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jueves, 19 de junio de 2014

Sexta Reunión SVA Argentina - Recreación Picnic Eduardiano

Recuerdo esta recreación con gran cariño, pues fue el primer evento de día al que asistí, y la primera vez que anduve por las calles con atuendos del siglo XIX.
En esta oportunidad recreamos la moda diurna eduardiana de alrededor de 1905, y para ello organizamos un picnic en Puerto Madero, en la ciudad de Buenos Aires.
Ya me he referido a mi atuendo, tanto en lo que corresponde a confección como los usos que se le daban, sobre todo a la prenda que lo completa que es la Norfolk Jacket.

Arribé a Buenos Aires un día antes del evento para poder visitar otros sitios de interés. Comento esto porque fué en ese día que tuve la oportunidad de realizar una visita guiada por primera vez al Teatro Colón, el gran teatro lírico de la República Argentina, con tal suerte que al finalizar el recorrido me obsequiaron entradas para concurrir a un concierto de la Camerata Bariloche el día domingo con ubicaciones en tertulia. Imaginen mi alegría. El domingo aproveché el tiempo de espera para que comenzara la función para bocetar el Teatro desde mi ubicación en tertulia.

Luego-off-topic- me pasé el día de un lado a otro para concurrir a distintas actividades del BAFICI (Festival de Cine Independiente de Buenos Aires): una experiencia que hacía mucho quería tener.
Desde ya me disculpo por lo heterogeneo del registro fotográfico que compartiré, pero reúne fotografías de distintos participantes y fotográfos profesionales que nos acompañaron, y resumen lo mas significativo y pintoresco del evento.
Pero vayamos a las actividades del día Sábado que son las que atañen a la recreación propiamente dicha. Cerca del mediodía, por las puertas del Hotel Castelar en Avenida de Mayo, pasaron a buscarme Lady Evangeline y su marido Lord Jaimes (a quien le presté uno de mis sombreros: ¡AMO LOS SOMBREROS!), junto con Miss Dashwood y Sir Patrick, y de allí partimos cargados de cestas con todo lo necesario para realizar el picnic. Mi cesta viajaba desde Córdoba, llena de sabores locales para agasajar a los amigos porteños.
Por las calles recibimos desde miradas de desconcierto hasta comentarios de admiración, pasando por gente que nos pedía permiso para tomarnos fotografías. Pero si algo es seguro: no pasamos desapercibidos.
Otro tanto de eso hubo en el Subte (Metro) hasta llegar a inmediaciones de Puerto Madero. El sol ya estaba en el cénit, lo que me hizo feliz porque no se podía pedir mejor clima para realizar un picnic, pero me incomodaba a la vez, puesto que mi chaqueta estaba realizada en lana, y el calor se hacía sentir. Así es que el trayecto hasta llegar al punto de reunión fue una mezcla de alegría y expectativa con un calvario.
Ya en uno de los parques de Puerto Madero nos esperaban Mr. Sebastian Michaelis (a.K.a. Lord Byron) y Miss Sybil. Sebastian, en su rol de Mayordomo, nos esperaba con té y budín para amenizar la llegada. 
Sebastian Micaelis

Dispusimos los manteles y acomodamos las cosas bajo la sombra del árbol. Allí se nos unieron Mme. De La Valliére y Miss Georgiana: puro encanto con sus sombreros!
Miss Georgina y Mme. de la Vallière

Nos convidamos tartas de verdura, pan de campo casero, encurtidos de verduras y pepinillos en vinagre, queso pepato y salame de Colonia Caroya, quesos blandos para untar, hojas de albahaca, uvas y bizcochos, jugos frutales y vino tinto. 

Miss Dashwood y Lady Evangeline

En eso se fue el tiempo, entre charlas y fotografías, que ni tuvimos tiempo para releer algunos pasajes de “En busca del tiempo perdido” de Marcel Proust, ejemplar que había llevado Miss Dashwood. 
Además de vivir algo así como en un sueño durante estos eventos, por la distancia que cobra la experiencia con la realidad, siempre son disparadores de fantasías. Y algo de eso hubo: el mítico Señor Tang, próspero agricultor, dueño de campos de frutales de donde extrae los jugos que bebimos durante el evento, y por supuesto toda su excéntrica corte, así como las posibles aventuras que nos reunirían a Sebastian y a Sir Marmaduke en tiempos victorianos. Pura decadencia.

También tendría la suerte de posar junto a un perro que estaban paseando y amablemente permitieron que fuera fotografiado junto a mí, para una postal que estimo por sobre todas.
Sir Marmaduke por Julio César Sousa

Ya de visita en la Fragata Sarmiento, anclada a unos metros de donde estábamos, nos disponíamos para realizar el registro fotográfico de grupo, además de visitar el museo que alberga. 
Miss Dashwood, Sir Marmaduke, Lady Evangeline, Lord Jaimes, Sir Patrick, 
Mme. de la Valière, Miss Georgiana y Mr. Micaelis por Jason Kung

Luego, en tierra firme, merendamos en un parque nuevamente. Un poco mas de charla y diversión, entre Té y confituras. 
Ya comenzaba a caer la tarde, y con los últimos rayos del día despedíamos los planes de Visitar la Corbeta Uruguay, anclada a unos metros, y la mítica Cervecería Munich, un ícono de la Belle Epoque porteña, que se encuentra cerca. Algo agotados por las actividades, pero felices por la experiencia, nos despedimos y partimos cada uno por su lado, abandonando tristemente el Siglo XIX hasta otra oportunidad.

martes, 17 de junio de 2014

Moda Eduardiana: Ropa deportiva- Norfolk Jacket

Continuando con la moda masculina del período Eduardiano, y sin Brummell como modelo, pero intentando mantenerlo como inspiración presentaré el segundo atuendo recracionista que confeccioné.
Con motivo de asistir a la recreación de un Picnic Eduardiano, decidí realizar un atuendo clásico, deportivo y cómodo, apto para uso al aire libre. Opté por realizar una chaqueta Norfolk.

 
Norfolk jacket

Se trata de una chaqueta suelta generalmente realizada en telas de punto tipo Tweed, con una hilera de botones, con pliegues en forma de caja en la parte delantera y en la espalda (que dan más libertad de movimiento) y con un cinturón o medio cinturón de la misma tela. El estilo fue muy popular para chaquetas y trajes de niños, para practicar deportes o ir de cacería y su uso ha perdurado como ropa de campo y en algunos uniformes (principalmente militares y de policía).
Originalmente fue diseñada como chaqueta de cacería porque su estilo evitaba que se sintiera ajustada cuando se elevaba el codo para tirar. Se supone que debe su nombre al duque de Norfolk o al condado de Norfolk, y se puso de moda en la década de 1860 en el círculo deportivo del príncipe de Gales, más tarde Eduardo VII del Reino Unido, cuya residencia estaba en Sandringham House en Norfolk.
Comencé con la confección de mis prendas en pleno verano, y como la elección eran tweeds o sargas, se me complicó bastante encontrar telas de ese tipo. Finalmente di con un tejido similar al tweed que consideré ideal para esta prenda, sobre todo por los colores marrones y los detalles en celeste y naranja.
Realicé todos los patrones a partir de imágenes que fui descargando de la web. Para la chaqueta y el chaleco utilicé patrones en formato jpg, imágenes pertenecientes a “The Cutter's Practical Guide”, las que escalé mediante programas de diseño.

Una forma simple de utilizar estos patrones es pegando la imagen en un programa de diseño como Autocad o Corel, y escalarlo de acuerdo a las medidas de cada uno, luego trazar por encima de la imagen y voilá!: podemos modificarlo como querramos, colocar todas las medidas que necesitemos e imprimirlo o copiarlo sobre papel de moldería .

Para la camisa y el pantalón consulté fotografías y cuando miraba películas congelaba escenas para ver detalles de confección.
La camisa, realizada en batista blanca, es amplia de corte recto, con pechera doble, que luego almidoné y cuello desmontable. La camisa originalmente usada para este atuendo luego la modifique para usarla para el frac, ampliando el pecho almidonado, cambiando botones comunes por perlas, y quitando los de los puños y adaptándolos para el uso de gemelos , y cambiando el cuello desmontable de puntas curvas por uno de picos hacia arriba. Lamentablemente no tengo fotos del primer modelo.
Para la realización de los knickerbockers or knickers opté por tela asargada marrón, y modifiqué un patrón de pantalón de vestir clásico, agregando mas pinzas en la cintura y prendeduras debajo de las rodillas para dar volumen. Las prendeduras luego las cubriría con spats beige.
El chaleco lo realicé en tweed, con bolsillos sastre para poder usar mi reloj de bolsillo con cadena a la manera "Double Albert". La espalda y forro en raso.


La Norfolk jacket es una de mis prendas favoritas, y el picnic era la oportunidad perfecta para usarla. Desde fines del siglo XIX hasta ahora casi no ha sufrido modificaciones en su confección y es un clásico del vestuario masculino, asi es que durante el invierno la he usado para días de campo regulares con un jean y zapatillas.
Al usar un género con un motivo tan geométrico me resultó bastante difícil de confeccionar para que no quedaran discontinuas las líneas.
 




Con un poco de tela que me sobró decidí hacer una gorra para completar el atuendo. 


Para suavizar un poco el estilo usé un moño corbata de seda estampada con pequeños motivos florales. El calzado zapatos marrones con spats altos de gabardina beige con botones forrados con la misma tela, se consiguen excelentes instructivos en línea para confeccionarlos, sobre todo entre las comunidades steampunk, solo es cuestión de ajustarlos a la pierna de uno. 

Fotos Julio César Sousa
Y para completar la recreación el mismo día del Picnic recorte mi barba a la Souvarov. 
Foto Jason Kung

El día del evento hubo un problema: hizo calor y mucha humedad. Pero eso no fue problema para poder desarrollar todas las actividades programadas durante ese día. Como dicta la etiqueta para un caballero, soporté la chaqueta… hasta la merienda… jeje.

domingo, 15 de junio de 2014

La Era Eduardiana y la moda masculina

Y de los principios del siglo XIX, saltamos al final.
La época eduardiana o era eduardiana en el Reino Unido es el período que cubre el reinado de Eduardo VII, y se extiende desde 1901 a 1910.

Rey Eduardo VII- Luke Fildes (1902)
El fallecimiento de la reina Victoria en enero de 1901 y la sucesión de su hijo Eduardo, marcaron el inicio de un nuevo siglo y el final de la época victoriana. Aunque Victoria había rechazado a la sociedad, Eduardo era el líder de una elite a la moda que estableció un estilo influenciado por el arte y la moda de Europa continental, posiblemente debido a la afición de viajar del rey. La era estuvo marcada por cambios significantes en la política a medida que sectores de la sociedad que habían sido ampliamente excluidos del ejercicio del poder en el pasado como los obreros plebeyos y las mujeres, se volvieron cada vez más politizados.

Frecuentemente el período se extiende más allá de la muerte de Eduardo en 1910, y llega a incluir el año del hundimiento del RMS Titanic en 1912, el inicio de la Primera Guerra Mundial en 1914, e inclusive el final de la guerra en 1918. La guerra selló el final del período a medida que el estilo de vida eduardiana, con su inherente desbalance de riqueza y poder, se volvieron altamente anacrónicos a la vista de una población sufriente que se enfrentaba a la guerra, y la era fue expuesta a los nuevos medios de comunicación que despreciaron las injusticias de la división de clases.
Socialmente, la era eduardiana fue una etapa durante la cual el sistema británico de clases se flexibiliza, creando un ambiente de mayor movilidad social que en el pasado.
En cuanto a la moda en general y el vestir masculino en particular, estas circunstancias, contribuyeron también a que el atuendo formal de estrictas normas de antes de la guerra se suavizara y flexibilizara. La ropa de producción masiva, ya ‘probada’ con los uniformes militares, sería cada vez más aceptada.
Donde primero se aprecia esta ‘flexibilidad’ es en la aceptación del ‘smoking’ o ‘dinner-jacket’ como opción alternativa para el conjunto de vestir.


                        Smoking jackets

Las clases altas adoptaron actividades de ocio como el deporte, causando un acelerado desarrollo de la moda, que fue generado por la alta demanda de ropa más flexible. 
Ropa deportiva masculina
Norfolk jackets
El origen y auge en el uso del automóvil cambió el enfoque de la vida social, propiciando que se aumentara la sociabilidad en el ámbito íntimo a los lugares más públicos de entretenimiento. A pesar de estos cambios, los códigos de vestimenta en general mantuvieron la severidad victoriana gracias a que el rey era amante del refinamiento en las modas, algo que la aristocracia inglesa supo aceptar.
Fracs para eventos de gala

Al comienzo del reinado la etiqueta aún limitaba el uso del ‘smoking’ o ‘tuxedo’ a las actividades nocturnas desarrolladas dentro de la casa, en los clubs masculinos o despedidas de soltero. Con el paso del tiempo, y ya abandonando esta era, se sumarían a estas ocasiones para su uso las cenas informales en casa o restaurantes, asistir al teatro siempre que no estuviera invitado a la fiesta posterior y no dispusiera de asiento en los palcos.
Fracs y smokings

Con la creciente popularidad del uso del ‘smoking’ se identificaron con mayor claridad sus complementos y accesorios. Una vez concluida la Primera Guerra Mundial, los códigos de vestir del smoking se quedan establecidos llegando hasta hoy.