Corría la Nochebuena de 2018 en Cork.
Las Nochebuenas aquí no suponen una multitudinaria cena, horas de preparación culinaria y personal o reuniones familiares. La gente suele ir al pub a tomar unas copas hasta la temprana hora del cierre (sobre las 10.30-11.00 de la noche para que el personal pueda irse a casa a disfrutar de un merecido descanso con la familia. Nadra abre el 25 y la locura se retoma el 26 con los bares petados de gente en masa para beber como si no hubiera un mañana.
De modo que la nochebuena siele ser tranqula y ese 2018 no nos apetecía bajar hasta el centro para solo un par de horas de unas muy tranquilas pintas. Escogimos el bar de la esquina, The Gallows.
El pub recibe este nombre (Gallows significa patíbulo, horca) porque hace mucho mucho tiempo era en esta zona, alejada del centro, donde tenían lugar las ejecuciones por este método. Nada triste ahora mismo en este bar, donde el ambiente es totalmente local y muy alegre.
entrada la noche, nos encontrábamos el Guiri y yo comentando asuntos domésticos. Teníamos ciertas reparaciones pendientes en casa y la agencia había mandado un fontanero o un electricista (no recuerdo qué cuita nos afectaba en nuestra casa alquilada) y cuando llamaron al a puerta, me explicaron que "habían llamado a mi marido para confirmar que venían hoy".
El Guiri y yo no estamos casados auqnue llevamos más de 20 años juntos. De normal, cuando alguien me habla de "mi marido" me sale de modo natural el "oh,no es mi marido,es mi novio" o hablo de "mi pareja". Lo primero ya me suena hasta reidículo. En las navidades de 2018 aún tenía 48 tiernos añitos pero llamara la Guiri "mi novio" sonaba a adolescencia, y si hablo con alguien que no concoe al Guiri o mi estado civol siempre hablo de "mi pareja" lo que ha resultado para algunos confuso. En pleno siglo XXI cuando alguien dice "mi pareja" no podemos asumir que esta sea del género masculino, por lo que a veces la situación se tornaba un tanto embarazosa para la otra persona que no sabía de mi condición sexual y así de primeras parecía caminar sobre cáscaras de huevo para no decir algo inadecuado. Así que si le decía a alguien "oh, es que mi pareja, tenia que añadir el nombre para evitar malentendidos. Vaya, no que me importe que me piensen lesbiana, es de lo más natural y estoy muy en paz con mi lado lésbico, que toda mujer lleva dentro. Tengo mis crushes femeninos.
Pero bueno,que no era esto de lo que quería hablar. Esa noche, comentando que ya cuando me decían "tu marido" no corregía a nadie de su error, el Guiri me dijo que otras navidades hemos hablado del asunto pero que yo "evidentemente" estaba demasiado embriagada para recordarlo. Pues oye, no sé de qué me hablas al llamarme "embriagada" otros años, cuando este no es diferente...
al parecer lleva unos años diciendo que deberíamos comprarnos unos anillos de casados a modo simbólico y llevarlos puestos. Al parecer él, que antes del la pandemia solía ir a su bar de rock favorito los lunes y jueves, tenía algunas mosconas alrededor (pobrecillas) y simepre les decía que estaba en una relación y automáticamene sus ojos de gazela miraban su dedito en busca de un anillo.
Yo también tengo moscones pero a mí me miran el dedo cuando levanto el del medio en respuesta a sus avances...
Una cosa derivó a otra...
yo: y si nos casamos? no por la Iglesia, claro (no somos creyentes). algo sencillo y pequeño...
él: algún día
yo: joder, algún día no muy lejano, que una no va para pollo de sopa...
él: después de veintipocos años,no nos va a entrar la prisa ahora, no?
yo: va, en el 2020...
él: no, no, sin prisa, después... primero vamos a coger los anillos y tal
Noche buena de 2018 cayó en un Martes, si no me equivoco. Al sábado siguiente teníamos los anillos, una aventura particular que... ya os contaré...
continuará...