Calculo
muy mal la edad cronológica de algunas personas, se me hace difícil, sobre todo
con las que tienen mucha vitalidad, siempre están de buen humor y te facilitan
la tarea de vivir, bastantes problemas tenemos ya. Anoche, a última hora, en el Facebook de una
amiga de Peñíscola vi colgada la foto de Natalia. Cuando leí la noticia no
podía dar crédito, así que me puse en contacto con dicha amiga y me explicó que
había fallecido debido a un aneurisma cerebral.
Poco después, colgaba su foto en
mi Facebook con la siguiente leyenda: “Peñíscola no será lo mismo sin ti,
Natalia!”. Esa fatalidad ha sido la
culpable que no haya dormido bien, he dado muchas vueltas en la cama y he
tenido sueños extraños, uno de ellos me despertó a las 6,30 y ya no pude conciliar el sueño. Regresaba de
un viaje transoceánico y en el autobús que me desplazaba desde el aeropuerto de
Barajas a Madrid coincidí con una chica muy joven, más tarde pude enterarme que
tenía 21 años y estudiaba una carrera relacionada con las empresas. Estábamos
sentados juntos y hablamos de nuestros
respectivos viajes, ella venía de Londres. De repente nos dimos un beso muy
pasional, de esos que nunca quisieras
acabara. Yo vivía en un apartamento en el centro de Madrid. Desde la
amplia ventana de mi habitación se veía un gran centro comercial justo cruzando
la calle. Ambos acabamos en esa habitación haciendo el amor, luego comimos algo
y salimos al centro comercial, ella viajaba, esa misma tarde, hacía su ciudad
de origen y tenía que hacer unas compras. Desapareció por una de las puertas y
pasaba el tiempo y no regresaba. Ella tenía su maleta y sus pertenencias
desparramadas por mi cama. Decidí recorrer los pasillos del centro comercial y
como no la vi visité los servicios,. Durante ese largo rato que transcurrió
desde que desapareció me sentía culpable de lo que había ocurrido, por mi edad
bien podía ser su padre. Cuando salí de orinar, sorprendido, me di de bruces
con la mujer que compartía conmigo el
apartamento. No esperaba que volviera
tan pronto. Estaba preciosa, muy
bronceada y con un vestido rojo que resaltaba su figura. Le pregunté: ¿cómo has
regresado tan pronto?. Me respondió: vengo de casa. De repente hice balance de
cómo estaba todo, la habitación revuelta, las cosas de la chica por todos
lados. En ese momento desperté asustado y con el corazón muy agitado. Ya no pude dormir pensando en
Natalia.
Me
resultó curioso el sueño, podía haber sido un sueño normal y corriente si no
fuese porque lo recuerdo como si hubiera ocurrido verdaderamente y, además, por
estar relacionado con una muerte. Quiero buscar en Internet las posibles relaciones
que puede tener, estoy seguro que
tiene que haber alguna relación entre la
muerte y el sexo en los sueños.
El
día ha transcurrido pesado, nostálgico, con ganas de que finalice. Es uno de
eso días que escarbas en el interior y sólo aparecen sensaciones vitales, en
los que agradeces que el sol ilumine el paisaje y sientes que, a pesar de
tantas ataduras y dificultades, estás vivo y puedes disfrutar con esas pequeñas
cosas cotidianas que te hacen seguir adelante.