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martes, 27 de julio de 2021

“Filosofía en 11 frases”, un libro de Darío Sztajnszrajber

 

Como lo indica oportunamente en su título, Darío Sztajnszrajber se propone utilizar una serie de frases filosóficas como disparadoras para estimular el pensamiento. En esta nota, reseña de Filosofía en 11 frases, una obra que es parte ensayo filosófico y parte novela combativa.

 


lunes, 14 de diciembre de 2015

La suspensión de la incredulidad en la narrativa


En 1817 Samuel Taylor Coleridge,  un poeta inglés, acuñó a la frase “suspensión de la incredulidad” (en inglés:  willing suspension of disbelief) para referirse a la voluntad de una persona (un lector o un espectador) para dejar de lado (“suspender”) el sentido agudo y crítico, ignorando incoherencias de la obra en la que se encuentra inmerso, para poder disfrutar plenamente del universo de ficción que creó el autor.

Si no tuviéramos la voluntad de dejar “pasar ciertas cosas”, sería imposible para nosotros disfrutar del cine, la literatura, la televisión o los videojuegos. Si no nos dejáramos convencer, aunque sea mientras leemos, de que la magia de Hogwarts es posible, nunca podríamos entretenernos verdaderamente con la obra de J.K. Rowling, por ejemplo. 

El escritor tiene que esforzarse por hacer realista lo irreal, lo imposible. Así lo hizo Miguel de Cervantes, quien narró una obra realista que parodia a las clásicas historias de caballeros, dragones y damiselas en peligro.

La suspensión de la incredulidad también es un componente esencial del teatro. Al leer una historia de William Shakespeare debemos aceptar las limitaciones en la historia, sacrificando realismo y, en ocasiones, credibilidad  y lógica, en pos de la diversión.


En la vida real, esto es elemental para poder disfrutar el show de un mago. Por supuesto que sabemos que el tipo no está cortando a la mujer en dos, pero elegimos sorprendernos, elegimos creerlo por un momento. Nos dejamos seducir por la remota posibilidad de que sea cierto.

Aristóteles planteó este concepto de verosimilitud (junto a muchos otros sobre la literatura) en su fascinante Poética, aunque no le dio un nombre preciso. Ahí postula que para convencer a alguien (a lectores y espectadores, por ejemplo) es preferible una mentira creíble que una verdad increíble.

Ciertamente, se trata de un ingrediente esencial en cualquier tipo de narrativa. En el cine, los espectadores tienen que ignorar la realidad de que están viendo una pantalla de dos dimensiones. Aceptan, temporalmente, que los Avengers están deteniendo a una invasión extraterrestre para poder disfrutar la historia. Algo similar sucede con las películas de acción, donde los héroes le pegan a todo mientras corren y nunca se quedan sin municiones, y con todos los efectos especiales y piruetas.

Personalmente, muchas veces mido una película -especialmente aquellas que buscan el escapismo- en “cuánto me permitió abstraerme del mundo real”. Generalmente, este indicador es directamente proporcional con la medida en la que disfruto el cine. 

Me pasó este año con Mad Max: Fury Road, un delirio absoluto que, aunque imposible, te hace perderte completamente en la historia.

Un ejemplo contemporáneo sobre la suspensión de la incredulidad es la aceptación masiva que tiene el hecho de que Superman pueda ocultar su identidad simplemente con un par de anteojos. Por supuesto que es ridículo. 


En algunas adaptaciones –por ejemplo, en la película de 1978– se jugó con el hecho de que Clark Kent actúa lo suficientemente diferente a Superman (en formas de hablar, de mirar, de dirigirse, de caminar, de vestirse) para que la semejanza “no se note”.

Podemos aceptar que una esponja viva en el fondo del mar, hable inglés, use ropa y vaya a trabajar, pero no que Dr. Hank Pym (en la película Ant-Man) pueda tener un tanque miniatura en su bolsillo. Si la partícula Pym que inventó lo que hace es reducir la distancia entre átomos para encoger un objeto, manteniendo la misma masa, ¡el mini-tanque debería pesar 60 tn!

Mentime que me gusta. Se le puede pedir a la audiencia que crea lo imposible, pero no lo improbable. Demasiadas coincidencias perjudican. Podemos aceptar que un Gran Mago puede teletransportarse alrededor del mundo, pero no que el Hacker descubrió la clave en el primer intento.

El nivel de “suspensión de incredulidad” que tenemos es un indicador de cuánto podemos disfrutar una obra creada para el entretenimiento. Si somos cerrados, críticos e hilamos demasiado fino, seguramente nos vamos a perder de recrearnos con historias fascinantes (aunque, a lo mejor, agarradas de los pelos).

Un niño tiene este nivel en su punto máximo. Cree todo lo que digan, cree todo lo que ve. Para él no existe el sarcasmo, no lo llega a percibir. A medida que crecemos, la vida nos va golpeando con batacazos de realidad, nos ahoga con razonamientos, críticas, ciencia y lógica. Y debido a ello, dejamos de creer en la magia. 

Comenzamos a ver los cables que levantan la máquina, la postproducción que tuvo la película, los agujeros de guión que presenta la historia. Una lástima.

La cuestión es que un buen autor sabe que no es necesario ser realista al escribir: sólo creíble e internamente consistente (eso es clave). Un empresario de la creatividad debe lograr que su audiencia suspenda voluntariamente la incredulidad a medida que leen, escuchan o miran. El escritor provee una buena historia y, como recompensa, recibe la aceptación de la realidad como él la presenta.

Cuando el autor empuja a la audiencia más allá de lo que está dispuesta a aceptar (léase: la serie Lost o el final de How I Met Your Mother como ejemplos personales) el producto falla como obra de ficción.

Pero usualmente el realismo puro genera historias soporíferas, imposibles y aburridas. Está bien tomarse unos recreos de la realidad y crear historias que sean internamente consistentes pero que tengan sus  licencias artísticas, coloquen algunas coincidencias sorprendentes, rompan la cuarta pared o incorporen elementos ajenos a nuestra propia realidad.

Siempre, por supuesto, con mesura.

«If you're looking at the wires you're ignoring the story.
If you go to a puppet show you can see the wires.
But it's about the puppets, it's not about the string

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lunes, 11 de noviembre de 2013

“La excepción y la regla” (obra de teatro, 1930)

Autor: Bertolt Brecht (Alemania)
Género: teatro épico
Leído: octubre - 2013


Una obra absolutamente maravillosa que me introdujo al teatro épico de Bertolt Brecht. La acción dramática ocurre en Mongolia, hacia el 1900, donde un comerciante viaja con prisa para obtener una concesión petrolera. Va acompañado de un guía y un coolí (un indio carguero, tratado como un animal de carga). Debido a la desconfianza del capitalista comerciante, despide a su guía y dos clases sociales diametralmente opuestas terminan extraviadas en el desierto, donde la falta de agua los llevará hasta límites inimaginables.

Les comparto “La excepción y la regla”, en formato PDF para descargar: http://bit.ly/HPSZxk


==> A partir de ahora, y como pienso redactar un breve análisis, es muy posible que se arruinen partes de la trama… así que #SpoilerAlert. <==

Bertolt Brecht es en el teatro sinónimo de ruptura. Enfrentándose a la clásica visión aristotélica, redefine todo un concepto sobre la nueva funcionalidad de las representaciones teatrales. Para Brecht primordialmente el arte debe tener una función social. Para Aristóteles, el drama debía generar la catarsis en el espectador, la expurgación de pasiones. Esto provocaba que uno se identificara con lo que sucede en la representación, se emocionara. Brecht propone absolutamente lo contrario.

Se terminó esto de “llorar y reír en el teatro” para luego volver a casa como si nada hubiera pasado. Su teatro, que denominó “épico” o “didáctico”, implica aplicar ciertas técnicas de distanciamiento para evitar que el espectador pueda identificarse y simplemente emocionarse con lo que sucede en la escena. Brecht pretende evitar que únicamente nos conmovamos, que el espectador sea pesante, racional, analítico. “Que uno se vaya pensando con algo en la cabeza”.

Por ese motivo, “La excepción y la regla” tiene carteles, música en vivo y mínima escenografía para poder trasladarse fácilmente. No hay verdadera complejidad de escena. Los actores rompen constantemente la cuarta pared. 

Como resultado, la obra se convierte en una clase didáctica donde se busca implantar una enseñanza.


El comienzo tiene a los actores hablando directamente al público, rompiendo la cuarta pared, “relatando” lo que va a ocurrir y pidiéndonos que no consideremos nada como “natural”. La primera frase “Vamos a contarles…” ya es una actuación auto-referencial, didáctica. El espectador no debe perder de vista al actor representando (esto genera el efecto de distanciamiento).

Hay muchísimos elementos interesantes para mencionar en la obra, que es relativamente breve. El mercader es el único con nombre propio (Karl Langman). En una sociedad de clases, solo los dominantes tienen derecho a un nombre, el resto no. El resto solo tenemos “funciones sociales”.

El viaje de “La excepción y la regla”, que es también una analogía de la carrera del hombre moderno por conseguir las riquezas que le ofrece el mercado, lo realiza el comerciante acompañado de un guía y un coolí (encargado de llevar el equipaje). Toda la obra es finalmente una representación de las injusticias sociales y los abusos que permite el capitalismo (Brecht era ferviente comunista, detalle importante).


“El arte no es un espejo para reflejar la realidad,
sino un martillo para darle forma.”
(Bertolt Brecht)

Dice el comerciante: “El hombre débil se queda atrás y el fuerte llega primero”. Este darwinismo social es un ejemplo de la falsa conciencia que abunda a lo largo de la trama. Es decir, un razonamiento no válido que intenta legitimizar algo y hace que el desposeído lo vea como algo natural. La clase alta considera que la clase vaga es perezosa, haragana. Ni siquiera deben compartir charlas.Yo generalmente no me siento contigo y tú, a tu vez, no lo haces con el changador. Sobre estas diferencias está construido el mundo”.

Brecht acompañó toda su producción literaria con un respaldo literario. Sus “técnicas de distanciamiento” estaban bien documentadas y justificadas. Al tomar cierta distancia, el espectador no se identifica con los personajes. Así, logra ver con mayor objetividad lo que se le está preguntando. El “observador activo” analiza, reflexiona sobre lo que ve, y saca sus propias conclusiones. El distanciamiento también genera una suerte de desnaturalización. Ese es el objetivo de Brecht: desnaturalizar el orden social y de clases predeterminado.

Nada debe parecer natural.
Nada debe parecer imposible de cambiar

La ideología capitalista está representada en toda la historia: “Cuando encuentra petróleo, guardan el secreto. Al que tapa el pozo se le paga por callarse. Por eso se apura tanto el comerciante. No es petróleo lo que busca, sino el precio del silencio.” Lo mismo sucede hoy con la gente que compra autos para no usarlos.

El climax es el cierre del universo ideológico que presenta la obra. El comerciante mata al coolí (“Te lo buscaste, animal”). El changuero no es considerado humano. Nuevamente aparecen los actores en escena (técnica de distanciamiento) para recordarnos que son actores representando. Hablan mientras la escenografía se transforma en el juzgado, a la vista del público. Durante el juicio, el juez le da la razón al comerciante: “No llevaba una piedra, pero era lógico (“natural”) que llevara una piedra”.

La regla es que uno de clase social baja odie, sea violento, holgazán. Lo natural era que el coolí quisiera matar al comerciante, cuando solamente quiso llevarle agua. Así, el comerciante es perdonado porque el asesinato ha sido en “defensa propia”.

Más allá del importante contenido político de la obra, la encontré de muy fácil lectura y amena. Por sobre todo: sorprende a cada instante. Tiene giros argumentales fantásticos, grandes reflexiones sobre la sociedad y un cierto suspenso hábilmente dosificado.

El abuso sería la regla del mundo deshumanizado, “La excepción y la regla” es una obra que invita a levantar la lucha por la igualdad. Brecht analiza que lo que ha sucedido con la evolución de la sociedad es también producto de lo que se ha dicho durante años y años con el teatro clásico. El teatro épico de Brecht está comprometido políticamente => busca “observadores críticos de la realidad”. 

Una pequeña obra que, sinceramente, no tiene desperdicio. Para leer y releer.

No ves las cosas como yo. ¿Por qué debemos ir a Urga? Tonto…
¿No entiendes que se le hace un bien a la humanidad haciendo surgir el petróleo del suelo?
Cuando salga el petróleo, aquí habrá ferrocarriles, y el bienestar se expandirá.
Habrá pan, ropa, y Dios sabe cuántas cosas más.
¿Y quién lo hará? Nosotros. Todo esto depende de nuestro viaje

 (Karl Langmann, “La excepción y la regla”)

jueves, 7 de noviembre de 2013

Técnicas narrativas (III): "In medias res", en el medio del quilombo...

“El club de la pelea” (esa obra maravillosa de David Fincher) comienza con Tyler Durden (Brad Pitt) sosteniendo un arma en la boca del narrador. Rápidamente, la cinta nos lleva al principio de la historia para relatarnos cómo se llegó hasta ahí

Algo similar sucede en la segunda entrega de “The Matrix”, con Trinity cayendo de un edificio y con un agente persiguiéndola. En “Swordfish”, esta técnica es utilizada, muy probablemente, para mostrar la mejor escena de John Travolta dos veces: en su escena introductoria y, una vez más, llegando al final.

La técnica narrativa conocida como “In Medias Res” sucede cuando una historia abre en un punto intermedio de la trama o muy cerca del final, y el resto de los acontecimientos se desenvuelven para contarnos como llegó el protagonista hasta esa instancia climática


Algunas versiones del “In Medias Res” incluyen también a los “Flashbacks”, o tramas del tipo “Esta es mi historia…” y “¿Cómo llegamos acá?”. Hoy vamos a hablar un poquito de eso, en la tercera parte de esta sección del blog.

 


In Medias Res” significa, literalmente, “en el medio de las cosas”, y su origen se le adjudica al famoso poeta Horacio. Se refiere a la técnica narrativa donde el comienzo de la historia sucede en un punto tardío de la trama. Aristóteles la identificó en su célebre “Poética” y es más antigua que el feudalismo, porque fue utilizada –por ejemplo– tanto en “La Ilíada” como en “La Odisea” (del inmortal Homero). 

En “La Odisea”, los primeros cantos presentan a  Penélope resistiendo la dura situación con sus pretendientes. Ulises, al llegar a la corte,  comienza a relatar a sus anfitriones los últimos diez años de penuria que ha vivido intentando volver a Ítaca desde la guerra de Troya.

El recurso es MUY utilizado en la televisión, y se ha visto tanto en series de ciencia ficción (Firefly, Fringe)  como en series dramáticas y fantásticas (la infame Lost, Supernatural). La técnica es una forma práctica de comenzar una secuencia de acción que enganche al espectador (o al lector) para atraparlo en la red de la historia, y luego volver unos días u horas atrás para describir los sucesos previos.

Es bastante común en los videojuegos, permitiéndole al jugador empezar a jugar (saltar, disparar, etc) sin la necesidad de sentarse a mirar largos diálogos introductorios o videos expositores.

Forrest Gump” es, ciertamente, un caso interesante. Aunque la ganadora del Oscar no arranca en el medio de la acción per se, sí está en la mitad de la historia (cronológicamente hablando). Tom Hanks procede a contar su vida (a través de flashbacks) y nos va a acercando cada vez más al presente.

Los sospechosos de siempre” –seguramente uno de los twist-endings más impresionantes del mundo del cine– comienza con Keaton en la cubierta de un barco a punto de estallar. La escena siguiente es la de Verbal (Kevin Spacey) siendo llevado por la policía para relatar cómo se llegó a aquel momento. 

A Quentin Tarantino también le gusta jugar con la anacronía de las tramas. “Reservoir Dogs” comienza justo después de un atraco fallido, “Pulp Fiction”  inicia por el final (y es un desorden anacrónico total) y lo mismo sucede con Kill Bill.


Los casos en el cine abundan, convirtiendo al “In Medias Res” en uno de los recursos argumentales más populares. Podemos mencionar la fantástica Hoodwinked (que también entra en la categoría de Efecto Rashomon), Memento (un caso particular donde el “In Medias Res” ocurre cada 3 minutos), “Inception” y las demás películas del cineasta Christopher Nolan.

¿Y qué me dicen de la literatura? 

Isaac Asimov solía instruir a “comenzar cada historia lo más tarde posible”. “Un verano para recordar” comienza con Nicolás, el protagonista, recordando a un misterioso viejo cansado y lanzando una moneda a una fuente. Los capítulos siguientes nos recuentan como se llegó hasta ese punto.

El recurso es muy común para contar biografías así como en las historia de Stephen King, que aprovecha capítulos intermedio para llevarnos a la infancia de sus protagonistas. Todavía hay un punto mucho más interesante respecto a este tema. Cada vez que nos encontramos conocemos a alguien, estamos entrando a su vida mucho después de que su historia (su nacimiento) comenzó. Entramos “In Medias Res” a la vida de los otros. Nuestra madre nos dio nacimiento, inclusive, dos o tres décadas dentro de su propia historia de vida. 

Por otro lado: ¿alguno recuerda, sinceramente, los primeros años de su vida? Lo más probable es que solamente podemos rememorar a partir de los 4 o 5 años, y con suerte… podría llegar a decirse que nuestras memorias también comienzan “In Medias Res”. ¡MIND = FUCKED!

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¡Saludos y hasta el próximo post!

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Lista TOP FIVE: libros más perturbadoramente extraños


Hay libros para todo. Para enfrentar barreras emocionales y personales, para enamorarse, para pensar, reflexionar y hasta para entretener la mente (o quizás, también, para ejercitarla). Hay libros larguísimos, breves, micros. Y así como hay de todo, hay para todos. También existen libros incomprensibles, delirantes, surreales al extremo. Son libros raros que han fascinado al hombre desde su gestión, rompiendo un candado que abre mil interrogantes e infinitas posibilidades. Hablamos de libros raros, rarísimos; hoy les voy a contar los que me resultan más llamativos.

5. “La Divina Comedia” (Dante Alighieri)

Mundialmente considerada el poema emblemático de la cultura literaria italiana, es también una de las obras más complejas de la literatura universal. La alegórica visión de la vida después de la muerte, el viaje simbólico de Dante, la crítica social implicada… No por nada el discutido novelista Dan Brown adoptó esta obra para “desenmascarar sus más grandes misterios” en su nueva novela Inferno (que tiene críticas bajísimas, de hecho… pero no deja de ser un best-seller).

Desde que se concibió en 1314, ha llamado la atención de artistas de todos los rincones del mundo para interpretar sus pasajes y darles un nuevo significado. William Blake (a quien se lo creía un genio loco) y otros escritores románticos del siglo XIX se inspiraron en las enigmáticas palabras. Más tarde, C.S Lewis, James Joyce y Beckett también harían uso de esta obra.

Por supuesto, se necesita un glosario para entender todas las criaturas mitológicas, personajes bíblicos y mitos griegos que se incluyen intertextualmente dentro de la obra.


4. “República” (de Platón)

La república de Platón es interesantísima porque debate muchísimas cosas diferentes en un mismo libro. Básicamente es un conjunto de las ideas filosóficas de Platón, y cómo él mismo concibe la “ciudad ideal”. Está escrita en forma de diálogo entre varios personajes (Sócrates, su maestro, entre otros) y cada capítulo explora distintas facetas del arte y la sociedad.


Platón reflexiona sobre las partes del alma del hombre, mientras que en el libro III aconseja “expulsar a sus poetas” de la ciudad ideal, y el VII comienza con la conocida exposición del “mito de la caverna” que ha inspirado obras como Matrix. Allí, Platón analiza su teoría sobre la existencia de dos mundos: el mundo sensible (conocido a través de los sentidos) y el inteligible, que se alcanza únicamente a través de la razón.

La alegoría de la caverna expresa como podemos engañarnos a nosotros mismos y es representada,  bajo distintas formas, en obras como “Un mundo feliz”, “La invención de Morel” (de Bioy Casares) o incluso varias películas (The Truman Show, Inception, etc.)

3. “El libro de las Revelaciones” (Apocalipsis, de la Biblia)

El último libro del Nuevo Testamento es extrañísimo. Las “revelaciones” están plagadas de simbolismo. Algunas se entienden fácilmente, otras no tanto, y otras son simplemente paradójicas. ¿Podemos tomar al Apocalipsis de forma literal? Probablemente no. Muchos lo encuentran confuso y hasta aterrador.

El autor se identifica a sí mismo como “Juan” (John) y los textos se balancean entre los géneros epistolar, apocalíptico y profético. Célebremente conocido como una “profecía del fin del mundo”, los debates sobre qué entendemos de este texto siguen siempre populares.

En efecto, la historia oscura y extravagante ha llevado a una gran variedad de interpretaciones distintas. Básicamente es la clásica historia entre el bien y el mal, Dios y Satán. Sin embargo los simbolismos y las escenas bizarras abundan, complicando la trama. Durante la misma, 7 sellos se abren, 4 jinetes del Apocalipsis llegan y muchos mensajes ocultos parecen refugiarse entre líneas.

2. “El sueño de Polífilo” (Francesco Colonna)

Su nombre original es Hypnerotomachia Poliphili  y fue escrito en 1467 por un tal Francesco Colonna. Según se ha dicho, se trata de «uno de los libros más curiosos y enigmáticos salidos de unas prensas» y «está, todavía hoy, envuelto en misterios». Es un poema alegórico (como la Divina Comedia) pero con un entramado quimérico que evoca conocimientos epigráficos, litúrgicos, arqueológicos, etc. Varios críticos lo calificaron ilegible debido al extraño latín con el que fue escrito mezclado con italiano.

El libro es un viaje que tiene como protagonista a Poliphilo, quien se ha dormido pensando en su amada Polia (literalmente: “muchas cosas”) y es transportado a un bosque salvaje donde se pierde y se encuentra con criaturas fantásticas y estructuras extrañas. 

=> Libros como “El Club Dumas” (de Arturo Pérez- Reverte y la novela de misterio “El enigma del Cuatro” han utilizado sus elementos crípticos para convertir al Sueño de Polífilo en la trama central. <=

1. El libro perdido de Aristóteles

¿Qué mejor libro “extraño” que uno que nunca, quizás, existió?

Es un hecho conocido que de Aristóteles solo conocemos un porcentaje mínimo de su obra. La supuesta “desaparición” de la segunda parte de su “Poética” es uno de los grandes misterios del filósofo. Ciertas teorías suponen Aristóteles sí escribió sobre la comedia y otros aspectos de la primera parte de Poética apenas menciona. Para muchos, Aristóteles, analista implacable y exhaustivo, no podía dejar de analizar estos aspectos de la realidad literaria solo por considerarlos "feos" o "indignos de ser representados". Por ello durante siglos, especialmente durante la Edad Media, se supuso la existencia de algunos libros perdidos de la Poética de Aristóteles.


Umberto Eco (“El nombre de la rosa”, 1980) propone una hipótesis interesante (aunque, probablemente, falsa): el segundo libro “habría sido destruido progresivamente por la Iglesia en un intento de detener la influencia de las comedias en la sociedad.” Otras teorías ofrecen la idea de que haya existido, pero no haya sido tan popular como otros textos de lógica, ciencia, política y retórica. De esa forma, su reproducción se habría discontinuado por falta de interés.


 ¿Qué opinan de estos libros “raros”? ¿Cuáles son los más raros con los que se han topado? ¡Espero sus comentarios en el blog o en mi página¡SALUDOS!

martes, 9 de abril de 2013

5 claves para mejorar la escritura (que nos enseña Aristóteles)


Para quienes no lo sepan, la Poética es una obra legendaria de Aristóteles, que escribió en el siglo IV a.C. En ella, el filósofo reflexiona sobre la tragedia (principalmente) y otras artes imitativas, hace consideraciones lingüísticas y define algunos conceptos relacionados con el arte de escribir. Propone tanto una teoría general sobre la literatura como una sobre los géneros literarios. Al parecer, la obra era parte de un conjunto de notas que le servían de apuntes para dar clase.

Quiero aclarar que en ningún momento Aristóteles habla de estos 5 consejos para escribir, sino que son el resultado de una reflexión mía y personal. Tienen el objetivo de entretener y no pueden ser tomados como una fuente del autor. Básicamente, entre todo lo que pensé luego de leerlo… se me ocurrió que muchas de las cosas que mencionaba me serían útiles, hoy en día, para mejorar mi trabajo como aspirante a escritor.


1) Peripecia y anagnórisis como conductores de una historia

Aristóteles teoriza que, en la tragedia, la acción se desarrolla en cierto sentido hasta que el héroe comete un error que lo lleva a pasar “de la dicha al infortunio”. A este cambio de suerte en sentido contrario se lo conoce como peripecia. Ampliando el concepto, podríamos estar hablando de un primer “punto de giro” que da lugar al conflicto general de la historia y que, obviamente, genera interés en el lector.

Una obra debe tener un conflicto, y este debe darse de forma natural (sin forzarse) pero de tal manera que empuje al protagonista (muchas veces contra su voluntad) hacia una aventura excitante.

Por otro lado tenemos la anagnórisis, que representa el paso de la ignorancia al conocimiento que un personaje experimenta acerca de la identidad de alguno o varios de los demás o del personaje acerca de algún hecho. Toda historia tiene que implicar un descubrimiento del personaje principal de nuestra obra. Harry Potter descubre su identidad de mago, Frodo su verdadero destino o el Psicoanalista (de Katzenbach) descubre que le hizo mal a alguien que ahora lo quiere matar.

El grado en el que estos dos conceptos estén presentes en una obra será fundamental para el desencadenamiento de la catarsis (que veremos más adelante).


2) La extensión justa de un texto

Aristóteles analiza la duración de una tragedia y no la establece en términos de tiempo. Para él, dos cuestiones son fundamentales: la magnitud (para que pueda recordarse íntegramente) y la disponibilidad de tiempo, para que pueda desarrollarse una peripecia de forma verosímil.

Una de las premisas del filósofo era el mesotes (término medio, armónico o virtuoso entre conductas extremas). Su base del pensamiento es que la virtud está en el término medio. Una obra debe ser suficientemente extensa para que puedan desarrollarse los cambios que el héroe necesita (según el conflicto que enfrente) y no aburrir al lector.

Aristóteles da el ejemplo del animal muy grande o muy chico. Con uno muy chico (ej: mosquito) se pierden los detalles, pero uno muy grande (como un elefante) escapa de la visión completa del ojo humano.


3) Cómo debe ser el héroe (nuestro protagonista)

De nuevo: los personajes deben ser intermedios entre vicio y virtud, aquel "que ni sobresale por su virtud y justicia ni cae en la desdicha por su bajeza y maldad”. Un protagonista vil y totalmente malvado nos genera repugnancia, por ejemplo. Estamos hablando de tener personajes multidimensionales a los que podamos llegar a amar y odiar en la misma proporción. Un héroe que es tan noble que nunca comete errores (o nunca se encuentra en peligro) no nos llama la atención.

Nuestro personaje, sea como sea, debe ser identificable. Una obra es más interesante cuanto más podemos ver en sus protagonistas, cualidades que nosotros mismos poseemos. Tiene que generar “compasión” y el temor a la situación que se nos presenta (que podría sucedernos a nosotros).

4) Fábula y verosimilitud

La fábula es para Aristóteles el elemento esencial de la tragedia. Se describe como “la estructuración de los hechos” y que ésta debe darse de forma “verosímil o necesaria”. Los hechos tienen que tener algún tipo de ordenamiento lógico. Cada obra tiene su propio universo y sus reglas, pero dichas reglas quedan establecidas al principio de la obra y se tienen que seguir en estilo de “causo-efecto” para que la historia tenga sentido. Si se trata de una obra romántica donde al final un Dios termina por asesinar sorpresivamente al protagonista, seguramente nos vamos a sentir defraudados. Aceptamos las reglas que propone una historia (por más imposibles que sean) pero después queremos que se mantenga cierta coherencia. Esto tiene mucho que ver con los finales Deus Ex Machina (pero de eso hablaré en otro momento)

La verosimilitud en una obra le agrega calidad e interés. Cuanto mejor se organicen cada uno de los hechos (“fábula”) y cuanto más “verosímiles” sean, mejor será nuestro texto y menos estaremos tomando al lector por tonto.

5) Catarsis como expurgación de las pasiones

Este es un término fundamental en la “Poética” y tenemos que entenderlo como expurgación de las pasiones. Teniendo en cuenta cada uno de los puntos anteriores, una obra llegará a un clímax donde, indefectiblemente, experimentaremos la catarsis. Al involucrarse en la trama, el lector puede experimentar las pasiones junto con los personajes.  Al identificarse con una trama verosímil, que cuentan con altos niveles de peripecias (puntos de giro que movilizan la trama hacia adelante) y reconocimientos del protagonista sobre una nueva realidad, terminamos por compartir el mismo destino de nuestro héroe.

Si el libro es de terror, el final debe dejarnos perturbados. Una obra romántica o dramática debe llevarnos a las lágrimas mientras que una historia de suspenso tiene que sorprendernos de formas inesperadas. Cuanto mejor este construida la historia, mejor será el efecto final (catarsis) que se pueda imponer sobre el lector.

Por último, la catarsis también tiene que ver con aprender las lecciones y enseñanzas de una obra y poder reflexionar sobre nuestra propia vida a partir de los hechos que se relatan

Todo aspirante a escritor debería contar una historia con el objetivo de generar la expurgación de las pasiones en su público.


Ahí los tienen. 5 consejos para mejorar nuestra escritura que podemos rescatar de una obra con más de 2000 años de antigüedad. ¿Están de acuerdo con estos puntos? ¿Cuál de todos les llama más la atención?

Quiero volver a aclarar que esta nota no puede ser tomada de forma académica, sino que sus fines son, únicamente, entretener. Próximamente hablaré de la “Poética” de Aristóteles con un poco más de nivel académico y mencionaré, también, algunos de los grandes misterios que rodean a la obra.


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