martes, 30 de septiembre de 2008
COLLIOURE (Sorpresas)
Con MICHAEL MOLY, alcalde de Collioure, en el cementerio.
Cartel de la exposición de VALADE
Después de comer en el restaurante “L´ Insolite” unas galettes y unas crêpes bretonas regadas con auténtica “cidre” brut decidimos acercarnos al cementerio. Mi acompañante quería llevar unas flores a la tumba de Machado. Recordaba perfectamente el camino desde el paseo marítimo, ubicación del restaurante. Justamente al doblar la última calle hacía el camposanto, en un soporte publicitario, anunciaban la exposición de fotografía “Le temps de l´été” de Aurora Valade. Nos detuvimos para contemplar el afiche. En ese momento una señora observaba el mismo anuncio de la exposición. Se dirigió a mí y me preguntó qué me parecía. Le contesté que tenía buena pinta. Entonces añadió: “es una artista especial, sí”, y que ella era parte integrante de la foto que contemplábamos. Comprobé de inmediato que, en efecto, el personaje superior de la izquierda correspondía a ella. Le hice saber que incluso llevaba en ese momento la misma ropa que en la foto. Sonrió algo avergonzada. Luego le expliqué que era fotógrafo aficionado y que iría, sin falta, a verla. Me dijo que la inauguración era al día siguiente, a las once de la mañana, y que estaba invitado. Nos hicimos la foto que acompaña el texto (demostrando que todo lo explicado anteriormente es cierto) y me reveló que era la abuela de los dos niños más próximos a ella en el póster. Nos despedimos con la certeza de vernos al día siguiente en la exposición de su amiga Aurora.
Nada más entrar al cementerio de Collioure lo primero que te encuentras es la tumba de Machado y de su madre, Ana. Está repleta de recuerdos de compatriotas que han pasado por allí: republicanos, colegios, asociaciones, particulares… Estábamos solos y, de repente, aparecieron por sorpresa tres hombres y una mujer. Venían del interior del cementerio. De inmediato reconocí al más alto. Se trataba del alcalde, Michel Moly. En la prensa de Soria había visto fotos suyas con motivo de una reciente visita de la corporación municipal soriana a Collioure. Nos saludó y nos preguntó de dónde éramos. Respondimos, en francés, que veníamos de Soria. Se le iluminó el rostro y se disculpó por no hablar en español, le daba vergüenza. Nos presentó a sus acompañantes, dos corresponsales de “El Mundo” y su secretario. Uno de los periodistas nos explicó que estaban en Collioure ya que el Ayuntamiento de Sevilla pretendía llevar los restos de Machado para, junto a otros poetas sevillanos, hacer una especie de parque temático de los poetas muertos en la capital bética. El Maire (Alcalde) de Collioure me preguntó mi opinión sobre ello. Respondí “a bote pronto” que su lugar de reposo era esa tumba y que en Soria también había oído hablar sobre la posibilidad de trasladar los restos mortales del poeta para compartir nicho con Leonor. Todos los allí presentes aprobaron mi opinión. Nos despedimos con la promesa de saludar a mi regreso a Soria a su alcalde Carlos Martínez.
Todavía quedaba una última sorpresa a nuestra llegada al hotel pero de eso intentaré hablar en otra ocasión.
domingo, 28 de septiembre de 2008
COLLIOURE
A la caída de Barcelona en febrero de 1939 Antonio Machado huye de España -- en una ambulancia, con Joaquín Ramón Xirau y Pilar Subías -- y se exilia en Collioure, donde poco después se produce la muerte del poeta y la de su madre con sólo tres días de intervalo. En su bolsillo se encuentra un último verso: "Estos días azules y este sol de la infancia". El profesor sevillano y su madre, Ana Ruiz, están dignamente enterrados en el cementerio de Collioure. Gracias a D. Antonio, Soria y Collioure están hermanadas aunque, desgraciadamente, existe muy poco intercambio entre ambas ciudades a todos los niveles. Desde este humilde espacio reivindico una mayor colaboración entre ellas para que se produzca una fructífera, y esperada, relación.
La última etapa de mi viaje a Francia, hace tan sólo unos días, me condujo a Colliure. Estuve allí hace diez años en un desplazamiento relámpago desde su hermana catalana Tossa de Mar y, ciertamente, me cautivó. Con anterioridad a mi primera visita había visto fotos en la prensa de la ciudad de la “Côte Vermeille” pero nunca pensé que fuese tan bella y agradable, tan genuina y diferente.
Tras una década sin aparecer por Collioure he podido comprobar que ha permanecido fiel a su idiosincrasia. Tiene marchamo. Sus habitantes y autoridades saben que posee una personalidad firme, única y exclusiva. Por ello saben defenderse de posibles detractores y son conscientes que la peor ofensa para la exclusividad casi siempre es el turismo. Pero Colliure, al igual que muchas personas, mejora con el tiempo. Ha establecido, en su particularidad, un distintivo de fidelidad. Desde mi personal perspectiva a veces recuerda a la exclusiva St. Tropez, aunque mucho más asequible, por suerte. Su turismo es especial, respetuoso, afable, sin duda fruto de la tradición y de saber salvaguardar lo íntimo, lo personal, lo tradicional. Espero que sepa seguir así con el paso de los años. Sería una vanidad merecida y necesaria. Acabo de regresar y ya pienso en poder regresar cuanto antes a Collioure.
sábado, 27 de septiembre de 2008
Fallece PAUL NEWMAN
Paul Newman (n. 26 de enero de 1925 - † 27 de septiembre de 2008). Actor, director, guionista, productor, los ojos más azules de la historia del cine, ha fallecido a los 83 años de edad de un cáncer de pulmón.
En 1953 debutó en Broadway con la obra de William Inge 'Picnic', que permaneció catorce meses en cartel. En 1954 se estrenó en el cine actuando en 'El cáliz de plata', de Víctor Saville. Sin embargo, su primer éxito le llegó con la película 'Marcado por el odio' (1956), en la que encarnó al boxeador Rocky Graziano.
A partir de entonces, su fama empezó a crecer como la espuma y no sólo como actor, pues Newman se colocó detrás de la cámara para rodar el corto 'On the harmfulness of tobacco' (1961) y seis largometrajes: 'Rachel, Rachel' (1968), 'Casta invencible' (1971), 'El efecto de los rayos gamma sobre las margaritas' (1972), 'The Shadow box' (1980), 'Harry e hijo' (1984) -en memoria de su hijo Scott, muerto por sobredosis en 1978 a los 28 años-, y 'El zoo de cristal' (1987).
viernes, 12 de septiembre de 2008
EL PUEBLO EN EL QUE NUNCA PASA NADA
Una agencia de comunicación lanza una campaña para promocionar una localidad de 12 habitantes en pleno maestrazgo turolense, Miravete de la Sierra. Ciertamente es una campaña curiosa y con gran aceptación ¿Nos estamos volviendo locos? Acompaño artículo que publica hoy "El País". -
Aquí el tiempo no pasa ni adelantando la hora.
Cristóbal Sangüesa va camino de convertirse en una estrella de la era virtual. Tiene 86 años, un huerto donde siembra "cuatro patatas y cuatro pepinos" y muchas ganas de dar palique a cualquiera. Nunca ha salido de Miravete de la Sierra, un pequeño pueblo en Teruel, en la comarca del Maestrazgo, donde el viento hiela la piel y las caras son siempre las mismas. Por eso le apetece hablar con desconocidos.
-El pueblo tiene un puente romano [en realidad es medieval] ¿eh? Muy bonico.
Por si fuera poco, Miravete tiene 12 habitantes y está dejado de la mano de Dios. Perfecto para la agencia de comunicación Shackleton, que ha hecho que Cristóbal aparezca en Internet enseñando su pueblo a través de un paseo virtual. Un cicerone perfecto. El proyecto es promover el turismo de este enclave perdido a través de una web (www.elpuebloenelquenuncapasanada.com) y cuatro anuncios de televisión que se emiten en canales temáticos como Calle 13 y Fox. El portal vio la luz el pasado lunes y ya lleva 36.907 visitas.
Los internautas se han vuelto locos, no paran de reírse y les falta tiempo para enlazar la web a sus blogs. Atención: se pueden comprar muñecos que son réplicas de cada uno de los 12 habitantes (180 euros), se puede comprar una teja de la cubierta de la iglesia (10 euros) y se puede jugar a ordeñar cabras que, cuando uno menos se lo espera y con mala leche, vuelcan el cubo. El embrollo, que ha perturbado la paz del campo, tiene un eslogan sugerente: "Miravete, el pueblo en el que nunca pasa nada". La música: la Tarara. Esto es el remate. Pablo Alzugaray, director de Shackleton, se explica: "Estábamos buscando un pueblo minúsculo que no tuviera nada para hacerlo famoso. El que más nos gustó fue éste, sobre todo, por la acogida de sus habitantes cuando les explicamos la idea. Es un experimento de comunicación". ¿Un experimento? ¿Hay detrás alguna marca famosa? "No puedo decir nada. Dentro de unas semanas se podrá desvelar todo, pero el objetivo, sin ninguna duda, es dar a conocer el pueblo". ¿Una tomadura de pelo? "No hay ningún objetivo malsano. No puedo desvelar más".
Cristóbal, el lugareño, está al teléfono. Ha llegado a casa después de estar con las gallinas. Le hace gracia verse en una web. En el paseo virtual presenta a todos los habitantes de Miravete. Las chanzas no faltan: Cristóbal explica que las moscas son tan tranquilas que parecen una imagen congelada, que hasta las películas de acción se lo toman con calma, que la famosa del pueblo no es una paisana, sino la fuente, que salió en la tele hace 20 años... "No hay un lugar mejor para encontrarte a ti mismo", reza la página. Lo más importante es que llegue el dinero y que los dos hoteles rurales alojen a turistas. Dios lo quiera. Si sirve para que Miravete mejore... "Eso digo yo", concede Josefa. Y se le escapa un "ay, hijo mío". "Pero el pueblo es como otro cualquiera", insiste Josefa al teléfono. "No, eso no", se escucha por detrás a otra persona.
Y todo esto es la nada.
jueves, 11 de septiembre de 2008
¿SIGLO XXI?
Creo que he comentado en alguna ocasión mis problemas con Hacienda y con Tráfico. Desde que Hacienda se encarga de confeccionar la declaración sobre la renta de las personas físicas siempre, salvo este último año, me ha proporcionado molestias. La primera vez que recibí la Declaración en mi casa comprobé que estaba a mi nombre una finca en un pueblo cercano a Soria. Envíe un escrito a la Delegación Provincial de Hacienda explicándoles que no era de mi propiedad y… hasta ahora. Sin embargo en la siguiente Declaración no sólo era propietario de la finca indicada sino que además me asignaban una casa en la misma localidad. Sin perder tiempo, y con la contrariedad que eso supone a cualquier ciudadano, me acerqué a la Delegación de Hacienda de mi ciudad. Después de los trámites pertinentes rellené un impreso y, al parecer, quedó solucionado el tema.
Pero, por desgracia, hace unos días tuve que visitar de nuevo esa importante institución. Resulta que hace más de un año me echaron una multa en San Sebastián por exceso de velocidad. Con algo de retraso pagué la multa. Al cabo de unos días de hacerlo recibí una notificación en mi domicilio. Me reclamaba Hacienda 55 euros por pago fuera de plazo. Así que recogí en la relatada Delegación un impreso e hice el ingreso desde mi banco. Todo comodidades para pagar. Pasaron unos meses desde éste ingreso y me llegó un aviso de mi banco informándome que Hacienda pretendía embargar de mi cuenta la cantidad de 55 euros. Me acerqué de nuevo a la Delegación Provincial de Hacienda y expuse a un funcionario mis quejas. Acostumbrado a hacerlo me dio la siguiente explicación: al haber pagado tarde la multa se había iniciado el proceso de embargo y, con toda probabilidad, se habían cruzado los papeles. Increíble, pensé, desde mi pago hasta la salida de esa notificación había transcurrido una semana. En este momento vigilo mi cuenta corriente para que no se produzca el más que probable embargo por parte de los ineptos (o no) de turno.
Pero eso no es todo. Hace menos de un mes recibí en mi domicilio una nueva multa por exceso de velocidad. Desde que han instalado los radares en las carreteras españolas todos los que viajamos con asiduidad nos hemos visto sorprendidos por las correspondientes sanciones. Para no tener que pasar por los tramites explicados más arriba pagué, por giro postal, la cantidad económica correspondiente a la infracción, con un descuento del 30% (creo) por hacerlo dentro del mes siguiente a recibir la notificación. Las dos opciones que te da tráfico para realizar el pago son: Giro postal (con un coste cercano a los 6 euros) o realizar un ingreso en un banco concertado. Me resultó significativo que la sanción fuera cometida a mediados de junio en un punto kilométrico de la carretera nacional Zaragoza- Valladolid, en dirección a esta última ciudad, y me llegara dos meses más tarde.
En el siguiente viaje que realicé en esa misma dirección comprobé que el kilómetro donde cometí la imprudencia no existía. La cólera se apoderó de mí y seguí conduciendo hacía mi destino pensando hacer la pertinente reclamación. Al llegar a mi domicilio unos días más tarde tenía en el buzón un impreso de Correos con el importe de la multa, ya pagada, descontados los gastos del giro postal. Afortunadamente subsanaban el error pero, como pasa siempre, el contribuyente es el que paga el pato. En este caso casi 12 euros (6 de cada giro postal) por un nuevo fallo funcionarial. Increíble en pleno siglo XXI.
Pero, por desgracia, hace unos días tuve que visitar de nuevo esa importante institución. Resulta que hace más de un año me echaron una multa en San Sebastián por exceso de velocidad. Con algo de retraso pagué la multa. Al cabo de unos días de hacerlo recibí una notificación en mi domicilio. Me reclamaba Hacienda 55 euros por pago fuera de plazo. Así que recogí en la relatada Delegación un impreso e hice el ingreso desde mi banco. Todo comodidades para pagar. Pasaron unos meses desde éste ingreso y me llegó un aviso de mi banco informándome que Hacienda pretendía embargar de mi cuenta la cantidad de 55 euros. Me acerqué de nuevo a la Delegación Provincial de Hacienda y expuse a un funcionario mis quejas. Acostumbrado a hacerlo me dio la siguiente explicación: al haber pagado tarde la multa se había iniciado el proceso de embargo y, con toda probabilidad, se habían cruzado los papeles. Increíble, pensé, desde mi pago hasta la salida de esa notificación había transcurrido una semana. En este momento vigilo mi cuenta corriente para que no se produzca el más que probable embargo por parte de los ineptos (o no) de turno.
Pero eso no es todo. Hace menos de un mes recibí en mi domicilio una nueva multa por exceso de velocidad. Desde que han instalado los radares en las carreteras españolas todos los que viajamos con asiduidad nos hemos visto sorprendidos por las correspondientes sanciones. Para no tener que pasar por los tramites explicados más arriba pagué, por giro postal, la cantidad económica correspondiente a la infracción, con un descuento del 30% (creo) por hacerlo dentro del mes siguiente a recibir la notificación. Las dos opciones que te da tráfico para realizar el pago son: Giro postal (con un coste cercano a los 6 euros) o realizar un ingreso en un banco concertado. Me resultó significativo que la sanción fuera cometida a mediados de junio en un punto kilométrico de la carretera nacional Zaragoza- Valladolid, en dirección a esta última ciudad, y me llegara dos meses más tarde.
En el siguiente viaje que realicé en esa misma dirección comprobé que el kilómetro donde cometí la imprudencia no existía. La cólera se apoderó de mí y seguí conduciendo hacía mi destino pensando hacer la pertinente reclamación. Al llegar a mi domicilio unos días más tarde tenía en el buzón un impreso de Correos con el importe de la multa, ya pagada, descontados los gastos del giro postal. Afortunadamente subsanaban el error pero, como pasa siempre, el contribuyente es el que paga el pato. En este caso casi 12 euros (6 de cada giro postal) por un nuevo fallo funcionarial. Increíble en pleno siglo XXI.
miércoles, 10 de septiembre de 2008
OTOÑO MUSICAL SORIANO: ¿Otoño en verano?
En mi tierra, Cantabria, confunden el rocío con los hielos. Así. cuando por las mañanas se aprestan a coger el coche aparcado en la calle lo primero que sueltan es: ¡vaya helada! Y, claro, la temperatura es de diez o doce grados, imposible que haya helado, mucho menos siendo verano.
Como siempre hago algún comentario al respecto, habitualmente vivo en Soria (ciudad que no sólo sirve para casarse, tal y como proclamaba en alguna de sus películas el genial Alfredo Landa, sino también para pasar mucho frío durante el invierno), mis familiares, si estoy presente, eluden el trivial comentario mudándolo por una amplia sonrisa.
Esta mañana me he acordado, muchas veces al día suelo hacerlo, de ellos. Todos los vehículos tenían una fina capa húmeda de rocío nocturno. Clara evidencia de que el otoño está cercano en Soria.
Pero todos nos confundimos alguna vez o, más bien, utilizamos los usos y costumbres de la zona. Tal vez por esa razón, o por lo que he comentado acerca de la proximidad de los fríos, en Soria confunden los últimos días de verano con el otoño. Así el Otoño Musical Soriano comienza el día 12 de septiembre y termina el 24 del mismo mes -otros años ha concluído el primer día de otoño o el último de verano-. Por tanto, la mayor parte de los conciertos tienen lugar en días veraniegos. Luego, durante el otoño e invierno, se reducen las manifestaciones culturales en la ciudad. Entonces ¿por qué no celebrarlo más avanzado en el calendario?
Creo que habría que llegar a un consenso en algunas expresiones y situar las fechas en su correspondientes estaciones. Mejor cada cosa en su sitio ¿no les parece?
martes, 9 de septiembre de 2008
STUPID MAN?
El actor español Javier Bardem concedió recientemente una entrevista al diario estadounidense The New York Times, en la que no dejó bien parada la imagen de los españoles.
"Los españoles son duros. Ellos critican mi trabajo y piensan que soy un vendido. Y ante eso lo que quieres decir es: Parad, sois una pandilla de estúpidos".
"Pero nunca le vas a gustar a todo el mundo. Después de los Oscar volví a Madrid y me encontré de nuevo con el mundo real" asegura el actor, que continúa: "tras ser galardonado por la Academia de Hollywood tu vida cambia un poco, todo lo que te rodea cambia tremendamente. Tienes que volver y tienes que demostrar que eres el mismo personaje estúpido y limitado y no ese supuesto chico de oro".
lunes, 8 de septiembre de 2008
ASIA
Comentaba el periodista Enric González, en “El País” del domingo pasado, algunas peripecias durante su primera visita a Corea del Sur. Cuando viajas al continente asiático, al menos si eres hombre, siempre te traes alguna anécdota relacionada con lo sexual. Enric se alojó en un hotel baato de Seúl frecuentado por gente de provincias que iba a hacer gestiones a la capital. Si no recuerdo mal, la primera noche llamaron a la puerta de su habitación. Se trataba del recepcionista con una oferta “Girls, mister?”. Enric cerró la puerta contestando que no necesitaba ese tipo de favores. La noche siguiente ocurrió lo mismo. Esta vez el recepcionista insistió ofreciéndole a su hermana pequeña. Enric, de nuevo, se negó a aceptar la oferta. La tercera noche recibió de nuevo la llamada a su habitación del mismo personaje. Cuando Enric abrió la puerta aconteció algo diferente a las otras dos ocasiones. Esta vez el recepcionista se metió en su cama. Enric escribía en el periódico que le resultó difícil y angustioso echar al tipo de la cama, no llegaba a entenderlo.
Estuve hace unos años en Tailandia y leyendo el articulo del autor de “Historias de Londres” e “Historias de Nueva York” recordé una anécdota que viví en Bangkok. Por suerte no me alojaba en un hotelucho como hizo Enric sino en el Twin Towers. En la puerta del hotel abundaban los taxis y los tuc tuc. Esa noche mi acompañante y yo habíamos quedado con una pareja de chicas madrileñas para ir a cenar. Decidimos ir a un restaurante especializado en pescado y marisco que nos había recomendado algún conocido. Pedimos un taxi y me senté al lado del conductor en el asiento delantero. Le di la dirección donde queríamos ir e, injustificadamente, empezó a dar vueltas por Bangkok . Llevábamos cerca de una semana allí y suelo orientarme bien. Comenté al taxista, que tan sólo conocía cuatro palabras de inglés, que estábamos dando muchas vueltas. Contestó que me llevaba a una casa de masajes de unas amigas suyas de confianza (lo de confianza lo supuse, ya he dicho que el tipo no sabía nada de inglés). Mis compañeras empezaron a gritar amenazando que bajarían del taxi de seguir dando vueltas y más vueltas. El taxista daba la sensación que ignoraba a las chicas, sólo hablaba conmigo y, por desgracia, seguía dándome “la vara” con la misma cantinela. Después de sucesivas conversaciones, “de indios”, pudimos convencerle para que nos llevara al restaurante. Nos bajamos cansados del taxi, la carrera había sido excesivamente larga aunque el precio era el apropiado. Cuando subimos los ocho o diez escalones que separaban el restaurante de la carretera nos dimos cuenta que no era el mismo que le habíamos indicado. Se había hecho tarde y el lugar tenía muy buena pinta. Propinamos varios juramentos y acabamos cenado correctamente y a un precio adecuado. El problema fue que no tenía marisco ni pescado.
En estos países siempre intentan aprovecharse del turista. Al no aceptar que el taxista nos llevara a la casa de masajes quiso asegurarse otra comisión, con seguridad menos golosa. Siempre hacen lo mismo y casi siempre se salen con la suya. Enric pudo salir airoso de los ofrecimientos inoportunos. Al menos... eso dice.
LO PROMETIDO ES DEUDA
La compañera bloguera Pegasa tuvo la gentileza de elegirme para contestar sobre seis pequeñas cosas que me hacen feliz. Ciertamente me pareció sencillo pero a medida que pasaba el tiempo y pensaba en ello me parecía más complicado. Pasaron algunos días y Pegasa me dio un toque de atención. Le prometí que contestaría su propuesta pero que necesitaba más tiempo. Ahora, después de recapacitar sobre ello en profundidad, estoy preparado para emitir mi resultado.
Sinceramente pensé en temas relacionados con la justicia, la libertad, el amor, la familia, la tolerancia, pero pronto me di cuenta que esos argumentos para nada eran “pequeñas cosas” sino principios fundamentales para obtener la felicidad. Una vez llegado a este punto tuve la certeza de que las pequeñas cosas han de tener su espacio en lo cotidiano, en el día a día. Así que recapacité sobre ello y llegué a la conclusión de elegir situaciones placenteras al cabo de un día normal y corriente. Todos esos momentos tienen algo en común. Las seis se rigen por los sentidos y los sentimientos.
El orden es lo de menos.
1.- Vigilar el mar. Controlar sus movimientos. Tonalidades que va adoptando dependiendo de la luz.
2.- Sentarme, con la cabeza en blanco, al atardecer para, con el sol a mi espalda desapareciendo y el mar de frente, contemplar lo que yo denomino “la hora bruja”.
3.- Una vez de noche encender varias velas, colocadas estratégicamente, escuchar una música relajada y apurar un chupito de whisqui “Jonnie Walker” (si es etiqueta negra, mejor)
4.- En la cama, acariciar la piel de la persona que está a mi lado y dormirme con la calidez que produce su compañía.
5.- Despertar y comprobar que el tiempo pasa, que voy cumpliendo etapas de la vida, recordando el ayer y pensando en un futuro mejor.
6.-Ver nevar desde mi ventana (con música clásica de fondo) y cuando todo está cubierto pisotear la nieve trazando un camino que servirá de rastro para el regreso (o no. Jajajaja).
Propina: 7.- Navegar.
(Si todos esos puntos, salvo el número 6, están aderezados con buen tiempo, mejor que mejor)
Sinceramente pensé en temas relacionados con la justicia, la libertad, el amor, la familia, la tolerancia, pero pronto me di cuenta que esos argumentos para nada eran “pequeñas cosas” sino principios fundamentales para obtener la felicidad. Una vez llegado a este punto tuve la certeza de que las pequeñas cosas han de tener su espacio en lo cotidiano, en el día a día. Así que recapacité sobre ello y llegué a la conclusión de elegir situaciones placenteras al cabo de un día normal y corriente. Todos esos momentos tienen algo en común. Las seis se rigen por los sentidos y los sentimientos.
El orden es lo de menos.
1.- Vigilar el mar. Controlar sus movimientos. Tonalidades que va adoptando dependiendo de la luz.
2.- Sentarme, con la cabeza en blanco, al atardecer para, con el sol a mi espalda desapareciendo y el mar de frente, contemplar lo que yo denomino “la hora bruja”.
3.- Una vez de noche encender varias velas, colocadas estratégicamente, escuchar una música relajada y apurar un chupito de whisqui “Jonnie Walker” (si es etiqueta negra, mejor)
4.- En la cama, acariciar la piel de la persona que está a mi lado y dormirme con la calidez que produce su compañía.
5.- Despertar y comprobar que el tiempo pasa, que voy cumpliendo etapas de la vida, recordando el ayer y pensando en un futuro mejor.
6.-Ver nevar desde mi ventana (con música clásica de fondo) y cuando todo está cubierto pisotear la nieve trazando un camino que servirá de rastro para el regreso (o no. Jajajaja).
Propina: 7.- Navegar.
(Si todos esos puntos, salvo el número 6, están aderezados con buen tiempo, mejor que mejor)
sábado, 6 de septiembre de 2008
CASTELLÓN, LA SEGUNDA PROVINCIA MÁS MONTAÑOSA DE ESPAÑA
Siempre me ha parecido curioso que Castellón sea la segunda Provincia más montañosa de España. Acompaño un texto sacado de Wikipedia. He intentado saber cuál es la más montañosa pero no encuentro datos. Intuyo que será Cantabria, Asturias o, tal vez, Huesca, pero no lo sé.
La provincia es montañosa en su interior, donde las estribaciones del Sistema Ibérico conforman las comarcas naturales del Maestrazgo por el norte y la Sierra de Espadán por el sur. Además, entre ambas encontramos al pico de Peñagolosa (que da nombre al macizo del mismo nombre) y que con 1813 msnm es la segunda cima más alta de la Comunidad. Otras alturas principales de la provincia son la Peña Salada (1.581 msnm), el Pina (1.405 msnm), el Encanadé (1.393 msnm) y la Muela de Ares (1.318 msnm). La provincia cuenta con una estrecha zona costera en la que destacan como accidentes geográficos la península de Peñíscola, el cabo de Oropesa y el entrante de Almenara. La mayor parte de la población habita en la franja costera, mientras que el interior montañoso se encuentra prácticamente despoblado.
También la sierra de Irta es un macizo montañoso (prácticamente inalterado por la actividad humana) que se extiende paralelo a la costa durante 15 km.
jueves, 4 de septiembre de 2008
MUCHO RUIDO.COM
El ruido es uno de los problemas más acuciantes de nuestra sociedad, representa una importante dificultad ambiental para el ser humano. Llevo todo el verano con molestias de ese tipo. No importa donde estés, no importa el horario, siempre tiene que haber algo que haga el ruido suficiente como para sacarte de tus casillas. Las dos últimas noches me he acostado tarde y mi intención era no levantarme temprano las mañanas siguientes. Pero basta que tengas intención de hacer algo para que algún desaprensivo te fastidie. En Santander mi familia vive en las afueras. Cuando estudiaba en el instituto todos nos conocíamos, pero desde hace unos años está abarrotado de urbanizaciones despersonalizadas y las casitas antiguas han sido restauradas y habitadas por nuevos vecinos. Anteayer y ayer, justamente a las 8 de la mañana, a un vecino le dio por podar el seto que rodea su casa, pero no con tijeras de las tradicionales sino con una cortadora de césped motorizada. En ambas ocasiones la operación duró tres horas. Ciertamente me ha sacado de quicio, el motorcillo para y vuelve a conectarse en ciclos temporales de escasos segundos, sin llegar en ninguno de ellos siquiera al minuto. Es para volverse loco.
Cada vez llevo peor circular por Santander y sus alrededores. Ayer tuve que ir en tres ocasiones al aeropuerto de Parayas. Desplazarse en coche desde Corbán hasta Parayas o hasta el cercano centro comercial Valle Real en Camargo se convierte, para mí, en una pesadilla. En Santander la gente, en general, conduce muy agresivamente, por eso tienes que ir con los cinco sentidos activados al máximo. En mi primer viaje a Parayas, a escasos doscientos metros del aparcamiento, recibí una llamada del familiar al que iba a recoger informándome del retraso, de casi dos horas, de su avión procedente de Madrid. Pensé cómo ocupar esas dos horas. Un recurso podía ser visitar el centro comercial próximo pero estaba muy cansado. Tenía hambre y la opción elegida fue ir a comer unas rabas. Desde allí me desplacé a un bar que frecuento a menudo en Adarzo, relativamente cercano a mi casa. Su dueño fue medalla de oro en Vela en unas olimpiadas anteriores a las de Barcelona. Es una tasca muy cuidada, con una decoración de las antes y un servicio correcto. Las rabas suelen estar muy buenas. Pero no todo puede salir bien, nada más entrar la dueña atacaba con fuertes golpes de martillo una estantería. Nos pidió disculpas a los congregados sobre la barra. Salieron las rabas y cuando masticaba alegremente la primera otro ruido atroz reventaba el silencio recién recuperado. Se trataba de uno de esos molinillos de café eléctricos que permanecen cinco o más minutos dando la brasa y que cuando terminan de moler producen un alivio incuestionable.
En el interior del periódico local también había una noticia sobre la amenaza de los ruidos. Los vecinos de los alrededores de Cañadío (zona de copas) pedían medidas firmes sobre el problema que les acucia durante todo el año y, sobre todo, en verano. El problema es bien conocido en cualquier municipio de nuestro país. Está prohibido estar con bebidas alcohólicas fuera de los locales pero nadie hace nada al respecto. La legislación, por desgracia, es dispersa e incoherente, casi siempre ininteligible. Y, por supuesto, INCUMPLIDA.
Cada vez llevo peor circular por Santander y sus alrededores. Ayer tuve que ir en tres ocasiones al aeropuerto de Parayas. Desplazarse en coche desde Corbán hasta Parayas o hasta el cercano centro comercial Valle Real en Camargo se convierte, para mí, en una pesadilla. En Santander la gente, en general, conduce muy agresivamente, por eso tienes que ir con los cinco sentidos activados al máximo. En mi primer viaje a Parayas, a escasos doscientos metros del aparcamiento, recibí una llamada del familiar al que iba a recoger informándome del retraso, de casi dos horas, de su avión procedente de Madrid. Pensé cómo ocupar esas dos horas. Un recurso podía ser visitar el centro comercial próximo pero estaba muy cansado. Tenía hambre y la opción elegida fue ir a comer unas rabas. Desde allí me desplacé a un bar que frecuento a menudo en Adarzo, relativamente cercano a mi casa. Su dueño fue medalla de oro en Vela en unas olimpiadas anteriores a las de Barcelona. Es una tasca muy cuidada, con una decoración de las antes y un servicio correcto. Las rabas suelen estar muy buenas. Pero no todo puede salir bien, nada más entrar la dueña atacaba con fuertes golpes de martillo una estantería. Nos pidió disculpas a los congregados sobre la barra. Salieron las rabas y cuando masticaba alegremente la primera otro ruido atroz reventaba el silencio recién recuperado. Se trataba de uno de esos molinillos de café eléctricos que permanecen cinco o más minutos dando la brasa y que cuando terminan de moler producen un alivio incuestionable.
En el interior del periódico local también había una noticia sobre la amenaza de los ruidos. Los vecinos de los alrededores de Cañadío (zona de copas) pedían medidas firmes sobre el problema que les acucia durante todo el año y, sobre todo, en verano. El problema es bien conocido en cualquier municipio de nuestro país. Está prohibido estar con bebidas alcohólicas fuera de los locales pero nadie hace nada al respecto. La legislación, por desgracia, es dispersa e incoherente, casi siempre ininteligible. Y, por supuesto, INCUMPLIDA.
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