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martes, 3 de noviembre de 2020

LAS FUENTES DEL SILENCIO (RUTA SEPETYS)

 Las fuentes del silencio
Ruta Sepetys

 
 

Título: Las fuentes del silencio
Autor: Ruta Sepetys
Traducción: Álvaro Abella
Editorial: Maeva, 2020
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 508
PVP: 22,00 €
 EBook: 12,34 €

 

martes, 28 de abril de 2020

EL CHICO DE LAS BOBINAS (PERE CERVANTES)

El chico de las bobinas
Pere Cervantes



 Título: El chico de las bobinas
Autor: Pere Cervantes
Editorial: Destino, 2020
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 544


viernes, 14 de marzo de 2014

INÉS Y LA ALEGRÍA (ALMUDENA GRANDES)

Primer Episodio Nacional de Almudena Grandes





FICHA TÉCNICA

Título: Inés y la alegría
Autor: Almudena Grandes
Editorial: Tusquets editores
Encuadernación: Tapa blanda.
Páginas: 729
PVP: 24 €






ARGUMENTO

El tirano tiene los días contados, la operación Reconquista de España ya está en marcha. Después de liberar el sur de Francia del terror nazi, el victorioso ejército de la Unión Nacional Española se apresta para cruzar la frontera y restaurar la República y las libertades. (Página 101)
Este es el comunicado de Radio Pirenáica que daba cuenta del inicio de la acción.

Volvamos unos años atrás a Madrid, poco antes del comienzo de la guerra civil. Un Madrid muy distinto al de ahora, en el que todo el mundo participaba y se implicaba en la vida política.
En aquella época, en Madrid todo el mundo militaba, los patronos y los obreros, los señores y los muertos de hambre, las señoras y sus doncellas, todos pertenecían a este partido o al contrario, todos contribuían a sus causas (…) Todas menos yo que ni siquiera salía de casa los días que mamá no se encontraba con ánimos para pasear. (Página 60)

Inés es hija de una familia rica y burguesa, pero la falta de libertad que vive en su casa, la llevan al quedarse aislada de padres y hermanos en Madrid, a decantarse y trabajar para aquellos que proclaman libertad para todos
Acabada la guerra, sólo pertenecer a una rica familia muy comprometido con el régimen posterior, la libra de sufrir las más funestas condiciones, aunque a cambio de ella pierde su preciada libertad. Sólo le queda un refugio: la cocina.
Desde que desperté bruscamente del sueño donde había sucedido lo mejor de mi vida, la cocina era el único lugar donde aún sentía que tenía una piel, donde la piel aún me daba alegrías.

Por eso cuando escucha el anuncio de la invasión, no duda en huir para unirse a ellos. Unos invasores que llevaban años de lucha, primero en España, luego en Francia contra los nazis, pero siempre con la vista puesta en España, en volver:
Habíamos luchado en Francia, pero no por Francia. En Francia, pero no para Francia. En Francia o donde fuera, pero sólo para volver, para volver a casa. (Página 333)

El problema es que la invasión está destinada al fracaso (nada desvelo al decirlo, que la historia es la que es), porque en España todo ha cambiado:
Los españoles que nosotros conocimos ya no existen. Están todos muertos, o en la cárcel, o tienen tanto miedo que no saben ni cómo se llaman. (Página 446)
Y tras la derrota de nuevo el exilio en Francia, y vuelta a empezar con la lucha.






INÉS Y LA ALEGRÍA

¡Ay de los vencidos! Porque los vencedores escribirán y reescribirán la historia.
Una vez leído Inés y la alegría, tendría que decir que no sólo la escribirán o reescribirán, sino que en algunos casos ni siquiera la escribirán, como es el caso presente del hecho real narrado en esta novela por Almudena Grandes: la invasión por antiguas tropas republicanas de territorio español en Arán durante la segunda guerra mundial.

Comienza Almudena Grandes con esta novela un proyecto de nuevos Episodios Nacionales, a semejanza de los que en su día escribió Benito Pérez Galdós, al que por cierto se cita (al igual que a sus Episodios Nacionales) en esta novela (en Las tres bodas de Manolita también lo hace).

Un proyecto constituido por seis libros, cuyos títulos se nos presentan ya en la primera entrega, que nos mostrarán episodios desconocidos de nuestra reciente historia.

Inés y la alegría: Nos narra la olvidada incursión durante la Segunda Guerra Mundial de un grupo de antiguas tropas republicanas al valle de Arán. (Pirineo de Lérida, 19-27 de octubre de 1944)  

El lector de Julio Verne: Conoceremos la situación de la guerrilla en las sierras de Jaén a través de los ojos de un niño que vive con su familia en el cuartel de la Guardia Civil. (Jaén, Sierra Sur, 1947-1949)

- Las tres bodas de Manolita (Madrid 1940-1950) 

- Los pacientes del doctor García (Madrid-Buenos Aires, 1945-1954

- La madre de Frankestein (Manicomio de Ciempozuelos, Madrid, 1955-1956) 

- Mariano en el Bidasoa (Castuera-Eibar, 1939-1964)





La alusión a Benito Pérez Galdós nos da una idea de lo ambicioso del proyecto, aunque a diferencia de dichos episodios, no habrá una continuidad argumental entre ellos, lo cual no significa que alguno de los personajes no aparezca en más de una. No es difícil, porque son tantas las historias y los personajes que aparecen, que muchos de ellos dan para mucho más.

Otra diferencia está en su extensión, pues Almudena Grandes no ha sido precisamente comedida en la extensión.
Nos cuenta la autora que cada libro lo ha desarrollado a partir de una imagen inicial en torno a la cual ha crecido la historia. En el caso de Inés y la alegría, esa imagen es la de una mujer montada a caballo con una sombrerera cargada con cinco kilos de rosquillas.

A diferencia de otras novelas de Almudena Grandes, Inés y la alegría es mucho más sencilla de leer, porque no hay esos saltos adelante y atrás en el tiempo sin separaciones visibles que tan complicada hacen la lectura hasta que te centras en la historia.
Tampoco nos encontramos con un aluvión de personajes imposibles de asimilar todos a la vez. Sólo tres: Carmen de Pedro, Jesús Monzón y La Pasionaria.

La novela comienza con lo que no deja de ser una larga introducción de cincuenta páginas en la que se nos cuenta parte de la historia de La Pasionaria, que lejos de esa imagen de mujer enlutada, cara que de puro seria parece cabreada, mientras cierra el puño con fuerza y lo levanta mientras se dirige a un pública entusiasta y entregado. Pura imagen y fachada diseñada por el partido para vender una imagen de La Pasionaria como nueva madre del pueblo (el pueblo necesita una madre, por lo que se sustituye la Virgen María como madre del Hijo de Dios y madre nuestra, por la de La Pasionaria).

Pasada esa introducción, que poco tiene que ver con la emotividad del resto de la novela, Almudena entra directamente en Materia con Inés, una mujer que en muy pocas líneas me cautivó. Porque ya desde antes de que la guerra por fuerza la convierta en una mujer, hay algo en su espíritu que no cambiará a lo largo de los años y determinará su futuro: sus ansias de libertad. Un deseo que la hace ir detrás de aquellos que la proclaman y dicen defenderla.
Me quedo sorprendido por la rapidez con la que en muy breves páginas se nos cuenta sus vivencias durante la guerra civil y los primeros años de postguerra. Tanta brevedad y concisión conlleva una altísima emotividad.
Podría escribirse una novela entera con la vida de Inés justo antes, durante la guerra y al acabar esta. Pero por muy bien escrita que estuviese, no dejaría de ser más de lo mismo, poco podría aportar frente a otras novelas como La voz dormida de Dulce Chacón
Mucho mejor de esta manera, mucho más original.
El protagonista masculino es Galán, que no es nombre ni apellido sino mote. Habrán de pasar muchas páginas hasta que Inés y el lector sepan su nombre completo y verdadero.
Dos cosas me han gustado. La primera es que a diferencia de otras novelas suyas, Almudena Grandes separa por capítulos cada vez que cambia de narrador, sin hacerte líos cada vez que este cambia.
Muy bien me ha parecido el mostrarnos la guerra desde dos puntos de vista distintos, porque aunque Inés y Galán compartan el mismo ardor revolucionario, la mirada y los sentimientos de una mujer frente al horror la muerte y el dolor que la guerra provocan, son distintos y complementarios.
Dos visiones que además se van entremezclando, contando el mismo hecho desde dos ángulos distintos, completando uno los datos y detalles que faltan en el otro.
Distintas a la fuerza tienen que ser las visiones, como distinto es el estrecho lazo de amistad que se establece entre las mujeres, unidas por la angustia de poder perder a sus seres amados, y la camaradería que se establece entre hombres que saben que lo que pueden perder en cualquier momento es la vida.
El relato va ganando en intensidad y emotividad según van pasando las páginas. Imposible ya desengancharse de la lectura.

Cuando la narración llega a su punto emotivo máximo, una interrupción en la lectura para retomar la vida de La Pasionaria.Es como si en mitad de una película te ponen el "making off", un documental del cómo se hizo, que por muy interesante que sea, te destroza el clímax que habías alcanzado.
El caso es que este paréntesis es muy interesante. Pero si te lo saltas y lo lees cuando termines el libro, probablemente saldrás ganando, por lo menos en cuanto a ritmo emotivo y narrativo.


Una aclaración que creo conveniente: Es muy peligroso leer este libro en ayunas, hasta el punto de que en lugar de llamarse el libro Inés y la alegría, bien podría llamarse Inés y la cocina.
No es difícil llegar a la conclusión de que alegría y cocina son sinónimos.

También podría haberse llamado el libro como el restaurante:La cocina de Inés. Lo cierto es que ya muy avanzado el libro, veo hasta que punto el título resalta una de las características de Inés y del libro: la alegría. Nada hay más triste que la derrota en la lucha por ideales. Pero lejos de abandonarse en la tristeza de la derrota, Inés lucha por conservar la alegría de las cosas buenas que da la vida, el disfrutar de cada momento como si fuese el último, algo que la clandestinidad convierte en una probabilidad demasiado alta.
Y haciendo bueno el dicho de que las penas con pan son menos penas, o mejor aún si son las rosquillas de Inés, ésta se lanza a una desenfrenada carrera de elaboración de platos, que ni la guerra, ni las penas, ni siquiera las alegrías pueden afrontarse con el estómago vacío.







IMPRESIÓN PERSONAL

Teniendo en cuenta que son seis novelas en un plazo corto de tiempo, me esperaba una novela corta, por lo menos para lo que acostumbra Almudena Grandes, de ahí mi sorpresa de encontrarme en lugar de con una novela de trescientas páginas, con otra de más de setecientas, que aunque no tan densa la letra ni los textos como en El corazón helado, no dejan de ser setecientas páginas.
Aprovecho para decir que hay dos ediciones distintas de la novela. La primera es una edición en tapa blanda. La segunda cuesta cuatro euros más, es de tapa dura y viene guardada en una funda de cartón.
El número de páginas y el tamaño de la letra es exactamente igual en las dos ediciones, por lo que pagar cuatro euros más por el cartón a mí me parece excesivo. De hecho compré la edición de menor precio (que no barata, pues son 24 euros).

En ambos casos en la FNAC venía acompañado por un pequeño recetario con las recetas de Inés.

A la hora de daros mi impresión final, vaya por delante que este es un libro que recomiendo de todo corazón. De todo corazón pero con algunas puntualizaciones. De hecho pese a recomendarlo encarecidamente, mi puntuación no es de cinco estrellas sino de cuatro.
Almudena Grandes explica en una entrevista el por qué de la estructura narrativa que ha escogido y en parte no me queda más remedio que darle la razón. En esos capítulos insertos en el libro que yo he llamado paréntesis (de hecho entre paréntesis viene su nombre de antes, durante o después), son interesantísimos porque nos muestran un lado desconocido de la Historia, en especial de la Historia del comunismo español.
Los personajes de la novela actúan en muchos momentos a ciegas, cumpliendo órdenes que ni entienden ni saben su finalidad. Sin estos capítulos, probablemente como lectores estaríamos igual que ellos sin entender el por qué de sus acciones, sus problemas, sus temores.

El problema es cómo compaginar esa información necesaria e interesante con el hilo narrativo de la novela. Este es a mi gusto (más correcto sería decir a mi disgusto) el fallo de Inés y la alegría, el que me impide darle las cinco estrellas, pues con lo difícil que es conseguir en una novela enganchar al lector, disparar sus sentimientos, hacer que se meta dentro de la piel de los personajes, que sea uno con la novela, cortar con ese ritmo por culpa de esos paréntesis es es equiparable a la frustración de un coitus interruptus.

Aparte de esta nota negativa hay otros aspectos de la novela que la hacen muy interesante, como su contenido histórico. No se trata sólo del hecho de haber rescatado un hecho de nuestra historia que pudo haber cambiado la realidad histórica que conocemos de nuestro país.
Se trata también de conocer una parte de la realidad de los exiliados españoles en Francia. Y digo una parte, porque en realidad es la historia de los exiliados comunistas, tanto en Francia como en España reconstruyendo desde la clandestinidad el partido comunista en nuestro país.
Si bien es cierto que la autora no oculta una gran simpatía hacia ellos, también muestra los errores que han llevado a un partido político constituido por grandes luchadores y amantes de la libertad, a ir perdiendo poco a poco su poder e influencia en España.

En cuanto al estilo narrativo, este es uno de los libros más sencillos para el lector de Almudena Grandes, en los que a pesar de sus muy numerosos personajes, no te sientes perdido. Contribuye también a esta mejor comprensión la clara división en capítulos según quién sea el narrador.
Por otra parte, sólo en la segunda parte, en la historia del exilio, vuelve a utilizar la autora esos saltos en el tiempo que tanto te lían en alguno de sus otros libros.
Ha conseguido también un libro cargado de emotividad y que en todo momento despierta no sólo tus sentimientos, sino también tus sentidos, tanto por sus recetas culinarias como por sus sensuales (que no sexuales) descripciones. Así describe Inés a Galán, atendiendo a su olor:
Madera y tabaco, clavo y jabón, limones verdes y un grano de pimienta recién molida.

Y hablando de placer para los sentidos, pocos placeres mayores que el de la comida. Aunque para Inés el placer no sea tanto la comida como el hecho de cocinar. La cocina se convierte para Inés en una vía de escape, en un modo de ganarse la vida y en un modo de manifestar su amor por la vida.
Cocinar, pensé, cocinar, decidí, cocinar es lo importante, tengo que cocinar muchos platos salados, y dulces, contundentes y ligeros, de cuchara y tenedor, vaciar la despensa y volver a llenarla para conjurar el peligro, para proteger a los hombres que tienen que volver a casa a comérselo todo, para salvar mi amor, por amor, cocinar todo el día. (Página 427)

Finalmente, pero no menos interesante, Inés y la alegría es una historia de amor. En realidad más de una historia de amor, algunas incluso reales como la de Dolores Ibarruri.
Difícilmente encontrarás una gran novela sin una gran historia de amor. Inés y la alegría tiene esa gran historia.

Una novela que nos acercará a una historia desconocida. Un homenaje a gente que murió defendiendo aquello en lo que creía:
Ciento veintinueve, algunos más o muchos menos, los soldados de la UNE que no lograron salir vivos de Arán, murieron para que nadie lo sepa. La Historia con mayúsculas de los documentos y los manuales los ha barrido con la escoba de los cadáveres incómodos, hasta esconderlos debajo de la alfombra que marca el sendero que condujo a su patria hacia el futuro y allí siguen, cubiertos de polvo. (Página 484)






LA COCINA DE INÉS

En la FNAC, junto al libro, tanto en edición de tapa blanda como en la de cartón, venía de regalo un librito titulado La cocina de Inés, en el que Almudena Grandes nos presenta su recetario particular, platos que la autora prepara y cuya receta quiere compartir con sus lectores. Son platos que aparecen en el libro. Por eso antes de la receta, aparece la cita que hace referencia al mismo en el libro.

Son un total de doce platos, seis primeros, cuatro segundos y dos postres, entre los que se incluyen sus célebres rosquillas:
-Croquetas
-Lentejas estofadas
-Cocido madrileño
-Sopas de ajo
-Pisto
-Migas
-Chipirones en su tinta
-Albóndigas de rape y langostinos de Sanlúcar
-Aleta de ternera rellena
-Paparajotes
-Rosquillas




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