Publicado en 1959, 'En las Alturas' es una de las primeras obras de Thomas Bernhard. Aunque en las etiquetas al final del post he seleccionado 'novela' para definirlo, lo cierto es que no es tan fácil de clasificar. Por un lado se trata de un volumen del tamaño aproximado de sus relatos autobiográficos, en torno a las 120 páginas. Por otro, el contenido no encaja con el concepto estandar de narrativa. Estamos más bien ante un intento de poner por escrito el hilo de pensamiento del autor. Todo lo que le viene a la cabeza, las situaciones a que se enfrenta, las conversaciones que tiene... todo lo apunta, sin descanso, sea lo que sea. Esta parte está bastante clara porque asistimos a la habitual exhibición de desprecio hacia el ser humano, Austria, la existencia en general. Sus agudos e imbatibles razonamientos ponen contra las cuerdas la omnipresente hipocresía y abyección a que debe (debemos) enfrentarse todos los días.
La redacción se basa en frases cortas dentro de párrafos pequeños que enlazan unos con otros con cierto ritmo e intenciones poéticas. Sin embargo el contenido va cambiando casi a cada par de frases. Esto hace que la lectura sea muy rápida y ágil, aunque cuesta cambiar de contexto con tantísima frecuencia. Podemos identificar una serie de personajes: un profesor del Mozarteum, un mujer casada (y judía) con quien yo diría que éste tiene una aventura, un escritor/periodista, un posadero. La acción se entremezcla a su vez en varias localizaciones: una modesto establecimiento hotelero en un entorno boscoso, los juzgados donde el escritor metido a periodista realiza su trabajo informativo, una ciudad opresiva que no soporta. En fin, todo muy bernhardiano pero en mi opinión, sin pulir. Recomendado por tanto solo para los muy fans. Tenéis una interesante reseña de este libro en El mundo de Kovalski y otra en Miedo a la Literatura, donde se expone una teoría muy atrevida que no está nada mal.
31 jul 2014
28 jul 2014
¡Exterminador! - William S. Burroughs
En ¡Exterminador! tenemos una buena colección de relatos cortos (treinta en total, si no me equivoco) a cargo del inigualable e irrepetible William S. Burroughs. Los textos destilan por los cuatro costados su particular estilo basado en la más absoluta no-linealidad/no-causalidad de la narración. La referencia a su novela más famosa, El Almuerzo desnudo, es por tanto inevitable, pero estos relatos se distinguen de áquella en que son algo menos alucinatorios y bastante menos descarnados en el tratamiento de la (homo)sexualidad y la violencia.
¿Con qué temáticas nos topamos? Pues hay un poco de todo, desde crónicas periodísticas a una significativa cantidad de cuentos de ciencia-ficción. Tenemos también intrigas politicas y demenciales relatos de viajes salpicados de jazz que entroncan con la literatura beat en sus contenidos más fácilmente reconocibles (En la Carretera, de Jack Kerouac). Muchos personajes se repiten de un relato a otro: Audrey Carsons o A.C., un homosexual descarado y violento, probable alter ego de Burroughs. Clancy, un policía que aparece también en varios de ellos. Bill, un escritor homosexual y drogaditco, otro alter ego más que ya vimos en otras de sus obras. También recurre en reiteradas ocasiones a imágenes fruto seguramente de sus estados alterados de conciencia. Jóvenes que se transforman en lobos o lobos que se transforman en jóvenes; el autor se recrea en el pelo de estos cánidos, en el color, la textura, en la transformación de las pieles en pelajes y viceversa; también hay una cierta obsesión con los virus, los reinterpreta de diferente forma según el cuento en particular: un arma en una contienda, pero la palabra y el ser humano puede ser un virus bajo su punto de vista. Se menciona en una ocasión a los ciempiés, tan habituales en 'El Almuerzo desnudo'.
Desde el punto de vista formal, hay dos características comunes a casi todos los relatos. Aunque puntos y párrafos sí que hay, es notoria la ausencia de comas para separar las frases. Esto les da un aire muy a crónica verbal. Curiosamente resulta muy fácil sincronizarse con el texto y separarlas intuitivamente a medida que se lee. Reconozco que ese momento de conexión con lo que se ha escrito es muy estimulante, muy reconfortante. Por otro lado varios relatos juegan con el concepto de anidamiento, de cuento dentro de un cuento dentro de un cuento. De esta forma y a modo de matrioska, la trama que se está desarrollando resulta estar embebida en otra historia de la que de pronto se libera para seguir desplegandose y saltar a un estrato superior. Y sigue así hasta que se pierde la conexión con la realidad por falta de referencias a las que asirse y el propio caracter onírico y angustioso de tales experiencias. Los cuentos que hacen uso de esta técnica están particularmente bien concebidos, tanto que algunos finalizan enlazando con el principio de los mismos.
Resumiendo, una lectura muy original. Desde mi punto de vista, perfecta para tomar contacto con su obra pues recoge sus especialísimas cualidades literarias sin descontrolarse demasiado. Por cierto que el apartado final de siempre con otras reseñas queda desierto porque no he encontrado ninguna.
¿Con qué temáticas nos topamos? Pues hay un poco de todo, desde crónicas periodísticas a una significativa cantidad de cuentos de ciencia-ficción. Tenemos también intrigas politicas y demenciales relatos de viajes salpicados de jazz que entroncan con la literatura beat en sus contenidos más fácilmente reconocibles (En la Carretera, de Jack Kerouac). Muchos personajes se repiten de un relato a otro: Audrey Carsons o A.C., un homosexual descarado y violento, probable alter ego de Burroughs. Clancy, un policía que aparece también en varios de ellos. Bill, un escritor homosexual y drogaditco, otro alter ego más que ya vimos en otras de sus obras. También recurre en reiteradas ocasiones a imágenes fruto seguramente de sus estados alterados de conciencia. Jóvenes que se transforman en lobos o lobos que se transforman en jóvenes; el autor se recrea en el pelo de estos cánidos, en el color, la textura, en la transformación de las pieles en pelajes y viceversa; también hay una cierta obsesión con los virus, los reinterpreta de diferente forma según el cuento en particular: un arma en una contienda, pero la palabra y el ser humano puede ser un virus bajo su punto de vista. Se menciona en una ocasión a los ciempiés, tan habituales en 'El Almuerzo desnudo'.
Desde el punto de vista formal, hay dos características comunes a casi todos los relatos. Aunque puntos y párrafos sí que hay, es notoria la ausencia de comas para separar las frases. Esto les da un aire muy a crónica verbal. Curiosamente resulta muy fácil sincronizarse con el texto y separarlas intuitivamente a medida que se lee. Reconozco que ese momento de conexión con lo que se ha escrito es muy estimulante, muy reconfortante. Por otro lado varios relatos juegan con el concepto de anidamiento, de cuento dentro de un cuento dentro de un cuento. De esta forma y a modo de matrioska, la trama que se está desarrollando resulta estar embebida en otra historia de la que de pronto se libera para seguir desplegandose y saltar a un estrato superior. Y sigue así hasta que se pierde la conexión con la realidad por falta de referencias a las que asirse y el propio caracter onírico y angustioso de tales experiencias. Los cuentos que hacen uso de esta técnica están particularmente bien concebidos, tanto que algunos finalizan enlazando con el principio de los mismos.
Resumiendo, una lectura muy original. Desde mi punto de vista, perfecta para tomar contacto con su obra pues recoge sus especialísimas cualidades literarias sin descontrolarse demasiado. Por cierto que el apartado final de siempre con otras reseñas queda desierto porque no he encontrado ninguna.
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_USA,
*William S. Burroughs,
Relatos cortos
25 jul 2014
La Señorita Mapp - E. F. Benson
Siempre me ha gustado la literatura británica de humor. P. G. Wodehouse y Tom Sharpe han estado entre mis favoritos desde hace años, por lo que no veo momento malo para acercarme a otros autores del género. No hace mucho fue David Nobbs, con quien sin duda repetiré, y recientemente y gracias a Kindle Flash de Amazon me topé con E. F. Benson y La Señorita Mapp, uno de los libros de su serie denominada 'Mapp y Lucia' que incluye otros 5 títulos. Lo triste del caso es que me temo que con Benson no voy a repetir.
Nuestra protagonista ronda los 40 años y vive en una preciosa, pequeña y ficticia localidad de la costa inglesa denominada Tilling. Es una solterona metomentodo, sabihonda, algo arrogante y bastante clasista, pero con buen fondo y mejor humor a la hora de enfrentarse a las pequeñas adversidades de la vida, que por lo general provoca ella misma. Además de a Miss Mapp, tenemos oportunidad de conocer a un elenco muy divertido de tillinguenses: Isabel Poppit y su madre, Susan Poppit, una estirada miembro de la Orden del Imperio Británico y los más recientes miembros de la pequeña comunidad. Diva Plaistow, competencia directa de la Srta. Mapp en cuanto a liderazgo del comadreo vecinal. El discreto y elegante Algernon Wyse, residente temporal durante el otoño/invierno, y su misteriosa y glamourosa hermana Amelia, Contessa de Faraglione por su matrimonio con un noble napolitano. El major Flint y el capitán Puffin, dos militares retirados y solteros que pasan su tiempo jugando al golf. Irene Coles, sufragista, artista posimpresionista, socialista y germanófila.
¿Cuál es el problema entonces? Muy sencillo: la trama no es más que una constante exposición de las pequeñas intrigas de Miss Mapp, reina absoluta del cotilleo de Tilling. A veces resulta triunfadora, pero las más recibe una dosis de su propia medicina y termina viendose ridiculizada por sus propios enredos. La novela es cansina y repetitiva, termina agotando porque no va a ningún lado. Es cierto que hay ciertos golpes que provocan la risa, o mejor dicho una sonrisa, porque reconozco que el libro es simpático y agradable. Pero capítulo tras capítulo todo son chismorreos de gente bien de pueblo, lo cual no deja de ser una patética forma de pasar el tiempo. Además el clasismo más indiferente sobrevuela todo el texto. No solo la existencia de la servidumbre se ha interiorizado como natural a la vida de la protagonista, sino que además destila una superioridad condescendiente sobre todos aquellos vecinos menos pudientes que ella o a quienes considera de dudosa moralidad. Ya sé que el autor se limita a reflejar la sociedad de la época, pero no puedo evitar que me resulte bastante irritante.
Resumiendo, no es mala lectura, pero no tampoco suficientemente buena. La edición se de Impedimenta es estupenda y está complementada con un buen número de notas a pie de pagina que ayudan a comprender el contexto de muchas referencias que incluyó el autor, algo que es de agradecer pues no todos somos expertos en la cultura británica de pricipio del siglo XX. Tenéis más reseñas en Serendipia, la revista web Hoy es arte y El cofre de los libros.
Nuestra protagonista ronda los 40 años y vive en una preciosa, pequeña y ficticia localidad de la costa inglesa denominada Tilling. Es una solterona metomentodo, sabihonda, algo arrogante y bastante clasista, pero con buen fondo y mejor humor a la hora de enfrentarse a las pequeñas adversidades de la vida, que por lo general provoca ella misma. Además de a Miss Mapp, tenemos oportunidad de conocer a un elenco muy divertido de tillinguenses: Isabel Poppit y su madre, Susan Poppit, una estirada miembro de la Orden del Imperio Británico y los más recientes miembros de la pequeña comunidad. Diva Plaistow, competencia directa de la Srta. Mapp en cuanto a liderazgo del comadreo vecinal. El discreto y elegante Algernon Wyse, residente temporal durante el otoño/invierno, y su misteriosa y glamourosa hermana Amelia, Contessa de Faraglione por su matrimonio con un noble napolitano. El major Flint y el capitán Puffin, dos militares retirados y solteros que pasan su tiempo jugando al golf. Irene Coles, sufragista, artista posimpresionista, socialista y germanófila.
¿Cuál es el problema entonces? Muy sencillo: la trama no es más que una constante exposición de las pequeñas intrigas de Miss Mapp, reina absoluta del cotilleo de Tilling. A veces resulta triunfadora, pero las más recibe una dosis de su propia medicina y termina viendose ridiculizada por sus propios enredos. La novela es cansina y repetitiva, termina agotando porque no va a ningún lado. Es cierto que hay ciertos golpes que provocan la risa, o mejor dicho una sonrisa, porque reconozco que el libro es simpático y agradable. Pero capítulo tras capítulo todo son chismorreos de gente bien de pueblo, lo cual no deja de ser una patética forma de pasar el tiempo. Además el clasismo más indiferente sobrevuela todo el texto. No solo la existencia de la servidumbre se ha interiorizado como natural a la vida de la protagonista, sino que además destila una superioridad condescendiente sobre todos aquellos vecinos menos pudientes que ella o a quienes considera de dudosa moralidad. Ya sé que el autor se limita a reflejar la sociedad de la época, pero no puedo evitar que me resulte bastante irritante.
Resumiendo, no es mala lectura, pero no tampoco suficientemente buena. La edición se de Impedimenta es estupenda y está complementada con un buen número de notas a pie de pagina que ayudan a comprender el contexto de muchas referencias que incluyó el autor, algo que es de agradecer pues no todos somos expertos en la cultura británica de pricipio del siglo XX. Tenéis más reseñas en Serendipia, la revista web Hoy es arte y El cofre de los libros.
16 jul 2014
La Cámara sangrienta - Angela Carter
La Cámara sangrienta es una colección de relatos cortos de terror a cargo de Angela Carter. La escritora británica reinterpreta cuentos infantiles clásicos de autores reconocidos (Charles Perrault o Jeanne Marie Leprince de Beaumont, según leemos en la nota editorial) o de tradición europea y los reescribe desde una perspectiva adulta, femenina/feminista y perversa. O mejor deberíamos decir aún más perversa, porque los cuentos tomados como inspiración ya traen una carga de crueldad importante desde origen. Los relatos incluídos son:
- La Cámara sangrienta
- El Cortejo del Señor León
- La Novia del Tigre
- El Gato con Botas
- El Rey de los Trasgos
- La Niña de Nieve
- La Dama de la Casa del Amor
- El Hombre Lobo
- La Compañía de los Lobos
- Lobalicia
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*Angela Carter,
Ilustrado,
Relatos cortos,
Terror
7 jul 2014
El Quinto en Discordia - Robertson Davies
A finales del 2013 el ínclito Francesc Bon escribió en Un Libro al Día una reseña tan entusiasta de La Trilogía de Deptford de Robertson Davies que me convenció sin reparos y fue uno de los libros que me regalé en navidad. Hoy voy a dar cuenta de la primera entrega: El Quinto en Discordia. El protagonista es Dunstan Ramsay, un profesor de Historia de enseñanza secundaria y erudito hagiógrafo nacido a finales del S. XIX en un pueblo ficticio de Ontario, Canadá: Deptford. El libro se desarrolla como extensísima carta dirigida al director del colegio donde Ramsay acaba de jubilarse. A modo de memorias, el personaje nos cuenta toda su vida a lo largo de las seis partes que componen la novela, comenzando con un terrible incidente cuando es tan solo un crío, porque una aparentemente inocente pelea de bolas de nieve entre Ramsay y otro chaval del pueblo, Boy Staunton, termina provocando el parto prematuro de Mary Dempster, quien es golpeada accidentalmente por la bola de nieve que iba dirigida a Ramsay. El bebé (Paul Dempster) sobrevive pero Ramsay, de estricta educación religiosa, desarrolla un enorme complejo de culpabilidad que le hace estar en deuda con Mary Dempster por el resto de sus días.
Hay muchas coasa que destacar en la novela, pero voy a empezar por la que me ha resultado la mejor. Lo primero a señalar es que historia es asombrosamente original, entretenida y está repleta de todo lo que yo creo debe tener una buena novela: muchos conflictos entre los personajes y mucho dolor (imprescindible para mí), crecimiento personal (como resultado de todos los conflictos y de tanto dolor), y también algo de misterio, que aun no siendo imprescindible, bien dosificado hace que la lectura sea más animada. Desde luego a esto se añade que la prosa de Davies es nítida, directa, certera. Todo lo que está escrito aporta información, no hay ni exhibición gratuita de habilidades ni ambigüedades. Tras retomar la lectura en cualquier capitulo, resulta inmediato entrar en situación con la primera frase. A pesar de que la trama tiene su complejidad por la cantidad de personajes que van apareciendo, y también por la red de intereses que se despliegan entre todos ellos, la acción transcurre ante nosotros con una sencillez y una naturalidad que imagino deben ser producto de una mente excepcionalmente dotada para la escritura y un trabajo duro. A todo ello se añade que a medida que transcurren los años el contexto histórico se entremezcla perfectamente en la narración, en especial la I Guerra Mundial y la Gran Depresión tras el crack de 1929. Y desde luego el derroche de erudición del autor aporta interés intelectual al argumento. Por ejemplo todos esos detalles sobre la vida de los santos o sobre trucos magia que va desgranando por el texto resultan de lo más ameno.
A modo de curiosidad y aun sabiendo que probablemente me meta en camisa de once varas, diré que este libro me ha recordado bastante a Stoner. Afortunadamente para mí, en ningún momento he experimentado el aburrimiento extremo que me provocó el libro de John Williams, sin embargo ambos comparten una historia vital que se desarrolla a lo largo de los años, incluso transcurren prácticamente durante el mismo intervalo temporal. Lo que en Stoner me pareció tedio y desinterés, por cotidiano y convencional, en esta novela se transforma en un cúmulo de situaciones extraordinarias e individuos muy sustanciosos. La segunda y tercera parte de la trilogía se centran en otros dos personajes del universo creado por Davies en este primer volumen, cuyas historias al igual que la de hoy, se articulan en torno la misteriosa muerte de Boy Staunton, a la cual asistimos al final de este tomo. Ni que decir tiene, estoy deseando leeros, solo con que sean la mitad de interesantes que ésta, habrán merecido la pena. Tenéis más reseñas en Confieso que he leído, El Blog de Lahierbaroja y El Placer de la Lectura, por dar algunas referencias. Lo cierto es que hay muchas otras opiniones de este libro en la blogosfera y todas las que he leído alaban su calidad.
Hay muchas coasa que destacar en la novela, pero voy a empezar por la que me ha resultado la mejor. Lo primero a señalar es que historia es asombrosamente original, entretenida y está repleta de todo lo que yo creo debe tener una buena novela: muchos conflictos entre los personajes y mucho dolor (imprescindible para mí), crecimiento personal (como resultado de todos los conflictos y de tanto dolor), y también algo de misterio, que aun no siendo imprescindible, bien dosificado hace que la lectura sea más animada. Desde luego a esto se añade que la prosa de Davies es nítida, directa, certera. Todo lo que está escrito aporta información, no hay ni exhibición gratuita de habilidades ni ambigüedades. Tras retomar la lectura en cualquier capitulo, resulta inmediato entrar en situación con la primera frase. A pesar de que la trama tiene su complejidad por la cantidad de personajes que van apareciendo, y también por la red de intereses que se despliegan entre todos ellos, la acción transcurre ante nosotros con una sencillez y una naturalidad que imagino deben ser producto de una mente excepcionalmente dotada para la escritura y un trabajo duro. A todo ello se añade que a medida que transcurren los años el contexto histórico se entremezcla perfectamente en la narración, en especial la I Guerra Mundial y la Gran Depresión tras el crack de 1929. Y desde luego el derroche de erudición del autor aporta interés intelectual al argumento. Por ejemplo todos esos detalles sobre la vida de los santos o sobre trucos magia que va desgranando por el texto resultan de lo más ameno.
A modo de curiosidad y aun sabiendo que probablemente me meta en camisa de once varas, diré que este libro me ha recordado bastante a Stoner. Afortunadamente para mí, en ningún momento he experimentado el aburrimiento extremo que me provocó el libro de John Williams, sin embargo ambos comparten una historia vital que se desarrolla a lo largo de los años, incluso transcurren prácticamente durante el mismo intervalo temporal. Lo que en Stoner me pareció tedio y desinterés, por cotidiano y convencional, en esta novela se transforma en un cúmulo de situaciones extraordinarias e individuos muy sustanciosos. La segunda y tercera parte de la trilogía se centran en otros dos personajes del universo creado por Davies en este primer volumen, cuyas historias al igual que la de hoy, se articulan en torno la misteriosa muerte de Boy Staunton, a la cual asistimos al final de este tomo. Ni que decir tiene, estoy deseando leeros, solo con que sean la mitad de interesantes que ésta, habrán merecido la pena. Tenéis más reseñas en Confieso que he leído, El Blog de Lahierbaroja y El Placer de la Lectura, por dar algunas referencias. Lo cierto es que hay muchas otras opiniones de este libro en la blogosfera y todas las que he leído alaban su calidad.
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*Robertson Davies,
Novela
2 jul 2014
Los Excluidos - Elfriede Jelinek
En Los Excluidos tenemos a un grupo de adolescentes vieneses de finales de los 1950s a punto de terminar sus estudios de secundaria y enfrentarse a un mundo de decisiones que condicionarán sus vidas. Son los gemelos Rainer y Anna Witkowski, Sophie Pachhofen y Hans Sepp. Los gemelos son hijos de un antiguo miembro de las SS y de clase media-baja, Sophie procede de la clase más acomodada de la capital, Hans es la excepción pues no estudia sino que hijo de activistas de clase obrera, trabaja en instalaciones de alta tensión. Puestos en manos de Elfriede Jelinek, estos jóvenes componen una camarilla empeñada en subvertir las convenciones sociales realizando actividades delictivas (principalmente atracos a transeúntes con intimidación y violencia) en las que muestran un rechazo visceral a un mundo adulto que no les ofrece alternativas. Entre los cuatro se establecen unas complicadas relaciones basadas tanto en la búsqueda y culminación de sus aspiraciones personales (deseo/atracción/amor, mejorar en la escala social, etc.) como en una exhibición de poder que se manifiesta en el liderazgo de la banda. Rainer se ha autoerigido jefe pero Sophie resulta indomable y tinene unas ideas propias muy claras. Excepto Hans que actúa un poco de comparsa buscando en el resto de sus compañeros un crecimiento intelectual que le ha sido vedado por sus orígenes obreros, lo demás son extremadamente inteligentes, apasionados por el jazz y los existencialistas franceses (Camus, Sartre). Por el momento temporal en que transcurre la acción podríamos calificarlos ideológica y estéticamente como beatniks austriacos.
Después de leer este libro entiendo perfectamente que esta autora recibiera el Nobel de Literatura en 2004. Mi limitado conocimiento de su obra se saldaba hasta el momento con un 1-1: Las Amantes a favor y Deseo en contra; sin embargo el que hoy me ocupa inclina la balanza muy positivamente y tanto en forma como en fondo es sin duda uno de los grandes aciertos en lo que llevo leído este 2014. Para empezar el tormento generacional adolescente está perfectamente reflejado los protagonistas: inseguridades, dudas, ansias de conocimiento, enfrentamientos con los progenitores, inocencia, autosuficiencia tramposa, afán por conocer y explorar. Resulta imposible que el lector no establezca un vínculo con alguno de los cuatro, cada uno lo hará por mil motivos diferentes. Por otro lado, de todos es conocido el fuerte transfondo crítico que hay en la obra de Frau Jelinek, así que era de esperar que el texto estuviese plagado de denuncias: al machismo, a los abusos familiares, a la opresión de la mujer en su papel de esposa y madre. Todas ellos se ven especialmente desarrolladas a través del padre de los gemelos. Antiguo número de las SS, hoy día no es más que un inválido de guerra con una pierna amputada que malvive con una pensión estatal y un trabajo extra de portero de noche en un edificio de viviendas. Toda la frustración que le provoca su patético estado la vuelca en su mujer, Margarethe, a base de palizas y humillaciones. Sus hijos interiorizan este comportamiento y se mantienen al margen en las constantes peleas. Aunque sienten cierta lástima por su madre, terminan tratándola mal a base de pequeños desprecios. Desprecios que son igualmente habituales en la relación de Hans con su madre, de quien se avergüenza por su militancia de clase antes de la contienda. En resumen, este grupúsculo nihilista quiere romper el pasado que consideran completamente caduco, ya provenga de la lucha obrera o del nacionalsocialismo. Porque evidentemente, y como parece ocurrir con la mayoría de los escritores autriacos más conocidos, a lo largo de toda la novela se expresa una feroz e implacable censura al pasado nazi de este país. Recordemos que los protagonistas han heredado los efectos de la II Guerra Mundial: las fuerzas aliadas abandonaron Austria en 1955, tan solo unos años antes de cuando transcurre la acción.
El texto es bastante denso, la prosa me ha recordado por momentos a Thomas Bernhard. No obstante la escritora ha sabido imprimirle un ritmo muy ágil; así, las largas narraciones de los estados emocionales de la pandilla, sus acciones criminales o su ideario, se alternan con diálogos muy agudos e ingeniosos donde tiene cabida la sátira y la burla más descarnada, consiguiendo que queden ridículos sea cual sea su intención. F. Jelinek tiene una habilidad increíble para empezar un párrafo usando el narrador en tercera persona, ceder inmediatamente el protagonismo a unos de los personajes como narrador en primera persona y en ese momento iniciar un diálogo entre ellos. Y todos estos cambios, que se usan sin descanso, terminan siendo transiciones perfectamente lógicas y naturales. Y ojo al cierre marca de la casa. La premio Nobel se caracteriza por poner punto final a sus libros mediante actos de desesperación, horror y brutalidad. Algo que en este caso encaja a la perfección con el desarrollo de la novela. Una auténtica maravilla. Tenéis más reseñas en Solo de Libros, El Blog del Cresta y La Siega.
Después de leer este libro entiendo perfectamente que esta autora recibiera el Nobel de Literatura en 2004. Mi limitado conocimiento de su obra se saldaba hasta el momento con un 1-1: Las Amantes a favor y Deseo en contra; sin embargo el que hoy me ocupa inclina la balanza muy positivamente y tanto en forma como en fondo es sin duda uno de los grandes aciertos en lo que llevo leído este 2014. Para empezar el tormento generacional adolescente está perfectamente reflejado los protagonistas: inseguridades, dudas, ansias de conocimiento, enfrentamientos con los progenitores, inocencia, autosuficiencia tramposa, afán por conocer y explorar. Resulta imposible que el lector no establezca un vínculo con alguno de los cuatro, cada uno lo hará por mil motivos diferentes. Por otro lado, de todos es conocido el fuerte transfondo crítico que hay en la obra de Frau Jelinek, así que era de esperar que el texto estuviese plagado de denuncias: al machismo, a los abusos familiares, a la opresión de la mujer en su papel de esposa y madre. Todas ellos se ven especialmente desarrolladas a través del padre de los gemelos. Antiguo número de las SS, hoy día no es más que un inválido de guerra con una pierna amputada que malvive con una pensión estatal y un trabajo extra de portero de noche en un edificio de viviendas. Toda la frustración que le provoca su patético estado la vuelca en su mujer, Margarethe, a base de palizas y humillaciones. Sus hijos interiorizan este comportamiento y se mantienen al margen en las constantes peleas. Aunque sienten cierta lástima por su madre, terminan tratándola mal a base de pequeños desprecios. Desprecios que son igualmente habituales en la relación de Hans con su madre, de quien se avergüenza por su militancia de clase antes de la contienda. En resumen, este grupúsculo nihilista quiere romper el pasado que consideran completamente caduco, ya provenga de la lucha obrera o del nacionalsocialismo. Porque evidentemente, y como parece ocurrir con la mayoría de los escritores autriacos más conocidos, a lo largo de toda la novela se expresa una feroz e implacable censura al pasado nazi de este país. Recordemos que los protagonistas han heredado los efectos de la II Guerra Mundial: las fuerzas aliadas abandonaron Austria en 1955, tan solo unos años antes de cuando transcurre la acción.
El texto es bastante denso, la prosa me ha recordado por momentos a Thomas Bernhard. No obstante la escritora ha sabido imprimirle un ritmo muy ágil; así, las largas narraciones de los estados emocionales de la pandilla, sus acciones criminales o su ideario, se alternan con diálogos muy agudos e ingeniosos donde tiene cabida la sátira y la burla más descarnada, consiguiendo que queden ridículos sea cual sea su intención. F. Jelinek tiene una habilidad increíble para empezar un párrafo usando el narrador en tercera persona, ceder inmediatamente el protagonismo a unos de los personajes como narrador en primera persona y en ese momento iniciar un diálogo entre ellos. Y todos estos cambios, que se usan sin descanso, terminan siendo transiciones perfectamente lógicas y naturales. Y ojo al cierre marca de la casa. La premio Nobel se caracteriza por poner punto final a sus libros mediante actos de desesperación, horror y brutalidad. Algo que en este caso encaja a la perfección con el desarrollo de la novela. Una auténtica maravilla. Tenéis más reseñas en Solo de Libros, El Blog del Cresta y La Siega.
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