Si una cosa teníamos clara es que ninguno de los dos quería tener el típico bodorrio de gala donde las flores y los lazos ocupan cualquier panorámica del lugar de celebración. Ambos respetamos esa forma de celebrar bodas, cada pareja sabe lo que quiere y decide celebrar la boda que quiere. Por eso, nosotros sabíamos perfectamente lo que queríamos para nosotros pero, sobre todo, sabíamos lo que no queríamos.
Idear una boda y no caer en lo convencional es difícil, no voy a mentirte, pero lo fundamental es tener claro qué quiere la pareja y llegar a un consenso, no sólo entre ellos mismos sino también con las familias. Eso es casi medio camino recorrido.
En nuestro caso hemos tenido mucha suerte, porque nuestras familias han respetado en todo momento todas nuestras decisiones y deseos, aunque también ha habido consenso en algunos aspectos.
Reconozco que nunca quise casarme con un vestido de novia porque me parecía que no iba con mi personalidad, y mi gran miedo era ir “disfrazada” de novia. No obstante, una vez me vi delante del espejo con ese vestido la cosa cambió. Vestidos de novia hay tantos como personalidades, así que si quieres un consejo, no te quedes con un vestido que no va contigo. Si te sientes disfrazada no serás tú.
En
Tenerife hay una amplia gama de Fincas que se dedican al mundo de las bodas. Parece sencillo ¿no?, pues no, porque no queríamos una de esas fincas, sino más bien una casa rural, algo más sencillo. La tarea de encontrarla no fue fácil, pero cuando la vi la primera vez sentí ese flechazo que hizo que no quisiéramos ver ninguna más. La primera elección y la última. Aprovecho para dar las gracias a
Pepe y a
Montse por tanta implicación y por ese entorno fantástico. ¡Volveremos a
La Finca a celebrar nuestro aniversario! ;)
El catering fue otro punto discutible. Nuestra idea siempre fue: queremos una fiesta, como un cumpleaños o una reunión de amigos, no una boda como la mayoría conocemos. En
Antojitos Catering captaron rápido nuestra idea: nada de platos, ni de mantelerías o fundas de sillas cursilonas. Un picoteo variado y abundante, bebidas y una paella, y como no, los postres.
Grace's Cupcakes triunfó con sus maravillosas cupcakes de caipirinha, Baileys y limón. ¡Muchas gracias Graciela por hacernos las cosas tan fáciles!.
Queríamos una boda artesanal y sencilla. Esto ya fue cosa mía porque quería hacer muchas de las cosas yo misma. Empezamos por las invitaciones, que fueron hechas con la ayuda de Picnik y
Pic Monkey, impresas en casa, y cortadas y ensobradas por nosotros.
Respecto a la decoración del lugar, no queríamos nada recargado, pues La Finca era tan bonita que ¿para qué más?, pero sí tener algunos detalles que reflejaran nuestras personalidades.
Los detalles al final dicen mucho de cualquier celebración y yo quería cuidarlos al máximo. Había traído unos botes de cristal antiguos de casa de mi abuela porque quería preparar un bonito buffet dulce. Regalamos mermelada casera a nuestros invitados, así que durante las últimas semanas tuve la Thermomix a pleno rendimiento, para luego envasarla en frascos decorados con mimo.
Quizá esos pequeños detalles pasen un poco desapercibidos al principio, pero el amor, empeño y trabajo que llevan detrás acaba notándose. Y son esas pequeñas cosas, si quieres encargarte tú mismo de ellas, las que ocupan la mayor parte de tu tiempo y requieren de un mayor esfuerzo, pero valdrá la pena.
Al final, hay algunos convencionalismos que uno asume. Por ejemplo, lo que te contaba sobre mi vestido. O cómo no tener un fotógrafo ese día que inmortalizara todos esos momentos. Nuestra suerte ha sido que el fotógrafo es amigo nuestro, lo cual facilita mucho su trabajo porque conoce a la pareja, y también el nuestro porque sabíamos que no teníamos de qué preocuparnos. Fue la única elección y no nos equivocamos. ¡Gracias
Alberto Mahtani por todo!. Impagable trabajo y buen hacer. ¡Estamos deseando ver el resultado!
Es tarea de la pareja pensar si compensa o no el esfuerzo de tener la boda que desean. Estoy segura de que cada vez más organizadores de boda pueden llegar a captar qué es lo que quiere la pareja, aunque lo más habitual es hacer bodas en serie, bonitas, pero con una estructura muy reglada que a veces impide disfrutar a los principales protagonistas del evento.
Trabajoso, sí. A veces agobiante porque no eres una fábrica, también. Pero personalizado al máximo y disfrutado por los novios e invitados. Ésta es la boda que queríamos, es la boda que ideamos, y es la boda que hemos tenido. ¡Muchas gracias a todos los que nos han ayudado a conseguir nuestro objetivo: una fiesta divertida para nosotros, nuestras familias y amigos!
¡Pronto te enseñaré algunas fotos! ;)
