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sábado, 20 de octubre de 2018

El fenómeno VOX

Resulta cuanto menos curiosa la actividad febril de muchos en orden a alertar del peligro que ellos ven en VOX. Pero ninguno de ellos se dio cuenta en su día del peligro que representaban para España y los españoles los partidos nacionalistas.
Sin ellos nos habríamos ahorrado el terrorismo y todos o casi todos sus atentados, y las arcas del Estado estarían llenas, porque no habría habido que calmar la voracidad de esos impresentables. Pero sobre todo, la salud mental de los españoles sería mucho mejor. Hay que tener en cuenta que los nacionalistas han introducido muchas ideas estúpidas, aparte de las que son directamente viles.
Se puede decir, sin ningún temor a equivocarse, que la calidad democrática de VOX es mucho mayor que la de los partidos nacionalistas, y especialmente que la de los partidos nacionalistas de izquierdas, porque el nacionalismo es incompatible con la democracia y con la izquierda.
En VOX está Ortega Lara, cuya hazaña es de difícil parangón. Eso no significa que todo lo que haga él esté bien, pero sí que merece respeto y admiración porque poca hay en España y en el mundo capaz de hacer lo mismo. A este señor le infligieron un sufrimiento brutal y prolongado en el tiempo unos seres abominables, los malditos etarras, y fue capaz de superar de forma brillante la prueba. La gente de bien debe reconocerle el mérito y aplaudirle.
Los canallas, en cambio, se abrazan al etarra Otegui, al que tratan con admiración y respeto e insultan a Ortega Lara.
He visto los cien puntos de VOX. Algunos de ellos no me gustan, como el de la custodia compartida, que también llevaba UPyD, el partido al que vengo votando. Curiosamente, estos dos partidos, uno de derechas y otro de izquierdas, son los únicos que siempre están de modo incondicional con las víctimas del terrorismo.
Estar de acuerdo con todos los puntos, siendo estos cien, es muy difícil. Pero algunos de esos puntos deberían asumirlos todos los partidos que quieran el bienestar de los españoles.

viernes, 20 de octubre de 2017

Puigdemont hace lo lógico

A estas alturas la verdad y Puigdemont son incompatibles. Decir cualquier cosa que sea verdad para él debe de ser como un suicidio.
No le queda más que buscar amparo en la mentira. ¿Y a quién puede gustarle que le mientan? La carta que le ha enviado a Rajoy contiene tantas falsedades que cualquier separatista que conserve un punto de pundonor debería sentirse agraviado y decepcionado.
Después de tanta lucha y de estar corriendo el riesgo de quedarse en el paro, después de haber visto que las empresas se van de Cataluña a toda prisa, resulta que todas sus reivindicaciones se resumen en una sarta de mentiras, tan evidentes, además, que el ridículo se presiente monumental.
Claro que a día de hoy, cuando se hablar de los secesionistas hay que tener el cuenta el déficit de salud mental, ya totalmente inocultable. Si no fuera así no estarían dando ese espectáculo al mundo, ni propiciando su propia ruina, que todo el mundo ve, pero ellos no.
Si no se dan cuenta de que la salida de tantas empresas de Cataluña y la considerable merma en las ventas de los productos producidos en la región va a tener como consecuencia una notable disminución de los puestos de trabajo es que definitivamente han perdido el Oremus.
Si no se dan cuenta de que quien realmente está defendiendo sus condiciones de vida es el gobierno español y que quien quiere llevarlos a la ruina es el gobierno catalán es porque su grado de fanatismo ya no puede llegar más lejos.
Si esos catalanes que se revuelven contra quienes les protegen recuperasen la cordura, lo cual parece imposible, dicho sea de paso, comprenderían que lo mejor que les puede pasar es que sus gobernantes entren en la cárcel sin más demora y se restablezca el orden, para que Cataluña se convierta en un lugar en el que impere la justicia.


jueves, 28 de agosto de 2008

María José Carrascosa, nuevo capítulo

Conviene recordar que María José Carrascosa es la española que está presa en una cárcel de Nueva Jersey, desde noviembre de 2006, por negarse a entregarle a Peter Innes, su ex marido, a su hija. Me causa verdadera extrañeza leer en algunos foros que lo que debe hacer María José es obedecer al juez estadounidense. Sin duda que ésta es una visión superficial y nada humanitaria. Como si una hija fuera igual que una mesa.
Con respecto a este asunto conviene recordar también que un grupo de diputados valencianos, representando a varios partidos, se desplazó a Nueva Jersey, para visitar a la presa y la prensa dio noticia de que había contratado un abogado. En la actualidad, todo apunta a que ni el viaje ni el abogado han servido para nada. Al ciudadano le queda la sospecha de que si realmente hubieran querido ayudar a María José, hubieran intentado medidas más efectivas.
La prensa valenciana ha dado hoy la noticia de que el caso ha llegado al Supremo de EE.UU. Sería bueno que los jueces de Estados Unidos hicieran examinar la salud mental de Peter Innes. Para quien se pare a pensar, durante tan sólo dos minutos, en la situación resultará inconcebible la falta de empatía que demuestra el demandante hacia su ex esposa y su hija. No hay ningún indicio de que le importe lo más mínimo el sufrimiento de ambas.
A nadie se le puede escapar que es muy probable su hija lo considere un monstruo de maldad, a la vista de que mantiene a su madre en la cárcel. Resulta difícil comprender que alguien que desee tener a su hija consigo se haga odiar de tal modo por ella. Es evidente que no le importan los sentimientos, lo único que le interesa es conseguir sus propósitos. Desea que su hija esté con él, pero no porque la ame, sino por vencer a María José Carrascosa. Cobra sentido entonces la idea de que ésta es una heroína que se sacrifica por su hija, puesto que sabe de primera mano la pasta de que está hecho Peter Innes.