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sábado, 2 de febrero de 2019

Trump y Guaidó

Quienes más insisten en catalogar a Trump como bobo son los que ahora le acusan de haber diseñado la operación que ha llevado a Guaidó a la presidencia de Venezuela.
La idea de que el actual presidente estadounidense es bobo no encaja bien con el hecho de que haya conseguido acabar con el régimen de Maduro sin disparar un solo tiro.
Estos mismos que consideran un mérito ser de izquierdas (con lo que demuestran su escasa solvencia intelectual, porque el mérito está en las obras) protestan de que se liquide políticamente a Maduro y no a otros tiranos. Es decir, según dan a entender, piensan que puesto que hay más como él en otros países Maduro también tiene derecho a estar (siguen demostrando burricie).
Para empezar, Guaidó tiene el apoyo de la mayoría de los venezolanos, que además desean vivir en democracia. No se trata de liquidar una dictadura sin saber lo que va a venir después, como ha ocurrido en otras ocasiones, en las que, por otra parte, el pueblo no estaba preparado para la democracia.
Maduro mismo, con su crueldad y su ineficiencia ha procurado su final político, y ya veremos lo que acaba siendo de su persona, porque es mucho el daño que ha hecho y sigue haciendo y debería acabar ante un tribunal, pero es capaz de precipitar las cosas y buscarse un fin distinto.
Intenta hacerse fuerte y unir el destino de los militares al suyo, sin darse cuenta de que la suerte está echada, el pueblo venezolano ha dicho basta y contra eso las ignominias de podemitas como Monedero, o maniobras en la UE, como las del gobierno de Tsipras no sirven para nada.
Trump ha hecho muy bien en mostrarse solidario con los venezolanos que quieren vivir en libertad, y ha dejado en evidencia a otros, que se dicen solidarios pero son egoístas. 

martes, 19 de abril de 2016

La situación en Grecia

El artículo de Enrique Arias Vega pone sobre la pista de lo que ocurre hoy en Grecia. Tsipras tiene grandes dificultades para conseguir los objetivos propuestos, principalmente porque los griegos tienen una visión distorsionada de su propia realidad.
En esas condiciones resulta difícil dilucidar si los griegos que cumplen con sus obligaciones fiscales son héroes o tontos. Los que pueden se han llevado su dinero fuera del país. Es habitual en Grecia cobrar en negro todo lo que sea posible. Los que pagan, bien sea porque no pueden burlar al fisco o porque sean ciudadanos conscientes, han de llevar una carga muy superior a la que les corresponde. Pero son los que sostienen a Grecia.
Si todos los griegos fueran realistas, asumieran sus errores y confiaran en sus virtudes, Grecia podría salir del hoyo rápidamente, pero no es así y el calvario se adivina largo.
No puede quejarse Tsipras de que los griegos tengan una visión de las cosas tan alejada de la verdad, puesto que él y su partido contribuyeron grandemente a deformar la realidad. Es lo mismo que hacen los populistas y los nacionalistas en todos los lugares en los que se les deja predicar. En lugar de emplear la lógica para dirigirse a su auditorio, inventan patrañas y quimeras históricas, falsean la realidad, distorsionan o inventan el pasado y señalan un enemigo. Esto último es fundamental. 'La gente', como les gusta decir a ciertos indeseables, necesita un enemigo sobre el que volcar la rabia almacenada, las frustraciones propias de quienes no saben por dónde van, ni que necesitan, y el gusto por sentirse arropado, al coincidir con otras muchas personas que también están llenas de odio y frustración.
Una vez conseguida esa masa de votantes, que además son muy fieles, quizá se consiga llegar al gobierno. Conseguido esto, gobernar con cordura es difícil. Si se sigue alimentando el gusto de esas masas el final es como el de Venezuela.
'Paris-Austerlitz'
'Internet negro'
'Manual de insultos para políticos'
'Los hombres que susurran a las máquinas'
'Al pie de una pared sin puerta'
'A pesar de los pesares'
'El árbol del silencio'
'El bucle'

martes, 28 de abril de 2015

Para qué ha servido Varoufakis

Es de difícil comprensión que Yanis Varoufakis haya aceptado ese papel como no sea demostrar una vez más que el registro humano es muy amplio.
Quizá él piense que sus compatriotas no se van a dar cuenta nunca de que les ha tomado el pelo, sino que ocurra lo contrario, que le consideren un héroe. Querer ser un héroe está muy bien; querer parecerlo, muy mal.
Lo que ha hecho es hacer creer a los griegos que luchaba por algo que les conviene a pesar de que sabía de antemano que su partido había hecho promesas falsas. Una vez que el papel de Varoufakis ya no da más de sí, se le pasa a un segundo plano, pero la representación teatral continúa: Ahora hay que hacer un referéndum en Grecia, para que Syriza pueda seguir engañando a los griegos.
Lo paradójico es que se pida que los trabajadores españoles, alemanes, franceses, etc., sacrifiquen parte de su bienestar para ayudar a los griegos, y el propio gobierno griego cargue sobre las espaldas de sus ciudadanos el coste del referéndum. Porque estas cosas cuestan dinero.
Tsipras podría ahorrarles ese gasto a sus conciudadanos si tomara personalmente la decisión, pero no está dispuesto a perder popularidad. Así, engaño sobre engaño va pasando su tiempo en el poder. Por este camino, pocas cosas buenas se pueden augurar a Grecia y es indecente que se pida ayuda para perpetuar un timo.
El mejor modo de ayudar a Grecia consistiría en convertir a la Unión Europea en un Estado único, disolviendo todos los gobiernos nacionales, para pasar a tener un único gobierno. Pero si se hiciera, los países menos desarrollados serían muy beneficiados al principìo y los más desarrollados sufrirían perjuicios. A ese final hay que llegar, pero de un modo más suave, paso a paso. Gobiernos como el de Syriza no ayudan. Cuanta más demagogia haya, más largo se hace el camino.

 

martes, 7 de abril de 2015

La 'deuda' de Alemania a Grecia

Se conoce que Syriza está en un callejón sin salida, o que la salida que ve no es la convencional. Puesto que las cosas son como son y no como les hizo creer a sus votantes, el gobierno griego ha recurrido a la creatividad y ha cuantificado la deuda de Alemania por la invasión nazi en 279 000 millones de euros.
Estas cosas les pasan a los que pierden las guerras. A los que las ganan nadie les pide cuentas. Pero Alemania ya saldó todas las deudas hace tiempo. Se demostró también que se le impusieron unas cargas excesivas.
Hay otra cuestión y es que una vez que el gobierno de Tsipras ha cuantificado la supuesta deuda alemana, y para ello, salvo que haya puesto un importe al azar, habrá tenido que gastar mucho dinero que habría estado mejor empleado en gastos sociales, cabe preguntar qué piensa hacer con el dato. Porque sabe perfectamente que fuera de Grecia no sirve para nada, si se habla de los circuitos oficiales. Sí que lo utilizarán los demagogos y populistas de otros países para captar adeptos para sus causas.
Cabe concluir entonces que este dato le sirve al gobierno de Tsipras para seguir tomando el pelo a los griegos.
Lamentablemente, a los que dicen la verdad les dan la espalda los votantes. Eso ocurre en España, donde UPyD está en una situación por su empeño en exigir la independencia judicial y en que los ladrones vayan a la cárcel. Y ocurre también en Grecia, puesto que cuando Papandreu les dijo a los griegos lo que había, lo que hay, perdió todas sus posibilidades electorales. Difícil lo tienen los pueblos que no quieren ver la realidad.
En cualquier caso, a los 279 000 millones de euros que han cuantificado los de Syriza habría que restarles los desfalcos que han hecho los griegos con el dinero que les provenía de la Unión Europea.