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sábado, 9 de mayo de 2020

Del papel al celuloide: “Oh…” (Philippe Dijan, 2012) y “Elle” (Paul Verhoeven, 2016)

Hola, ¿qué tal?, ¿cómo están? Espero que se encuentren bien.

En estos últimos tiempos, empezamos los mensajes como las cartas de antaño: "Espero que a la recepción de la presente se encuentre Vuecencia bien de salud."

Apeo el trato de usted y os digo que he publicado en Zinéfilaz una entrada sobre "Oh...", la novela de Philippe Dijan y "Elle", su estupenda adaptación al cine, que nos vino de la mano de Paul Verhoeven.

Id a leerla a Zinéfilaz y charlamos.

Seguid bien y cuidaos.



jueves, 5 de marzo de 2020

Tentacular y devorador

"No era este el mundo en el que quería vivir, tentacular y devorador, en el que la única manera de salir adelante era luchar con uñas y dientes, ¿para obtener qué? Ni siquiera un pedazo de felicidad; solo esa rabia que te empuja a sobrevivir, a seguir comiendo, bebiendo y llenando el depósito de gasolina. Un combate estéril y agotador por conseguir una plaza en la miseria y conservarla cueste lo que cueste."

Sandrine Collette: Les larmes noires sur la terre, 2017

La traducción y la adaptación son mías.

lunes, 22 de julio de 2019

El sentido de lo maravilloso

"Hay una edad, hacia el final de la infancia, en la que las antenas con las que percibimos los secretos del mundo alcanzan su máxima potencia. 
Eso sucede justo antes de la pubertad, antes de que las hormonas, el racionalismo adulto y el sistema educativo nos atrofien definitivamente el sentido de lo maravilloso."

  
Bernard Minier:
Una maldita historia 
Une putain d'histoire
XO Éditions 2015  

La traducción y la adaptación son mías.

jueves, 1 de febrero de 2018

Tiempos salvajes

Hola, muy buenas.

En Calibre 38 me han publicado una reseñita sobre esta novela, "Tiempos salvajes", de Ian Mannok, la segunda entrega de la saga de Yeruldelgger, el policía estrella de Mongolia.

La primera entrega, "Muertos en la estepa" también la reseñé en su momento.

Echad un vistazo a las dos y feliz febrero.

domingo, 14 de enero de 2018

Entre tanto

De septiembre de 2017 a acá he publicado muy muy poco en este mi humilde blogsito. Pero sí lo he hecho en otros blogs que también son (en parte) míos.

En concreto, he publicado en estos blogs estos artículos:

- En Doce Miradas, Ni putas ni sumisas.

- En Zinéfilaz, Mae West (1) y Mae West (2).

- En Calibre 38, Las maldiciones, El soborno, Escrito en negro

Como veis, no he estado ociosa. Disfrutad de los articulillos. Hasta pronto.

lunes, 7 de agosto de 2017

Caníbalas


https://fr.wikipedia.org/wiki/R%C3%A9gis_JauffretRégis Jauffret:
Cannibales
Seuil 2016




Merced a mi ignorancia, pasé un buen tiempo pensando que este libro se titulaba como he titulado yo este post, caníbalas, convencida de que su autor y titulador, el señor Jauffret, había optado por un femenino que, en realidad, no existe en francés, como tampoco existe en castellano. Y lo pensaba porque ese femenino conviene mucho al relato, tanto que, si tuviera que decidir un título en español, me decantaría por este, Caníbalas, que, además de llamativo, ahora incluso me suena bien.

Sea como sea, Cannibales se publicita como "una extraña novela de amor" y sí, puede presentarse así, pues habla del amor entre madres e hijos y el amor de pareja; pero el título ya nos da una pista: no esperéis amores convencionales.

Cannibales contiene los típicos excesos estilísticos que ya me resultan conocidos por otras obras que he disfrutado de Jauffret. Por mi parte, son bienvenidos.

El autor ha dado a su obra forma epistolar, subgénero muy francés y muy para asuntos galantes, como de Las amistades peligrosas. De hecho, la crítica francesa ha dicho que Cannibales está a medio camino entre Las amistades peligrosas y El silencio de los corderos. A estas dos añadiría yo, cómo no, Boquitas pintadas; y no solo por lo epistolar, sino también porque en buena parte del relato Jauffret juega con las identidades semifalsas de los remitentes de las epístolas.

A Las amistades peligrosas se parece Cannibales, por supuesto, en la estructura epistolar y, además, porque también construye un triángulo: dos mujeres y un hombre y cataratas de amor-odio chorreando por todos lados y en todas direcciones.

La referencia a El silencio de los corderos no la explico, porque, tratándose de caníbales, resulta obvia.

Relato sin diálogos, de estilo elevado y ritmo lento, su parte más dinámica es la mutación de la relación entre las dos mujeres, que empieza con rechazo e indignación y pasa a la confesión, a la complicidad y a la pasión. Sus intercambios, sus conversaciones escritas son cada vez más agresivas, delirantes y exaltadas.




De tono cruel, muestra unos retratos tan despiadados de los tres protagonistas, que me sería difícil decidir cuál de los tres me cae peor. Para mí se produce un empate perfecto, aunque las críticas que he leído dicen que quien sale peor parado es el hombre (llamado Geoffrey, que en francés se pronuncia de forma sospechosamente parecida a Jauffret) y hablan de misandria porque no han captado la sutil fiereza de los ataques a las mujeres o los críticos literarios, hombres en su mayoría, están tan acostumbrados a la misoginia que ni la aprecian ni la mencionan, como si fuera algo consustancial a la literatura.


Estos tres personajes pertenecen a tres generaciones diferentes que no que no lo son del todo. Está, primero, una madre shakesperiana de 85 años que reniega de sus propias criaturas y de la maternidad en general, de lo cual se vale Jauffret para ofrecernos unas reflexiones ciertamente obscenas pero no del todo desechables sobre el asunto.


Está luego un hijo de 50 y tantos, macho alfa, y finalmente, una ex novia del hijo, treinta años más joven que él. Esta última es una buena colección de los peores estereotipos que se adjudican a las jóvenes hoy en día: adicta a las compras (analógicas y virtuales) y enganchada al amor romántico y a toda la parafernalia de revista femenina que lo alimenta, incluida la elaboradísima publicidad de la gama de lujo de la alta costura francesa.


El mismo relato se hace antipático: no se llega a apreciar; repele. Si eso buscaba Jauffret, que seguro que sí, enhorabuena. Conmigo casi consigue que olvide "accidentalmente" la novela en el transporte público.


Es esta, pues, una novela feroz y absurda, carente de propósito, siquiera narrativo, me atrevería a decir. Con todo, fue una de las cuatro finalistas del premio Goncourt de 2016. No ganó.


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Crimen real y crimen de ficción
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De nazismo y monstruos en Austria
La moral serpentea
Claustria
Cada vez menos minutos
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Reparar una puesta de sol
Te quiero
Como quien suelta rehenes
La vida no cesa de imaginar




domingo, 6 de agosto de 2017

La vida no cesa de imaginar

"A veces basta con algo minúsculo para que la felicidad regrese. Una caída de párpados ante el espejo para mofarnos de nuestra cara de huerfanita. La voz inesperada de una amiga que nos cuenta un chisme. La risa de un chiquillo que se escapa por la ventana abierta de un edificio.

La vida no cesa de imaginar, de prepararnos sorpresas, de hacernos regalos y diabluras. La imagen de un placer infantil, el recuerdo de una fiesta de cumpleaños, el escaparate de la pastelería que veíamos todos los días al regresar de la escuela.

Se han registrado en la historia de la humanidad episodios de felicidad contagiosa, súbitas epidemias que golpean a una población desheredada; diez años de bonanza, días, noches, primaveras enteras, inviernos con los que no se atreven la desdicha ni la muerte.

Tú has conocido esas epifanías, esas alegrías inesperadas que estallan a veces en nuestro interior, esas esquinas de la calle de repente iluminadas por un rayo de sol que agujerea una nube para hacernos refulgir y sentir que vivimos de una vez por todas, desde que nacimos hasta siempre jamás, y que la muerte ha quedado a nuestra espalda, con la eternidad pretérita.>>



Régis Jauffret:
Cannibales
Seuil 2016

 La traducción y la adaptación son mías.


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El odio a pleno pulmón

 

sábado, 5 de agosto de 2017

Como quien suelta rehenes

"Es todo un drama tener que conversar con malas pécoras que te ofrecen toda suerte de detalles sobre su vida íntima, con la sola intención de que, en contrapartida, tú también les hagas confidencias y, mutatis mutandis, les vayas soltando confesiones como quien suelta rehenes.

Se apoderan poco a poco de tus gustos, de tu estilo, de tus opiniones políticas y hasta de tus palabras, pues surgen tan a menudo de su boca, que cuando regresan a la tuya todavía están mojadas con su saliva."


Régis Jauffret:
Cannibales
Seuil 2016

 La traducción y la adaptación son mías.


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martes, 19 de enero de 2016

"Les Merveilles" en Calibre 38

Después de daros la tabarra con varios párrafos seleccionados, traducidos y adaptados de esta novela, remato con una reseña en Calibre 38.

Pasaos por allí a leerla, a ver qué os parece. 

Aprovecho para seguir dando la matraca: hay mucha buena novela francesa que no sé por qué demonios no está traducida al español.  

Nada más. Hasta prontito.

Claire Castillon:
Les Merveilles 
Grasset 2011


 



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Un gancho de carnicero
Nunca nada demasiado bueno
Aquellos perros de plástico en la parte de atrás de los coches

sábado, 2 de enero de 2016

Aquellos perros de plástico en la parte de atrás de los coches

El deseo de los hombres no es nada malo ni complicado. Las señoras no deberían enfadarse porque sus maridos se vayan de putas; no pasa nada entre ellos y nosotras. Ni siquiera nos miran.

Un tipo acude a nosotras para que nos ocupemos de su deseo, como quien va al peluquero para que le corte las puntas.

Hay que entenderlo. Pocos hombres son capitanes de un navío verdiblanco, pocos son fuertes y elegantes; la mayoría son más bien torpes, pesados y tristes. En el burdel les damos un poco de alegría; les ayudamos a transformar el plomo en pluma. 

Frieda es muy buena en eso. Para cuando los acompaña a su cabina de masaje, ya han perdido la presión de los hombros.Se les nota que les cae un poco la cabeza, como a aquellos perros de plástico que se ponían en la parte de atrás de los coches, aunque intentan mantener algo de ironía en la mirada, algo de desprecio en las piernas arqueadas, y se esfuerzan por caminar como cowboys.

Una puta es una puta y una masajista es como una puta o peor, pero obra milagros en los hombres; los envuelve, hace que se apeen del caballo, los deja sin motivos para mirarla de arriba a abajo.

Claire Castillon:
Les Merveilles 
Grasset 2011

La traducción y la adaptación son mías.

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