en Transjordania, 
     al este de Jericó. 
33 A la tribu de Leví no le asignó herencia. El Señor, Dios de Israel, es su herencia, como les había prometido. 

lunes, 19 de agosto de 2024

Libro de Josué 8,1-35: Conquista de Ay

Libro de Josué 
LA CONQUISTA DE AY
Eclo 46,2

Capítulo 8
Orden dada a Josué

1 El Señor dijo a Josué: –No temas ni te acobardes. 
    Vete con tu ejército a atacar Ay, que yo te pongo en las manos a su rey, 
    su gente, la ciudad y sus campos. 
2 Trata a la ciudad y a su rey como trataste a Jericó y a su rey. 
   Sólo se llevarán el botín y el ganado. Pon emboscadas al otro lado del pueblo. 
3 Josué y su ejército prepararon el ataque de Ay. 
   Josué escogió treinta mil soldados y los envió durante la noche 
4 con estas instrucciones: –Presten atención, ustedes estarán emboscados detrás del pueblo, 
   pero sin alejarse mucho, manténganse alerta; 
5 yo y los míos nos acercaremos. Cuando el enemigo salga contra nosotros, 
   como la primera vez, huiremos ante ellos; 
6 ellos saldrán detrás, pensando que huimos como la primera vez, 
   y así lograremos alejarlos del pueblo. 
7 Entonces salgan de la emboscada y apodérense de la ciudad –el Señor se las entregará– 
8 y en cuanto la ocupen, la incendiarán. Hagan lo que ha dicho el Señor. Éstas son mis órdenes. 
9 Los despachó, y fueron a ubicarse en el lugar de la emboscada entre Betel y Ay, al oeste de Ay. 
   Josué pasó aquella noche entre la tropa. 
10 Se levantó temprano, pasó revista a la tropa y marchó contra Ay. 
     El iba a la cabeza, con los ancianos de Israel. 
11 Todos los soldados que los acompañaban fueron acercándose a Ay, hasta llegar frente a ella, 
     y acamparon al norte, dejando el valle entre ellos y el pueblo. 
12 Josué había tomado unos cinco mil hombres y los había emboscado entre Betel y Ay, 
     al oeste de la villa. 
13 El grueso del ejército acampó al norte, la retaguardia al oeste de la villa. 
     Josué fue aquella noche hasta la mitad del valle. 

Batalla de Ay

14 Cuando el rey de Ay lo descubrió, despertó a toda prisa a la gente 
     y salió con su ejército a presentar batalla a Israel, en la bajada frente al desierto, 
     sin saber que le habían tendido una emboscada detrás de la ciudad. 
15 Josué y los israelitas cedieron ante ellos y emprendieron la fuga camino del desierto. 
16 Los de Ay salieron gritando tras ellos y persiguieron a Josué, alejándose de la ciudad; 
17 no quedó uno en Ay que no saliera en persecución de los israelitas 
     y por perseguirlos dejaron la ciudad desguarnecida. 
18 El Señor dijo a Josué: –Extiende en dirección de Ay la lanza que llevas en la mano, 
     porque la entrego en tu poder. 
19 Josué extendió en dirección de Ay la lanza que llevaba en la mano, 
     y los de la emboscada salieron corriendo de sus posiciones, entraron en la ciudad, 
     la ocuparon y la incendiaron en seguida. 

Desastre de la gente de Ay

20 Los de Ay se volvieron a mirar y vieron que subía de la ciudad una humareda hasta el cielo 
     y que no tenían escapatoria por ninguna parte, porque los que habían huido hacia el desierto 
     se volvieron contra sus perseguidores. 
21 Ya que Josué y los israelitas, viendo que los de la emboscada habían incendiado la ciudad, 
     por la humareda que subía, se dieron la vuelta y atacaron a los de Ay 
22 y por su parte los de la emboscada salieron de Ay a su encuentro, 
     y así se vieron encerrados entre dos ejércitos israelitas. 
     Israel los derrotó hasta no dejarles un superviviente ni un fugitivo. 
23 Al rey de Ay lo apresaron vivo y se lo llevaron a Josué. 
24 Cuando los israelitas acabaron de matar a todos los de Ay que habían salido a campo abierto 
     en su persecución, haciéndolos caer a todos a filo de cuchillo, hasta el último, 
     se volvieron contra Ay y pasaron a cuchillo a sus habitantes. 
25 Las bajas de aquel día fueron doce mil entre hombres y mujeres, toda gente de Ay. 

El anatema y la ruina

26 Josué tuvo extendido el brazo con la lanza hasta que exterminaron a todos los de Ay. 
27 Los israelitas se llevaron sólo el ganado y el botín, como había ordenado el Señor a Josué. 
28 Josué incendió la ciudad, reduciéndola a un montón de escombros, que dura hasta hoy. 
29 Al rey de Ay lo ahorcó de un árbol y lo dejó allí hasta la tarde; 
     al ponerse el sol mandó bajar del árbol el cadáver, 
     lo tiraron junto a la puerta de la ciudad y lo cubrieron con un montón enorme de piedras, 
     que se conserva hasta hoy. 

SACRIFICIO Y LECTURA DE LA LEY SOBRE EL MONTE EBAL
El altar de piedras sin labrar

30 Entonces levantó Josué un altar al Señor, Dios de Israel, en el monte Ebal, 
31 como había mandado Moisés, siervo del Señor, a los israelitas 
     –está escrito en el libro de la ley de Moisés–: un altar de piedras enteras, no labradas a hierro, 
     y ofrecieron sobre él holocaustos y sacrificios de comunión. 

Lectura de la Ley

32 Allí escribió Josué sobre las piedras una copia de la ley 
     que Moisés había escrito en presencia de los israelitas. 
33 Todo Israel, los ancianos, los escribas y los jueces estaban a ambos lados del arca, 
     frente a los sacerdotes levitas portadores del arca de la alianza del Señor. 
     Tanto el extranjero como el nativo: la mitad hacia el monte Garizín, 
     la otra mitad hacia el monte Ebal, 
     como había mandado Moisés, siervo del Señor, 
     cuando bendijo por primera vez al pueblo israelita. 
34 Josué leyó todo el texto de la ley, bendiciones y maldiciones, 
     tal como está escrito en el libro de la Ley. 
35 De cuanto prescribió Moisés no quedó ni una palabra 
     que Josué no leyera ante la asamblea de Israel, 
     incluidos niños, mujeres y los extranjeros que iban con ellos. 

Libro de Josué 3,1-17: El paso del Jordán

Capítulo 3
EL PASO DEL JORDÁN
Éx 14ss

Preliminares del paso

1 Josué madrugó, levantó el campamento de Sittim, 
   llegó hasta el Jordán con todos los israelitas y pasaron allí la noche antes de cruzarlo. 
2 Al cabo de tres días, los escribas recorrieron el campamento, 
3 dando esta orden a la gente: 
   –Cuando vean moverse el arca de la alianza del Señor, nuestro Dios, 
   llevada por los sacerdotes levitas, empiecen a caminar desde sus puestos detrás de ella. 
4 Pero dejen entre ustedes y el arca una distancia aproximada de mil metros, no se acerquen a ella. 
   Así sabrán por dónde tienen que ir, porque ninguno de ustedes ha pasado antes por ese camino. 
5 Y Josué ordenó al pueblo: 
   –Purifíquense, porque mañana el Señor hará prodigios en medio de ustedes. 
6 Josué ordenó a los sacerdotes: –Levanten el arca de la alianza y pasen el río delante de la gente. 
   Levantaron el arca de la alianza y marcharon delante de la gente.

Últimas instrucciones
 
7 El Señor dijo a Josué: 
   –Hoy empezaré a engrandecerte ante todo Israel, para que vean que estoy contigo 
   como estuve con Moisés. 
8 Tú ordena a los sacerdotes portadores del arca de la alianza 
   que cuando lleguen a la orilla se detengan en el Jordán. 
9 Josué dijo a los israelitas: –Acérquense aquí a escuchar las palabras del Señor, su Dios. 
10 Y dijo Josué: Así conocerán que un Dios vivo está en medio de ustedes, 
     y que va a expulsar ante ustedes a cananeos, hititas, heveos, fereceos, guirgaseos, 
     amorreos y jebuseos. 
11 Miren, el arca de la alianza del dueño de toda la tierra va a pasar el Jordán delante de ustedes. 
12 Ahora elijan doce hombres de las tribus de Israel, uno de cada tribu. 
13 Y cuando los pies de los sacerdotes que llevan el arca de la alianza del dueño de toda la tierra 
     pisen el Jordán, la corriente del Jordán se cortará: 
     el agua que viene de arriba se detendrá formando un embalse. 

El paso del río

14 Cuando la gente levantó el campamento para pasar el Jordán, 
     los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza caminaron delante de la gente. 
15 Y al llegar al Jordán, en cuanto se mojaron los pies en el agua 
      –el Jordán va hasta los bordes todo el tiempo de la cosecha–, 
16 el agua que venía de arriba se detuvo, creció formando un embalse que llegaba muy lejos, 
     hasta Adán, un pueblo cerca de Sartan, y el agua que bajaba al mar del desierto, al Mar Muerto, 
     se cortó del todo. Así, el pueblo cruzó a la altura de Jericó. 
17 Los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza del Señor estaban quietos en el cauce seco, 
     firmes en medio del Jordán, mientras Israel iba pasando por el cauce seco, 
     hasta que todo el pueblo terminó de pasar el Jordán. 

lunes, 17 de abril de 2023

Hechos 4,32-37: Comunión fraterna de bienes

Hechos 4,32-37

En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno. José, a quien los apóstoles apellidaron Bernabé, que significa Consolado, que era levita y natural de Chipre, tenía un campo y lo vendió; llevó el dinero y lo puso a disposición de los apóstoles.

SOBRE EL MISMO TEMA:

domingo, 24 de julio de 2022

Números 35,1-8: La herencia de los levitas

Números 35,1-8:
La herencia de los levitas

1 El Señor dijo a Moisés en las estepas de Moab, junto al Jordán, a la altura de Jericó:
2 Ordena a los israelitas que cedan a los levitas, de su patrimonio hereditario, ciudades para vivir 
   y campos de pastoreo alrededor de las mismas.
3 Las ciudades les servirán de morada, y los campos de pastoreo serán para su ganado 
   y sus otros animales.
4 Los campos de pastoreo de las ciudades que ustedes cederán a los levitas, 
   se extenderán hasta quinientos metros alrededor de la ciudad, a partir de las murallas.
5 Ustedes medirán fuera de la ciudad, mil metros hacia el este, mil hacia el sur, mil hacia el oeste, 
   y mil hacia el norte, tomando la ciudad como centro: estos serán los campos de pastoreo para las 
   ciudades.
6 Las ciudades que cederán a los levitas serán las seis ciudades de refugio que ustedes deben separar 
   para que los homicidas puedan huir a ellas, añadiendo además, otras cuarenta y dos.
7 Así darán a los levitas un total de cuarenta y ocho ciudades, todas ellas con sus campos de pastoreo.
8 Cuando cedan esas ciudades, tomándolas de lo que es propiedad de los israelitas, 
   exigirán más de los grupos numerosos, y menos de los grupos más pequeños, 
   y menos de los grupos más pequeños. De esta manera, cada uno cederá a los levitas 
   una cantidad de ciudades proporcionada a la herencia que haya recibido.

sábado, 23 de julio de 2022

Números 31,25-47: El reparto del botín

Números 31,25-47:
El reparto del botín

25 Luego el Señor dijo a Moisés:
26 «Tú, el sacerdote Eleazar y los jefes de familia de la comunidad harán el inventario del botín 
     que ha sido capturado, tanto hombres como animales.
27 Después lo repartirás, por partes iguales, entre los combatientes que participaron de la campaña 
     y el resto de la comunidad.
28 Además, debes separar para el Señor, como tributo de los guerreros que han ido al combate, 
     una vida de cada quinientas, tanto de las personas como del ganado mayor, 
     de los asnos y del ganado menor.
29 Esto lo tomarás de la mitad que les corresponda y se lo entregarás al sacerdote Eleazar 
     como un tributo para el Señor.
30 De la mitad que corresponda a los demás israelitas, tanto de las personas como de los animales 
     –del ganado mayor, de los asnos y del ganado menor– tomarás una vida por cada cincuenta 
     y se las entregarás a los levitas que realizan tareas en la Morada del Señor».
31 Moisés y el sacerdote Eleazar hicieron lo que el Señor había ordenado.
32 El total del botín –además de los despojos que habían recogido las tropas– 
     ascendió a 675.000 cabezas de ganado menor,
33 72.000 de ganado mayor,
34 61.000 asnos,
35 y 32.000 personas, a saber, las jóvenes que no habían tenido relaciones con un hombre.
36 Por lo tanto, la mitad correspondiente a los que habían participado de la campaña 
     fueron 337.500 cabezas de ganado menor,
37 y el tributo para el Señor fue de 675;
38 36.000 cabezas de ganado mayor, y el tributo para el Señor, 72;
39 30.500 asnos, y el tributo para el Señor, 61.
40 Las personas fueron 16.000, y el tributo para el Señor, 32.
41 Moisés entregó al sacerdote Eleazar el tributo recogido para el Señor, 
     como él se lo había ordenado.
42 La parte correspondiente a los otros israelitas 
     –que Moisés había tomado del botín de los combatientes–
43 sumó 337.500 cabezas de ganado menor,
44 36.000 cabezas de ganado mayor,
45 30.500 asnos,
46 y 16.000 personas.
47 De esta mitad correspondiente a los israelitas, Moisés tomó cada uno de cada cincuenta hombre 
     y animales, y se los entregó a los levitas que realizaban tareas en la Morada del Señor, como el 
     Señor se lo había ordenado.

Números 26,57-62: El censo de los levitas

Números 26,57-62:
El censo de los levitas

57 Este es el censo de los clanes de los levitas: 
     De Gersón, el clan de los gersonitas; 
     de Quehat, el clan de los quehatitas; 
     de Merarí, el clan de los meraritas.
58 Estos son los clanes de Leví: el clan de los libnitas, el clan de los jebronitas, el clan de los majlitas, 
     el clan de los musitas y el clan de los coreítas. Quehat fue padre de Amram.
59 La esposa de Amram se llamaba Ioquébed, hija de Leví, la cual nació en Egipto. 
     Los hijos que ella dio a Amram fueron Aarón, Moisés y Miriam, la hermana de estos.
60 A Aarón le nacieron Nadab, Abihú, Eleazar e Itamar.
61 Pero Nadab y Abihú murieron al ofrecer un fuego profano delante del Señor.
62 En el censo se registró un total de 23.000 levitas varones, mayores de un mes. 
     Ellos no figuraron en el censo de los demás israelitas, 
     porque no se les había asignado una propiedad hereditaria entre los israelitas.

jueves, 21 de julio de 2022

Números 18,25-32: Los diezmos

Números 18,25-32:
Los diezmos

25 El Señor dijo a Moisés:
26 Habla en estos términos a los levitas: 
     Cuando ustedes reciban de los israelitas los diezmos que yo les asigné como herencia, 
     reservarán la décima parte como una ofrenda para el Señor:
27 esto les será tenido en cuenta a título de contribución. 
     Como se hace con el trigo de la era y el mosto del lagar,
28 también ustedes pondrán aparte para el Señor una ofrenda tomada de los diezmos 
     que reciban de los israelitas, y se la entregarán al sacerdote Aarón, 
     en calidad de ofrenda reservada al Señor.
29 De los dones que reciban, reservarán las ofrendas debidas al Señor: 
     la mejor porción de cada cosa, o sea, la parte que debe ser consagrada.
30 Diles también: Una vez que hayan reservado la mejor parte 
     –que les será tenida en cuenta como el trigo de la era y el mosto del lagar–
31 ustedes y sus familias podrán comerla en cualquier lugar, 
     porque esa es su recompensa por los servicios que prestan en la Carpa del Encuentro.
32 Así, si ustedes reservan la mejor parte, no cargarán con un pecado, 
     no profanarán los dones sagrados de los israelitas ni morirán.

Números 18,20-24: Los derechos de los levitas

Números 18,20-24:
Los derechos de los levitas

20 Y el Señor dijo a Aarón: 
     Tú no recibirás una herencia en el territorio de los israelitas ni tendrás una parte entre ellos: 
     yo soy tu parte y tu herencia.
21 Yo doy como herencia a los levitas todos los diezmos de Israel, 
     a cambio de los servicios que prestan en la Carpa del Encuentro.
22 De ahora en adelante, los israelitas no se acercarán a la Carpa del Encuentro, 
     porque cargarían con un pecado y morirían.
23 Sólo los levitas prestarán servicios en ella y cargarán con sus propias faltas. 
     Este es un decreto válido para siempre, a lo largo de las generaciones. 
     Pero no tendrán una herencia entre los israelitas,
24 porque yo les doy como herencia los diezmos que los israelitas pondrán aparte como una ofrenda 
     para el Señor. Por eso dije, refiriéndome a ellos, que no tendrán una herencia entre los israelitas.

Números 16,1-15: La rebelión de Coré

Números 16,1-15:
La rebelión de Coré

1 Coré –hijo de Ishar, hijo de Quehat, hijo de Leví– junto con Datán y Abirón, hijos de Eliab, ´
   y On, hijo de Pelet –estos últimos eran descendientes de Rubén– decidieron
2 sublevarse contra Moisés, secundados por otros doscientos cincuenta israelitas, 
   todos ellos jefes de la comunidad, representantes de la asamblea y personas de renombre.
3 Se amotinaron contra Moisés y Aarón, y les dijeron: «¡Ustedes se han excedido en sus atribuciones!
   Toda la comunidad es sagrada, y el Señor está en medio de ella. 
   ¿Por qué entonces ustedes se ponen por encima de la asamblea del Señor?».
4 Cuando Moisés oyó esto, cayó con el rostro en tierra.
5 Luego dijo a Coré y a todos sus secuaces: «Mañana, el Señor pondrá de manifiesto 
   quién es el que le pertenece y quién está consagrado; 
   y permitirá que se le acerque el que ha sido elegido por él.
6 Por eso, hagan lo siguiente: tú, Coré, y todos tus secuaces, tomen unos incensarios,
7 pongan fuego en ellos, y mañana échenles incienso en la presencia del Señor. 
   Aquel a quien el Señor elija será el consagrado. 
   ¡Ustedes, hijos de Leví, se han excedido en sus atribuciones!».
8 Luego Moisés siguió diciendo a Coré: «Escúchenme, hijos de Leví.
9 ¿No les basta que el Señor los haya separado de toda la comunidad de Israel y los haya acercado a él, 
   para prestar servicios en la Morada del Señor y para estar como ministros al frente de la comunidad?
10 El Señor te promovió a ti y a todos tus hermanos, los descendientes de Leví, 
     ¿y todavía reclaman el sacerdocio?
11 En realidad, tú y tus secuaces se han confabulado contra el Señor. 
     Porque ¿quién es Aarón para que ustedes protesten contra él?».
12 Moisés manó llamar a Datán y a Abirón, hijos de Eliab. Pero ellos replicaron: «¡No iremos
13 ¿No te basta con habernos sacado de una tierra que mana leche y miel, 
     para hacernos morir en el desierto, que todavía quieres dominarnos?
14 El lugar al que nos has traído no es una tierra que mana leche y miel, 
     y no nos has dado como herencia campos y viñedos. ¿O pretendes impedir que esta gente vea? 
     No iremos».
15 Moisés se indignó profundamente y dijo al Señor: «No aceptes su oblación. 
     Yo no les he quitado ni un solo asno ni he perjudicado a ninguno de ellos».

lunes, 18 de julio de 2022

Números 7,1-11: Las ofrendas de los jefes para la dedicación del Santuario

Números 7,1-11:
Las ofrendas de los jefes para la dedicación del Santuario

1 Cuando Moisés terminó de erigir la Morada, la ungió y la consagró, junto con todo su mobiliario, 
   y lo mismo hizo con el altar y sus utensilios. Y una vez que la ungió y la consagró,
2 los jefes de Israel –los jefes de las familias patriarcales, los capitanes de las tribus, los encargados 
   de supervisar el censo– se acercaron
3 a presentar sus ofrendas delante del Señor, a saber, seis carros de carga y doce bueyes, 
   un carro cada dos jefes y un buey por cada uno. Al presentarlos ante la Morada,
4 el Señor dijo a Moisés:
5 «Acéptales estas cosas para que sean usadas en el culto de la Carpa del Encuentro, 
   y dáselas a los levitas de acuerdo con el servicio que presta cada uno».
6 Entonces Moisés recibió los carros y los bueyes y se los dio a los levitas:
7 a los gersonitas les dio dos carros y cuatro bueyes, como exigían los servicios que ellos prestaban;
8 y a los meraritas, cuatro carros y ocho bueyes, como exigían los servicios que ellos prestaban a las 
   órdenes de Itamar, hijo del sacerdote Aarón.
9 A los quehatitas, en cambio, no les dio nada, porque ellos se ocupaban de los objetos más santos 
   y tenían que llevar su carga al hombro.
10 Los jefes presentaron la ofrenda de la dedicación del altar cuando este fue ungido. 
     Y mientras iban presentado sus ofrendas ante el altar,
11 el Señor dijo a Moisés: Que cada día un jefe ofrezca por turno su ofrenda por la dedicación del altar».

Números 4,34-49: Conclusión

Números 4,34-49: 
Conclusión

34 De esta manera, Moisés, Aarón y los jefes de la comunidad hicieron el censo de los quehatitas, 
     por clanes y por familias,
35 registrando a todos los que podían entrar en servicio para ejercer funciones en la Carpa del Encuentro, 
     es decir, a los que tenían entre treinta y cincuenta años.
36 Los registrados por clanes fueron en total 2.750 hombres.
37 Estos fueron los inscritos en el registro de los clanes de los quehatitas, todos los que prestaban servicio 
     en la Carpa del Encuentro. Moisés y Aarón los registraron, según la orden que el Señor había dado por
     medio de Moisés.
38 Los inscritos en el registro de los gersonitas, por clanes y por familias,
39 todos los que podían entrar en servicio para ejercer funciones en el Carpa del Encuentro, 
     es decir, los que tenían entre treinta y cincuenta años,
40 fueron en total 2.630 hombres.
41 Estos fueron los registrados en el censo de los clanes de los gersonitas, 
     todos los que prestaban servicio en la Carpa del Encuentro, 
     y que Moisés y Aarón registraron por orden del Señor.
42 Los inscritos en el registro de los meraritas, por clanes y por familias,
43 todos los que podían entrar en servicio para ejercer funciones en la Carpa del Encuentro, 
     es decir, los que tenían entre treinta y cincuenta años,
44 fueron en total 3.200 hombres.
45 Estos fueron los inscritos en el registro de los clanes de los meraritas, 
     que Moisés y Aarón registraron según la orden que el Señor había dado por medio de Moisés.
46 Todos los levitas que Moisés, Aarón y los jefes de Israel registraron por clanes y por familias
47 –los que debían prestar servicios en el culto y traslado de la Carpa del Encuentro, 
     es decir, los que tenían entre treinta y cincuenta años–
48 fueron 8.580 hombres.
49 A cada uno le fue asignada una obligación en el servicio y el traslado de la Carpa, 
     según la orden del Señor por medio de Moisés; 
     y cada uno fue registrado como el Señor lo había ordenado a Moisés.

miércoles, 13 de julio de 2022

Números 3,40-51: Los levitas y el rescate de los primogénitos

Los levitas y el rescate de los primogénitos

40 El Señor dijo a Moisés: Realiza un censo de todos los primogénitos varones entre los israelitas, 
     de la edad de un mes en adelante, llevando cuenta de sus nombres.
41 Luego aparta para mí a a los levitas –porque yo soy el Señor– 
     en lugar de todos los primogénitos de los israelitas, 
     y aparta también el ganado de los levitas, 
     en lugar de todos los primogénitos del ganado de los israelitas.
42 Entones Moisés hizo el censo de todos los primogénitos entre los israelitas, 
     como el Señor se lo había ordenado.
43 Los primogénitos varones de un mes en adelante que fueron registrados eran en total 22.273 hombres.
44 Luego el Señor dijo a Moisés:
45 Aparta a los levitas en lugar de todos los primogénitos israelitas, 
     y aparta también el ganado de los israelitas. 
     Los levitas serán para mí: yo soy el Señor.
46 Y como precio del rescate por los doscientos setenta y tres primogénitos israelitas 
     que exceden el número de los levitas,
47 toma cinco siclos por cabeza –en siclos del Santuario, 
     teniendo en cuenta que cada siclo equivale a veinte gueras–
48 y entrega ese dinero a Aarón y a sus hijos, como precio de rescate por la diferencia.
49 Moisés tomó el dinero del rescate por aquellos primogénitos, 
     que excedían a los rescatados por los levitas,
50 recibió el dinero de los primogénitos israelitas –1.365 siclos, en siclos del Santuario–
51 y entregó el dinero del rescate a Aarón y a sus hijos, 
     según la orden que Moisés había recibido del Señor.

Números 3,14-39: El censo de los levitas

El censo de los levitas

14 El Señor dijo a Moisés en el desierto del Sinaí:
15 Inscribe en un registro, por familias y por clanes, 
     a todos los levitas varones que tengan más de un mes.
16 Moisés los registró, según la orden que había recibido del Señor.
17 Los nombres de los hijos de Leví eran Gersón, Quehat y Merarí.
18 Los nombres de los hijos de Gersón, por clanes, eran Ligní y Semei;
19 los hijos de Quehat, por clanes, eran Amram, Ishar, Hebrón y Oziel;
20 y los hijos de Merarí, por clanes, eran Majlí y Musí. ´
     Los clanes de los levitas, repartidos por familias, eran los siguientes:
21 De Gersón procedían el clan de los libnitas y el clan de los semeítas: 
     estos eran los clanes de los gersonitas.
22 Los registrados, contando todos los varones de un mes en adelante, eran en total 7.500 hombres.
23 Los clanes de los gersonitas acampaban detrás de la Morada, hacia el oeste.
24 El jefe de la casa paterna de los gersonitas era Eliasaf, hijo de Lael.
25 Los gersonitas tenían a su cargo, en la Carpa del Encuentro, la Morada y la Carpa, 
     su toldo y el tapiz que estaba a la entrada de la Carpa del Encuentro;
26 las cortinas del atrio y el cortinado para la entrada del atrio que rodea la Morada, 
     las cuerdas y el altar; todo el servicio relacionado con esos objetos.
27 De Quehat procedían el clan de los amritas, el clan de los isharitas, 
     el clan de los hebronitas y el clan de los ozielitas: estos eran los clanes de los quehatitas
28 Contando todos los varones de un mes en adelante, eran en total 8.300 hombres. 
     Ellos tenían a su cargo el servicio del Santuario.
29 Los clanes de los quehatitas acampaban en el lado sur de la Morada.
30 El jefe de la casa paterna de los clanes de los quehatitas era Elisafán, hijo de Oziel.
31 Ellos tenían a su cargo el Arca, la mesa, el candelabro, los altares, los utensilios sagrados 
     que se usaban en el culto, el cortinado que dividía el Santuario y todo el servicio relacionado 
     con esos objetos.
32 El jefe supremo de todos los levitas era Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, 
     que tenía la supervisión de todos los que realizaban las tareas del Santuario.
33 De Merarí procedían el clan de los majilitas y el clan de los musitas: 
     estos eran los clanes de los meraritas.
34 Los registrados, contando todos los que tenían de un mes en adelante, eran en total 6.200 hombres.
35 El jefe de la casa paterna de los clanes de los meraritas era Suriel, hijo de Abijail. 
     Estos acampaban al norte de la Morada.
36 Los hijos de Merarí tenían a su cargo el cuidado de los bastidores de la Morada, 
     sus travesaños, sus postes, sus bases y todos sus enseres; 
     todo el servicio relacionado con esos objetos.
37 También debían ocuparse de las columnas que rodean el atrio, de sus bases, 
     sus estacas y sus cuerdas.
38 Al este, frente a la Morada, delante de la Carpa del Encuentro, 
     acampaban Moisés, Aarón y sus hijos, que realizaban las tareas del Santuario, 
     en favor de los israelitas. Cualquier extraño que se acercara debía ser castigado con la muerte.
39 Los levitas inscritos –los varones mayores de un mes, que Moisés y Aarón registraron por familias, 
     según las orden del Señor– fueron en total 22.000 hombres.

Números 3,11-13: La elección de los levitas

La elección de los levitas

11 El Señor dijo a Moisés:
12 Entre todos los israelitas, en lugar de los primogénitos –de aquellos que abren el seno materno– 
     yo elijo a los descendientes de Leví. Los levitas me pertenecen,
13 porque todo primogénito me pertenece. Cuando exterminé a todos los primogénitos de Egipto, 
     consagré para mí a todos los primogénitos de Israel, hombres y animales, a fin de que fueran míos. 
     Yo soy el Señor.

Números 2,1-34: La disposición de las tribus en el campamento

La disposición de las tribus en el campamento

1 El Señor dijo a Moisés y a Aarón:
2 Los israelitas acamparán alrededor de la Carpa del Encuentro, a una cierta distancia, 
   cada uno junto a su estandarte, bajo las insignias de sus casas paternas.
3 Al frente, sobre el lado este, acamparán los regimientos que militan bajo el estandarte de Judá. 
   El jefe de los descendientes de Judá era Najsón, hijo de Aminadab,
4 y los enrolados en su regimientos, 74.6000,
5 A su lado, acampará la tribu de Isacar. 
   El jefe de los descendientes de Isacar era Natanael, hijo de Suar,
6 y los enrolados en su regimiento, 54.400.
7 También acampará la tribu de Zabulón. 
   El jefe de los descendientes de Zabulón era Eliab, hijo de Jelón,
8 y los enrolados en su regimiento, 57.400.
9 Los enrolados en la división de Judá, agrupados por regimientos, eran en total 186.400. 
   Ellos avanzarán a la vanguardia.
10 Al sur, acamparán los regimientos que militan bajo el estandarte de Rubén. 
     El jefe de los descendientes de Rubén era Elisur, hijo de Sedeur,
11 y los enrolados en su regimientos, 46.500.
12 A su lado, acampará la tribu de Simeón. 
     El jefe de los descendientes de Simeón era Selumiel, hijo de Surisadai,
13 y los enrolados en su regimiento, 59.300.
14 También acampará la tribu de Gad. 
     El jefe de los descendientes de Gad era Eliasaf, hijo de Reuel,
15 y los enrolados en su regimiento, 45.650.
16 Los enrolados en la división de Rubén, agrupados por regimientos, eran en total 151.450. 
     Ellos avanzarán en segundo lugar.
17 La Carpa del Encuentro irá en medio de las divisiones, con el grupo de los levitas. 
     Ellos avanzarán de la misma manera que estaban acampados, cada uno en su puesto, 
     junto a sus insignias.
18 Al oeste, acamparán los regimientos que militan bajo el estandarte de Efraím. 
     El jefe de los descendientes de Efraím era Elisamá, hijo de Amihud,
19 y los enrolados en su regimiento, 40.500.
20 A su lado, acampará la tribu de Manasés. 
     El jefe de los descendientes de Manasés era Gamaliel, hijo de Padasur,
21 y los enrolados en su regimiento, 32.200.
22 También acampará la tribu de Benjamín. 
     El jefe de los descendientes de Benjamín era Abidán, hijo de Gedeón,
23 y los enrolados en su regimiento, 35.400.
24 Los enrolados en la división de Efraím, agrupados por regimientos, eran en total 108.100. 
     Ellos avanzarán en tercer lugar.
25 Al norte, acamparán los regimientos que militan bajo el estandarte de Dan. 
     El jefe de los descendientes de Dan era Ajiézer, hijo de Amisaddai,
26 y los enrolados en su regimiento, 62.700.
27 A su lado, acampará la tribu de Aser. 
     El jefe de los descendientes de Aser era Paguiel, hijo de Ocrán,
28 y los enrolados en su regimiento, 41.500.
29 También acampará la tribu de Neftalí. 
     El jefe de los descendientes de Neftalí era Ajirá, hijo de Enán,
30 y los enrolados en su regimiento, 53.400.
31 Los enrolados en la división de San eran en total 157.600. 
     Ellos avanzarán a la retaguardia, con sus estandartes.
32 Estos fueron los registrados en el censo de los israelitas, por casas paternas. 
     Los enrolados en la divisiones, agrupados por regimientos, eran en total 603.550 hombres.
33 Pero los levitas no fueron incluidos en el censo junto con los demás israelitas, 
     como el Señor lo había ordenado a Moisés.
34 Los israelitas hicieron todo lo que el Señor había ordenado a Moisés; acampaban junto a sus estandartes, y avanzaban cada uno con su clan y con su familia.

martes, 12 de julio de 2022

Números 1,47-54: El estatuto de los levitas

El estatuto de los levitas

47 Pero la tribu de los levitas no fue registrada con las otras tribus,
48 porque el Señor había dicho a Moisés:
49 No inscribas en el registro a la tribu de Leví ni la incluyas en el censo de los israelitas.
50 Tú encomendarás a los levitas el cuidado de la Morada del Testimonio, de sus enseres 
     y de todo lo que está relacionado con ella. 
     Ellos transportarán la Morada y todos sus enseres, se encargarán de su servicio 
     y acamparán alrededor de ella.
51 Cuando la Morada se desplace, los levitas la desarmarán; y cuando se detenga, la armarán. 
     El extraño que se acerque, será castigado con la muerte.
52 Los israelitas acamparán los regimientos, cada uno con su propia división 
     y bajo sus respectivo estandartes.
53 Los levitas, en cambio, lo harán alrededor de la Morada del Testimonio, 
     para que la ira del Señor no se desate contra la comunidad de los israelitas. 
     Ellos estarán encargados de custodiar la Morada del Testimonio.
54 Así lo hicieron los israelitas, ateniéndose exactamente a lo que el Señor había dicho a Moisés.