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miércoles, 18 de febrero de 2009

CÓMO LEER A FLEUR JAEGGY

"Y en el espejo sus ojos cristalinos, impregnados de fe, concisos como un epitafio": es una de las fantásticas frases de este pequeño gran librito.
Esa concisión de epitafio, mezclada con la profundidad de una mirada inteligente, da su carácter a la narrativa de Fleur Jaeggy. Una autora excepcional. Nacida en Zurich y educada en alemán, escribe sin embargo en italiano -razón por la cual pude yo gozar traduciendo su "El temor del cielo", relatos publicados hace años, también por Tusquets.
Cómo leer a Fleur Jaeggy, pues, en mi opinión:
-En primer lugar, siéntese. No la lea de pie, por ejemplo en el metro, o mientras espera un autobús. No. Siéntese y, a ser posible, con comodidad. Necesitará usted apoyarse, en algunos momentos, para pensar con parsimonia en lo que acaba de leer.
-Intente rodearse de silencio. Quite la música de fondo, apague el móvil, descuelgue el teléfono, deconecte si puede el timbre de su casa. Jaeggy pide recogimiento y concentración. Interrumpir su lectura -este libro tiene sólo 118 páginas de letra grande- sería absurdo.
-Olvídese de todo lo que ha leído y de todo lo que va a leer. Jaeggy es distinta. Tiene su mundo y lo muestra a su manera.
-Procure visualizar lo que lee. La sensualidad de Jaeggy es de escándalo, y contrasta sobremanera con su prosa escueta y desnuda.
-Si puede, léase algunos fragmentos en voz alta. Va a disfrutarlos. (Si puede, sobre todo, léala en italiano, claro).
-No tenga prisa. La brevedad de Jaeggy es producto de un gran esfuerzo de síntesis. Nuestra lectura debe desplegar lo que ella tan bien ha enrollado. Hay que tomarse tiempo. Masticar, paladear, ingerir, rumiar.
-Para acabar: si no conocía a Fleur Jaeggy hasta ahora y la lee a causa de este post, sepa que me estará eternamente agradecido/a. :)
"Los hermosos años del castigo" es una nouvelle, ese género tan adecuado para los tiempos veloces que corren, y trata de las fronteras: las que separan la cordura de la locura, la belleza del horror, el cautiverio de la entrega, la crueldad de la rigidez. Esas fronteras, las más difuminadas, las menos ciertas, las de la duda. Una joya.

lunes, 19 de enero de 2009

EMMANUEL CARRÈRE


Es habitual, en estos últimos tiempos, que los autores/as decidan mezclar sus vidas con sus historias, o crear sus historias a partir de sus vidas o de las de sus antepasados. No sabemos aún si esta tendencia aporta algo bueno a la literatura ni si difuminar los límites entre ficción y realidad enriquece nuestro intelecto, pero en cualquier caso, esto es así y así nos lo encontramos.
El caso de Carrère me interesó hace tiempo, cuando publicó su libro -digo libro, que no novela-, "El adversario". Recordaréis el caso del hombre aquél que mintió tanto a su familia -les dijo que era médico, que tenía trabajo, que ganaba buen dinero- que un día, cuando se vio acorralado y supo sin lugar a dudas que iban a desenmascararlo, los asesinó -familia al completo- con una escopeta. El texto de Carrère remite sin duda al de Capote. También "A sangre fría" se construyó a partir de un cruento crimen real y su autor se entrevistó con los asesinos. A medio camino pues entre la novela y el periodismo, estas obras necesitan de una suficiente distancia en el tiempo para valorarlas como es debido. Lo mismo ocurre con el cine. Si pensamos en "Mar adentro", por ejemplo, y la analizamos desde el punto de vista argumental, vemos que solo puede funcionar para los contemporáneos del caso Sampedro, quienes son capaces de enmendar las lagunas de la trama del film gracias a las noticias recibidas por televisión y prensa.
El caso de "Una novela rusa", novela cuya lectura os recomiendo, es distinto. Distinto porque el autor convierte su vida y la de su familia en materia literaria e intenta -que no consigue, en mi opinión- fundirla con el producto de su imaginación y, a la vez, con los resultados de una investigación. Se muestran algo deslavazadas las partes de este libro, se les nota la costura. Sin embargo, tiene momentos de veras brillantes. Habría merecido la pena que Carrère mantuviera la obra algún tiempo más en maceración. Le falta apenas una vuelta de tuerca para dar con algo. Algo auténtico. Insisto, no obstante, interesa su lectura por razones diversas. Lo único que no interesa de todas sus 295 páginas es, precisamente, aquello a lo que da él mayor relevancia: el relato erótico situado a media novela. Pienso que quizás sea porque, en lo que se refiere a ese asunto, el autor fue demasiado fiel a la realidad. A saber. Ya diréis qué os parece.

miércoles, 14 de enero de 2009

IVY COMPTON-BURNETT




No os podéis perder esta novela de mi, ahora ya, adorada Ivy. No por el asunto tratado sino, como corresponde a la literatura con letras mayúsculas, por el modo en que lo trata. ¡Hay una tal plasmación de la naturaleza humana, un estudio tan certero de su condición! Una vez más su obra se centra en una familia. Sus tensiones, sus secretos, sus mentiras, sus ruindades. Y la familia le sirve sobradamente para explicar el mundo.

Por cierto, no tiene desperdicio el mayordomo (que no es un asesino).

Hay un sinfín de frases de aquellas que no pueden dejar de subrayarse, de las que os copio solo algunas, para que vayáis haciendo boca:



"Es el efecto de recordar. El paso del tiempo añade a la realidad lo que le faltaba".



"A veces he imaginado que quizá con la muerte todo termine al fin, señora. De esta manera parece que la muerte sea como una compensación. Sin embargo, no debemos ser tan optimistas".



"Tratar contigo le hace sentirse inteligente, lo cual demuestra que la inteligente eres tú".



"Y cuando no esté ya aquí, únicamente podré ayudar a los que se bastan por sí mismos".



"Toda creencia honrada es solitaria".



"Nunca he admirado la valentía. El valor siempre se emplea en contra de los demás. ¿Si no tuviera esta finalidad, cuál podría tener?"



"Ser sincero puede significar carecer de sentimientos".



"Para perdonar, más vale comprender lo menos posible".



La novela está construida por entero a base de diálogos brillantes. Una delicia.
Queda dicho.

Aquñi dejo mis artículos más recientes aparecidos en La Vanguardia. Espero que los disfruten. :-)