Entre las múltiples opciones nos decidimos por el de bisutería con cuentas termofusibles, más conocidas como "Hama Beads" o su versión de Ikea "Pyssla".
Lo cierto es que estas pequeñas cuentas de plástico multicolor son un juguete infantil (recomendado a partir de los 4 años) pero, sinceramente, se necesita un pulso y una paciencia que no veo que cuadre mucho con esa edad...
¿En qué consiste? Pues en colocar las cuentas de forma vertical sobre unas plantillas de plástico rígido (las hay de formas variadas) que tienen unas pequeñas fijaciones. ¿Cómo? A mano (con buen pulso) o con unas pinzas.
Escogemos una de las imágenes, seleccionamos las cuentas del color que vamos a necesitar y comenzamos a colocarlas. En realidad viene a ser muy parecido al punto de cruz (contar puntos y cambiar colores).
Una vez completado el dibujo llega el momento de fijarlo. Para ello se necesita un papel protector (el de horno es perfecto); lo colocamos sobre las cuentas y encima posamos durante varios segundos la plancha, a máxima potencia pero sin vapor. Hay que procurar que no coincidan los agujeros de la base de la plancha con parte del dibujo, pues entonces no se fundirá de forma homogénea.
Aquí tenemos dos opciones: plancharlo sólo por un lado (por la otra cara nos quedará un dibujo muy pixelado) o por ambos lados (entonces se unen las piezas y el dibujo queda más claro y la figura más plana).
Se deja secar unos segundos y ya se puede retirar el papel protector. Dejar que enfríe totalmente y ya está listo!! Añadiéndole un trozo de fieltro y un imperdible se convierten en un broche muy colorido, o quitando una de las cuentas dejamos un pequeño agujero por el que pasar un cierre para unos pendientes o para un llavero... las posibilidades son infinitas.
Aquí os dejo parte de la producción de esa noche: