Phinney, de cicloturista |
Hay que insistir (mucho) en esto: el Giro se ha convertido en una carrera de dos semanas, aunque nadie lo diga así. La excursión recaudatoria por Dinamarca, el traslado y la CRE de ayer nos ponen en el ¡sexto! día de la prueba con los sesenta primeros de la clasificación en un minuto de diferencia. Es como si el Giro empezase hoy, y ni siquiera: está programada una etapa totalmente llana siguiendo la Via Emilia romana con una subida de cuarta categoría. Y si, ya salen las cuentas: mañana será el séptimo día de carrera.
En Dinamarca, concretamente en una zona que no recibe nada de turismo y a la que habrán estafado con eso de la promoción que consigue el Giro -como hicieron en la Vuelta con la zona de Holanda que linda con Alemania- no ha pasado absolutamente nada. Un prólogo callejero y dos sprints con los alicientes propios del que no le gusta el ciclismo: tampoco había terreno para que pasase nada, y creo que de eso se trataba. Por eso la carrera empieza hoy. O mañana.
En el prólogo se impuso el talento americano Taylor Phinney, sólo 21 años, gran envergadura -lo que en principio lo imposibilita para la general de las grandes vueltas, pero de aquí a diez años la ciencia médica puede dar grandes avances-, que envió al segundo clasificado a 9" en apenas 8,7 km. Con las atribulaciones propias de la edad -ayer, al perder el liderato, su primer tweet fue a las azafatas del podio que lo habían acompañado en estos días-, mucho desparpajo y unas inmensas ganas de aprender nos acostumbraremos a verlo por este tipo de prólogos, las clásicas -le encantan las piedras, especialmente la Roubaix- y el llano.
El segundo día Cavendish, perfectamente lanzado por G. Thomas -segundo en el prólogo-, se impuso con muchísima suficiencia a Goss y el resto de sprinters, a pesar de que en Romandía parecía estar lejos de su mejor forma. Phinney tuvo una salida de cadena a 8 kms. de meta y se pegó un buen calentón para llegar con el tiempo del grupo.
24 horas después lo que tuvo fue una caída monumental en meta, provocada por el bandazo del Savio-uomo Ferrari, que provocó que medio pelotón fuese al suelo. Phinney acabó con un tobillo con el doble de tamaño y tres puntos de sutura, pero todavía líder. Cavendish había salido retrasado en el sprint e intentaba remontar cuando Ferrari, más lento, cambió la trayectoria. La etapa fue para Goss -su estreno en grandes vueltas- y el abucheo de todo el mundo anglosajón para Ferrari, al que poco menos tacharon de delincuente cuando se han visto cosas mucho peores de McEwen, Renshaw o el propio Cavendish.
En la crono por equipos Phinney hizo todo lo posible para seguir siendo protagonista: en un relevo y una curva absurda por lo fácil, se salió fuera. Hasta la cadena llevaba hierba cuando volvió al grupo. Probablemente ese error le costó el liderato, aunque el Garmin voló -como suele hacer en este tipo de pruebas- y el nuevo líder es el lituano Navardauskas, que siempre recibe grandes elogios por parte de su director por su capacidad de trabajo.
El líder tenía que haber sido Alex Rasmussen, el olvidadizo danés que fue tercero en el prólogo y que ayer no pudo seguir el ritmo de sus compañeros. Navardauskas fue sexto en aquel prólogo y ahora líder. Sin embargo, la sorpresa de la etapa estuvo en los puestos de honor: el Katusha, con un equipo de rodadores y escaladores -ojo, no contrarrelojistas- hizo el segundo mejor tiempo, confirmado que lo de Holczer y Mikhailov es de órdago. También que J. Rodríguez tiene una oportunidad única para ganar una gran vuelta por etapas.
Tercero el Astana, otros con las mismas características del Katusha, y quinto el Quick Step, más de lo mismo. Estoy seguro de que los tres equipos no habían entrado entre los cinco primeros puestos de una CRE de una gran vuelta en los últimos siglos, pero es lo que tiene ser "los equipos de moda", que todo el mundo anda. Hasta Tiralongo se mete en los sprints, ya ven. O aguanta en la CRE.
Así pues, ahora que comienza el Giro, las diferencias entre los favoritos están así. El primero es Hesjedal -ojo con el, puesto que es muy hábil con la bici y no caerá en las típicas trampas de las carreteras italianas-, cuarto de la general y a 11" del liderato de su compañero lituano. El segundo es ¡J. Rodríguez!, décimo en la general tras haber pasado ¡dos de las tres cronos del Giro! y con 30" de retraso. Lean bien esta frase y saquen sus propias conclusiones.
Kreuziger está a 40", Basso a 47", Intxausti a 56", Urán a 58", F. Schleck a 1´09", Cunego a 1´19" y Scarponi a 1´22". Rujano a 2´33" y Gadret a 2´43", así como Nieve a 3´23", se confirman como escaladores netos sin mayores aspiraciones que ganar una etapa. Pero ojo a las diferencias de J. Rodríguez con sus rivales, porque llevar 52" de ventaja sobre el actual campeón del Giro con la birria de competición disputada tiene su importancia. Eso sí, salvo que haya escapada este fin de semana con el final en alto de Rocca di Cambio y Lago Laceno, el líder será Hesjedal. Que tenga cuidado J. Rodríguez de ponerse líder antes de tiempo, no vaya a ser que le pase como en la Vuelta del año pasado. Por cierto, visto que su privilegiada posición en la general se debe al rendimiento conjunto e inesperado de su equipo, un fuerte saludo a Galimzyanov. Es de justicia. Deportiva.
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Se ha disputado estos días la Vuelta a Madrid. Primera etapa: crono tipo prólogo en la Casa de Campo, que fue para Castroviejo. Segunda etapa: etapa de montaña con final en La Morcuera, ganó el ruso Firsanov (había sido tercero el 1 de mayo en el GP Frankfurt, con una brillante escapada). General para Firsanov. Estado del ciclismo en Madrid: excelente. Han conseguido fusionar la Vuelta a los Puertos y la Clásica de Alcobendas en una única carrera. Y en breve les van a dar unos casinos con su mafia y prostitución asociados. Todo 3x1.
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También corre en el Quick Step Zdanek Stybar, el checo especialista en ciclocross que quiere dar el salto (exitoso) a la ruta. De momento, se ha estrenado de esta manera en una etapa de los 4 días de Dunkerke. Con adoquín del bueno y mucho más ciclismo que en las cuatro primeras etapas del Giro. Es el 12º corredor del Quick Step que consigue victoria esta temporada.
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Dice Cancellara que no tomado analgésicos durante la recuperación de su clavícula rota por "miedo a los controles antidopaje". ¿Qué tipo de analgésicos está considerando?
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Mikel Nieve: "El equipo me pide algo realista (para el Giro 2012)". Hombre, considerando que ha ganado la etapa reina en la primera grande en la que debutó (Vuelta 2010), la etapa reina del Giro 2011 y que ha acabado entre los once primeros las tres grandes que ha corrido, ¿qué es ser realista? "el equipo me pide una cosa realista: terminar entre los 10 primeros o buscar una victoria de etapa". Ah, pues te pide lo de siempre.
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Graeme Obree, el protagonista de lo que es para mí una de las mayores hazañas ciclistas de toda la historia, se dedica ahora mismo a esto, tras superar sus problemas de depresión.
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Gracias a un periodista paisanu, se descubre por fin la función de Benjamín Noval en el ciclismo profesional: "hacer el abanico al de Pinto en los llanos". Después de ponerle (furtivamente) vídeos de caza cuando comparten habitación, ahora lo abanica en "los llanos", que suena como a comarca de Sudamérica. ¡Bravo!
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La resurrección en 2011 de Tom Danielson se debe fundamentalmente...a que se ha operado la visión.
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Juan Gutiérrez, el periodista de ciclismo en As, mantiene un blog regular de ciclismo -por su periodicidad, que es su característica más elogiable, y por otro- con entradas blancas y de teletipo. El otro día se desmarcó de lo acostumbrado y escribió esto. Muy triste, ya lo ven: eso de reescribir crónicas. El problema es que se puede hacer otro periodismo, y más cuando un corredor está compitiendo por capricho del organizador, al que pagó boicoteando la carrera en el Crostis. Se podía haber escrito sobre las hazañas de Contador con el freno puesto. Yo lo hice, pero no soy ejemplo para nadie. Parece que es mucho mejor lamentarse como un aficionado más, en vez de como un profesional dedicado a informar.