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15 de diciembre de 2022

Lejos de Luisiana - Luz Gabás



Os confieso que no las tenía todas conmigo cuando supe del argumento del flamante ganador del Premio Planeta de este año y, aunque Luz Gabás es una autora que me ha gustado en las dos novelas suyas que he leído, especialmente con El latido de la tierra, lo cierto es que tenía dudas sobre leerlo o no hasta que una amiga me envió un vídeo con el discurso de la autora en la recogida del premio y ¿qué queréis que os diga? Sus palabras y, sobre todo, la emoción y el entusiasmo con el que hablaba de la novela resultaron de lo más contagioso y acabaron todas mis dudas. Hoy os hablo de Lejos de Luisiana.

Mi opinión


Comienza Lejos de Luisiana con el relato del ritual de iniciación a la edad adulta de Ishcate, un joven indio de la tribu kaskaskia, que deberá pasar la noche solo, en el bosque, con los ojos vendados. Ya en esas páginas el lector puede hacerse una idea del hombre en el que se convertirá Ishcate, uno de los protagonistas principales de una novela que se desarrolla a lo largo de cuatro décadas fundamentales en la historia de las tierras del Misisipi. Allí conoceremos también a la familia Girard y en torno a sus integrantes, especialmente a una de las hijas, Suzette, se armará esta historia.

Muchos y variados son los géneros que se dan cita en Lejos de Luisiana. Imposible ponerle una única etiqueta a un libro que tiene tanto de novela histórica como de novela de aventuras, tanto de novela de amor como de novela coral. Una novela compleja salpicada de reflexiones sobre el paso del tiempo y la evolución de las personas habitada por muchos personajes y con numerosos acontecimientos históricos que, de un modo u otro, condicionan la vida de esos personajes. Primero los franceses y más tarde los españoles, gobernaron las tierras del Misisipi y es que sí, hubo un tiempo, desconocido para muchos, en el que en Luisiana se habló español, hasta que Carlos IV la vendió de nuevo a los franceses a cambio de un territorio en Italia.

De la mano de Luz Gabás y gracias al que ha debido ser un monumental trabajo de documentación, el lector vive como un protagonista más esta historia plagada de luchas comerciales y de relaciones y alianzas con los indios y en la que nace una historia de amor prohibida entre una criolla francesa y un indio. Con una magnífica ambientación la autora nos convierte en testigos privilegiados de un período convulso lleno de cambios políticos y nos traslada a un crisol de personajes de variada condición social y múltiples personalidades con criollos franceses perplejos ante la decisión de Francia de ceder sus tierras a España, pioneros, colonos, tribus indias que ven cómo sus tierras se van ocupando y se van perdiendo sus costumbres, ingleses, esclavos africanos, militares españoles…

No es Luisiana el único escenario de esta novela, pero sin duda son esos escenarios, quizá por ser los más lejanos, los que no dejan de sorprender de tan vívidos como nos los presenta la autora. Entre otras muchas cosas, leer Lejos de Luisiana, es pasear por el Nueva Orleans de finales del siglo XVIII y principios del XIX, es vivir las rebeliones de los franceses contra los españoles, es luchar en la guerra de los norteamericanos por conquistar cada vez más territorio, es ver cómo las tribus indias van perdiendo cada vez más aquellas tierras que solo ellos conocían y cómo intentan rebelarse unos y adaptarse otros. Leer Lejos de Luisiana es entregarse sin condiciones a un amor prohibido que nace, crece y permanece a pesar los impedimentos, de la distancia y del tiempo.

Creo que no puede haber duda de lo muchísimo que me ha gustado Lejos de Luisiana así que no puedo dejar de recomendaros esta apasionante novela en la que se dan cita el amor, los sueños, las luchas de poder, las relaciones familiares… En la que se da cita, al fin y al cabo, la vida. No os la perdáis.

Ficha técnica


8 de septiembre de 2020

Trilogía de Santa Manuela - Sylvia Herrero

Soy poco dada a salir de mi zona de confort y arriesgarme con géneros que no sean los habituales en mi gusto lector, pero en ocasiones los astros se alinean de forma que es prácticamente imposible negarse a una novela. En este caso concretamente a tres novelas y es que la Trilogía de Santa Manuela probablemente nunca habría tenido cabida en mi lista de lecturas si no fuera porque cuando me las presentaron hace ya tres meses ofreciéndome ser embajadora de ellas no pude negarme ante un nombre tan bonito… ¿o no?

Mi opinión


Imaginaos un pequeño pueblo en pleno Pirineo aragonés. Imaginaos un grupo de amigos,  cinco chicas y cuatro chicos en la veintena bien avanzada, que se conocen desde niños. Sus vidas profesionales ya están encauzadas y, aunque no todos continúan residiendo en Santa Manuela, los lazos que los unen continúan inquebrantables y cualquier ocasión es buena para volver a reunirse y volver a disfrutar del pueblo, de su amistad y, claro está, del amor.

Cómo casarse en Santa Manuela, Londres te espera y Tienes una cita, son las tres novelas que conforman la Trilogía de Santa Manuela y con las que no solo conoceremos a Lucas, Lola, Fran, Alicia, Lucho, Raquel, Sofía, Cosme y Florita, sus protagonistas, sino también a un amplio elenco de secundarios que conformarán un rico entramado de personajes singulares con los que encariñarse. Cada una de las novelas centrará su trama en dos de los protagonistas y, aunque puedan leerse de forma independiente, ya que la autora se encarga siempre de ponernos en antecedentes, leer los tres en orden es lo ideal.

Así lo hice yo y no solo en orden, sino también sin descanso y sin intercalar ninguna otra lectura entre ellos y, aunque como os decía al principio no es un género por el que normalmente me sienta atraída, tengo que confesar que la lectura de esta trilogía es justo lo que necesitaba en aquel momento porque su frescura y sencillez me conquistaron totalmente. A ello ayudaron no solo sus amenas tramas, sino que a través de breves descripciones Sylvia Herrero nos traslada a un paisaje idílico y a un ambiente que, lejos de ser asfixiante tratándose de una población tan pequeña, emana una  paz y un fuerte sentimiento de ayuda y vecindad que sobrepasa el encorsetado espacio de unas páginas escritas para convertirlo en un escenario que sentiremos real.

Con un grupo de protagonistas siempre es más fácil sentirse más identificado con unos que con otros, lo cual también influye a la hora de que nos guste más una novela que otra, porque disfrutando las tres como lo he hecho, debo confesar mi preferencia por Londres te espera donde el protagonismo recae en Alicia y Fran y donde conoceremos la vida oculta de un entrañable habitante de Santa Manuela. En cualquier caso todas ellas comparten frescura y agilidad haciendo que sean lecturas muy atractivas y amenas con tramas que aúnan los problemas de cualquier joven de hoy en día con las peculiaridades de una pequeña población en la que todos los habitantes se conocen y en la que es imposible mantener un secreto a salvo, el cotilleo parece ser el deporte local, pero también es cierto que cuando uno de sus habitantes lo necesita, el resto son una piña.

En definitiva, la Trilogía de Santa Manuela son tres novelas frescas y divertidas escritas con una prosa directa y sencilla con la que olvidarnos por unos días de los problemas diarios y meternos de lleno en una lectura llena de emociones y de amistad. Así que no lo dudéis, si os apetecen unas lecturas ligeras y pasar unos días en un lugar idílico esta es vuestra lectura.


Ficha técnica

26 de junio de 2019

Viento de otoño - Brenna Watson


Es verdad que el género romántico no es lo mío, pero lo cierto es que cuando leí la primera  novela de Brenna Watson, El futuro tiene tu nombre, la disfruté mucho más de lo que esperaba y fue una lectura realmente agradable, además de estar muy bien escrita, así que cuando me ofrecieron la lectura de su segunda novela no voy a decir que no tuve mis dudas, lo romántico siempre me las genera, pero su ambientación histórica me atraía muchísimo y, afortunadamente, me lancé a por ella. Hoy os hablo de Viento de otoño.

Mi opinión


En 1330 un grupo de guerreros escoceses partió hacia Tierra Santa para enterrar el corazón de su rey, Robert the Bruce, pero el destino los llevó hasta Castilla para luchar al lado del rey Alfonso XI. Uno de ellos, Keilan Montroe, no volvió a Escocia y formó una familia lejos de su país. Años después su hija Gabriela se verá sola tras perder a toda su familia y decidirá, junto al fiel Angus Campbell, aquel otro escocés que acompañara a su padre y se quedara con él en Toledo, emprender el largo y peligroso camino hacia Escocia, hacia la única familia que le queda sin saber realmente quiénes de ellos continuarán con vida.

Así comienza Viento de otoño, una novela en la que se aprecia la evolución y el crecimiento de Brenna Watson como autora, así como la versatilidad de la que hace gala embarcándose en una trama con una excelente ambientación en la Escocia del siglo XIV tanto en sus escenarios como en la complicada situación política, ambientación tras la que sin duda hay una ardua labor de documentación que queda perfectamente integrada en una narración que fluye sin prisa, pero sin pausa, situándonos en el meollo de la historia gracias a numerosos detalles que la dotan de vida y verosimilitud.

Con una prosa culta a la vez que fluida, y un estilo elegante y muy cuidado, Brenna Watson nos acerca a unos personajes que rápidamente sentiremos cercanos y naturales, tan bien construidos que despiertan en el lector todo tipo de emociones. Compartiendo protagonismo con la valiente y decidida Gabriela encontramos a Duncan, jefe de los guerreros del clan Montroe, ambos forman el tándem perfecto en el que la fortaleza de carácter y el coraje, se dan la mano con la sensibilidad y los sentimientos más profundos, asistiendo el lector al nacimiento, paso a paso, de una relación que no solo tendrá que luchar contra los elementos externos que hacen de la suya una relación complicada, sino que también tendrán que hacerlo contra ellos mismos. La pluma de la autora, su exquisita sensibilidad, nos adentra en esta relación haciéndonos sentir parte de ella, vibrando con sus protagonistas, sufriendo cuando ellos lo hacen y embargándonos de la dulzura con la que va naciendo el amor entre ellos.

Historia y amor, junto con la lealtad y el honor, son los ingredientes principales de una novela que me ha trasladado totalmente las Highlands sumergiéndome en su lectura de tal forma que el tiempo pasaba sin darme cuenta y no, no es que yo me haya vuelto una romántica empedernida de pronto, pero Viento de otoño no solo es mucho más que una historia de amor, para mí lo principal es que ese romance me parece real, me lo creo, no está azucarado, no me empalaga, es una relación que nace poco a poco, en la que hay dudas, miedos… pero a la que finalmente nada ni nadie puede frenar hasta una verdadera explosión de los sentidos que Brenna Watson nos narra con tanto detallismo como sensibilidad, derrochando sensualidad en cada palabra.

En definitiva, Viento de otoño es una deliciosa novela de corte histórico romántico que nos narra con una prosa exquisita una maravillosa historia de amor, de honor y de lealtad. Una fantástica lectura con una magnífica ambientación en la Escocia del siglo XIV que hará las delicias no solo de los aficionados al género, sino también de aquellos que, como es mi caso, sin ser habituales se decidan a darle una oportunidad.

Ficha técnica





29 de marzo de 2019

El secreto del orfebre - Elia Barceló


En mi firme propósito de ir leyendo pendientes con mucho tiempo en mis estanterías, esta semana le llegó el turno a una novela corta de Elia Barceló, una autora a la que conocí con Las largas sombras. Hoy os hablo de El secreto del orfebre.

Mi opinión


Tras 25 años de ausencia, el protagonista de El secreto del orfebre regresa a su pueblo natal, Villasanta de la Reina y rememora la historia de amor que vivió, siendo poco más que un adolescente, con Celia, una mujer en plena madurez.

El secreto del orfebre nos envuelve en su magia para llevarnos de la mano a una relación prohibida, intensa. Una historia de dicha y de dolor narrada con un tono nostálgico por aquello que fue y acabó, por lo que pudo ser, por lo que se perdió y todo ello nos lo cuenta Elia Barceló con una prosa tan sencilla como elegante y un estilo envolvente que permite al lector vivir en primera persona lo que viven y sienten sus protagonistas.

Soy poco dada a las historias de amor, ya lo sabéis, pero esta me ha convencido de principio a fin. La he vivido intensamente, me he puesto en la piel de ambos en cualquiera de los tiempos narrados y es que este es precisamente uno de los elementos, el que más, que hacen de esta novela una historia muy especial. No digo más para no dar ni una pista a aquellos a los que aún no os habéis adentrado en sus páginas.

Esta novela se publicó hace años y ha sido después cuando se ha realizado la reedición que he leído. En ella se incorporan, al final, unas páginas escritas por Celia. Son solo unas pocas que complementan a la narración que previamente hemos leído en la voz de Pablo, su protagonista, quien a modo de diario nos deleita con una historia de amor llena de pasión y melancolía y me atrevo a decir que sin esas páginas quizá no la hubiera disfrutado. Ellas no solo me han permitido entender mejor a Celia, sino que han dotado a la historia de un punto y seguido al que yo he puesto mi final, ese con el que sigo sonriendo al pensar en él.

No lo dudéis ni un segundo si tenéis la oportunidad de adentraros en las páginas de El secreto del orfebre, una novela corta que leeréis en una tarde y que viviréis intensamente.

Ficha técnica


1 de febrero de 2019

Historia de una flor - Claudia Casanova



Conocí a Claudia Casanova con La perla negra, una lectura que, aunando ficción histórica y aventuras, me hizo pasar unas horas muy amenas así que cuando me ofrecieron la lectura de su última novela no lo dudé ni un instante. Hoy os hablo de Historia de una flor.

Sinopsis


Historia de una flor comienza por el final: Alba, vestida de novia para su inminente boda, recibe un pequeño obsequio acompañado de una carta que la retrotraerá al pasado, a aquel verano de 1875 en La Solariega, la finca que su padre acababa de adquirir y reformar en el Valle de Valdecabriel, donde rodeada de naturaleza pudo dar rienda suelta a su pasión por la botánica, recogiendo todo tipo de flores y plantas y preparando su primer herbario y donde conoció, por primera vez, el amor, con la llegada de Heinrich Wilkomm, un eminente botánico alemán.

Así comienza una novela que tomando como inspiración a Blanca Catalán de Ocón ficcionará algunos aspectos de su vida para darnos a conocer a esta gran mujer del siglo XIX que gracias a su curiosidad y tesón consiguió ser la primera botánica española y la primera también en dar nombre a una flor. Esta novela pretende ser un homenaje no solo a su nombre, sino también al de todas aquellas mujeres que, de una forma u otra, han contribuido al mundo que hoy conocemos y cuyo trabajo y voz han sido y siguen siendo, silenciados por la historia.

Y todo ello nos lo cuenta Claudia Casanova con una prosa culta y elegante y un estilo delicado que convierte su lectura en algo tan placentero como un paseo por los valles que tan bien recrea para el lector mientras retrata la vida de la mujer en el siglo XIX. Si alguna pega se le puede poner a la novela es lo poco que dura en nuestras manos, apenas dos tardes de lectura, abstraída por la delicadeza que emanan sus páginas, me han bastado para deleitarme con un libro que si hubiera tenido otras 200 páginas habría leído con el mismo gusto, sumergiéndome en la belleza de las flores y en el ansia de conocimiento y saber que destila su protagonista.

No puedo más que recomendar Historia de una flor, una historia dulce, narrada con acierto y sencillez para trasladarnos la pasión de una mujer que, en una época en la que todo conocimiento le estaba vetado y todo eran obstáculos salvo para dedicarse a un marido y al hogar, supo luchar por su sueño al tiempo que descubría el amor.

Ficha técnica


16 de mayo de 2018

Los lunes en el Ritz - Nerea Riesco


Descubrí a Nerea Riesco con Las puertas del paraíso, una novela que me cautivó por su historia y por su magnífica ambientación y que terminó siendo una de mis mejores lecturas de 2015. Tiempo después también El elefante de marfil fue una gran lectura así que cuando supe que la autora publicaba una nueva novela no lo dudé ni un segundo y me puse con ella. Hoy os hablo de Los lunes en el Ritz.

Mi opinión


En Los lunes en el Ritz conoceremos a Martina Romero, hija del director de dicho hotel, donde vive junto a sus padres y hermano. Su vida n  sus lienzos y pinturas, tiene un talento innato para la pintura, y las reuniones de las Damas de la Caridad de San Vicente Paul, que todos los lunes se reúne en los jardines del famoso hotel. El primer baile al que su padre la deja asistir supondrá para ella un profundo cambio en su vida y es que allí conocerá a un joven y apuesto actor, Bosco.

Así comienza una novela que encierra entre sus páginas múltiples y variadas historias que sacudirán las vidas no solo de Martina y su familia, sino de todos los numerosos personajes que pasean por las páginas de este libro en el que destaca una magnífica ambientación que traslada al lector al Madrid de los convulsos años 20 y 30, mostrándonos con detalle tanto los ambientes lujosos de las clases altas, como la miseria de los menos pudientes. Nerea Riesco logra que el lector lo viva todo de primera mano integrando de forma natural en la narración lo que sin duda ha sido una gran labor de documentación y de esta forma el famoso Hotel Ritz de Madrid, inaugurado en 1910 y que el pasado mes de febrero echó el cierre para llevar a cabo una profunda remodelación, se nos presenta en todo su esplendor y aparece como el referente que fue para la alta sociedad madrileña. No se olvida tampoco de enmarcar la trama en el complicado momento político que vivía nuestro país con el final de la dictadura de Primo de Rivera y la llegada de la Segunda República, los importantes cambios politicosociales que sacudían la vida diaria y en el empuje de la mujer que empieza a no conformarse con el papel casi invisible que ha vivido hasta el momento, sin olvidarse de la ola de anticlericalismo que sacudió el país y que sirve para introducir la que podríamos considerar la trama principal de la novela dentro de los distintos hilos argumentales que hay en ella.

Junto a Martina, la protagonista, una joven muy especial y sin duda adelantada a su tiempo, a la que conoceremos siendo poco más que una adolescente y la que despediremos tras una gran evolución fruto de su carácter y de sus vivencias, son muchos los personajes que viven entre las páginas de Los lunes en el Ritz, muy distintos todos entre ellos representando distintas personalidades y formas de enfrentarse a la vida, consiguiendo la autora con todos ellos dotarlos de vida y credibilidad y vistiéndolos en muchos casos de esos claroscuros que los hacen más humanos y que en más de una ocasión han provocado que algunos despertaran en mí sentimientos encontrados.

Nerea Riesco utiliza la figura del narrador omnisciente, salvo en el prólogo y el epílogo donde encontramos un narrador protagonista, en esta novela que toca tantos géneros que lo más fácil, si de clasificar se trata, sería englobarla en el más genérico de narrativa. La autora, como ya hiciera en sus anteriores trabajos, se atreve con el siempre complicado género de la ficción histórica, aderezada con hechos históricos, y nos deleita con una reconstrucción magnífica del pasado en el que desarrollar una historia de amor, pero sobre todo una historia de crecimiento personal, de solidaridad y de lucha por un mundo distinto. Y todo ello a través de un estilo elegante y pulcro, con una prosa cuidada y un lenguaje rico y exquisito del que hace gala tanto en las magníficas descripciones de ambientes como en los trabajados y naturales diálogos que se dan entre los personajes.

En definitiva, Los lunes en el Ritz es una novela escrita con mimo que he disfrutado de principio a fin. Una novela en la que destacan su magnífica ambientación y sus acertados personajes y que no dudo en recomendar a cualquier tipo de lector ya que entre sus páginas contiene todos los ingredientes necesarios para disfrutar de una buena lectura.






11 de abril de 2018

El color de las mareas - Mikel Alvira


En 2015 La novela de Rebeca fue una de mis mejores lecturas y también el descubrimiento de un autor al que tuve claro  que volvería a leer en sus siguientes publicaciones y, aunque se ha hecho un poco de rogar para obsequiar a sus lectores con un nuevo libro, por fin hace unas semanas vio la luz la última novela de Mikel Alvira, El color de las mareas. 

Mi opinión


El color de las mareas comienza con una frase contundente: Se llamaba Beatriz Tussaud y no se casó con el amor de su vida. Y ésta es también la frase con la que comienza el manuscrito que el señor Joaquín entrega un día a Nuria Tussaud en su galería de arte y a través del cual nos sumergiremos en la vida de su tatarabuela, Beatriz Tussaud, marcada por la historia de amor imposible que vivió con Marcel Hugarte, y entraremos de lleno en la investigación del pasado de su familia, con más secretos de los que Nuria nunca pudo imaginar.

Beatriz Tussaud es la protagonista indiscutible de la novela. La conoceremos siendo una jovencita inocente e iremos viendo cómo la vida la hace evolucionar a golpe de emociones, de amor y de dolor, la Beatriz de la que nos despedimos, esa mujer firme y fuerte sin perder su sensibilidad, poco o nada tiene que ver con aquella joven a la que una mirada de Marcel Hugarte hacía sonrojar. Pero si Beatriz es la gran protagonista y de narrar su vida se trata, ésta no sería la misma sin el otro gran personaje de la novela, Marcel, un conquistador nato que bajo su apuesta apariencia encierra una cierta complejidad que solo con el avance de la lectura podrá ir descubriendo el lector atento. Junto a ellos muchos otros personajes secundarios y dos elementos que, sin ser de carne y hueso, resultan tan protagonistas como ellos y sin los que El color de las mareas no sería la novela que es: la pintura y el mar, ese mar cuyas mareas, al igual que las relaciones interpersonales de cualquier tipo, vienen y van y es que El color de las mareas nos narra una historia de amor sí, pero nos habla, por encima de todo, de las relaciones personales.

Mikel Alvira vuelve a hacer gala de una prosa que por momentos roza la lírica y un ritmo narrativo que parece destinado a acunar al lector, como si en lugar de leer casi estuvieran susurrándonos las palabras al oído. Alternando los saltos en el tiempo y distintas voces narrativas el autor sigue una estructura clásica que en ocasiones rompe con la narración de la historia para ceder el testigo a pensamientos y reflexiones atemporales y es que poco importa que la historia comience a finales del siglo XIX y se desarrolle hasta la mitad del siglo XX cuando las emociones y los sentimientos son los mismos ayer, hoy y mañana. Se pone también así de manifiesto el desconocimiento que tenemos sobre nuestros antepasados, a los que miramos y vemos tan lejanos en el tiempo que nos parece que no pudieron entonces sentir como sentimos hoy, olvidando que solo cambian las formas de vida, solo lo que es externo a nosotros, pero nunca la naturaleza humana y sus pasiones.

A pesar de que como he mencionado la novela se desarrolla en un tiempo pasado, no se enmarca en el género histórico, sino que es un solo un contexto con una magnífica ambientación gracias al que sin duda ha sido un ingente trabajo de documentación que permite que, con unas pocas pinceladas, el lector se sitúe en la etapa histórica precisa para entender cómo y por qué reaccionan y actúan los personajes en un determinado momento.

El color de las mareas, si tenemos que etiquetarlo en un género, es una novela de amor o quizá sería más acertado decir que es una novela sobre el amor entendido como una forma de trascender. Una novela que, sin perder de vista el entrenamiento, invita al lector a múltiples reflexiones. 


2 de marzo de 2018

La sinfonía del tiempo - Álvaro Arbina



Dos años hace ya que Álvaro Arbina nos sorprendió a todos debutando en el panorama literario con La mujer del reloj, una novela que como en su momento os dije en mi reseña reunía los tres requisitos básicos para encandilarme: estar bien escrita, ser muy entretenida y enseñarme algo. Tras este thriller histórico lleno de aventuras fuimos muchos los que nos quedamos con las ganas de volver a leer a este joven autor que nos sorprendió por su madurez y talento narrativos y por fin ayer se publicó su segunda novela. Hoy os hablo de La sinfonía del tiempo.

Mi opinión


 En La sinfonía del tiempo conoceremos a Elsa Craig que, tras la desaparición de Benjamin Craig, su marido, y convencida de que no ha sido un abandono, vuelve a Bilbao, a Villa Zulueta, a su hogar familiar en el seno de una poderosa familia industrial sin saber que esa vuelta destapará algunos de los más oscuros secretos que durante años han permanecidos ocultos. De forma paralela viajaremos al pasado, donde conoceremos a dos niños, Gabriel y Arnaud, hermanos aunque solo de padre ya que Arnaud es fruto de una relación extramatrimonial, padre y tío de Elsa. La vida de Arnaud, nada fácil dados sus orígenes, cambiará cuando en un viaje a Londres con su padre conozca al profesor Higgins que desplegará ante sus ojos un mundo nuevo.

Si algo brilla en La sinfonía del tiempo es la magnífica ambientación de la novela tanto en lo que se refiere a los escenarios y paisajes, como en lo referido a la época y el entorno político y social que se retrata. De este modo el lector asiste de primera mano al proceso de industrialización del País Vasco y al cambio que se produjo tanto en el entorno como en su población, retratando de forma fiel y realista los contrastes entre la burguesía adinerada y las barriadas mineras en las que sus habitantes vivían en la miseria y la precariedad. Las desigualdades sociales que empiezan a mover la conciencia de la clase trabajadora, la inestabilidad política, la tercera guerra carlista, la pérdida de las colonias… La historia que un narrador omnisicente comienza contándonos sobre Elsa Craig y la búsqueda de su esposo, hunde sus raíces en este marco que el autor describe con detalle, haciendo de La sinfonía del tiempo una novela de lectura pausada y con un ritmo un tanto irregular ya que la minuciosidad y riqueza de las descripciones en ocasiones nos aleja de la historia en sí misma.

No cabe duda que Álvaro Arbina ha llevado a cabo la que ha debido ser una ingente y ardua labor de documentación para mostrar al lector esta época de grandes cambios, de avances científicos y tan convulsa a nivel político, si bien en algunos momentos de la lectura este trabajo de investigación queda excesivamente expuesto en la narración dando lugar a explicaciones que pueden resultar abrumadoras a algunos lectores, aunque sean de lo más didácticas y es que, como ya sucediera en La mujer del reloj, será mucho lo que aprendamos leyendo esta novela.

Alternando dos hilos temporales que recorren desde mediados del siglo XIX hasta principios del siglo XX Álvaro Arbina teje una historia que combina géneros como la saga familiar y el romántico aderezados con grandes dosis de misterio y ciertos toques fantásticos, todo ello convenientemente dosificado para no perder el interés del lector. 
La prosa de Álvaro Arbina, exquisita y elegante, roza en algunos momentos la más pura lírica en una trama compleja y madura, muy bien construida y mejor cerrada para una historia en la que tanto los personajes principales como los necesarios secundarios son perfilados con mimo para que aparezcan como reconocibles ante los ojos del lector.

En definitiva, La sinfonía del tiempo es una novela de lectura pausada con la que el lector recorrerá un amplio marco temporal perfectamente retratado a la par que disfruta de una historia inolvidable de amor y secretos. Una novela con una ambientación exquisita con la que el autor vuelve a regalarnos su talento.

Ficha técnica


28 de febrero de 2018

Llámame por tu nombre - André Aciman


Cuando vi este libro entre las novedades de Alfaguara su título me llamó poderosamente la atención, los que me conocéis ya sabéis que soy un poco fetichista para esto de los títulos. Pero lo cierto es que lo apunté como posible lectura y después la olvidé, ni siquiera sabía que estaba a punto de estrenarse una película basada en la novela y no fue hasta el estreno de ésta que volví sobre el libro. Hoy os hablo de Llámame por tu nombre.

Mi opinión



En Llámame por tu nombre nos trasladaremos a la costa italiana en los años ochenta. Allí conoceremos a Elio, un joven de 17 años que un verano más se dispone a compartir su hogar de veraneo con un estudiante o profesor extranjero, siguiendo la tradición que sus padres instauraron hace años. Y así, a su vida llegará Oliver, norteamericano de 24 años, profesor universitario, con quien Elio, muy avanzado intelectualmente para su edad, entablará una relación muy especial.

André Aciman utiliza la figura del narrador protagonista por lo que todo lo conoceremos a través de la mirada de Elio quien, años después de aquel verano, confiesa, casi a modo de diario, cómo vivió aquellas semanas. Esta narración retrospectiva y confesional, que rezuma melancolía y cierto pesar, no es siempre lineal, sino que a menudo se ve salpicada por los pensamientos de Elio, por sus preocupaciones, sus deseos… trazando así un profundo y minucioso perfil psicológico de un joven que, en plena adolescencia, descubre el amor y el deseo, y lo descubre con una intensidad tal que anega todo lo demás, sumiéndolo a menudo en las dudas, en una terrible confusión y un lacerante sufrimiento que traslada al lector a través de una prosa sobria, directa y descarnada que impacta en el lector haciendo que nos sintamos como Elio, participando de su complejo mundo interior.

Llámame por tu nombre es una novela profundamente intimista y emocional, en la que el narrador, desnudando todos sus sentimientos ante el lector, nos narra una intensa historia de amor que rápidamente reconoceremos como auténtica. La sentiremos real porque con Elio viviremos la dicha y el dolor que solo el primer gran amor descubierto en la adolescencia puede deparar. Con él también descubriremos los a veces misteriosos engranajes del deseo y el erotismo en escenas que el autor nos sirve sin reparos y sin censura alguna porque si a lo largo de las páginas el deseo crece y crece sin llegar nunca a culminar, cuando por fin lo hace es un estallido de tal magnitud que la exaltación de los sentidos traspasa las páginas de la novela. Amor y sexo son fundamentales en una novela que encierra múltiples reflexiones sobre estos temas a través de un narrador que aún está construyendo la identidad y que le llevan a comparar lo que siente por Oliver, con lo que siente o ha sentido en sus relaciones heterosexuales.

Destaca también en la novela la cuidada construcción de los personajes porque no solo conoceremos bien a Elio, que desde el principio lo sentiremos como un narrador honesto, no dispuesto ni a engañarse ni a engañarnos, sino que también todos los secundarios, además de Oliver, el otro gran protagonista, aparecen como reconocibles ante los ojos del lector. Aunque nuestro conocimiento de ellos es siempre desde el punto de vista del narrador protagonista, y a pesar de las escasas pinceladas que se nos dan, sus perfiles se encuentran minuciosamente dibujados gracias a los maravillosos, inteligentes y esclarecedores diálogos que se establecen entre ellos. Un gran acierto sin duda del autor y muestra de su buen hacer, que no necesita de exhaustivas descripciones para que el lector sienta a los personajes como personas de carne y hueso, sino que son sus actos y sus palabras los que hablan por ellos.

En definitiva, Llámame por tu nombre es una novela íntima e intensa sobre el amor, el deseo y el despertar sexual. Y es también una historia triste y dolorosa, pero por encima de todo, alejándose de los clichés en los que fácilmente podría haber caído, es una bellísima historia de amor que me ha conmovido profundamente y que se alza desde ya como una de mis mejores lecturas de 2018.

Ficha técnica


16 de febrero de 2018

El color de la luz - Marta Quintín


Hace tan solo unos días que se publicó esta novela que yo he tenido la suerte de poder leer un poco antes de su salida a la venta, además de haber tenido la oportunidad de charlar con su autora en un encuentro que muy pronto os contaré. Hoy os hablo de El color de la luz.

Mi opinión


Blanca Luz Miranda es el nombre de una empresaria de éxito que deja a todos atónitos cuando adquiere, en subasta pública, un cuadro del pintor Martín Pendragón por un precio exorbitante. Desde ese momento una periodista española afincada en Nueva York que está cubriendo la subasta no cejara en su empeño de conocer qué se esconde tras esa adquisición, más aún cuando investigando sobre la compradora descubre una entrevista de años atrás en la que Blanca Luz manifiesta que su único objetivo para ganar dinero es el de comprar arte.

Comienza así una historia de marcado carácter intimista en la que conoceremos a la protagonista desde su juventud, donde ya adivinaremos su carácter caprichoso y voluble, haciendo de ella un personaje con el que tengo que confesar que me ha costado muchísimo empatizar. Tanto como le cuesta a la periodista encargada de contar su historia, una historia que esconde secretos y culpas y una relación amorosa entre Blanca Luz Miranda y Martín Pendragón tortuosa, llena de encuentros y desencuentros, y lastrada por un no saber querer incluso cuando se ama.

De forma paralela a esta historia de amor el lector asiste también a la historia del siglo XX viajando desde una pequeña ciudad de provincias española hasta el París de los locos años 20, pasando por la Segunda Guerra Mundial y volviendo a nuestro país con la Guerra Civil. En todo este recorrido, el arte forma parte fundamental de la novela, tanto en el aspecto de la expresión artística en sí misma como a la hora de mostrar cómo es el difícil camino que lleva a unos pocos elegidos hasta el éxito. Una de las partes más interesantes de la novela es precisamente la época en la que Martín Pendragón comienza a dar sus primeros pasos en París, rodeado de principiantes como él que, aun pasando hambre, no renuncian a sus sueños. Es aquí donde más se aprecia la que sin duda ha sido una ingente labor de documentación por parte de la autora que salpica la ficción con hechos históricos y anécdotas reales de conocidos artistas y otras personas relacionadas de un modo u otro con el mundo del arte.

Junto a los dos protagonistas y su amor, el arte es el otro gran protagonista de la novela, representado en toda la obra de Martín Pendragón desde sus inicios y, muy especialmente, en el cuadro que Blanca Luz adquiere y que actúa no solo como hilo conductor y como luz que ilumina toda la narración, sino como símbolo de la pesada carga que arrastra la protagonista e imagen de un perdón necesario para cerrar viejas heridas. 

La estructura de lo novela se basa en dos tiempos narrativos, el presente y el pasado narrado por Blanca Luz ayudada de numerosas cartas. Marta Quintín maneja con soltura los saltos temporales, pasando de un momento a otro, y de un narrador protagonista a un narrador omnisciente, sin confusión alguna, y haciendo hace gala de una gran riqueza de vocabulario y una prosa muy trabajada y profundamente descriptiva, tanto de los escenarios como especialmente de las emociones, pensamientos y sentimientos que invaden a los personajes. Esto hace que El color de la luz requiera una lectura pausada y atenta dada la abundancia de descripciones exhaustivas con un marcado uso de oraciones subordinadas. Los diálogos, aunque escasos, están trabajados con cuidado, adaptándose el lenguaje a la época en la que viven los personajes y evolucionando de forma natural en el tiempo.

En definitiva, El color de la luz es una novela con una gran historia de amor que nos habla de culpa y arrepentimiento y de arte como una forma de cura y esperanza a la vez que nos pasea por la historia del siglo XX. Marta Quintín es sin duda una joven autora a la que habrá que seguir la pista de nuevas publicaciones.

Ficha técnica






10 de noviembre de 2017

El futuro tiene tu nombre - Brenna Watson


¡Qué atrevida estoy últimamente saliendo de mi zona de confort! Y estas aventuras literarias no se me están dando mal, igual me voy atreviendo cada vez más y hasta llegáis a ver por aquí, por ejemplo, una novela de terror, pero por ahora tampoco voy a ser tan osada y en esta ocasión la alegría me la he llevado con una novela enmarcada en el género histórico romántico. Hoy os hablo de El futuro tiene tu nombre.

Sinopsis 


Cuando el barón Hamilton fallece de forma inesperada, su viuda, la joven Marian Fillmore, cree que por fin se verá libre de un esposo abusivo y maltratador. Sin embargo, las condiciones que establece en su testamento la obligan a permanecer atada a un lugar al que odia y a su cuñada, tan cruel y déspota como su hermano.

La llegada del hijo del barón, procedente de América, será la única luz de esperanza en el porvenir de Marian. Solo él será capaz de cambiar su destino y el de las personas a las que ama, aunque el precio a pagar será demasiado alto.

Porque, ¿hasta dónde es lícito sentirse atraída por el hijo de su difunto marido?

Mi opinión


Marian Fillmore no se siente muy orgullosa de ello, pero lo cierto es que el fallecimiento de su marido, el barón Hamilton, supone para ella toda una liberación que la librará del infierno en el que vive desde hace seis largos años. Pero esta sensación durará poco, justo hasta que conoce las condiciones dl testamento en el que se la obliga a permanecer en la casa junto a su odiosa cuñada, tan cruel como su difunto hermano. Afortunadamente la oportuna aparición de Derek Hamilton, hijo del barón, supondrá para ella la única forma de salir de la terrible situación en la que se encuentra, aunque en ningún caso la joven viuda tendrá las cosas fáciles.

Marian y Derek, los personajes principales, perfectamente dibujados y con los que rápidamente conecta el lector, son el epicentro en torno a los cuales gira toda la trama. Me ha gustado especialmente ella porque bajo una apariencia frágil esconde una mujer fuerte que se crece ante las adversidades sin perder nunca su dulzura e inocencia. Junto a ellos encontramos unos cuantos secundarios en los que si bien la autora no se detiene demasiado, sí lo hace en una medida más que suficiente como para que nos hagamos una clara idea sobre ellos. Más detallada se muestra en la descripción de las costumbres del momento histórico en el que se desarrolla destacando de este modo la magnífica ambientación de la sociedad londinense, consiguiendo con ella la autora trasladarnos al encorsetamiento de una época y a los convencionalismos de la una clase social en la que el más mínimo rumor podía dar al traste con la reputación de cualquier mujer.

Con una prosa fluida y muy cuidada, El futuro tiene tu nombre nos narra una historia sencilla en la que lo importante no es cómo acabara porque desde el primer momento lo imaginamos, sino el cómo se desarrolla y desde este punto de vista estamos ante una novela que atrapa desde el inicio, con una lectura muy agradable a lo largo de la cual, además, nos encontraremos con algún que otro giro inesperado. El estilo de Brenna Watson es tan elegante como los ambientes que nos describe y la autora ha cuidado al máximo los detalles en esa ambientación que antes os comentaba de forma que los diálogos están adaptados a la época y a su rígida forma de pensar. Destaca también la agilidad a la hora de narrar que convierte a la novela en una de esas en las que el tiempo no parece pasar cuando te sumerges en sus páginas. Yo os puedo decir que la he leído en dos tardes en las que me sumergí totalmente en la historia.

El futuro tiene tu nombre es una historia de amor de las que a mí me gustan y es que no tiene nada de empalagosa. Desde el principio los protagonistas se debaten entre querer y deber y la autora mantiene esta tensión de forma notable desplegando ante el lector un romance que va creciendo poco a poco. Sentiremos cómo la atracción es mutua desde el principio a pesar de que ambos incluso quieran negársela a sí mismos no poniendo nombre a sus sentimientos. La autora traslada con fidelidad esa sensación del amor que nace y va creciendo, ese resistir por miedo, por pudor, por indebido… hasta que la pasión estalla y es en esos momentos en los que Brenna Watson hace gala de su buen hacer con las letras ofreciéndonos descripciones detalladas en las que derrocha sensibilidad y sensualidad.

En definitiva, El futuro tiene tu nombre es una novela de corte romántico muy agradable de leer y que yo sin duda he disfrutado. Una novela en la que se narra con acierto una bonita y dulce historia de amor protagonizada por dos personajes con los que rápidamente empatizará cualquier lector.

Ficha técnica




13 de septiembre de 2017

Todos los días son nuestros - Catalina Aguilar Mastretta


Que no suelo animarme con las historias de amor es algo de sobra conocido para los que habitualmente pasáis por aquí, así que no os extrañará que la clave para dejarme convencer y leer este libro es que me dijeran que realmente es una historia de desamor, así de ácida me pongo a veces… Y sí, es una historia de desamor. Y de amor. Y de vida. Una historia que me ha conquistado de principio a fin y que os recomiendo desde ya. Hoy os hablo de Todos los días son nuestros.

Sinopsis


María y Emiliano parecían una pareja indestructible, de esas que se conocen en el instituto, nunca pierden la pasión y terminan siendo dos adorables ancianos cogidos de la mano. Por eso, cuando llegan a la treintena y una noche, al volver de la fiesta de unos amigos, María empieza una discusión, nadie hubiese imaginado que la pelea terminaría con Emiliano haciendo las maletas y volviendo a casa de sus padres.

En su primera novela, la mexicana Catalina Aguilar Mastretta hace gala de la contagiosa ternura y el humor que ya ha demostrado en su carrera como directora de cine. Todos los días son nuestros es una novela generacional, irónica y divertida en la que dos jóvenes deben aprender a vivir sin la persona con la que creían que iban a pasar el resto de sus días. Una historia narrada con una cercanía conmovedora, que provoca carcajadas, sonrisas tristes y, sobre todo, una inmensa complicidad.

Mi opinión 


María y Emiliano son pareja desde el instituto. Con treinta años ya cumplidos son la pareja aparentemente perfecta quizá por lo imperfectos que resultan cuando unen dos mundos tan distintos consiguiendo complementarlos. Por un lado la burguesía más tradicional que representan Emiliano y su familia y, por otro lado, María, educada de una forma totalmente distinta, librepensadora, como ella misma se define desde niña, por una madre preocupada por el feminismo y los abusos de poder de esa burguesía que tanto detesta. Sí, la imperfecta pareja perfecta hasta que llega la ruptura y el mundo construido entre los dos se desmorona. 

Catalina Aguilar Mastretta demuestra gran talento en esta primera novela en la que derrocha dulzura, ironía y sentido del humor a través de la voz de María, la narradora protagonista que permite al lector entrar en sus pensamientos más personales y en sus emociones más íntimas para recorrer con ella su camino vital, para llorar, para reír, para sentir… En definitiva para vivir porque Todos los días son nuestros es una de esas novelas que no se conforman con ser leídas, sino que se van abriendo paso invitando al lector a una intimidad con la que transitar junto a María y Emiliano su paso desde la adolescencia hasta la madurez, su camino desde el amor hasta el desamor, el vía crucis del dolor y del miedo a no poder superarlo nunca. La voz de María no es condescendiente ni con la vida ni con ella misma y aún así no cae en el dramatismo fácil, sino que nos lleva de su mano para compartir con ella su evolución hasta la aceptación y desde ella hasta la felicidad. 

La autora hace gala de un estilo muy personal que se siente cercano y que resulta muy fluido, creando intimidad entre el lector y la lectura, e imprimiendo un ritmo que no decae en ningún momento. Una novela llena de frases para leer y releer una y otra vez, para subrayar, para anotar, para recordar. Para recrearse en ellas, incluso en aquellas que en más de una ocasión me han tocado el corazón y me han dolido porque ¿quién no ha buscado alguna vez en sus sábanas el olor de la persona a la que ha perdido? Y es que así es Todos los días son nuestros, una novela que es vida y que por lo tanto a veces duele.


«Desde el primer día que nos vimos, sin que importen todos los días que no nos hemos visto, no he vuelto a hacer nada sin ti.»

  
Junto a los protagonistas la galería de personajes que pasea por las páginas de Todos los días son nuestros son trazados con mimo, consiguiendo la autora un elenco humano y creíble de personajes llenos de contradicciones que se sienten cercanos. Un numeroso grupo de secundarios entre familiares y amigos  con los que llevar hasta el lector una historia que precisamente por no ser un cuento de hadas me ha conquistado sin remedio. Con todos ellos se construyen las ruinas de una relación que ha fracasado y con todos ellos acompañamos a María por las distintas versiones de sí misma en el arduo camino hacia la construcción de una vida sin Emiliano. Familiares y amigos son parte fundamental en este perderse para volverse a encontrar que con tanto acierto nos narra Catalina Aguilar Mastretta. 

Pero no solo de amor nos habla este libro que también toca temas tales como el feminismo, la religión, las relaciones paterno filiales, la amistad, el divorcio, la crisis de la edad adulta, las expectativas que nos crean y nos creamos… Todos los días son nuestros va más allá de la narración de una ruptura con todas sus caídas y todo su dolor, para ofrecernos una historia universal con la que todos en algún momento podemos sentirnos identificados, por muy alejadas y distintas que sean nuestras vidas de las de los protagonistas. También el cine juega un importante papel en la novela, no solo porque la protagonista sea crítica de cine, sino porque para ella, al igual que para otros puede ser la lectura o cualquier otra cosa, el cine es el refugio en el que encontrar la paz y el consuelo que la vida a veces le niega. Así, grandes clásicos sobre todo de los 80 desfilan por las páginas de la novela poniendo imágenes a las emociones de María. 

En definitiva, Todos los días son nuestros es una novela que me ha emocionado en muchos momentos, en la misma medida que me ha arrancado más de una sonrisa y ha despertado mi ternura. Una historia de amor y desamor atemporal porque las emociones son las mismas ahora que hace cincuenta años. Una novela agridulce que ya se ha ganado un hueco entre las lecturas que se quedan para siempre con esta lectora.

Ficha técnica