Es viernes, hoy no tengo nada que hacer pero me despierto
igualmente temprano. Arranca un fin de semana interesante ya que para
mañana sábado tengo "plan".
Por lo demás, nada de nada. - - - - - - - - - - -
"Sesión de Matiné"
Me
conecto a Internet y asoma cierta vieja amiga, la protagonista de una
entrada del pasado verano titulada "Fruta Prohibida", una chica casada
con la cabeza hecha un lío con la que he quedado un par de veces pero
solo he conseguido algunos besos y unos pocos magreos.
Vive en un pueblo y me dice que va a bajar a mi ciudad para
hacer unas compras, que si me apetece tomar una caña en el bar de
siempre.
Sé perfectamente lo que eso significa, así que acepto.
- - - - - - - - - - -
- - - - - - - - - - -
En el bus camino del bar (está en el quinto coño, un lugar muy apartado y discreto) escucho el nuevo disco de My Bloody Valentine, recién publicado... mi cerebro entra en un extraño bucle, prácticamente enloquece.
Llego quince minutos antes que ella, pedimos y nos vamos a la
esquina habitual, un rincón donde somos invisibles para el resto del
bar y la luz de los ventanales no nos alcanza... un punto ciego y
oscuro.
Hasta la segunda caña no se anima la cosa. Nos besamos con hambre y
fiereza, perdiendo la noción del tiempo... meto mi mano bajo su ropa y
acaricio sus pezones. Ella duda así que agarro su mano y la meto dentro
de mi pantalón, me la sujeta durante medio minuto palpándola al
detalle... pero recula, libera su mano y me empuja reprendiéndome el
atrevimiento, con una media sonrisa.
La tregua no dura demasiado, con la tercera caña ella pone la pierna sobre mi regazo y yo aparto su tanga con mis dedos haciéndole una especie de paja... un ruido cercano en el bar sobresalta a mi amiga y dando un respingo decide poner fin al numerito.
No hay manera de convencerla para que rematemos la faena en alguna otra parte, pone excusas para irse en menos de cinco minutos: aún tiene que comprar aquello... volver al pueblo a tiempo para buscar a las niñas al cole, hacer la comida...
Nos despedimos furtivamente y pillo el bus de vuelta a
casa a las 13:30. Retomo el disco de My bloody Valentine, reconozco que
ahora yendo medio pedo (y con una gloriosa erección) suena bastante
mejor que antes.
- - - - - - - - - - -
- - - - - - - - - - -
"Sesión de Vermouth"
Después
de comer sigo dando vueltas al incidente matinal. Llego a la conclusión
de que jamás me acostaré con esa chica, que lo más que está dispuesta a
hacer es "eso"... y punto.
Pero yo sigo estando cachondísimo.
Consulto
la agenda de mi móvil en busca de alguien... no tarda mucho en aparecer
el nombre de Olga, una chica con la que quedé un par de veces el año
pasado, pero sin suceder nada. Era muy estirada, muy a la defensiva, con
el NO escrito en la frente desde el mismísimo arranque del partido...
envío un mensaje proponiendo tomar un café a primera hora de la tarde.
Para mi sorpresa no tarda nada en contestar y lo hace afirmativamente. "Nos vemos a las cinco donde la última vez", responde.
- - - - - - - - - - -
Para mi sorpresa no tarda nada en contestar y lo hace afirmativamente. "Nos vemos a las cinco donde la última vez", responde.
- - - - - - - - - - -
Camino de esa cita cambio de disco, ahora suenan en mis cascos Triángulo de Amor Bizarro... más leña al fuego de la locura.
Olga llega antes que yo y al igual que el par de veces
anteriores que hemos quedado ni siquiera sonríe al verme, su gesto es
tan seco que nuevamente invita al desastre, pero yo estoy desatado y
vengo dispuesto a saltarme todos los pasos que pueda dictar la lógica.
Hola, dos besos, muá muá, ¡cuánto tiempo! ¡qué guapa te veo!, bla bla bla...
No tardo en preguntarle qué tal le va últimamente con los chicos, si tiene alguien por ahí... ella dice que no, aparenta falta de interés en la cuestión pero yo me acerco cada vez más y ella no retrocede.
Creo que aún no se me ha pasado la euforia etílica de las
cañas mañaneras, tengo la mano suelta, me tomo familiaridades a la hora
de tocarla, incluso acariciándola... por primera vez la veo relajada,
por momentos sonríe, susurro cosas a su oído, le cambia el tono de la
voz, se une al coqueteo... no tardo en besarla en la mejilla, no se
molesta, insisto y alcanzo su boca... me lo devuelve.
- - - - - - - - - - -
- - - - - - - - - - -
Le
digo que es una pena no poder estar en un sitio más privado, ella se
queda en silencio pensativa y al cabo de un minuto me comenta una
posibilidad.
En el mismo portal de su casa sus padres tienen otro piso
alquilado a estudiantes: "los findes suelen irse fuera, todos ellos son
de pueblos de la provincia y rara vez se quedan..."
Continúa
diciendo que podría pillar las llaves para que subiéramos un rato, lo
comenta de manera inocente, como si esta fuera a ser la primera vez que
lo hace... yo me dejo engañar.
Salimos del bar, vamos a su casa, en lo que sube espero en el portal, cinco minutos después regresa con las llaves del piso de estudiantes.
- - - - - - - - - - -
Salimos del bar, vamos a su casa, en lo que sube espero en el portal, cinco minutos después regresa con las llaves del piso de estudiantes.
- - - - - - - - - - -
Entramos
y ni siquiera comprueba que pueda haber gente, avanza con seguridad. Me
lleva a una pequeña salita donde solo hay un viejo tresillo y una
televisión.
Mientras nos desnudamos me imagino al grupo de jóvenes
inquilinos ahí tirados viendo partidos de champions, pegando gritos,
bebiendo cerveza...
Olga me sienta en el tresillo, me la empieza a chupar, veo nuestros cuerpos reflejados en la pantalla negra del televisor.
Olga me sienta en el tresillo, me la empieza a chupar, veo nuestros cuerpos reflejados en la pantalla negra del televisor.
Pregunto cómo quiere hacerlo y me dice que se la meta desde
atrás, sube las rodillas al tresillo y apoya los codos en el respaldo,
yo me pongo de pie detrás y comienzo... mientras embisto agarro sus
pechos, tenemos la ventana delante, a través de ella se ve la calle y
para mi sorpresa descubro la entrada de una tienda de ultramarinos donde
mi abuela me llevaba de niño.
No puedo evitar seguir dándole vueltas al numerito vivido
pocas horas antes con la casada, me excito recordando el olor de su
coño, acelero mi ritmo agarrando las caderas de Olga... pero me corro
pensando que se lo estoy haciendo a la Fruta Prohibida.
- - - - - - - - - - -
- - - - - - - - - - -
Olga
se va esta noche con unas amigas de viaje a Asturias, a pasar el finde.
Nos despedimos sin ceremonias para que le dé tiempo a prepararse antes
de que pasen a buscarla.
Regreso a mi casa y antes de entrar miro el reloj, sonrío al descubrir que apenas son las seis y media de la tarde.
Regreso a mi casa y antes de entrar miro el reloj, sonrío al descubrir que apenas son las seis y media de la tarde.
Tan sorprendido como aliviado.
- - - - - - - - - - -
- - - - - - - - - - -
"Sesión de Noche"
Tomo
un zumo, me ducho, me preparo y salgo hacia la casa de un amigo. El
plan es sencillo: preparar unas pizzas y ver por internet el partido de
baloncesto Bilbao - Gran Canaria de la copa del rey.
Apuesto por la victoria de los negros pero ganan los amarillos. Acabo tan hinchado de pizza que después (casi a medianoche) camino de mi casa noto pinchazos en la tripa.
Ya a punto de alcanzar mi portal me cruzo con Susana, va distraida tecleando el móvil así que soy yo quien llama su atención.
Susana y yo como mucho nos vemos un par de veces al año, casi
siempre con fines sexuales y (por ambas partes) en caso de aburrimiento
o desesperación extremos.
Sonríe maliciosamente al
verme, me reprocha (como siempre hace) que desaparezca tan
descaradamente después de todos nuestros encuentros, "cuánto hace desde
la última vez, ¿fue en octubre?", dice.
Pido perdón y ofrezco enterrar el hacha de guerra tomando
algo en la cervecería más cercana, rechaza mi oferta porque quiere
pillar el bus hasta casa, por lo visto no tardará en llegar, bla bla
bla... el resto de la conversación tiene lugar sentados en el bar más
cercano a mi casa.
- - - - - - - - - - -
- - - - - - - - - - -
Susana
es fanática del equipo de fútbol de mi ciudad, comenzamos a charlar
sobre lo bien que lo están haciendo este año, la falta de rendimiento de
ciertos jugadores así como la agradable sorpresa de otros tantos... saco el
tema de un partido que vimos juntos dos años atrás, inevitablemente la
conversación deriva hacia lo que sucedió después del pitido final.
Recordamos algunas de nuestras citas: la vez que dejó tirada a
un chico para irse conmigo a un parque, el cachi de calimotxo que me
tiró encima el día que nos conocimos, el frío que pasamos una tarde de
verano en mi casa, el (horrible) gel de coco que me echó en la ducha de
su casa...
Una cosa lleva a la otra. Nos calentamos, salimos del bar y bajamos a mi garaje.
Ella ya había estado una vez, recuerdo que en su día protestó bastante por las condiciones "imposibles" del lugar... ahora se muestra excitada a pesar de las corrientes de aire, el ruido del agua fluyendo por las tuberías, la humedad de las esquinas o el eco de las pisadas.
Ella ya había estado una vez, recuerdo que en su día protestó bastante por las condiciones "imposibles" del lugar... ahora se muestra excitada a pesar de las corrientes de aire, el ruido del agua fluyendo por las tuberías, la humedad de las esquinas o el eco de las pisadas.
Vamos a la esquina más remota y en un hueco entre dos coches
lo hacemos de pie. La pesadez de la pizza ralentiza mis movimientos, me
parece oir un estruendo en la planta superior, un coche entrando o
saliendo... el ruido se aleja, falsa alarma, yo sigo empujando,
observando la sombra de Susana reflejada en la pared.
Es curioso, me gusta más su sombra que ella, me concentro en la silueta oscura, acelero el ritmo... y de repente me viene a la mente una foto que me han mandado por correo diez días antes, una playa del sur, una chica con rostro bronceado, sonrisa perfecta, gafas de sol... cierro los ojos y viajo hasta esa playa, me acerco a la chica caminando sobre la fina arena, le quito las gafas de sol, me acerco más...
- - - - - - - - - - -
Subimos el ascensor y nos despedimos en el portal. "Al final te da tiempo a pillar el búho de las dos", bromeo.
- - - - - - - - - - -
- - - - - - - - - - -
Entro en mi casa, me desvisto, me tumbo en la cama, apago la luz y resoplo al darme cuenta de todo lo que ha dado de sí este viernes.
Mi mente sigue en la playa de la foto, me entran ganas de masturbarme pero no cedo a la tentación.
Ya he eyaculado bastante por hoy... y mañana he quedado a las diez de
la mañana con otra chica, la que iba a ser primera (y única) cita del
finde.
Pongo la alarma/despertador de mi móvil a las nueve. Cierro los ojos y la brisa del mar me arrulla en buena compañía.
(Continuará)
-Pinche aquí para ver el desenlace-