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lunes, 30 de diciembre de 2013

ADULTERIO - 3 - (los Aretes de la Reina)

(Viene de la entrada anterior - pinche AQUÍ para verla)


SIGUE SIENDO AGOSTO: Al mediodía siguiente coincidimos en el messenger.
Aún sigue excitada por todo lo que sucedió ayer, dice... por la noche tuvo cena con su marido y los amigos de éste pero no se le iba de la cabeza nuestro "fogoso" revolcón, insiste... el primer rato que ha tenido sola en casa se ha masturbado a lo bestia, añade... se arrepiente de no haberse dejado follar, concluye...

Propongo ir a un motel u hostal cualquier horita suelta de la semana entrante pero ella no lo ve claro: "esos sitios no me ponen nada, prefiero la cama deshecha de un soltero".

A la noche volvemos a coincidir conectados unos minutos y me sorprende anunciando que ha soltado en casa la bola de que el sábado próximo tiene "cena en la ciudad con los del cursillo"... así que podremos quedar.
Hay un problema: ya tengo planes para ese sábado noche.

Conociéndola sé que no se lo va a tomar bien...
Premio, en cuanto le digo que lo siento pero yo ese día no puedo quedar monta en cólera, me dice que si estoy tonto, que ella ya lo ha dicho en casa... contesto que no me parece sensato por su parte anunciar algo así sin haberme consultado primero, dando por sentado que podría quedar en cualquier día, hora y circunstancia.

"Ni que tuvieras algo mejor que hacer", me escribe...
"Mejor quizás no -contesto- pero eso es asunto mío, el viernes sí que puedo, di en casa que te has equivocado y la cena es un día antes..."
"No puedo tío, ya está dicho y no puedo cambiarlo, además el viernes me va fatal..."
"¿Por qué te va mal el viernes? -no puedo evitar escribir la siguiente frase- ¿tienes algo mejor que hacer?"

Me manda a la mierda. "Tú sabrás lo que te pierdes", sentencia antes de desaparecer.

Sé perfectamente lo que me pierdo, ayer mismo estuvo en mi cama guarreando a lo bestia y no quiso follar... la que no se entera de nada es ella.

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El resto del mes de agosto transcurre sin noticias suyas, absolutamente nada. En otras palabras: "¡lo que me estoy perdiendo!"

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A punto de concluir el mes me sorprende una mañana de sábado llamándome por teléfono. Me pregunta qué hago, si estoy ocupado (esto último con toniquete), que está en el pequeño parque debajo de mi casa por si me apetece tomar algo...

Bajo y lo primero que me pregunta es dónde hay un estanco, que necesita fumar... vamos y pilla un minipaquete de esos cigarrillos finos tan, tan... curiosos.


Se repite la historia de nuestra última cita: vamos a un bar, pedimos un par de cañas y cuando nos ponen la tapa dice que no se piensa comer esa puta mierda... ¡más para mi!.

"Me apetece cerveza negra", dice, así que vamos a un irlandés cercano... son las 11:45 de la mañana y empiezo a pedir pintas de Guinness, esto no hay quien lo pare.

Nos ponemos en una esquina del bar pero ella se muestra distante y altiva, nuevamente transmite esa sensación de conceder una gracia con su presencia y compañía, estirada en la silla con el cuello erguido, se mira pero no se toca...

Me pregunta cuántas tías me he follado desde el último día que nos hemos visto, se muestra inquisitiva en su estilo clásico de Fiscal del Distrito de película americana, ¿ordenó usted el código rojo?... el Pueblo contra Mr. Rific.

Tras mentir un poco (esta misma noche de sábado he quedado con una para "cenar" en mi casa) pregunto si sigue en contacto con aquel tipo de Madrid que se folló el año pasado... me dice que no, pero que hace poco conoció a través de Facebook a otro de Zaragoza con el que quedó un día para tomar café.

"Está en mi misma situación, casado, con dos hijos, hasta los cojones de todo... pero no pienso volver a verlo. Sólo nos besamos un poco, nada más", se explica.
No sé por qué pero la creo.

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La llaman un par de veces por teléfono y sale fuera a hablar. En una de esas me sobresaltan unos golpecitos en el cristal a mi espalda, es ella haciéndome señales para que le saque el paquete de tabaco... salgo y le doy un pitillo, lo enciende y se aparta unos metros para seguir la conversación en privado.

Me quedo en la puerta, se está bastante a gusto al sol, también prendo uno de esos cigarrillos tan "delicados"... entre calada y calada observo fijamente a mi disparatada acompañante, me sonríe con picardía, saca un poco la lengua mientras asiente con la cabeza a algo que le dicen al otro lado de la línea... suelto el humo por la nariz lentamente, absolutamente seguro de que esta vez sí me la voy a tirar.

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Regresamos al bar, acabamos esa pinta y pido otra ronda. La Fiscal del Distrito de repente se convierte en testigo de la defensa, nos besamos, gruñe un poco, finalmente cede... pago la cuenta, salimos del bar y sin necesidad de decir nada nos dirigimos a mi casa.
Son casi las tres de la tarde.

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Entramos en el piso y me dice que está harta de cerveza, que le apetece un refresco, saco un par de latas de bitter kas y vamos al salón.
Nos sentamos, abre su bebida, llena el vaso hasta arriba y posa la lata sobre la mesa dando un sonoro golpe. "¿De qué va?", pienso.

Brindamos con refresco y sin demorarnos demasiado pasamos a repetir sobre el sofá la escena de su anterior visita, más porno si cabe.


Me entretengo un buen rato con sus gloriosas tetas, ella se inclina sobre mi y me la saca, metiéndosela en la boca con ansia. Estiro el brazo para bajar la persiana de la ventana situada a nuestra derecha, el salón se oscurece y le quito las bragas sin que ella interrumpa su almuerzo.
Fundido en negro.

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La siguiente escena se desarrolla en mi cuarto. A diferencia de la otra vez sí se quita toda la ropa, sí se quita los zapatos, sí se tumba voluntaria en la cama...
Conecto la minicadena y pulso el play, dentro hay un recopilatorio de Led Zeppelin así que perfecto, subo el volumen a tope...

"¡Qué morro tienes!", me dice... "al final te vas a salir con la tuya..."
Hago como que no escucho, me subo sobre ella y se la meto entre las tetas...
"¿Esto te pone eh? -insiste, recuperando el tono previo a las cervezas negras- ¿cuántas veces has imaginado que me lo hacías eh? Confiesa..."
No digo nada, jamás he fantaseado con nada parecido, será mejor follar cuanto antes porque me temo que los efectos del encantamiento están desapareciendo a toda velocidad...

Me levanto por un preservativo, me lo pongo y ella se queda rígida en la cama, me pregunta un par de veces si los condones son de buena marca, no vayan a estar rotos, que me asegure de ponerlo bien... subo más el volumen de la música.

Entro en ella y comienza a mirarme fijamente, aprieta los dientes... "¿pero qué estamos haciendo? -susurra- no, esto no debería estar pasando..."

Hasta aquí, mi paciencia alcanza su límite.
"¿Pero qué coño quiere esta chica?", pienso mientras embisto...
El proceso del Pueblo contra Mr. Rific queda visto para sentencia y de seguir así pintará casi tan mal como en las seis citas anteriores... no obstante aún dispongo de un instante para mi alegato final.

Decido cortar por lo sano, no molestarme lo más mínimo en prolongar el polvo, no administrar ni un segundo de placer extra a la pobre Madame Bovary... pongo la directa sin más miramientos, acelero el ritmo y me corro en un suspiro.

"¿Pero yaaaa?", exclama Ana Karenina...
"Ya ves, se ve que tenía tantas ganas acumuladas de estos meses que no he podido contenerme", digo mientras salto de la cama camino del WC para lavarme.

No falla, apenas un minuto después regreso a la habitación y ella se ha vestido casi del todo... "NO, NO -se repite en voz alta- ESTO NO ES LO QUE YO QUERÍA QUE PASARA..."

Va al salón y enciende un cigarrillo. Me visto y me ofrezco a acompañarla a la estación. Caminamos por la calle y de vez en cuando me mira con gesto sumamente decepcionado, finalmente no se reprime y suelta: "joder tio... ¡es que no has durado casi nada!"
"Con el segundo suelo tardar un poquito más -digo encogiéndome de hombros- pero no has querido quedarte para comprobarlo"

Nos despedimos antes de llegar a la estación, nos damos dos besos en las mejillas.
En su gesto se lee claramente que no tiene intención de volver a verme jamás...
"SÍ, SÍ -me repito yo ahora, también en voz alta, camino de casa- ESTO ES JUSTO LO QUE YO QUERÍA QUE PASARA"

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Ya en casa me preparo un sandwich de jamón y queso, me ducho, duermo una larga siesta, cambio las sábanas y a eso de las nueve recibo la visita de la chica con la que inicialmente había quedado.


Antes de cenar vamos a la cama y mientras se desviste, al dejar sus abalorios en la mesita de noche exclama: "¿Y esto qué es?"
Giro la cabeza y veo sobre el radiodespertador los pendientes de la adúltera...

"No sé, serán de mi hermana", digo... por suerte esta chica no sabe que soy hijo único, aparentemente se lo cree y no insiste.

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Ha pasado el tiempo desde aquello y los pendientes siguen guardados en un cajón de mi escritorio.
Un par de días después del incidente, la dueña me escribió un correo diciendo que los había echado en falta, pero tras saber que efectivamente estaban en mi poder jamás los reclamó de vuelta.

Recuerdo que durante un par de meses conservaron el olor de su perfume.


viernes, 14 de junio de 2013

La "Misionera" (Rific Weekend -2ª parte-)

(Viene de la entrada anterior, pinche AQUÍ para verla)

Sábado por la mañana. Suena el despertador a las nueve en punto, no he dormido demasiado pero tras el afeitado, la ducha y el desayuno me pongo a tono para ir al encuentro de Alicia.

Durante el paseo de veinticinco minutos recuerdo los peculiares antecedentes de lo que está a punto de suceder...

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Alicia protagonizó una entrada el pasado mes de Octubre. CARPE DIEM.

Resumiendo: joven mamá que llevaba más de cuatro años (desde su embarazo, momento en que el padre de la criatura se largó para no volver) sin mantener relaciones... quedé con ella una mañana para tomar café y (contra todo pronóstico) acabamos follando (apenas cuarenta minutos después) en mi casa.

Su cara en el momento de la despedida era todo un poema, ni de coña se esperaba nada de lo sucedido... se alejó con una expresión a medio camino entre "estoy loca" y "nunca más".
Tres días después de aquel episodio me sorprendió con un sms en el que me decía que se encontraba a dos calles de mi casa, que si estaba solo se lo dijera y si eso "subía otra vez"... pero no lo estaba.

Hablando por el messenger intentamos quedar alguna otra vez ese mes pero no hubo suerte.
Semanas después pillé de nuevo la casa sola una tarde y avisé, sin embargo su respuesta fue tan negativa como aparentemente definitiva: "La verdad muy mal las tardes complicadas y en viernes mas asi q lo siento me da a mi q t vas a tener q buscar otra opcion sin cargas o q tenga mayor posibilidad"

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Uno de aquellos días me confesó por el messenger que su vida era demasiado complicada así que mejor dejarlo estar en ese punto. Quizás por eso me sorprendiera tanto cuando dos meses y pico después de ponerle fin (y no tener ninguna noticia de ella) volvió a asomar una tarde para comentarme que había estado pensando... que tenía la casa del pueblo de sus padres sola muerta del asco... que si íbamos un día de estos... pues eso, a follar...


El plan: ella me llevaría en coche, haríamos la cama, nos acostaríamos y un rato después me traería de vuelta a la "civilización".
Sobra decir que acepté, lo haríamos el miércoles de esa misma semana.

Recuerdo que la víspera del día señalado fui a la farmacia a comprar condones... y que quince minutos después de hacerlo recibí el siguiente mensaje: "Malas noticias hay que aplazar el dia xq me bajo la regla ya es mala suerte d verdad si puedes lo dejamos para el día X si quieres hablar estoy en el ordenador".

En fin, el caso es que (semana y media después) el día X ha llegado.

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Llego al lugar de la cita, ella ha aparcado al final de la calle, sale del coche y me hace gestos con la mano. Voy para allá, entro en el coche, dos besos, arranca.

Alicia no habla demasiado, contesta con monosílabos a casi todas mis preguntas, conduce a toda hostia, según google maps el trayecto hasta su pueblo es de unos veinticinco minutos pero a ese ritmo llegaremos en catorce.

Se queja del día tan frío que hace y de lo helada que va a estar la casa, que lleva tanto tiempo cerrada... "no te preocupes, entraremos en calor seguro", digo, pero ella ni se inmuta... el viaje prosigue con los Cuarenta Principales de fondo y si alguien neutral viera la actitud de Alicia (tan seca) pensaría que me lleva al pueblo a pintar la casa, adecentar el huerto, llevar unas cajas... cualquier cosa menos follar.

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Llegamos, aparca en la parte trasera de la casa lejos de la vista de los vecinos, entramos por el patio. Ciertamente la temperatura dentro es como la de una iglesia abandonada... no hay visita turística, me lleva directamente al dormitorio.
Agarra la ropa de cama y un calefactor eléctrico. Enchufamos el aparato y comenzamos a hacer la cama, todo ello con los abrigos puestos.

Una vez hecha me mira y esbozando una sonrisa dice: "ale, pues vamos".
Se quita el abrigo y el vaquero y los pone sobre una silla, a continuación se mete en la cama a medio vestir y allí empieza a quitarse el resto.
Yo no tengo tantos remilgos así que me desnudo completamente fuera de la cama dejando la ropa en otra silla. El contacto del pie con aquel gélido suelo es indescriptible, mitad anestésico mitad revitalizante... entro en la cama y descubro que ella conserva la ropa interior puesta.

No sé por qué lo hago (tengo la sensación de que le da absolutamente igual) pero la beso, ella me lo devuelve mecánicamente, mueve la lengua como quien saborea un caramelo que ya ha olvidado que tiene en la boca... aprovecho la coyuntura para quitarle el sujetador y las bragas.

Se acurruca bajo las sábanas, no quiere asomar para nada a la superficie.
Le pregunto si sigue sin gustarle el sexo oral, me dice que no es que no le guste, lo que pasa es que la otra vez que quedamos ella no se sentía "limpia ahí"... aún así no es algo que le emocione hacer, de todos modos me comenta que hoy sí está bien limpia así que...



Así que agacho la cabeza bajo las sábanas y la hundo en su entrepierna. Para no emocionarle la cosa parece que reacciona bien, bastante bien... eso sí, cuando yo acerco mi polla a su cara ella la observa impasible, la agarra de manera rutinaria y se la mete en la boca desapasionadamente.
No tarda en soltarla, me dice que el sexo oral ni lo hace ni se lo hacen nunca, que es algo que no le va...

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Pregunto cómo quiere follar, qué postura prefiere... se queda muda y me mira fijamente encogiendo los hombros. "No sé, yo siempre lo he hecho de manera normal, el chico encima y eso..."

Recuerdo el polvo que echamos cuatro meses atrás en mi casa, ahí me puse encima y fue como hacérselo a una almohada agujereada, no pienso cometer el mismo error... "nada de misionero, hoy vas a probar alguna cosa nueva, ¿te parece?"
Alicia nuevamente se encoje de hombros, sugiero que se ponga encima, ella protesta y dice que así no mola nada, que según tiene entendido no se nota tanto... pongo fin a ese absurdo discurso poniéndome el condón y colocándola en posición.

Su cara después de "entrar" es significativa, "sí que se nota, sí", exclama.
Alicia "la Misionera" al principio se queda quieta así que yo marco el ritmo desde abajo... pero poco a poco ella se va soltando, como un niño al que sujetas la bici en el primer tramo hasta que sale disparado pedaleando él solo el resto del trayecto...
Me cabalga, gime, se muerde el labio, pega un par de gritos, se corre.

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Se tumba a mi lado, "ha estado bien", dice.
"Bueno, si te ha gustado ahora lo haremos de otra manera distinta a ver qué te parece...", comento.
"Ah, ¿pero lo vamos a hacer otra vez?", contesta, con los ojos como platos.

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Propongo hacerlo desde atrás. "No, no, eso de ninguna de las maneras, por ahí no me la metes..."
A pesar de explicarle que no pienso sodomizarla sigue sin estar convencida, pero al menos sí más receptiva, interesada en discutir la cuestión...

Se pone a cuatro patas, me sitúo a su espalda y empezamos. Al principio protesta por tener que estar sobre la cama con el frío que hace pero poco a poco la temperatura pasa a un segundo plano, de hecho ni se nota.


Por los sonidos que emite parece que la nueva postura no le desagrada... delante de mi tengo la ventana del cuarto que da a la calle, la persiana no está bajada del todo, me imagino que en cualquier momento pudiera aparecer un lugareño asomándose para espiarnos, acelero inconscientemente el ritmo, ella vuelve a gritar, clava las uñas en la almohada...
En medio del iglú comenzamos a sudar.

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Dejamos todo tal cual lo encontramos. "Mañana quizás vengan mis padres con mi hermana y no quiero que vean nada raro", me dice antes de salir.

Tiro la "basura" en un contenedor situado al lado de la casa. Subo al coche, Alicia arranca y pisa el acelerador a fondo, ahora se muestra más relajada y habladora... si el viaje de ida fue fugaz el de vuelta no lo es menos.
Me deja en una calle cercana a mi casa, todavía no es la una del mediodía.
Leo un poco, como, me tumbo en la cama y duermo una siesta de casi dos horas...

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Me despierto y veo en el móvil una llamada perdida de Susana, la última chica con la que estuve el día anterior en el garaje.
Antes de llamarla enciendo el ordenador, la veo conectada, saludo... "hey, menos mal que te pillo!!!", me contesta.
A continuación escribe que sus padres tienen una cena en el quinto pino y que se queda sola en casa con su hermana pequeña, pero que ésta se pira pronto a un cumpleaños... es decir, dispone de la casa para ella sola durante unas (mínimo tres, máximo cinco) horas.

"Podrías venirte, traer una peli o algo", concluye.

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Es la primera vez que voy a su casa. Toco el timbre a las 20:37 y me recibe en pijama. Vamos al sofá del salón, abrimos un par de latas de Mahou Clásica, ella hace zapping en la tele deteniéndose en los canales que emiten películas... en uno de ellos ponen "El Apartamento" y no puedo evitar sonreir al pensar en este blog, decido que tarde o temprano tendré que contar aquí todo lo sucedido en las últimas treinta horas.



Nos metemos un poco de mano en el sofá, lo acabamos haciendo ahí mismo, sobre algunos de esos horribles cojines que tienen impresas cursis fotografías del padre de la familia, de la pequeña de la casa...

Susana mete una pizza en el horno, la comemos viendo el final de una peli protagonizada por mi odiado Nicholas Cage... vamos a su cuarto y nos metemos en la cama, estoy un poco "dolorido" pero soy incapaz de arrojar la toalla, volvemos a la carga.

"Por suerte" la hermana da señales de vida antes de lo previsto, va camino de casa así que tengo que salir a toda prisa.

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El domingo ni siquiera enciendo el ordenador.


miércoles, 22 de mayo de 2013

Rific Weekend -1ª parte- "VIERNES LOCO"

Es viernes, hoy no tengo nada que hacer pero me despierto igualmente temprano. Arranca un fin de semana interesante ya que para mañana sábado tengo "plan".
Por lo demás, nada de nada. 

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"Sesión de Matiné"

Me conecto a Internet y asoma cierta vieja amiga, la protagonista de una entrada del pasado verano titulada "Fruta Prohibida", una chica casada con la cabeza hecha un lío con la que he quedado un par de veces pero solo he conseguido algunos besos y unos pocos magreos.
Vive en un pueblo y me dice que va a bajar a mi ciudad para hacer unas compras, que si me apetece tomar una caña en el bar de siempre.
Sé perfectamente lo que eso significa, así que acepto.

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En el bus camino del bar (está en el quinto coño, un lugar muy apartado y discreto) escucho el nuevo disco de My Bloody Valentine, recién publicado... mi cerebro entra en un extraño bucle, prácticamente enloquece.

Llego quince minutos antes que ella, pedimos y nos vamos a la esquina habitual, un rincón donde somos invisibles para el resto del bar y la luz de los ventanales no nos alcanza... un punto ciego y oscuro.
Hasta la segunda caña no se anima la cosa. Nos besamos con hambre y fiereza, perdiendo la noción del tiempo... meto mi mano bajo su ropa y acaricio sus pezones. Ella duda así que agarro su mano y la meto dentro de mi pantalón, me la sujeta durante medio minuto palpándola al detalle... pero recula, libera su mano y me empuja reprendiéndome el atrevimiento, con una media sonrisa.

La tregua no dura demasiado, con la tercera caña ella pone la pierna sobre mi regazo y yo aparto su tanga con mis dedos haciéndole una especie de paja... un ruido cercano en el bar sobresalta a mi amiga y dando un respingo decide poner fin al numerito.


No hay manera de convencerla para que rematemos la faena en alguna otra parte, pone excusas para irse en menos de cinco minutos: aún tiene que comprar aquello... volver al pueblo a tiempo para buscar a las niñas al cole, hacer la comida...

Nos despedimos furtivamente y pillo el bus de vuelta a casa a las 13:30. Retomo el disco de My bloody Valentine, reconozco que ahora yendo medio pedo (y con una gloriosa erección) suena bastante mejor que antes.

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"Sesión de Vermouth"

Después de comer sigo dando vueltas al incidente matinal. Llego a la conclusión de que jamás me acostaré con esa chica, que lo más que está dispuesta a hacer es "eso"... y punto.
Pero yo sigo estando cachondísimo.

Consulto la agenda de mi móvil en busca de alguien... no tarda mucho en aparecer el nombre de Olga, una chica con la que quedé un par de veces el año pasado, pero sin suceder nada. Era muy estirada, muy a la defensiva, con el NO escrito en la frente desde el mismísimo arranque del partido... envío un mensaje proponiendo tomar un café a primera hora de la tarde.

Para mi sorpresa no tarda nada en contestar y lo hace afirmativamente. "Nos vemos a las cinco donde la última vez", responde.

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Camino de esa cita cambio de disco, ahora suenan en mis cascos Triángulo de Amor Bizarro... más leña al fuego de la locura.

Olga llega antes que yo y al igual que el par de veces anteriores que hemos quedado ni siquiera sonríe al verme, su gesto es tan seco que nuevamente invita al desastre, pero yo estoy desatado y vengo dispuesto a saltarme todos los pasos que pueda dictar la lógica.
Hola, dos besos, muá muá, ¡cuánto tiempo! ¡qué guapa te veo!, bla bla bla...

No tardo en preguntarle qué tal le va últimamente con los chicos, si tiene alguien por ahí... ella dice que no, aparenta falta de interés en la cuestión pero yo me acerco cada vez más y ella no retrocede.

Creo que aún no se me ha pasado la euforia etílica de las cañas mañaneras, tengo la mano suelta, me tomo familiaridades a la hora de tocarla, incluso acariciándola... por primera vez la veo relajada, por momentos sonríe, susurro cosas a su oído, le cambia el tono de la voz, se une al coqueteo... no tardo en besarla en la mejilla, no se molesta, insisto y alcanzo su boca... me lo devuelve.

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Le digo que es una pena no poder estar en un sitio más privado, ella se queda en silencio pensativa y al cabo de un minuto me comenta una posibilidad.
En el mismo portal de su casa sus padres tienen otro piso alquilado a estudiantes: "los findes suelen irse fuera, todos ellos son de pueblos de la provincia y rara vez se quedan..."

Continúa diciendo que podría pillar las llaves para que subiéramos un rato, lo comenta de manera inocente, como si esta fuera a ser la primera vez que lo hace... yo me dejo engañar.
Salimos del bar, vamos a su casa, en lo que sube espero en el portal, cinco minutos después regresa con las llaves del piso de estudiantes.

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Entramos y ni siquiera comprueba que pueda haber gente, avanza con seguridad. Me lleva a una pequeña salita donde solo hay un viejo tresillo y una televisión.
Mientras nos desnudamos me imagino al grupo de jóvenes inquilinos ahí tirados viendo partidos de champions, pegando gritos, bebiendo cerveza...

Olga me sienta en el tresillo, me la empieza a chupar, veo nuestros cuerpos reflejados en la pantalla negra del televisor.
Pregunto cómo quiere hacerlo y me dice que se la meta desde atrás, sube las rodillas al tresillo y apoya los codos en el respaldo, yo me pongo de pie detrás y comienzo... mientras embisto agarro sus pechos, tenemos la ventana delante, a través de ella se ve la calle y para mi sorpresa descubro la entrada de una tienda de ultramarinos donde mi abuela me llevaba de niño.


No puedo evitar seguir dándole vueltas al numerito vivido pocas horas antes con la casada, me excito recordando el olor de su coño, acelero mi ritmo agarrando las caderas de Olga... pero me corro pensando que se lo estoy haciendo a la Fruta Prohibida.

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Olga se va esta noche con unas amigas de viaje a Asturias, a pasar el finde. Nos despedimos sin ceremonias para que le dé tiempo a prepararse antes de que pasen a buscarla.

Regreso a mi casa y antes de entrar miro el reloj, sonrío al descubrir que apenas son las seis y media de la tarde.
Tan sorprendido como aliviado.

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"Sesión de Noche"

Tomo un zumo, me ducho, me preparo y salgo hacia la casa de un amigo. El plan es sencillo: preparar unas pizzas y ver por internet el partido de baloncesto Bilbao - Gran Canaria de la copa del rey.

Apuesto por la victoria de los negros pero ganan los amarillos. Acabo tan hinchado de pizza que después (casi a medianoche) camino de mi casa noto pinchazos en la tripa.
Ya a punto de alcanzar mi portal me cruzo con Susana, va distraida tecleando el móvil así que soy yo quien llama su atención.

Susana y yo como mucho nos vemos un par de veces al año, casi siempre con fines sexuales y (por ambas partes) en caso de aburrimiento o desesperación extremos.

Sonríe maliciosamente al verme, me reprocha (como siempre hace) que desaparezca tan descaradamente después de todos nuestros encuentros, "cuánto hace desde la última vez, ¿fue en octubre?", dice.
Pido perdón y ofrezco enterrar el hacha de guerra tomando algo en la cervecería más cercana, rechaza mi oferta porque quiere pillar el bus hasta casa, por lo visto no tardará en llegar, bla bla bla... el resto de la conversación tiene lugar sentados en el bar más cercano a mi casa.

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Susana es fanática del equipo de fútbol de mi ciudad, comenzamos a charlar sobre lo bien que lo están haciendo este año, la falta de rendimiento de ciertos jugadores así como la agradable sorpresa de otros tantos... saco el tema de un partido que vimos juntos dos años atrás, inevitablemente la conversación deriva hacia lo que sucedió después del pitido final.

Recordamos algunas de nuestras citas: la vez que dejó tirada a un chico para irse conmigo a un parque, el cachi de calimotxo que me tiró encima el día que nos conocimos, el frío que pasamos una tarde de verano en mi casa, el (horrible) gel de coco que me echó en la ducha de su casa...

Una cosa lleva a la otra. Nos calentamos, salimos del bar y bajamos a mi garaje.
Ella ya había estado una vez, recuerdo que en su día protestó bastante por las condiciones "imposibles" del lugar... ahora se muestra excitada a pesar de las corrientes de aire, el ruido del agua fluyendo por las tuberías, la humedad de las esquinas o el eco de las pisadas.


Vamos a la esquina más remota y en un hueco entre dos coches lo hacemos de pie. La pesadez de la pizza ralentiza mis movimientos, me parece oir un estruendo en la planta superior, un coche entrando o saliendo... el ruido se aleja, falsa alarma, yo sigo empujando, observando la sombra de Susana reflejada en la pared.

Es curioso, me gusta más su sombra que ella, me concentro en la silueta oscura, acelero el ritmo... y de repente me viene a la mente una foto que me han mandado por correo diez días antes, una playa del sur, una chica con rostro bronceado, sonrisa perfecta, gafas de sol... cierro los ojos y viajo hasta esa playa, me acerco a la chica caminando sobre la fina arena, le quito las gafas de sol, me acerco más...

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Subimos el ascensor y nos despedimos en el portal. "Al final te da tiempo a pillar el búho de las dos", bromeo.

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Entro en mi casa, me desvisto, me tumbo en la cama, apago la luz y resoplo al darme cuenta de todo lo que ha dado de sí este viernes.
Mi mente sigue en la playa de la foto, me entran ganas de masturbarme pero no cedo a la tentación. Ya he eyaculado bastante por hoy... y mañana he quedado a las diez de la mañana con otra chica, la que iba a ser primera (y única) cita del finde.

Pongo la alarma/despertador de mi móvil a las nueve. Cierro los ojos y la brisa del mar me arrulla en buena compañía.

(Continuará)

-Pinche aquí para ver el desenlace-


viernes, 30 de noviembre de 2012

"La Linterna Mágica"

En la segunda mitad de los años ochenta TVE emitió un programa infantil llamado "La Linterna Mágica". En él ponían cortos de dibujos (sobre todo de esas animaciones checoslovacas con personajes de trazos simplones o plastilina), alguno divulgativo y un mediometraje o largometraje de temática infantil/juvenil.

Recuerdo que una de sus primeras emisiones (quizás fuera la primera) escandalizó a todos los niños de mi colegio.

En la peli que pusieron había una fiesta infantil en la que los niñitos protagonistas (probablemente también del este de Europa) en vez de beber Casera Cola/Limón/Naranja y zampar gusanitos se acaban desmadrando... alguien abría el mueble-bar del padre del enano anfitrión, echaba mano de una botella de licor, la mezclaba en la fuente de refresco...
Al final casi todos los críos estaban enchispados y un par de ellos comenzaron a besarse en un sofá de manera poco/nada infantil.


Al siguiente día de clase en mi colegio, durante el recreo, no se hablaba de otra cosa. Si con esa peli lo que pretendían era advertirnos y alejarnos del vicio consiguieron justo lo contrario... queríamos una fiesta como esa.

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Pocas semanas después, en un cine de barrio vimos varios amiguetes un espectacular programa doble de reestreno: "Golpe en la Pequeña China" y "De pelo en pecho (Teen Wolf)".
En esa última peli también salía una fiesta salvaje en la que los estudiantes yanquis hacían toda clase de locuras... nos hizo particular gracia lo de meter a un chico y una chica dos minutos en un armario, estando durante ese tiempo TODO permitido.

Cuando cuatro días después Rosa (una niña de clase) nos invitó a unos cuantos por su cumple a la celebración que tendría lugar en su casa... la bola de nieve, cada vez más enorme, echó a rodar.

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En otros cumples estábamos sometidos a la estrecha vigilancia del adulto de turno, pero Rosa vivía sola con su madre y ésta se tuvo que ir a currar... nos dejó todo listo: los refrescos, los snacks, la tarta y la cadena musical... y nada de vigilancia.

Recuerdo que todos fuimos a aquella casa con la sensación de que algo gordo iba a pasar, sobreexcitados. Al principio la timidez infantil se impuso y nadie hizo nada fuera de lugar, pero tras el tanteo inicial saltó (nunca mejor dicho) la liebre.

Alguien propuso jugar al "Conejo de la Suerte" (juego en que los niños hacen corro, cantan una canción pasándose el turno hasta que el último en la coplilla debe besar al chico o a la chica que le guste más) y fue un relativo fracaso.. a todos nos daba palo admitir que nos gustaba alguien así que no fue fácil de poner la maquinaria en marcha.


El plan B fue un juego similar pero más retorcido: "Verdad, beso o atrevimiento". Ahí las pruebas iban impuestas desde el exterior y como "te obligaban" a besar a quien fuera nadie puso pegas.

De repente la imitación se convirtió en plagio.
El célebre largo de "La Linterna Mágica" inspiró un amago de saqueo del mueble-bar de la madre de Rosa (al final dos o tres latas de cerveza del frigo sí que "desaparecieron"), "Teen Wolf" provocó que algunos acabáramos probando las delicias del armario ropero del cuarto de invitados...

De hecho recuerdo que fue precísamente ahí, dentro del armario frotándome con la pequeña Teresa, donde me llegaron los primeros ecos del follón que se había liado en el salón.
Por lo visto Rosa comenzó a llorar al ver que la gente se dispersaba y la fiesta estaba fuera de control... se temía una bronca tremenda por el alcohol desaparecido... y además (lo más grave) ella era la única que no estaba pillando.

Protestó airadamente, reunió a los asistentes entre sollozos y puso fin a la fiesta.

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En ese cumple fue la primera vez que besé y sobé a más de una chica en el mismo día.


Muchas veces he oido a varias personas admitir que serían incapaces de liarse con más de una persona en la misma noche o con pocas horas de diferencia... yo echando la vista atrás a sucesos como éste, me doy cuenta de que (en cierta retorcida manera) he sido "educado" en esa práctica.
Y la mayoría de la gente también, simplemente... lo han olvidado.


miércoles, 31 de octubre de 2012

NOCHE DE HALLOWEEN (Mr.Rific Vs Los Pervertidos Vivientes)

Tal día como hoy, en la Noche de Difuntos del año pasado quedé con Ainara para cenar, la cita iba bastante bien pero mientras nos magreábamos en un rincón oscuro del segundo bar ella comenzó a sentirse indispuesta... algo de la cena le había sentado como un tiro (eso nos pasa por ir a restaurantes exóticos) así que tuve que acompañarla prematuramente a casa.
Apenas eran las 23:30 cuando llegué a la mía, encendí el ordenador y vi conectada a Gemma.

A principios de ese mismo mes quedé con ella un domingo por la tarde para tomar unas cervezas, la cosa se lió y a medianoche me llevó en coche al parking del estadio para follar en el asiento trasero de su Opel Astra.

"Hola ¿qué tal?", saludé...
"Bien, ¿y tú? -tecleó- ¿hoy no sales?"
Mentí diciéndole que estaba viendo en casa una peli de terror, "La casa de los 1000 cadáveres"... y que a continuación me iba a poner la secuela "Los renegados del diablo", salvo que a lo mejor a ella le apeteciera quedar conmigo a tomar algo, rescatándome del tan improvisado como embustero programa doble...

Gemma protestó un poco por la hora que era, además ella vivía en un pueblo de las afueras... pero finalmente accedió a quedar sobre las 0:30 en una cervecería a la entrada de la ciudad.


Poco después me puse mi camiseta de Alice Cooper y fui a la cita tarareando una y otra vez la melodía de "Thriller"...

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Camino del bar fui estudiando las particulares circunstancias de mi segunda cita de la noche: ella estaba en casa en pijama casi a medianoche y de repente se ponía velozmente en marcha para salir... la única vez que habíamos quedado pasó lo que pasó... nuevamente acudía a la cita en coche...

No sé, di por sentado que acabaríamos follando, aún así preferí no precipitarme y tomar primero unas cañas relajadamente, sin asomar el colmillo.

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Quizás hubiera luna llena... quizás el bar tan oscuro, iluminado apenas por unas velas fuera demasiado sugerente... o quizás fuera el generoso escote que llevó Gemma lo que reventó mi encía... el caso es que la charla no duró ni media hora, ella se inclinó un momento (estratégicamente) y me avalancé sobre su cuello.

Quince minutos después estábamos ardiendo y ella propuso (sin más miramientos) ir al coche en busca de algún rincón apartado.

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Decidimos regresar al mismo descampado desierto junto al estadio de fútbol, en la radio había un especial de Halloween y después de emitir "love song for a vampire" comenzaron los primeros acordes de "feed my Frankenstein"...


"Ya verás como la siguiente que ponen es la de los Cazafantasmas, cada año es lo mismo", comento... ella se ríe y jugamos a proponer canciones que encajarían en ese especial radiofónico, hasta que de repente nos quedamos mudos al ver como fuera, en la calle, comenzaba a diluviar...

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Llovía a mares, la visibilidad era tan escasa que Gemma se saltó la salida correcta en la carretera... dimos un pequeño rodeo y finalmente enfilamos el atajo hacia el rincón previsto.

Después de aparcar pasamos al asiento trasero sin salir del coche, los cristales tardaron poco en empañarse... lo mismo que nuestras manos en calentarse.
Ella extendió la mantita y empezamos a quitarnos prendas, la lluvia seguía golpeando (por momentos con bastante fuerza) en el techo y cristales, salvo por eso todo estaba tranquilo en nuestro improvisado refugio, hasta que de repente...

Yo tenía mi cabeza entre las piernas de Gemma cuando oímos un coche aproximarse, sus ruedas surcando inconfundibles la tierra del descampado, sus focos delanteros apuntando directamente a nuestro picadero...


Gemma hizo amago de incorporarse pero se lo impedí arrastrándola aún más abajo, ambos estábamos completamente desnudos y el vehículo recién llegado comenzó a hacer sonar el claxon mientras sus ocupantes (sonaban como un grupo de chavalines) pegaban voces, silbaban y se asomaban a la ventanilla diciéndonos cosas (por suerte) ininteligibles.

Dieron unas cuantas vueltas a nuestro alrededor (como Apaches cercando una caravana de colonos en el lejano oeste) montando bulla... yo seguía inmóvil en mi golosa trinchera mientras Gemma se cubría las tetas con la mantita, aguantando en silencio como buenamente podía la creciente mala leche.

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Por suerte el susto no pasó de ahí, supongo que la tormenta los disuadió de salir y zarandearnos el coche como apoteósis final de la gamberrada.

Una vez restituida la calma, retomamos la faena... ella me montó y poco después, justo en pleno clímax dejó de llover.
Tirados sobre la manta, ya relajados y un poco sudorosos, identifiqué nuestra puesta en escena con aquella de las pelis de terror favoritas de mi niñez y adolescencia... una pareja en pelotas recién fornicada siempre era víctima propiciatoria para el loco del garfio o el fulano de la motosierra.


"Vámonos anda, antes de que aparezca Freddy Krueger...", sugerí medio en broma medio en serio.
"De eso nada -protestó Gemma- hasta que no echemos otro de aquí no nos movemos, quiero más..."

"Vale, vale... -exclamé poniéndome encima de ella- pero prométeme que mientras lo hagamos no se te ocurrirá decir "Rific" tres veces mirando al espejo retrovisor..."

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Después del segundo asalto nos vestimos, salí fuera para entrar mejor en mi asiento desde la puerta delantera... ya no llovía, estiré los brazos y de repente me fijé en el detalle de que habíamos estado aparcados todo el tiempo justo debajo de una enorme torreta de alta tensión, con muchos cables encima.

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Virando en el descampado en busca de la salida hacia el parking del estadio vimos que había tres o cuatro coches más aparcados por allí en actitud sexualmente sospechosa. ¿Habrían sido también acosados por el pelotón chiflado?

Pero aquello no era nada, llegando al parking vimos mucho más movimiento: gente rondando por la zona con andares inciertos y miradas misteriosas, más coches aparcados rodeados de aquellos zombies sedientos de sexo...

Enfilando la salida definitiva de ese foco de infectados pasamos lentamente junto a un coche de cristales empañados, dentro se intuía cierto movimiento (los amortiguadores puestos a prueba) y fuera, un pequeño grupo de tres tipos acercaban la cabeza a las ventanillas espiando el interior, todos con la misma postura: una mano sobre las cejas enfocando bien su objetivo, con la otra agarrándose la polla, masturbándose...


Antes de salir a la ronda tuvimos que esquivar algunos más de esos No Muertos que torpemente se aproximaban a nuestro coche para fisgar el interior.

"¡Vaya panorama!", exclamó Gemma aún boquiabierta, en lo que metía cuarta y dejábamos definitivamente atrás aquel delirante Zoco sexual.
"No sé tú, Gemma... -dije, mientras buscaba en el dial alguna emisora con música "normal"- pero este Halloween no creo que lo olvide así como así..."

Y por fin sonó la puta canción de los Cazafantasmas... ¡a buenas horas!


miércoles, 20 de junio de 2012

"La Caprichosa Camiseta Roja de Mr.Rific"

Puede sonar a chiste, pero analizándolo con detalle... el éxito y el fracaso de la selección española de fútbol (desde que yo tengo uso de razón) ha estado íntimamente ligado a mi vida sexual.

Obviaré todos aquellos campeonatos que se disputaron durante mi infancia y primera adolescencia con la única excepción de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.

La medalla de oro en fútbol prácticamente coincidió con la primera vez que compartí lecho (completamente desnudos ambos) con una chavalita de mi edad.
Hicimos unas cuantas cochinadas en plan "inocente" pero sin llegar a follar, con lo que la naturaleza de dicho encuentro sexual tuvo muchas semejanzas con aquel éxito de la selección olímpica sub-23... fue un trofeo muy bonito y celebrado pero en el mundo del fútbol nunca ha sido considerado "Caza Mayor".

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A comienzos del Mundial de 1994 conocí una chica de Palermo, estudiante de intercambio... me quedé prendado de ella y en una calurosa noche (de la que prefiero no acordarme) le tiré los trastos a lo bestia.
La bambina me rechazó de muy mala manera mostrándose bastante agresiva (llegué a esquivar una bofetada suya)... un par de semanas después Italia nos obsequió una de las eliminaciones más recordadas de siempre, con el famoso codazo de Mauro Tassotti reventando la nariz de Luis Enrique.



Desde entonces a aquella furiosa chica transalpina, entre mi grupo de amigos, se la recuerda como "La Tassotti".

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Durante la Eurocopa de 1996 estuve liado con Isabel. El torneo me pilló en plenos exámenes y apenas tenía tiempo de quedar con ella... por aquel entonces yo era bastante inocente y no sospeché nada pero por lo visto, mientras yo estudiaba, la niña se ponía las botas quedando con otro chico de su pueblo.

Una tarde me invitó a ir a su casa a ver el partido de cuartos de final que jugaba España contra Inglaterra, estaba sola y no pude evitar hacerme ilusiones, comprar condones, etc...

Nada más llegar me dio una lata de cerveza, me invitó a sentarme en el sofá y allí me contó que era preferible que dejaramos de vernos de esa manera, que mejor como amigos, etc...
Después, la muy cabrona me dijo que si quería podía quedarme a ver el partido en su casa sin problema... pero en su lugar dejé la húmeda lata de San Miguel sobre su mesita de cristal y me largué al bar donde estaban mis amigos.

Llegué de bastante mala hostia y apenas pude concentrarme ni disfrutar viendo el partido. Pero sí recuerdo que aquel día jugamos muy bien, merecimos ganar, el árbitro nos hizo la puñeta y finalmente nos eliminaron de mala manera tras una penosa tanda de penalties... el resumen perfecto de mis anteriores semanas con Isabel.

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Durante los Mundiales de 1998, 2002 y en la Eurocopa de 2000 estuve de pleno liado con estudios y (además) atravesando sendas malas rachas con el sexo opuesto.




Sin comerme ni un colín normal que la España de Clemente regresara a casa en la primera fase, Raúl fallara aquel penalty en el último minuto contra Francia y el árbitro egipcio nos atracara contra los coreanos...

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En la Eurocopa de 2004 organicé una encerrona (aprovechando la ausencia de mis padres) para que una chica viniera a ver el partido conmigo a casa, los dos solitos... ella aceptó y el plan pintaba de lujo.
Recuerdo cómo me mandó un entusiasta sms a la salida de su trabajo diciendo "¡ya estoy en camino!" lleno de iconos sonrientes... y yo emocionado preparando la mesa con la bebida y el picoteo, tras ordenar mi habitación dejándola lista para la posterior "celebración" de la victoria española.

Llegó diez minutos antes del arranque del partido, se descalzó y acomodó a mi lado en el sofá... pero de repente llamaron al portero automático.

La voz de tres inesperados amigotes retumbó en el descansillo: "Eh tío, venimos a hacerte una visita... ¡¡¡Abrenos que traemos un montón de cervezas!!!"



"¿Pero no tenéis otro sitio donde caeros muertos?", protesté, con la firme intención de no dejarles subir... pero mi amiga me hizo un gesto con la mano y susurró: "no pasa nada, que suban... ¡no vas a dejarles ahí tirados!".
Así que accedí a regañadientes.

Subieron y a pesar de ver el panorama no se cortaron un pelo... ella fue al WC un minuto antes del pitido inicial y cuando volvió le habían quitado el sitio a mi lado, tuvo que sentarse sola en una butaca lateral... mis amigos no pararon de vociferar y durante el intermedio la interrogaron/acosaron sin piedad.

Con semejante escenario, normal que esa tarde España acabara perdiendo contra Portugal, siendo eliminada contra todo pronóstico en la primera fase...

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Durante la célebre Eurocopa de 2008 mi racha sexual fue sorprendentemente positiva.
Justo antes del mítico partido contra Italia me acosté con una chica y nuestra suerte (en general) pareció que cambiaba... repetí jugada antes de la final contra Alemania y nuevamente todos los participantes en el conjuro quedamos satisfechos.
¡Campeones de Europa!

Dos años después, el día de la final del Mundial de Sudáfrica, quedé con una chica por la tarde antes de ir a ver con mis amigos el partido... con el único propósito de mentener relaciones sexuales y completar así una curiosa cábala personal iniciada semanas antes.

Y es que sería casualidad o no, pero aquel mes antes de cada partido de la selección tuve la suerte de organizar citas que acabaron en sexo... bueno, no siempre, un día no conseguí quedar con nadie y precisamente fue cuando el partido inaugural ante Suiza, la única derrota española a lo largo de todo un impecable campeonato.




Qué quieren que les diga, el caso es que no lo puedo evitar... cada vez que veo el gol de Iniesta sonrío al imaginarme esotéricamente coautor del mismo.

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Hace un par de semanas arrancó en Polonia y Ucrania la Eurocopa del 2012.
Coincidiendo con ella (ya es mala suerte) estoy atravesando cierta sequía sexual, lo cual a la vista de los más cercanos (y exitosos) antecedentes se ha visto traducido en un juego irregular por parte de la selección española y un ambiente enrarecido entre jugadores, entrenador, prensa y aficionados.

El próximo sábado juegan contra Francia el cruce de cuartos de final, me gustaría pensar que para entonces podré enfundarme la camiseta roja y quedar con alguna chica antes del partido para el tradicional conjuro erótico-victorioso, de hecho lo intentaré... pero (tras repasar mi agenda) al parecer precisamente este finde mis posibles alternativas son prácticamente nulas.

Uff, como acaben palmando...


jueves, 31 de mayo de 2012

"EL PERFUME" -Plaisir à trois-

El calor aprieta y estoy sólo en casa. Decido ponerme manos a la obra para aprovechar la situación así que llamo a C. (un valor sexual casi seguro) por si quiere venir esta noche a cenar, ver una peli, etc.

Me contesta haciendo alguna broma del estilo "ay, a saber lo que tienes en mente, no sé yo si debo ir..." pero finalmente acepta. Llegará alrededor de las ocho.

Antes de prepararme la comida me conecto y coincido con B., es alguien que conocí online y con quien llevo un par de semanas tonteando e intentando quedar.
Me dice que tiene un hueco hoy a media tarde así que podríamos vernos y así tomar "ese café del que llevamos tiempo hablando, conocernos y ver qué tal..."

Antes de contestar dedico un minuto a valorar las posibilidades, sobre todo las relativas a cómo actuar en caso de que la cita salga bien... por no hablar de mi escaso márgen de maniobra teniendo en cuenta que a las ocho recibo a C.
Propongo a B. quedar a las seis de la tarde, en un bar muy cercano a mi casa... cruzo los dedos y funciona: ella acepta.

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Vuelvo a conectarme después de haber comido, fregado y recogido la cocina... a las tres y pico estoy a punto de apagar el ordenador para echarme un rato pero A. asoma en el messenger y me saluda con muchos iconos sonrientes.

Hace demasiado que no nos vemos, ella siempre está en su pueblo y es muy difícil quedar con ella... pero tras leer una de sus primeras frases se ve que hoy es mi día de suerte: "oye Rific, que voy a ir de compras esta tarde por allí y pasaré cerca de tu casa, por si te animas a bajar y tomar una cañita... así nos ponemos al día que hace mucho que no nos vemos"

"Hace mucho que no nos vemos", dice... pues sí, seis meses exactamente... una invernal noche de domingo que tomamos unas copas y acabamos despidiéndonos cerca del portal de la casa de sus padres, morreándonos a lo bestia y metiéndonos mano hasta que ella decidió ponerle fin al asunto, escabulléndose entre risas hacia el maldito portón.


"Mmm, pues sí que me gustaría tomar esa cañita -contesto- pero tendría que ser dentro de un rato, a primera hora de la tarde porque luego ando bastante liado..."
Me dice que no le importa, que cambia el orden de sus planes sin problema, primero la caña conmigo y después las compras... alrededor de las cuatro de la tarde cuando ella llegue a la plaza de mi casa me hará una perdida y yo bajaré a su encuentro.

Renuncio a mi siesta y voy directo a la ducha.

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MIRALA CARA A CARA QUE ES LA PRIMERA:

A las 16:07 me da el toque y bajo. Dos besos y nos metemos en el primer bar que vemos abierto. Nos ponen dos cañas y un platillo de cacahuetes que ninguno de los dos toca. Creo haber acertado con el bar, es un rincón agradable y climatizado.

Dejo que transcurran los primeros quince minutos de la cita escuchando todas sus novedades... la verdad es que A. adora oir el sonido de su propia voz. mientras tanto yo disimulo a la perfección mi absoluta falta de interés por su nuevo trabajo, coche y cotilleos de amigas suyas que no conozco.   

A continuación hago un resúmen no superior a dos minutos (y absolutamente censurado) de mis últimas noticias personales, miro el reloj y no tardo demasiado en ir al grano... saco el tema de la última vez que nos vimos, como fingiendo no estar seguro de cuándo y cómo sucedió... ella se ríe y asegura acordarse demasiado bien... pregunto si ahora mismo sale con alguien y me dice que no, yo contesto exáctamente lo mismo...

"¿Tan horrible fue nuestra última cita?", pregunto... ella dice que estuvo bien pero que la pillé en mal momento... agarro su mano y le digo que no me gustaría tener que esperar otros seis meses para besarla, ella sonríe y yo interpreto su gesto de manera optimista: me acerco a ella como si en vez de medio año tan sólo hubieran transcurrido cinco minutos desde nuestro último beso... y ataco.



Poco después le susurro al oído que tengo la casa sola hasta las 17:30 aproximadamente, que podríamos subir y tomar un heladito, etc...
Todas las pegas y excusas que recibí en invierno se transforman en una especie de alfombra roja voladora extendida directamente hacia mi habitación, hasta mi cama...

Follamos un par de veces, compartimos uno de sus cigarrillos con sabor de vainilla y después saco un par de Cornettos del congelador que devoramos ahí mismo sobre la cama.
Observo disimuladamente el radiodespertador de la mesita de noche, son las 17:23... recuerdo (miento) a A. que mi familia no tardará en volver así que comenzamos a vestirnos.

"La próxima vez que bajes del pueblo para ir de compras no olvides avisarme", digo a modo de despedida mientras ella sale por la puerta principal.
"Ya veremos -responde con gesto confuso, antes de subir al ascensor- hoy desde luego no tenía yo en mente que la cosa acabara así..."

Miro nuevamente el reloj: las 17:36.
Cambio las sábanas, me meto en la ducha, me pongo otra ropa... agarro cartera, móvil, llaves y con el tiempo justo salgo disparado para conocer a B.  

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SEGUNDA MANO:

Sólo había visto una foto de B. a través de la ventanita del messenger (de esas pequeñas y poco clarificadoras), nunca quiso mostrar más y la verdad es que no recuerdo el resto de detalles que me hizo al describirse... por suerte sólo hay una chica junto a la estatua con lo que debe tratarse de ella.

La primera impresión, sin ser mala, no es del todo buena. ¿Me dijo que era tan bajita? ¿Cuántos años dijo que tenía?
Hay algo que no me cuadra del todo pero bueno, yo no soy precisamente Brad Pitt con lo que jamás procuro ser intransigente ante esas cuestiones.

Dos besos, entramos en un bar que me gusta bastante, café con leche para ella y sólo para mi, ambos con hielo... y nos ponen otro platito, esta vez de gominolas, que poco a poco voy zampando sin poder evitar que se note demasiado lo mucho que me gustan.

La cita transcurre de manera correcta, yo intento resultar agradable y ella también pone de su parte... reimos más de lo que hubiera imaginado tras el primer contacto junto a la estatua.



Me habla de su trabajo, hoy está de noche así que por eso me ha propuesto quedar para un café... dentro de poco será la fiesta de San Juan y me pregunta si tengo planes, "molaría ir a la hoguera", desliza mientras apura su café.
"Sí que molaría", contesto... mirando discretamente mi reloj de pulsera, no tengo demasiado tiempo así que no espero a que haga o diga algo que me dé pie... comienza el ataque suicida.

Le digo que me alegro de haberla conocido por fin, que tenía muchas ganas, que cuesta un montón encontrar a gente verdaderamente interesante por Internet... pongo mi mano en su rodilla y le suelto algún piropo tonto pero creíble, subo poco a poco la mano y agarrandola del brazo tiro suavemente de ella mientras me acerco para besarla.
Me lo devuelve y nos enrollamos durante un par de minutos.

Cuando estoy a punto de proponerle ir a otro sitio ella mira nerviosa su reloj... "Jooo, lo sientoooo pero me voy a tener que ir ya -comenta con fastidio- entro en el curro dentro de nada y aún tengo que ir a casa a ayudar a mi madre, bla bla bla..."

Salimos del bar, la acompaño hasta el final de la calle, ella mira a alrededor con gesto receloso antes de acercarse y meterme nuevamente la lengua en la boca... "ya me contarás si al final te animas para la noche de San Juan, ¿vale?", concluye.

Nos despedimos y regreso a casa con tiempo de sobra antes de la visita de C.

Saco una pizza del congelador, adecento el salón, compruebo que no hay restos en mi cuarto de la anterior visita de A... y de repente noto mi cuello, manos y ropa impregnados de cierto extraño aroma.
"No puede ser", sonrío mientras olisqueo mi camiseta... y es que ya decía yo que me resultaba familiar: A. y B. llevaban el mismo perfume.

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DAÑOS A TERCEROS:

Me meto en la ducha por tercera vez en menos de cuatro horas, recupero mi propio olor corporal, me pongo otra camiseta y abro la puerta a C.

Meto la pizza en el horno, nos echamos en el sofá, empezamos a juguetear... le comento posibles pelis para ver y ella escoge la comedia de Jack Nicholson.
Saco la pizza y la llevo al salón, abro una botella de espumoso italiano marca blanca, pulso play en el mando del DVD y cenamos viendo el comienzo de la peli.

Tras los postres (mi segundo Cornetto del día), no tardamos en dejar de prestar atención a las aventuras de Jack... ella se me sube encima, desabotona mi pantalón y me quita la camiseta... desabrocho su sujetador y pulso el botón rojo del mando de la tele.



Acabamos de desnudarnos del todo y sin más tardanza nos ponemos a hacerlo ahí mismo, en el sofá... ella sigue sentada sobre mí y no tarda en pillar el punto exacto para entrar... durante la faena empiezo a acariciarle las tetas y hundo la cara entre ellas... "no puede ser -pienso, de repente- esto no puede estar pasando..."

Terminamos y ella se deja caer encima de mi. Cinco minutos después voy por una botella de agua fría y mientras lleno dos vasos pienso en que mi sentido del olfato (o quizás mi cerebro) seguramente me habrá jugado una mala pasada, "no puede ser que las tres chicas usen el mismo perfume", me repito una y otra vez...
Ofrezco a C. uno de los vasos y me siento a su lado, el aroma se ha mezclado con sudor pero sigue siendo intenso... mientras bebe me acerco en plan travieso para olisquear su cuello y mis sospechas lejos de desvanecerse se confirman.

"Oye -pregunto, rellenando su vaso con más agua- ese perfume que llevas... ¿cómo se llama?"
"¿Y eso? Te gusta eh... -contesta- ¡a mi me encanta! Se llama "Plaisir"..."
"Pues no sé... -respondo- a mi no acaba de convencerme... Creo que deberías usar otro, ese tiene pinta de ser demasiado común..."


sábado, 16 de julio de 2011

De la Fanta... al "Trina"

RULETA RUSA: Ante fines de semana desiertos de planes, jugar a la "ruleta rusa" con el móvil supone redactar un sms agudo e insinuante (pero impersonal) proponiendo quedar... y enviarlo a varias chicas a la vez.

Vaya por delante que este sistema rara vez funciona, que si lo mandas a un mínimo de cinco chicas date por satisfecho si te contestan (y casi siempre poniendo excusas) dos... y no es porque sean unas maleducadas, simplemente que se ve a la legua lo que tramas y a ninguna le hace especial gracia que después de haber estado desaparecido una temporada asomes la cabeza así, a saco.
Pero como la ley de la oferta y de la demanda es impredecible y caprichosa, alguna que otra vez suena la flauta y recibes respuestas afirmativas... como la de Eva el otro día.


EVA: Me lié con ella por primera vez cierta extraña noche en la primavera de 2007. Al día siguiente ambos convinimos que había sido un error y que el garrafón del "Luxor" nos jugó una mala pasada... sin embargo el año siguiente nos reencontramos otra noche y se repitió la historia... unos meses después más de lo mismo... así que con estos antecedentes su número (papeleta) telefónico acabó siendo incluido de modo recurrente en las rondas (sorteos) de los citados mensajes disparados a bulto.


Eva era de las que nunca contestaban, estando sobria pasaba de mi olímpicamente... sin embago (para mi sorpresa) el otro día vio el mensaje y me llamó.
Me dijo que había venido una amiga suya de Huesca a pasar el fin de semana y que si me animaba a salir con las dos por ahí...

Desde el principio (por las cosas que me dijo) se notó descaradamente que el interés de Eva no era suyo personal, que más bien pretendía "colocarme" a la amiga...
A las nueve en la plaza.
Acepté.


EL EXTRAÑO CASO DE LA CHICA NATURAL DE HUESCA CON ACENTO GALLEGO: Isa, la amiga de Eva, no estaba del todo mal... muy morena, alta, ojos grandes y larga melena rizada.
Había venido el finde a mi ciudad para hacer un examen de oposiciones a nosequé tema penitenciario y se alojaba en casa de Eva.

Ya en el primer bar mis suposiciones acerca de una posible encerrona quedaron confirmadas: Eva no dejaba de cantar las alabanzas de su amiga, ponía en suerte temas de conversación que evidenciaban aficiones comunes entre Isa y yo, se ausentaba bastante al WC dejándonos a solas...
En una de esas ocasiones pregunté a Isa por su (fortísimo) acento gallego, si venía de familia, etc... a lo que me contestó que no era consciente de hablar con ese acento (¿?), y que ella había vivido toda la vida en Huesca salvo unos pocos meses (por cuestiones de trabajo) en Canarias.

Al tercer bar el alcohol empezó a hacer de las suyas, las conversaciones se volvieron más "picantes", me puse a coquetear descaradamente e Isa comenzó a soltarse, respondiendo favorablemente al tonteo... hubo un momento (cierta frase suya, un gesto) en que vi la cosa bastante bien encarrilada, pero de repente un factor inesperado vino a sembrar la duda y a liarlo todo... el factor "Eva".


LA PÓCIMA DE ASTERIX: Eva, siguiendo su costumbre de "no querer nada conmigo estando serena pero borracha la cosa cambia", se había mantenido toda la noche en un discreto segundo plano ejerciendo de eficaz "Celestina".
Sin embargo a la cuarta consumición dio un paso al frente y se unió a la pelea, tonteando conmigo y añadiendo un buen puñado de pimienta a los temas que se trataban... ya no representaba comercialmente a Isa, sus prioridades pasaron a ser (descaradamente) otras.


¿Qué podía hacer yo? Veía serias posibilidades con Isa y a la vez sabía que si Eva se metía en faena la cosa estaba "garantizada"... ¿debía decantarme por la (siempre sugerente) novedad o la (nunca desdeñable) seguridad?
Dadas las circunstancias consideré lo más sensato dejar (si realmente estaban interesadas) que ellas decidieran.

Me levanté a pedir otra ronda y desde la barra me fijé discretamente en ellas, discutían en la mesa... sin mal rollo pero era evidente que porfiaban.


ENVITE A CHICA: Con la esperanza de que se hubieran puesto de acuerdo regresé a la mesa con tres nuevas dósis de alta graduación... pero no, la batalla proseguía.
Eva comenzó a hablar de sexo. No sé si con la intención de hacer pasar a su amiga por mojigata, el caso es que confesó (entre otras cosas) no tener ningún problema con el sexo anal... Isa rechazó de plano esa práctica pero sacó pecho dándoselas de audaz en otras facetas erótico-festivas.
Yo asistía emocionado al debate, interviniendo lo mínimo en los envites que ambas se lanzaban.

Eva dijo que había asistido hace poco a unos talleres de "masajes terapeuticos" y que con las manos podía dar un placer inimaginable.
"¡A eso me apunto!", exclamé, Isa me secundó diciendo "¡Yo también!"... y Eva con tono picarón dijo que en casa tenía una camilla para los masajes, pero que para darlo correctamente el paciente debería desnudarse del todo.
Admití no tener ningún problema con eso, Isa no retrocedió y afirmó lo mismo... "pues cuando queráis", desafió Eva (sonriente) dando un trago a su Pampero&Cola.


Fue entonces cuando abandoné toda cautela y decidí dar un paso en el vacío... ¿sin red?


EL CONTRATO SOCIAL: Me levanté de la silla diciendo "bien, vamos a ir concretando"... fui a la barra y pedí a la camarera papel y boli.
Volví a sentarme y (sin rodeos) descubrí mis intenciones: "Redactemos un documento" -propuse sonriendo- "la primera frase la escribo yo si queréis, a partir de ahí que rule y vayamos añadiendo cosas a gusto del consumidor..."
Isa me miró confundida y recelosa, Eva celebró la idea.

Ni corto ni perezoso agarré el boli y puse: "Me comprometo a recibir un masaje en la camilla de casa de Eva"
Isa no acababa de verlo claro: "pero esto... ¿se supone que hay que cumplirlo?", protestó.
"Claro que sí -aclaré- al final de la hoja según lo que hayamos escrito todos, deberemos firmarlo y cumplirlo... si por un casual yo pusiera algo que tú no quieres hacer, en tu turno de escritura puedes incluir la cláusula que te exima de hacerlo... el caso es que al final todos estemos convencidos de poder cumplir lo firmado"

Eva me quitó el boli y añadió al final de mi frase: "completamente desnudo/a"
Turno de Isa... "estais como cabras", susurra... se lo piensa muy bien y finalmente escribe: "la masajista también deberá desnudarse"

Comencé a relamerme ante el panorama que poco a poco se iba describiendo, se acabó el esperar a ver cuál de ellas se venía conmigo, agarré todas mis fichas y las planté a la casilla del Tres... les jeux son faits.



SUBTÍTULOS PARA SORDOS: Las siguientes frases del manuscrito itinerante:
-Yo: "todo ello a la luz de unas velas"
-Eva: "con los aceites aromáticos"
-Isa: "y música jazz de fondo"
-Yo: "También me comprometo a devolver el masaje, aunque careciera de instrucción en la materia"
-Eva: "ya daría la experta las correspondientes indicaciones"
-Isa: "cuatro manos son mejor que dos"
-Yo: "y en caso de que el masaje sea DEMASIADO bueno..."
-Eva: "habrá que centrarse en las zonas afectadas..."

El papel llegó entonces a Isa y por primera vez asomó un auténtico malestar en su rostro, ni siquiera amagó con agarrar el boli: "¿pero habláis en serio? ¿de verdad estáis dispuestos a hacer esto? Como broma está bien pero yo no pienso firmarlo...", dijo.

"¿Cómo que no? No es para tanto...", intervino Eva tomando el papel y estampando su firma en la esquina inferior derecha.
"Cierto" -añadí- "a nadie le amarga un dulce"... y planté mi rúbrica junto a la de Eva.

Isa cruzó los brazos y se echó atrás en la silla, su enfado era auténtico: "pues yo no pienso desnudarme delante de nadie, que quede claro..."

Eva y yo nos miramos, con un gesto de "qué se le va a hacer" la masajista frustrada agarró el brazo de Isa diciendo "tranqui tía, que era una broma... ¿no lo ves?"
Pero la chica de Huesca no cambiaba el gesto... un par de minutos después decidí ir al WC dejándolas solas para que aclarasen cualquier malentendido, por falso que este fuera.

Por desgracia acabaron cumpliéndose mis peores presagios.
Isa permaneció tensa, indignada y a la defensiva el resto del tiempo que nos quedamos en aquel bar acabando las copas... y a Eva, por momentos, se le iba pasando el pedo (y su consiguiente euforia sexual).

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A la salida del garito la situación continuó enrarecida (frialdad por parte de Eva, Isa repondiendo con monosílabos) y aunque propuse varios bares a los que ir para seguir de fiesta no hubo manera de remontar aquel vuelo.
Cuatro calles más abajo Isa dijo (con acento de Pontevedra) que prefería ir a casa, que estaba cansada... nos despedimos sin excesivos miramientos, ellas en una dirección y yo en la contraria.




EPÍLOGO: Camino de casa recordé un detalle. Fue justo después del ataque moralista de Isa, tras plantarse enfurruñada negándose a escribir (o cumplir) una sola línea más... entonces Eva dobló cuidadosamente "el documento" (en vez de romperlo) y lo guardó en su bolso.

Tiempo después envié a Eva un mensaje (este ya personalizado) recordándole la existencia de cierto contrato masajístico firmado por ambos, interesándome por si tenía intención de cumplirlo...
Fiel a su proverbial indiferencia, obtuve la callada por respuesta.
Nos veremos en los Tribunales.