Elena Anníbali |
desde alguna ciudad han llamado los otros
los que por alguna razón están afuera
ignoramos lo que eso signifique
pueden estar, quizá, retozando
de felicidad
--el pulso candoroso--
amando o dejándose amar
por extraños
pueden, también,
estar caminando, aún,
sobre el áspero desierto
de sus alucinaciones
han llamado
y hemos ido, vehementes,
a levantar
el rojo auricular que creíamos muerto
y no hemos entendido nada:
un idioma extranjero
tal vez
la interferencia del viento
entre un balbuceo y otro
una falla mecánica
la lengua que nos hermanaba
ha caído, rota,
como un vaso en el piso
y es inútil reconstruirla
¿qué decían, aquellos?
¿sigan la línea del lago
hacia el Sur?
¿nos pedían esperarlos?
¿o el mensaje era
permanezcan allí
que la zona es infinita
e inusual su infierno,
y triste?