Juana Lombardo González
"Campo, tierra de
labranza, cereales a punto de estallar, olivos y una hierba fresca, con ganas
de vivir, me dieron la bienvenida una
bonita mañana de primavera. Cómo arquitectura, un pequeño pueblo que ya
aparecía en las cartas geográficas de Plinio y Ptolomeo, Torrequebradilla
(Jaén), así, al menos, me lo contaron. Lo que no hice nunca es decir que en mis bolsillos de agua, traía
dos objetos que siempre me han acompañado: unas sandalias de tacón fino, un
toque de coquetería al que nunca me he podido resistir, y un libro, en el que cada vez que se
levantaba la tapa, vocales, consonantes,
signos de puntuación, se entremezclaban, bailando al son de una
partitura imaginaria. Y así comencé andar senderos, entre realidades, ilusiones
y sueños, y me fui convirtiendo en junco, gaviota, felino o ave fénix, según el
caso, hasta dar con un grupo de soñadores que me dejaron asentarme con ellos
para tomarnos un “Café de palabras”.
SOY
Soy la mujer que no ha
guardado nada para sí.
La que es dócil a las
insinuaciones del árbol que florece en la espera.
La que es visible ahora en
el silencio.
La que camina delante de
su sombra y le sonríe con malicia.
La que traza la forma de
las cosas buscando abrigo.
La que ama la paz y la
defiende.
La que se aferra a su
cuerpo como una forma de prender en la tierra.
La que busca expresar lo
que no sabe.
La que aspira escribir una
estrofa que ilumine el Arco iris.
La que le gusta
arriesgarse.
La que evita que el
maquillaje apague su risa
Ni el equipaje lastre sus
alas.
En definitiva, soy aquella
que niega peinarse con la raya en medio,
Zenet lo canta.
Contigo Juani se cierra un círculo, igual en algun lugar estaba escrito que terminarias en este grupo, como al final ha sido. Un placer tenerte entre nosotros y placer leerte y escucharte recitar.
ResponderEliminarBesos.