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lunes, 24 de enero de 2022

WEREWOLF IN BANGKOK

“Werewolf in Bankok” es la película más exótica a la que me he enfrentado a los últimos años y la que me ha dejado claro lo poco que conozco cualquier cultura asiática  y lo extraño que resulta conectar con su cine.
Y no es que sea un neófito del todo; he visto películas procedentes de muchas partes de Asia y de distinta índole, solo que en su mayoría han sido películas de Kung-Fu o acción a las que me terminé acostumbrando y las que me hicieron creer que el cine asiático, a grandes rasgos, era así. Amén de que todo el cine asiático que yo he consumido es de los años 70, 80 o 90, muy poquito, o nada, de décadas posteriores.
“Werewolf in Bankok” es una película tailandesa del año 2005, una comedia con ramalazos de cine fantástico y rodada con poquísimo presupuesto, que amén de lo esperpéntica que es de por sí tanto su trama como sus personajes, me deja un poco descolocado porque, en toda ella, sin que en ningún momento se haga mención, me da la sensación que estamos ante una película de ambiente post-apocalíptico. Y cuando termina la peli y se reflexiona sobre ella, uno llega a la conclusión de que, de era post-apocalíptica, nada, que esa película está ambientada en la Tailandia de 2005 cuando se rodó, y que ese enrarecido ambiente responde a la idiosincrasia tailandesa y no a un argumento o a una propuesta estética. Como fuere, una manera de concebir al cine y una personalidad muy distintas a la europea o a la americana a la que ya estamos acostumbrados. Una vez asumido eso, ya le pillamos el rollo.
Estamos en una sociedad en la que, por un lado, tenemos a los carroñeros, una especie de sociedad secreta que viven de la basura, y por otro tenemos a Frank, un chatarrero que va con una niña que usa un chándal amarillo similar al que vestía Bruce Lee en “Juego con la muerte” (con lo cual queda omnipresente Bruce Lee en la cultura asiática) y que, asimismo, también rebuscan por la basura. Un día mientras realizan sus  quehaceres diarios, estos dos tienen que huir de la banda de los carroñeros, y acaban escondiéndose en una misteriosa mansión. Mientras inspeccionan el lugar, aparece el dueño de la casa, un hombre lobo que acaba mordiendo a Frank. En consecuencia, cuando llega la luna llena, Frank se transforma en un hombre lobo, con la mala suerte de que, en lugar de convertirse en un lobo violento y aterrador, se convierte en una suerte de perrillo callejero y sarnoso, medio calvo y feo de pelotas. Así que el resto de la película el hombre lobo-perro, y la repipi de la niña que va con él, se la pasaran para arriba para abajo viviendo situaciones cómicas y escapando de las garras de la banda de los carroñeros, del hombre lobo dueño de la mansión en la que se escondieron y de una banda de cazadores de hombres lobo que tienen como misión acabar con los licántropos.
Se trata de una comedia con un humor propio de los asiáticos tirando a infantil, y donde predominan los chistes sobre pises, cacas e incluso acoso sexual, con interpretaciones exageradísimas y situaciones surrealistas que no casan demasiado con la línea argumental. Lo normal. Sin embargo me gusta que siendo una película con un presupuesto notablemente bajo, se las ingenian para que los efectos especiales den más o menos el pego, al tiempo que los maquillajes de los hombres lobo resultan hilarantes: cuando los vemos de cuerpo entero resultan feroces y dan el pego, pero cuando vemos a cualquiera de los lobos la cara, comprobamos que llevan unas prótesis estáticas a las que podíamos tildar casi de caretas.
Así, “Werewolf in Bangkok” resulta una película muy tonta y, en consecuencia, simpática, que con momentos más cuesta arriba que otros finalmente se disfruta sin mayor problema, precisamente por lo exótico y extraño de la propuesta, mostrado todo de unas formas que yo ya no estoy acostumbrado a ver en una película, por lo que, en resumidas cuentas, me resulta, al menos, interesante.
Por otro lado, se trata de una película para el completo lucimiento de su protagonista, Nong Cha Cha Cha, que por lo visto es un cómico muy popular en Tailandia. Orondo y de rasgos casi cartoonescos,  me ha caído bien este señor.
Por lo demás, disculpen mi total desconocimiento sobre el cine asiático en general y sobre el tailandés en particular, y disculpen también, si en algún momento de la película he metido la pata respecto a algo y tómense esta reseña como lo que es, la reseña de un neófito.

miércoles, 6 de marzo de 2013

INTERVIEW: PETE TOMBS

Decidido a darle continuidad a la sección de entrevistas, y teniendo en cuenta lo mucho que nos gusta el cine exótico, una de las personas que más me interesaba entrevistar, ha tenido la gentileza de concedernos una interesante entrevista para este humilde blog. Uno de los referentes literarios a la hora de consultar sobre películas Pakistaníes, Turcas, mexicanas… y es que de esto sabe un rato, prueba de ello son sus dos libros, el inédito en nuestro país “Inmoral tales” o el imprescindible “Mondo Macabro”, que, supongo, todos los que leéis este blog, conoceréis de sobras. Por si eso fuera poco, “Mondo Macabro” es un sello de distribución de dvd cuyo catalogo es toda una declaración de principios, y también es el nombre de una serie de televisión que analiza estas cinematografías.
Nuestro entrevistado también es productor de cine exótico, valga como prueba la pakistaní “Hell´s Ground” así como la dirección de diversos documentales sobre el tema.
Aquí les dejo con lo que nos contó este investigador del cine más ignoto y extraño… Mr. Pete Tombs.


 ¿Cuándo eres consciente de que existe un tipo distinto de cine al que se hace en los grandes estudios

 Fui muy afortunado. Creciendo en el Reino Unido  cuando aún se pasaban películas extranjeras en televisión, y pronto le cogí el gustillo a aquellas películas que no “venían de Hollywood”. Cosas tan diversas como “Antonia das Mortes” y “Morgiana” eran programadas en la televisión del Reino Unido y me abrieron los ojos sobre lo que estaba ocurriendo ahí fuera. Luego, en los cines de barrio de Londres llegué a ver las películas de Paul Naschy, Jess Franco, la saga de los templarios - sobre las que yo no sabía nada, únicamente que eran diferentes y, por tanto, interesantes. Luego vinieron los primeros días del vídeo club, debido a que fue recibido como una amenaza de cara a la distribución en salas de cine, ninguna de las grandes compañías explotaban sus películas en vídeo, así que fueron primero las películas baratas y de serie B las que ocuparon ese vacío. De ahí viene todo aquél pánico de los “Vídeo Nastys” en el Reino Unido. Fue una gran oportunidad para ponerse al día con aquellas extrañas películas antiguas que nos habíamos perdido la primera vez y para entonces supongo que había desarrollado un gusto por ellas.


¿Qué película es la que te motiva a indagar es estas cinematografías exóticas?

Te contesto en la pregunta  anterior.


¿Por qué crees que el terror es el género mayoritario dentro del cine más marginal?

Supongo porque con el terror hay pocas reglas, excepto que tienes que impresionar y sorprender al espectador. Y si bien esto puede llegar a ser tedioso (demasiado gore, etc…), a menudo significa que se han esforzado en crear una atmósfera sugestiva, donde cualquier cosa puede suceder. Las películas de terror suelen ser la carta de presentación de nuevos escritores y directores que no disponen de mucho presupuesto, y por lo tanto tienen que trabajar más duro para conseguir lo que quieren en la pantalla lo que llama a la ingenuidad del cineasta. Así que es un buen campo de pruebas.

¿No crees que se tiende a exagerar el atractivo de este tipo de películas? Sobretodo el cine turco o asiático en general.

Constantemente me sorprendo por las cosas que me encuentro en las viejas películas turcas de género. En el mejor de los casos son tan viscerales y extremas, que rompen la cuarta pared y parece que nos agarran por la garganta. Estoy de acuerdo en que a veces existe, entre los admiradores de estas películas, cierta tendencia a alabar sus virtudes y a ser ciego ante sus defectos. Sin embargo, creo que eso no es diferente a la pasión de los hinchas de fútbol a la hora de defender el honor de su equipo, sin importar cuantos malos partidos juega.
Con las películas asiáticas, tal vez es un poco diferente. Hay una especie de elitismo cultural en torno a cuando la gente elogia algo en películas coreanas (por ejemplo) que rechazarían en películas similares rodadas en su propio país, únicamente porque están respondiendo al "exotismo" de esas producciones extranjeras. Hoy día cualquier cineasta tiene acceso a cualquier película del resto del mundo, de un modo que antes no pasaba. Así que las cosas tienden a ser más homogéneas. Tienes que volver a los 70 y 80 para encontrar películas más “puras” en el sentido de que los cineastas no están influenciados por algo que  han visto en la película de otro. Están más influenciados por la "vida".

¿Crees que todas estas cinematografías exóticas pierden su esencia cuando dejan de ser inocentes y aprenden (o intentan) a hacer pelis como las de Hollywood?

Me remito a la anterior pregunta. Sí, estoy de acuerdo. Ocurrió con el cine indio cuando se volvió sofisticado y destinado a  las clases medias. Mira la diferencia entre “Don” de 1978 y el remake con Shahrukh Khan.

¿Conoces la película “The Room” de Tommy Wiseau? ¿Qué opinión te merece? ¿Sería una película exótica?

Sí, la conozco. No es una película de la que tenga mucho que decir. Creo que pertenecería más a la categoría de "tan mala que es buena". Pero yo realmente no me suscribo a ese modo de ver el cine.

Últimamente me atraen mucho cinematografías como la Peruana ( El cinerural Peruano) con títulos como “El Tunche” o “Condenado en la pequeña Roma” o aquí en España el cine Evangelista Gitano con películas como “Mis quejas haciaDios” o “El tormento de la separación”. ¿Conoces algo de estas cinematografías?


He visto algunas películas peruanas del género que mencionas. Me parecieron interesantes, hechas muy pobremente en vídeo y difícil de verles el sentido. Pero puedo ver que ahí fuera existe un área de interés, sin duda. Uno de los muchos puntos de interés en el cine, es que puede mostrarnos un mundo del que sabemos muy poco, y estas películas son una ventana a diferentes mitologías y lugares que no han sido sobreexplotadas cinematográficamente. Pero sospecho que estas películas están hechas por personas que tienen un amplio conocimiento del cine de terror de todo el mundo, por lo que no es "ingenuo" con respecto a otras cinematografías de las que hemos hablado, como el cine “pop” turco, por ejemplo.

Estas cinematografías son similares a la nigeriana, “Nollywood”. ¿No te parece la cinematografía actual más honesta e ingenua?

Sí, hay una similitud. Pero creo que las películas de vídeo africanas, por razones históricas y culturales, se dan en un entorno muy diferente con respecto al de los Peruanos. Por ejemplo, hay un enorme mercado para las películas nigerianas, por lo que en gran medida son "mainstream".

Creemos que en un futuro todas las cinematografías terminarán alcanzando un nivel de producción estándar. ¿Cual crees que será el último país en hacer este tipo de cine de baja calidad pero muy honesto y sincero? ¿La última cinematografía exótica?

Sí, como he tratado en las respuestas a las preguntas anteriores. Es muy difícil ahora para los cineastas no ser influenciados por otros cineastas. Sé que cuando empecé a ver películas de vídeo africanas (tal vez a mediados de la década de lo 90) estaba esperando encontrar una especie de genio salvaje y original, como Mojica Marins de Brasil. Pero no lo hice. Las películas eran interesantes por sus escenarios exóticos y temas y las diferentes situaciones sociales y morales que retrata. Pero no eran cinematográficamente interesantes en la forma que Mojica Marins sí era. Ese tipo de originalidad era rara entonces y lo es aún más hoy en día, me temo, cuando todo el mundo está buscando otra versión de lo mismo que tuvo éxito el año pasado.
Una de las cinematografías mas interesantes de las que me he topado, y que conozco muy poco, son los llamados "Home Vídeos" hechos en México en los años 80 y 90 (y que todavía se hacen, aunque hoy día son en su mayoría "películas Narco", sobre las guerras de traficantes), rodados con celuloide (16 mm en su mayor parte), destinados originalmente a los videoclubes de habla hispana. Algunos son realmente salvajes y fascinantes. Podría mencionar “El violador Infernal”, “Intrépidos Punks” (ndt: ambas reseñadas en “Malas pero divertidas”), “Siete En La Mira”, películas concebidas únicamente para impactar y entretener. Creo que con esos objetivos siempre van a producir algo de interés, y para que esto ocurra, es necesario que estas películas vengan de países dónde la diferencia entre  ricos y pobres es muy grande.
Por todas estas razones creo, que tal vez,  Pakistán DEBE ser uno de los últimos reductos de la especie de exotismo del  que estamos hablando. Pero es un país donde te pueden pegar un tiro por herir la sensibilidad de alguien, así que entiendo perfectamente que el cine no sea una prioridad en la agenda de nadie.

¿Qué opinas de productoras como “Tom Cat films” que explotan las carencias (con intenciones estéticas), incluso teniendo recursos y aptitudes para hacer películas más convencionales?

Supongo que hay un mercado para lo que hacen. Yo no las encuentro ni entretenidas ni interesantes. Creo que a la hora de hacer películas siempre hay que "disparar a la luna", es decir, llegar tan alto como se pueda. Fracasar en el intento es parte del precio que se paga, pero el esfuerzo que conlleva es lo que hace que la película sea interesante de ver. Los productos de baja estofa hechos deliberadamente son una consecuencia de la economía de mercado y deberían ser evitados por la mayoría de los cineastas (y por la audiencia).

Tu libro “Mondo Macabro” se editó en España, sin embargo, tu libro junto a Cathal Tohill, “Inmoral Tales”, que habla de cine Europeo, no. ¿Por qué?

La versión en español de “Mondo Macabro” se hizo un año para el Festival de Sitges como proyecto especial. Fue una buena oportunidad de obtener una versión a todo color del libro por ahí (y de tener un capítulo actualizado sobre Pakistán que no estaba en la edición en inglés). Nadie me ha pedido que haga lo mismo con “Inmoral Tales”. Pero ¡estamos abiertos a ofertas!

¿Tienes algún proyecto editorial en mente?

Ahora prefiero escribir ficción. ¡No hay tantos datos que verificar!


Tus cinco películas favoritas y cinco que no te gusten

Mi lista de favoritas varía cada semana. No me gusta despreciar el trabajo de otros. Si no me gusta, ¿qué mas dará?, estoy seguro de que muchos otros sí lo despreciarán. Hacer una película, cualquier película,  conlleva tal esfuerzo que felicito a todo aquel que es capaz de lograrlo.

Cinco directores que te gusten y cinco que no te gusten

¡Mira la respuesta anterior!


¿Algo que añadir? ¿Quieres decirles algo a los lectores de “AQUÍ VALE TODO”?

  Continuad viendo películas…





lunes, 30 de diciembre de 2013

BLOOD FEAST

A día de hoy, "Blood Feast" (1963) es mundialmente re/conocida como la primera película abiertamente "gore" de la hitoria del cine. En realidad, antes que sus responsables, Herschell Gordon Lewis (director) y David Friedman (productor) -y Allison Louise Downe (guionista)-, el cine asiático y fugazmente el terror italiano ya habían mostrado material notoriamente truculento. Pero en todas aquellas muestras primerizas el "gore" era algo fugaz, un complemento, nunca el protagonista. Eso no llegó hasta que, ahora sí, Lewis y Friedman, dos hombres de negocios puros y duros, más interesados en los billetes verdes que en la creatividad (y ya ni digamos el arrrrte), se dieron cuenta que el frasco de las habichuelas ya no estaba tan lleno desde que el tipo de cine que solía ser su especialidad, no tenía tanto éxito. ¿Y de cual se trataba?, pues de "nudies", "nudie cuties" o de "roughies". Dicho de otro modo, de todo aquello que, aún mostrando tetas y demás actos eróticofestivos, podía estrenarse en pantallas de cine comerciales sin escandalizar demasiado, ni meterse en marrones legales. Por entonces ya existía la pornografía, pero era algo totalmente marginal, clandestino, y así lo sería hasta los años 70. Aquellos que querían pajearse tranquilos sin que la policía les cortara el rollo tenían que conformarse con ver las películas esputadas por gente como el tándem Lewis/Friedman.
Dada la desesperada situación (y saturación de mercado), ambos buscaban otra fórmula
de idéntico potencial lista para ser exprimida. ¿Y si en lugar de "sexo", ofrecían la violencia más destroyer, gráfica y explícita nunca antes mostrada en una pantalla?. El fin era exactamente el mismo: llamar la atención, regalar la vista con aquello considerado inmoral y semi-prohibido y lucrarse durante el proceso. En lugar de follar, la audiencia vería asesinar. Y ya que el mete-saca no podía mostrarse con todo detalle, iban a recrearse enfermizamente y coloridamente en los actos más truculentos y despiadados (aunque sin olvidar a las mozas de buen ver muy ligericas de ropa, of course). Es decir: pornografía. En la pornografía nos importa un güevo lo que pasa entre polvo y polvo. En el "gore", es tres cuartos de lo mismo. Miren los "slashers", o las películas alemanas consideradas extremas. Pasamos a cámara rápida o pensamos en la lista de la compra cuando los personajes hablan o pasean, pero nos paramos y nos deleitamos gustosamente cuando se nos muestra el acto salvaje, la mutilación.
Aunque el talento de H.G.Lewis como cineasta sea muy limitado, no se trataba ya de que el hombre desconociera el modo de facturar bien las películas, es que a él tampoco le interesaban demasiado las partes que no incluían hemoglobina. No por una cuestión de gusto personal, sino porque el material salpicante era el que la gente pagaba por ver. En sus películas "gore" no hay ritmo, ni suspense, casi ni progresión narrativa, solo una serie de excusas para mostrar la chicha, pa ver cómo el asesino de rigor se pasa tres pueblos con la chica bonita, algo que no tardaría en generar acusaciones de misoginia, ya que en todas las producciones sangrientas de Lewis las que reciben son siempre mozas. Sin embargo, calificarlo de tal cosa es un tanto excesivo, ya que la implicación del cineasta con su material es pura y formalmente mínima, muy superficial (de hecho, el guión de "Blood Feast", y tantas otras de parecido calado, lo firmó una mujer, la esposa de Lewis en la época, la mentada Allison Louise Downe). Es un negocio, es dinero, no hay ninguna otra intención detrás, ningún mensaje, ninguna reflexión, ni buena, ni mala.
Lo sé, sueno como un crítico de cine amigo de Garci, pero no se confundan. Que acepte sin remilgos el binomio "gore" = porno, no significa que lo condene. Es un acto de honestidad. No me importa reconocerlo. Tampoco me excita sexualmente, pero sí me fascina y, muchas veces, noto cómo se me dispara la adrenalina y rebobino para volver a ver el hachazo o el aserramiento. Eso sí, siempre, siempre, teniendo bien claro que se trata de trucajes, de mentira. Jamás me verán con una guarrada real entre manos, ni aunque sea un "mondo". Cualquiera que acabe DE VERDAD con la existencia de un ser vivo en una puta peli solo merece que lo cuelguen de los cojones y le aporren la cabeza con un bate de beisbol... y a aquellos que lo ven, lo gozan y lo permiten, igual. Así se lo digo y así se lo cuento.
Una ricacha quiere montarle una fiesta de cumpleaños a su mimada hija (la guapísima chica "Playboy" Connie Mason, realmente incapaz de actuar, como muchas veces reconocieron sin tapujos los mismos Lewis y Friedman), así que contrata los servicios de Ramses, egipcio de grandes y pobladas cejas que es puro histrionimo desbocado (el culpable, Mal Arnold, años después actuaría en uno de los subproductos ultra-"trash" de Donald Farmer, en concreto "Vampire Cop"), para que monte un banquete. Lo que no sabe la señora, es que el colega va por ahí asesinado a hermosas jovencitas a las que destripa con el fin de meter sus pedazos en una olla y cocinar el delicioso manjar con el que celebrar la resurrección de su querida diosa Ishtar. Suerte tenemos de un policía de lo más enrollado -y pederasta-, que se flipa por los encantos de la moza homenajeada y anda dispuesto a cazar al malvado Ramses.
Contado así, todo suena muy llamativo y "espectacular". El problema es el cómo. Y resulta que Herschell Gordon Lewis y David Friedman eran unos chapuzas de tres pares de cojones. "Blood Feast" es rematadamente cutre e incapaz. Actores terribles, desencuadres, torpes movimientos de cámara, desenfoques, sonido de lata, raccord masacrado, montaje desalmado, efectos especiales de feria (básicamente tripas sacadas del mercado y maniquís impregnados de una rojísima sangre parida con productos de cosmética).... todo ello muy amateur, en el mal sentido. No olviden que hablamos del cine "exploitation" de los años 60, de cuando incluso estas películas, genuinamente independientes y en algunos casos prácticamente caseras, podían encontrar su pequeño hueco en las carteleras y, especialmente, los auto-cines.
"Blood Feast" es, ante todo, un producto entrañablemente risible. Te partes el ojal viéndola, lo que incrementa su indudable encanto. No sé hasta qué punto, consumida en su estreno, pudo resultar realmente impactante para las plateas adultas. En un ataque de romanticismo podemos pensar que todos salían escandalizados, o usaban las famosas bolsitas para vómitos que se regalaban en algunos cines con la entrada, pero lo más probable es que la peña se la tomara a cachondeo. Eso no quita que fue original en su concepto y, sí, innovadora. Ver cuerpos troceados y mutilados de aquella manera, y disfrutarlo a todo color, no era desde luego más de lo mismo, a pesar de lo increíblemente mal ejecutados que están los asesinatos, y lo absurdos que son, como cuando Ramses arranca la lengua de una chica ¡¡con las manos desnudas!!. Fascinante. Aún faltaban muchos años para la llegada del "boom"  de los efectos de látex, del maquillador como la estrella de la función y de la revista que todo lo impulsó, "Fangoria".
Cuando el "exploitation" puro murió, todo este cine, y todos sus responsables, fueron rápidamente olvidados. Y casi nadie se acordaba de ellos ni los reivindicaba hasta su recuperación gracias al floreciente mercado del vídeo en los 80. Ahí sí, ahí comenzó la mítica respecto a Herschell Gordon Lewis, "Blood Feast", el "gore" y la madre que los parió. Claro que, antes de eso (y de que Lewis se retirara del cine y se dedicara con mucho éxito a escribir sobre merchandising, economía de mercado o no se qué polladas) la carrera del cineasta aún esputó un puñado de obras de la más truculenta baja estofa como "Wizard of gore" o la demencial "The gore gore girls", que fue la primera peli clasificada X por su bizarra combinación de sexo y violencia. Fíjense que también entonces H.G. seguía siendo pionero utilizando la etiqueta "gore" incluso en los títulos de sus películas, treta esta que era puro gancho para todos los aficionados a las salpicaduras (y que a mi, de chaval, me volvía totalmente loco de placer).
Una vez recuperada y reivindicada la labor del amigo Herschell, lo demás es ya pura historia, historia compuesta básicamente de remakes no legales ("Fonda Sangrienta" y "Bloodsucking Pharaohs in Pittsburgh", ambas comedias), remakes sí legales ("2001 Maniacos", su segunda parte y el otro "Wizard of gore"), documentales, reconocimiento mainstream y secuelas. A mediados de los 80, Fred Olen Ray anunció un "Blood Feast 2", con Michael Berryman en el reparto, que nunca se llevó a cabo. Esto únicamente lo consiguieron los mismos Herschell Gordon Lewis y David Friedman, juntos de nuevo, en el 2002 con la peli que representaba su verdadero "return", "Blood Feast 2, all u can eat", a la que, seis años después, siguió "The Uh-oh show". Ambas rematadamente malas (o directamente horrendas) y en las que se apuesta mucho más abiertamente por el humor, por el cachondeo y el delirio. Cierto que, salvo "Blood Feast 1" que intentaba ser seria, Lewis ya solía tirar de la risa, aunque fuese en pequeñas dosis (de hecho, hasta cierto punto "2000 Maníacos" es la primera "comedia gore" de la historia. Y "The gore gore girls" se pretendía genuinamente una coña, solo que estaba tan mal parida y era tan retorcida, que nadie lo notó) pero ese humor era siempre extremadamente negruzco. En sus últimas producciones -especialmente "The Uh-Oh Show", pues aún "Blood Feast 2" a ratos resulta un tanto perturbadora- el cineasta parece especialmente interesado en desmarcarse del lado más mal rollero y enfermizo del tipo de cine que él mismo ayudó a crear. O casi directamente creó, con ese anti-clásico altamente recomendable, tanto por su condición de curiosidad, de pieza de estudio antropológico como de amplio generador de carcajadas que es "Blood Feast". Y es que la edad no perdona, amiguitos.

sábado, 9 de noviembre de 2013

NUNCA SE MUERE DOS VECES

"Mad Mission" es el título genérico de una saga compuesta de cinco partes y un remake (o reboot). Conocida también por su título internacional, "Aces go places" o por el de su país de origen, Hong Kong, "Zuijia Paidang", a España han ido llegando todas las entregas, salvo la quinta y el recocinado. Así pues tenemos (en riguroso orden) "Mad Mission", "Ases del metal", "007, nuestro hombre de Bond Street" y esta "Nunca se muere dos veces" o, pa entendernos, "Mad Mission 4" (año 1986). El tono general y característico de toda la franquicia es la comedia tonta, casi "slapstick", mezclada con la típica acción del cine asiático, nerviosa y contundente. Desde el primer film la influencia constante es y ha sido "James Bond", solo que, según la época coincidente con la producción, se le han sumado tantas otras, como "Los locos de Cannonball" en la primera o la fiebre "Transformer" en la segunda. La tercera era, directamente, la más Bondiana y la peor. Para el caso que nos ocupa, esta cuarta entrega, dichas influencias paralelas se centran muy notablemente en "En busca del arca perdida" y el cine espectáculo de la factoría Spielberg (seguidos muy de cerca por "El castañazo", nada menos, partido de hockey a hostia pura incluido). Cabe decir también, como dato extra de interés, que "Mad Mission 4" arrastra fama de ser la más cruda, violenta y dramática de todas, hasta el extremo de generar cierta polémica por las intensas secuencias que incluyen a un infante.
Los nombres clásicos asociados a la saga son los de Karl Maka, Sam Hui (de la casta de los Hui Brothers, los de "Mister Boo" y que se erige casi como un Jackie Chan de serie B) y Sylvia Chang. En cuestiones de dirección cada título ha pasado por diferentes manos, pero algunos de los implicados luego han parido films bien reconocidos, siendo el más famoso de ellos el de Tsui Hark (o Hark Tsui), dire de la tercera y responsable, en funciones de director y/o productor, de "Zu, los guerreros de la montaña mágica", "Cole, cole que te como", "En el ojo del huracán" (con Van Damme), "Roboforce" o la saga "Una historia china de fantasmas". Le siguen Eric Tsang o Chia-Liang Liu, que colaborarían con Jackie Chan, y Ringo Lam, el responsable de esta "Nunca se muere dos veces", al que debemos varios films de Jean Claude Van Damme ("Salvaje", "Replicant", "Al límite del riesgo") y, sobre todo, la mítica "City on fire", con protagonismo de Chow Yun-Fat, que ha pasado a la historia al ser la primera película fusilada por Quentin Tarantonto con su sobrevalorada "Reservoir Dogs". Ahí es nada.
"Nunca se muere dos veces" narra los avatares provocados por un prisma capaz de convertir a los hombres en superhombres. Su inventor es asesinado por los inevitables malhechores de turno que buscan el objeto desesperadamente, no sin que antes pueda entregárselo a su amigo Sam (Hui) y pedirle que evite que caiga en malas manos. Finalmente cae, y los villanos secuestran a Karl Maka, llevándoselo a Nueva Zelanda (país co-productor) para usarlo como conejillo de indias. Así las cosas, Sam y la hija del científico muerto parten a su rescate.
Bien, como decía arriba, el tono general de la película es la comedia mezclada con la acción y aventura. Tenemos persecuciones de varias clases (entre una lancha y un helicóptero y entre los clásicos automóviles, todas bien aparatosas y explosivas), numerosos combates de artes marciales y un porrón de disparos. Efectivamente, es la entrega en la que la violencia anda más a sus anchas, incluida una escena bastante intensa en la que se supone que la palma uno de los personajes principales. Aunque entre los ingredientes más llamativos está la aparición del hijo de Maka, de unos cinco años de edad y al que le ocurren toda clase de judiadas, sobre todo cuando queda colgado por una pierna desde lo alto de un edificio (recuerda bastante a aquellos vídeos caseros que se pusieron tan de moda hace años, en los que siempre salían niños asiáticos dándose yoyas tremebundas). Y es que ya sabemos cómo son en esa parte del planeta con esto de los "stunts", se dejan la piel en lograr lo más espectacular de lo más espectacular y muchas veces terminan en el hospital. Ese es el caso de "Mad Mission 4". En las tomas falsas del final -algo muy Jackie Chan- podremos ver alguna que otra mega-leche no deseada por parte de actores y dobles. Sin embargo, el esfuerzo bien valió la pena porque... sí, la verdad es que tanta acción logra dotar al film de un ritmo constante y adrenalinítico que no desciende casi ni un segundo. Me la puse a ver pensando que me aburriría, que no tendría el efecto en mi que tuvo cuando la consumí de chaval (que me fascinó), pero afortunadamente puedo decirles que no fue así, me entretuvo y me hizo sonreír en más de una ocasión. Casi siempre gracias a su humor voluntario, pero también a causa de unos efectos especiales algo chungueros (sobre todo cuando Karl Maka se convierte en superhombre), las típicas interpretaciones desfasadas de los asiáticos, especialmente cuando hacen comedia (efecto que salpica a los actores occidentales, de ahí que las actuaciones de estos en productos de la tierra sean tan extrañas) y con, probablemente, el mejor gag de toda la película: El malo maloso no es otro que Ronald Lacey, retomando sin disimulo alguno el papel que le hizo inmortal, el del mayor "Arnold Toht" de "En busca del arca perdida". Va vestido igual e incluso luce la quemadura en la palma de la mano que se hizo en la peli de Spielberg al intentar agarrar un medallón al rojo vivo, cosa esta de la que no escarmentó, porque en "Nunca se muere dos veces" comete el mismo error. ¡¡Juas!!.
Un último detalle curioso. Fíjense en la caratula de la edición española de vídeo aquí expuesta y nótese que en toda ella, especialmente la parte trasera, no asoma la faz ninguno de sus protagonistas que son, obviamente, asiáticos. Todas las caras visibles son occidentales, incluida una rubia que en la peli tiene un papel minúsculo. Imagino que los distribuidores querrían ocultar la nacionalidad del producto, ya que en aquella época las películas llegadas de esa parte del mundo no tenían tanto prestigio como hoy. Dicha estratagema adopta un tono bizarro cuando hablamos del tipo ilustrado y de Ronlad Lacey. Sí, el actorcillo parece asiático, pero no lo era... aún así, su rostro resultaba lo suficientemente popular como para pasar la censura (incluso una de las imágenes, la del muchacho rodeado de llamas, retrotrae a la escena del medallón de "En busca del arca perdida", por si alguien pica). No dejan de sorprender la de marcianadas que provoca esta caratula, nuestros lectores más asiduos recordarán dos de las que hablé largo y tendido en nuestra apreciada -e imitada- sección dedicada al caratuleo chungo, ESTA y ESTA.
Total, que antes de afirmar que el cuarto "Mad Mission" es el mejor de la saga, debería revisar la primera y agenciarme la quinta, pero algo me dice, viendo lo bien que lo pasé, que no cambiaría de opinión. Especialmente recomendada a fans del cine asiático y peña con ganas de experimentar un buen rato sin mayores complicaciones.

Gracias al amigo Enorm por el ripeo del Beta.

lunes, 28 de febrero de 2022

THE MEDIUM

Un grupo de documentalistas realizando un documental sobre chamanismo acuden a entrevistar a una popular chamana que, invocando a no se cual diosa, es capaz de curar cualquier tipo de enfermedad acarreada por el uso de la magia o el ocultismo. Durante la confección del mismo, los documentalistas comenzarán a seguir con su cámara a la sobrina de la chamana, porque se empieza a acusar cierto comportamiento extraño y sospechan que, igual, está poseída por una diosa. Con lo que no contaban es con que, efectivamente, la muchacha está poseída, pero no por la diosa que creen… si no por ciento y la madre de espíritus que están ahí dentro para todo tipo de cosas y ninguna buena.
Tailandia en co-producción con Corea del Sur, se marca una suerte de found footage exótico con los campos tailandeses y todo el folclore de la zona como telón de fondo, único y excelso motivo por el que, de primeras, llama la atención la película. Toman el formato de falso documental para contarnos esta historia, y montan como si se tratara de una película de ficción, cosa que a estas alturas no nos importa porque el subgénero está emitiendo sus últimos estertores.
Pasa una cosa —no precisamente buena— con esta película que la hace destacar de entre el resto de found footages de las últimas hornadas, y es que, siendo estos orientales buenos creando atmósferas y dando miedo, se toman la película entera con tanta calma que, cuando una situación está a punto de aterrar al espectador, la alargan tanto que para cuando esta acaba, al espectador ya se le ha pasado el miedo. Y eso es un auténtico latazo porque la película está a punto de molar mucho en más de 10 ocasiones… pero luego se va todo a tomar por el culo.
Le daremos, a rasgos generales, un aprobadillo porque sí que hay momentos en los que el canguelo y el acojone es mucho.
Pensando en la película tras haberla reposado, llego a la conclusión de que, además de alargar las escenas de suspense, lo que le pasa a “The Medium” es que es demasiado larga y lenta. Dos horas y diez de película  con casi 40 minutos de clímax final.
Por lo demás, la originalidad brilla por su ausencia en este refrito; “The Medium” se alimenta de las cosas que funcionaron en otros found footage de las décadas pasadas, tomando prestado un poquito de “Rec”, otro poquito de “Paranormal Activity”, otro poquito de “The Devil Inside”… con mucho infrarrojo, mucho poseído y mucha parafernalia que, a estas alturas, si algo no hace, desde luego es sorprendernos. Pero con paciencia, se deja ver.
Los primeros 20 minutos, cojonudos. El resto ya…
Carne de festivales de cine fantástico universales —fue a concurso la pasada edición de Sitges—, “The Medium” está dirigida por un muchacho de ojos rasgados con cierto nombre en el cine de terror de su país: Banjong Pisanthanakun, que ya se tomó su tiempo en 2004, justo cuando la moda del cine asiático de terror daba sus últimos coletazos, con la película “Shutter” ¿La recuerdan?

lunes, 6 de marzo de 2023

AMITYVILLE COP

Yo supongo que, por lo que sea, la mera existencia de esto, aún a sabiendas de que me voy a encontrar con una puta mierda me provoca cierta curiosidad, habrá a lo largo y ancho del mundo personas que, al igual que a mí, en un momento dado les apetezca verlo aunque sea para comprobar en carnes propias qué demonios es. Porque por lo demás clama al cielo la poca vergüenza de sus artífices. Y es que en pleno 2022, cuando el espectador de cine ya está curado de todo espanto y, al contrario que en los años 70 u 80 es bastante difícil de engañar, lo que se vende con “Amityville Cop” es precisamente esa poca vergüenza que más arriba venía denunciando.
Entonces tenemos un nuevo exploit de Amityville que, para más inri, expolia el argumento —y hasta alguna escena— de “Maniac Cop”. Para acabar de hacerla atractiva, el otro reclamo que posee es que se rodó en medio de la pandemia de Covid-19.
Yo dudo bastante que, salvo los gacetilleros de poca monta como servidor, el público estándar de las plataformas de streaming —lugar para el que la película ha sido concebida— tenga el más mínimo interés en ver un impostado exploit de “Amityville” y “Maniac Cop”, entre otras cosas porque esas franquicias ya no son populares entre el espectador medio, así que van destinadas a un público muy concreto: El fan del cine de terror que consume muchas veces confundiendo velocidad con tocino. Pero no me refiero al fan respetable, aquél con cierto criterio y gusto por las buenas películas de terror, sino a aquél granudo, camisetero, heavymetalero y virgen que consume compulsivamente y que al ver la mezcla de ambas franquicias añejas suelta un “¡Wooow!” que quita el sentido. De esos debe haber unos cuantos que hagan rentable este tipo de productos, porque sino, no me lo explico. Un producto que peca, además, de autoparódico desde el primer momento, porque la cabecera de la productora de esto, que luce orgullosamente la etiqueta de “independiente”, no es más que un plagio de la de Fox Searchline elaborada de forma consciente con el fin de que el espectador piense: “Mira, han plagiado la cabecera de Fox Searchline”. No me creo que la cabecera esté hecha así para despistar.
La película se la pueden imaginar.
Un buen día comienzan a aparecer cadáveres de vagabundos. Por ese motivo, los miembros del cuerpo inician una investigación cuando se dan cuenta que los asesinatos han sido perpetrados por un policía de aspecto demoníaco que pulula por la zona. Pronto sabremos que este ha sido víctima de una especie de acto de posesión por parte de una sacerdotisa milenaria. Después de un par más de asesinatos, le dan caza y… fin.
El 85% de la película son conversaciones sin sentido, el siguiente 10% apariciones del policía endemoniado —y negro, por cierto, como la mayoría del reparto— y el 5% restante asesinatos fuera de cámara en los que, con suerte, veremos salpicaduras de sangre contra la pared. Y por supuesto ni está ambientada en Amityville, ni el argumento guarda relación alguna con la casa de los De Feo, pero supongo que comenzando el título por A, servirá a la película para aparecer de las primeras en las búsquedas en las plataformas de rigor.
La ley del mínimo esfuerzo  para una película semi amateur cuyo resultado no importa en absoluto porque, como ya he dicho, lo que se vende es la poca vergüenza.
Por aquello del guiño al fan —y supongo que para limpiar su conciencia— te meten en una escena a Laurene Landon que aparecía en “Maniac Cop” y “Maniac Cop 2” y a tomar por culo.
Lo curioso del caso es quien se encuentra tras el engendro. Gregory Tanaka se autoproclama fan del cine de culto asiático y su negocio es la distribución de películas raras, misteriosas y desperadas en los Estados Unidos. Culpa suya es la reedición de algunas de las películas de Ed Wood, así como se encargó de distribuir en USA clásicos del cine de oriental como pueda ser “La guillotina voladora” o algunos de los primeros títulos de John Woo… no se que necesidad tenía de hacer “Amityville Cop”.
Como director solo ha hecho mierdas del estilo de esta, siendo probablemente la más popular la secuela tardía —de 2015— y posmoderna de una cosa que ya era posmoderna el año de su producción, 1991, muy popular entre los fans del cine malo titulada “Samurai Cop”.
En fin, una cosa de estas más. Lo inquietante es que, echando un ojo a las distintas plataformas cutres de streaming o a poco que investiguemos, nos daremos cuenta de que este tipo de morrallas se cuentan por cientos… Hombre, eso no es malo del todo, pero, sin duda, bueno tampoco.

lunes, 3 de noviembre de 2014

BRUCE LINITO AGENTE 003 Y1/2

Si hay una estrella de la serie Z reconocible, más incluso que Richard Harrison, ese sería el inefable  actor Filipino Weng Weng, que venía de hacer porno, y además entró de cabeza en el libro Guiness de los records como el actor protagonista más bajito de la historia, hasta que le arrebató el trono uno aún más pequeño, Nelson de la Rosa. Pero eso sería otra historia.
Y esta “Bruce Linito, agente 003 y ½” sería su película más famosa. A nuestro país llegó directamente en vídeo, pero lo cierto es que fue una rompetaquillas en el tercer mundo. Cualquier país en el que se pase hambre, pero que, sin embargo, disponga de salas de cine, tuvo esta película en sus salas, y en todas ellas hubo llenos continuos. Hacer una parodia de una saga de películas ya clásicas en 1980 como son las de James Bond, que el protagonista sea un repugnante enano y mezclar todo esto con las artes marciales, viviendo por entonces su mejor momento, y unas buenas dosis de acción y humor, era algo que no podía fallar, como muy bien sabía el productor, Dick Randall, quien con pocos duros y con protagonistas, digamos, estrafalarios, supo hacerse millonario. Y esta película es una de las que más pasta le dio.
Obviamente, supo jugar con los elementos de los que disponía; el enano Weng Weng vestido todo de blanco (si te fijas bien, podrás comprobar que tanto los vaqueros blancos que luce, como las botitas que calza, están pintados con Tintanlux), y un título de lo más sugerente, que sea, además, un juego de palabras con algún título de la franquicia Bond original. En este caso, la película se llama “For your height only” (“Solo para su altura”) en referencia a “For your eyes only” (“Solo para sus ojos”). Así que triunfó.
Y por si el carácter de la película por si mismo fuera poco “exploitation”, su aterrizaje en los vídeo clubs españoles la convirtieron en un “brucexploitation” no oficial, con el estúpido pero simpático título que le encalomaron aquí. Se ve que estaban más en auge las películas de Bruce Lee que las de  James Bond, y como Weng Weng era asiático y hacía algo de artes marciales… “Blanco y en botella" debieron pensar.
La película tiene un argumento ínfimo:  Las “fuerzas del mal”, que son unos señores filipinos con sombreretes, patillazas y camisas de lunares, pretenden dominar el mundo a través de la obtención de la bomba “H” (??), pero claro,  el agente Weng (ni siquiera le llaman Bruce Linito en la versión castellana) desarticula todos sus planes, y se va cargando sin remilgo alguno a todos los miembros de esta organización, lo que cabrea sobremanera a “Mister Gigante”, al que nunca le vemos la cara,  y resultará ser otro enano. Mientras, Weng Weng se liga a la chica, y además tiene tiempo para comerle el morro, también, a una negra de dos metros, fea como una mala cosa y con aspecto de travelo, que le ayuda en un momento de la película.
El Agente 00, al igual que James Bond, tiene a su propio “Q”, en esta ocasión un filipino que habla a tiempos, y que, en lugar de un “Aston Martin”, le entregará a Weng toda suerte de cachivaches inútiles, pero que a ojos del espectador son mortíferas armas o útiles utensilios, como por ejemplo, la pluma que no escribe, pero que mata, la hebilla del cinturón que le servirá para abrir puertas de hierro y, sobretodo, el sombrero volador cuya visera es una cuchilla giratoria, que al ser lanzado podrá cortar la cabeza de sus enemigos. Por si esto fuera poco,  se puede controlar a través del control remoto que tiene instalado en su reloj. Sencillamente, delirante.
Obviamente, la película con intencionalidad de comedia, resulta harto graciosa, no solo por sus gags –que en este caso hacen gracia por la poca que tienen- sino también por el bendito humor involuntario del que siempre hacen gala estas películas asiáticas de bajo presupuesto. Los diálogos son la cosa más tronchante que he podido escuchar en una película. Pero a lo que voy es, si la película no tuviera tanto humor involuntario, si no fuera tan cutre y chabacana ¡también funcionaría! Porque la verdad es que es la hostia de entretenida, no para, sus escenas de acción no dan tregua al espectador, y aunque no sean muy espectaculares, la verdad es que hacen que la película pase como un vaso de agua. Muy de agradecer, obviamente.
Y por si todo esto fuera poco, tiene un final rompedor, dramático y de los de, después de estar hora y veinte riéndole las gracias al “jodío enano” (así le llaman  de forma despectiva en la versión doblada los malos, en inglés le llaman “Little Stinki”), te quedas bocas por la mala leche que se gasta. No digo más, el solo hecho de comentarlo aquí ya es un spolier…
Así que, en definitiva, estamos ante una película muy disfrutable, todo un clásico del cine “trash” y la única del pequeño Weng Weng que, vía descarga ilegal, podemos disfrutar en castellano… aunque esto da igual… para las cuatro chorradas que dicen…
Dirige el tinglado, sorprendentemente, con un pelin de solvencia, Eddie Nicart, actor del cine filipino, que tiene un buen puñado de títulos de similares características a sus espaldas, ya sea actuando o dirigiendo.
El experto en cine exótico Pete Tombs, con su sello “Mondo Macabro”, tuvo la feliz idea de sacar en  DVD (eso si, de importación) en sesiones dobles, un buen puñado de las películas de Dick Randall. Esta vendría acompañada de “Duelo del Dragón y el tigre” que, aún divertida, no lo es tanto como esta. Ni tan mítica.
Yo creo que para un no iniciado en cine chungo “Bruce Linito, agente 00 y ½” sería una buena opción.

lunes, 13 de junio de 2011

SCORPION THUNDERBOLT

De la mano de los ¿Debería llamarlos mecenas, o mas bien estafadores? Joseph Lai y Godfrey Ho, he tenido el inmenso placer de ver este maravilloso “Corta y pega” malamente perpetrado por las mentes mas perversas del mundo del espectáculo de Hong Kong, con permiso de Tomas Tang (O no, que ya se sabe lo que cuenta la historia), con Richard Harrison a la cabeza del reparto. Claro, la cosa es simple; Si Lai y Ho, tienen en su poder una ignota película de, váyase usted a saber que exótico país Asiático, que por si sola ya es un absoluto delirio, imagínense, si le añaden a esta escenas de las muchas que tenían con Richard Harrison haciendo el ridículo, y manipulan todos esos metrajes de forma no muy talentosa, para concebir una película que sea vendible a nivel mundial. El resultado, obviamente es, no ya delirante, si no una absoluta locura, pero eso el público no lo sabe, y sumado a un título del todo chanante como es SCORPION THUNDERBOLT, pues van tirando de aquella manera fraudulenta, que algún beneficio les habría de dejar.
La sinopsis resultante de este revoltijo de escenas es el siguiente; Un monstruo con aspecto de reptil se está cargando a media población. La policía, pone cartas en el asunto. Por otro lado, un occidental con bigotillo (Harrison, como no), mientras jode por ahí y hace Kung-Fu de manera gratuita por allá, se entera de que posee un anillo por el cual un grupo de gentuza, se interpone en su camino. El no entiende porque tanto interés ante un regalo de su abuela, pero un maestro le dice que ese anillo es el único que puede acabar con una maldita bruja Taiwanesa, que por otro lado, es la culpable de que exista el maldito demonio-serpiente. Mientras que el culebrón de amor entre el poli bueno y el monstruo (su compañera) se desenmaraña y la policía reduce a tiros al horrible monstruo, el occidental se va en busca de la maldita bruja, a la que da muerte con su anillo, sin ningún tipo de problemas.
En lo suyo, sin duda una absoluta obra maestra.
Como el material montado (Y re-montado, y re-montado otra vez mas), es de por sí bueno (ustedes ya me entienden) la cosa funciona a la perfección. Sangre y acción a tutti plen, con un monstruo que bien podría ser el primo retrasado de Godzilla, pero que además gusta de morder, arrancar caras y gastárselas de maneras mas borricas que un arao, sin contar con el loco del principio de la película, que lanza las tripas de un zorro muerto que lleva consigo, a todo policía que osa acercarse a el. Una locura amoral, perpretada por dos inmorales de mucho cuidado… pero fascinante en su elaboración y existencia y entretenida a mas no poder.
Una de las pocas incursiones de Richard Harrison en el cine de Godfrey Ho, en la que no hace de Ninja… Aunque ya saben lo que pasó con Harrison; Joseph Lai y Godfrey Ho, lo contrataron para hacer un par de películas, rodando el material suficiente, para luego, unir esas escenas rodadas a viejas películas que estos compraban de saldo, montarlo todo y facturar así tropecientas películas, reduciendo las apariciones del actor al mínimo, pero figurando su nombre como reclamo en lo mas alto de la carátula. Un negociazo.
Aunque la práctica no era nueva, Jess Franco, también lo hizo en un par de ocasiones.
Cuando Richard Harrison se enteró de las practicas de sus productores Hong-koneses, y vio el resultado de tan infames producciones con su nombre de por medio, se sumió en una fuerte depresión y decidió dejar el mundo del cine.
Por lo que a mi respecta, hizo mal porque dejó para la posteridad obras maestras del cine “Trash” mas mafiosillo, momentos cuya hilaridad es indescriptible, y títulos tan chanantes como NINJA TERMINATOR, por ejemplo. Debería estar orgulloso de su legado, sin embargo de avergüenza de este tipo de cine, y no tiene mas que palabras de odio para Lai y Ho, que al fin de al cabo, son quienes le proporcionaron su fama. Todos los “Peplums” y “Spaghetti Western” que protagonizó, no son tan recordados como sus pelis de Ninjas, por mucho que las rodara engañado.
Y con este SCORPION THUNDERBOLT, que quieren que les diga, me lo pasé como un enano. Todo lo que nos gusta (Sangre, tetas, artes marciales, raccord, argumento inexistente, buenos diálogos, risas, risas y risas) está en esta película, cojones.

lunes, 29 de diciembre de 2014

DEVIL DEAD

El sello “Trash-o-rama”, en su continuo empeño por traernos –y subtitularnos- lo más popular, y también, lo más ignoto del exótico cine Asiático, ha tenido la certeza de editar un pack con las versiones indias de “Posesión Infernal”.
Para empezar, siendo yo poco amigo, y por lo tanto, bastante desconocedor de la cinematografía de “Bollywood”, hay que decir que no todo lo que viene de la India se adscribe a esa corriente; “Devil Dead” sería más bien una película proveniente del “Tollywood” ¿qué es y en que se diferencia de lo otro? Pues, básicamente, “Tollywood” sería la serie Z de la industria india, mientras que “Bollywood” serían las superproducciones, el mainstream. También hay que decir que mientras que “Bollywood” tiene distribución a nivel nacional, “Tollywood” tiene los estrenos limitados  tan solo a regiones remotas del sur de la India (ya lo dicen en la propia “Devil Dead”: “En Bombay no saben divertirse”) y en esa zona, D. Ranga Rao (según he leído por ahí, director descendiente de una dinastía de gente del cine, de abuelo, padre e hijo directores y/o actores. Lo que viene a ser la familia Guillén Cuervo de la India, vaya…) se lo monta con los géneros populares, dos pesetas y muy poquita vergüenza e imaginación, afortunadamente para nosotros.
“Devil Dead”, también conocida como “Evil Death” es el plagio de “Posesión Infernal” más cochambroso que mis ojos han podido ver. Cuenta lo mismo que la película original, ya saben: grupo de jóvenes, cabaña en el bosque, libro de los muertos, bla, bla, bla… y todo ello, más o menos en el mismo orden que la de Sam Raimi, solo que la ruedan con menos dinero que estos y una dejadez y chabacanería que asombran y, por ende, provocan la risa. Porque D. Ranga Rao no tiene dinero para efectos especiales y en la India los bosques no son tan frondosos como los de las norteaméricas, así que, quitando las cuatro chuminadas que requieren un poco de sangre ¿cómo resuelve Ranga Rao lo de los efectos especiales? De una manera muy sencilla: roba planos al “Posesión Infernal” original. Pero ahí no se queda la cosa. No es que haya cogido una copia en celuloide de “Evil Dead”, recortado y añadido esas escenas a lo que él estaba rodando, no. Han solucionado la papeleta ¡¡filmando las escenas de “Posesión Infernal” directamente de la televisión!!, con los consiguientes problemas de resolución y parpadeos que ello acarrea. O sea que hace, el muy hijo de puta, un “telecinado” a la inversa. Fascinante del todo.
Por otro lado, lo exótico de la propuesta, con esas Indias tan Indias, esos galanes que si no te dicen que son Indios, te crees que son gitanos, esas interpretaciones dignas de actores salidos de un hospital psiquiátrico y, eso sí, un sentido del ritmo bastante marcado, no hay manera de aburrirse viendo esta película, por muy escaldados que estemos ya de todo este tipo de propuestas tercermundistas. Lo del raccord es de juzgado de guardia, al igual que a la producción le sude la polla que, usando escenas robadas de la cabaña original de “Evil Dead”, ellos utilicen una cabaña adosada con azulejos azules y blancos, haciéndola pasar por la misma. Inquietante.
Lo mejor son las recreaciones de algunos de las momentos míticos de la de Raimi: el árbol violando a la chica, está resuelto, como ya he dicho, a base de filmar de la tele el film original, entrelazado con material propio en el que vemos a la muchacha agitar enérgicamente unas ramas gordas que le han puesto en la mano. Las páginas del "Necronomicón" están recreadas en una especie de cuadernillo en los que se han hecho una serie de dibujos estúpidos con ceras, que son para mear y no echar gota. Y no les cuento cómo han solucionado lo de la poseída en la trampilla. Mejor lo ven, pero les diré que en el set de rodaje no había ninguna trampilla en el suelo. Por no hablar de los maquillajes… los poseídos aquí tienen un par de rayones de lápiz de ojos por las mejillas, un par de dientes cubiertos de negro para parecer que están mellados y la iluminación desde abajo para darle un tono más siniestro y listo. Tela marinera.
Todo en ella es un despropósito de tomo y lomo. Y lo mejor es que está rodada en el año 2007, pero con la misma torpeza e ingenuidad que una película, por ejemplo, Turca de los años setenta u ochenta, y no me cabe la menor duda de que viene facturada de forma genuina, honestamente, sin forzar toda su cochambre.
Y es que si lo llaman tercer mundo, por algo será…
Muy recomendable, muy divertida y sobretodo mierdosa. Yo todavía estoy flipando en colorinches.

miércoles, 5 de julio de 2023

MINUTOS MUSICALES 15: VOCES MODULADAS Y MENTES INQUIETAS

Lo de hoy es un tanto especial. Grupos de vertiente punkera, y aledaños, con tres características notables. Una, arrastran un culto y un prestigio considerables de forma harto justificada. Dos, sus cantantes destacan por la capacidad de modular la voz, alcanzando tonos ocasionalmente delirantes. Y tres, son peña inquieta que, además de sus funciones con respecto al grupo que encabezan, se dedican a otras movidas creativas la mar de interesantes.

Y comenzamos con "Rudimentary Peni", probablemente la mejor banda surgida del universo "Crass" y que, con los años, ha alcanzado un renombre muy tocho. Formaban parte de esa facción más "fácil" de la familia anarco-punk porque sonaban a lo que la chavalada esperaría de un combo de su palo, velocidad, intensidad y caña, dejando los experimentos para momentos específicos. Gastaban, además, un rollo como semi-gótico, a base de ilustraciones fabulosas muy siniestras paridas por su cantante, Nick Blinko, quien anduvo encerrado en un loquero (o eso dicen). A día de hoy es un artista -considerado "outsider"- bastante reputado.
Elegir una canción de los "Rudimentary Peni" es muy difícil, porque las tienen buenas a porrillo. Por ejemplo, casi todo lo que suena en su disco "Farce", de tirón más hardcoreta, suena irresistible. Pero digamos que hay un consenso -muy lógico- con respecto al LP de debut "Death Church", considerado lo mejor de su cosecha y, concretamente, "Rotten to the core" -sobre los grupos punk clásicos vendiéndose al mejor postor, la letra no tiene desperdicio- sería la joya más brillante de entre los surcos...


Se dice que los "Septic Death", formados a principios de los ochenta en USA, fueron seminales a la hora de entender el desarrollo posterior del grindcore, el thrashcore e incluso el llamado speedcore, es decir, hardcore más veloz de lo normal, con unas gotitas de metal, sin molestar. Y sí, suenan hiper-follaos. Pero, curiosamente, no llegan a agotar. Al contrario, saben manejar tan bien sus tempos, ritmos y composiciones que, a pesar de lo limitado de las herramientas creativas de las que disponen, el repertorio resultante es lo suficientemente "variado" como para no aburrir.
Sin embargo, si algo les ha hecho populares es su frontman, el voceras, Brian Schroeder, más conocido como Pushead por sus macabras, detalladas y tremendas ilustraciones. Las de los mismos "Septic Death" y también las ejecutadas para muchas otras bandas, destacando entre todas a "Misfits" y "Metallica".
A la hora de elegir un tema, no lograba decantarme entre "Demon", "Unprotected Games" o "The Psychiatrist", sobre todo porque esta última da buena cuenta de las capacidades modulares de Pushead. Al final ganó la más cortita...


Los normalmente muy oscuros "The Flesh Eaters" lograron cierto estatus el día que una canción suya entró a formar parte de la excelente banda sonora de la no menos excelente "El regreso de los muertos vivientes", concretamente hablo de "Eyes without a face" que, no porque sí, es mi tonadilla punk favorita de todos los tiempos, y con honores. No quería elegirla porque ya la he hecho sonar en otras partes, algún podcast y tal (la alternativa era "Father of lies" no menos molona y perteneciente al mismo disco, "A hard road to follow"), pero es que, joder, es taaaaaan cojonuda, intensa, original y disfrutosa que ¿cómo no iba a dejarme tentar? Además de sus excelencias sonoras y compositivas, es un muestrario maravilloso del talento que gastaba su cantante, Chris Desjardins, a la hora de deformar las cuerdas vocales.
Pero no era el único, gozaba de unos cuantos más, siempre revoloteando en torno a su gran pasión, el cine de género. Que el grupo se llame como una oscura película de "serie B" de los 60, o que se casquen un lp entero -y una canción- titulado igual que un film de Jess Franco ("Miss Muerte") dice mucho. Pero es que, además, Desjardins ha ejercido de poeta, actor, cineasta (dispone de un largometraje de horror escrito y dirigido por él, "I Pass for Human" del 2002, habrá que buscarlo) y firmado sendos tochos dedicados a indagar en las entrañas del cine asiático como "Outlaw Masters of Japanese Film" o "Gun and Sword: An Encyclopedia of Japanese Gangster Films". Vamos, que es uno de los nuestros.

domingo, 29 de noviembre de 2015

LOS FOTOCROMOS (Y LA CARATULA DEL VHS) DE "GOLPE EN LA PEQUEÑA CHINA"

Fui al cine a ver “Golpe en la pequeña China” -en el “Comedia” de Barcelona, para más señas- porque en aquella época era fiel seguidor de John Carpenter. Me gustó, pero no me entusiasmó. No comparto ese mega-culto que tiene, pero tampoco diré nada malo de ella. Menos aún tras revisarla la otra noche. Desde luego es una película genuinamente entretenida y buenrollera. Y siempre he pensado que si fracasó en la época es porque Carpenter se adelantó a su tiempo. Hasta entonces nadie de Hollywood se había molestado en tomar nota del cine asiático como fuente de inspiración para un blockbuster. El de artes marciales y el de magias negras, blancas y amarillas. Y el público tampoco estaba preparado para la mezcla. Años después tal combinación se ha convertido en algo de lo más común y corriente… incluso se habló de un inevitable remake con Dwayne Johnson encarnando al entrañable brabucón anti-héroe de la movida, “Jack Burton”, estupendamente interpretado por un Kurt Russell en el mejor momento de su carrera (y disfrutando mucho en el proceso), aunque finalmente nunca más se supo del asunto. Mejor, oiga.
Seguramente fue más el personaje que la peli lo que caló hondo en mí. Me encantaba su inutilidad e incapacidad. En realidad “Jack Burton” se pasa más de la mitad de su aventura inconsciente o intentando desenfundar un arma, sin colaborar demasiado. Brillante.
Otra cosa que me marcó de “Golpe en la pequeña China” fue el malo, “Lo-Pan”, y su capacidad de lanzar rayos lumínicos por ojos y boca.
Es evidente que
“Golpe en la pequeña China” estaba destinada a ser el inicio de una nueva franquicia (no nos engañemos, también “Indiana Jones” contribuyó a su existencia, algo que los franceses pillaron en seguida viendo cómo la titularon allí: “Les aventures de Jack Burton dans les griffes du Mandarin", resaltando el nombre del aventurero), pero el hecho de que no funcionara la limitó a un solo film, evitando así que se cargaran el concepto. Cierto que lo han intentado vía cómics… pero, a la larga, no es lo mismo.
En cualquier caso, ahí van los fotocromos que tenemos (no están todos) de “Golpe en la pequeña China”, cortesía del legendario Alex Gardés. Completa el show la caratula del VHS.












miércoles, 22 de agosto de 2007

MASTERS OF HORROR: HUELLA

Como nostálgico del horror de los 70 y 80, tengo una opinión positiva respecto a la serie de televisión "Masters of Horror", aunque solo sea por su loable intención de recuperar a viejas glorias de detrás de las cámaras y darles total y absoluta libertad creativa... o eso se dice. De todos los episodios que he visto, algunos me han parecido muy potentes (John Carpenter), otros potables sin más (Don Coscarelli y Dario Argento), los hay bastante mediocres (Stuart Gordon, Joe Dante) y, directamente, insufribles (Mick Garris, creador de la serie nada menos).
En un producto televisivo que, como decía, alardea de no cortarse un pelo en cuestiones de violencia y desmelene, "choca" que el episodio dirigido por el cineasta asiático Takashi Miike fuese vetado por su contenido altamente perturbador. Bueno, "choca" a medias si tenemos en cuenta la mojigatería puntual que gastan los yankees y que allá donde va Miike, el escándalo le persigue.
Que quede bien claro, no soy fan de Takashi Miike... de hecho, me parece un tipo sobrevaloradísimo y rodeado de fans un poco ciegos que, visto la pasión que demuestran por su ídolo, han visto muy poco cine. La mejor peli del autor nipón es, justamente, una de las menos valoradas por sus seguidores, "Audition". El resto... pssss... mucha basura ("Llamada perdida", "D.O.A", "Izo"), mucha decepción ("Ichi, the killer") y alguna cosa curiosa ("Full Metal Yakuza"), pero poco, muy poco, más.
Mi atracción hacia "Huella", el episodio del tipo para "Masters of horror", era puramente morbosa, pero una vez vista puedo decir que me ha sorprendido gratamente.
La historia es la siguiente: Un americano (el recuperado Billy Drago, que en este caso sobreactúa que da gusto), viaja hasta Japón en busca de un antiguo amor al que prometió sacar de la mala vida. Cuando llega a un prostíbulo, conoce a una puta deforme que en su momento trató con la chica en cuestión y guarda algunas desagradables noticias sobre su paradero.
Lo primero que llama la atención de la peli es que se aleja bastante del tono tradicional y "conservador" que suele manejar "Masters of Horror" con respecto al género. De entrada, Miike tiene la sabia idea de reducir los acontecimientos a dos personajes que dialogan en un único escenario y en tiempo real, lo que provoca cierta desazón y angustia en el espectador. Además, se permite aportar bastantes elementos visuales que incomodan e inquietan, como cierta silueta fantasmagórica que surge en un momento en el que no te lo esperas, pero sin pirotecnia que valga, lo que provoca un notable escalofrío. A parte del aspecto atmosférico o sórdido de la historia está, cómo no, la violencia y la crudeza propias de su autor, destacando la inevitable y brutal secuencia de tortura (que guarda puntos en común con la de "Audition") y ciertos abortos nada delicados que tampoco se quedan cortos.

Sin embargo, cuando llevas 45 minutos y crees estar viendo una muestra muy muy digna de cine de terror del bueno, viene el señor Takashi y... ¡la caga!, y de que manera. Tal metida de pata se la debemos a una "sorpresa final" que no desvelaré aquí pero que, afrontémoslo, roza el ridículo y perjudica muchísimo al tono del resto de un film que, de otro modo, hubiera podido estar muy cerca de la "obra maestra".
Sin embargo, y a pesar del desliz, está muy por encima de los logros de "Masters of Horror" (y del cine de terror moderno en general), por lo que bien merece un visionado.

jueves, 6 de julio de 2017

OKJA

Estoy leyendo demasiadas tonterías en base a esta película. La más recurrente el desfile de personajes excéntricos y alocados que Bong Joon-Ho ha creado, pero también que si es una película casi de corte infantil (no le veo problema a eso) y sobre todo que el activismo e ideas del director se han abierto paso en su trabajo. Y la verdad es que todo esto no me parece más que mierda. En la actualidad hay críticos de cine, y muchos que ni siquiera lo son, que se piensan, o esperan que una película les cambie la vida. Señores, es una película, una puta película, es para entretener y hacer caja, si además puede enseñar algo, o revolver algo en la conciencia del espectador, miel sobre hojuelas, pero nunca hay que perder de vista que el cine es entretenimiento, si le quitas eso no queda más que una sucesión de imágenes que puede o no tener sentido.

Sobre los personajes excéntricos, parece que estos críticos no han visto más películas coreanas, si me descuidas asiáticas, que esta. Estos arquetipos son muy comunes en el cine que llega de oriente, no tendrían que pillarnos por sorpresa. ¿Qué pueden llegar a rozar el ridículo? Puede, pero imaginen a Alfredo Landa en plena playa, con su pelo en pecho, su tripa de señor maduro, su escasa estatura y su slip paquetero ligando con bellas suecas por las playas de levante. Ahora véanlo desde la perspectiva del espectador asiático. Ridículo ¿Verdad? Pues eso. Volvemos a lo de siempre, nos creemos el ombligo del mundo, y todo tiene que ser como ha sido siempre alrededor nuestro, si algo se sale de la norma está mal, o es un despropósito, pues no.

¿Película infantil o casi infantil? Pues casi, pero tiene cierta lógica, la protagonista es Mija, una niña que desde que tenía 4 años se ha criado con Okja, la cual le es arrebatada para despedazarla cachito  a cachito. Es cuando recuerdo E.T. el extraterrestre, y es que salvo por comerse al bicho, el argumento es más o menos similar. Creo que eso no es malo, nadie en su sano juicio diría que la película de Spielberg es peor por estar enfocada a un público juvenil. Cierto que Okja no lo está per se, pero es una película que perfectamente puede ver un crio, que pasara miedo en las escenas del matadero, al igual que nos pasaba cuando veíamos a E.T. sobre aquella camilla con doctores a su alrededor.

El activismo, el veganismo y la crítica a la industria alimentaria. De primeras, ni la niña ni el abuelo son veganos, no se les ve comer carne, pero bien que comen pescado, huevos y pollo (que hasta donde yo sé es carne, otra cosa es que haya quien quiera obviarlo) y cuando aparece un personaje que es abiertamente vegano (el activista Silver) se nos presenta como un estúpido que con total de dejar la menor huella posible en el planeta, está todo el tiempo débil y medio enfermo. Tampoco el resto de grupo de activistas son canela en rama, cada cual tiene su tara, incluso el líder, muy bien interpretado por Paul Dano, es una pequeña parodia del “Todo ser vivo es hermoso y por ello te quiero”. En cuanto al profesor Jhonny, una especie de Frank de la jungla mega histriónico, me ha parecido un personaje interesante. Al ser tan alocado los críticos han perdido de vista lo que realmente nos cuenta. Un hombre concienciado con su trabajo, que al perder relevancia y a la vez autoestima, se vende a una mega corporación de justo lo contrario a lo que el promueve. Que es excéntrico, pues claro, así es el papel, pero a Jack Gyllenhall no se le puede poner ni una sola pega. Hace su papel como tiene que hacerlo y consigue que te de entre asco y medio pena, no entiendo que le caigan tantos palos por hacer lo que tenía que hacer.

En definitiva, no hagan ni puto caso a las criticas, véanla y juzguen.

Okja nos cuenta la historia de los supercerdos que una gran empresa cárnica ha desarrollado. Entregan un superlechón a distintos granjeros repartidos por el mundo, para 10 años después ver cuál es el mejor y más sanote. Esto no es más que una maniobra de marketing a largo plazo, pero no contaban con que una niña coreana crease unos lazos tan fuertes con el animal.

Llegado el día se llevan a Okja a EEUU y posteriormente al matadero, el cual era su destino desde el principio, a lo que tanto Mija, la niña, como un grupo de activistas intentaran por todos los medios liberar a Okja.