30 de julio de 2009

Shake your dreams...

Es una sensación extraña que se produce cuando estamos a punto de dormirnos. No es muy frecuente, pero sí que se ha repetido varias veces a lo largo de mi vida, y nunca le había prestado atención, pero esta noche volvió a suceder, y he decidido investigar.

En ese momento en que estás conciliando el sueño, en esa duermevela en la que no nos hemos dormido del todo, ahí es cuando ocurre. Justo antes de que entres en el sueño profundo, cuando te estás relajando para caer definitivamente en los brazos de Morfeo, sientes una sacudida de tu cerebro y de tu cuerpo, una interrupción de tu estado basal, que te sobresalta, te hace abrir los ojos y retomar la conciencia.
Es como un cortocircuito mental. De hecho, en mi caso, las veces que me ha pasado, se reproduce en mi cabecita el típico sonido de retroceder o avanzar una cinta de cassette, e ipso facto sales del sueño que empezabas a intuir, para volver al modo despierto. Ese clic mental, va acompañado de una sacudida involuntaria de todos tus músculos que, en un abrir y cerrar de ojos, vuelven a estar alerta. Ahora decidme, ¿Habéis sentido esto alguna vez? ¿Con qué frecuencia?

Pues la explicación de este hecho parece ser de lo más elemental. El nombre técnico son sacudidas mioclónicas, y son una parte más del proceso de dormir, aunque no a todas las personas les ocurre. La culpa la tiene nuestro cerebro, que interpreta mal las señales del cuerpo. Al dormirnos, nuestros músculos comienzan a relajarse, el cerebro confunde este suceso, e interpreta que te estás cayendo; por esto, envía un impulso nervioso a los brazos y piernas para intentar poner el cuerpo en alerta, de modo que “reinicia” de alguna forma el sistema. Estos sobresaltos suelen venir acompañados de sueños de caída, aunque en mi caso no ha sido así.
Otras teorías sostienen que es un síntoma residual de nuestra ascendencia compartida con los simios. Se supone que los monos que dormían en los árboles tenían este sistema de defensa ante posibles caídas, por lo que se despertaban sobresaltados antes de estamparse. Curioso.

Ninguna explicación está demostrada, pero la primera teoría es la más aceptada por los expertos del sueño. Dicen que es una sensación totalmente normal y que no tiene importancia desde el punto de vista médico. Pero a mí no deja de llamarme la atención, pues es una de esas cosas que hace tu cuerpo involuntariamente, como gobernado por una fuerza ajena que sacude tus sueños, y que no puedes controlar.

Así que, ya sabéis, si alguna vez sentís algo parecido a lo que acabo de contar, no hay de qué preocuparse. Estas sacudidas nocturnas son lo más normal del mundo cuando tratamos de dormirnos. La cuestión ahora es otra, ¿por qué no todo el mundo las experimenta? La respuesta está en nuestro cerebro, y al mío nunca se le ha dado bien eso de interpretar las señales…

27 de julio de 2009

Cuatro cosas...

He encontrado otro test circulando por ahí, que debe estar un poco desfasado ya, pero como a mí me gusta hacerlos cuando no vienen a cuento, cuando se han pasado de moda, y ponerlos de nuevo en circulación, me he decidido a realizarlo ahora. La cosa va de contestar con cuatro cosas… Puede sonar raro, pero es muy sencillo:

Cuatro lugares a los que voy una y otra vez:
- Al cine.
- A la facultad de ciencias de la Universidad de León.
- A El Corte Inglés.
- A este blog.

Cuatro sitios que me gustaría conocer:
- Los países nórdicos.
- China.
- Nueva York.
- Argentina.

Cuatro momentos a los que me gustaría retroceder:
- A la edad de 16 años.
- A abril de 2003.
- A la época del instituto.
- Al verano de 1998.

Cuatro sitios preferidos para comer:
- En mi casa.
- En un wok japonés.
- En el Foster's.
- En una cueva.

Cuatro cosas sin las que no salgo de casa:
- Sin el móvil.
- Sin las llaves.
- Sin la cartera.
- Sin música.

Cuatro lugares en los que me gustaría estar ahora:
- En medio de un chaparrón, empapándome bajo la lluvia…
- En Berlín.
- En Roma.
- En mi montaña.

Cuatro personas que quiero que hagan el test:
- Xenia.
- Claire.
- Shania.
- Ailën.

24 de julio de 2009

El baño de Pablito

Es que ya no puedo aguantarlo más. Cada vez que sale el anuncio en la tele, me enciendo y cambio de canal antes de vomitar… pero da igual, porque lo peor es que me lo sé de memoria! Es que hasta sueño con matar al brillante publicista que se le ocurrió tal despropósito… porque si ésta era la mejor idea para anunciar un ambientador, no me quiero imaginar cómo serían las demás. Para los que tengáis la suerte de no haberlo visto, os lo transcribo a continuación:

- Mamá, quiero hacer caca.
- Vale hijo, vamos al baño.
- Pero mamá! Yo quiero hacer caca en el baño de Pablito.
- Hijo, no seas así.
- Me voy a hacer caca al baño de Pablito!


Y el niño, muy airoso él, se va a cagar al baño de Pablito… ole mi niño!
No lo soporto! No soporto al niño repelente, ni a la madre que con cara de pánfila, se cruza de brazos ante semejante desafío de su retoño.
Pero a ver, ¿tanto le molesta al niño el olor de su propia mierda? ¿No puede cagar a gusto si su pituitaria no lo está también?

Si yo fuera esa madre, mando a mi hijo a tomar viento fresco (con olor a lavanda, brisa marina, o jabón de Marsella) al baño de Pablito, que tanto le gusta…
Por otro lado, Pablito debe ser lo más! En su cole todos quieren ser como él, porque tiene brise “one touch” en su retrete, y cuando caga huele a rosas, mientras el resto de los mortales se tienen que conformar oliendo sus miserias intestinales a palo seco. Qué injusta es la vida…

Lo peor de todo debe ser la sufrida madre de Pablito, que se cagará en tó lo cagable, cuando llegan los amiguitos de su hijito a dejar zurullos en su váter. Ella, como buena madre, recibe amablemente a todos los chiquillos que llaman a su puerta, les prepara bollos y zumos, para que después del apretón repongan fuerzas. Tiene la casa llena de críos cagones, pero en el fondo ella es feliz, porque a pesar de todo, su baño sigue oliendo a lavanda.

Creo que este post es el más ordinario que he hecho, en lo que a lenguaje se refiere, pero hay que llamar a las cosas por su nombre… La mierda es mierda, y cagar es cagar. Ni deposiciones, ni hostias.
Lo único que falta para quedarme a gusto, es mandar a la mierda a esos publicistas faltos de ideas, que crean estupideces disfrazadas de originalidad, para luego castigarnos con su reproducción diaria, poniendo de los nervios a todo el personal. Me cago en el baño de Pablito! ¿Quién es el último?

21 de julio de 2009

¿Dónde van los globos?

De pequeño siempre me lo preguntaba, cada vez que veía un globo perderse en la inmensidad azul del cielo, impulsado por el helio que anidaba en su interior, me preguntaba donde iría a parar, donde terminaría ese globo que se escapó de entre mis dedos, y que no volvería a ver jamás…

He vivido con la duda, con la incertidumbre de no saber que ha sido de esos globos, dónde han viajado, qué lugares han recorrido, y hasta dónde han llegado. Pero por fin, hoy, he descubierto la respuesta.

18 de julio de 2009

Hombres que odian a las mujeres...

Al igual que media humanidad, yo también estoy inmerso en la trilogía Millennium de Stieg Larsson. Acabo de terminar la primera parte, Los hombres que no amaban a las mujeres, y me ha gustado. No ha estado mal. Es una historia que engancha, y eso es única y exclusivamente lo que pretende. Que la devoremos y salgamos corriendo a comprar el siguiente tomo.
Todo gira en torno a la misteriosa desaparición de Harriet Vanger ¿Qué le ocurrió a Harriet hace cuarenta años? Para averiguarlo contratan a Mikael Blomkvist, un periodista venido a menos, que con la ayuda de Lisbeth Salander intentará resolver el caso.

Francamente, no entiendo el revuelo mediático que se ha originado con esta trilogía, ni gran parte de los desmesurados elogios que ha recibido el autor. Bueno sí, la explicación es el marketing puro y duro, es lo que tienen los best-seller. La verdad es que está bien, pero de ahí a encumbrar la obra a los altares, hay un trecho. Y grande.
Las primeras ciento y pico páginas del libro son bastante pesadas. Es una simple presentación de personajes, hechos y antecedentes, cargante y aburrida. A medida que avanza la trama, los protagonistas se encuentran, y suceden los acontecimientos, todo va cobrando mayor ritmo y las páginas se pasan sin tedio… Engancha, te atrapa.

Algunos alaban la prosa simple y directa de Larsson, “Está muy bien escrito” dicen… pero sinceramente, yo creo que es justamente lo contrario. La trama es interesante, pero no está ni mucho menos “bien escrito”.
Porque puedes tener un estilo claro y llano, pero a la vez elegante. Pero en este caso no, Larsson es muy mediocre estilísticamente hablando. Vocabulario ramplón, muy pocas frases para el recuerdo, párrafos prescindibles, oraciones muy poco cuidadas, de éstas que cuando las lees piensas "¿pero esto lo has escrito tú, o mi sobrina de 10 años?". Por no decir, que es el típico libro que trata de tonto al lector, repitiéndote lo mismo descrito anteriormente en múltiples ocasiones, no vaya a ser que se nos haya olvidado, o no lo hayamos entendido.
Con estos libros, es cuando me replanteo mis aptitudes, y pienso que con esa brillante idea que se me ocurrirá cualquier día de éstos, yo también podré ser un escritor superventas. Y no, además hay que tener talento.

A parte del estilo mediocre y la pesadez del principio, hay que hablar de las casualidades. La mitad del libro no hay quien se lo crea. Y cuando se trata de Lewis Carrol, aceptas lo fantasioso como animal de compañía y te dejas llevar, pero si se supone que es una novela de suspense, no hay peor cosa que carecer de credibilidad. Muchos de los giros de la historia o la mayoría de los avances de las investigaciones de los protagonistas, son por pura casualidad, por hechos incomprensiblemente conectados. Vamos lo típico. Nada novedoso, nada como para revolucionar a medio mundo anunciando la novela del siglo.

Lo mejor, sin duda, Lisbeth Salander. Uno de los personajes mas carismáticos de los últimos tiempos, que no deja indiferente al lector. Vale que se basa en arquetipos de sobra conocidos por todos, pero aún así, Lisbeth mola.

Así que, si queréis pasar un buen rato de lectura, y os basta con eso, leedlo. Pero si esperáis descubrir una obra de arte, os podéis ahorrar los 22 euros que cuesta. Menos mal que a mí me prestaron la trilogía, sino me daría cabezazos contra la pared. Con todo, ya he empezado a leer el siguiente.
¿Os había dicho que engancha, no?

15 de julio de 2009

Threexperience

Ayer fui al cine tras mucho tiempo, a ver Ice age 3, y al coger la entrada (un euro más cara, cosa que me extrañó) me dieron una bolsita de plástico con unas gafas del mismo material en su interior. Y es que la película se proyectaba en 3D! Esa era la explicación para todo.

La verdad es que nunca había visto una película en tres dimensiones. Había tenido ocasión de ver documentales en 3D en algún museo, estar en alguna sala virtual en parques de atracciones, y ver algún film en la tele con las antiguas gafas con un cristal rojo y otro azul. Pero en la pantalla grande nunca había visto una en 3D. Oye, para todo hay una primera vez.
La experiencia bien, salvo porque cansa un poco ver a través de esas gafas, y que son tan incómodas, que te dejan la nariz dolorida… Por lo demás, genial. Las imágenes parecen cobrar vida y traspasar la pantalla, vamos, lo típico de las imágenes tridimensionales de toda la vida… y tienen una nitidez y definición asombrosa.

En cuanto a la película, yo tenía muchas ganas de verla. La saga Ice age siempre me ha hecho mucha gracia, no son mis películas de animación preferidas, pero siempre me sacan fácilmente una docena de carcajadas. Si habéis visto las otras películas de Ice age, ésta no os defraudará, puesto que está perfectamente a su altura. Los mismos personajes de las anteriores, con la incorporación de una comadreja loca de atar, llamada Buck, que tiene unos cuantos puntos a lo largo del film.
Pero la auténtica protagonista una vez más es Scrat, la ardilla que busca desesperadamente su bellota. En esta ocasión, de nuevo sin pronunciar una palabra, tiene que decidirse entre la bellota, y una hermosa ardilla que aparece repentinamente en su vida, de la que se enamorará.

Yo espero que a partir de ahora estrenen cada vez más películas en 3D. La próxima será Up, la que parece ser la nueva obra de arte de Disney-Pixar, que tengo unas ganas de verla…
Y si la industria está mal y lo único que nos dan es una pantalla grande donde ver películas, normal que la gente se ahorre unos eurillos del cine, y se las baje de Internet. Si ofrecieran más 3D, si aumentaran las salas IMAX (que deben ser toda una experiencia), o incluso empezaran a proliferar las llamadas salas 6D, que combinan el 3D con butacas móviles, y efectos de lluvia, viento u olor, entonces seguro que la industria del cine se salva de la quema. Ahí esta el futuro.

11 de julio de 2009

Tic, tac...

Desde que la familia Williams se había mudado al viejo caserón en el que ahora habitaban, su vida la dictaban las manijas de un reloj. Tic, tac, tic, tac… Una absurda maldición.

Cuando llegaron hace veinte años a la casa, se encontraron con un antiquísimo reloj de pie que nacía en la pared del salón, fijo e inamovible, impertérrito ante el paso del tiempo. Ralph era tan sólo un niño, el pequeño de la familia, y desde el principio sintió un inexplicable interés por ese reloj, más aún cuando conoció la leyenda que lo precedía. Los vecinos les contaron que la anterior familia se había marchado por una serie de fatalidades que les habían arruinado la vida, y que se debían a que cuando el reloj se paraba, una desgracia ocurría. Sus dos hermanos y sus padres nunca dieron crédito a la historia, sólo él creía a ciegas en la maldición, pero se consolaba con pensar que mientras las manijas siguieran girando todo iría bien. Pero se detuvieron.

Hace dieciocho años, a la una de la mañana de una noche de invierno, el reloj se paró. Al día siguiente, Ralph fue el primero en descubrirlo, se apresuró a darle cuerda, pero ya era demasiado tarde. Las consecuencias ya habían sucedido. El gato de la familia yacía sin vida sobre el cojín donde solía dormir.
Ocurrió una segunda vez, hace ahora quince años. El tic-tac dejó de sonar, esta vez a las dos de la madrugada. Por la mañana, la desgracia aguardaba a la familia nuevamente, pero en esta ocasión el desenlace había sido más trágico. Su padre había fallecido, nunca se despertó. Murió en la cama, por un supuesto paro cardíaco, pero Ralph estaba seguro de que ése no era el verdadero motivo de su muerte. Intentó convencer a su madre y sus hermanos para que se fueran de ese maldito lugar, pero nadie le hizo caso, porque al fin y al cabo, seguía siendo tan sólo un niño con desbordante imaginación.

Desde la muerte de su padre, Ralph se levantó todos los días a las tres de la madrugada para comprobar las agujas del reloj, pues él no tenía dudas de que sería a esa hora cuando se pararía por tercera vez. Pero durante estos quince últimos años, el tic-tac siguió su curso, y el reloj no se detuvo. Hasta hoy.

La pasada madrugada salió de su cama, como siempre, unos minutos antes de las tres de la mañana, bajó al salón y vio el movimiento de la aguja del minutero, rebasando el número 12. Sonó el tañido que se repite cada hora, y de pronto el reloj se paró. En ese instante, preso del pánico, horrorizado e impotente, Ralph se desplomó.

Al amanecer, se despertó tirado en el suelo
, le dio cuerda al reloj, pero esta vez no se puso en marcha de nuevo. Intentó buscar la consecuencia, la desgracia y el horror, pero no lo encontró. En esta ocasión todo parecía ir bien… Lo que Ralph aún no sabía es que, para él, el tiempo se había detenido para siempre, mientras que en el mundo de los vivostic, tac, tic, tac… seguía la maldición.

8 de julio de 2009

Sushi

¿Habéis probado el Sushi? Sí, ese plato típicamente japonés a base de arroz cocido y pescado crudo. Pues yo el otro día repetí. Lo había degustado por primera vez hace unos meses, y ahora, aprovechando que han abierto un nuevo restaurante japonés/oriental, lo he comido otra vez, corroborando lo que ya sabía: me gusta. Sí, me gusta el Sushi, y mira que antes de probarlo siempre pensé que lo aborrecería, que lo del pescado crudo no iba conmigo… pero no, está bien la combinación…

Es cierto que no es algo para comer todos los días, porque digamos que es un poco insípido… pero la verdad es que tiene su encanto. Los más conocidos son los rollitos envueltos en algas, que se llaman Maki. También están las bolitas de arroz cubiertas de pescado, que reciben el nombre de Nigiri; y todo ello lo podemos acompañar con Wasabi, posiblemente el condimento más picante que he probado nunca, es un picor que te llega a estremecer! Si tomas poco, tiene buen saborcillo, pero sino… prepara el agua! También probé las algas crudas, a palo seco, y no me gustaron demasiado. Las algas Nori, que son las que envuelven los rollos, no me disgustan. Pero el sabor de las algas crudas deja mucho que desear…

A parte de estas exquisiteces culinarias de oriente que pude catar el otro día, he de decir que también nos pusimos ciegos a marisco. El restaurante era buffet libre por 13 euros, y podías coger todo el marisco en crudo que te diera la gana, se lo llevabas a los japos, y te lo hacían en un momento: Almejas, navajas, langostinos, cigalas, chipirones, allí había de todo! Y hecho a la plancha, con verduritas, aceite, sal y unas salsas extrañas que te echan, estaba buenísimo! Y muy sano! La verdad es que es un verdadero chollo, porque si no te gusta el Sushi, siempre puedes lanzarte al marisco o a los demás platos de carne, verduras, pasta, arroz...
Y para rematar, nos metimos cuatro postres entre pecho y espalda, entre ellos un flan oriental de color verde, que parecía gelatina de algún sabor raro, que aún no acierto a reconocer… El caso es que le pregunté a la camarera de qué sabor era la gelatina, y lo único que me dijo fue que era un flan chino, como dando a entender que es normal que todo lo que venga de oriente se coma sin saber qué es, o a qué sabe.

De todos modos, a los que todavía no hayáis saboreado un buen Sushi, os animo a que lo hagáis. Yo era de los que se negaba en rotundo, y ahora lo recomiendo… Oye, y si no os gusta, siempre quedará el marisco!

5 de julio de 2009

¿Sí o no?

Hacía mucho, pero que mucho tiempo, que no recurría al tan socorrido meme o test, como queráis llamarlo, para mantener al día el blog. Pues siento deciros, que ha llegado de nuevo su momento. ¿En qué consiste el de hoy? Pues en responder preguntas, nada nuevo, salvo por el pequeño detalle de que hay que responder con un sí o un no. Yo me he permitido la licencia de comentar mis respuestas, para matizar algunos aspectos.

- ¿Tienes un diario? Sí, se puede considerar así.
- ¿Crees en el amor? Sí, aunque creo que nunca he llegado a enamorarme del todo, son palabras mayores.
- ¿Sabes cocinar? No, me defiendo para no morirme de hambre, pero no sé todo lo que me gustaría.
- ¿Te quieres casar? No, la verdad es que no es mi aspiración en la vida.
- ¿Te gustan las tormentas? Sí, me encantan! Los rayos, truenos, lluvia, ese olor… me encanta!
- ¿Podrías comer un gusano? No, no lo creo… aunque dependería de si es una situación desesperada, en ese caso, a lo mejor sí.
- ¿Te consideras pijo/a? No.
- ¿Perdonarías una infidelidad? Sí, seguramente sí.
- ¿Aprendiste a andar en bicicleta? Sí, y además me sigue gustando mucho la bici.
- ¿Te has quedado dormido en público? Sí, en alguna charla o conferencia me ha pasado como al rey, me he quedado frito!
- ¿Te atreves a cantar en un karaoke? Sí, por supuesto!
- ¿Podrías ser vegetariano? Sí, me encanta la verdura. Aunque echaría de menos la carne, creo yo…
- ¿Te has pasado una noche bailando sin parar? Sí, y al día siguiente estás muerto!
- ¿Has perdido alguna vez tus llaves? No, toco madera.
- ¿Eres de los que les gusta la coca-cola? Sí, conozco a poca gente a la que no le guste.
- ¿Tienes carné de conducir? Sí.
- ¿Te gustaría saber el día de tu muerte? No, aunque por un lado sí, puesto que sabrías que hicieses lo que hicieses no morirías, es como una garantía. Pero no, porque prepararse para morir… ufff, no, mejor no…
- ¿Has subido a un helicóptero? No.
- ¿Podrías matar a alguien? No, aunque nunca se puede decir "de este agua no beberé…" jeje.
- ¿Aprendiste a nadar? Sí.
- ¿Te gustaría tener un pene/unos pechos más grande/s? Deduzco que lo de las tetas es para las tías y el pene para los tíos. La respuesta es no. Estoy bien con mi pene, gracias.
- ¿Roncas? No.
- ¿Lloraste con Titanic? No.
- ¿Te has emborrachado alguna vez? Sí.
- ¿Olvidaste el cumpleaños de alguien querido? Sí, sólo durante un rato, luego ya me acordé…
- ¿Te has quedado en blanco en un examen? No, la verdad es que no he experimentado esa sensación. De algo siempre me acuerdo…
- ¿Has viajado en barco? Sí, un par de veces y trayectos cortos.
- ¿Has dado o recibido una patada en los huevos? Sí, y desgraciadamente me tocó recibir. De críos, una niña me dejó en el suelo con una patadita de ná… qué dolor!!!
- ¿Te han robado la cartera? No.
- ¿Has pasado una noche en un calabozo? No.
- ¿Te has desmayado alguna vez? No, que yo recuerde…
- ¿Te fuiste sin pagar en algún bar o restaurante? Sí, pero por error. Yo pensé que la otra persona había pagado, y viceversa… y la casa sin barrer y la cuenta sin pagar…
- ¿Has escrito cartas de amor? Sí. Creo que la mía fue la última generación que lo pudo hacer, antes de que Messengers, Tuentis y Facebooks nos invadieran.
- ¿Pagarías por sexo? No, de momento… jeje.
- ¿Morirías por amor? No, bueno no sé… supongo que si estás enamorado hasta las trancas sí, pero como os decía creo que nunca lo he sentido así.

Y ya que vuelvo por mis fueros con los memes, voy a entrar por la puerta grande, y nominar como dios manda. Los nominados para que hagan el test son: Xenia, Shinichi, Zonzo, Superpatata y Ayla. He dicho 5 como podía haber dicho 50, pero bueno, todos los que queráis sois libres de hacerlo.

1 de julio de 2009

Un año y medio de vida

Ya ha pasado un año y medio desde que decidí sumergirme en un mundo totalmente desconocido para mí hasta entonces, desde que comencé a contar la vida mientras me empapo de ella, desde que me aventuré a crear un blog y escribir aquella primera entrada con máxima humildad, y total desconocimiento de lo que podía llegar a significar para mí.
Parece que casi no ha pasado el tiempo, pero ya llevamos un año y medio dando guerra con Yopopolin & reflections. ¿Quién dice que los medios años no se celebran? Yo sí, que además, para algo es mi blog!

Ya lo hice el año pasado cuando Y&R cumplió medio año de vida. Lo volví a hacer, con más sentido si cabe, cuando cumplió un año de vida. Y ahora, de nuevo vengo para dar las gracias y celebrar con todos mis fieles lectores, otro pasito más en la andadura de este modesto blog, otros seis meses cumplidos.
Aunque parezca una tontería, me hace ilusión comprobar que sigo metido en este mundo como el primer día, con las mismas ganas y con la misma ilusión. Poco a poco, veo evolucionar este hijo que nació de la nada, al que le puse nombre, al que he visto crecer… y me hace tan feliz, que de nuevo tengo que compartirlo con el mundo, con todos vosotros.

Porque queráis o no, la vida cambia cuando tienes un blog. Los últimos días he estado leyendo algún post, de varios de vosotros, que hacía referencia a esto precisamente. Y es que es verdad. De un modo u otro, ves la vida de distinta forma cuando tienes la necesidad de contar cosas al mundo. Ves todo lo que te rodea desde diferente punto de vista, intentas buscar en los momentos del día a día, el pretexto para escribir una futura entrada. El ansia por narrar se hace palpable en cada instante de tu vida. ¿Y sabéis qué? Eso me gusta. Porque aprendes, porque te sirve para sintetizar, para extraer la esencia de cada cosa que te rodea. En definitiva, te enriqueces.

Así que, en una efeméride como ésta, y para no perder la costumbre, sólo me queda dar las gracias a los que todos los días hacéis de Y&R algo más que un blog: Un rincón de reflexión, de amigos, de ideas, de vidas.
Gracias por las más de 22.000 visitas que acumulamos hasta el momento. Si cuando cumplíamos un año celebraba con estupor las 10.000 visitas, ahora cuando he visto que en 6 meses hemos superado las 12.000, no tengo palabras… En este tiempo, llevamos un total de 189 entradas y 30 seguidores del blog, aunque muchos otros que no figuráis como tal, seguís puntualmente las andanzas de Y&R, y miles de personas habéis reflexionado con Yopopolin.

Una vez más, gracias a todos por estar ahí este año y medio de vida.
Gracias!