Mientras estuve en Cádiz de vacaciones, mi amigo Eduardo me invitó a la Feria de Antigüedades, Diseño, Artes Decorativas y Pintura que, organizada por la empresaria sevillana Pepa Ybarra tuvo lugar en la Casa Aramburu de la Plaza de San Antonio presidido por la alcaldesa Teófila Martínez (Teo pa tós) y amadrinada por la princesa Ira de Fürstenberg.
A lo mejor el nombre os suena y, como a mí, no le ponéis cara. Hice un rápido barrido por el Google Images y me enocntré esto:
(Entre otras muchas fotos con el glamour que el blanco y negro y esos daños conferían a la fotografía. Entonces recordé que tengo en casa una película en la que Ira sale con Alfredo Landa, una de esas de Cine de Barrio que mi madre me envía de vez en cuando... Y es que a Ira le dio un tiempo por coquetear con el cine, que como ya se sabe, la vida de princesa debe aburrir mucho, tanto sarao, tanta Costa Azul, tanta ropa de diseño... y aún doblada (la voz, digo), se prestó a hacer una de esa pelis landistas de los años cincuenta...
Pero ah, los años no pasan en vano y esta fue la Ira que me encontré:
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Eso sí, la casa Aramburu es una joya desde el sótano a la azotea. Además de tener vistas privilegiadas a la Plaza de San Antonio y su Iglesia (de la que siempre que paso pienso que va a salir Antonio Banderas vestido de Mariachi, misterios de mi mente enfermiza), posee una arquitectura estilo ecléctico-historicista
con añadidos modernistas (vamos, que es muuu rebonica) en su fachada, perteneciente a la familia Aramburu. Durante más de medio siglo esta casa fue sede de la Banca Aramburu Hermanos, establecida en 1870. Lo más característico del edificio es su fachada, recubierta con azulejos azul y amarillo con una planta superior con una galería de arcos de medio punto sobre pilares con columnas adosadas y un mirador en la pare más alta.
Tras la desaparición del Banco de Cádiz, la ciudad se quedó sin banca, y fue entonces que unos banqueros particulares, los hermanos Aramburu, aparecieron como un superhéroe ante una catástrofe.
Allí me reencontré con Pepe Jiménez, cuya colección de juguetes antiguos podés encontrar en mi blog de muñecas, Miss Kekas, colección que tuve el privilegio de poder ver y fotografiar el verano pasado. 
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En la Feria, compuesta de 25 expositores de Madrid, Sevilla, Jerez, Córdoba y Cádiz había desde antigüedades de Pepe Llamas, Nuria Palacios o Carlos Marañón a diseños de bisutería de Rocío Porres, pinturas de Loreto Villar y Pedro Macías, la galería de Aguado e incluso un espacio dedicado a la Fundación de Valvanuz destinada a recoger fondos para el comedor social.
Ni qué decir tiene que la inauguración estaba precedida de todo el glamour que las páginas antiguas de un Lecturas o un Hola pueda escupir (con todo respeto, mejor cambiar el escupir por un... regurgitar), como los Condes de Montegil, la condesa de Requena, Vicky Bermúdez, Ana Bohórquez y la marquesa de Las Palmas, todos mezclados con otras personalidades de las que no he oido hablar en la vida, ecos tal vez de un pasado tan olvidado como el del edificio en el que me encontraba.
Pero las exposiciones/mercado de antigüedades merecían la pena, y si no, juzgad vosotros mismos:
Esto en cuanto al apartado de antigüedades. Lo que más me gustó fueron las pinturas, y si esta exhibición hubiera tenido lugar aquí en lugar de en Cádiz, me habría traido varios cuadros...
En cuanto a la arquitectura y decoración interiores, se mantiene bien restaurada y acondicionada:
Y las vistas a San Antonio desde la ventana del saloncito de té son envidiables: