jueves, 31 de mayo de 2018

LA PROFESORA DE PARVULARIO

Nira (Sarit Larry) es maestra, una mujer enamorada de su trabajo y una vida agradable y convencional, típica de clase media. Tiene un hijo en el ejército, una hija en la escuela secundaria y un esposo que la quiere (Lior Raz) y que trabaja como ingeniero aeronáutico para el gobierno. Como pasatiempo, o tal vez como vehículo de ambiciones inexpresadas y deseos frustrados, asiste a un taller de poesía con otros poetas aficionados. Un buen día es testigo de un sorprendente acto de creación, cuando uno de sus alumnos, un niño angelical y de ojos soñadores, de apenas cinco años, llamado Yoav (Avi Shnaidman) espera a que vengan a recogerle al final de la jornada escolar. "Tengo un poema", anuncia y recita unas breves y elípticas estrofas de amor, caminando de un lado a otro mientras su profesora escribe sus palabras en un cuaderno. Nira está sorprendida e intrigada. Al principio, como cualquier maestro concienzudo, se muestra solícita y alentadora. Siempre es bueno reconocer y celebrar lo que es especial en un niño. El poeta en ciernes es, en muchos aspectos, un niño perfectamente normal, que juega y dice alguna palabrota con su mejor amigo, se entretiene en la arena del parque y muestra las mismas inquietudes que cualquier niño de su edad. Es posible leer signos de inteligencia inusual en sus expresiones, pero su característica más destacado es una cara que parece creada para invitar a los pellizcos de una abuela. Pero Nira, una veterana con 20 años de experiencia en clases de parvulitos, es inmune a su ternura. Él actúa en serio en su compañía porque eso es lo que ella espera y también tal vez porque está un poco confundido por su atención. Ella lo despierta de su siesta y lo lleva afuera bajo la lluvia, con la esperanza de estimular su creatividad, reemplaza a la niñera y pasa más y más tiempo con él fuera de la escuela. Le hace participar en una especie de recital de poesía y a partir de ahí, las cosas se vuelven realmente extrañas.


Peculiar y arriesgada propuesta que en los festivales en que se presentó (entre ellos el de Sevilla, en el que obtuvo el Giraldillo de Plata), despertó opiniones encontradas, desde quienes ven en ella un interesante intento de innovación, hasta quienes la tachan de aburrida.
El israelí Nadav Lapid, guionista y realizador del film, nos acerca una película que, desde luego es atípica, con un montaje en apariencia descuidado y algunos movimientos de cámara poco usuales, con todo ello quiere aparentar una sensación de cercanía al espectador y de espontaneidad que remarca con algunos primeros planos de los actores y con el rodaje de escenas que reflejan actos cotidianos.
Todo ello rodado con pausa, incluso con demasiada pausa.


Sin embargo, quizá lo mejor de la película son los dos personajes alrededor de los que se mueve toda la trama, la profesora, que en todo momento nos parece alguien muy cercano, independientemente de que lo que hace nos parezca extraño, incluso inexplicable, y la entrañable figura del niño, una delicia de crío y que, además, lo hace muy bien.
Después están las conclusiones que uno extraiga de lo que está viendo, si es que extrae alguna o simplemente, como les ocurrirá a algunos, pueda parecernos que aquello es un ejercicio filmográfico sin pies ni cabeza y con un final que, la verdad, es un poco embarullado y decepcionante, aunque tiene un puntito de humor negro que a mí me resultó muy gracioso, aunque no se si el realizador pretendía esto.
De cualquier manera, para quien piense que la historia es increíble, señalar que Lapid echa mano de una experiencia personal, pues a los siete años escribía poemas, aunque no los publicó, los metió en un cajón y no quiso saber nada más del asunto. Creo haber leído en alguna parte que las poesías que inventa el niño en el film, están tomadas de las que Lapid escribió en su infancia.




miércoles, 30 de mayo de 2018

LA LADRONA DE LIBROS

Liesel Meminger (Sophie Nélisse), es una adolescente alemana que es enviada a vivir con una familia de acogida, la conformada por el bondadoso Hans Hubermann (Geoffrey Rush) y su puntillosa esposa Rosa (Emily Watson). Sin reponerse aún de la trágica muerte de su hermano pequeño, acontecida apenas unos días antes, y asustada ante unos nuevos "padres" que acaba de conocer, Liesel se esfuerza por adaptarse; tanto a su nuevo hogar como a la escuela, donde sus compañeros se burlan de ella calificándola con el término alemán "dummkopf" (idiota) porque no sabe leer.
Con la determinante obsesión de una erudita en ciernes, Liesel está firmemente decidida a cambiar eso, para lo que cuenta con la ayuda de Hans, su empático "papá", que trabaja con ella noche y día en la lectura de su primer libro, El manual de los sepultureros, un ejemplar que la niña sustrajo del funeral de su hermano; un hurto que llevó a cabo de forma impulsiva y que tendrá profundas consecuencias para nuestra joven heroína.
El amor por la lectura y el creciente aprecio por su nueva familia se intensifican en Liesel cuando se hace amiga de un nuevo huésped de los Hubermann, un refugiado judío llamado Max Vandenburg (Ben Schnetzer), que comparte su pasión por los libros y que la anima a desarrollar sus capacidades de observación. Igualmente transformadora para Liesel es su floreciente amistad con su joven vecino Rudy Steiner (Nico Liersch), quien le toma el pelo por su costumbre de robar libros, a pesar de que descubre que se está enamorando de ella.
Estas nuevas amistades, junto con su creciente amor por los libros, le suministran a Liesel tanto una evasión, como un camino que determinará su destino. Liesel llega a comprender no sólo el poder de las palabras sino otro que está mucho más allá de ellas.


La historia y sus personajes son producto de la imaginación del escritor Markus Zusak, cuya novela La ladrona de libros fue publicada en su país, Australia, en el año 2005, y en el resto del mundo en 2006. La novela ha vendido ocho millones de ejemplares en todo el mundo y se mantuvo en la lista de superventas del New York Times durante casi siete años, habiendo sido traducida a más de 30 idiomas.


La película ha sido tachada de lacrimógena y de no aportar nada nuevo al manido asunto de los alemanes y el Holocausto.
Es cierto que hay algunas cosas que resultan un tanto chocantes, como por ejemplo la rapidez con que la protagonista pasa de no saber leer nada en absoluto a dominar la lectura. Es cierto que la novela resulta menos folletinesca que la adaptación y es cierto también que hay algunos pasajes en los que parece todo muy artificial, pero quiero romper una lanza en favor del film y su mensaje.
En primer lugar, se trata de dar la visión de unos niños que se ve que no entienden muchas de las cosas que están pasando y asisten entre atónitos y asombrados a las actitudes que toman los adultos sobre el cúmulo de circunstancias cambiantes con que les toca lidiar: Un líder todopoderoso y una ideología que dirige sus vidas y a la que se someten, al menos aparentemente y una sensación de miedo que parecen considerar inevitable.
Por otra parte, hay algunas escenas que, aunque no están muy redondeadas, sí que logran transmitir la sensación espeluznante de lo que fueron aquellos tiempos, entre ellas, me quedo con la quema de libros en la plaza del pueblo y las numerosas lecturas que de ella se pueden sacar: La multitud entregada, el discurso del alcalde que deja claro que la raza aria está por encima de todo lo demás, el miedo de algunos pocos a no demostrar públicamente su adhesión a lo que se les está diciendo, el convencimiento de la mayoría de aquello a lo que están asistiendo es el renacer de su patria...


Si es verdad que no cuenta nada nuevo, tampoco es cierto que el film valga poco, el sufrimiento de la gente normal, el miedo a pensar diferente, la persecución que sufren quienes están señalados... creo que todo eso queda patente, más allá de que es cierto que al film le falta algo de fuerza dramática.
Y para acabar de resultar atractiva, una buena ambientación y una banda sonora del maestro John Williams a quien siempre es una delicia escuchar.
La película resulta agradable de ver, fácil de seguir y con unos protagonistas con los que uno empatiza rápidamente, más allá de que todo parezca como un cuento y, en ocasiones, demasiado bonito, pero también tiene sus momentos duros y aunque tengan ese barniz de almíbar, creo que el mensaje está bastante claro, es como si se nos estuviera contando todo desde la normalidad con que muchos alemanes vivieron todo aquello, su vida seguía como si tal cosa, cuando en realidad estaban siendo víctimas de una gigantesca manipulación y esa fue parte de la tragedia, que muchos se declararon ignorantes de lo que ocurría a su alrededor, esa paradójica normalidad es la que se nos relata en el film.




martes, 29 de mayo de 2018

EL PERFUME

Cuando "Das parfum. Die geschichte eines mörders" ("El perfume. Historia de un asesino") apareció a mediados de la década de 1980, la novela se convirtió inmediatamente en un éxito de ventas y, como consecuencia, convirtió a su autor, Patrick Süskind, en un escritor reconocido.
El protagonista Jean-Baptiste Grenouille es un superviviente, como se relata en el libro, una especie de garrapata, un ser insignificante que es capaz de envolverse en su caparazón para gastar lo mínimo de su energía y sobrevivir con una gota de sangre que consumió hace meses, esperando su oportunidad. Nos lo describe como un solitario con una infancia muy difícil, pero bendecido con un regalo especial: literalmente puede oler todo, hasta el más mínimo detalle. La supuesta bendición, es su maldición, que pagan numerosas figuras en el curso de la historia. De joven, Grenouille se convierte en aprendiz de perfumista. Parece el cumplimiento de su sueño de toda la vida y, en vista de su don especial, también su propósito en la vida. En el curso de sus experimentos olfativos, descubre que necesita esencias humanas para hacer el perfume perfecto. Así, la tragedia sigue su curso inexorable y el talentoso Grenouille se convierte en un asesino.
Grenouille es despiadado, decidido y está obsesionado con su idea. Un ser amoral, con nula capacidad de empatía. Lo que hace en su manía para conseguir el perfume perfecto es monstruoso y se puede ver como una especie de parábola aplicable a otros contextos, como el de las personas que impulsadas por su codicia por conseguir más y más dinero o por el afán de lucro o quienes ansían el poder, a quienes no importa explotar a cuantos están a su alrededor, con tal de lograr su objetivo. No siempre son asesinos, como el de la novela, pero muchas veces lo son de manera indirecta, pues no les importa arruinar la vida de sus semejantes, corriendo constantemente el riesgo de perder de vista lo que es importante en pos de su propia felicidad: El prójimo y sus legítimos intereses.



lunes, 28 de mayo de 2018

MEU PÉ DE LARANJA LIMA (MI PLANTA DE NARANJA LIMA)

José Mauro de Vasconcelos (Caco Ciocler), recibe en su casa, la novela que acaba de salir de la imprenta, en ella cuenta los recuerdos que tiene de su infancia.
Zezé (João Guilherme Avila), un niño de 8 años, vive con sus padres en el estado de Minas Gerais, en una casa muy humilde. Su padre (Eduardo Dascar), es un alcohólico que está sin empleo; su madre (Fernanda Vianna), trabaja de manera incansable para mantener el hogar y atender a Zezé y sus hermanos.
El niño sufre la violencia familiar y las burlas de sus compañeros en la escuela por culpa de algunas travesuras, pero él se refugia en su imaginación y en la gran habilidad que tiene para inventar historias.
Debido a sus dificultades económicas, la familia ha de trasladar su domicilio y Zezé encuentra en su nueva casa un naranjo al que habla todos los días.
Zezé y otros niños juegan al «murciélago», que consiste en trepar en la parte trasera de un coche y pasear gratis por la ciudad, pero nadie se atreve a hacerlo en el automóvil de Manuel Valadares Portuga (José de Abreu). Zezé se atreve, siendo sorprendido y castigado por Valadares, pero una serie de casualidades, acabarán llevando a ambos a una tierna amistad que se convierte en una relación filial.


Basado en la novela Mi planta de naranja lima, del brasileño José Mauro de Vasconcelos.
Con impresionantes paisajes de la exuberante naturaleza brasileña como decorado, la película es un canto a la libertad representada en la imaginación del pobre Zezé que encuentra la felicidad al lado del que será su amigo, confidente y protector, Portuga, aunque esta dure poco, pues el destino reserva un triste final para su emotiva relación.
Una película que entremezcla las veloces secuencias en las que se retratan las correrías del niño o los paseos en el automóvil del portugués, símbolo de libertad, con la tranquilidad de los diálogos entre ambos o los que mantiene Zezé con el árbol del patio trasero de su casa, momentos en los que su imaginación vuela libre y se imagina paseando a caballo cuando monta sobre las ramas del árbol, o viendo la inmensidad del mar. Momentos mágicos que están en la mente del jovencito, pero que nosotros vemos representados en imágenes, como él los vive en su imaginación, reales y tangibles, en escenas que mezclan tiempo real e imaginario a través de sutiles transiciones.
Una película emotiva y tierna, pero con serias reflexiones sobre la vida, que nos emociona con el desamparo del niño.




viernes, 25 de mayo de 2018

EL HOBBIT: LA DESOLACIÓN DE SMAUG

Cuando era un joven príncipe Enano, Thorin Escudo de Roble (Richard Armitage) fue testigo del devastador ataque a Erebor, en el que perdió a su familia, su estatus y su hogar. Sin embargo, después de décadas exiliado, se ha reavivado la pasión de Thorin por reclamar su Reino perdido. Su destino le ha conducido al Este hacia la Montaña Solitaria en su viaje con su Compañía de 12 Enanos: Balin (Ken Stott), Dwalin (Graham McTavish), Fili (Dean O’Gorman), Kili (Aidan Turner), Bofur (James Nesbitt), Bombur (Stephen Hunter), Bifur (William Kircher), Oin (John Callen), Gloin (Peter Hambleton), Dori (Mark Hadlow), Nori (Jed Brophy) y Ori (Adam Brown), acompañados por el hobbit Bilbo Bolsón (Martin Freeman).
Al frente del viaje de la Compañía se encuentra el sabio y en ocasiones travieso Mago Gandalf el Gris (Ian McKellen), que siempre quiere controlarlo todo, por lo que sus detractores lo tachan de entrometido. Sin embargo, tiene, por naturaleza, un lado paternal y protector no solo con Bilbo, sino también con Thorin, que necesita a alguien que cuide de él. Thorin es un enano con problemas: rara vez sonríe y tiene un concepto de su propio destino un tanto alarmante, porque implica poner al resto en peligro.
Los orcos siguen acechándolos por el Valle del Río Anduin, a lomos de wargos (similares a lobos gigantes). Su incansable persecución hace que Gandalf busque refugio para la Compañía en la casa del misterioso y peligroso Beorn (Mikael Persbrandt), que es capaz de cambiar su piel pasando de ser un hombre gigante a un oso aún más grande. Beorn es una criatura llena de contradicciones que puede pasar de estar tranquilo a amenazarte en un abrir y cerrar de ojos.
Aunque Beorn no es amigo de los enanos, tiene un buen motivo para odiar a los orcos, y es que se dedicaron a cazar a los cambia-pieles hasta casi extinguirlos. Es el último de su especie en la Tierra Media y no está del lado de nadie.


El guion de El Hobbit: la desolación de Smaug es una adaptación basada en la novela de J.R.R. Tolkien. El título de la película hace referencia a la destrucción y fatalidad provocadas por el poderoso y despiadado ataque del Dragón Smaug sobre Erebor, el Reino de los Enanos, una zona asolada con tierras carbonizadas, ciudades en ruinas y gente desesperada.


Aventuras, enfrentamientos armados, tensión y una historia romántica de fondo, esa es la trama general de un film con diálogos que no van muy allá y que ofrece mucha acción, al punto de que algunos lo comparan con un videojuego, con luchas constantes y algunos personajes, cual es el caso de Légolas (Orlando Bloom), cuyas apariciones, parecen tener como único objetivo matar orcos a mansalva.
Entiendo que los fans de la obra de Tolkien se sientan algo decepcionados, pues El Hobbit, a diferencia de la trilogía de El Señor de los Anillos, es más un cuento que una novela épica y aquí todo el despliegue de efectos especiales y secuencias con tecnología digital, precisamente lo que busca es épica que, como digo, no es el principal objetivo de la novela original, para llevarnos a una fantástica (por lo de fantasiosa) batalla final entre Smaug y la compañía, para mi gusto larga en exceso, igual que toda la película que estira y estira las escenas, muchas de ellas puro entretenimiento que no aporta nada a la historia.
También entiendo que esos fans estén molestos con las cosas que no aparecen y con los personajes introducidos, porque parte del espíritu de la novela queda desvirtuado con estos cambios.
Sin embargo, como película, prescindiendo de si la adaptación está más o menos conseguida o si se atiene o no al original (la respuesta es que cambia muchas cosas), es muy entretenida, mantiene la tensión de la narración, técnicamente está muy bien hecha y, lo malo es que a mí me parece que dura demasiado.
Tiene un par de cosas que me han llamado la atención sobre el resto, por un lado las escenas de la huída de los enanos por el río, embarcados en toneles, que me ha resultado original y divertida y, por otro, el despertar del dragón que también me parece que tiene secuencias muy conseguidas.




jueves, 24 de mayo de 2018

PHARMACY ROAD (RUTA ADULTERADA)

En 1982, durante un ficticio y oscuro tiempo para el deporte, la carrera más venerada del ciclismo, el Tour de Francia, en la que compite la crème de la crème del ciclismo mundial, se ve empañada por el dopaje de prácticamente todos sus participantes.
Todos ellos han recibido una carta de Ditmer Klerken (Kevin Bacon), uno de los supervisores de la prueba, que tiene fuertes deudas a causa de su afición al juego, en la que se les dice que si depositan 50.000 $ en una cuenta a su nombre, sus análisis no serán supervisados. Una vez comenzada la carrera se descubre el fraude y son expulsados todos los corredores, excepto cinco que se negaron a pagar. Cuando todo el mundo piensa que la carrera se va a suspender, la UCI (Unión Ciclista Internacional) decide que continúe adelante solo con ellos. Son JuJu Peppi (Orlando Bloom), un ciclista italiano, al que espera una inminente tragedia; Marty Hass (Andy Samberg), primer africano en el Tour, y despreciado por sus compatriotas nigerianos porque es blanco y su padre era propietario de una mina de diamantes; Slim Robinson (Daveed Diggs), sobrino de una leyenda del béisbol, decidido a romper con la sombra de su tío; "Adrian Baton" (Freddie Highmore), en realidad Adrianna Baton, una mujer francesa que pretende demostrar que es tan buena sobre la bicicleta como cualquier hombre y, por último, Gustav Ditters (John Cena), un austríaco que, hasta el año anterior, era un debilucho de apenas 45 kilos de peso y ahora parece que le van a explotar los músculos.
Que no aceptaran el chantaje de Klerken, no quiere decir que no consuman algún tipo de sustancia prohibida, al contrario, a lo largo de la carrera se verá que van bastante dopados, al menos algunos de los cinco.
El film está rodado bajo la fórmula del falso documental, lo que en el argot se conoce como mockumentary y va mezclando imágenes rodadas para la película, con otras de archivo.


La película es una burla a base de gags y chistes que muchas veces vienen de las declaraciones de falsos entrevistados que intervienen en el film. Lo que ocurre es que no siempre están logrados y situaciones que en un momento dado te pueden resultar graciosas, acaban no siéndolo a base de repeticiones. Por ejemplo, la primera aparición de Mike Tyson, en la que explica que tenía una bici cuando era pequeño, pero que se la robaron y que cuando encontró al chico que lo había hecho, le dio una paliza y descubrió que estaba más dotado para la pelea que para el ciclismo; o cuando vemos aparecer a Lance Armstrong, semivelado, haciendo como que quieren ocultarlo, resulta chocante que este hombre, tras sus escándalos de dopaje, no tenga inconveniente en aparecer aquí como falso testigo. Pero cuando aparecen por enésima vez, la gracia ha desaparecido.
Tour de Pharmacy es una historia en la que se mezclan los muy inteligentes, los muy estúpidos y los completamente ridículos. De cualquier modo, como transcurre en apenas 40 minutos, vale la pena el viaje.




miércoles, 23 de mayo de 2018

LOS JUEGOS DEL HAMBRE: EN LLAMAS

Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence) vuelve a casa sana y salva tras ganar los Septuagésimo Cuartos Juegos del Hambre junto a otro tributo, Peeta Mellark (Josh Hutcherson). Ganar significa tener que dejar atrás a familia y amigos, y embarcarse en la “Gira de la Victoria” por los diferentes distritos. A lo largo del camino, Katniss se da cuenta de que una rebelión comienza a gestarse, pero en el Capitolio continúa todo bajo control mientras el Presidente Snow (Donald Sutherland) organiza los Septuagésimo Quintos Juegos del Hambre (El Vasallaje), una competición que cambiará Panem para siempre….
El distrito 8 se defiende de los guardianes de paz, así como el 11, en el que se inicia una revuelta después de que Katniss recuerde a Rue y a Tresh, los tributos del distrito 11 muertos en los anteriores juegos. El Capitolio aumenta la seguridad en todos los distritos, electrificando la cerca de la Veta, cambiando al nueve jefe de paz en el Distrito 12 por alguien mucho más cruel y sanguinario. Gale (Liam Hemsworth) es detenido por demostrar su oposición al estado de cosas actual y es humillado en público, siendo azotado en la plaza.
En esta ocasión, los tributos que competirán en la arena, serán antiguos ganadores. Katniss sabe que deberá volver a los Juegos, pues es la única vencedora del distrito 12. El varón que la debe acompañar es Haymitch (Woody Harrelson), pero Peeta se presenta voluntario.


Basada en el segundo título de la trilogía literaria de Suzanne Collins, y segunda entrega cinematográfica de la saga iniciada con Los juegos del hambre.


Aunque no ha dejado de recibir críticas de algunos de quienes la han visto, el parecer general es que Francis Lawrence ha encontrado el pulso a la historia a la hora de su traslado a la pantalla y, si bien es cierto que la mayor parte de la larga película, se pasa en explicaciones sobre el descontento popular, sin que avance mucho la narración, las secuencias que se desarrollan en La Arena de la competición, tienen mayor dinamismo y resultan más atractivas.


No deja de ser un relato dirigido a determinado público, en la inmensa mayoría de los casos, los fans de la serie, son adolescentes, pero la película se deja ver, sin que resulte aburrida. La adaptación es bastante fiel a la novela, aunque algunos personajes de la misma, no aparecen en la película.




martes, 22 de mayo de 2018

LOS LAZOS INVISIBLES

Colección de historias cuyo título original es Osynliga Lankar y fue publicado en Suecia en 1894.
El hilo común de estas historias es difícil de identificar, pero lo que las une es la atmósfera de los fascinantes paisajes de Suecia, especialmente la del sur, que abarca desde el condado de Värmland, del que era originaria la autora, hasta la ciudad de Visby, en la isla de Gotland, ubicada en el Mar Báltico y otras áreas bañadas por el mar.
El destino de los personajes que animan estas historias se caracteriza por los hilos invisibles que unen sus vidas y de los cuales tal vez no son conscientes pero que determinan sus existencias.
La edición que he manejado incluye 21 relatos, que no voy a detallar para no resultar prolijo. Voy a mencionar algunos:
  • LA PIZZPIRETA: Una pareja de prometidos, va a visitar al tío del novio, pues los padres de él se oponen al matrimonio y desean ponerse bajo el amparo del tío rico y sin hijos. Pero la novia, se avergüenza de la interesada visita y acaba confesando al tío la razón de su viaje. El sobrino reacciona airadamente contra la novia, sin embargo, la forma de ser de esta, ya ha cautivado el corazón del maduro tío.
  • EL HUÉSPED DE NOCHEBUENA: Un desheredado borrachín que no encuentra asilo en esta noche tan señalada, hasta que una familia, con la que ya había estado hospedado y que le había despedido, se apiada de él.
  • LOS PROSCRITOS: Dos perseguidos por la justicia, uno por haber asesinado a un monje y otro por haber robado una red de pesca. El primero de ellos, despierta en el segundo el sentido de justicia y de moral, del que no tenía conciencia, algo que paradójicamente le llevará a denunciar a su compañero.
  • EL REY DESTRONADO: Un humilde zapatero, de edad avanzada, casado con una joven, que decide desaparecer para dejar a su esposa el camino libre y que se case con el joven aprendiz, del que sospecha está enamorada.
  • EL TÍO RUBÉN: El recuerdo ideal de un niño muerto de manera precoz condiciona la vida de una familia de generación en generación.
  • EL EPITAFIO:  Una mujer se ve obligada a ocultar la presencia en una tumba, que no es la de la familia, de su hijo que murió a una edad temprana y nació de una relación clandestina durante su matrimonio, luchado entre el deseo de guardar el secreto por la vergüenza que conllevaría tal revelación y el deseo de llorar abiertamente la desaparición de su hijo.
  • LOS DOS HERMANOS: Uno de ellos, es el sacristán de la iglesia del pueblo, obligado por la tradición a cantar en los entierros. De no hacerlo, pierde su puesto y deberá vivir de la caridad. El otro, que no ha tenido suerte en la vida, habiendo fracasado en varios negocios, vive a expensas de su hermano y lo único que puede hacer para pagarle el favor, es acompañarle en los cánticos, para que no se note tanto que la voz se ha debilitando con la edad.
  • SANGRE ROMANA: La determinación de una joven que para evitar que su prometido, un joven teniente del ejército italiano, se vaya a la guerra de Abisinia, en la que ha soñado que va a morir, toma la decisión de herirle levemente cuando se están despidiendo en el puerto de Nápoles.
  • CONTRIBUCIÓN DE GUERRA: En el que la autora reflexiona sobre las impresiones que le produce la contemplación del cuadro de Carl Gustaf Hellqvist "Valdemar Atterdag impone contribución de guerra a Visby".

Cuentos de gran belleza los de estos "Lazos invisibles", que conmueven, te hacen reflexionar y traen alegría y paz al corazón. Selma Lagerlöf se confirmó, con esta colección de relatos, como una autora inmortal que permite que todos lean para descubrir la belleza de la literatura atemporal.



lunes, 21 de mayo de 2018

EL MÉDICO

Rob J. Cole (Adam Thomas Wright y de adulto Tom Payne), un niño de nueve años que vive en la Inglaterra del siglo XI, queda huérfano al fallecer su madre, con la que vivía, siendo adoptado por un barbero que le enseña el oficio, aprendiendo a sacar muelas, entablillar huesos rotos y colocar los dislocados y a desinfectar y a curar heridas. Durante años recorren Inglaterra montando espectáculos para atraer al público.
El barbero, que se ha convertido en una especie de padre adoptivo para el muchacho, ha perdido casi la vista, a causa de las cataratas que nublan sus ojos y juntos van a visitar a un médico judío, Benjamin Merlin (Martin Hancock) que, a pesar de la negativa del barbero y ante la insistencia de Rob, acabará operando con éxito al enfermo. Rob se da cuenta entonces de que no aprenderá nada más con su patrón y seguirá en solitario. Determinado a convertirse en un gran médico, iniciará un emocionante viaje hacia Persia, donde se hará pasar por judío para poder estudiar en una escuela que no admite cristianos, la madrasa de Ispahan, donde recibirá lecciones del mejor médico de la época, Ibn Sina (Ben Kingsley).
En la escuela de medicina, Rob aprende el arte de sanar a partir de los textos antiguos griegos y practica en el hospital de la Universidad o maristán para convertirse en Hakim (título de médico).
Un brote de peste hace que Rob y sus compañeros de la madraza tengan que intentar curar la peste con remedios de las antiguas escrituras, la mayoría nada efectivos, pero aprenderán mucho sobre la enfermedad, hasta dar con el posible origen de su contagio y los mejores remedios para aliviar sus dramáticos efectos.


Poco fiel al libro, el guión toma como base la novela del mismo título del judío estadounidense Noah Gordon, un best seller del que se han vendido más de 21 millones de ejemplares.
Con una lograda ambientación cercana al hiperrealismo y un vestuario colorista, las actuaciones son irregulares, destacando la de Ben Kingsley.


Creo que al film le falta fuerza, se centra en retratar los conflictos entre la ciencia y la fe, criticando el fundamentalismo de las religiones y la actuación, muchas veces heróica, de los médicos en su búsqueda de remediar los males que aquejan a la humanidad, de fondo, la historia romántica de Rob y Rebecca (Emma Rigby), una judía de origen español a la que han casado con un destacado miembro de la comunidad de Ispahan y a la que Rob conoce durante el trayecto a esa ciudad.
La película está bien y es entretenida, aunque como adaptación es bastante decepcionante. Recuerdo que una de las cosas que más me gustó de la novela original, fue el viaje desde Inglaterra a Ispahan (aquí lo resuelven con un par de escenas), cómo el protagonista va conociendo nuevas culturas y cómo aprende (y de paso el lector), gracias a la colaboración de un judío con el que traba amistad, todos los entresijos de esta religión y sus peculiaridades, hasta el punto de que pasa por uno de ellos, sin que la comunidad lo note apenas. Todo esto y muchas otras cosas, queda totalmente desvirtuado en la película, cuando no se cambia radicalmente o, sencillamente, desaparece.




viernes, 18 de mayo de 2018

LA VIDA DE ADÈLE

La vida adolescente de Adèle (Adèle Exarchopoulos) transcurre con la mayor normalidad posible: El colegio, sus padres, sus amigos y los chicos colman toda su atención. Sin embargo, todo su universo se queda paralizado cuando, una noche, conoce a una joven, Emma (Léa Seydoux), con el pelo azul, quedándose prendada de su personalidad y de su belleza. El amor entre las dos chicas surge de forma natural mientras se enfrentan a un entorno tradicional hostil, que no está preparado para aprobar una relación entre personas del mismo sexo.
En medio de esa incomprensión e intolerancia, las dos adolescentes intentan construír su relación amorosa, entregándose completamente la una a la otra, impulsadas por una especie de fuerza incontenible que las arrastra hasta llevarlas al centro de su necesidad.
Sin embargo, todo ese frenesí inicial, irá derivando en sentimientos más complejos, más maduros y menos pueriles, no basta con entregar tu cuerpo, también hay que saber cómo entregar tu alma, cómo lidiar con lo que ganas y con lo que pierdes, con las aspiraciones de realización personal y con el apasionamiento de exprimir cada segundo de esa intimidad compartida.


Adaptación de la novela gráfica de la escritora francesa Julie Maroh, "Le bleu est une couleur chaude", en la que se recoge la historia de amor de dos jóvenes lesbianas.


Controvertido film de Abdellatif Kechiche, aclamado por uno y denostado por otros, entre estos, muchas lesbianas que califican, no sólo a la película, sino también al jurado de Cannes que le concedió la Palma de Oro, de voyeurs heterosexuales, por las largas escenas de sexo explícito (casi quince minutos dura una de ellas), que a su juicio son una suerte de pornografía glamourosa y que dan una imagen morbosa de las relaciones lésbicas.
Escenas que supusieron un desgaste tremendo para las protagonistas que hubieron de repetirlas una y otra vez y que a juicio de algunos son sexo coreografiado.
Yo creo que la película es muy atractiva por la forma en que está contada la historia, que en el fondo es una historia de amor de lo más clásico que podría serlo de una relación heterosexual, sin tener que cambiar un ápice del planteamiento.
Muchos primeros planos y gran número de secuencias rodadas con la cámara al hombro, además de aspectos como la ausencia de maquillaje en las dos chicas, tratan de darle un aire de espontaneidad que consigue por momentos, haciendo que la narración nos resulte bastante natural a pesar del tema elegido.
En cuanto a lo de la duración de las escenas de sexo, pienso que la película en general se excede en el metraje y al igual que esas escenas pueden resultarle a algunos demasiado largas, hay otras cuantas que también lo son, de hecho, se pasan un buen rato comiendo spaghettis en diferentes momentos, de manera que casi hueles la salsa de tanto primer plano viéndoles sorber la pasta, pero claro, esto es menos llamativo.
Hay algunas cosas que están un poco metidas de cualquier manera en la película, como el acoso verbal que sufre Adèle por parte de sus compañeras de instituto y que quedan en el aire, sin que se profundice en ellas, además de resultar un tanto incongruentes, pues por otro lado vemos que uno de los amigos de la chica es abiertamente gay, va a su misma clase y no sufre rechazo aparentemente.
Hay una escena en la que la madre de Adèle la sorprende teniendo sexo en su habitación y la echa de casa, que fue suprimida, por lo que en la película vemos de repente a Adèle viviendo en la casa de Emma, sin que haya habido explicación alguna de que se han ido a vivir en pareja y el espectador tarda un rato en asimilar que la situación ha cambiado.
Una de las reflexiones que me hago es: Si eliminó esta escena y tampoco cuenta nada sobre el final de los estudios en el instituto, pues de buenas a primera vemos a Adèle trabajando como profesora, lo mismo pudo haber hecho con otras cuantas escenas de manera que la película resultara más corta de las tres horas que dura.
De cualquier manera, la impresión general es que estamos ante un film muy bien hecho técnicamente, que trata de dar visibilidad a un colectivo que aún se enfrenta a mucha incomprensión social y que lo hace desde la normalidad y la sencillez.
Espléndidas las dos protagonistas, con una Adèle Exarchopoulos que fue todo un descubrimiento y que se nos hace entrañable y cercana ya desde el inicio. Un film que ejerce una gran fascinación sobre el espectador y al que se le podrían haber suprimido o acortado las escenas controvertidas, sin que por ello hubiera sufrido el conjunto, tal vez al contrario.




jueves, 17 de mayo de 2018

OPERACIÓN AVALANCHA

En 1967, en plena Guerra Fría, llegar a la luna se ha convertido en una auténtica obsesión. La CIA sospecha que hay un espía ruso dentro de la NASA para sabotear la misión Apollo. Por eso mandan a cuatro de sus agentes, cuatro jóvenes, que se hacen pasar como parte de un equipo de rodaje que está haciendo un documental, para que investiguen. Pero lo que descubren es todavía más impactante que la infiltración de espías soviético. El Gobierno parece estar escondiendo un secreto y descubrirán una de las mayores conspiraciones de la historia de América. Algo que podría cambiar el futuro de la humanidad. La Casa Blanca no se detendrá a la hora de silenciar a nadie dispuesto a desvelarlo.
¿Recuerdan la leyenda urbana que dice que Neil Armstrong, realmente nunca llegó a pisar la Luna en 1969? Pues ese es el punto de partida alrededor del cual gira este film, sobre un hecho que, conforme a las teorías conspirativas, nunca sucedió y del que se ha llegado a decir que todas las imágenes que se mostraron al mundo entero, estaban recogidas en la tierra, algunas incluso en decorados construídos al efecto.
El film es una especie de comedia en torno a un grupo de estudiantes que podrían haber creado dichas imágenes del alunizaje estadounidense en un plató de grabación.
Dirigida por Matt Johnson, la película cuenta la historia de dos jóvenes ambiciosos del Departamento de Audiovisuales de la CIA que, cansados de investigar si Stanley Kubrick era o no comunista por rodar ¿Teléfono Rojo? Volamos hacia Moscú (1964), deciden tomar las riendas de la Guerra Fría desde su modesta posición de documentalistas. Su solución: ficcionar el aterrizaje en la Luna en vista de la incapacidad de la NASA de hacerlo posible.
Está rodada como un falso documental y las imágenes simulan las grabaciones caseras en 16 mm. de hace 50 años.


Comienza con un cierto tono de comedia, los protagonistas, cuando descubren que la NASA no tiene la tecnología suficiente para un viaje a la Luna, ya que serían capaces de enviar allí una nave tripulada, pero no de hacerla regresar, quieren simular la presencia norteamericana en el satélite para hacer ver al mundo que se cumple el vaticinio del fallecido presidente Kennedy, que pronosticó que EE.UU. llegaría a la Luna antes de finalizar la década de los 60. Incluso visitan el rodaje de 2001: Una odisea en el espacio, para copiar los métodos de Stanley Kubrick en su recreación de atmósferas y paisajes espaciales. Pero poco a poco va deviniendo en una intriga en la que los jóvenes se ven atrapados y que contiene una clara crítica a los métodos de los poderosos, incluídos los gobiernos, para engañar a los ciudadanos y lograr sus objetivos al precio que sea. En un momento del film, sus superiores de la CIA, les alientan a que su proyecto no falle, pues entonces tendrían que acudir al plan alternativo que tienen preparado, que no es otro que hacer estallar en vuelo el Apollo 11, culpando a los rusos de la tragedia. Como se ve, cualquier cosa, incluso el sacrificio de vidas inocentes, antes que admitir un fracaso.
Película muy interesante, de esas que tiene unas cuantos aspectos para comentar y un claro ejemplo de como se puede hacer cine de cierta calidad con pocos medios.




miércoles, 16 de mayo de 2018

HIJO DE CAÍN

Carlos Albert (José Coronado) y Coral Folch (María Molins) son un matrimonio burgués cuya plácida vida se ve profundamente alterada cuando su hijo Nico (David Solans), que acaba de entrar en la adolescencia, se ve involucrado en un accidente que cuesta la vida al perro de la familia. La familia sospecha que la muerte del perro, en realidad no ha sido fruto de la casualidad. Cuando comprueban que el comportamiento antisocial del chico va empeorando, los padres se ven obligados a acudir a Julio Beltrán (Julio Manrique), psicólogo especializado en conductas infantiles, que intenta comprender su manera de ser a través de su mutua afición al ajedrez, para lo que pide ayuda a su antiguo profesor y amigo Andrew Holsteter (Jack Taylor). Se inicia entonces una pugna entre profesional y paciente en la que, al igual que ocurre en el ajedrez, se combinan estrategias, surgen movimientos falsos y se sacrifican peones, un camino en el que Julio tendrá que ir con pies de plomo si no quiere verse enredado en las maquinaciones de Nico, que ha conseguido manejar a su antojo a sus padres y profesores a través de un comportamiento aparentemente ejemplar pero con una actitud difícil de comprender. Además, el psicólogo pronto irá descubriendo que la familia no es lo normal que en un principio aparentaba; de hecho, entre ellos, tienen unas relaciones bastante complejas.


Basada en la novela Querido Caín, de Ignacio García-Valiño.
El perfil del niño, aunque "no es un prototipo", se basa en casos reales de la experiencia del novelista como psicólogo, pero también en uno de su infancia, "un niño muy listo, un líder implacable" que maltrató y obligó a cambiar de colegio al autor. Una "pesadilla" infantil que el escritor ha superado "y reconvertido en material literario, para enfrentar a esos fantasmas".


Primera película de Jesús Monllaó, que fue recibida con parabienes por la crítica y no obtuvo malos resultados en cartelera, permaneciendo un par de semanas en las listas de las diez películas más vistas.
Técnicamente bastante bien hecha y con una buena banda sonora, la trama del film es de las que se hacen interesante al espectador, además cuando crees que tienes resuelto el desenlace, hay un buen giro de guión que sirve para dar otra vuelta de tuerca al asunto para sorprender al espectador. Es cierto que hay algunas concesiones en el guión, eso que se llama "trampas", algunas veces muy evidentes, pero no es menos cierto que consigue mantener cierta tensión en el espectador.


Por otro lado, seamos sinceros, no estamos ante un Hitchcock, pero es cierto que se agradecen estos intentos del cine español de hacer algo diferente. ¿Que la película se ve por momentos que les viene un poco grande, tanto al realizador, como a los actores?. Pues sí, eso se nota, pero repito que hay también que valorar otras cosas, como la honradez del proyecto y los escasos medios con los que contaron.
Quizá lo menos logrado sean las reflexiones a las que podrían conducir las subtramas, y el estudio que hace del mal, representado en este joven que tiene mucho de psicópata y que creo que podría estar mejor trabajado.
Aún con esa carencia de brillantez, es una película que merece la pena.




martes, 15 de mayo de 2018

LA CENA SECRETA

Fray Agustín Leyre, inquisidor dominico, que forma parte de Betania, una especie de red de espías y confidentes que les mantienen al tanto de cualquier cosa sospecha que ocurre en el orbe cristiano, teóricamente adscrita a la Secretaría de Claves de los Estados Pontificios, es experto en la interpretación de mensajes cifrados. Será enviado a Milán para supervisar los trabajos que el maestro Leonardo da Vinci está realizando y en concreto una obra La Última Cena, que está pintando en el refectorio de un convento dominico bajo el patrocinio de Ludovico el Moro.
La culpa la tienen una serie de cartas anónimas recibidas en la corte papal de Alejandro VI, en las que se denuncia que Da Vinci no sólo ha pintado a los Doce sin su preceptivo halo de santidad, sino que el propio artista se ha retratado en la sagrada escena, dando la espalda a Jesucristo y otra serie de detalles que no aparecen en las Sagradas Escrituras. El remitente, al que en la Secretaría de Claves de los Estados Pontificios conocen como “El Agorero”,  pues así firma sus mensajes, conoce a la perfección lo que está ocurriendo en el convento de Santa Maria delle Grazie y, desesperado por la pasividad de Roma, decide tomarse la justicia por su cuenta y acabar con los cómplices herejes que sostienen la labor de Leonardo.
Cátaros, mensajes ocultos, personajes históricos mezclados con otros ficticios y una trama oculta por descubrir, conforman el best seller de Javier Sierra, que se ha documentado bien para escribir un libro que acaba sumergiendo al lector en una especie de conspiración que busca la transmisión del mensaje de los cátaros a las generaciones venideras, mediante un lenguaje visual sujeto a interpretaciones que solo los iniciados serán capaces de descifrar.
El libro incluye una crítica a la Iglesia y a su empeño en mantener el poder del papado a toda costa, acabando con quienes se desvíen de la doctrina oficial que pondría en peligro los privilegios que mantiene el clero sobre sus fieles y la jerarquía vaticana sobre otros competidores potenciales.
Quizá el relato resulta un poco complicado, con tantos monjes implicados en la trama, cuyos nombres puede uno acabar confundiendo y liándose con ellos. Algo parecido ocurre con la Santa Cena de Leonardo, tanto personaje que ha servido de modelo de este o aquel apóstol, hace que cuando la novela va avanzando, estés deseando que aquella intriga acabe de una vez y los nombres, símbolos, mensajes escondidos, etc., te dan un poco igual porque se siente uno un poco saturado.
A mí, ese tufillo al Código Da Vinci, la verdad es que me desalentó un poco, ya desde el inicio, pero el libro resulta entretenido.



lunes, 14 de mayo de 2018

LA MULA

Transcurre durante los últimos meses de la Guerra Civil y narra las diversas peripecias de Juan Castro (Mario Casas), un cabo acemilero que lucha en el bando nacional en el frente de Peñarroya (Córdoba).
Una tarde, Juan encuentra una mula extraviada en medio del campo de batalla y decide hacerla pasar desapercibida, con intención de quedársela al final de la guerra. Le pone de nombre Valentina. Su amigo de infancia, el Chato (Secun de la Rosa), será su cómplice.
A través de la figura de Juan Castro, más preocupado por sus avances en el terreno amoroso que por la progresión del enemigo, se nos ofrece una visión insólita de la guerra civil.
La mula es una de esas películas malditas, por mor de los problemas que surgieron cuando apenas quedaba una semana para acabar el rodaje, un complicado embrollo en el que una parte culpa a la otra y viceversa. La productora -Gheko Films propiedad de Alejandra Frade, hija del mítico José Frade- asegura que Michael Radford, el realizador del film, incumplió sus compromisos financieros con la parte española del filme -porque «La mula» es una coproducción entre España, Reino Unido e Irlanda-; el cineasta alega que Frade se negó a firmar los contratos de coproducción que permitirían a la parte británica desbloquear las ayudas públicas a las que tiene derecho en su país, lo que le impide pagar; el ministerio de Cultura, ante aquel desaguisado, bloqueó la concesión de la licencia de exhibición para la película.
Al final fue estrenada en el Festival de Málaga no sin controversia derivada de esta peculiar situación. Es la primera cinta en años que cuenta la Guerra Civil desde las filas del bando nacional y se basa en una novela de Manuel Eslava Galán, coguionista del film. La historia del mulero Juan Castro es un homenaje al padre de Eslava Galán.


En general, es una película un tanto decepcionante, con una buena idea de fondo que no sabe desarrollar para sacarle todo el potencial que encierra. Por un lado quiere ser una cierta desmitificación de cualquier heroísmo en el campo de batalla, relatando el día a día de los soldados con un cierto toque de humor, que no acaba de asentarse nunca; por otro, quiere estar lejos de unos y otros, pero durante todo el film está dejando caer ciertos mensajes, como de disculpa, por medio de los cuales se decanta claramente de parte de uno de los dos bandos.
Hay quien hace comparaciones con La vaquilla de Berlanga. Absténganse, no hay comparación, siempre saldrá perdiendo esta.
La mula es una denuncia de la guerra -la peor parte siempre se la llevan los mismos- y pone en evidencia las artimañas de los poderosos. Pero, en medio del fragor de las balas y los discursos solemnes, hay espacio para el humor, el amor y, cómo no podría ser de otra manera en una historia de guerra, para la camaradería y la solidaridad entre soldados.
Lo mejor, las localizaciones.




viernes, 11 de mayo de 2018

LA REBELIÓN DE ATLAS: PARTE III

La economía de la nación se acerca al colapso a pasos agigantados, sufriendo una rápida erosión.
A medida que el crimen y el miedo se apoderan del panorama, el gobierno opta por continuar ejerciendo una presión cada vez mayor sobre las empresas más productivas del país, cuyos líderes siguen desapareciendo de forma misteriosa, dejando tras ellos una estela de desesperación.
Parece que las respuestas a las posibles soluciones para salir de la crisis las tiene un hombre que, en su día, también desapareció sin dejar rastro. Una mujer, firmemente decidida a mantener el mundo en marcha, se cruza en su camino alterando sus planes iniciales.
Algunos no se detendrán ante nada en su intento de controlarlo, otros recurrirán a todos los medios a su alcance para salvar a esta persona que juró por su vida que detendría el motor que mueve el mundo, pero ella se ha empeñado en detenerlo a él, mientra muchos se afanan buscándole.
¿Quién es John Galt?
La respuesta a esa pregunta es lo que todos buscan, porque en la solución de este enigma parece hallarse buena parte de la respuesta a las preguntas que acucian a la humanidad.



Tercera y última entrega de los films basados en la novela de Ayn Rand publicada en Estados Unidos en 1957. El libro relata una rebelión ficticia de los grandes empresarios contra el gobierno y los políticos de Estados Unidos, en protesta por sus políticas intervencionistas, paralizando el país.
Como ocurrió en la anterior entrega con respecto a la primera, en esta, se cambian todos los actores que interpretaron en la segunda a cada uno de los personajes.


Decepcionante en general la trilogía que adapta la novela de Rand y, esta última entrega en particular, acaba por estropear del todo la novela de la autora estadounidense, con cuyos postulados, que algunos califican de fascismo de clase alta, se podrá comulgar más o menos, pero merecía otra cosa. Las contradicciones llegan hasta el extremo de que la propia película hubo de financiarse acudiendo al micromecenazgo, algo que va en contra de los postulados de la filosofía objetivista, pero es que los films anteriores ya habían fracasado y el productor John Aglialoro, se empecinó en seguir adelante con el proyecto, pero no tenía medios económicos para hacerlo.
La película queda bastante claro el mensaje de Rand, lo hace a través de las explicaciones de John Galt (Kristoffer Polaha), pero se enreda en una serie de sinsentidos que se alternan con otras fases, como la vida en esa especie de Atlántida en que viven los prohombres fugados, que no están mal, aunque resultan un poco pobres. Todo para acabar en un final que parece de película de James Bond y que le deja a uno con la boca abierta, pero no de admiración, sino de perplejidad por lo abrupto del mismo.