Al hablar de hermetismo, nos referimos
sobre todo a la tradición alquímica occidental que debe su origen al mítico
Hermes Trismegisto y su famosa Tabula Smaragdina,
que se complementa con el hermetismo filosófico que se basa en los escritos
atribuidos también a Hermes y que se agrupan bajo el nombre genérico de Corpus hermeticum. De entre ellos, quizá el tratado
titulado Poimendrés sea el más conocido.
Esta sabiduría hermética que se fue
transmitiendo a lo largo de las generaciones, tuvo su momento de máximo
esplendor en el Renacimiento italiano. Nos atreveríamos a decir incluso que
ella fue uno de los orígenes y causa del espléndido movimiento humanista que se
dio en el Renacimiento. Inmediatamente después vino su decadencia a causa de la
ciencia positivista sin que se supiera ver que se trataba de dos pensamientos
complementarios que se referían a dos realidades distintas.
Y a causa de este malentendido, el
hermetismo, que hubiera podido ser el lugar de la unión de todas las creencias
y conocimientos, se convirtió en algo extravagante que, poco a poco, se fue
diluyendo en ocultismos y espiritismos hasta llegar al siglo XX. En este camino
se olvidó completamente su función soteriológica, vinculada claro está al
mensaje cristiano, pero, obviamente, universal.
¿Cómo llamamos hoy en día, en 2021, la
unidad nuclear en la que se basan las distintas tradiciones? Se han
propuesto muchas ideas y muchos nombres, sin embargo, ninguno acaba de ser lo
suficientemente representativo, pues, o bien se busca la participación directa
en una religión, o bien, desde campos más académicos, se cae en un nihilismo
que margina lo antiguo, que se convierte así en un tema de estudio pero no en
una propuesta de conocimiento vivo. Sin mencionar los movimientos
pseudo-espirituales que, éstos sí, lo unen todo con todo, pero a nivel
psicológico y subjetivo, o simplemente formal
Louis Cattiaux en El Mensaje Reencontrado encontró, no cabe duda, un
espacio nuevo para reunir la dispersión de formas en un único lugar. Lo llamó
simplemente «mensaje», pero también lo clasifico de «hermético«. Y eso es lo que Arola
y Vert han tratado de desarrollar en el La actualidad del hermetismo.