Conocí por casualidad a Miguel García Urbani, fue en un avión que salió de Buenos Aires para regresar a Buenos Aires. Inexplicable, ¿verdad?, pero por esos azares de la vida, hubo un problema con uno de los motores y el comandante de la nave decidió regresar al punto de partida para no atravesar en esas circunstancias el océano con destino a Madrid. Miguel se dirigía a España, su segunda patria, a presentar su último libro “Calle 52. Historias y jazz”. Anteriormente, había publicado su volumen de cuentos “Tangos y falsas promesas” y “Plateados por la luna, textos para el reencuentro de Carlos Gardel y Federico García Lorca”. Escribe ficción y ejerce el periodismo gráfico y radial desde hace tres décadas. Desde 2010 ha sumado a sus actividades profesionales la interpretación de sus textos en el escenario, junto a notables músicos del mundo del tango y el jazz. Y, por último, es argentino de la ciudad de Mendoza, donde hay buen vino de Malbec, variedad de uva muy especial para hacer vino tinto. También allí está el Aconcagua, un pico de 6.960 metros, en la cordillera de los Andes, la cima más elevada de América. Pero, sobre todo, allí nació Quino, el creador de Mafalda. Todo esto que escribo tiene guasa y, creo, que tan solo lo entenderá Miguel.
Una vez en España, tras dos largos vuelos para recordar toda la vida, seguí a Miguel por Facebook en su enriquecedor viaje, antes había habido otros, por nuestro país. Madrid, la Alpujarra granadina, Córdoba, Alicante, Murcia, Sevilla, Valencia, Barcelona… aunque no por éste orden y, seguramente, me falte alguna ciudad, fueron los destinos de presentación de su nuevo libro en su nueva gira española. Todas esas presentaciones aderezadas, además, con la música en directo de Agustín Leal (guitarra); Mauro Bianchinelli (saxo) y Diego Álvarez (bajo acústico). Durante todo ese periodo, y a pesar de su intenso trabajo, pudimos intercambiar algunas conversaciones por WhatsApp. Posteriormente, quise conseguir su libro pero fue tarea harto difícil. Precisamente ayer me llegaron dos ejemplares de “Calle 52” gracias a su mediación. Además, tuvo la gentileza de enviarme sus dos libros anteriores, versión digital, por correo electrónico. Actualmente, tengo el placer de estar leyendo “Tangos y falsas promesas” y, también ,“Calle 52”.
Seguimos manteniendo contacto y se lo agradezco, siempre es una placer que te lleguen noticias desde Argentina. Lo que me parecía sorprendente era que Miguel solía enviarme WhatsApp a las ocho de la mañana, hora española. Una vez le llamé madrugador y le hizo gracia. Entendí entonces que su programa de radio era nocturno y lo corroboré comprobando la programación de Radio Nihuil, efectivamente finaliza a las dos de la madrugada, hora argentina, que son aquí las seis de la mañana. Ahora que me ha enviado enlaces a sus programas de radio entiendo lo que hace con gran profesionalidad. Ahora también soy su seguidor “radial”.
Os recomiendo su nuevo libro que, además de original y emanar jazz por todos los costados, tiene un código QR que accede a una lista de Spotify con los temas musicales que acompañan sus relatos. El libro, copio de la solapa, es el ínfimo, pero exquisito resumen de una notable trayectoria: el programa radial Calle 52, que creó y conduce Miguel García Urbani desde 2001. El jazz, esa música y esa cultura que no pueden comprenderse sin la palabra libertad, atraviesa todo el siglo XX y sigue ofreciendo nuevas formas, nuevos intérpretes, siempre enlazados con los grandes creadores que dieron sustancia, magia y hasta su vida por el género. Acompañado por Lómax, personaje central de esta aventura poética, el autor evoca y nos muestra los principales momentos y realizaciones de ese arte imprescindible. Las ilustraciones de Luis Scafati hacen de este volumen una verdadera joya.
Si alguno de vosotr@s está interesado en “Calle 52” y recibirlo de manera inmediata, por 16 Euros, poneros en contacto conmigo y os facilito dirección y cuenta corriente.
Junto a Miguel García Urbani en el aeropuerto de Madrid tras 24 horas de viaje