Tal vez ya no pueda escuchar la campana desde mi balcón,
aquella que sonaba hueca desde el interior más oculto...
Tal vez tampoco acudan las mariposas blancas
y entonces ya no pueda pedir más deseos.
Aún así algo retumba,
un estruendo que hace eco en el estremecedor palpito de un corazón perdido.
Si esto me atruena,
¿debo seguirlo o quedarme sorda?
¿debo seguirlo o quedarme sorda?
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