¡No os podéis imaginar lo contenta que estoy! Al fin he encontrado la receta que buscaba. Por fin sé hacer... ¡el churro "perfecto"!
Y es que no creáis que ha sido una tarea sencilla... Llevo años con una churrera en casa y varios intentos fallidos de conseguir un buen churro. Seguía la receta típica de mitad de harina y mitad de agua (a veces incluso variaba las proporciones de agua). Al final: siempre me salían muy duros por dentro, no me convencían. Llegué a desanimarme bastante hasta el punto de dejar la churrera apartada en casa y pensar si había sido buena compra...
Pero el sábado pensé que tenía muchas ganas de desayunar unos churros el domingo, y que quería hacerlos yo: me iba a dar otra oportunidad. Así es que me conecté a internet con el propósito de no salir sin una receta que me convenciera para llevar a cabo esta ardua tarea que me había encomendado a mí misma...
Después de mucho mirar: no llegué a ninguna conclusión. Pero vi varias indicaciones que podían aportar algo nuevo a mis recetas: cogí todas esas ideas y las plasmé en mi receta. Así es que probé y ¡estupendo! Exactamente los churros que quería: crujientes por fuera y tiernos por dentro.
El secreto no sé si será la Harina Panadera, la levadura Royal, la leche o la mantequilla..., o quizás el reposo. El caso es que pienso seguir esta receta al pie de la letra para la próxima vez...
¿Os animáis a hacerlos?
INGREDIENTES (para unos 15 churros, 2-3 personas)
- 1/2 taza (y un pelín más) de Agua (125 grs.)
- 1/2 taza (y un pelín más) de Leche (125 grs.)
- Una cucharadita colmada de Mantequilla
- Un pellizco de Sal (3 grs.)
- 1 taza de Harina normal (150 grs.)
- 1 cucharadita de Levadura tipo Royal (no de panadería)
- Aceite para freír
La elaboración es muy rápida y sencilla. Tamizamos la harina junto con la levadura y reservamos.
En una jarrita medidora mezclamos el agua y la leche. Ponemos en un cazo los líquidos junto con la sal y la mantequilla y calentamos hasta que empiece a hervir. Aquí podemos seguir una de estas 2 opciones:
VERSIÓN VITROCERÁMICA
En este momento cortamos la vitrocerámica y dejamos la olla encima (si es cocina de gas ponemos al mínimo). Añadimos de golpe, de una sola vez, la mezcla de harina al cazo y con una cuchara de madera vamos moviendo hasta que veamos que queda una mezcla más o menos homogénea y que se separa de las paredes del cazo (un par de minutos moviendo más o menos). Yo aprovecho este momento para probar el punto de sal y rectificar si está muy soso (si os habéis pasado será más complicado...)
VERSIÓN KITCHEN-AID O AMASADORA
Aunque ensucias un cacharro más es una forma más cómoda de hacer la mezcla. Tamizamos la harina y la levadura sobre el vaso de la amasadora. Una vez que la mezcla de líquidos hierva la vertemos de golpe sobre el vaso de la harina y con el accesorio de pala movemos a velocidad mínima hasta que nos quede una mezcla homogénea. Si hay que rectificar de sal será mucho más fácil de mover con la amasadora que con la cuchara.
Debemos obtener una masa consistente, pero húmeda y relativamente manejable. Como una plastilina tipo "Play-Doh" recién comprada, muy blandita (¡vaya comparación!). Tapamos con un paño de cocina y dejamos reposar una media hora.
Pasamos a la churrera y vamos haciendo los churros según las indicaciones del fabricante y el tipo de churrera que tengamos. Los vamos depositando sobre un paño de cocina (o en la encimera limpia) y reservamos mientras se calienta el fuego. Con esto evitaremos estar friendo a la vez que haciendo los churros y no poder estar pendientes al cien por cien de ellos (¡que no se nos quemen!).
FRITURA Y CONSEJOS PARA OBTENER EL PUNTO EXACTO
Calentamos el aceite en una sartén (yo pongo como un dedo o poco más de aceite) y cuando veamos que está caliente freímos una bolita pequeña de masa. Cuando esté dorada podemos empezar a freír los churros. También podemos hacerlo en cuanto el aceite empiece a echar humo.
Dependiendo del grosor de los mismos necesitarán más o menos tiempo. En mi caso para que se cocinen bien deben quedar doraditos. Pero os recomiendo que el primer churro que saquéis del fuego lo partáis y miréis si está bien hecho por dentro, ni crudo ni tostado (el punto de color que tienen los míos es el que a mí me funciona). En mi vitrocerámica (una Teka) pongo el calor al máximo (al 9). Cuando los churros lleven unos 15 o 20 segundos bajo al 7-8, para que no se hagan muy rápido. Necesitan unos 3 minutos por cada lado más o menos para quedar bien hechos (yo uso un par de tenedores para darles la vuelta y sacarlos). Si vemos que pierden la forma y se abren es que o tienen poco aceite (añadimos más) o éste no está lo suficientemente caliente. Si se nos tuestan enseguida (no se doran, se ponen muy oscuros por los bordes y blancos por el interior del dibujo) quedarán crudos por dentro y eso es porque el fuego está muy fuerte.
Una vez fritos sacadlos y ponedlos en un plato cubierto con una servilleta para que absorvan el exceso de aceite.
Eso es todo. Acompañadlo con un buen chocolate a la taza y un platito de azúcar "para mojar". Seguro que repetís muy a menudo y no os digo nada si tenéis niños... Yo en invierno los hago al menos una vez al mes.