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sábado, 25 de abril de 2015

María José Carrascosa, en libertad

En cuanto tuve noticia del caso me di cuenta de que los jueces de Nueva Jersey estaban cometiendo una injusticia con María José Carrascosa y así lo dije. No tardó nada Peter Innes en mandarme un insultante correo muy breve.
Posteriormente, este señor, que tanto daño ha hecho a su propia hija, ha puesto muchos comentarios, propios de las gentes de los bajos fondos, en los distintos blogs en los que me he ocupado del caso. Una muestra de ellos es la que va en el siguiente enlace:
http://blogs.lasprovincias.es/punto-de-vista/2012/11/07/la-verdad-de-peter-innes/
Causa estupor que un tipo así consiguiera enamorar a una señorita, y todavía más que le sacara tanto dinero a su familia. María José Carrascosa podía tener un velo en los ojos.
Pero es que luego consiguió la complicidad de mucha gente. Periodistas españoles se pusieron de su parte (y en contra de los jueces españoles). Hace cien años los jueces estadounidenses eran algo así como el faro del mundo. Su ejemplaridad ilusionaba a todos y sobre todo a quienes creen en la justicia. Hoy en día la corrupción ya ha llegado hasta allí también. No es que todos los jueces estadounidenses sean corruptos, sino que en Estados Unidos hay jueces corruptos. María José Carrascosa se tropezó con Torack y Venezia.
María José Carrascosa hizo caso omiso de los consejos de las autoridades españolas y decidió viajar a Estados Unidos, a pesar de que allí estaba en busca y captura, porque no quiso renunciar a su sueño americano y decidió confiar en la justicia de aquel país.
Mucha gente se puso de parte de Peter Innes, sin saber de qué pasta está hecho, simplemente porque es hombre. Los partidarios de la custodia compartida impuesta deberían darse cuenta de que una ley así no es la solución. Cada caso es diferente del otro y en ocasiones hay psicópatas por en medio.
 

martes, 29 de octubre de 2013

El TEDH y los insultos en la red

Este tribunal no ha tenido reparos en hacer que una horda de criminales salga a la calle, aunque la mayor parte de la culpa de este desastre la tiene la casta política española que, según para qué cosas, se la coge con papel de fumar, sobre todo el autodenominado sector progre.
Con la misma facilidad con que usan algunos el adjetivo fascista se resisten estos mismos a considerar la cadena perpetua como opción razonable para ciertos delitos.
Con respecto al TEDH y su criterio de responsabilizar a las webs de los contenidos insultantes que personas emboscadas en nombres ficticios puedan verter en ellos, conviene considerar que es muy peligroso para los dueños de las webs. ¿Habrá que estar de guardia las veinticuatro horas? ¿Qué se considera insultante?
Hay cosas que no se pueden controlar. Si alguien aprovecha la noche para quemar contenedores o pinchar ruedas de coches es posible que quede impune. Si en un partido de fútbol alguien lanza objetos al campo y daña a alguien quizá quede impune. Pero en Internet hay alguien que no se puede escapar. Cualquiera puede habilitar una identidad falsa y utilizando una IP que no es suya puede decir lo que le parezca. Culpar luego al dueño del sitio es muy fácil.
El mejor modo de tomar las cosas es otro. Lo que se dice con una identidad no comprobable no cuenta, es como un espacio en blanco, salvo que sea una opinión interesante o una noticia cierta. Los insultos proferidos por gente sin identificar no deben ofender.
En lo que me concierne, a veces soy insultado y no me ofendo. Generalmente lo hacen de este modo, o sea, a escondidas. Pero tampoco faltan los que se identifican. Así, por ejemplo, Peter Innes, que me dijo estas cosas:
-I see you are still a moran huh Vinny? Some things never change.
-You sure are a tough guy behind that computer. Is your husband just as tough as you?
Evidentemente, le definen a él.
Creo que hay que reinventar la Unión Europea y su TEDH.

martes, 31 de julio de 2012

Estados Unidos se equivoca

No es que este tipo sea el peor del mundo, puesto que estoy convencido de que en España y en otros países hay tipos tan cutres como él o, quizá, más. El error consiste en que Estados Unidos lo apoye simplemente porque tiene esa nacionalidad y a pesar de que no tiene razón.
Me refiero al lamentable Peter Innes, que a vuelto a incordiarme, a pesar de que llevo más de dos años sin ocuparme del asunto que lo ha hecho famoso. Depone sus exabruptos en una entrada de blog que no tiene nada que ver con él, sino con Alfonso Rus. Sus modales, su vocabulario, su forma de expresarse dejan en muy mal lugar a la familia Carrascosa. ¿Qué pudo ver en él María José Carrascosa para enamorarse tan perdidamente? ¿Cómo es posible que el padre de ella regalara diez mil dólares a semejante patán? No es lo único que le regaló, por cierto.
No me extraña nada que los tribunales españoles catalogaran como psicópata a este individuo. Sabe que le está haciendo mucho daño a su hija, pero como opina que no es el único sigue haciéndoselo:
Comentario por Peter Innes 30.07.12 | 16:17
And I'm not the one who has harmed my daughter. I didn't abduct her. I didn't manipulate her. I didn't take her father away. I didn't put her mother in prison. The Carrascosa family is responsible for all of this.”
También es homófobo. Me dijo esto, con evidente intención de insultar:
Comentario por Peter Innes 23.07.12 | 15:09
You sure are a tough guy behind that computer. Is your husband just as tough as you?”
Flaco favor le hacen a su país esos jueces de Estados Unidos que apoyan a sus compatriotas sólo por este motivo, despreciando la razón y la justicia. Sintomático fue que el juez Venezia le dijera a María José Carrascosa que había engañado a los jueces españoles. ¿Se cree más listo y más sabio que los jueces españoles, o simplemente sabe que la suya es la nación más poderosa del mundo?

'La amante imperfecta'
'De Laura y otras muertes'
'Hasta los cuervos picotean las cerezas'
'La energía después de Fukushima'
'Limones dulces'
'Ocurrió en Valencia'
'Los invitados de la princesa'
'La vida y la poesía de Gustavo Adolfo Bécquer contada a los niños'



miércoles, 5 de mayo de 2010

Estados Unidos se ríe de España

Sí que nos manda presos de Guantánamo, pero por su parte incumple los compromisos que contrae. Al final de este vídeo de poco más de nueve minutos, Javier Nart lo explica con claridad. Jerome J. Shestack, también es de su misma opinión. El ex magistrado del Supremo F. Javier Sánchez-Pego también ha terciado en el asunto. Son más los que se han mostrado a favor de los intereses de Victoria Solenne, la hija de María José Carrascosa, como los anteriores, y quienes opinan lo contrario suelen demostrar mucho desconocimiento sobre el caso.
Pero el gobierno de Estados Unidos no se limita a dar por bueno un juicio ilegal, con una sentencia extremadamente cruel, en la que además el juez Venezia se permitió la chulería de burlarse de los jueces españoles (dijo a María José que los había engañado; ¿no será que Peter Innes lo ha engañado a él?, hay otras posibilidades y ésta es la más favorable), sino que además ha puesto a Victoria Solenne como desparecida y, por tanto, en búsqueda, con foto y todo. Pero Peter Innes sí que sabe dónde está, porque le escribe y además, con toda la cara dura, ha intentado denunciar a la Generalidad Valenciana, que tiene la tutela de la niña. Al que hay que denunciar es a la Corte de Justicia de Nueva Jersey. Pero es que el gobierno de Estados Unidos también sabe dónde está Victoria Solenne, puesto que el cónsul en Valencia, David Nordlund, actuando en representación de su país, la visitó en su casa. El embajador de Estados Unidos en España, Alan D. Solomont, y el citado cónsul en Valencia, David Nordlund, deberían ir por las calles con gafas de sol, las solapas levantadas y escondiéndose tras las cabinas. Pero ya se sabe que la vergüenza era verde y se la comió un burro.
¿Han pensado los estadounidenses que como resultado de su empecinamiento en defender a su compatriota, el impresentable Peter Innes, una mujer que no tiene culpa puede morir en la cárcel o enfermar gravemente? ¿Les importa a los estadounidenses todo el malestar que han propinado a la familia Carrascosa? ¿Les importa a los estadounidenses la niña Victoria Solenne? Evidentemente, no.

martes, 1 de diciembre de 2009

El caso Carrascosa hoy

La familia de María José Carrascosa, presa en Nueva Jersey por salvaguardar a su hija, ha dado a conocer una serie de documentos mediante los que salta a la vista la indefensión en la que se encuentra. En un país extraño, metida en la cárcel, en donde la someten a todo tipo de vejaciones y castigos caprichosos, y con su familia en España, sus posibilidades son muy pocas. Otra cosa sería si se hubiese encargado de su defensa el Estado español, como corresponde.
Sus circunstancias son tan penosas y su situación inspira tan poco respeto que incluso el hecho de que se haya publicado un libro sobre su caso ha sido considerado como un punto en su contra. Si se hubiera tratado de alguien poderoso no hubiera ocurrido así. Pero ella está dejada de la mano de Dios. María José podría haber aceptado el trato que se le propuso hace poco, pero prefirió seguir en la cárcel para proteger a su hija. No se fía. No ha aceptado ninguna propuesta que ponga en peligro a su hija. Pero si Peter Innes hubiera viajado a España sí que le hubieran dejado ver a la pequeña. Pocas ganas de verla tiene, puesto que no ha venido a verla. Se le ha visto riendo mientras contemplaba las penurias de su ex esposa. Insulta a quienes la defienden.
Ella está en la cárcel de un país extranjero, con riesgo de su vida, porque su salud se deteriora día a día, a pesar de que la justicia española ha emitido sentencia firme en su favor. Siendo éstas las circunstancias, el gobierno español debería haberse encargado de la defensa, porque no debe consentir que una ciudadana española inocente, según las leyes españolas, esté en la cárcel, y para evitar que los jueces españoles sean humillados de este modo. La embajada española tiene medios para diseñar la línea de defensa más conveniente y por otro lado inspira más respeto que una extranjera sola.

jueves, 19 de marzo de 2009

El cónsul de España en N.Y. y M.J. Carrascosa

El cónsul de España en Nueva York es Fernando Villalonga, y dice que como representante del gobierno español está “implicadísimo” en el caso Carrascosa, que habla todos los días por teléfono con María José Carrascosa y que la visita cada quince días. Ningún otro preso recibe ese trato, añade. No cae en la cuenta este hombre en la cuestión fundamental: al decir que ningún otro preso recibe ese trato da por bueno el hecho de que ella esté en la cárcel. Olvida que los tribunales españoles fallaron a su favor. A partir de estos datos, cualquiera puede pensar que si estuviera en el lugar de María José Carrascosa consideraría las llamadas del cónsul como mortificaciones que habría que soportar para no empeorar las cosas.
Por otro lado, estando tan implicadísimo como dice que está, María José Carrascosa sufre vejaciones constantes, agresiones y castigos, y tampoco se la medica como requiere su estado de salud, motivo por el cual ha sufrido una gran desmejora. ¿Cómo serían las cosas si no estuviera tan implicadísimo? ¿Qué respeto le tiene a él el director de la cárcel? ¿Podemos los españoles viajar tranquilamente a Nueva York sabiendo cómo se “implica” el cónsul y qué resultados obtiene?
El dato relevante es que ella tiene unas cuantas sentencias favorables de los tribunales españoles y que la justicia de los Estados Unidos de América ha pasado sobre ellas, sin miramientos de ningún tipo. Debería haberse personado en el caso, haber nombrado un abogado y haber decidido una estrategia. Dadas las circunstancias que concurren en el caso, el Estado español no debería consentir que una ciudadana española, sola y desconcertada afrontara una situación tan complicada.
Dice el cónsul que está tratando de hacer un pacto con Peter Innes. Quizá el gobierno español le ha ordenado que haga que parezca que hace. Peter Innes ha demostrado que disfruta con el sufrimiento de su hija y de su ex esposa.

lunes, 2 de febrero de 2009

María José Carrascosa y la custodia compartida

Cada cual es dueño de su pensamiento, por tanto, no se puede saber lo que va a pensar la hija de María José Carrascosa y Peter Innes en el futuro. Incluso podría ocurrir que cambiara varias veces su manera de enjuiciar el proceder de sus padres. Pero lo que no cabe descartar es que opte por solidarizarse con su madre, por deplorar que haya ido a la cárcel. Y esta decisión puede tomarla desde un principio, o más adelante, después de haberle dado muchas vueltas. En este caso, Peter Innes no tendría nada que hacer con su hija. Es decir, en su apuesta, él no ha tenido en cuenta a su hija.
Ha sido catalogado como psicópata por algún tribunal español y los hechos vienen a demostrar que algo de eso hay, puesto que no le importa el sufrimiento de María José, ni que su hija esté sin madre. Si realmente quisiera a su hija, hubiera renunciado a todo, con tal de no perjudicarla.
Incomprensiblemente, Peter Innes se ha encontrado con el apoyo incondicional de algunos que dicen que luchan por la custodia compartida. Miguel Lorente, delegado del Gobierno para la Violencia de Género, ha hecho unas
declaraciones a La Vanguardia, en las que demuestra que los conoce bien: "Tratan de cuestionar que las mujeres sean vistas como las idóneas para criar."
No tienen en cuenta las sentencias de los tribunales españoles, a los que menosprecian, ni el trabajo de investigación de Reyes Monforte, que ha dado lugar al libro “Amor cruel”. Por el simple hecho de que Peter Innes es hombre y María José Carrascosa, mujer, ya se ponen de parte del primero. Se alegran de que ella esté en la cárcel y en lugar de aplaudir que sea capaz de hacer un sacrificio tan grande, se burlan cruelmente de ella.
No puede decirse que les importe la razón o la justicia, ni que quieran lo mejor para los hijos. Simplemente, dan fe de su egoísmo.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Victoria Carrascosa

Algunos de los comentarios que ha suscitado la entrevista publicada en Periodista Digital tienen intención constructiva, o por lo menos dan esa idea. Pero la gran mayoría son indefendibles, prueba de ello es que sus autores se esconden en el anonimato. Ya he dicho alguna vez quienes deseen actuar de este modo deberían abstenerse de atacar a nadie, cosa que sólo se puede comprender si se hace a cara descubierta y en igualdad de condiciones.
En lo que respecta a la mayor parte de los comentarios que le han dedicado a Victoria Carrascosa, y también a su hermana María José, se advierte que el común denominador de todos ellos es la disconformidad con el sistema judicial español. Y no es que el sufrimiento de María José no les importe, sino que disfrutan con él y no les causa rubor decirlo. Su odio a la justicia española les lleva a ensañarse con una mujer que se sacrifica por su hija. Así son ellos.
Es posible, e incluso probable, que María José haya cometido algún error. Todo indica que durante un tiempo fue tomando, una tras otra, decisiones equivocadas. La primera es obvia, casarse con Peter Innes, persona que no demuestra tener sentimientos de ningún tipo. Ni quiere a su hija, ni ha querido nunca jamás a su ex esposa. Resulta difícil de creer que sea capaz de querer a nadie. El segundo error bien pudo ser no haberse quedado en Nueva Jersey, cuando lo tenía todo a favor ante la justicia de aquel país. Y el tercer error, este evidente, fue no quedarse en España cuando la justicia española había fallado a su favor y sabía que estaba en busca y captura en Estados Unidos.
Lo cierto es que todo el mundo comete errores y ella sí está demostrando tener un corazón enorme, un amor por su hija más allá de toda duda. Si eso no la redime a los ojos de todos, es porque quien mira tampoco tiene sentimientos. Peter Innes está demostrando una crueldad sin límites, por tanto no se le puede entregar a la niña.
El gobierno español debería asumir la defensa de María José ante los tribunales estadounidenses, decidir la estrategia más conveniente y optar por el abogado más adecuado. La obligación se la da el hecho de que los tribunales españoles han fallado a su favor y el detalle objetivo de que Peter Innes no es la persona más adecuada para que se le entregue una niña. A la que, por otra parte, no quiere.

domingo, 31 de agosto de 2008

María José Carrascosa merece que se la apoye

Basta con mirar por encima los comentarios que recibí la anterior vez que me referí a María José Carrascosa para sentir de inmediato una gran simpatía por ella. Quienes se rebajan insultando de modo tan tosco y grosero y, al menos, bastantes de ellos escondidos tras el cobarde anonimato, es improbable que tengan razón. No valdría la pena tomarlos en consideración si no fuera porque las almas cándidas y pusilánimes que puedan acercarse a leer pueden sentirse intimidadas por la rotundidad de los insultos y pensar que las cosas son como los insultadores dicen.
Proceden, al parecer, de un foro que propugna los derechos de los padres. Me parece correcto que los padres formen una asociación o plataforma para defender sus derechos, si piensan que, en términos generales, los jueces favorecen a las madres. Pero de ahí a mostrarse corporativamente siempre a favor de los padres y en contra de las madres hay un trecho.
Conviene recordar que es María José Carrascosa quien está en la cárcel y se arriesga a ser condenada a una pena durísima. Y que es Peter Innes quien hace esto posible. A esto hay que añadir que fueron varios los diputados valencianos, representando a varios partidos, los que se desplazaron a Nueva Jersey, para interesarse por ella. El viaje no ha servido para nada, probablemente. Pero es que si, además, hubieran viajado a la ligera, sin cerciorarse previamente de que la razón asiste a María José merecerían la cárcel.
Sin olvidar que la justicia española ha fallado a favor de ella. Que en el asunto ha intervenido el Rey de España y también el gobierno español. Que otros jueces españoles han estudiado el asunto, para tratar de encontrar alguna solución favorable a la madre española, presa injustamente en Estados Unidos. Quizá, los contactos diplomáticos no sirvan para mucho, ya que la justicia en aquel país es totalmente independiente. Hay que alabar esa independencia. Pero ello no debe esconder que los jueces de Estados Unidos no son infalibles, ni dejan de cometer errores.
En el sitio
http://www.caso-carrascosa.com/index.htm hay amplia información sobre el caso, y se puede comprobar que todos los organismos y autoridades españolas, desde el Rey hasta el Colegio de Abogados de Valencia, que han estudiado el caso, están a favor de María José Carrascosa. Se ruega a las buenas personas que aporten su firma en dicho sitio.

jueves, 28 de agosto de 2008

María José Carrascosa, nuevo capítulo

Conviene recordar que María José Carrascosa es la española que está presa en una cárcel de Nueva Jersey, desde noviembre de 2006, por negarse a entregarle a Peter Innes, su ex marido, a su hija. Me causa verdadera extrañeza leer en algunos foros que lo que debe hacer María José es obedecer al juez estadounidense. Sin duda que ésta es una visión superficial y nada humanitaria. Como si una hija fuera igual que una mesa.
Con respecto a este asunto conviene recordar también que un grupo de diputados valencianos, representando a varios partidos, se desplazó a Nueva Jersey, para visitar a la presa y la prensa dio noticia de que había contratado un abogado. En la actualidad, todo apunta a que ni el viaje ni el abogado han servido para nada. Al ciudadano le queda la sospecha de que si realmente hubieran querido ayudar a María José, hubieran intentado medidas más efectivas.
La prensa valenciana ha dado hoy la noticia de que el caso ha llegado al Supremo de EE.UU. Sería bueno que los jueces de Estados Unidos hicieran examinar la salud mental de Peter Innes. Para quien se pare a pensar, durante tan sólo dos minutos, en la situación resultará inconcebible la falta de empatía que demuestra el demandante hacia su ex esposa y su hija. No hay ningún indicio de que le importe lo más mínimo el sufrimiento de ambas.
A nadie se le puede escapar que es muy probable su hija lo considere un monstruo de maldad, a la vista de que mantiene a su madre en la cárcel. Resulta difícil comprender que alguien que desee tener a su hija consigo se haga odiar de tal modo por ella. Es evidente que no le importan los sentimientos, lo único que le interesa es conseguir sus propósitos. Desea que su hija esté con él, pero no porque la ame, sino por vencer a María José Carrascosa. Cobra sentido entonces la idea de que ésta es una heroína que se sacrifica por su hija, puesto que sabe de primera mano la pasta de que está hecho Peter Innes.

martes, 3 de junio de 2008

Peter Innes insiste

Ha vuelto a escribirme y esta vez su correo es algo más extenso, aunque no mucho. Esta renovada brevedad y la puerilidad de sus alegaciones vienen a demostrar que carece de argumentos y lo sabe. Se aferra a lo que tiene de su lado. La ley, a veces, se opone a la razón.
Tal vez piense Peter Innes, dada su obcecación en el asunto, que defiendo a María José Carrascosa porque es española como yo. Pero soy de los que opinan que uno no elige el lugar en el que nace, pero sí la actitud que adopta; en consecuencia, mi patria es la justicia y si yo creyera que lo que defiende Peter Innes es justo lo diría. Lo que ocurre es que a la vista de su actitud comprendo que su ex mujer dé su vida para salvar la de su hija.
Si Peter Innes quisiera a su hija lo último que hubiera hecho es hacer que encarcelen a su madre. Yo en su lugar no lo hubiera hecho. De todos los caminos que tenía ante sí para conseguir que se quedara con él fue a elegir precisamente el que más los separa. ¿Qué va a pensar en el futuro del hombre que hizo que su madre muriera en la cárcel? Le quedará, sin embargo, la alegría de saber que su madre sí la quiso mucho, tanto que entregó su vida para salvaguardarla.
Vuelvo a insistir en que no hay ningún atisbo de duda en la actitud de Peter Innes, se aferra con terquedad a aquello con lo que tantos sufrimientos proporciona a otros seres humanos. Las cosas no son tan fáciles como pregonan sus abogados españoles, a quienes, si no recuerdo mal, les leí en un artículo de prensa o entrevista, que todo lo que tiene que hacer María José Carrascosa para salir en libertad es entregar a la niña. La niña no es un paquete, es una persona y tiene una vida por delante.
Lo que demuestra Peter Innes es que es capaz de utilizar a su hija, y de hacerle daño si es necesario, para vengarse de su ex esposa.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Peter Innes dice que estoy equivocado

He recibido un correo de Peter Innes, en inglés, breve y tajante. Hago constar que me ha escrito en inglés, para que quede claro que la brevedad no está motivada por sus dificultades con el idioma, puesto que me ha escrito en su lengua materna.
La brevedad está motivada, pues, por la certeza con la que encara el caso, ninguna duda le afecta, por lo que no se considera obligado a dar más explicaciones. La situación, no obstante, no es tan fácil. Hay dos personas sufriendo intensamente por esta cuestión, que son María José Carrascosa y su hija. Y sus demás familiares están sufriendo también lo indecible.
Mi corresponsal, Peter Innes, al que su sinrazón no le proporciona ninguna de las tan humanas dudas, sino muchas de las a menudo crueles certezas, no se ha parado a considerar lo que expliqué anteriormente sobre el caso y que tanto le ha molestado. Si María José Carrascosa no hubiera viajado a Estados Unidos ahora estaría en su casa con su hija y con la sentencia de justicia española, que le fue favorable, en su bolsillo. Desconocedora del peligro que se cernía sobre ella, por creer que la sentencia judicial española la ponía a salvo de todo, viajó a Estados Unidos, en donde fue cazada sin misericordia.
Ella se arriesga a no ver a hija en toda su vida, dada la condena a la que la pueden sentenciar. Si hubiera entregado a su hija, tampoco la volvería a ver, pero ella estaría libre. Pero prefiere sacrificarse por su hija. A la vista de lo hay, se comprende y se aplaude su sacrificio.
Peter Innes, al que el sufrimiento ajeno no le conmueve, ni aún en el caso de que quien sufre sea su hija, se siente muy seguro de su fuerza, pero no se da cuenta de que no puede salir ganador nunca. Disputa con su ex esposa por la custodia de su hija, pero ésta, si tiene corazón, jamás podrá querer a quien ha sido capaz de hacer sufrir tanto a su madre. Y si la hija no tuviera corazón tampoco valdría la pena que la tuviera con él.
Si él quisiera a su hija, por la que dice luchar, hubiera procurado que fuera feliz mientras durara el litigio. Con su actitud demuestra que no quiere a su hija ni a su ex esposa. Salomón sabría qué decisión tomar.