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21 ago 2020

Polizonte a Marte - John Wyndham

Estamos a principios de los 1980s. Un acaudalado hombre de negocios norteamericano ofrece un premio de 5 millones de dólares a la primera persona que consiga llegar y volver de otro planeta de nuestro sistema solar. Ya ha habido algunos intentos pero todos han fracasado. El empresario y millonario británico Dale Curtance, inventor del vehículo volador utilitario gyrocurt, se ha propuesto ganarlo, no tanto por la recompensa económica como por la fama que acarrea. Así que él mismo y un equipo de cuatro personas más se embarcarán en el un vuelo a Marte en el cohete espacial Gloria Mundi. Cuando la astronave por fin consigue escapar de la gravedad terrestre, Curty revisa uno de los medidores y comprueba que han tenido que gastar más combustible del que preveían sus cálculos. Descubrirán entonces que el equipo de viajeros espaciales es algo más numeroso de lo planeado.

Polizonte a Marte es una novela primeriza de John Wyndham que fue escrita en 1936 bajo el pseudónimo de John Beynon (vía Wikipedia). Esa fecha tan temprana ya nos hace suponer el enfoque del texto en cuanto a ciencia-ficción se refiere. Todas las especulaciones que por aquel entonces se hacían acerca del planeta rojo están recogidas aquí. Los canales de Marte que transportaban agua por todo el planeta. El pueblo marciano que después de millones de años se está extinguiendo. Restos de fauna y flora marciana en las proximidades del canales y un desierto que está devorando el planeta. El ideario fantástico que existía sobre Marte a principios del S. XX al completo, vaya. Como la acción transcurre a principios de los 1980s vistos desde mediados de los 1930s, la ambientación propuesta por el autor británico tiene un marcado aire retrofuturista, bastante añeja pero entrañable a la vez. Se podría decir que este libro es poco más que una space-opera si no fuera por una inesperada deriva filosófica que involucra a las máquinas.

Efectivamente, en Marte además de marcianos hay máquinas inteligentes. Máquinas capaces de funcionar por sí solas, en simbiosis y armonía con los últimos habitantes humanoides originales del planeta. Máquinas que para sorpresa de los humanos, demuestran capacidad de acción y pensamiento autónomo. Algo que es muy difícil de encajar entre los terrestres y que les provoca un ludismo atávico al considerarlas como amenazas directas a su supremacía. Wyndham hace una impresionante defensa de estas máquinas inteligentes y rebate racional y sistemáticamente el pánico antropocentrista que causan en la expedición humana. Aunque la falta de rigor científico, el machismo y el colonialismo campan alegremente por las páginas de la narración, merece la pena dar cuenta de ella sólo por asistir de primera mano a este formidable alegato en favor de las máquinas consideradas como nuevo logro evolutivo de la Naturaleza.

6 jun 2020

Las crisálidas - John Wyndham

Escenario post-apocalíptico. La acción transcurre en una comunidad basada en la agricultura y la ganadería que ha involucionado hacia una sociedad religiosa fundamentada en un cristianismo muy reaccionario. La realidad de la Tribulación que acabó con el mundo anterior ni siquiera es conocida, pero a tenor de las mutaciones en especies vegetales y animales (incluido el hombre), todo hace pensar en que se trató de una Guerra Mundial con armas nucleares. En ese contexto, cualquier animal o planta que se aleja de la ortodoxia, es decir, de la imagen verdadera según el orden de la biblia, debe ser eliminado. Solo se salvan los seres humanos, que son desterrados a los Márgenes para que no contaminen la pureza de hombre con sus genes. Por desgracia en esa zona la radioactividad es tan alta todavía que el exilio supone una condena a muerte. En esto ocurre que el protagonista, un crío que es hijo de uno de los mayores defensores de la auténtica imagen del hombre según la biblia, resulta ser un telépata que tiene contacto con varios niños telépatas más de los alrededores. Así que desde pequeños se ven obligados a ocultar su don. Pero cuando su hermana menor se revela como una telépata increíblemente dotada se verán obligados a escapar.

Las crisálidas es otra novela más de ciencia-ficción post-apocalíptica con involuciones sociales, mutantes producto de la radiación y nombres rimbombantes para denominar el armagedón. Por cierto que se está agotando ya el campo semántico para designar al suceso que acabó con la sociedad tal y como la conocemos. Tenemos la Convulsión, la Gran Reducción, el Diluvio de Fuego y la Simplificación, los Tres Días, etc. etc. A este paso habrá que empezar a recurrir a acrónimos o inventarse términos evocadores, por ejemplo la Fulcatonia para una hecatombe de origen geovolcánico o la Viterata para un desajuste mental suicida provocado por entidades sobrenaturales hinduístas.

En fin la novela no está mal, John Wyndham escribe muy bien y la trama se desarrolla con un buen ritmo. Pero repite cliché tras cliché de esta temática: discriminación del diferente; guerra entre humanos y mutantes; los individuos rechazados que se articulan como resistencia; las capacidades psiónicas como próximo salto evolutivo del homo sapiens, bla, bla, bla. A estas alturas está todo muy machacado. También tiene cierto tono cargante a novela juvenil, ya que los protagonistas son niños al empezar y cuando termina son adolescentes enamorados que se juntan en parejas de telépatas chico y chica. Y ese proceso de crecimiento van descubriendo la basura que es vivir en sociedad. Sin estar mal, la novela no destaca por nada en particular.

29 ago 2016

El Kraken despierta - John Wyndham

A lo largo de varios meses unas misteriosas bolas de fuego llegan del espacio en oleadas y excepto unas pocas que son interceptadas por las fuerzas aéreas de diferentes países, todas terminan sumergiéndose en las zonas de aguas profundas de los océanos. Meses después, trasatlánticos de lujo, cargueros o petroleros que navegan por dichas zonas empiezan a sufrir misteriosos accidentes que provocan su hundimiento en los fondos abisales en apenas unos minutos. Siguen pasando los meses y unos extraños seres procedentes del mar provocan el pánico en pequeñas ciudades costeras del Caribe, diezmando a sus habitantes y destrozando todo lo que encuentran, sin embargo a medida que pasa el tiempo los ataques se van extendiendo por todo el mundo. El eminente geógrafo Alastair Bocker, tiene la teoría de que el origen de todos estos problemas está en aquellas bolas de fuego de unos años atrás. Su polémica hipótesis indica que esas esferas contenía seres inteligentes de otros planetas adaptados a vivir en presiones muy elevadas y medios marinos. Cree que debería haberse intentado un contacto pacífico, pero con el caríz que han tomado los acontencimientos piensa que se ha perdido la oportunidad. Mike y Phyllis Watson, una pareja de periodistas que estaba pasando su luna de miel en un crucero y que avistaron una de las primeras lluvias de meteoritos reportada oficialmente, nos relatarán en restrospectiva toda la secuencia de acontecimientos que han llevado a lo que es de facto, una guerra entre especies por el control del planeta Tierra.

Hoy toca ciencia-ficción británica clásica a cargo de uno de los grandes del género, John Wyndham, responsable entre otras maravillas de El día de los Trífidos o Los cuclillos de Midwich, cuya adaptación al cine como El pueblo de los malditos (Wolf Rilla, 1960) ha trascendido a los aficionados al género y tiene imágenes que forman parte del incosciente colectivo. En El Kraken despierta este autor retoma el tema de las invasiones extraterrestres, pero tratándose de un libro que data de 1953 resulta inevitable que toda la narración tenga un cierto tufillo añejo. Las tecnologías que se utilizan o las constantes referencias a la Guerra Fría y la división mundial en bloques capitalista/comunista inclinan mucho la balanza en ese sentido, sin embargo me ha sorprendido encontrar críticas muy contundentes a temas tan vigentes hoy como hace más de 60 años.

Wyndham no se corta a la hora de cuestionar los verdaderos intereses de los gobiernos mundiales, con políticos incapaces de gestionar con éxito una catástrofe del calibre que se nos presenta, mucho más interesados en perpetuarse en el poder que en velar por los intereses y el bienestar de los ciudadanos. Por boca de Phyllis, se pone de manifiesto que la mala gerencia y dirección de los países conduce a problemas económicos y de suministro de bienes y alimentos, con una fuerte inflación que resulta insoportable para el pueblo. También asombra comprobar que a través de Bocker se planteen esquemas de pensamiento y de relación con los aliens totalmente anti-antropocentristas y pacifistas, si bien, el escritor británco, consciente del rechazo que estas ideas provocarían en el ciudadano medio, se encarga de que el científico sea ignorado y despreciado por el establishment, cuando no simplemente tomado por un bufón, un loco. También se llevan lo suyo los medios de comunicación, que son mostrados como lo que realmente tenemos opción a comprobar todos los días: empresas que solo buscan un balance positivo en su cuenta de resultados y se adaptan sin reparo a los intereses de sus propietarios y los gobiernos de turno, aunque para ello tengan que ocultar, tergiversar o sesgar la información.

Resumiendo, estamos ante una novela que narra el apocalipsis de la vida en la Tierra a raíz de la invasión de una raza extraterrestre que no se llega a conocer y que se establece en nuestros océanos. El final sin embargo es esperanzador y sugiere que después de años de contienda sigilosa y con la población mundial diezmada, es posible llegar a un precario equilibrio con los alienígenas y reestablecer la convivencia entre los humanos supervivientes, que se han tribalizado para hacer frente a las grandes penurias consecuencia de la contienda. No es que me haya dejado sin palabras, pero es curiosa y de lectura fácil. Tenéis más reseñas en Papel en blanco, que desborda entusiasmo más allá de lo creíble; Un libro para esta noche, bastante más moderada y coherente; o el Sitio de Ciencia-ficción, con una reseña que ocupa menos de la mitad del artículo, centrado más bien en señalar problemas con las reediciones editoriales, las traducciones y los cambios de título, pero que cuando comienza a tratar esta novela lo hace con una pasión encendida y convenientemente justificada.

25 oct 2010

Chocky - John Wyndham

Chocky es una novela elogiada por la mayoría de los lectores, atentos si no a un par de comentarios extraídos de algunas de las reseñas del libro más visitadas de Internet:

"Es una novela exquisita, de ritmo coherente, personajes maduros y reales, y un argumento cargado de originalidad y sorpresas." (Fantasymundo)

"(...) he encontrado en ‘Chocky’ ese tipo de libros que te recuerdan por qué te gusta tanto la literatura, sencillamente para poder disfrutar de historias como ésta." (Papel en Blanco):

Pues bien, me temo que yo no comulgo con lo arriba expuesto. No hay mucho que comentar en realidad, el desarrollo de la trama me ha parecido tan inocente, tan edulcorado, que no podía evitar pensar que originalmente estaba destinado a un público juvenil. No es así puesto que el narrador es el padre del niño que ha sido "poseído" por un alien de buenas intenciones, algo que difícilmente puede interesar a ese tipo de lectores.

Y para de contar, el libro es lectura fácil y amena, pero todo es muy como de serie infantil producida por la Thames Television en los 1960s. Igual es que estoy un poco afectado todavía por la brutalidad de los relatos autobiográficos de Bernhard, no seré yo quien lo niegue, pero al margen de esto, objetivamente se percibe un cambio de registro tremendo respecto a la crudeza de una de las grandes referencias de Wyndham, El día de los Trífidos.

Para mi tranquilidad espiritual, en el Sitio de Ciencia Ficción son más críticos con el autor que las dos referencias incluídas al principio. Los motivos son muy parecidos a los míos y están muy bien argumentados (mucho mejor que esta simple relación de impresiones mía).

13 may 2010

El Día de los Trífidos - John Wyndham

Bueno, los de Minotauro deben de estar bastante contentos conmigo, porque me estoy dando cuenta de que últimamente no hago más que leer clásicos de ciencia ficción publicados por esta editorial. Y digo yo, ¿para qué perder el tiempo en los últimos lanzamientos teniendo pendientes tantos clásicos por leer? Si además la colección está cuidada primorosamente, ¿qué sentido tiene resistirse? Admito que quizás debería tocar otros palos, que no sólo me gusta la scifi, pero me he dado cuenta de que rara vez me defrauda este género, de ahí que en las últimas semanas me estoy interesando menos por otras temáticas. Prometo hacer el esfuerzo consciente de darme un respiro en el próximo libro.

Una vez hecha esta introducción, mitad disculpa, mitad justificación, vayamos al grano. Voy a tener muy complicado cambiar de género si sigo leyendo libros tan buenos y absorbentes como El Día de los Trífidos. Como ya me pasó con Más que humano, nada más empezar a leer este novelón empezaron sugir referencias cinematográficas en mi cabeza, porque su influencia en 28 días después o A ciegas (Blindness) es evidente, demasiado evidente diría yo. La trama se desarrolla en un mundo postapocalíptico en el cual prácticamente toda la totalidad de la población se ha quedado ciega tras contemplar la estela de un cometa al atravesar la atmósfera terrestre, o al menos eso nos cuentan al principio. Sólo unos pocos se han salvado, áquellos que por distintos motivos no pudieron contemplar el espectáculo nocturno. Para complicar el escenario, existe además una agresiva especie vegetal de origen impreciso que es capaz de desplazarse con algo de agilidad, al estar dotada de tres raíces móviles que actúan como patas: los trífidos. Se aventuran posibles procedencias de esta repulsiva planta pero no se llega a aclarar del todo, ¿quizás una semilla caída del espacio y sometida a manipulación genética? Tampoco queda claro si está dotada de cierto nivel de inteligencia, y aunque parece bastante evidente por su comportamiento, los supervivientes no llegan a aceptarlo del todo. De lo que no cabe duda es que este extraño espécimen de verdura aprovecha la nueva coyuntura para dejar de ser una especie explotada industrialmente y convertirse en el mayor depredador de humanos conocido hasta el momento.

Ése es el planteamiento básico de la historia. Me ha gustado mucho, muchísimo, principalmente porque aunque data de principios de los 1950s, los temas sobre los que reflexiona el autor siguen siendo terriblemente actuales. Nos plantea la falta de transparencia de los gobiernos con sus ciudadanos, ya que el mundo antes del cataclismo estaba rodeado de misteriosos satélites "defensivos" que pueden haber sido los verdaderos desencadenantes del desastre. Nos plantea la necesidad de pensar diferente ante situaciones nuevas, reflejando el eterno conflicto entre los continuistas, que pretenden mantener una forma de vida restrictiva anclada en unos preceptos morales carentes de sentido en el nuevo contexto, y los transgresores, que entienden que hay que cambiar el chip. Aquí tiene un punto entre anarquista y comunista muy emotivo que refleja los componentes utópicos de dichos movimientos. También nos plantea los problemas de la manipulación genética y los avances científicos exentos de consideraciones éticas, ¿de qué sino podrían ser metáfora los trífidos? Y nos muestra, cómo no, las vilezas y las grandezas del ser humano.

En resumen, un libro entretenidísimo.

Otros comentarios sobre esta obra en Fantasymundo, Bibliópolis y cómo no, en los multicomentarios de Ciencia Ficción [punto] com. En éste último enlace nos remiten además a las reseñas de Imperio Futura, El archivo de Brint y al Blog de Jack Moreno. Por cierto, sale muy bien parada en todos ellos.
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