La ciudad de Cottbus está al sudeste de Berlín, pegadita a la frontera con Polonia y no lejos tampoco de la República Checa. No hace falta añadir, pues, que perteneció a la Alemania del Este, a la República Democrática Alemana.
Cottbus tiene muchos encantos. Si os metéis un poquito en su web oficial (en cuatro idiomas, flipadlo), veréis que allí hay un casco viejo espléndido, murallas, varios museos y galerías, un castillo con su parque alrededor, bonitas iglesias...
Pero lo que a mí me chifla de Cottbus es la biblioteca. Por poco que os gusten los libros, os enamoraréis perdidamente de este edificio (¿Queda exagerado llamarlo "templo"? Sí, demasiado reverencial) firmado por el estudio de arquitectura suizo Herzog & de Meuron.
El nombre oficial de la biblioteca es IKMZ, es decir, Informations-, Komunikations- und Medienzentrum (¿pero quién dijo que el alemán era difícil? ¡si se entiende todo!) y depende de la universidad técnica.
Puesta a decir lo que se me pasa por la cabeza, como ya no me queda vergüenza, diré que el edificio simula el rollo de pergamino de cuando aún no había libros, o el rollo de Colhogar que tan práctico resulta en toda cocina.
En fin, que la biblioteca es requetechula por fuera y por dentro, y que para mi barrio la quisiera (aunque la de la Diputación, en Bilbao, no está nada mal). Emborrachaos de fotos aquí y morid de envidia.
PS. Dedico este post a Nieves Lorenzo, liburuzaina de pro y lectora fiel de este humilde blogsito.
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Cottbus tiene muchos encantos. Si os metéis un poquito en su web oficial (en cuatro idiomas, flipadlo), veréis que allí hay un casco viejo espléndido, murallas, varios museos y galerías, un castillo con su parque alrededor, bonitas iglesias...
Pero lo que a mí me chifla de Cottbus es la biblioteca. Por poco que os gusten los libros, os enamoraréis perdidamente de este edificio (¿Queda exagerado llamarlo "templo"? Sí, demasiado reverencial) firmado por el estudio de arquitectura suizo Herzog & de Meuron.
El nombre oficial de la biblioteca es IKMZ, es decir, Informations-, Komunikations- und Medienzentrum (¿pero quién dijo que el alemán era difícil? ¡si se entiende todo!) y depende de la universidad técnica.
Puesta a decir lo que se me pasa por la cabeza, como ya no me queda vergüenza, diré que el edificio simula el rollo de pergamino de cuando aún no había libros, o el rollo de Colhogar que tan práctico resulta en toda cocina.
En fin, que la biblioteca es requetechula por fuera y por dentro, y que para mi barrio la quisiera (aunque la de la Diputación, en Bilbao, no está nada mal). Emborrachaos de fotos aquí y morid de envidia.
PS. Dedico este post a Nieves Lorenzo, liburuzaina de pro y lectora fiel de este humilde blogsito.
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