Me voy a Zaragoza a presentar "Con la soga al cuello". Este viernes, día 13 de marzo, en la librería "Los Portadores de sueños", a las 20:00h. Calle Jerónimo Blancas, 4. Me acompañarán el escritor Manuel Vilas y el editor, Juan Casamayor.
Si conocéis a alguien en Zaragoza, no dejéis, por favor, de avisarle, incluso de pedirle que asista. :) Gracias.
Si conocéis a alguien en Zaragoza, no dejéis, por favor, de avisarle, incluso de pedirle que asista. :) Gracias.
Vuelvo a las andadas y, tal como me indicaba Nán hace unos días en uno de sus comentarios, comparto con vosotros lo que va saliendo sobre el libro por ahí. Esta vez, una entrevista por escrito y otra radiofónica de lo más original.
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MUNDO BABEL. RADIO 3.Os dejo el enlace para ir hasta la página de donde descargarse la edición de Mundo Babel a la que me invitó el inolvidable Juan Pablo Silvestre. Fueron dos horas con él, en el estudio. Dos horas de una radio preocupada por ser algo más que cumplir con el expediente. Dos horas paréntesis. Dos horas que no pertenecen exactamente a este mundo sino a otro que lo sigue paralelo. ¿Habéis escuchado alguna vez Mundo Babel? Os lo recomiendo, si no. Radio 3. Sábados por la mañana.
http://www.rtve.es/podcast/MUNBAB.xml
En esta página salen los programas de Mundo Babel. La edición en que salgo -también salen Albert Boadella (el dramaturgo) y Pere Roca (director del inminente e interesante Canal Cutlura de Televisión Española) es el Mundo Babel 28 febrero 2009, (etiquetado el lunes, 02 de marzo de 2009 10:06). Para escucharlo, tenéis que descargarlo en vuestro ordenador.
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Y aquí dejo la copia de la entrevista que Sarah Pelusi me hizo para Ámbito Cultural.
Y el link, por si queréis "verla" en directo:
Y el link, por si queréis "verla" en directo:
http://www.ambitocultural.es/ambitocultural/portal.do?IDM=2&NM=2&identificador=57
Entrevista con la autora de “Con la soga al cuello”
Flavia Company
ENTREVISTADOR: Sarah Pelusi
Entrevista con la autora de “Con la soga al cuello”
Flavia Company
ENTREVISTADOR: Sarah Pelusi
Madrid 10 de marzo
AC: ¿Cómo empieza tu experiencia literaria?
FC: Comienza, claro, como lectora voraz y prosigue con el deseo de pertenecer de alguna frma al mundo de la literatura. Mi trayectoria profesional empieza de manera fortuita. Tras terminar mis estudios de Filología me dirigí a la editorial Montesinos para pedir trabajo en su revista literaria. Recuerdo que por entonces estaba preparando un concierto de piano. El editor me preguntó si escribía. Le dije que sí y se llevó un manuscrito mío de viaje a Buenos Aires. Lo leyó en el trayecto, le gustó y me envió una carta diciéndome que no iba a frecerme trabajo en la revista, porque no había, pero que sí me quería publicar.
AC: ¿Cuál ha sido la experiencia más gratificante y placentera que has tenido como escritora hasta el momento, y cuál la más desagradable, la que quisieras que no hubiera ocurrido?
FC: La más gratificante, la acabo de contar. La entrada en el mundo de la literatura casi como en un cuento de hadas. Una entrada por la puerta de la casualidad que no deja de resultar literaria en sí misma. Pero no recuerdo haber tenido experiencias desagradables, aunque sí duras. Por ejemplo, una vez acabada alguna novela arriesgada, me ha costado encontrar un editor que la entendiera. Pero desagradables, nunca.
AC: Como tú misma has dicho, no escribes cuentos sueltos sino libros de relatos. ¿Qué significa esto para ti?
FC: Quiere decir que no reúno una serie de cuentos al azar sino que, para mí, un libro de cuentos es como una novela: tiene una unidad, es una sola mirada sobre el mundo. De hecho, suelo escribir los relatos de forma muy seguida, al igual que con las novelas. Digamos que un libro de relatos pueden ser muchas historias que conforman un solo conjunto literario.
AC: Tu libro, "Con la soga en el cuello", es fruto de la cotidianeidad. Tanto los personajes como las situaciones en que se ven envueltos son reconocibles, en el sentido de que muchos lectores se verán reflejados. ¿Podríamos considerar a tus personajes como héroes cotidianos?
FC: Sí, creo que los son, es casi imposible no verse reflejados en ellos. En mis relatos hay muchos personajes, lo que sin duda facilita el proceso de identificación. Si no te identificas con el que recibe un diagnóstico médico, te puedes identificar con el médico que lo da. Si no sufres la pobreza, a lo mejor eres quien la produce. Mis personajes son héroes cotidianos que personifican la capacidad que tenemos de superar los sucesos más terribles que, a veces, nos proporciona la vida.
AC: Los relatos de "Con la soga en el cuello" poseen un marcado carácter intimista. Son, en el fondo, reflexiones sobre el amor, la muerte y el paso del tiempo, la mentira, la defensa de la libertad o la reivindicación de la tolerancia. ¿Por qué decidiste tratar estos temas? ¿Cuál es el hilo conductor de los diecinueve relatos?
FC: El hilo conductor es siempre una extrema en la que el personaje se ve obligado a afrontar un estado de necesidad. Me interesaba principalmente la desnudez del ser humano, su vulnerabilidad frente a la adversidad. Pienso que, fundamentalmente, cuando uno tiene lo que desea ya es quien desea ser. Pero cuando se tiene lo que no se desea… ahí es cuando uno es quien es, cuando comparte su intimidad con los demás. Cuando se es más vulnerable no hay maquillajes, trampas o máscaras. Creo que, frente a la adversidad, a uno se le escapa ser quien es. Es posible que en la crisis actual la gente empiece a ser más auténtica.
AC: La obsesión caracteriza al menos tres de los diecinueve cuentos de tu último trabajo, "La criada", " La Réplica" y "La Condena"; y en otros cuentos se manifiesta en forma de pensamientos obsesivos que torturan al personaje. ¿Qué es la obsesión para ti y de qué forma caracteriza a ese héroe cotidiano del que hablábamos?
FC: La obsesión es un mal uso de la imaginación, pues se trata de la imaginación puesta al servicio de una sola idea, sin conexiones con ninguna otra. Es un circulo vicioso del que no hay escapatoria. La figura geométrica que más representa a la obsesión es el círculo. La única forma de salir es una línea recta. El peso de la obsesión es una especie de soga al cuello, que el personaje se pone él solo. A veces es inevitable. A todos, en mayor o menor grado, nos ha pasado alguna vez. Por ejemplo, todos tenemos la facilidad de obsesionarnos con nuestros errores.
AC: ¿Cómo eliges a tus personajes? Todos parecen tener un denominador común, el vivir un momento en el que sus vidas cambian de rumbo…
FC: Sí, la lectura es esa. Me gusta definirlo como el momento bisagra. Es ese momento en el que estás justo en el lomo de las dos vertientes, cuando se ha cerrado la puerta, se va a volver a abrir y uno está justamente en el momento del cambio. Se trata de un instante en que los personajes reciben el cambio y lo producen a la vez, un elemento de evolución. A veces cuesta entenderlo, pero si nos cuestionamos sobre él salimos mejorados.
AC: ¿Cuál es tu idea de lo literario?
FC: Para mi la literatura es arte, no entretenimiento. Es compromiso y es una forma de vida. Es también una búsqueda, una forma de indagar en la esencia de la humanidad y del ser.
AC: En "La réplica", uno de tus cuentos, abandonas la realidad y te adentras en lo fantástico. Se evoca, de hecho, esa gran literatura sudamericana que desconcierta, la que rompe lo convencionalmente asumido como posible. Un hombre nos cuenta su historia. Volviendo a su casa se da cuenta de que ésta es <>. ¿Te atrae lo fantástico?¿Tienes el proyecto de desarrollar en el futuro una obra de este tipo?
FC: Si podría, no me queda nada lejos. El acercamiento a la literatura fantástica es una lectura posible de alguno de mis cuentos. Otra posible lectura de "La réplica" es a través de la mente de una persona que padece de Alzehmeir, una lectura que desconcierta porque describe una realidad horrorosa.
AC: El erotismo está muy presente en tu obra. La pareja de ancianas de "Una vida en común" no deja de discutir ante la remota posibilidad de flirtear con una cajera. El Eros también está presente en "Rodajas de limón" o en "Un pelo". ¿De qué forma viven tus personajes el erotismo?¿Qué importancia le otorgas en tu obra?
FC: El erotismo es una faceta del ser humano y mis personajes lo viven con naturalidad, como debe de ser. Es importante y tiene que estar presente en la literatura, pues es uno de los elementos de la cotidianeidad, de nuestra forma de relacionarnos.
AC: En "Jacobo", retomas uno de tus personajes anteriores. ¿Qué tiene Jacobo de especial para que le hayas vuelto a dar vida en uno de tus cuentos más extensos y dramáticos?
FC: Es un personaje que forma parte de la idea que dio origen a este libro. Es parte de la literatura comprometida de la que hablaba. Es importante hacerse eco de lo que pasa a nuestro alrededor: hablar del maltrato en la literatura es una especie de catarsis.
AC:¿Hay algo de autobiográfico en el personaje de Julio Equis?
FC: Sí, como en todos los personajes abstractos. En ellos está mi forma de ver el mundo, de entenderlo y de vivirlo. Seguramente será autobiográfico para mucha gente. La elección de su nombre no es casual, se llama Équis porque nos reconocemos en él.
AC: El personaje de "El jardín" encuentra una salida. A pesar de las consecuencias, se atreve a tirar por tierra el trabajo de años y a abandonarse a nuevas emociones. Casi todos tus personajes ntentan derribar las barreras que les atrapan.
FC: Es el único cuento en el que la soga en el cuello representa la idea de perfección. La perfección puede ahogarle a uno. Representa la muerte, la ausencia de deseos, de evolución: es el final. Todo el mundo aspira a la perfección, y una vez que la ha alcanzado, puede descansar. Lo que acorrala a esta mujer es, precisamente, haber alcanzado lo deseado. Esta mujer, que ya es una anciana, sabe que si no hace algo ya se puede morir. Además, el jardín es una construcción de lo que los demás querían, quizás no sea lo que a ella le hubiese gustado tener en la vida. La protagonista está atrapada y reacciona, va a ver si siente algo. Ésas son las personas que más me interesan.
AC: Buena parte de los relatos de "La soga en el cuello" te acompaña desde 2001. ¿Tienes ya material para tu próximo trabajo?
FC: Sí, esta vez sí. He tardado mucho en publicar este libro. Soy una escritora lenta: me gusta volver sobre lo que he producido antes de publicarlo. Ahora mismo estoy con dos o tres proyectos: un libro de cuentos, una novela corta y una novela. Publico cuando realmente pienso que he escrito algo que aporta novedad a lo que ya he hecho. Me gusta decir que mi estilo es cambiar de estilo. Me gusta sorprender y sorprenderme.
AC: Truman Capote dijo que 'A nadie le gusta descubrirse como es, ni le agrada ver exactamente lo que ha dicho o hecho por escrito'.
FC: Capote era un hombre brillante, muy ocurrente, y a lo mejor él mismo estaría de cuerdo en qe, aunque no nos guste descubrir cómo somos, sí que nos gusta descubrirnos. Soy lo suficientemente curiosa como para que me guste encontrarme, a pesar de correr el riesgo de que no me guste lo que encuentro. Es una vía para evolucionar.
AC: ¿Cómo empieza tu experiencia literaria?
FC: Comienza, claro, como lectora voraz y prosigue con el deseo de pertenecer de alguna frma al mundo de la literatura. Mi trayectoria profesional empieza de manera fortuita. Tras terminar mis estudios de Filología me dirigí a la editorial Montesinos para pedir trabajo en su revista literaria. Recuerdo que por entonces estaba preparando un concierto de piano. El editor me preguntó si escribía. Le dije que sí y se llevó un manuscrito mío de viaje a Buenos Aires. Lo leyó en el trayecto, le gustó y me envió una carta diciéndome que no iba a frecerme trabajo en la revista, porque no había, pero que sí me quería publicar.
AC: ¿Cuál ha sido la experiencia más gratificante y placentera que has tenido como escritora hasta el momento, y cuál la más desagradable, la que quisieras que no hubiera ocurrido?
FC: La más gratificante, la acabo de contar. La entrada en el mundo de la literatura casi como en un cuento de hadas. Una entrada por la puerta de la casualidad que no deja de resultar literaria en sí misma. Pero no recuerdo haber tenido experiencias desagradables, aunque sí duras. Por ejemplo, una vez acabada alguna novela arriesgada, me ha costado encontrar un editor que la entendiera. Pero desagradables, nunca.
AC: Como tú misma has dicho, no escribes cuentos sueltos sino libros de relatos. ¿Qué significa esto para ti?
FC: Quiere decir que no reúno una serie de cuentos al azar sino que, para mí, un libro de cuentos es como una novela: tiene una unidad, es una sola mirada sobre el mundo. De hecho, suelo escribir los relatos de forma muy seguida, al igual que con las novelas. Digamos que un libro de relatos pueden ser muchas historias que conforman un solo conjunto literario.
AC: Tu libro, "Con la soga en el cuello", es fruto de la cotidianeidad. Tanto los personajes como las situaciones en que se ven envueltos son reconocibles, en el sentido de que muchos lectores se verán reflejados. ¿Podríamos considerar a tus personajes como héroes cotidianos?
FC: Sí, creo que los son, es casi imposible no verse reflejados en ellos. En mis relatos hay muchos personajes, lo que sin duda facilita el proceso de identificación. Si no te identificas con el que recibe un diagnóstico médico, te puedes identificar con el médico que lo da. Si no sufres la pobreza, a lo mejor eres quien la produce. Mis personajes son héroes cotidianos que personifican la capacidad que tenemos de superar los sucesos más terribles que, a veces, nos proporciona la vida.
AC: Los relatos de "Con la soga en el cuello" poseen un marcado carácter intimista. Son, en el fondo, reflexiones sobre el amor, la muerte y el paso del tiempo, la mentira, la defensa de la libertad o la reivindicación de la tolerancia. ¿Por qué decidiste tratar estos temas? ¿Cuál es el hilo conductor de los diecinueve relatos?
FC: El hilo conductor es siempre una extrema en la que el personaje se ve obligado a afrontar un estado de necesidad. Me interesaba principalmente la desnudez del ser humano, su vulnerabilidad frente a la adversidad. Pienso que, fundamentalmente, cuando uno tiene lo que desea ya es quien desea ser. Pero cuando se tiene lo que no se desea… ahí es cuando uno es quien es, cuando comparte su intimidad con los demás. Cuando se es más vulnerable no hay maquillajes, trampas o máscaras. Creo que, frente a la adversidad, a uno se le escapa ser quien es. Es posible que en la crisis actual la gente empiece a ser más auténtica.
AC: La obsesión caracteriza al menos tres de los diecinueve cuentos de tu último trabajo, "La criada", " La Réplica" y "La Condena"; y en otros cuentos se manifiesta en forma de pensamientos obsesivos que torturan al personaje. ¿Qué es la obsesión para ti y de qué forma caracteriza a ese héroe cotidiano del que hablábamos?
FC: La obsesión es un mal uso de la imaginación, pues se trata de la imaginación puesta al servicio de una sola idea, sin conexiones con ninguna otra. Es un circulo vicioso del que no hay escapatoria. La figura geométrica que más representa a la obsesión es el círculo. La única forma de salir es una línea recta. El peso de la obsesión es una especie de soga al cuello, que el personaje se pone él solo. A veces es inevitable. A todos, en mayor o menor grado, nos ha pasado alguna vez. Por ejemplo, todos tenemos la facilidad de obsesionarnos con nuestros errores.
AC: ¿Cómo eliges a tus personajes? Todos parecen tener un denominador común, el vivir un momento en el que sus vidas cambian de rumbo…
FC: Sí, la lectura es esa. Me gusta definirlo como el momento bisagra. Es ese momento en el que estás justo en el lomo de las dos vertientes, cuando se ha cerrado la puerta, se va a volver a abrir y uno está justamente en el momento del cambio. Se trata de un instante en que los personajes reciben el cambio y lo producen a la vez, un elemento de evolución. A veces cuesta entenderlo, pero si nos cuestionamos sobre él salimos mejorados.
AC: ¿Cuál es tu idea de lo literario?
FC: Para mi la literatura es arte, no entretenimiento. Es compromiso y es una forma de vida. Es también una búsqueda, una forma de indagar en la esencia de la humanidad y del ser.
AC: En "La réplica", uno de tus cuentos, abandonas la realidad y te adentras en lo fantástico. Se evoca, de hecho, esa gran literatura sudamericana que desconcierta, la que rompe lo convencionalmente asumido como posible. Un hombre nos cuenta su historia. Volviendo a su casa se da cuenta de que ésta es <
FC: Si podría, no me queda nada lejos. El acercamiento a la literatura fantástica es una lectura posible de alguno de mis cuentos. Otra posible lectura de "La réplica" es a través de la mente de una persona que padece de Alzehmeir, una lectura que desconcierta porque describe una realidad horrorosa.
AC: El erotismo está muy presente en tu obra. La pareja de ancianas de "Una vida en común" no deja de discutir ante la remota posibilidad de flirtear con una cajera. El Eros también está presente en "Rodajas de limón" o en "Un pelo". ¿De qué forma viven tus personajes el erotismo?¿Qué importancia le otorgas en tu obra?
FC: El erotismo es una faceta del ser humano y mis personajes lo viven con naturalidad, como debe de ser. Es importante y tiene que estar presente en la literatura, pues es uno de los elementos de la cotidianeidad, de nuestra forma de relacionarnos.
AC: En "Jacobo", retomas uno de tus personajes anteriores. ¿Qué tiene Jacobo de especial para que le hayas vuelto a dar vida en uno de tus cuentos más extensos y dramáticos?
FC: Es un personaje que forma parte de la idea que dio origen a este libro. Es parte de la literatura comprometida de la que hablaba. Es importante hacerse eco de lo que pasa a nuestro alrededor: hablar del maltrato en la literatura es una especie de catarsis.
AC:¿Hay algo de autobiográfico en el personaje de Julio Equis?
FC: Sí, como en todos los personajes abstractos. En ellos está mi forma de ver el mundo, de entenderlo y de vivirlo. Seguramente será autobiográfico para mucha gente. La elección de su nombre no es casual, se llama Équis porque nos reconocemos en él.
AC: El personaje de "El jardín" encuentra una salida. A pesar de las consecuencias, se atreve a tirar por tierra el trabajo de años y a abandonarse a nuevas emociones. Casi todos tus personajes ntentan derribar las barreras que les atrapan.
FC: Es el único cuento en el que la soga en el cuello representa la idea de perfección. La perfección puede ahogarle a uno. Representa la muerte, la ausencia de deseos, de evolución: es el final. Todo el mundo aspira a la perfección, y una vez que la ha alcanzado, puede descansar. Lo que acorrala a esta mujer es, precisamente, haber alcanzado lo deseado. Esta mujer, que ya es una anciana, sabe que si no hace algo ya se puede morir. Además, el jardín es una construcción de lo que los demás querían, quizás no sea lo que a ella le hubiese gustado tener en la vida. La protagonista está atrapada y reacciona, va a ver si siente algo. Ésas son las personas que más me interesan.
AC: Buena parte de los relatos de "La soga en el cuello" te acompaña desde 2001. ¿Tienes ya material para tu próximo trabajo?
FC: Sí, esta vez sí. He tardado mucho en publicar este libro. Soy una escritora lenta: me gusta volver sobre lo que he producido antes de publicarlo. Ahora mismo estoy con dos o tres proyectos: un libro de cuentos, una novela corta y una novela. Publico cuando realmente pienso que he escrito algo que aporta novedad a lo que ya he hecho. Me gusta decir que mi estilo es cambiar de estilo. Me gusta sorprender y sorprenderme.
AC: Truman Capote dijo que 'A nadie le gusta descubrirse como es, ni le agrada ver exactamente lo que ha dicho o hecho por escrito'.
FC: Capote era un hombre brillante, muy ocurrente, y a lo mejor él mismo estaría de cuerdo en qe, aunque no nos guste descubrir cómo somos, sí que nos gusta descubrirnos. Soy lo suficientemente curiosa como para que me guste encontrarme, a pesar de correr el riesgo de que no me guste lo que encuentro. Es una vía para evolucionar.