Me propuse hace un tiempo no caer en la tentación de escribir de política. Debo reconocer que me cuesta. Aquí en este rincón catalán cada vez más desvencijado, descascarillado y con crecientes telarañas, se me hace difícil obviar esa continua sintomatología de la incompetencia. Los recientes desastres públicos de RENFE, Endesa y el aeropuerto son continuación de otros que ya auguraban un verano caliente. 
Es un tema que está presente estas semanas en todas las reuniones, cenas, charlas de bar, etc. Nadie duda ya que ha existido dejadez, errores, intereses de partido e incluso mala fe. Pero nada ocurrirá. El próximo año ya no recordaremos y seguiremos votando a impresentables.
M. Roca Junyent escribía días atrás un artículo reclamando que en Madrid se dejaran de conceder “sensibilidad” hacía estos problemas en Catalunya. No es sensibilidad lo que queremos sino simplemente, actuaciones coherentes, eficaces y justas. Pero en cambio, se nos pide paciencia. De hecho, el mensaje que nos llega, no se aleja demasiado de aquel “España va bien”, que tanto juego dio en su momento.
El pasado mes de julio, acudí a una cena de industriales, en la que el director del “Observatorio de Prospectiva Industrial” (¡!), hacía un repaso de los positivos indicadores económicos (Inflación, PIB, Tasa de paro, etc.) que demostraban que estábamos mucho mejor que hace cinco años. En mi turno de intervención, se me ocurrió comentar que, sin entrar a discutir sus cifras, me interesaba más su opinión como experto en “prospectiva” sobre el futuro del año 2009 y en mirar más hacia adelante que hacia atrás. De hecho, mis indicadores me daban peores noticias sobre el futuro (tipos de interés crecientes, Costes de Materias Primeras en continua alza, Reducción del volumen de inversión en Obra Pública en Catalunya, Escasez de técnicos cualificados fruto de una deficiente planificación educativa, etc.). El comentario no debió gustarle demasiado porque inmediatamente se puso en guardia y escuche de nuevo el clásico argumento del victimismo catalán.
“Según las encuestas, los graves o importantes problemas de la actualidad se perciben y se valoran de distinta manera en Catalunya que en el resto de España” (Extracto de un artículo de Miquel Roca Junyent del año 2005.)
Los hechos, hoy por hoy, son preocupantes. Evidentemente algo se ha hecho mal tanto aquí como allí. Lo triste de todo ello es que los verdaderos responsables, seguirán sacando votos. Aquí los incompetentes. Allá los interesados. Es algo difícil de entender, pero la cuerda se va tensando.
(Definitivamente, hoy no he conseguido evitar la tentación)