Francia siempre a la vanguardia. Sólo allí se produce una respetable cantidad de películas de animación que se salvan de la vena mercantilista, obras que se apartan de la clonación Pixar y siguen su propio camino hacia el éxito artístico y el más que probable fracaso comercial; y, a pesar de todo, las siguen haciendo. Pienso en títulos como Le chien, le général et les oiseaux (2003), Renaissance (2006) o Le tableau (2011) por citar los primeros títulos que acuden a mí. Ernest et Célestine es uno más en esta breve pero valiosísima lista de películas producidas en Francia a la que todo amante de la animación debería arrimarse un poco. Se trata de una de las películas más bellas que he visto en mucho tiempo. Tal vez el guión, como ocurre con las otras citadas, no sea su punto fuerte, pero tampoco desmerece en absoluto. Muy recomendable.
viernes, 20 de diciembre de 2013
viernes, 6 de diciembre de 2013
BOBBY YEAH (ROBERT MORGAN)
Bobby Yeah es la culminación transitoria de la
trayectoria de Robert Morgan. Con cierta perspectiva, sus anteriores
trabajos bien pueden entenderse como el ensayo previo necesario para
alcanzar la confianza y la madurez creativa que ahora vemos —y
disfrutamos—. Bobby yeah es, ni más ni menos, que la materialización definitiva de su universo personal. En él, el autor, técnicamente equilibrado, emocionalmente desbocado, explota —literalmente— sus obsesiones: la
carne amorfa, los insectos gigantes, el sexo mutante, el delirio de las
metamorfosis, la muerte violenta y la regeneración necrófila...
Este es un fragmento de la reseña que he escrito para Almas Oscuras. Puede leerse la reseña completa aquí. El corto puede verse/descargarse aquí.
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