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lunes, 20 de febrero de 2012

PONGA UN BETA EN SU BIDA, 2ª PARTE

Tal y como les comenté hace poco, soy el orgulloso poseedor de un vídeo Beta gracias a la generosidad de mi buen amigo/compañero de tantas batallas Aratz. Pues bien, la historia no se queda así, continúa. Y esta vez el alma caritativa y generosa es Jordi del legendario programa "Sin Audiencia" que ayer se acercó hasta mis aposentos para regalarme un montón de cintas Beta y VHS y, lo más mejor, ¡¡un rebobinador para Beta!!.
Lo sorprendente de la historia es que, en fin, este tipo de trastos no suelen verse mucho... y el mío funciona de maravilla. Si hacen memoria recordarán que el mayor problema que tenía mi vídeo Beta es que no rebobinaba correctamente, por lo que este aparato me va de perlas.
Ahí van fotos... por un lado, las del rebobinator...



Y por otro, una selección de lo más destacable entre la ralea de películas que el colega Jordi me trajo... todas en formato Beta....







Salvo esta, que es VHS....


Nunca me he considerado un tio muy afortunado, sin embargo, en esto del Beta, está claro que tengo más suerte que Lucky Luke.
¡¡Gracias Sr.Jordi!!.

martes, 7 de febrero de 2012

PONGA UN BETA EN SU BIDA...

Ayer noche vi entera mi primera película de vídeo formato Beta. Sí amigos, tropecientos años después del auge del vídeo y, muy especialmente, del auge del Beta, y su fallecimiento, va y me desvirgo como Beta-ero. ¿Cómo?, pues estrenando mi primer reproductor adecuado para tal formato. Este que ven en la imagen...


Un mastodonte gordo y ruidoso que, por no tener, ni tan siquiera tiene euro-conector. ¡Olé!.
¿Robado?, ¿prestado?, ¿comprado?... pues no, se trata de un regalo, ni más ni menos. ¿Mi abuela?, ¿una amante sarnosa?, tampoco, el amable Papa Noel ha sido nada menos que mi compañero de escaramuzas blogeras Aratz! (por parte de hermana). ¡Gracias a los dos, queridos!.
Junto al vídeo, iban estas tres cintas (en Beta, se comprende)....


En principio únicamente pedí "Mi proyecto científico", pero el colega Víctor me convenció de que las otras dos eran interesantes aunque solo fuese para futuros intercambios con coleccionistas más chalados que yo. La afortunada ayer resultó ser "Un chico como todos" que, aunque me entretuvo comedidamente (eso sí, vaya final de mierda!!), no me ha inspirado tanto como para dedicarle una reseña completa.
Hey, tuvo parte de emoción eso de darle al "play" de un Beta... en serio. Me gustó. El caso es que el trasto solo tiene un defecto, no rebobina... bueno, y para que la peli funcione, hay que emplear la mano y empujar la cinta hacia abajo, lo que le otorga un sentido masturbatorio muy adecuado
.

domingo, 7 de noviembre de 2010

FANTASMAS EN EL ORDENADOR

Hubo un tiempo, en los añorados (y dorados) años del videoclub, en el que, como si de historia de España se tratara, los que poseíamos un reproductor beta, pasamos una transición. El ir al video-club, y ver como poco a poco aumentaba el catalogo de VHS, mientras que se estancaba el de Beta. En esa transición, vi mucha mierda, dado que había que alquilar las viejas pelis costrosas de Beta, pero me perdí mucha otra, precisamente porque no la tenían en Beta. Esta película es el claro ejemplo de lo que digo. No quiero decir que no saliera en Beta, pero si que no la tenían ya en mi video-club habitual (el Olympiada III ). La carátula era para mí de lo más sugerente. Una comedia contemporánea, con el horror como telón de fondo. Nunca conseguí verla. Hasta ayer.
La peli, es en realidad un telefilme de quinta categoría, con menos atractivo que la madre que lo parió.
Un par de chavales, chico y chica, muy ochenteros ellos, se dedican a hackear ordenadores ajenos, hasta que un día sin ellos saberlo, se hackean mutuamente. Una compañía trapichea, creando falsos fantasmas (muy mal hechos) con el fin de hacer una estafa, y la pericia de estos dos pazguatos, pondrá en jaque todos esos malvados planes.
Pues esta sinopsis que les acabo de hacer, está mejor explicada de lo que está la peli.
Es tan insoportable y tiene tan poca gracia, que no se me ocurre nada salvable ni criticable en ella.
Ni hay horror ni hay comedia (elemento este que se vendía en aquella carátula de forma desmesurada), ¡nada! ¡Es insípida!
No me enrollaré más, solo decir, que si no la hubiera visto nunca, mejor, y que si la hubiera visto en su momento, lo mas probable es que esta reseña de hoy no existiera. Y que no comprendo, como me atraía tanto esta mierda en su momento…
Dirigen dos “Telefimakers” llamados Marcus Cole y Rob Stewart.

domingo, 21 de junio de 2015

LOS FOTOCROMOS (EL POSTER Y LAS CARATULAS VHS / BETA) DE "Nº1 DEL SERVICIO SECRETO"

No es, ni mucho menos, esta la primera vez que el legendario súper-agente de serie B/Z “Charles Bind”, hijo legítimo de SIR Lindsay Shonteff, aparece en nuestro micro-universo. Lo hizo cuando este blog aún andaba en pañales y lo hizo en “Malas pero divertidas”. Así que no podía faltar ahora que nos ha dado por airear fotocromos y posters de tiempos en los que todo parecía más estimulante y divertido.
Efectivamente, en mi viaje al Mundo de Oz/cine “Retiro” particular, tuve la suerte de que el Mago/Alex Gardés me alegrara la vida regalándome los mismos fotocromos y el poster de la primera película de la saga, que por otro lado es la “mejor”, “Nº1 del servicio secreto”.
¿Todos?, pues por cantidad diría yo que no… es por ello que compensaremos “el fallo” incluyendo, cartel aparte, no una sino dos caratulas de sendas ediciones en VHS y Beta del film, por aquello de que supuren felicidad y valoren nuestra infinita y magnánima generosidad… casi tan pura y lozana como la del mismo Alex.
Aquí lo tienen amigos, al mejor agente secreto del inmundo:





martes, 21 de febrero de 2012

MUERTE SIN DIÁLOGO

Visionar películas en mi vídeo Beta es toda una aventura. Créanme. Nunca sabes si la cinta va a funcionar, o se va a enganchar, o perderá imagen, o perderá audio. Si en pleno visionado desaparece de la pantalla, entonces tengo que sacarla, abrirla, rebobinarla, poner otra cinta para ver si funciona el vídeo, seguidamente volver a poner la que estoy viendo y... con un poco de suerte, ya no me molestará más hasta el final. Sí amigos, es irritante y te saca de las casillas... pero a la vez, resulta genuinamente emocionante. Gracias al Beta no soy un espectador pasivo, la experiencia es lo que llamamos un visionado interactivo. Ayer noche eso mismo ocurrió durante los primeros veinte minutos de "Muerte sin diálogo"... lo que incrementó la tortura que supuso tragármela. Y todo este sufrimiento lo aguanté por ustedes, mis queridos e ingratos lectores.
Lo que he dicho al final del párrafo anterior es una verdad a medias. Otro motivo de peso por el que sufrí entera "Muerte sin diálogo" reside en el interés por hablar de sus dos productores, Joseph Merhi y Richard Pepin. A finales de los 80 estaba yo obsesionado con ver películas de justicieros, y llegado su momento las anduve buscando entre el inmenso catálogo de series Z llegadas desde Estados Unidos. Dos eran los nombres recurrentes en ese campo, por un lado David A. Prior, del que ya hemos hablado anteriormente, y por otro, Joseph Merhi que, durante un buen porrón de años, estuvo asociado con Richard Pepin (¡gran apellido!). Naturalmente, las pelis de ambos resultaban genuinamente horribles y aburridas, por lo que nunca llegué a hacerme fan suyo. Sin embargo, acabó resultando un tándem por el que sentía verdadera simpatía, ya que me los encontraba continuamente en videoclublandia. Aunque su especialidad eran las pelis de acción y los thrillers urbanos de sobremesa (a Pepin, además, le tiraba mucho el rollo cyborg), Merhi llegó a parir algun que otro film de horror a los inicios de su carrera con cierto culto de tirón chungo, como "Mayhem", "The Newlydeads" o "Epitaph". Vivió un momento de gloria cuando estampó su nombre -cual producer- en títulos bastante más respetables como el "Inferno" de Van Damme o el "Spartan" de David Mamet, nada menos (y sí, ¡con Val Kilmer!), pero fue algo mas bien pasajero. Actualmente ambos caballeros siguen rodando sus cutreces, aunque, por lógica, andan resguardados en el formato televisivo.
Con "Muerte sin diálogo" (lo sé, el título es abominable... casi parece el de una peli de arte y ensayo... claro que el original tampoco se queda corto: "Death by Dialogue") Merhi - + Pepin - volvía al terreno del horror, intentando subirse al carro de lo que entonces era la moda imperante, las aventuras de Freddy Krueger, para lo cual contrataron al actor negro Ken Sagoes, quien se había hecho relativamente popular gracias a sus intervenciones en las tercera y cuarta partes de "Pesadilla en Elm Street", algo de lo que tomaron buena nota los productores, usándolo como desesperado y retorcido gancho comercial. Añadir que, después, la carrera de Sagoes tampoco sería muy lustrosa, salvo por su aparición en "Crueldad Intolerable".
"Muerte sin diálogo" narra la estupidísima historia de un guión maldito... en serio... todo comienza con el espíritu cabreado de un fotógrafo asesinado durante un viaje exótico. No se muy bien por qué, el ente se vale del mentado guión para ver morir a aquellos incautos que se adentran en sus dominios a base de muertes surrealistas y bastante ridículas. Destaco una en la que la víctima huye aterrorizada por el bosque y, de pronto, se topa con una banda de heavy metal en plena creación musical. Aquello que el guitarra eleva su instrumento y lo estrella en el cabestro del chaval, convirtiéndolo en pulpa. Tal y como lo leen. Ocurre que, entre crimen y crimen, y por no perder la costumbre, nos aburrimos mortalmente. El amigo Sagoes no se luce demasiado... hay algo de gore molón... unas cuantas tetas... un monstruo minimalista... pero el estropicio general no compensa... y encima, el desenlace es terriblemente tontuno y precipitado, como si a los responsables se les acabara la película y dijeran: "Pues bueno, pon aquí el "The End" y nos vamos pa casa".
Supongo que podría recomendársela a curiosos, degustadores de chunguismos y fans incondicionales del género, pero se trata de una mierda muy tocha.

miércoles, 28 de marzo de 2012

EL MARAVILLOSO MUNDO DEL BETAMAX



Ahí tienen la nueva ración de cintas Beta que ha entrado a formar parte de mi humilde familia, gracias al enigmático Mr.Pajarillo. En este grupico hay préstamos y agradecidos presentes. Las que pertenecen al segundo grupo, a poco que me conozcan, son obvias.... podría decirles cuales pero ¿dónde estaría la emoción?.



Antes de deshacerme de la copia de "2010", no podía dejar pasar la oportunidad de retratar juntas a estas dos. El intocable clásico y su discutible secuela, ambas en formato Beta. La de Kubrick me gusta. Incluso en su momento fui a verla a la Filmoteca en pantalla grande. La segunda parte pues, bueno, salvo por el desenlace, no está tan mal. Se puede ver perfectamente. Aunque queda a bastante distancia de poder considerarse un clásico. Con todo, era una ocasión de esas que "pintan calva" para sacar estas simpáticas foticos.


Y a continuación, un juego. 
Encuentren ustedes las diferencias entre estas dos:


SOLUCIÓN:


sábado, 10 de diciembre de 2011

CONFESIONES DE UN VIDEO-YONKI...

Entre regalicos e intercambios, estos son algunos de los títulos más destacados que he añadido a mi videoteca querida. "Xtro" es Beta (el valor está en la carátula, estupenda). "Robot Holocaust" es una seria candidata a Cotxeres 2012.





lunes, 18 de mayo de 2020

TARDE DE FIESTA

Una de las cosas que hacían única —y entrañable— la era del vídeoclub, era que, más allá de encontrar en Beta o VHS toda suerte de películas de variado pelaje, de vez en cuando, podíamos ver otro tipo de productos. Era muy común poder alquilar en vídeo obras de revista protagonizadas por los más queridos cómicos españoles, así como películas filmadas en primigenio vídeo que se concebían para ser explotadas única y exclusivamente en formato casero. Y también, se podía ver entre los estantes, cosas como el “Humor andaluz, final del III festival”, vídeo que reproducía el tramo final de un concurso de chistes, o esta “Tarde de fiesta” por obra y gracia del parapsicólogo (o mejor dicho, vendemotos) y cineasta chapucero Sebastián D’arbó.
A priori, esta cinta de la que se distribuyeron dos ediciones conocidas, era un misterio. Una de las carátulas sugería que nos encontrábamos ante una película de ambiente circense, a juzgar por el crédito que rezaba “Dirigida por Sebastián D’arbó”, mientras que la otra edición podía parecer que se trataba de una película de dibujos animados. Pues ni una cosa ni la otra. “Tarde de fiesta” en realidad es una filmación de un espectáculo de circo portátil perpetrada bajo encargo por D’arbó, que con un par de cámaras y un equipo técnico completito, se graba el show sin inmutarse y luego eso se comercializa en vídeo de alquiler para sorpresa del que no supiera muy bien que estaba eligiendo.
La filmación es de lo más extraña ya que el sonido es muy nítido para lo que estamos acostumbrados en productos de esta índole y aunque a veces detectamos sonido directo, también se detecta, en algunos extractos, sonido doblado. Como fuere, la cosa es tan sencilla como ver un espectáculo de circo al aire libre con  su mago/ilusionista, su contorsionista, sus jefes de pista que hacen las veces de payasos, o el plato fuerte de la función, Kirman, el faquir tragafuegos, que hace morir de miedo a uno de los niños del  respetable público. Todo muy a saco y sin seguridad ninguna, muy ochentero y entrañable.
La grabación se llevó a cabo en la localidad de Vic en Barcelona, y la compañía a filmar era el Circo Sémola. Ese grupo de artistas, comandados por el ya fallecido Joan Grau i Roca y varios miembros de su familia, a finales de los 80 se recicló en compañía de teatro  haciéndose llamar desde entonces Teatro Sémola y,  hasta el fallecimiento de Grau, se dedicaron a hacer toda suerte de obritas de teatro siempre de carácter itinerante y muy local, no llegando nunca a ser una gran compañía que llenara los complejos teatrales punteros, pero populares dentro del circuito de aficionados. Por eso, lo que tenemos aquí es un documento seminal de la compañía, ya que en sus inicios fueron una agrupación  meramente circense y callejera que actuaban al aire libre y sin una mala carpa en la que resguardarse, adornando el espectáculo, eso sí, con una estupenda orquesta musical.
Lo curioso es que la cinta no está mal, es entretenida, curiosa por la época que retrata, vemos como los mismos artistas hacen las veces de malabaristas, payasos o presentadores y, si como a mí, os llama mínimamente la atención el mundo del circo (y más este tipo de circos pequeñitos y casi tercermundistas), pues estamos ante una grabación añeja de lo más disfrutable. O al menos, sí que es mejor que las películas de D’arbó, o al menos más honesta.
Producida y distribuida por Vadi Mon, sello que en los ochenta operaba en los videoclubes con un logotipo fascinante, he de decir que la cinta está disponible para su visionado en Youtube, y que la descubrí gracias a la reseña que sobre ella hizo Domingo López en su Facebook (lugar de donde le he chorizado la carátula para ilustrar esta entrada) ya que yo no tenía conocimiento de ella y jamás la vi en las estanterías de los videoclubes que yo frecuentaba en la época. Ha supuesto, para mí, todo un descubrimiento. Echarle un ojillo no les va a costar ningún esfuerzo.

martes, 21 de agosto de 2012

LE LLAMABAN DRAGON GORDO

Como fan del cine de Kung Fu tradicional, muchas veces me planteo quien es mi artista marcial favorito, y cual mi película. Y a pesar de que es un género en el que nunca dejo de descubrir películas, la cabra siempre acaba tirando al monte. Me quedo con Sammo Hung y con “Le llamaban Dragón gordo”, que a pesar de estar rodada al estilo tradicional, está ambientada en la época contemporánea, en este caso 1978.
Y vista ahora por enésima vez, me ha gustado incluso más. Podríamos decir que por temática, no daríamos palos de ciego al adscribirla al “Brucexplotation”, pero sería una rara avis, porque también es una película que arremete contra todas esas imitaciones baratas, y luego lo explicaré.
Sammo, interpreta a un pueblerino fan a muerte de Bruce Lee. Y efectivamente, en las coreografías lucha como Bruce lee (o mejor) e imita al mito en todos los gestos y ademanes que le hicieron famoso. Sammo, deja su pueblo para irse a Hong Kong a ayudar en el restaurante de su tío (trama esta repetida hasta la saciedad), y una vez en la ciudad, este no para de meterse en líos. Por un lado tenemos a unos mafiosos que se dedican a las falsificaciones, que quieren contratar al camarero del restaurante del tío de Sammo, que es un gran pintor, para que haga unas copias de cuadros. Ante la negativa de este, le harán la vida imposible, y Sammo Hung intentará resolver los problemas como mejor se le da, que es con el “Kung Fu Chinuá”.
Hasta que un coleccionista de arte llega con sus tres guardaespaldas, un blanco experto en Kick Boxing, un chino, y un negro americano (que en realidad es un chino con peluca Afro, patillazas y tiznado de betún) experto en Karate, que le complicarán las cosas un poco más al gordo.
Sammo Hung, es poco más que un genio: Gordo como un tonel y con una agilidad asombrosa, actor, artista marcial, director, coreógrafo, productor… lo hace todo. Y todo lo hace bien como demostró en las dos o tres películas que rodó prescindiendo de las artes marciales, o en esta, también de su autoría. Incluso introduce otros géneros dentro del cine de Kung Fu, como puedan ser la comedia (esta), el drama (“Protección a un ser menor”), el terror (“Encuentros en el más allá”) etc… Y “Le llamaban Dragón gordo” es una comedia de Kung Fu de lo más divertida, con sabor al kung fu tradicional, pero con unas situaciones de enredo y un tipo de comedia, llena de confusiones y malentendidos, que recuerdan ligeramente a las películas de Mariano Ozores. Y no nos olvidemos del chanante título original “Enter the fat dragon” en alusión directa a “Operación Dragón” (“Enter the dragon”).
Y ahora explicaré porque es una “Brucexplotation” que arremete contra el “Brucexplotation”: A parte de que Samo imita a Bruce, hay una magnifica escena en la película en la que el gordo es contratado como extra en una película de un clon de Bruce Lee. Sammo acude entusiasmado, porque podrá ver como se defiende uno de los clones, cuando comprueba in situ, que el actor no se parece en nada a Bruce Lee, y que pelea de pena. Se lo hace saber, y la escena acabará como el Rosario de la aurora… Pero es como una advertencia. Parece que Sammo quiere decirnos “!Hey, no veáis estas películas que son una mierda, yo traigo la calidad y el estilo de Lee, pero de verdad¡”. No lo dudamos, pero creo que tanto Sammo como el “Brucexplotation”, pueden convivir juntos sin problema.
La película se estrenó en cines en nuestro país, nada raro pues en la época, sobretodo en los cines de barrio, que las platéas se llenaban con las películas de Kung-fu. Pero sobretodo recuerdo la edición en vídeo de la distribuidora “Video Disco”, la cual yo poseía en Beta, y la cual quemé hasta la extenuación.
Para poder disfrutarla hoy, ni siquiera en la red existe una copia completa en condiciones, aunque ha salido en dvd por la distribuidora “Kung- Fu Fever”, que tampoco es que se prodigue mucho en tiendas, porque no he sido capaz de encontrar ese dvd durante dos o tres años. Ahora, lo tengo en mi colección gracias a una persona maravillosa que si que la encontró.
Una de las mejores comedias de Kung Fu de todos los tiempos, y digan lo que digan, la mejor película del bueno de Samo Hung.

sábado, 9 de noviembre de 2013

NUNCA SE MUERE DOS VECES

"Mad Mission" es el título genérico de una saga compuesta de cinco partes y un remake (o reboot). Conocida también por su título internacional, "Aces go places" o por el de su país de origen, Hong Kong, "Zuijia Paidang", a España han ido llegando todas las entregas, salvo la quinta y el recocinado. Así pues tenemos (en riguroso orden) "Mad Mission", "Ases del metal", "007, nuestro hombre de Bond Street" y esta "Nunca se muere dos veces" o, pa entendernos, "Mad Mission 4" (año 1986). El tono general y característico de toda la franquicia es la comedia tonta, casi "slapstick", mezclada con la típica acción del cine asiático, nerviosa y contundente. Desde el primer film la influencia constante es y ha sido "James Bond", solo que, según la época coincidente con la producción, se le han sumado tantas otras, como "Los locos de Cannonball" en la primera o la fiebre "Transformer" en la segunda. La tercera era, directamente, la más Bondiana y la peor. Para el caso que nos ocupa, esta cuarta entrega, dichas influencias paralelas se centran muy notablemente en "En busca del arca perdida" y el cine espectáculo de la factoría Spielberg (seguidos muy de cerca por "El castañazo", nada menos, partido de hockey a hostia pura incluido). Cabe decir también, como dato extra de interés, que "Mad Mission 4" arrastra fama de ser la más cruda, violenta y dramática de todas, hasta el extremo de generar cierta polémica por las intensas secuencias que incluyen a un infante.
Los nombres clásicos asociados a la saga son los de Karl Maka, Sam Hui (de la casta de los Hui Brothers, los de "Mister Boo" y que se erige casi como un Jackie Chan de serie B) y Sylvia Chang. En cuestiones de dirección cada título ha pasado por diferentes manos, pero algunos de los implicados luego han parido films bien reconocidos, siendo el más famoso de ellos el de Tsui Hark (o Hark Tsui), dire de la tercera y responsable, en funciones de director y/o productor, de "Zu, los guerreros de la montaña mágica", "Cole, cole que te como", "En el ojo del huracán" (con Van Damme), "Roboforce" o la saga "Una historia china de fantasmas". Le siguen Eric Tsang o Chia-Liang Liu, que colaborarían con Jackie Chan, y Ringo Lam, el responsable de esta "Nunca se muere dos veces", al que debemos varios films de Jean Claude Van Damme ("Salvaje", "Replicant", "Al límite del riesgo") y, sobre todo, la mítica "City on fire", con protagonismo de Chow Yun-Fat, que ha pasado a la historia al ser la primera película fusilada por Quentin Tarantonto con su sobrevalorada "Reservoir Dogs". Ahí es nada.
"Nunca se muere dos veces" narra los avatares provocados por un prisma capaz de convertir a los hombres en superhombres. Su inventor es asesinado por los inevitables malhechores de turno que buscan el objeto desesperadamente, no sin que antes pueda entregárselo a su amigo Sam (Hui) y pedirle que evite que caiga en malas manos. Finalmente cae, y los villanos secuestran a Karl Maka, llevándoselo a Nueva Zelanda (país co-productor) para usarlo como conejillo de indias. Así las cosas, Sam y la hija del científico muerto parten a su rescate.
Bien, como decía arriba, el tono general de la película es la comedia mezclada con la acción y aventura. Tenemos persecuciones de varias clases (entre una lancha y un helicóptero y entre los clásicos automóviles, todas bien aparatosas y explosivas), numerosos combates de artes marciales y un porrón de disparos. Efectivamente, es la entrega en la que la violencia anda más a sus anchas, incluida una escena bastante intensa en la que se supone que la palma uno de los personajes principales. Aunque entre los ingredientes más llamativos está la aparición del hijo de Maka, de unos cinco años de edad y al que le ocurren toda clase de judiadas, sobre todo cuando queda colgado por una pierna desde lo alto de un edificio (recuerda bastante a aquellos vídeos caseros que se pusieron tan de moda hace años, en los que siempre salían niños asiáticos dándose yoyas tremebundas). Y es que ya sabemos cómo son en esa parte del planeta con esto de los "stunts", se dejan la piel en lograr lo más espectacular de lo más espectacular y muchas veces terminan en el hospital. Ese es el caso de "Mad Mission 4". En las tomas falsas del final -algo muy Jackie Chan- podremos ver alguna que otra mega-leche no deseada por parte de actores y dobles. Sin embargo, el esfuerzo bien valió la pena porque... sí, la verdad es que tanta acción logra dotar al film de un ritmo constante y adrenalinítico que no desciende casi ni un segundo. Me la puse a ver pensando que me aburriría, que no tendría el efecto en mi que tuvo cuando la consumí de chaval (que me fascinó), pero afortunadamente puedo decirles que no fue así, me entretuvo y me hizo sonreír en más de una ocasión. Casi siempre gracias a su humor voluntario, pero también a causa de unos efectos especiales algo chungueros (sobre todo cuando Karl Maka se convierte en superhombre), las típicas interpretaciones desfasadas de los asiáticos, especialmente cuando hacen comedia (efecto que salpica a los actores occidentales, de ahí que las actuaciones de estos en productos de la tierra sean tan extrañas) y con, probablemente, el mejor gag de toda la película: El malo maloso no es otro que Ronald Lacey, retomando sin disimulo alguno el papel que le hizo inmortal, el del mayor "Arnold Toht" de "En busca del arca perdida". Va vestido igual e incluso luce la quemadura en la palma de la mano que se hizo en la peli de Spielberg al intentar agarrar un medallón al rojo vivo, cosa esta de la que no escarmentó, porque en "Nunca se muere dos veces" comete el mismo error. ¡¡Juas!!.
Un último detalle curioso. Fíjense en la caratula de la edición española de vídeo aquí expuesta y nótese que en toda ella, especialmente la parte trasera, no asoma la faz ninguno de sus protagonistas que son, obviamente, asiáticos. Todas las caras visibles son occidentales, incluida una rubia que en la peli tiene un papel minúsculo. Imagino que los distribuidores querrían ocultar la nacionalidad del producto, ya que en aquella época las películas llegadas de esa parte del mundo no tenían tanto prestigio como hoy. Dicha estratagema adopta un tono bizarro cuando hablamos del tipo ilustrado y de Ronlad Lacey. Sí, el actorcillo parece asiático, pero no lo era... aún así, su rostro resultaba lo suficientemente popular como para pasar la censura (incluso una de las imágenes, la del muchacho rodeado de llamas, retrotrae a la escena del medallón de "En busca del arca perdida", por si alguien pica). No dejan de sorprender la de marcianadas que provoca esta caratula, nuestros lectores más asiduos recordarán dos de las que hablé largo y tendido en nuestra apreciada -e imitada- sección dedicada al caratuleo chungo, ESTA y ESTA.
Total, que antes de afirmar que el cuarto "Mad Mission" es el mejor de la saga, debería revisar la primera y agenciarme la quinta, pero algo me dice, viendo lo bien que lo pasé, que no cambiaría de opinión. Especialmente recomendada a fans del cine asiático y peña con ganas de experimentar un buen rato sin mayores complicaciones.

Gracias al amigo Enorm por el ripeo del Beta.

sábado, 10 de marzo de 2012

AQUELLAS CARATULAS MARAVILLOSAS (14): TOMAS TANG VS. JOSEPH LAI

De entre todas las cutre-películas en formato Beta que el Sr. Pajarillo me cedió, destacaban por exóticas e indigestas dos producciones asiáticas de tiros y mamporros perpetradas por dos de los estetas más desvergonzados de esos lares, el enigmático Tomas Tang y el simpático Joseph Lai.
Veámoslas....


El fan de Tang no soy yo, sino Víctor, que según me dijo llevaba tiempo buscando "Acción Boomerang". Así pues, en unas semanas (durante las que recibirá el ripeo que le he hecho) ya se encargará él de verla y analizarla a fondo. Yo, que no soporto estas pelis, solo puedo decir que lo poco que vi de "Acción Boomerang" me resultó... errr... ¡insoportable!.
Más curioso es el caso de la peli producida por Joseph Lai:


A simple vista aparenta ser otra de las tantísimas imitaciones de "Rambo" surgidas por allí Filipinas, Indonesia, o donde cojones sea, durante la segunda mitad de los 80. El título parece un guiño, por lo de "Canon", pero no, no lo es, se llama así de verdad. Lo llamativo es ver a ese pseudo-Dolph Lundgren luciendo melena rubia y músculos.
No hace falta decir que, en realidad, "Operación canon" queda bien lejos de parecerse a "Rambo"... básicamente porque se trata de un film bélico de lo más "standard" originalmente rodado el año 1977.
De hecho, existe otra caratula para la misma película, esta:


Y sí, aquí cuanto menos no hay "Rambos" de mentira, esto se parece más a la caratula de una peli de guerra.... salvo por el hecho de que el tipo que posa es un clon chusquero de Chuck Norris. ¿Ir de Norris a Lundgren es algo positivo o negativo?.
Lo negativo aquí es "Operación canon", un coñazo de órdago que no haría ver ni a mis peores enemigos. Joseph Lai me mola más cuando va acompañado por Richard Harrison y sus ninjas de color caramelo.

martes, 17 de abril de 2012

EL ENMASCARADO DE LA LUNA

Hace unos días estuve en casa de mi buen amigo Norman. Cuando me mostró su colección de cintas VHS y Beta (bastante jugosa) y sacó esta "El enmascarado de la luna" de un armario, un montón de recuerdos y visiones del pasado aterrizaron en mi maltrecho cerebelo. Todas ellas se situaban en un mismo espacio temporal, el "boom" de los video-clubs por ahí los 80, cuando yo era un mocoso y acompañaba a mis padres y/o hermanos al mítico "Soncosa". Es posible que "El enmascarado de la luna" fuese una de las primeras pelis alquiladas por propia decisión (la primera, nunca lo olvidaré, fue "Los Tres Supermen en la selva"). El caso es que cuando leí la parte de atrás de la caratula, mi pequeño y joven falo comenzó a ponerse erecto (por cierto, ¡que menudos rollazos nos metían antes!, claro que entonces no nos daba tanta pereza leer como hoy día). Aunque ustedes mismos pueden ampliar la caratula aquí expuesta y empaparse con ella, déjenme resumirlo en que el tal "Enmascarado de la luna" era todo un ídolo de masas en Japón, por encima de "Flash Gordon" y "Superman" (¡urgh!), incluso la chavalada se tiraba por la ventana esperando poder volar como su héroe (algo absurdo si tenemos en cuenta que "El enmascarado de la luna" no vuela, ¡no tiene poderes ni cachivaches especiales!, solo una puta moto... vamos, que el que escribió ese texto aplicó la leyenda urbana, oficialmente atribuida a "Superman", a este otro tipo disfrazado) o se partía los huesos de otro modo, en tumultuosos encuentros de fans. Para más inri, destaca la siguiente divertida línea de texto: "Esta película debiera servir para inspirar a nuestros hijos en el verdadero significado de "valentía" y "justicia"". ¡Guau!.
Pero, vamu a vé, ¿quién es el jodido "Enmascarado de la luna"?, pues un superhéroe nipón nacido en las viñetas, luego convertido en personaje televisivo de acción real y, seguidamente, dibujo animado. Fue uno de los primeros (¿o el primero?) héroe enmascarado Japonés y en su época, por ahí los 50 o 60, no me acuerdo bien, resultó todo un éxito. Varios años después, concretamente inicios de los 80, a algún productor amarillo se le ocurrió que, aprovechando el buen momento que el cine superheróico vivía gracias al éxito del "Superman" de Donner y sus secuelas, tocaba recuperar al personaje, actualizarlo y meterlo de prota en una versión puesta al día en realismo y estética. ¿Resultado?, un hostión tremebundo en la taquilla... de ahí que no volviéramos a oir hablar mucho más del "Enmascarado de la luna".
¿Y que pasó con ese Naxo jovencito que se fue a casa con aquella prometedora película de superhéroes japoneses bajo el brazo?, pues imagínense, decepción. Una decepción despiadada que pude corroborar ayer, cuando volví a verla por segunda vez. "El enmascarado de la luna" es, básicamente, un rollazo. En su intento por dotar de verosimilitud, sobriedad y seriedad al film, lo único que consiguen es que el puñetero superhéroe reduzca su intervención a la mínima expresión (básicamente solo sale al final), y de por medio nos cuenten una historia pseudo-policiaca  sin ningún interés sobre una secta/banda de ladrones disfrazados con máscaras rojas. No sorprenden, dada su nacionalidad, los arrebatos de violencia, bastante cruda tratándose de un producto para todos los públicos (vamos, que al enmascarado de la luna no le importa matar a sus enemigos) y lo único que realmente mola es la tonadilla heroica que suena cada vez que el tipo aparece (y que, como decía, es demasiado poco). En contraste con la violencia, y también dentro de unos arquetipos muy asiáticos, resulta risible lo ridículamente bueno que es este superhéroe, cuando recupera dinero robado, se queda un 10% y el resto lo regala a los niños huérfanos. Su otro hobby consiste en curar a conejos silvestres heridos. Muy tienno.
Vamos, que no....

domingo, 27 de diciembre de 2015

LOS FOTOCROMOS (Y LA CARATULA DEL BETA) DE "HORMIGAS"

Estaba convencido de que había escrito y publicado la respectiva reseña, porque no hace demasiado que vi la puñetera peli. Sin embargo, por mucho que busco, no doy con ella, ergo eso solo puede significar dos cosas: Uno, que me dio un jamacuco raro y la borré. Dos, que me hago viejo y mi cerebro me traiciona. En fin, el caso es que lo recuerdo como un telefilm medianamente soportable, sin más.
Lo que sí dejó huella en su día fue la caratula video-clubera con el canalillo de una rubia tetuda infestado de insectos. La tienen abajo de todo, aunque no importa mucho, porque esa misma imagen (algo retocada) coincide con el primero de los fotocromos que siguen... así que, ¡ni tan mal!.