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domingo, 8 de marzo de 2020

Aretha Franklin — Do Right Woman, Do Right Man

Aretha FranklinDo Right Woman, Do Right Man
I Never Loved a Man
The Way I Love You (1967)
Detroit, Michigan (USA)

*****

El fichaje de Aretha por Atlantic fue todo un acontecimiento.
Se sabía de su talento (desaprovechado en Columbia).
Pero Jerry Wexler sabía dónde tenía que ir.
Muscle Shoals, Alabama. El estudio FAME, de Rick Hall.
Allí dispuso de lo mejor del negocio.
Tras grabar “I Never Loved A Man (The Way I Love You)” se pusieron con la cara B del single.
Nadie esperaba que un comentario de un músico presente en la sesión hiciera que Ted White (entonces marido y manager de Aretha) estallara. No mejoraron las cosas con la intervención de Rick Hall. Jerry Wexler decidió cancelar el trabajo hasta el día siguiente para descubrir entonces (con pasmo, trata de imaginar la escena) que el matrimonio había volado.

*****

Era evidente que no podrían terminar de grabar en Alabama, así que llevaron a toda la troupe a NY y, cuando consiguieron que Aretha fuera al estudio (acompañada por sus hermanas Carolyn y Erma, en lugar de su marido), completaron uno de los singles más extraordinarios de la historia de la música popular.




Aretha era tan moderna que la canción, compuesta por Dan Penn y Chips Moman, tiene plena vigencia hoy.

Precisamente hoy.

Tómame en serio, y siempre te amaré
Y nadie podrá obligarme a hacer las cosas mal
Darme por conquistada da inseguridad al amor
Debilita la fuerza de voluntad y fortalece la tentación

Una mujer es una persona
Debes comprenderlo
No es un simple juguete
Ella es de carne y hueso, igual que un hombre

Si quieres que una mujer haga lo correcto durante el día
Tú debes comportarte de forma correcta por las noches

Dicen que es un mundo de hombres
Pero no me convencerás de eso
Y mientras estemos juntos, cariño
Muestra un poco de respeto hacia mí

El día de las mujeres es SIEMPRE

lunes, 17 de octubre de 2016

Aretha Franklin — (You Make Me Feel Like) A Natural Woman

Lady Soul (1968)

Mirar la lluvia matinal.
Solía quitarme la inspiración.
Pensar en afrontar un nuevo día.
Señor, me hacía sentir tan cansada.
Antes de conocerte, la vida era cruel.
Pero has sido la clave para mi tranquilidad.

Porque tú me haces sentir.
Como una mujer de verdad.



La naturalidad de Aretha se manifiesta en una forma de moderar su talento para dejar brotar emociones puras; en 1968 ha alcanzado cotas máximas.

La composición de Gerry Goffin, Carole King y Jerry Wexler, cuenta con Spooner Oldham (piano), Tommy Cogbill (bajo), Gene Chrisman (batería), The Sweet Inspirations, Carolyn & Erma Franklin (coros).

Un hito irrepetible.

Pese a que muchas mujeres lo intentaron.

Tapestry (1971)

La versión en directo de la autora —que la había recuperado para su reivindicación como intérprete (y no sólo compositora) de éxito, el imprescindible Tapestry— muestra los sólidos fundamentos de una mujer independiente y triunfal.



New York Undercover [Soundtrack] (1995)

Natural del Bronx, Mary J. Blige realizó una muy digna versión para la serie de TV New York Undercover.



Me detengo aquí.
Cualquier mujer que haya sentido que podía cantar ha hecho su propia versión.

Aspirantes a concursos de talentos (sin distingos sexuales) han convertido el placer en un tormento.

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Es necesario constatar que nadie se acercará a Aretha.

miércoles, 30 de octubre de 2013

Aretha

Si me viera forzado a tener que elegir una artista, no tendría demasiadas dudas. Descartaría escritoras, bailarinas, actrices, escultoras, arquitectas, locutoras, cocineras, comentaristas, cineastas, echadoras de cartas, nudistas, sociólogas, fotógrafas, escaladoras, magas, deportistas e incluso masajistas.

Me quedaría con una cantante; una de esas mujeres totales, con un legado tan fácilmente identificable que, para mencionarla, no se precisan apellidos.



Una mujer con una voz extraordinaria, dotada de un talento mayúsculo, que fue capaz de alcanzar el triunfo (y el reconocimiento), antes de que se le ofreciera un repertorio acorde a su sensibilidad y atributos.

Empezó cantando gospel en la comunidad en la que su padre, el famoso reverendo C. L. Franklin, lanzaba sus incendiarias arengas, llenas de pasión, plegarias y ritmo. Por allí pasarían figuras legendarias de la comunidad negra americana: Mahalia Jackson, Clara Ward, James Cleveland, Jackie Wilson o Sam Cooke. Y todos enmudecían, oyendo cantar a una cría tan precoz, bendecida con un talento (sobre)natural.

Cumplió 18 y quiso emanciparse, alentada por el éxito de Sam Cooke —que pasó de cantar a Dios, para hacerlo a las mujeres—, atraída por la oferta de John Hammond, de Columbia Records. Allí grabó, con desigual éxito, Today I sing the blues, Won’t be long, Operation heartbreak, Don’t cry baby, Try a little tenderness, Say it isn’t so, Runnin’ out of fools o You made me love you. Era evidente que las canciones escogidas desaprovechaban el enorme potencial de una Aretha que, en todo caso, nunca defraudaba.


En 1967 decide no renovar su contrato, descontenta con la pobreza del material que se le ofrecía. Ficha por Atlantic Records, se deja aconsejar por Jerry Wexler y se va a grabar a Alabama, en el sur más profundo, en una pequeña población, Muscle Shoals, acompañada por los músicos blancos del pequeño estudio Fame. La canción, I never loved a man (The way I love you), redefine el soul —y toda la música popular— y eleva a la artista a una nueva posición, ostentando desde entonces, ya para siempre, el título de Reina del soul.

Una pelea de su marido, en los descansos de la grabación, obliga a un cambio de escenario. Se llevan músicos y atrezzo, trasladando el montaje a New York.

Allí la lista de temas que interpreta (y compone) constituye el edificio sonoro más sólido que una mujer haya construido nunca. Vean:


Ya se ha convertido en una diva. Decide cambiar de aires y ficha por Arista.

Entre tanto, se refugia en Chicago, monta un restaurante de comida para el alma y, dejando que John Lee Hooker se ponga a quejarse a la puerta del establecimiento, da galones a Matt “guitarra” Murphy para hacerse pasar por su marido, cambia el saxo de Lou “blue” Marini por un mandil y una escoba y atiende a los parroquianos en persona, dejándose sorprender en ocasiones por las rarezas de los visitantes, que, vistiendo como propietarios de un negocio de pompas fúnebres, encargan comandas atípicas, descriptivas de su atormentado carácter: el alto pide un par de tostadas de pan blanco, sin acompañamiento ni bebida; el bajo encarga cuatro pollos fritos y una coca. Son Jake y Elwood, empeñados en reclutar a su antigua banda, en la que también andan mezclados Steve Cropper y Donald “Duck” Dunn. A Aretha no le hace ni pizca de gracia y, acompañada como siempre por sus hermanas Carolyn y Erma, le pide a su marido que piense, sin mostrar ningún reparo en cantar llevando bata guateada y zapatillas de felpa.


Think [“The Blues Brothers” (“Granujas a todo ritmo”) es una película dirigida en 1980 por John Landis, con John Belushi y Dan Aykroyd como los hermanos azules. La BSO más recomendable que pueda imaginar].

Una interpretación para quitar el hipo, eternamente imitada.

Think

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A partir de ahí, el acierto de Aretha encoge, a la par que su figura crece y adquiere mayor dimensión. Es un verdadero pilar de la comunidad. Cualquier presidente, más si comparte origen racial, hubiera querido tenerla cerca en un día relevante.

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Antes de terminar con ella, quiero recuperar un concierto espectacular, cuando más en forma se encontraba.



Y recordar también que ya hablé de ella, y de sus once etapas esenciales.


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Dio nombre a una gata siamesa.

"Arethina" Foto: diegoperez74

Una visita al albergue y, la que era entonces una bolita de pelo, se hizo querer, acercándose a unas piernas, frotándose contra ellas, diciendo claramente que quería que se fueran juntas.

A una le sirvió para salir de un abandono injusto, al que un desalmado la había condenado.

A la otra le valió de compañía y le permitió sentir que lo que hasta entonces sólo había sido una casa, empezaba a convertirse en un hogar; nada menos que el suyo.

Se adoptaron y se aceptaron. Ambas se acogieron, alimentando un vínculo que tuvo cabida para otros, los que aparecieron más tarde, haciéndose grandes, entregando y recibiendo cariño, formando esa cosa tan antigua, pero tremendamente necesaria, que constituye una familia.

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Estuvo 17 años con nosotros.

Hoy está tranquila: ha vuelto a juntarse con Otis.

Esa incierta edad [el libro]

A veces tengo la sensación de que llevo toda la vida escribiendo este libro. Por fin está terminado. Edita Libros Indie . Con ilustracio...