Contar una historia al revés. Contar una historia empezando por el final, desde el final hasta el principio. Es una forma de explicarlo. El planeamiento de este tipo de historias suele resultar un tanto engañoso. A menudo nos sorprenden con una puesta en escena con ecos del recurso clásico in media res. El lector/ espectador es arrojado en mitad de la trama sin explicación alguna. Algo pasa. No sabemos muy bien el qué ni tampoco el porqué, probablemente tampoco el quién, el dónde o el cuándo. Es una forma como tantas otras de captar nuestro interés y de mantener la tensión. Es una técnica bastante eficaz. Después viene lo difícil, mantener las expectativas creadas mediante la falta de información y no echarlo todo a perder con un explicación demasiado sencilla, manida o previsible.
Renaissance.
Skyfall se desarrolla en tres tiempos. El primero contextualiza. Marco y presentación de la historia. Una ciudad en ruinas. Una ciudad fantasma. Una voz grave y cansada, serena y hermosa, describe la escena. Sus palabras están cargadas de lirismo. Se recrea en los detalles: “A dark wind blows”.
La segunda explica. Aparecen los primeros acordes musicales y nos preparamos para saber qué ha ocurrido: “It went like this”. Intuimos que el narrador es, como mínimo, un testigo ocular. A partir de aquí, el cortometraje pasa al punto de vista del narrador, que asiste a los hechos desde su coche (acompañado por otra persona, se deduce de sus palabras posteriorres), y se convierte en un relato en primera persona, en perspectiva subjetiva, a diferencia de la primera parte, que consiste más bien en un relato con voz en off, a no ser que asumamos que el narrador de esta primera parte es el fantasma del protagonista que vaga por las ruinas de la ciudad atomizada.
La tercera nos devuelve al principio del cortometraje, que no de la historia. Mientras que las obras citadas hacen un recorrido final-principio. Skyfall añade un tercer tramo, el de la vuelta al final: final-principio-final. El objetivo va mucho más allá de ofrecer una explicación a la situación que se nos presenta al principio de la historia. Trasciende la adivinanza del “¿qué ha pasado aquí?”. Skyfall es una pieza poética, de gran poder lírico, y lo que busca es suscitar un estado de ánimo en el espectador a medio camino entre la nostalgia y la tristeza serena. Es por esto que se permite el lujo de volver al principio, aunque sea de manera fugaz. Lo importante no es contar qué ha pasado, sino dejar un poso de tristeza y desasosiego, una huella profunda en la memoria emotiva del espectador; en esto, se hermana con la escena final/ inicial de Irreversible.
Hermoso y abrumador. Así es Skyfall.