Mostrando entradas con la etiqueta Retirada. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Retirada. Mostrar todas las entradas

martes, 9 de septiembre de 2008

Poco nuboso

Con intervalos de nubes medias y altas. Vientos flojos de componente sur y este.

Con ese pronóstico del tiempo, la reseña de la cresta de Costerillou y toda la chatarra pertinente salimos del refugio de Respomuso, en dirección al glaciar de Latour, un poco antes del amanecer.

Una hora después nos juntamos en un vivac con un trío de escaladores que contemplan, todavía desde el saco, la cresta del Diablo. A ellos también les ha engañado el hombre del tiempo. Despotricamos un poco contra él y continuamos el camino hacia la brecha de Latour, más que nada para hacer un poco de piernas.

Tras dos horas de porteo desde el refugio, el panorama se confirma: una única nube, pero muy muy grande y anclada en al cota 2800, y vientos fuertes, que arriba en la cresta serán aún peores.

Otra vez será.

jueves, 28 de agosto de 2008

Sin orgullo en la Castellassa

Ayer, cargados de motivación y material, nos dirigimos de nuevo a la Castellassa para intentar la vía Orgullo Masónico. Sobre la reseña nos quedaba un pelín grande, pero íbamos con ganas.

Dos chapas me duraron las ganas, hasta la primera salida en libre por el barro. Después de un rato colgado al final le ví el color, incluso me pareció que no era para tanto, pero ya se me había ido la motivación, y como esperábamos a Marisa y Silvia para hacer la normal y desde donde estaba podía bajar al suelo sin dejar nada de material, abandonamos.
Para hacer tiempo, y ya que tenemos todo el material, nos metemos en la entrada directa a la normal de la Castellassa, una fisura de cuatro o cinco metros, 6a en libre, limpia pero con signos de haberse clavado y desclavado varias veces. La idea es hacerla toda en A1, sin tocar la roca, usando sólo los pedales para pies.
En los cuatro metros de fisura coloco 10 seguros, fisureros y friends entre el 0.3 y el 0.75 y algún clavo. Los seguros se colocan a placer, aunque salvo dos o tres, tampoco dan ganas de tener un saque sobre ellos. A partir de la mitad de la fisura se puede salir en libre sin ningún problema, pero ya que estamos, tiramos hasta que se acaba. Después se camina por terreno algo suelto hasta la R común con la vía normal.
Al final acaban llegando Silvia y Marisa. Marisa se estrena con los pedales. Hay demasiados seguros, lo cual hace que sea un poco más lioso de lo normal, pero para cuando llega arriba ya se maneja bien con los estribos. Silvia lo pasa sin problemas y Montse recoge todo, que ya se va a hacer de noche de nuevo. Esta vez hemos salido desde casa con el frontal colocado en el casco, y es que, poco a poco, vamos aprendiendo.

lunes, 4 de febrero de 2008

Marchando otra de vermouth.

Este sábado tocaba otra vez el Culivillas.
La idea era continuar en el punto donde habíamos abandonado la semana anterior. El pronóstico del tiempo era algo incierto, un poco de nieve de madrugada y luego muy nuboso mejorando a lo largo del día. Pasamos la noche en el Corral de Mulas, algo de ventisca y bastante frío fuera, y algo mejor dentro del coche. De paso homologamos el Xsara Picasso para dormir tres. Al amanecer, empezaron a aparecer claros, y al empezar a caminar ya se veía que iba a ser un día soleado.

En la aproximación la nevada de la noche apenas había servido para ocultar la huella de los días anteriores, así que resultó un poco más trabajosa que la anterior vez. La pala Norte del Culivillas se hace larga, pero acabamos llegando al circo superior, donde nos preparamos el material, que esa lección ya la habíamos aprendido. Al pie del cono del pie de vía sacamos la cuerda, y me pongo en faena.

Tiro directo hacia la reunión que habíamos abandonado. Compruebo que no es lo mismo ir a pelo, a vista y con un mochilón en la espalda que con la cuerda, la mochila ligera y conociendo la vía y sabiendo que arriba está la R montada. Con todo, meto un friend, y me hubiera gustado proteger algo más, pero no es fácil, y si el otro día subí, pues hoy también. Llego arriba, y en conjunto me parece difícil (D). Me anclo a la reunión, espero a que se me descongelen las manos y comienzo a recuperar a mis segundas, que suben sin más dificultades que las de vencer el frío.

El segundo largo debe ser una travesía a la izquierda, hasta ganar el eje de la canal. El comienzo se protege bien con friends medianos, pero el último paso tenía sorpresa. Hay que hacer un pequeño destrepe de un par de metros para llegar a la canal, pero desploma. Así que hay que buscar el camino por arriba, pero hay que darse un paso de bavaresa en mixto demasiado complicado para lo que sabemos hacer. Además, volver hasta la R es sencillo. Con esas opciones, me vuelvo a la R, y le pido a Montse que se lo mire. Hace la travesía, comprueba que sólo es un paso el que nos separa de la canal, prueba la bavaresa, pero se le mueve un pie, y se le quitan las ganas de mixtos, así que agachamos las orejas y para casa.

El rapel por la canal es como un dejà vu de la situación de la semana anterior, aunque esta vez hemos avanzado diez metros más. Además, vemos el resalte de hielo por donde va la vía y que evitamos el finde anterior para no sacar la cuerda, y ahora nos parece sencillo. Es tarde ya para meterse otra vez para arriba, así que lo dejamos para otra ocasión.

Llegamos al párking a buena hora, y además nos da el sol, con lo que aparcamos la idea de volver a casa, y optamos, en cambio, por descender el río Gállego, por Caldearenas y Javierrelatre, hasta Murillo. Aún llegamos a tiempo de ver la puesta del sol en los mallos de Riglos ...

lunes, 28 de enero de 2008

Marchando una de vermouth

Este sábado nos fuimos a hacer la vía "Marchando una de Vermouth", en la cara Este del Culivillas. Le dan 250 metros, AD, 55º max, así que para qué vamos a usar mapas, ni topos, ni nada. Con la información que se ve a la izquierda nos pusimos los crampones y tiramos para arriba. Así nos fue.

El viernes, convocados por Vica, nos juntamos con Jose, Mapicas, Manolito (Horn) y Kurro, que acudió engañado creyendo que era una concentración para hacer travesía. Jose, Vica, Mapicas y Horn tienen en la libreta el corredor de los franceses, a la Este del Anayet. Van fuertes, y la reseña no les achanta, pese a que los largos 3 y 4 tengan semejanzas notables con la Directa de los Martínez al Urriellu. A nosotros nos viene algo grande, y nos quedamos con el Culivillas, que hay que madrugar menos.

Echamos a andar sin saber donde está el monte. Así, nos pasamos de largo el acceso a la cara este. Unos franceses que pasan por allí nos enseñan la topo de la cara N-NW. Está mejor orientada, y tiene una canal central AD, 250 mts. 50º. Cambiamos entonces de objetivo, y subimos hasta el pie de esta cara. La pared tiene muy buena pinta, con zonas grandes de hielo que parecen tumbadas. Llegamos a la rimaya, donde ya están los franceses, pero estos van muy lentos, y nos parece mal adelantarlos, y también nos parece mal quedarnos pasando frío en la R, así que nos vamos a otra cosa al lado, que pinta sencilla. Cuando llegamos, los franceses todavía no han salido de la R1.

Cambiamos pues de objetivo, y cometemos un nuevo error de principiante, el mayormente conocido como Manolete. Confiamos en el clásico aforismo de que las cosas de lejos se ven más pinas, y nos encontramos con lo contrario. 45 que pasa a 50, luego se empina, nieve bastante inconsistente, algo de mixto, las cuerdas en la mochila. 15 metros para arriba fuera de la zona de confort, hasta llegar a un sitio donde malamente proteger, sacar la cuerda de la mochila, meter un clavo y para abajo.

Pasado el mediodía una banda se mete en la N del Culivillas donde aún no ha pegado el sol aún, y sigue presentando un buen aspecto. Nosotros nos vamos para abajo, y al llegar el barranco nos encontramos con Vica y Jose, que han triunfado en el corredor de los Franceses, y compartimos con ellos el resto del descenso. No hay como estar fuerte para subirse a todos los sitios.

miércoles, 10 de octubre de 2007

Grand Sentinel


D
espués de un día de reposo, y de hablar con un escalador local, nos decantamos por intentar escalar el Grand Sentinel. Es una aguja de cuarcita, de unos 120 metros. Hay dos vías, una la cara sur, de 5.9, clásica, y otra, la Cardiac Arête, de corte deportivo, de 5.10d orientada hacia el NE. Nos prometen que la roca es buena, que es fácil de proteger y que las reuniones están con párabolts, así que nos vamos para allí.

Madrugamos, y a una hora decente estamos en el párking del lake Moraine. Hay más gente con cascos y cacharros, un guía nos pregunta a dónde vamos, nos comenta que él también va para allí, que el largo de 5.9 es muy bueno, y que hace falta el cámalot número 5, pero que nos lo deja. A mí me convence más el hecho de que el último largo tenga un escaqueo de 5.4 por la izquierda, pero aún así, es muy amable de su parte.

Hay buena luz, y echamos alguna foto al lago. Después, arrancamos a andar. Remontamos el bosque, y después, atravesamos las praderas del larch Valley, vemos perdices nivales en las orillas del Minnestimma Lake, y acometemos la subida final al Centinel Pass, más corta de lo que parece. Hay un grupo grande de gente, pero se van todos al Mount Temple.

Del collado se ve ya la aguja, terriblemente estética. Descendemos el campo de bloques y atravesamos las pedreras hasta alcanzar la base de la aguja, en un poco más de dos horas desde el párking.

En la cara Sur hay dos cordadas delante, toca esperar un poco. Hemos cometido el error de subir dos cuerdas, con una de 60 doblada da de sobra. Nos colgamos los trastos, Tino nos deja los cámalots del 2 y del 3, para que los tengamos repes, cosa que agradeceré más arriba, y cuando toca el turno tiro para arriba el primer largo. Es 5.4, pero se me hace duro, y tengo que proteger más de lo que esperaba. Además la roca está muy fría, y la cuarcita es algo rara. Recupero a Montse mientras se marcha el segundo de la cordada que nos precede. Veo a Tino, en la R1 de su vía, al oro lado de la aguja.

El segundo largo es 5.7, aunque cuando le di creía que era 5.6. La cosa es que es 5.7 yendo por lo fácil. Yo le doy por donde ha subido la cordada anterior, más o menos recto. Este largo es una serie de repisas cómodas, separadas por tramos verticales, con fisuras más o menos buenas. Hago el primero paso y meto un friend. Llego a la segunda repisa y meto el alien amarillo. Y aquí viene lo chungo, hay una fisura a la derecha, pero es tan pequeña que no me caben los dedos, ni ninguna de las piezas que llevo para proteger, así que me piro por la izquierda, por romos, subiendo pies, hasta que me quedo pillado.

La situación no es muy cómoda, no me veo los pies, estoy con la mano izquierda muy abajo, a la altura de las rodillas, cogido de un romo, no me veo los pies, y no encuentro nada para la mano derecha. Tengo el alien amarillo a diez (2) metros debajo mía. Ha ido llegando gente, hay como quince personas haciendo cola en el pie de vía, que ven lo mal que lo estoy pasando. Intento respirar para tranquilizarme, la vía aquí tumba algo, así que puedo aguantar mucho en ese sitio, lo cual no sé si es bueno. Sólo tengo que fiarme de unos pies que no sé dónde están puestos y de un Z4. Respiro, pinzo algo con la derecha, y subo despacito la izquierda, hasta coger un romo. Subo un pie a donde tenía la mano y ya está. Debería poner un seguro, pero me doy una excursión para relajarme. Para llegar a la reunión queda otro paso. De la R cuelga una cinta de un par de metros para hacer A0. Aún me queda adrenalina, así que meto un friend y llego a la R en libre. El largo se me ha hecho eterno, pero cuando llego a la R todavía está ocupada, así que puedo reposar un poco antes de recuperar a Montse.

El tercer largo es 5.8, y no tiene ningún misterio, es un diedro fisurado, totalmente vertical que va a parar a un techo que parece que tiene mucho canto. Al principio se deja hacer, hay cosas, sobre todo para pies, que permiten subir sin hacer esfuerzos excesivos. Y se protege a placer. Hasta que se acaba lo bueno. Llega un punto donde las cosas para pies desaparecen, y es duro pasar de estar en cantos buenos a la nada. Y todavía queda mucho largo, tengo el tres repetido, pero no me queda ningún dos, en el largo anterior he pasado miedo para todo el mes, está la presión del público. Además, he lazado un bloque empotrado, que no es lo mismo abandonar una cinta que un Camalot del 3. Así que para abajo. Me descuelga Montse, luego un par de rápeles, y a recoger el material.

Vemos a Tino y Xose completar el último largo de su vía. Ellos están muy fuertes, se la sacaron a vista. Cuando bajan, se ofrecen para subirnos por la clásica, pero no estamos para mucha fiesta, y además va a llover. La primera tormenta nos pilla antes de llegar al collado, pero es pequeña. Seguimos bajando, deprisa, y casi llegando al párking nos cruzamos con turistas que suben a ver los ibones, ignorantes de la que va a caer. Y pillaron, vaya que sí pillaron. Como nosotros, que por apenas diez minutos llegamos empapados al coche.

lunes, 1 de octubre de 2007

Mount Louis

Después de bajar del Norquay, tomando una cerveza y hojeando el libro de Dougherty, Selected Alpine Climbs, nos decidimos a ir el día siguiente al Mount Louis. Tino y Xosé se meterían en la Kor/Fuller III 5.10d y Montse y yo nos aventuraríamos por la Kain Route (Normal Route) III 5.6/5.7 .

Y esa es toda la información que teníamos, ni metros, ni material. Una línea por encima de la foto de por dónde va el tema y ya está. Bueno, como es la normal, y algunas cordadas la destrepan, pues será por lo más fácil.

Así que al día siguiente madrugamos, pero no mucho, y nos metemos en el Edith Pass Trail para la aproximación. Donde decía hora y media hasta el pie de la pared quería decir dos horas y media. Bajo la cara Norte del Mount Edith nos separamos, ya que la Kain está en la cara SE, y la Kor en mitad de la Sur.

En el pie de vía sacamos los cascos y arneses, y la ferretería. La entrada es una trepada, así que aguantamos las cuerdas en la mochila hasta llegar a la primera reunión. Al principio la roca está algo descompuesta, son pendientes empinadas, herbosas, con gravilla. Hay que andar con ojo. Hacemos travesía a la izquierda, para centrarnos en el eje del corredor de la parte inicial de la vía. Aquí hay gravilla, pero menos, pero la roca está muy roca. Si coges un canto, te lo puedes llevar para casa, porque se mueve. Al final te acostumbras, y no pruebas los cantos, porque sabes que todos se mueven. Así que se trata de moverse con delicadeza, y no tirar hacia fuera de las cosas. Llevamos 120 metros de vía sin sacar la cuerda, y rozando el IV, cuando llegamos a la zona de 5.4. La roca sigue siendo mala, pero ahora se pone pino, así que toca montar reunión y sacar la cuerda. Pero no encontramos dónde meter un seguro, no hay fisuras mínimamente estables, ni nada que lazar. Tal vez se pueda clavar, pero no llevamos maza, así que toca retirada. Destrepamos la mitad de lo que habíamos subido, poniendo el doble de cuidado, y nos metemos en una travesía por terreno descompuesto hasta un pino, al que sólo le falta arriba una R de neón para indicar RAPEL. De hecho, ya tiene dos cintas puestas. Nos lo tomamos con mucha calma, comemos, bebemos, vemos un rebaño de Bighorn Sheeps (muflones), y cuando nos empezamos a aburrir, rapelamos con calma. Con 60 metros llegamos casi hasta el suelo. Podríamos destrepar, pero como ya hemos tenido demasiada roca suelta, hacemos medio rápel más, besamos el suelo y nos acercamos a la base de la cara Sur a ver las evoluciones de Tino y Xose.

Deben haber evolucionado mucho, porque en toda la cara sur sólo se ve a una cordada acabando la Gmoser Route III 5.8. Así que esperamos un rato a ver si se les ve aparecer por los rápeles. Se hace tarde, subo a donde deberían estar sus mochilas, en el pie de vía, y las encuentro. Están llenas, pero el cerebro no me da para mucho. Les escribo en una piedra que nos bajamos al coche. Y nos vamos para Banff. Bastante fundidos y algo deshidratados, llegamos al coche. Arrancamos y nos vamos al Safeway a comprar agua y alguna galleta, y volvemos al párking a esperar a los gallegos.

Llegan a las nueve, y nos cuentan su historia, que es parecida a la nuestra, pero a su medida. El primer largo muy roto, y el segundo de cerca de 6a, sin poder meter nada, así que se han bajado como han podido, y han subido al collado donde acaba la línea de rápeles a esperarnos, mientras nosotros les esperábamos en la base de la cara Sur.

El primer contacto con la roca de las rocosas ha sido bastante frustrante, habrá que elegir mejor los itinerarios.