¡Por fin es viernes! Es que esta semana ha sido muy dura. También muy bonita, la verdad. Semana de reencuentros varios, de conocer a personas inolvidables, de sentir mucho y muy bello.
Hoy he cogido el paraguas. Me encanta mi paraguas: grande, hongo y transparente, con un ribete rosa y el mango del mismo color. Además de protegerme de la lluvia me protege de los portadores de paraguas que no son conscientes del espacio que ocupan. ¡Pero casi no lo he usado! Esta mañana, cuando he mirado por la ventana, he visto esa bruma que emborrona las luces y he sonreído feliz pensando que por fin podría pasearlo.
Me encanta la lluvia. Hombre, para días como hoy que me toca ir de un lado a otro preferiría que no lloviera, pero no me importa mucho. Cuando iba de camino al curro miraba los campos cubiertos de niebla y me ha dado la sensación de que por fin teníamos con nosotros el tan ansiado invierno.
Año raro. Nos robaron el invierno. Ahora nos roban la primavera. Igual también nos quedamos sin verano.
Os preguntaréis, ¿a qué viene todo esto? A nada. Solo escribo. Me gusta escribir, aunque no hable de nada en particular. Al fin y al cabo eso es lo que me trajo a este lugar sin lugar, ¿verdad?
Feliz fin de semana, puente, semipuente o lo que sea que disfrutéis.