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domingo, 1 de agosto de 2021

Julio 2021: Dibujos y acuarelas

   Desde finales de junio hasta ahora he ido haciendo cosas diferentes. Unas en casa, otras en alguna salida, aquí en las cercanías de albacete o a Benidorm o Mojácar, en Almería. En cuaderno, como estas o acuarelas en formato mayor. Si estoy en casa a veces recurro a pastillas de tinta china y plumillas, si estoy fuera, estilográfica (Namiki Falcon flexible, en este caso). Luego en casa les doy sombras, diluyendo algo de tinta china, si no usé pincel de agua en su momento, si había tiempo y comodidad para hacerlo.
   
El anterior dibujo acuarelado, dibujado en los Pinares del Júcar, en las cercanías de Albacete, luego acuarelado en casa, que fuera hace mucho calor.
   La siguiente es una acuarela sobre unos árboles otoñales, probando un nuevo líquido enmascarador, más fluido y manejable, de Liquitex. 

   Unos días en Mojácar, en Almería, en la misma orilla de la playa, antes de que empiece a hacer calor en serio y de que todo se llene de gente, aunque en Almería no suele ocurrir. Dibujando desde la terraza del apartamento, a unos metros del mar.
   Con acuarela o con grafito, desde el mismo lugar, también en cuaderno. El cuaderno es de Hahnemülhe, formato cuadrado, 195x195 mm, papel de 140 gramos.
Unos bocetros en acuarela del movimiento de las olas, dibujados desde el mismo sitio que los anteriores. Papeles de acuarela distintos, satinados y de grado medio.
Un dibujo de paisaje imaginario con grafito y algunos toques de acurela:
   Una acuarela del entorno del Viso del Marqués.

martes, 5 de diciembre de 2017

ALTEA

   Huyendo de los fríos de Albacete, que se han echado de una, nos vamos para la costa, un recorrido por esa zona de Alicante tan familiar y tan hermosa. Pasando por Alcoy, de Campello a Calpe, con base esta vez en Altea. Muchos dibujos en un cuaderno Art Book de Canson, de 18 x 25, con estilográfica, bic negro o lápiz, acuarelados después si no da tiempo en su sitio, que a veces si da.
   El primero es la iglesia ortodoxa que hay en la zona de Altea Hills. La había visto aparecer en una curva siempre que pasábamos por allí  yendo hacia Calpe. Parece de un cuento de hadas, con las cúpulas como cebollas doradas reluciendo al sol, que es lo primero que sobresale entre los árboles de esas montañas costeras. Esta vez ha tocado por fin dedicarle un dibujo.
   El segundo dibujo es una especie de mapa del trayecto, una vista desde esas montañas llenas de casitas, el mar al fondo y el cielo vestido con nubes y en una ocasión hasta luciendo un arcoiris. No se puede pedir más. El anochecer cuando hay nubes es una pintura, uno de esos cielos que cuando se llevan a un cuadro parecen una exageración de la mano del pintor. Cuando amanece no puedo nunca dejar de recordar a los griegos que bautizaron Hemerospopeion a esta zona cercana a Denia, Ἡμεροσκόπειον, "la que mira a la mañana", primer lugar por donde amanece en la península. En griego todo suena a poesía.

    Las montañas de la costa están cubiertas de casitas, salvo Benidorm, criadero de turistas en altura. Visto desde aquí, desde lo alto y a distancia, se dibuja el skyline de rascacielos en la misma costa, seguramente más plazas hoteleras que en toda Grecia, ciudad con nombre de regusto árabe hoy llena de bares, hoteles, cafés, restaurantes y tiendas, siempre invadidas por guiris saliendo de los supermercados con carros llenos de botellas o sentados a pleno sol como lagartos, patidifusos, las piernas extendidas, dispersas, caras color langosta cocida, vaso en mano y con un relajo cercano a la catalepsia. Sólo resurten sobresaltados cuando recuerdan o les mientan a Cameron, a Farage o a May, a los del tiro en el propio pie del brexit, y se les conoce porque les cambia la cara, maldicen y se dan otro trago, pensando pedir la nacionalidad española, esa a la que los alucinados pares locales de los próceres mentados quieren renunciar. También hay muchos rusos y nórdicos, cosa que se nota en los carteles de comercios e inmobiliarias. Incluso hay españoles, pero menos.
   Dibujo en una calle de Benidorm, hecho dentro del coche, esperando a que abrieran la churrería para tomar un chocolate con churros. Extraño horario de churrería, evitando madrugones y asorratos. Un sindiós.
   En Calpe, a comer en el puerto, como es costumbre. Una fritura de pescado y un arroz caldoso con bogavante por poco más de lo que en otros sitios te cobran por un plato combinado o un par de bocadillos de anchoas. Ventajas de esa competencia feroz que lleva a perseguir a los paseantes ofreciendo vasos de sangría y un calamarcillo intentando arrastrar  a los turistas hasta su local. Aunque uno vaya a tiro hecho conviene dejarse querer, porque llegan a hacer ofertas de mariscadas a los indecisos a precios asombrosos. Y el pescado de la zona es de los mejores del mundo.
    Otro día, entre entre Alfaz del Pi y Benidorm, el Cisne, lugar del que ya hemos hablado y dibujado en otras ocasiones. Música, babel de guiris, unos en camiseta, otros como para ir a Alaska, antigüedades y cosas viejas, mercadillo, zoco y rastro, comidas y bebidas, mil recovecos llenos de objetos y plantas, en gran parte techado, de obra o zonas cubiertas por lonas o madera que parece sujetarse en los troncos de palmeras y otros árboles de cuando aquello era la huerta de una finca con su casona con torreón. Músicos curtidos en las verbenas y hoteles intepretando con solvencia música internacional para que se desgarabiten los guiris, algunos en poder de las uvas, de trapillo o vestidos para una cena en Versalles, en un ambiente siempre agradable y a veces sorprendente.
   Estamos allí tres o cuatro horas que dan para visitar el mercadillo, algunos puestos del rastro, tres libros a un euro (si eliges solo dos tienes que discutir porque insisten en que son tres, lo que sirve para practicar el inglés), a veces cuadernos artesanos surtidos para todos los gustos y bolsillos. Como no hay que obviar la hidratación, que hasta en diciembre hace sol, se aprovecha el tiempo dibujando el percal, siempre sugerente. Comemos, tomamos café, dibujamos algunos rincones y nos vamos. Volveremos.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Acuarelas Noviembre 2017 - I


   En esta entrada se mustran algunas de as acuarelas pintadas durante el mes de noviembre. No es necesario explicar mucho ni materiales ni técnicas utilizadas pues han sido lo habitual: Garzapapel y pigmentos de Daniel Smith y algunos de Rembrandt. Si acaso la prueba de algún color poco presente en mi paleta hasta ahora, siempre siguiendo con el trabajo con los verdes.
   La primera un paisaje de Santiago Pontones, en Jaén, las tres siguientes son interpretaciones de algunas de las fotos espectaculares que José Manuel Vilaboa nos ofrece en Facebook sobre los colores de bosques de La Coruña.
   En la siguiente se utiliza un color que no había utilizado, el cobalt Teal Blue de Daniel Smith, tono similar a algunos turquesas de esta marca o de W&N.

   Una acuarela sobre Benidorm, intentando sintetizar, no entrar en detalles.
   Dos acuarelas, secuela del viaje a Santiago-Pontones, al encuentro de Acuarelistas de Jaén. Muchas cosas hay en esa zona increíble para pintar, también árboles centenarios, como el Pino Galapán. Es un pino laricio (pinus nigra salzmanii), que por allí llaman salgareño, un árbol viejo e imponente, de unos 400 años, aunque ellos tienen otro reloj y otros calendarios. No muy lejos hay algunos sequoyas, unos primos que traería algún indiano a estas sierras. Pudo haberse hundido en Trafalgar junto a algunos de sus hermanos, trasplantado a un navío de guerra y vestido con velas de lona. Las tropas de Napoleón tal vez pararan a almorzar a su sombra, y alguna banda carlista pudo llegar a hacerlo. También pudo haber sido traviesa de tren o viga de cortijo. Ahora es un superviviente.
   Por esa misma zona, el nacimiento del río Muso, por donde anduvimos pintanto y haciendo fotos.


viernes, 13 de mayo de 2016

Benidorm en mi cuaderno. Dibujos

    Unos días, pocos, de merecidísimo descanso por Benidorm y alrededores, en plan familiar. Pero siempre con el cuaderno a cuestas. Pocos aparejos, pues esta vez todo va en el bolso. Una sola pluma estilográfica, una Pilot extrafina con tinta indeleble de Platinum. Una cajita con acuarelas de fabricación casera cargada con Rembradnt y Daniel Smith y un pincel Escoda de viaje, de marta kolinsky Tajmyr del número 4. Un pincel increíble. Para su tamaño carga mucha agua, hace líneas finísimas y no necesita uno nada más. Todos los dibujos en un mismo cuaderno, uno de Paper Blanks de la serie Old Leather.
   Aunque ha llovido bastante, como en casi toda España, ha sido más por la noche y quedan días de sol y sombra, con buenas nubes y luz intensa. Incluso ratos para dorarse al lado del mar, en Finestrat, dibujando el paisaje mientras uno se toma una cerveza, o en una cafetería en Benidorm en esa zona atestada de tiendas, guiris, y scooters. Tengo que alquilarme uno para andar por allí sin andar.
   La vegetación brilla, por el sol y por la lluvia, las palmeras como recién sacadas de la tintorería, las flores recién regadas y algunos paraguas que aún dan más color al conjunto. Aunque cuando era más joven no me gustaba Benidorm, he llegado a encontrar encantador este monocultivo de turistas en altura. Hay de todo. Y hay más de un Benidorm, sólo falta buscarlos. Sitios de bulla, tostaderos de turistas color gamba a la plancha, remansos de paz entre palmeras y flores, calas ahora con poca gente, una oferta de hostelería inigualable en variedad y buenos precios, peces, salazones, gambusinos y arroces, soles y sombras, cervezas y cafés, desayunos con huevos y beicon con judías, chinos vendiendo de todo, nórdicos en su punto, vuelta y vuelta, ingleses a medio cocer y civilizar, otros del todo, jóvenes en pleno desmadre, jubilados oreándose, en fin, que tema hay.
   Las paradas para descansar se aprovechan para dibujar. Cortado y dibujo. Si hay tiempo, que lo hay, se da la acuarela allí mismo. En los que se puede se cuña con el sello del establercimiento,. Para ello tiene que haber cuño y establecimiento. Aunque estuvimos un par de veces en El Albir, no he dibujado allí como en otras ocasiones, pues hacía un día algo desapacible y alli hay bastante viento, a la orilla de la playa. Pero el motivo era otra visita casi obligada a un supermercado donde se venden productos internacionales para la abundante colonia extranjera que vive en la zona. A reponer un poco de queso cheddar curado, galletas de canela, mermelada de gengibre y de lima, miel de limón, algún jabón, vino blanco de Jalón, un seco de uva moscatel que me gusta, y algunas otras cosas. Entre ellas, cepillos de dientes Jordan, noruegos, de mango muy fino y cerdas en su punto de tiesas que llevo usando 40 años hasta que dejé de encontrarlos para recuperarlos aquí después de que hasta en El Corte Inglés dejaran de venderlos. Aunque el jabón de verbena, hecho en Marsella, lo compré en Carrefour, una gozada de espuma y aroma. Termino que esto parece una guía de compras.
   Como siempre que hay ocasión y es de jueves a domingo, visita al Cisne, sitio inclasificable pues reúne tiendas de antigüedades, mercadillo, bares, restaurantes, música en vivo y en muerto, hasta cuadro flamenco en que los turitas acaban bailando sevillanas o algo muy parecido, pintas a dos euros y plato de paella a un euro. Por diez euros una jarra de sangría y dos platos de paella y dos cafés. No es de extrañar el éxito. En dos horas me dió tiempo a tomarme dos pintas, un plato de paella, un café y a hacer tres dibujos en el cuaderno, que me cuñaron amabilísimamente.
   Patio que ya he dibujado mil veces, con su ficus, sus buganvillas y jazmines, palmeras, pinos, flores y laa montaña al fondo, casi siempre con alguna  nube en la cima.
   Una calle del Rincón de Loix.

jueves, 14 de abril de 2016

Dibujos y acuarelas

    Después de Úbeda, Baeza y Madrid, empezamos abril con unos días en Benidorm. Unos dibujos en cuaderno y algunas acuarelas de pequeño formato, éstas sobre Garzapapel de 21 x 30. La primera es del puerto deportivo de El Campello, en Alicante, de fotos y dibujos desde una rterraza desde la que se escucha l subasta del pescado, mientras se contempla el paisaje y la partida de petanca en la arena de la playa. El siguiente es un dibujo de palmeras y costa, con un rotulador pincel chino de tinta negra y u8n pincel de agua cargado con tinta marrón bastante disuelta en agua.
    Dibujos acuarelados en Benidorm, patios con palmeras, montañas al fondo y buganvillas.
   Apunte de una maceta con orquídeas, también en el cuaderno. Pluma estilográfica, tinta indeleble y acuarela aplicada con más rapidez que cuidado.

   Un ficus en el patio, con una vitalidad inconcebible. Las podas hacen que rebrote por todos sitios. El tronco va retorciéndose, incorporando ramas que se incorporan al tronco como si fuesen de goma, raíces que cuelgan de las ramas hasta el suelo para formar nuevos troncos, hojas brillantes y jugosas, como lenguas verdes o abanicos. Una maravilla de árbol que va cambiando a lo largo del día mientras la luz muestra unas zonas y tapa otras. Se podría estar uno varios dias dibujando ese mismo árbol.
   Con mñas calma, hacemos una acuarela frente al mismo árbol, procurando ir rápidos antes que cambien demasiado la luz y las sombras.
   Por fin una acuarela basándonos en un cuadro de Manet, "La amazona", especialmente para jugar con la sabiduría de los colores utilizados por el pintor.




sábado, 7 de junio de 2014

Música, Exposición y descanso en Alicante

   Los últimos quince días han sido especialmente espesos. Además del montaje e inauguración de mi expo de dibujos y acuarelas, mucha música: reuniones, ensayos, bolos, conciertos, con sus correspondientes montajes, desmontajes y nervios. Todo ello con final feliz. Alabado sea el Altísimo.
Presentación de nuestro grupo Flashback en el Chapó, el 19 de mayo.
Con Pascual Ortiz, Segis Armero y Paco Arteaga.

Entre los cuatro, unos 160 años de música y amistad.
El 22 de mayo, inauguración de mi exposición de dibujos y acuarelas, en la Casa Vieja.
Seguiremos allí hasta el 20 de junio.
El 29 de mayo, en el Sagasta de La Roda. Alfonso Ruíz puso sus acuarelas en el escenario y en la sala. Nunca antes había tenido tan buen escenario. Para colmo, me regaló una acuarela, que me dejó elegir entre todas las expuestas, decisión difícil.
Gracias a Alfonso y a mis compañeros, que no quisieron que se sorteara entre los cuatro.
31 de mayo, en el Auditorio Municipal, con el cartel de "No hay entradas", compartiendo escenario  con muchos amigos, todos ellos músicos magníficos. David Espejo (piano), Alex Ponce (violín), Luis Arteaga (bajo), un servidor (guitarra) y un Steinway & Sons 7, acompañamos a Elisa Belmonte cerrando el concierto.
   Después de esos quince días, uno llega a la conclusión de que se merece unos días de descanso, compartidos con quien con su apoyo y paciencia ha facilitado que pudiera hacer tantas cosas. De forma que, una vez libres de compromisos y obligaciones, hemos hecho como el sol en invierno y nos hemos ido para Alicante, la millor terreta del mon. Cuando digo Alicante, me refiero a Calpe, Jalón, Campello, Benidorm, Alicante y escalas en otros puertos. Como el plan era descansar, se ilustran mis intenciones con la siguiente panorámica, que hace inevitable sacar los apechusques de pintar y ponerse a dibujar el paisaje:
   Al fondo, el peñón de Ifach, en Calpe. Para los navegantes de la Antigüedad este inmenso farallón era la segunda de las Torres de Hércules, pues la otra era Gibraltar. Ifach, la del norte, le llamaron los fenicios y así se sigue llamando. Lo que se dice un lugar y un topónimo con solera. Con el lema "Non Plus Ultra", estas torres aparecen a diestra y siniestra del nuestro escudo nacional. De forma que aunque muchísimos estadounidenses no lo sepan, y además lo ignoren, esa columna y la de Gibraltar, junto con la orla del lema citado, son el símbolo de su amado dólar $, pues en tiempos lejanos era la moneda del imperio español, con sus emblemas, la universalmente tenida por buena. La vida da muchas vueltas, más que una moneda al caer.
   Habitado desde siempre, tanto el peñon como la zona que le rodea, ha sido atalaya, refugio, referencia para navegantes... Iberos, romanos, bizantinos, árabes, aragoneses y castellanos han dejado murallas, monedas, cerámicas, muros y recuerdos. Abajo, en la orilla del mar, Los Baños de la Reina, que es como se suelen llamar a estas piscifactorías romanas de forma tan romántica como inexacta. Las hay en Altea, Calpe y Campello. Las de Altea no las conozco todavía. 
   Dos días antes, con la misma pluma (una Pilot Artist Pen EF) y tinta siena, ya habíamos hecho un dibujo en ese cuaderno de Paper Blanks de la torre de El Campello. Aunque es bastante ajustado a la realidad, el dibujo es más como lo recuerdo que como se ve desde donde lo he pintado, semioculto por otras construcciones, el puerto deportivo, carteles, coches y demás. A veces conviene dibujar cómo eran las cosas. Incluso como debieran de ser, por supuesto eliminando todo lo que no aporte nada relevante y positivo a la composición.

   Se muestra la fotografía para ilustrar la interpretación que antes comentaba.
   Un detalle me gustó, una gran piedra tras esas plantas de Aloe Vera. De forma que un apunte, una foto y otro proyecto de acuarela al cajón.

   Detrás del torreón, edificado entre 1554 y 1557 para otear piratas e invasores, siguiendo las órdenes de Buenaventura de Cárdenas, virrey de Valencia, se encuentran los Baños de la Reina de Campello, la Illeta dels Banyets, con piscinas talladas en la roca para retener los peces de la factoría de salazones, materia prima para elaborar el "garum", que venía a ser el rotundo ketchup de los romanos, algo así como la salsa Worcestershire o las típicas orientales de pescados fermentados.
   Hace años se llegaba a esa zona de rocas talladas, de aguas cristalinas ideales para bucear, andando por encima de la zona hoy excavada. Se puede llegar andando, pues ese islote se separó de la costa por un terremoto y se ha unido a ella de forma artificial. Es zona habitada desde hace 5000 años por los primitivos pueblos y culturas aborígenes, por los iberos y después por todos los pueblos del Mediterráneo que se han ido turnando a lo largo de la historia para invadirnos, según acreditan los restos hallados. Entre ellos de varios templos y unas pequeñas termas romanas, vestigios de la villa que se debió construir por quienes explotaron esos viveros de peces para hacer con parte de ellos la mencionada salsa.
     En Benidorm me dediqué a pintar árboles, lo que requiere eliminar todo lo demás: coches, autobuses, turistas, tiendas de chinos, ingleses en poder de las uvas vociferando en paños menores en las terrazas de los bares... Mejor pinto árboles, obviando a estos señores que no saben beber. Ni tomar el sol, que ya están semicocidos por fuera, del todo por dentro, y el verano no ha hecho más que empezar.


   Por último un apunte de un árbol y unos muros del Castillo de Santa Bárbara, en Alicante. Hice muchas fotos porque es enorme y cuesta trabajo recorrerlo todo, de forma que no creo que vuelva a menudo, aunque merece la pena. No creo que haya otro complejo defensivo en lugar más adecuado que este, con un tamaño tan desmesurado, con tantas almenas, murallas, aljibes, salas... y tan bien conservado. Hasta una taberna del siglo XV.
   Además puede comprobar que vivir o trabajar en un castillo, con sus cañones recuperados de navíos históricos, sus aspilleras para lanzar las flechas a gusto, sus mazmorras, instrumentos de tortura y demás elementos defensivos y ofensivos, puede hacer que algunos de sus moradores se vuelvan hostiles, malcarados y desabridos. El guardia que protege la entrada sabe a quien me refiero y por qué. Pero lo comprendo.  A quien no es capaz de entender bien su actual misión, un lugar así puede retrotraerle al pasado, incitándole a hacer desagradable una visita que no se ha conseguido impedir. Quienes hasta allí suben hoy en día no son enemigos, piratas berberiscos, vikingos o cualquiera otra marca o modelo de incordio, sino los turistas que le dan de comer. Su no entendida misión es dar facilidades, hacerles agradable la visita, provocar que deseen volver, dejar un buen recuerdo. No pido que te devuelvan la sonrisa, que no estaría demás, pues la mayoría lo hacen, pero cada uno debe sufrir en silencio sus dolencias gástricas o de otro tipo. Con Dios, hermano.