El hombre con aspecto de viajante es Quico Sabaté. A su lado y años más tarde, una pareja se hace una foto ante el mismo Arco de Triunfo de Barcelona (Antonio Téllez/sin fecha). @Ricard Martínez, 2010.
Sabaté fue un maquis. Un hombre-ejército, que, como un hombre-orquesta, siguió con la guerra contra los militares insurgentes españoles, mucho después de que esa guerra hubiera acabado. Para entonces, se había tenido que exiliar en Francia. Desde allí entraba en territorio español para realizar expropiaciones -atracos, según la taxonomía policial- y actos de sabotaje contra ese régimen legitimado por un acto tan largo y violento, como la guerra de la que estamos hablando. Esas incursiones le trajeron a Barcelona más de una vez. Hay varias fotos que testifican sobre sus estancias en esta ciudad.
A finales de 1959 salió de Francia con destino a Barcelona. Nunca llegó. Fue abatido el 5 de enero de 1960 en la esquina de las calles Mayor con Santa Tecla, en Sant Celoni. Los hombres que le mataron hicieron – o permitieron que se hiciera – esta otra foto para certificar su muerte.
Muchos años después, otros hombres pusieron una placa en aquel lugar para recordar todo ello.
Como esta imagen, en la que, según Edmon Valles, Sabaté transita por una concurrida calle.
O esta otra, en la que aparece mostrando un mortero casero para lanzar propaganda.
A finales de 1959 salió de Francia con destino a Barcelona. Nunca llegó. Fue abatido el 5 de enero de 1960 en la esquina de las calles Mayor con Santa Tecla, en Sant Celoni. Los hombres que le mataron hicieron – o permitieron que se hiciera – esta otra foto para certificar su muerte.
Diferentes usos de una misma fotografía. Esta representación del cadáver de Sabaté sirve, entre otras cosas, de certificado de defunción de la persona retratada, de trofeo del emisor de la imagen y de escarmiento para el receptor de la misma.
Muchos años después, otros hombres pusieron una placa en aquel lugar para recordar todo ello.