Te escribo esta nota, pensando que no soy de tu agrado, sabiendo
que aunque me leas lo harás en silencio, en tu intimidad.
Eres una eterna adivinanza, que me motiva, que sabiéndolo
todo…nunca me lo dirá.
No pretendo ser tu referencia ni el gurú que te guiará, solo
busco pagar una deuda.
No sé a quién… ¿tal vez, a ti será?
Te busco y solo encuentro pistas difusas, noto que juegas conmigo
a esconderte, a que descubra la siguiente, la otra y la otra y la otra, sin
encontrar nunca el final.
Me conoces de sobra…y sabes que cuando te encuentre todo
acabará, pero me pones a prueba, a tu antojo, unas veces con gracia, otras
hasta llevarme al borde del sonrojo.
Sé que disfrutas poniéndome en evidencia, marcándome un
camino directo hacia quien no me lee, hacia quien creo que nunca me leerá.
No me subestimes, no sé cuándo ni cuánto me costará. Sabes
que sospecho aunque no te lo diga.
En un descuido de estos, no sé en qué orden, solo sé uno de
los dos caerá.