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sábado, 19 de abril de 2025

¡Ecce Homo! por el beato José Polo



 ¡Ecce Homo! por el beato José Polo

Publicado en ABC, el 3 de abril de 1931

La Iglesia de la Flagelación es la primera estación de la Vía Dolorosa, y se levanta sobre el lugar donde Jesús fue flagelado antes de coger la cruz.Berthold Werner

18.04.2025 | 01:14

Actualizado: 18.04.2025 | 01:14

Sin sospecharlo siquiera, hizo Pilatos el retrato más perfecto, la más irrefutable apología del reo que, por admirables trazas de la Providencia, estaba entre sus manos.

Habían presentado los judíos ante el juez del Imperio como perturbador de la paz pública y seductor de las muchedumbres, las cuales, con maravillosa intuición, cifraban en él la esperanza de las profecías, los entrañables anhelos de todas las generaciones de Israel y hasta las reivindicaciones individuales y colectivas del pueblo. Cuando más gritaba el fariseísmo, rugiendo concupiscente venganza y muerte de cruz, la autoridad extranjera falla el pleito con solo dos palabras, que desde entonces señalan el eje del mundo moral.

¡Ecce homo!, les dice Pilatos a las multitudes congregadas en Jerusalén para celebrar la Pascua. La raza judía no penetró el sentido arcano de esta exclamación del gobernador, mas es lo cierto que después de pronunciada, y a lo largo de veinte siglos, todos los pueblos han visto en ella la personificación del ideal humano.

¡Ecce homo! ¡Ahí está el hombre! No; no consiste la perfección humana, como asegura el positivismo fracasado ya, en la satisfacción de los apetitos inferiores, ni solo en el desenvolvimiento de las energías humanas. El hombre tiene destinos más elevados. Y por eso, porque es ley de la vida, la verdad y la justicia, Jesucristo fue, es y será siempre el tipo absoluto de la grandeza y de la excelsitud.

¡Ecce homo! A los ojos de la justicia materialista que dominaba entonces al mundo, sin excluir a la raza judía, la figura de Cristo, muriendo por los ideales del espíritu, pareció despreciable; pero sobre toda la prudencia y sobre todos los poderes terrenales la locura de la cruz se transformó en la única sensatez, realizando por vez primera en la tierra el reinado de lo verdadero y de lo justo.

¡Ecce homo! Con la eficacia del primer día, se sigue escuchando al cabo de veinte centurias las resonancias de esta frase de Pilatos, suscitadoras de amores vehementes de odios furibundos, de rendimientos o de protestas, de verdugos o de víctimas. A medida que las actividades de la inteligencia y los afectos del corazón participan de esta humanidad tipo, que es divinidad al mismo tiempo, se adelgazan perdiendo los contactos con la materia, se purifican y espiritualizan, dando lugar a la espléndida floración de vírgenes, mártires y doctores que son ornamento y gala de la estirpe.

En torno a esta frase se han reñido y continuarán riñéndose las más aguerridas batallas, porque la contienda no ha terminado. Ahora mismo vivimos un peligroso episodio de esta lucha, y al aire del dilema el que no está conmigo está contra mí ondea en la bandera de los combatientes. Al cabo de veinte siglos esta frase es de las pocas que, salidas de boca humana, mantuvieron intacto el contenido doctrinal de elevación de la vida.



Ecce Homo en la iglesia de la Flagelación de Jerusalén


lunes, 28 de octubre de 2024

DIOS HA CREADO EL MUNDO CON ORDEN Y SABIDURÍA Y CON SUS DONES LO ENRIQUECE

 


De la carta de san Clemente primero, papa, a los Corintios

(Cap. 19, 2—20, 12: Funk 1, 87-89)


DIOS HA CREADO EL MUNDO CON ORDEN Y SABIDURÍA Y CON SUS DONES LO ENRIQUECE


No perdamos de vista al que es Padre y Creador de todo el mundo, y tengamos puesta nuestra esperanza en la munificencia y exuberancia del don de la paz que nos ofrece. Contemplémoslo con nuestra mente y pongamos los ojos de nuestra alma en la magnitud de sus designios, sopesando cuán bueno se muestra él para con todas sus creaturas.


Los astros del firmamento obedecen en sus movimientos, con exactitud y orden, las reglas que de él han recibido; el día y la noche van haciendo su camino, tal como él lo ha determinado, sin que jamás un día irrumpa sobre otro. El sol, la luna y el coro de los astros siguen las órbitas que él les ha señalado en armonía y sin transgresión alguna. La tierra fecunda, sometiéndose a sus decretos, ofrece, según el orden de las estaciones, la subsistencia tanto a los hombres como a los animales y a todos los seres vivientes que la habitan, sin que jamás desobedezca el orden que Dios le ha fijado.


Los abismos profundos e insondables y las regiones más inescrutables obedecen también a sus leyes. La inmensidad del mar, colocada en la concavidad en la que Dios la puso, nunca traspasa los límites que le fueron impuestos, sino que en todo se atiene a lo que él le ha mandado. Pues al mar dijo el Señor: Hasta aquí llegarás y no pasarás; aquí se romperá la arrogancia de tus olas. Los océanos, que el hombre no puede penetrar, y aquellos otros mundos que están por encima de nosotros obedecen también a las ordenaciones del Señor.


Las diversas estaciones del año, primavera, verano, otoño e invierno, van sucediéndose en orden, una tras otra. El ímpetu de los vientos irrumpe en su propio momento y realiza así su finalidad sin desobedecer nunca; las fuentes, que nunca se olvidan de manar y que Dios creó para el bienestar y la salud de los hombres, hacen brotar siempre de sus pechos el agua necesaria para la vida de los hombres; y aún los más pequeños de los animales, uniéndose en paz y concordia, van reproduciéndose y multiplicando su prole.


Así, en toda la creación, el Dueño y soberano Creador del universo ha querido que reinara la paz y la concordia, pues él desea el bien de todas sus creaturas y se muestra siempre magnánimo y generoso con todos los que recurrimos a su misericordia, por nuestro Señor Jesucristo, a quien sea la gloria y la majestad por los siglos de los siglos. Amén.


martes, 4 de julio de 2023

Dios nos ha hecho capaces de escuchar y entender al Espíritu Santo: Eduardo Toraño explica cómo

  


Dios nos ha hecho capaces de escuchar y entender al Espíritu Santo: Eduardo Toraño explica cómo

Eduardo Toraño, del Instituto de Ciencias Religiosas de San Dámaso, habla del Espíritu Santo

Al acercarse Pentecostés, muchos reflexionan sobre el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es Dios, pero ¿qué relación tiene el católico de a pie con Él? ¿Sigue siendo "el Gran Desconocido", como señalaba en 1972 un difundido libro de teología de Antonio Royo Marín?

Ni siquiera es un tema que se trate mucho en la Catequesis infantil: es complicado para los niños, y cuando llega Pentecostés, a final de mayo, ya no hay clases de catequesis en las parroquias para explicar la fiesta. Así, muchos católicos, equipados sólo con su catequesis de infancia, apenas saben nada del Espíritu.

Portada de El Espíritu Santo el Gran Desconocido de Royo Marín en 1972



Este libro de 1972 popularizó la idea de que el Espíritu Santo es un "Gran Desconocido".

Para conocer algo más del Espíritu Santo, ReL conversa con Eduardo Toraño, que es director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de San Dámaso (Madrid), doctor en Teología Dogmática y asesor espiritual de la Renovación Carismática Católica en España. Hace 26 años que es sacerdote, aunque detalla que su relación con el Espíritu Santo cambió drásticamente cuando llevaba 9 años de ministerio, a raíz de una experiencia espiritual. Ahora quiere acercar el Espíritu Santo a los fieles con un Curso titulado "En el poder del Espíritu Santo", accesible los días 17 y 24 de mayo (y también online, pincha aquí para inscribirte).

- ¿En qué consiste este curso sobre el Espíritu Santo?

- Es un curso práctico, presencial, online y en diferido, las tres modalidades. Se dirige al público en general. Enseña a identificar la voz del Espíritu y su actuación, con criterios prácticos, conocer cómo habla y actúa. Por ejemplo, uno puede confundir la voz del Espíritu con otras voces interiores, con voces de malos espíritus, con las voces del ambiente...

»En el curso explicamos varias formas en las que el Espíritu habla. Él usa mociones interiores, pero también habla a través de otros, a veces en lo ordinario y otras veces en carismas extraordinarios. Pero la clave que hay que retener es que Dios nos hizo capaces de entender y acoger la voz del Espíritu, y hay criterios para reconocerla.



Eduardo Toraño es doctor en Teología Dogmática y asesor espiritual de la Renovación Carismática Católica en España.

- ¿Cómo ha sido su experiencia personal con el Espíritu Santo?

- De niño yo tenía una relación de cercanía e intimidad con Jesús, pero no con el Espíritu Santo. Supe que Él existía ya de adolescente. Después, cuando ya llevaba unos 9 años de sacerdote, experimenté con fuerza su presencia, en encuentros de la Renovación Carismática Católica.

»Es verdad que toda relación que se tiene con Dios es en el Espíritu Santo, aunque no seas consciente. Ya de joven me enseñaron que no puede haber oración sin el Espíritu Santo, que es el que ora en mí. Quien trata con Dios, trata con el Espíritu Santo. Pero cuando tienes una experiencia concreta y explícita del Espíritu ¡es distinto! Te cambia, a veces de forma inesperada.

»Yo, en un momento fuerte, en un encuentro carismático en oración comunitaria, noté una presencia espiritual que entró en mí, me hizo reconocer mi herida más profunda, entró en ella, lloré y hubo un cambio claro. El Espíritu Santo lloró en mí, yo también lloré y Él me fortaleció y me dio una alegría que no había tenido nunca antes, aunque llevaba ya 9 años de sacerdote.

El Pentecostés de Giotto, año 1302 a 1305, en la capilla de los Scrovegni en Padua (Italia). 

El Pentecostés de Giotto, año 1302 a 1305



- En los años 70 se hablaba del Espíritu Santo era "el gran desconocido". ¿Qué conoce el católico practicante medio, en nuestros días, del Espíritu Santo?

-Se le conoce más cuando se tiene más experiencia de Él. En Gálatas 4,6, leemos: "Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: ¡Abba, Padre!" Y en Romanos 8, 15-16: "El Espíritu os adopta como hijos y os permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!»" El Espíritu obra en el bautizado implícitamente, pero una experiencia de efusión del Espíritu puede dar esas vivencia que lo hace más claro.

- ¿Falta alabanza al Espíritu Santo? Parece que se le invoca y se le pide que trabaje, que entregue sus dones. Pero no se le alaba. Incluso en la música de alabanza escasean las canciones que lo alaben...

- Es cierto que se podría cultivar más la alabanza al Espíritu Santo. Pero también es verdad que cuando alabamos al Padre y al Hijo alabamos a las tres personas, porque van unidos en su comunión perfecta de amor. La alabanza es reconocer a Dios por lo que es, al alabar nos dirigimos a Él, también en su Trinidad. ¿Hacer una alabanza específica a cada persona? Se puede hacer. Pero alabamos a Dios también en su unidad. En el Gloria mencionamos a las tres personas.

»Además, la alabanza es la oración más desinteresada, porque con ella no buscamos los dones de Dios sino al Dios de los dones. No se trata de buscar a Dios solo para usarlo, por los propios beneficios, incluso si son cosas buenas y espirituales. Pero también es cierto que somos seres esencialmente necesitados, así que nos salen las necesidades, la oración de petición. Pero la alabanza precisamente busca eso, alabar a Dios mismo gratuitamente, por ser Él quien es.

- Vivimos tiempos de derrotas y desolación. En Hechos 9,31 leemos que la Iglesia estaba llena de "el consuelo (paráclesis) del Espíritu Santo". ¿Cómo es este consuelo, en qué se diferencia del mero consuelo humano de un amigo que acompaña?

-El consuelo del Espíritu Santo es profundo. San Agustín dice que es "más íntimo que mi misma intimidad". Habita en lo más profundo... y desde ahí actúa. En griego se le llama "Paráclito", que a veces se traduce como "consuelo", pero literalmente significa "el llamado a estar junto a...", es decir, el que está junto a mí, incondicionalmente. Consuela por su presencia incondicional, permanente y amorosa.

»El consuelo humano es pasajero, y muchas veces no es incondicional, tiene sus condicionamientos. El consuelo del Espíritu Santo es del mismo Amor. Lo que uno necesita cuando se siente mal es una presencia de quien te quiere, a menudo sin que te diga nada, una compañía incondicional. Eso lo hace el Espíritu Santo.

- En Lucas 4,14 leemos que Jesús predicaba "impulsado por el Espíritu Santo". ¿En qué se diferencia esta predicación de otros impulsos?

- Se nota el impulso del Espíritu Santo en los frutos. Jesús hablaba impulsado y habitado por el Espíritu. Él le movía y Jesús se dejaba mover. No seguía una razón que buscara convencer con motivos humanos, sino que escuchaba al Espíritu Santo.

»La predicación es muy distinta cuando uno está a la escucha del Espíritu. Es verdad que la obediencia al Espíritu pasa también por la obediencia a los legítimos pastores o guías espirituales. Si te piden predicar de un tema, se supone que los responsables lo han orado y escuchan ellos también al Espíritu Santo. El Espíritu Santo no es arbitrariedad ni mera espontaneidad: está en la escucha, porque Él también se manifiesta cuando escuchas a hermanos con responsabilidad de guiar.

- Jesús dijo a los Apóstoles: "Recibiréis la fuerza [o el poder] del Espíritu Santo, para ser mis testigos" (Hch 1,8). ¿Se refiere sólo a coraje o hay más? ¿Es "poder" [dinamos, en griego] una palabra sucia o fea que un católico no debe usar?

-Dios es omnipotente, tiene el máximo poder, y los discípulos, movidos por el Espíritu, manifiestan la grandeza de Dios. El poder de Dios es distinto a la visión del demonio. El demonio, en las tentaciones en el desierto, ofrece poder a Jesús de tres tipos: sobre Dios, sobre los demás y sobre las cosas.

»Sí, y todos sentimos la tentación del poder del mundo, refleja nuestra fragilidad humana, el ansia de plenitud. Pero, precisamente, vivir bajo el poder del Espíritu Santo implica someterse al Espíritu Santo, dejarle el control a Él y con humildad acogerlo. Si me reconozco criatura suya, Él me llena de su divinidad. Pasa lo contrario si me quiero poner en el lugar de Dios, con soberbia, si quiero colocarme por encima de todos: eso es un peligro. El demonio nos puede tentar con ese poder del mundo.

- En Pentecostés, el Espíritu llegó a los apóstoles cuando estaban "constantemente en oración común". ¿Hasta qué punto pierde posibilidades quien hace solo oración individual?

- Dios es comunidad: tres personas perfectamente unidas. Jesús dijo: "Donde dos o más se reúnen, allí estoy yo. Permaneced en mí, como yo estoy en el Padre". Jesús nos llama a la unión con la Trinidad y la unión entre nosotros. La oración comunitaria nos da esa unión. "Diabolos" significa división, el diablo siempre busca aislar a los hombres. Pero Dios me creó para la relación con él y con los demás. El demonio busca dividir.

»La oración comunitaria, en el nombre de Jesús, te hace presente al Espíritu Santo. En Pentecostés estaban unidos en oración, y es en esa oración cuando se derrama el Espíritu, se desborda más que en el aislamiento. La oración individual es necesaria para personalizar y continuar la oración comunitaria. Y la mayor oración es la Eucaristía, claro, que incluye alabanza, adoración...

El veni Creator Spiritus, con su melodía gregoriana, primero en latín, luego en otros idiomas...




- ¿Qué puede hacer un cristiano que nunca se ha dirigido personalmente al Espíritu Santo? ¿Cómo puede empezar una relación directa con Él?

- Puede invocarlo en lo profundo del corazón. Jesús dijo: 'pedid y recibiréis', y se refiere al Espíritu Santo. No hay que cansarse de pedirlo, incesantemente, con confianza. Hay oraciones clásicas que pueden ayudarnos, como la Secuencia de Espíritu Santo y el Ven Espiritu Creador, himnos litúrgicos de la tradición que tienen mucha fuerza.

»A veces, hay bloqueos, conscientes o inconscientes, que pueden impedir una experiencia del Espíritu. Puede ser de ayuda acudir a encuentros de oración, como los Seminarios de Vida en el Espíritu, que piden explícitamente al Espíritu que se derrame. Los seminarios que yo he visto producen transformaciones profundas, experiencias en personas que antes no habían tenido esa vivencia.

(En España, los Seminarios de Vida en el Espíritu de la RCCE, abiertos a todos se anuncian en esta web).

El P. Eduardo Toraño presenta un curso para el público general sobre el Espíritu Santo y cómo escuchar su voz.

Fuente: Reliión en Livertad

sábado, 8 de abril de 2023

Sàbado Santo

 


Hoy no meditamos un evangelio en particular, puesto que es un día que carece de liturgia. Pero, con María, la única que ha permanecido firme en la fe y en la esperanza después de la trágica muerte de su Hijo, nos preparamos, en el silencio y en la oración, para celebrar la fiesta de nuestra liberación en Cristo, que es el cumplimiento del Evangelio.

La coincidencia temporal de los acontecimientos entre la muerte y la resurrección del Señor y la fiesta judía anual de la Pascua, memorial de la liberación de la esclavitud de Egipto, permite comprender el sentido liberador de la cruz de Jesús, nuevo cordero pascual cuya sangre nos preserva de la muerte.

Otra coincidencia en el tiempo, menos señalada pero sin embargo muy rica en significado, es la que hay con la fiesta judía semanal del “Sabbat”. Ésta empieza el viernes por la tarde, cuando la madre de familia enciende las luces en cada casa judía, terminando el sábado por la tarde. Esto recuerda que después del trabajo de la creación, después de haber hecho el mundo de la nada, Dios descansó el séptimo día. Él ha querido que también el hombre descanse el séptimo día, en acción de gracias por la belleza de la obra del Creador, y como señal de la alianza de amor entre Dios e Israel, siendo Dios invocado en la liturgia judía del Sabbat como el esposo de Israel. El Sabbat es el día en que se invita a cada uno a acoger la paz de Dios, su “Shalom”.

De este modo, después del doloroso trabajo de la cruz, «retoque en que el hombre es forjado de nuevo» según la expresión de Catalina de Siena, Jesús entra en su descanso en el mismo momento en que se encienden las primeras luces del Sabbat: “Todo se ha cumplido” (Jn 19,3). Ahora se ha terminado la obra de la nueva creación: el hombre prisionero antaño de la nada del pecado se convierte en una nueva criatura en Cristo. Una nueva alianza entre Dios y la humanidad, que nada podrá jamás romper, acaba de ser sellada, ya que en adelante toda infidelidad puede ser lavada en la sangre y en el agua que brotan de la cruz.

La carta a los Hebreos dice: «Un descanso, el del séptimo día, queda para el pueblo de Dios» (Heb 4,9). La fe en Cristo nos da acceso a ello. Que nuestro verdadero descanso, nuestra paz profunda, no la de un solo día, sino para toda la vida, sea una total esperanza en la infinita misericordia de Dios, según la invitación del Salmo 16: «Mi carne descansará en la esperanza, pues tu no entregarás mi alma al abismo». Que con un corazón nuevo nos preparemos para celebrar en la alegría las bodas del Cordero y nos dejemos desposar plenamente por el amor de Dios manifestado en Cristo.



Pensamientos para el Evangelio de hoy

«¿Qué idea de Dios hubiera podido antes formarse el hombre, que no fuese un ídolo fabricado por su corazón? Era incomprensible e inaccesible, invisible y superior a todo pensamiento humano; pero ahora ha querido ser comprendido. ¿De qué modo?, te preguntarás. Pues yaciendo en un pesebre, predicando en la montaña, pasando la noche en oración; o bien colgando de la cruz…» (San Bernardo)

«La tiniebla divina de este día, de este siglo, que se convierte cada vez más en un sábado santo, habla a nuestras conciencias. Tiene en sí algo consolador porque la muerte de Dios en Jesucristo es, al mismo tiempo, expresión de su radical solidaridad con nosotros. El misterio más oscuro de la fe es, simultáneamente, la señal más brillante de una esperanza sin fronteras» (Benedicto XVI)

«La muerte de Cristo fue una verdadera muerte en cuanto que puso fin a su existencia humana terrena. Pero a causa de la unión que la Persona del Hijo conservó con su cuerpo, éste no fue un despojo mortal como los demás porque ‘no era posible que la muerte lo dominase’ (Hch 2,24) (…). La Resurrección de Jesús ‘al tercer día’ (1Cor 15,4) era el signo de ello, también porque se suponía que la corrupción se manifestaba a partir del cuarto día» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 627)

miércoles, 15 de febrero de 2023

Acerca de la Eucaristía

 




ACERCA DE LA EUCARISTÍA


Respecto a la acción de gracias, lo haréis de esta manera: Primeramente sobre el cáliz:

«Te damos gracias, Padre nuestro, por la santa viña de David, tu siervo, la que nos diste a conocer por medio de tu siervo Jesús. A ti sea la gloria por los siglos.»

Luego sobre el fragmento de pan:

«Te damos gracias, Padre nuestro, por la vida y el conocimiento que nos manifestaste por medio de tu siervo Jesús. A ti sea la gloria por los siglos. Como este fragmento estaba disperso por los montes y después, al ser reunido, se hizo uno, así sea reunida tu Iglesia de los confines de la tierra en tu reino. Porque tuya es la gloria y el poder por Jesucristo eternamente.»

Pero que de vuestra acción de gracias coman y beban sólo los bautizados en el nombre del Señor, pues acerca de ello dijo el Señor: No deis lo santo a los perros.

Después de saciaros, daréis gracias de esta manera:

«Te damos gracias, Padre santo, por tu santo nombre que hiciste morar en nuestros corazones, y por el conocimiento y la fe y la inmortalidad que nos diste a conocer por medio de Jesús, tu siervo. A ti sea la gloria por los siglos. Tú, Señor omnipotente, creaste todas las cosas por causa de tu nombre y diste a los hombres comida y bebida para que disfrutaran de ellas. Pero, además, nos has proporcionado una comida y bebida espiritual y una vida eterna por medio de tu Siervo. Ante todo, te damos gracias porque eres poderoso. A ti sea la gloria por los siglos.

Acuérdate, Señor, de tu Iglesia, para librarla de todo mal y hacerla perfecta en tu amor, y congrégala de los cuatro vientos, ya santificada, en el reino que has preparado para ella. Porque tuyo es el poder y la gloria por siempre.

Que venga tu gracia y que pase este mundo. ¡Hosanna al Dios de David! El que sea santo, que se acerque. El que no lo sea, que se arrepienta. Marana tha. Amén.»

Reunidos cada domingo, partid el pan y dad gracias, después de haber confesado vuestros pecados, a fin de que vuestro sacrificio sea puro.

Pero todo aquel que tenga alguna contienda con su compañero, no se reúna con vosotros, sin antes haber hecho la reconciliación, a fin de que no se profane vuestro sacrificio. Porque éste es el sacrificio del que dijo el Señor: En todo lugar y en todo tiempo se me ofrece un sacrificio puro, porque yo soy rey grande, dice el Señor, y mi nombre es admirable entre las naciones.

Del antiguo opúsculo denominado Doctrina de los doce Apóstoles

(Cap. 9, 1—10, 6; 14, 1-3: Funk 2, 19-22. 26

lunes, 19 de septiembre de 2022

La Madre estaba junto a la Cruz

 



La Madre estaba junto a la Cruz


El martirio de la Virgen queda atestiguado por la profecía de Simeón y por la misma historia de la pasión del Señor. Éste —dice el santo anciano, refiriéndose al niño Jesús— está predestinado por Dios para ser signo de contradicción; tu misma alma —añade, dirigiéndose a María— quedará atravesada por una espada.

En verdad, Madre santa, atravesó tu alma una espada. Por lo demás, esta espada no hubiera penetrado en la carne de tu Hijo sin atravesar tu alma. En efecto, después que aquel Jesús —que es de todos, pero que es tuyo de un modo especialísimo— hubo expirado, la cruel espada que abrió su costado, sin perdonarlo aun después de muerto, cuando ya no podía hacerle mal alguno, no llegó a tocar su alma, pero sí atravesó la tuya. Porque el alma de Jesús ya no estaba allí, en cambio la tuya no podía ser arrancada de aquel lugar. Por tanto, la punzada del dolor atravesó tu alma, y por esto, con toda razón, te llamamos más que mártir, ya que tus sentimientos de compasión superaron las sensaciones del dolor corporal.

¿Por ventura no fueron peores que una espada aquellas palabras que atravesaron verdaderamente tu alma y penetraron hasta la separación del alma y del espíritu: Mujer, ahí tienes a tu hijo? ¡Vaya cambio! Se te entrega a Juan en sustitución de Jesús, al siervo en sustitución del Señor, al discípulo en lugar del Maestro, al hijo de Zebedeo en lugar del Hijo de Dios, a un simple hombre en sustitución del Dios verdadero. ¿Cómo no habían de atravesar tu alma, tan sensible, estas palabras, cuando aun nuestro pecho, duro como la piedra o el hierro, se parte con sólo recordarlas?

No os admiréis, hermanos, de que María sea llamada mártir en el alma. Que se admire el que no recuerde haber oído cómo Pablo pone entre las peores culpas de los gentiles el carecer de piedad. Nada más lejos de las entrañas de María, y nada más lejos debe estar de sus humildes servidores.

Pero quizá alguien dirá: «¿Es que María no sabía que su Hijo había de morir?» Sí, y con toda certeza. «¿Es que no sabía que había de resucitar al cabo de muy poco tiempo?» Sí, y con toda seguridad. «¿Y, a pesar de ello, sufría por el Crucificado?» Sí, y con toda vehemencia. Y si no, ¿qué clase de hombre eres tú, hermano, o de dónde te viene esta sabiduría, que te extrañas más de la compasión de María que de la pasión del Hijo de María? Éste murió en su cuerpo, ¿y ella no pudo morir en su corazón? Aquélla fue una muerte motivada por un amor superior al que pueda tener cualquier otro hombre; esta otra tuvo por motivo un amor que, después de aquél, no tiene semejante.

De los Sermones de san Bernardo, abad

(Sermón en el domingo infraoctava de la Asunción, 14-15: Opera omnia, edición cisterciense, 5 [1968], 273-274)


domingo, 2 de mayo de 2021

«La Vanguardia» consulta a exorcistas catalanes, veteranos y novatos: cada vez hay más exorcismos

 


«La Vanguardia» consulta a exorcistas catalanes, veteranos y novatos: cada vez hay más exorcismos

La nueva guía y ritual de exorcismos de 1999 en manos del cardenal Medina Estévez

Durante el pontificado del Papa Francisco, el ministerio de exorcista ha crecido en difusión, oficialidad y visibilidad. El Papa ha hablado a menudo del demonio y ha pedido que cada diócesis tenga al menos un exorcista designado.

Aunque hay muchas diócesis aún reacias (o el obispo no está por el tema, o no encuentran a la persona adecuada) se han multiplicado los nombramientos de exorcistas diocesanos. La prensa regional y local a menudo se hace eco. En Cataluña, por ejemplo, todas o casi todas las diócesis ya tienen su exorcista de referencia.

También se han multiplicado en otros países: el exorcista de Indianápolis, Vincent Lampert, comentaba que en 2005 conocía sólo una docena de exorcistas oficiales pero hoy considera que debe haber más de 175 en EEUU.

En 2019 se celebró el Primer Congreso Iberoamericano de Pastoral del Exorcismo, mostrando la necesidad de mayor coordinación a nivel hispano. Y el tema también saltaba cada verano (antes de la pandemia) cuando el Ateneo Regina Apostolorum de Roma organizaba su cursillo de una semana para exorcistas y ayudantes.

Recientemente en La Vanguardia ha escrito sobre ello, con buena pluma, Joaquín Luna, una de sus firmas de prestigio.

El exorcista retirado de Barcelona

Luna empieza hablando con el padre Juan José Gallego, que fue el exorcista oficial de Barcelona de 2007 a 2019. Ya retirado de este ministerio por motivos de edad y salud, desde la residencia de los dominicos de Torrent (Valencia) habla de los 400 o 500 casos que atendió.

“El perfil de los poseídos suele ser el de personas psicológicamente débiles. No es fácil distinguir entre poseídos y enfermos, eso te lo acaba dando la experiencia”, explica el exorcista retirado.

"Un vecino de mi calle en Barcelona -yo vivía en el número 10 de la calle Bailén- me pidió ayuda porque su esposa hacía cosas raras como retorcerse por el suelo. Entendí que era un caso real de persona poseída. En un momento determinado del exorcismo, la rocié con agua bendita… Empezó a dar grandes alaridos. ¿Qué te pasa?, le pregunté. '¡Me está echando agua hirviendo, me quema!'", detalla Gallego.

Gallego explica que en los exorcismos "no he tenido miedo pero sí me he sentido amenazado. A veces estas personas dicen cosas íntimas o secretas que uno se pregunta cómo las saben o las han conseguido. Son espíritus puros, sin la condición del cuerpo. Algunas veces ganan, sí, y te lo dan a entender", comenta

El párroco del exorcismo ocasional

El periodista consulta también con mosén Octavi, el párroco de San Gregorio Taumaturgo, una parroquia de zona acomodada en Barcelona. No es exorcista pero cuenta un ejemplo personal de cómo un párroco puede encontrarse con casos.  En una peregrinación a Lourdes, uno de los peregrinos empezó a convulsionarse. No era epilepsia, asegura. Con la ayuda de otro sacerdote siguieron el rito del exorcismo.

Como novato en el tema, mosén Octavi comenta sus sentimientos. “Te provoca cierta angustia porque parece que todo puede ocurrir. Tampoco sabes cuando va a acabar. Se me hizo muy largo y agotador. Lo curioso es que al día siguiente, la persona poseída apareció tan fresca y descansada. ‘Menuda noche nos has dado’, le dije. Él estaba confortado y yo agotado”, recuerda. No ha hecho más exorcismos, aunque matiza que una vez acudió a bendecir el piso de un feligrés porque allí se había producido un asesinato.

Cada vez hay más afectados, y más exorcismos

Pedro Barrajón, sacerdote manchego afincado en Roma, gran impulsor del curso veraniego del Regina Apostolorum sobre exorcismos y liberación, asegura que "nunca ha habido tantos casos como ahora, precisamente cuando menos personas van a misa o contraen sacramentos. Yo lo atribuyo a un vacío espiritual”.

Otros exorcistas están de acuerdo: si cada vez hay menos gente bautizada, comulgando y confesando, y más gente introduciéndose en prácticas de brujería, adivinación, reiki y Nueva Era, invocando "fuerzas" o "bendiciones" de origen poco recomendable, ven normal que aumente el número de los que resultan tocados por la acción directo de demonios. Hay exorcistas que son también capellanes de prisión, y ven relación con el mundo de la droga, la violencia, el odio y la falta de perdón.

El párroco de Jerez de los Caballeros, que desde 2016 es el exorcista de la diócesis de Mérida (Extremadura), explicaba a la agencia Efe que el exorcismo "es algo muy actual porque el demonio hoy está más presente que nunca en el mundo, porque hay falta de fe". Señala la magia negra y la adivinación como cauces del mal: "La gente piensa que son tonterías y no son tan tonterías, sino situaciones en las que uno puede recibir la posesión del demonio".

La experiencia de Barrajón, tras muchos rituales, es que "el diablo en estas personas se manifiesta atacando, insultando. Recuerdo un caso en el que le pregunté en latín cuál era su nombre y me entendió. La mirada era la de otro ser. No es un rito tranquilo, no”.

El ritual del exorcismo, la cruz, el rosario, la oración...


El primer exorcismo del exorcista de Vic

El periodista de La Vanguardia consulta también a Joan Prat, de 40 años, que hace menos de 3 que es el exorcista oficial de la diócesis de Vic (además de párroco en Manresa y capellán de la prisión de Lledoners). En marzo, también lo entrevistó TV3 (ver aquí).

Recuerda que la Iglesia evita el espectáculo y ofrece gratis este servicio. Eso contrasta con los curanderos o sanadores que a las personas desesperadas “llegan a prometerles cosas imposibles y cobran cifras considerables. Se mezclan muchas cosas”.

Mucha gente acude al exorcista ya muy dañada después de haber gastado dinero, nervios y sensatez en curanderos, brujos y timadores.

Joan Prat cuenta cómo fue su primer exorcismo. "Era una doctora. Emitía voces, reptaba. Me hice ayudar por otro sacerdote. Cuando empezamos con las plegarias empezó a moverse como una serpiente, escupía, gritaba, emitía chillidos guturales. Decía cosas intimidatorias".



Joan Prat es párroco en Manresa, capellán de prisiones y exorcista de la diócesis de Vic

Fueron dos horas de ritual y recuerda que le impresionó la expresión de la mujer. Usaron el ritual en latín y en inglés, "un recurso habitual entre los exorcistas para evitar aquellas lenguas conocidas por la víctima". Pasadas las dos horas, la doctora empezó a calmarse y a actuar con normalidad. “De repente ves que el diablo se ha ido”, observa el joven exorcista de Vic.

Prat comenta que en los espíritus diabólicos ha observado "una maldad burlona. Disfrutan ridiculizando y humillando a la persona". Es desagradable, pero no ha llegado a tener miedo, añade.

En el curso veraniego, 240 asistentes

En 2019, el año anterior a la pandemia, acudieron al curso de exorcismos del Ateneo Regina Apostolorum, la universidad de los Legionarios de Cristo en Roma, unas 240 personas de 40 países. Muchos eran clérigos y sacerdotes, otros eran laicos ayudantes. Desde 2014 el Vaticano ha reconocido a la Asociación Internacional de Exorcistas, con más de 400 miembros. Poco a poco, aprenden unos de otros.

En 2019, La Vanguardia consultaba a uno de los sacerdotes catalanes que acudían al curso, Josep Serra Colomer, canónigo de la catedral de Barcelona y director de la residencia sacerdotal Sant Josep Oriol. Explicaba que en tres años había atendido a unas 300 personas al respecto. “Sus situaciones eran a menudo muy complejas y variadas. La Iglesia recomienda que antes de realizar un exorcismo se pida el asesoramiento de psicólogos y otros expertos”, puntualizaba

Fuente: Religión en libertad

sábado, 28 de noviembre de 2020

El cardenal Pell confiesa sus viejas dificultades con la doctrina del infierno y qué le hizo cambiar

 


El cardenal Pell confiesa sus viejas dificultades con la doctrina del infierno y qué le hizo cambiar

El Papa recibió al cardenal George Pell el 12 de octubre, en un encuentro en el que le agradeció su testimonio cristiano en la prueba de su encarcelamiento por un delito que no cometió. Foto: Vatican Media.

¿Qué nos espera después de la muerte? ¿Es el infierno una de las posibilidades? ¿Cuántos y quiénes se salvan? Son preguntas que tienen respuesta en la teología, pero en la práctica esa respuesta ha desaparecido de la predicación.

El cardenal australiano George Pell ha dado a conocer recientemente sus propias dificultades con alguno de esos puntos, y cómo las resolvió, en un artículo en la revista norteamericana First Things (los ladillos son de ReL).


* * *

Las Postrimerías

En 1972 participé en una mesa redonda cristiana dirigida a estudiantes de último año en un instituto público en la Australia rural. Al concluir, un estudiante se me acercó para debatir nuestras posiciones católicas. Era un no creyente que también buscaba respuestas en un pequeño grupo protestante. Yo salí perdiendo cuando le expliqué que la Iglesia católica no enseñaba que él fuese a ir al infierno si rechazaba ser católico. Su secta protestante era absolutamente clara en que rechazarles implicaba el infierno.

Durante mis recientes problemas con la ley, este antiguo estudiante me escribió para consolarme. También me agradeció que yo respetase entonces su autonomía. No rechazo ni lamento el consejo que le di en 1972. Lo que sí lamento es no haberle transmitido una mayor urgencia sobre la importancia de su búsqueda y de su decisión.

El éxodo postconciliar

Este estudiante era un caso infrecuente de alguien que estaba pensando en hacerse católico, pues la mayor parte del tráfico fue en la dirección opuesta. Desde el Concilio Vaticano II, todas las sociedades occidentales han visto un éxodo de miembros de la Iglesia y una disminución de la práctica religiosa. Las comunidades católicas en Bélgica y en Holanda, por ejemplo, casi han desaparecido.

Por desgracia y contra pronóstico, los “profetas de calamidades” explícitamente repudiados en el Concilio se han visto reivindicados porque los reveses se han sucedido en todos los ámbitos. Y es posible que las cuatro Postrimerías o Novísimos (Muerte, Juicio, Infierno y Gloria) no hayan acabado en el cubo de la basura, pero allí donde no son rechazados, con frecuencia se los ignora u oculta.

¿Acaso jugó el temor al infierno, el miedo a un castigo desproporcionado después de la muerte, un papel en el declinar de la Iglesia? Hace cuarenta o cincuenta años, la mayor parte de las parroquias en Australia tenían penitentes asiduos atormentados por los escrúpulos. Los escrúpulos causaban mucho sufrimiento, por lo que no es sorprendente que hubiese una reacción contraria. Pero ¿hay otro lado de la moneda? Nuestro silencio sobre el premio y el castigo después de la muerte ¿tal vez ha empeorado la indiferencia al destruir dos de nuestras más apasionantes afirmaciones doctrinales?

Dios como Juez

Todo el mundo se pregunta si hay vida después de la muerte, y la mayor parte de las personas a lo largo de la Historia han creído en algo como la inmortalidad del alma.

Por supuesto, la enseñanza cristiana sobre las Postrimerías es más concreta. Exige creer en un Dios Creador que es racional, bueno, que se interesa por nosotros y no es caprichoso. Dios pide a todos los hombres elegir el bien en vez del mal y la fe antes que la duda, la indiferencia o el rechazo.

El único Dios verdadero es así también el máximo juez, que separa a las ovejas de las cabras, remunerando con la felicidad o el castigo eternos en el Juicio Final, cuando tanto las almas de los buenos como las de los malos experimenten la resurrección del cuerpo.

Esta creencia puede llevar un inmenso consuelo a familiares y amigos en el duelo, como puede atestiguar cualquier sacerdote que haya celebrado un funeral para una comunidad de creyentes. Pero sigue siendo una enseñanza dura, a la que suelen resistirse con orgullo quienes se consideran autónomos y con derecho a definir por sí mismos el bien y el mal. Ni los antiguos laicistas ni los nuevos reciben amablemente la idea de un Dios que es a la vez Creador y Juez.

Qué dicen los Evangelios

Paratodos los cristianos se sigue una cuestión inevitable: ¿cuántos se salvarán?

Aunque Jesús no era un sentimental, Lucas nos dice que no respondió directamente a la cuestión de si solo se salvarían unos pocos. No da porcentajes: “Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán”. Con mayor optimismo, Jesús concluye diciendo que muchos vendrán a la fiesta desde todos los puntos cardinales, y que los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos (Lc 13, 22-30).

En el relato de Mateo, Jesús es más explícito. La puerta es estrecha y espacioso el camino que lleva a la perdición. Los árboles que no producen buen fruto y las viñas que producen espinos en vez de uvas serán cortados y echados al fuego, mientras que aquellos que escuchan las palabras de Cristo y las ponen por obra construyen sobre un fundamento sólido (Mt 7, 12-27).

Mateo también recoge la promesa explícita de Jesús de que el Hijo del Hombre no será inclusivo en el Juicio Final, sino que separará a las ovejas de las cabras para premio eterno o castigo eterno.


Capilla Sixtina, Juicio Final, de Miguel Ángel (detalle).

En cierta ocasión me pregunté por qué Nuestro Señor era tan poco comprensivo con las cabras. Llegué a la conclusión de que es por su individualismo y su terquedad, su rechazo a cooperar y entrar en el redil (Mt 25, 31-46). Las cabras no simbolizan la conversión y la comunidad.

El cristianismo tiene como centro en primer lugar el amor a Dios y luego el amor al prójimo (Mc 12, 30-31). Dios nos amó tanto que su Hijo murió por nuestra Redención (Rom 5, 8). Éste es el contexto en el que debe situarse la enseñanza tradicional sobre el cielo y el infierno.

Purificación, sí, pero... ¿infierno?

Nunca tuve problemas con la doctrina de que sea necesaria una purificación antes de estar en presencia de Dios o enfrentarnos a su bondad. Lo he comparado con la incomodidad que experimentamos cuando nos despierta de golpe una luz brillante. Pero siempre me ha costado reconciliar la idea de un Dios que nos ama con la idea de un castigo eterno.

Hace más de cincuenta años, estaba preparando a un grupo de jóvenes ingleses para la Primera Comunión. Por la razón que fuese, empezaron a asegurar con total tranquilidad que el infierno no existe. “¿Y qué pasa con Hitler?”, pregunté… y el infierno regresó con fuerza.

Así pues, he enseñado públicamente sobre el infierno durante décadas -en una ocasión, dando lugar a una larga carta de apoyo de Germain Grisez de gran profundidad teológica-, pero también he expresado la esperanza, quizá la expectativa, de que sean pocos los enviados al infierno, con la creencia compensatoria de que muchos necesitarán ser purificados en el purgatorio.

Doctores y Concilios

Era consciente de que la mayor parte de los teólogos, y desde luego los Doctores de la Iglesia, creían que la mayor parte del género humano se condenaría. San Agustín fue muy explícito en cuanto al destino de los no bautizados: "Pocos se salvan en comparación con los muchos que perecen”. Desarrolló sus enseñanzas sobre estos puntos contra los donatistas y contra Pelagio, aparentemente más razonable y “moderno” sobre el destino de los no bautizados.

Los estudiantes de licenciatura que acudían a mis seminarios sobre San Agustín, que se centraban principalmente en las Confesiones, se indignaban casi unánimemente por que destinase a los niños no bautizados a la condenación, si bien él insiste en que los niños sufren “la más suave de las condenas”.

Ochocientos años después, el veredicto de Santo Tomás de Aquino era igualmente claro, aunque menos provocador que el de Agustín. Quienes se salvan son una minoría, pero su número nos es desconocido y “es mejor decir que ‘solo Dios sabe el número de quienes tienen reservada la felicidad eterna’”.

El Concilio de Trento, en su Decreto sobre la Justificación de 1547, parece descartar la posibilidad de que al final todos se salven: “Aun cuando Él ‘murió por todos’ (2 Cor 5, 15), no todos, sin embargo reciben el beneficio de su muerte, sino solo aquellos a quienes se comunica el mérito de su pasión” (Capítulo 3, Denz. 1523 [795]).

Lumen Gentium

Pero la discusión sobre el número de los que se salvan se vio alterada por la constitución dogmática Lumen Gentium del Concilio Vaticano II, según la cual “quienes, ignorando sin culpa el Evangelio de Cristo y su Iglesia, buscan, no obstante, a Dios con un corazón sincero y se esfuerzan, bajo el influjo de la gracia, en cumplir con obras su voluntad, conocida mediante el juicio de la conciencia, pueden conseguir la salvación eterna” (n. 16). La doctrina de que “fuera de la Iglesia no hay salvación” se desarrollaba así sustancialmente.

Las generaciones que disfrutaban ahora del sufragio universal y asumían la Declaración Universal de los Derechos Humanos aceptaron fácilmente que ni una circunstancia en el nacimiento ni la debilidad humana normal les excluirían del paraíso. La desigualdad que fundamentaba la institución de la esclavitud quedaba rechazada. El Concilio animaba al diálogo más que a la condena, a la persuasión más que al castigo, de modo que el propio concepto de pecado mortal quedó atenuado. La participación en el sacramento de la confesión -ahora llamado reconciliación- cayó drásticamente.

Como muchos otros, yo llegué a creer que (casi) todo el mundo se salvaría. Invocaba en apoyo de esa tesis al teólogo alejandrino Orígenes (c. 185-254), quien enseñó que en la apocatástasis final todas las criaturas –incluido el diablo- se salvarían, y al gran teólogo contemporáneo Hans Urs von Balthasar?, autor de ¿Qué debemos esperar? y Pequeño discurso sobre el infierno. Pero ahora me he dado cuenta de que no hay mucha diferencia entre creer que todos se salvan y creer que no se salva nadie.

Una cuestión que define el compromiso sacerdotal

Mi opinión cambió de forma inesperada.

Todos los años, las autoridades del Vaticano hacen dos cursos en Roma para los “obispos novatos”, los recientemente consagrados. Yo me encontraba dirigiendo una jornada de debates cuando un obispo norteamericano expuso el principio de que toda nuestra actividad sacerdotal queda determinada por cuántas almas creemos que se salvarán. Si no hay castigo y todos se salvan, entonces ¿para qué molestarnos? ¿Para qué cargó Jesús con la Cruz?

Me vi forzado a repensar mi postura. Volví a las enseñanzas de Jesús en el Nuevo Testamento y encontré que ofrecían un respaldo insuficiente para mi optimismo. Uno no tiene que creer, con San Francisco Javier, que los no bautizados se condenan, pero quienes, como yo, se amparan en el sentimentalismo, ignoran con demasiada facilidad el terrible sufrimiento causado por el pecado y subestiman la obstinación de la voluntad humana.

Mi difnto amigo jesuita Paul Mankowski respaldaba el argumento de John Finnis de que "en el corazón de la crisis de la fe y de la moral" se encuentra el no habernos tomado en serio la afirmación de Jesús de que en el último día nos juzgará a todos. Ahora estoy de acuerdo. La esperanza cristiana en el triunfo del bien exige el juicio de Jesús.

Traducción de Carmelo López-Arias.

Fuente: Religión en Libertad


miércoles, 14 de octubre de 2020

Oficinista, entró a ver el Museo Africano por curiosidad... y ya lleva 40 años de misionero en Chad

 Oficinista, entró a ver el Museo Africano por curiosidad... y ya lleva 40 años de misionero en Chad


El misionero comboniano Enrique Rossich lleva en Chad casi 40 años... la Iglesia necesita siempre más misioneros


El misionero comboniano Enrique Javier Rosich Vargas, que llegó al Chad con 28 años, en 1981, y allí ha permanecido hasta hoy, es el misionero que ha presentado con su testimonio la labor que busca reconocer y apoyar el Domund, o Domingo Mundial de las Misiones.


Antes de ser misionero, trabajaba como oficinista de publicidad en Madrid, algo que le aburría bastante y tampoco daba mucho sentido a su vida. Hasta que la curiosidad le llevó a la llamada de África, y de Dios.


"Yo trabajaba cerca de donde están los misioneros combonianos [en la calle Arturo Soria, en Madrid]. Saliendo del trabajo pasaba cerca de la puerta, vi que había un museo africano y por curiosidad fui a ver qué era aquello. Viendo las cosas de la cultura africana empezó ya a darme vueltas en la cabeza que el mundo es muy grande y se me abrió un horizonte que no había previsto. A partir de ahí Dios empezó a llamar a mi puerta y no se me quitaba de la cabeza. Yo pensaba: 'no quiero estar toda mi vida en una oficina, quiero algo más interesante'".


Dejó su trabajo y se fue a estudiar teología y francés a París e ingresó en los misioneros combonianos. Quien quiera hacer la prueba de visitar el Museo Africano de Madrid y ver si  siente la llamada a ser misionero o simplemente aprende cosas de África, puede consultar horarios y visitas aquí, es siempre gratis).


Llegó a Chad en plena guerra


Llegó a Chad cuando el país sufría una guerra civil y pocos misioneros se atrevían a ir allí.  Tuvo que vivir confinado un tiempo, no por un virus, sino por el odio entre hombres armados. No podía salir a evangelizar pero los cristianos chadianos le dijeron que apreciaban su presencia: "antes éramos hermanos en Cristo, ahora somos hermanos también en el sufrimiento”, le explicaron ellos.


El misionero afirma que una de las ventajas de esta joven Iglesia es que no hay una tradición para decir “esto siempre se ha hecho así”, sino mucha creatividad para que el Evangelio crezca. Enrique confiesa que “ha descubierto mejor a Jesús gracias a ellos”; un catequista le dijo una vez que “Jesús no cambia su palabra”, aunque sea difícil, como cuando te dice que tienes que “amar a los enemigos” (y el enemigo lleva un arma para matarte), y por eso, muchos le abandonan.



Enrique Rossich cuando era un misionero más joven


Del campo a la ciudad


En Chad empezó su tarea en una parroquia rural, Sta. María Beyondo (rural en África significa muy, muy rural). Después, pasó a una parroquia de ciudad, San Kisito de Begur. Eran dos mundos muy distintos. Después, en Yamena, la capital, fue maestro de jóvenes universitarios, educador del mundo estudiantil y también en el seminario. Actualmente está en la diócesis de Doba donde enseña en la escuela a los laicos para que sean catequistas.


Y así acaba siendo misionero comboniano, ejerciendo una labor crucial de diferentes tipos: "He trabajado en parroquias rurales, he visitado poblados, he vivido en zonas donde no hay caminos y cada vez que vas a un pueblo es como si hicieras el rally del París-Dakar. Aquí una parroquia es casi como una diócesis, haces kilómetros y kilómetros. He trabajado en dos parroquias de dos ciudades. He dado clases en el seminario mayor durante unos años. He sido capellán de universitarios y luego me he ocupado de una escuela diocesana de catequistas y familias".



Conocer la primera generación de cristianos de un lugar


Además Enrique cuenta que ha tenido "la suerte de vivir en la Iglesia más joven de África. El primer misionero del Chad llegó en el año 1929. Por eso he conocido la primera generación de cristianos de este lugar. Cuando llegué, los curas y monjas éramos todos del primer mundo por decirlo de alguna manera. Poquito a poquito he ido viendo crecer esa Iglesia de forma que a día de hoy, soy el único blanco de la diócesis".


Actualmente Chad tiene casi 16 millones de habitantes: la mitad son musulmanes, un 25% son cristianos de distintas denominaciones, el resto siguen las religiones animistas tradicionales. 


Enrique Rosich es muy consciente de la importancia de la labor que realizan los misioneros porque lo ha vivido en primera persona. Y por eso sabe también la importancia que tiene el día del Domund: "Creo que anunciar el Evangelio es anunciar a Jesús y pienso que es necesario darse cuenta de que eso no es algo que nos pertenece a nosotros, sino a todos, especialmente a la gente más necesitada".


En el Chad "somos 27 curas en toda la diócesis, no sé cuántos hay en la diócesis de Madrid por ejemplo", explica. (En la diócesis de Madrid hay unos 3.000 sacerdotes, según Catholic-Hierarchy, una cantidad desproporcionadamente alta para España, aunque muchos están de paso o estudiando y otros muchos son de edad muy avanzada).


"La mies es mucha, pero los obreros pocos, y hay que continuar rezando al dueño de la mies", exhorta este misionero, cazado para la Misión, "por casualidad", en un museo.


Es posible ayudar a las misiones en esta época dura de coronavirus con donativos AQUÍ al DOMUND de Obras Misionales Pontificias


Fuente: Religión en Libertad


martes, 18 de agosto de 2020

Como coyotes asustados, solos y agresivos: la revolución sexual nos lleva a la violencia

La Revolución Sexual ha llevado a la soledad de hombres y mujeres, que se dañan mutuamente y desconfían unos de otros

La Revolución Sexual ha llevado a la soledad de hombres y mujeres, que se dañan mutuamente y desconfían unos de otros

Como coyotes asustados, solos y agresivos: la revolución sexual nos lleva a la violencia 

"Mirad las aves del cielo, ellas no siembran ni siegan", decía Jesús a sus discípulos para enseñarles a confiar en Dios. El hombre tradicionalmente ha mirado a los animales, especialmente a los animales libres, para aprender de ellos y a partir de cierto momento, para entender mejor nuestra situación como humanos.

En la modernidad esta tendencia se ha consolidado. Konrad Lorenz estudiaba varias especies para demostrar que la violencia puede y debe limitarse: los animales pueden pelear por jerarquía y poder, pero no lo hacen hasta la muerte y aceptan la rendición y la huida.

T.H.White, en El libro de Merlín, escrito en 1941, en los horrores de la guerra mundial, mostraba a Merlín convirtiendo al joven Arturo en distintos animales para aprender de ellos, excepto de las hormigas porque "son las únicas que hacen la guerra", poniéndolas como ejemplo de colectivo ciego y deshumanizado.

Muchos activistas homosexuales y teóricos de la revolución sexual proponen el modelo de los monos bonobos, que serían, dicen, pacíficos y alegremente promiscuos, ofreciendo sexo a cambio de servicios o amistad, y sexo desinhibido de todos con todos.

En contra de la cultura del resentimiento, el psicólogo Jordan Peterson se hizo famoso con sus 12 reglas para la vida, hablando de como incluso las langostas tienen jerarquías. Defendía así que la jerarquía es algo natural en las especies, también en la humana, algo que aporta orden y eficacia y seguridad y que por lo tanto la búsqueda absoluta del igualitarismo es absurda y dañina.

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Peterson con sus langostas: ellas tienen jerarquías, es normal que las tengan los hombres

Incluso Benedicto XVI, en Caritas In Veritate, su tercera encíclica en 2009 desarrollaba la idea de una "ecología humana": «Si no se respeta el derecho a la vida y a la muerte natural, si se hace artificial la concepción, la gestación y el nacimiento del hombre, si se sacrifican embriones humanos a la investigación, la conciencia común acaba perdiendo el concepto de ecología humana y con ello de la ecología ambiental. Es una contradicción pedir a las nuevas generaciones el respeto al ambiente natural, cuando la educación y las leyes no las ayudan a respetarse a sí mismas».

En esta línea ha escrito su libro de 146 páginas "Gritos primigenios" la pensadora Mary Eberstadt, una experta en análisis sociocultural de la Revolución Sexual y su efecto en la familia y el bienestar.

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Eberstadt es católica, provida y profamilia, pero en este libro busca llegar a personas que no lo son. Quizá por eso no menciona a Benedicto, aunque la idea es la misma: hemos roto nuestro ecosistema humano, que es la familia y eso nos está volviendo locos, hasta violentos, como pasa con el lobo separado de su manada o la cría elefante separada de su madre.

En un discurso ante jóvenes activistas provida en enero de 2020, Eberstadt proponía "Seis reglas para radicales provida", y dos de ellas son las que encajan con este libro:  

- Usar la moralidad del movimiento por el bienestar animal
- buscar aliarse con el movimiento a favor del medio ambiente

En "Gritos primigenios" evoca un sonido: "un coyote en el desierto, alejado de su manada en la noche". Sin su familia, el coyote solo se asusta y aúlla: "la histeria inexplicable de la política identitaria no es más que eso".

La "política identitaria", el "nosotros contra ellos", el "tenemos derecho a todo porque ellos nos oprimieron siempre", el resentimiento, el "tenemos que pegar antes de que nos peguen"... se ha disparado en Occidente en los últimos años por una razón ecológica: se ha roto el ecosistema humano que es la familia.

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Mary Eberstadt es una veterana analista de los desastres de la Revolución Sexual

La Revolución Sexual, con sus pocos hijos, padres ausentes, parejas volátiles, niños abortables, escasez de parientes y de lazos de sangre, ha roto el ecosistema natural organizativo del hombre -que es el mismo que el lobo, del elefante, de la orca, del suricata, de casi todos los animales complejos- que es la familia.

Individuos frágiles y heridos, sin el apoyo de una familia fuerte, buscan nuevas estrategias (a menudo inconscientes) para camuflarse y sobrevivir.

Dedica un capítulo al feminismo actual, un feminismo muy distinto al que había antes de la Revolución Sexual.

Mujeres criadas sin padres, dañadas por hombres

Criadas sin padres, educadas para desconfiar de los hombres, a veces dañadas por hombres, muchas mujeres tratan de ser más groseras, malhabladas, violentas y fornicadoras que los hombres, como si eso les hiciera parecer "fuertes". De nuevo, es el aullido del coyote solo y asustado.

"Sólo quiero conseguir algo", "soy una zorra como tú", cantaba la cantante Pink, que para Eberstadt ilustra bien esta agresividad.



Muchas cantantes que dicen ser feministas hacen vídeos de tonos pornográficos presumiendo de promiscuas. Cuando feministas de "vieja escuela" las regañan porque ellas mismas se cosifican reciben insultos groseros y violentos. "50 sombras de Grey" era la historia en que un adulto rico abusa de una niña (aunque el libro diga que ella es adulta, es niña en todo) y se presentaba como algo liberador para las mujeres.

Compensar la falta de atención masculina duradera

¿Por qué tanta violencia en el feminismo actual? Son estrategias no necesariamente conscientes, igual que el leopardo de las nieves no es consciente de sus cambios de piel según la estación que le ayudan a camuflarse. Buscan "compensar la escasez de atención masculina duradera y la ausencia de protección masculina".

"La revolución sexual redujo el número de hombres con los que se podía contar para que fueran protectores de vez en cuando, y de diversas maneras. En las familias rotas la figura paterna se mantiene a distancia y muchas veces ese vínculo paternal se ha eliminado para siempre. El ethos del sexo recreativo difumina la línea entre el protector y el depredador y a muchas mujeres les es difícil reconocer dónde está la diferencia", añade Eberstadt.

Además, "el declive de la familia ha reducido el número de hombres que ofrecen un afecto y una compañía de naturaleza no sexual. Ya hay menos hermanos, primos, tíos y hombres con los que se contaba para que defendieran a madres, hermanas o hijas de otros hombres que las trataran mal. Al mismo tiempo, la sobreabundancia de parejas sexuales disponibles ha hecho que sea más difícil mantener la atención de cualquiera de ellas, al igual que la pérdida del prestigio social y moral del matrimonio, que antiguamente era lo que en último término captaba la atención definitiva de los hombres".

Así, "el resultado es que muchas mujeres se encuentran más vulnerables y frustradas. La retórica furiosa, arrogante y malhumorada del feminismo promete a las mujeres lo que no pueden encontrar en otros lugares: protección. Comunica un mensaje: 'vamos a controlar a los hombres por otros medios'."

Eberstadt querría decir a las mujeres que quien de verdad les ha dañado es la revolución sexual, con su soledad y sus daños afectivos. "El enemigo no es algo tan abstracto como lo binario, o el patriarcado o la norma de género. El verdadero enemigo son los lazos débiles de la familia y comunidad, el esposo y los hijos".

Premiar la androginia, castigar lo muy masculino o muy femenino

Mientras tanto, la sociedad castiga lo muy masculino o muy femenino y premia la androginia. Para que no haya conflicto entre hombres abusones y mujeres heridas y resentidas (todos ellos marcados por la soledad), parece buscarse que, simplemente, no haya ni hombres ni mujeres. Muchos cuerpos policiales rebajan sus exigencias y ahora aceptan personas de mucha menos estatura y fuerza física. Y en 2019 un juez de EEUU dictaminó que es inconstitucional que sólo los hombres puedan ser reclutados en caso de levas militares en guerra.

Eberstadt señala algunas estadísticas: los varones admiten que prefieren tener hijos varones. Como tras la revolución sexual van a tener solo uno o dos vástagos, si nace una niña, muchos tratarán de proyectar en ellos sus pasiones, como los deportes de contacto (hockey, rugby, fútbol) que se han ido llenando de niñas.  Con niveles más altos de estrógenos, una pelvis más ancha, más escasez de calcio y vitamina D y otras características físicas, está ya medido que las chicas se lesionan más que los chicos en estos deportes (The Gender Gap in Sports Injuries, 2015).

Por ser varón, eres malo o peligroso... intenta no ser tan varón

Mientras tanto, a los niños varones se les empieza a educar en la idea de que sólo por ser varones son malos. No hace falta que se les diga explícitamente. En una familia rota, donde el padre no murió heroicamente en la mar o en la guerra, sino que se fue, o no se sabe quién es, o mamá lo echó, queda claro que el hombre no es de fiar, mientras la esforzada madre hace esfuerzos titánicos admirables.

Así, un niño varón tendrá la tendencia a parecerse lo menos posible a un hombre (esos que no son de fiar, y a los que de hecho casi no trata ni conoce) y querrá mostrar que es inofensivo siendo lo más femenino o andrógino posible.

"Mujeres cada vez más combativas que reaccionan a hombres cada vez más distantes, y por otro lado hombres ansiosos que están aprendiendo la lección social de que lo femenino debe ser temido", señala Eberstadt. Pero la especie humana depende del amor y confianza entre hombres y mujeres: la androginia y la desconfianza dañan a nuestra especie.

Eberstadt en el libro analiza los síntomas de "la histeria" de las políticas identitarias y dice que la causa es la Revolución Sexual, que incluye, entre otras cosas:

- anticoncepción
- divorcio exprés
- nacer fuera del matrimonio
- vientres de alquiler
- absoluta libertad erótica (sexo sin compromiso, etc...)
- prostitución omnipresente
- el aborto, como algo "sacrosanto"
- pornografía, a la que ya casi no combaten ni las feministas
- desdén y desprecio a la religión tradicional... la que ayudaba a mantener familias fuertes

Sin combatir la revolución sexual no se vencerá a las política identitarias

Hay políticos de izquierda tradicional o de derecha liberal que critican y combaten las políticas identitarias, desde la redefinición de hombre y mujer, hasta las cuotas étnico-sexuales, los pronombres cambiados ("elles", el femenino genérico, "los y les camaradas")... pero Eberstadt considera que no conseguirán nada porque no están dispuestos a combatir la causa de fondo: la Revolución Sexual.

"La política identitaria no es tanto política como un grito primigenio, es el resultado de la Gran Dispersión, una dispersión familiar sin precedentes que lleva ya 60 años y parece imparable", escribe.

Mientras no se combatan los males de la Revolución sexual, seguirán rompiéndose familias, niños y niñas solos y heridos crecerán dañándose unos a otros, los coyotes, asustados e histéricos sin su familia, seguirán aullando desesperados y mordiendo a quien se les acerque.

Fuente: Religión en Libertad

lunes, 10 de agosto de 2020

Para momentos de bajón... diez pasajes de la Biblia que levantan del desánimo y te dan certezas

¿Qué  palabras pueden consolarnos más que las que Dios mismo nos ofrece? Foto: Cathopic.com

Léelos tranquila y devotamente y las nubes se disiparán, dice el padre Broom 

Para momentos de bajón... diez pasajes de la Biblia que levantan del desánimo y te dan certezas

¿Qué  palabras pueden consolarnos más que las que Dios mismo nos ofrece? Foto: Cathopic.com

"Nuestro estado interior puede compararse al tiempo atmosférico: un cambio constante", dice el padre Ed Broom, de los Oblatos de la Virgen María, a quien en su parroquia californiana de San Pedro Chanel, en Hawaiian Gardens, conocen cariñosamente como el Padre Escobita. Tras estudiar siete años en Roma, fue ordenado sacerdote por Juan Pablo II en 1986 y es un experto, teórico y práctico, en espiritualidad ignaciana. En alguna ocasión hemos recogido en ReL sus consejos, por ejemplo sobre la pureza, sobre cómo "controlar la lengua" o sobre diversas formas de consagrarse a la Virgen María.



Esos cambios temperamentales que nos hacen ver hoy la vida color de rosa y mañana solamente en tonos grises, cuando no negros, son abordados por los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. En el párrafo 317 (regla cuarta de discernimiento) define esos momentos de "desolación espiritual" como "oscuridad del ánima, turbación en ella, moción a las cosas bajas y terrenas, inquietud de varias agitaciones y tentaciones, moviendo a infidencia, sin esperanza, sin amor, hallándose toda perezosa, tibia, triste y como separada de su Criador y Señor".

¿Cómo salir de ese estado? El padre Broom propone en su blog diez pasajes de las Sagradas Escrituras "para cuando las nubes bajan, la lluvia te golpea y sientes que estás en un túnel largo, oscuro y húmedo que no parece tener salida". 

"Nunca lo olvides", dice: "Con la ayuda de Dios podemos salir y escapar de las situaciones más desoladoras, tristes y desesperantes. Que la Palabra de Dios sea tu luz, tu apoyo, tu fortaleza y tu fundamento".

1. "El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término" (Salmo 23).

"Reza despacio devotamente el más célebre salmo de la Biblia: una vez, dos veces, tantas veces como quieras, comenzando por las palabras: 'El Señor es mi pastor, nada me falta'. ¡El Señor hará que brille la luz en tu oscuridad!"

2. "Sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos" (Mt 28, 20).

"Son las últimas palabras del Señor Jesús en la tierra antes de ascender a los Cielos para sentarse a la derecha de Dios Padre. Cuando estamos desolados, sentimos que estamos solos; que nadie está ahí para mí; que nadie se preocupa por mí. ¡No es así! El Señor prometió estar con nosotros siempre, incluso hasta el fin del mundo".

3. "No tengáis miedo" (Mt 14, 27), "No temáis" (Mt 28, 10).

"Una y otra vez, Jesús le recuerda a los Apóstoles y a nosotros que no tengamos miedo, sino que confiemos, que pongamos toda nuestra confianza en Él. Además de estas consoladoras palabras de Jesús, están las palabras que Jesús le dijo a Santa Faustina que pintase en la imagen de la Divina Misericordia: 'Jesús, en Ti confío'. Que el Señor haga desaparecer tus miedos si confías completamente en su Amor, su Presencia y su Amistad".

4. "Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera" (Mt 11, 28-30).

"Repite devotamente estas palabras y el peso de tus penas, la carga de tu cruz y la oscuridad de tu pesadumbre y tu desolación se disiparán como se esfuma una nube ante la luz del sol".

5. "Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?" (Rom 8, 31)

"Estas breves palabras tienen el poder de aliviar las cruces más pesadas, por la sencilla razón de que sabemos que el Señor es quien manda y Él puede hacer lo que quiera. Cualquier cosa que el Señor haga siempre es para nuestro bien, para nuestro progreso espiritual y para la salvación de nuestra alma inmortal".

6. "Para Dios nada hay imposible" (Lc 1, 37).

"Estas breves palabras fueron dirigidas a la Santísima Virgen María por el Arcángel San Gabriel, referidas a la concepción virginal de Jesús en el vientre de María. Hundidos en la nube densa de la desolación, creemos que estamos perdidos y que nada puede librarnos de ese horrible estado interior. ¡Es justo al revés! La Palabra de Dios nos recuerda que absolutamente nada es imposible para Dios. Él puede mover las montañas más altas de nuestro desánimo y nuestra desolación es una décima de segundo si confiamos en Él".

7. "Descargad en él todo vuestro agobio, porque él cuida de vosotros" (I Ped 5, 7).

"Una vez más, solo unas pocas palabras nos ofrecen una consolación y una fuerza infinitas. El Señor nos manda que descarguemos, que nos despojemos de lastre, que nos liberemos del peso del desánimo que nos aplasta. Dáselo todo al Señor Jesús y Él resolverá los escenarios más difíciles y complicados".

8. "El Señor me ha enviado para proclamar la amnistía a los cautivos" (Is 61, 1), "[Jesús lee a Isaías en la sinagoga:] El Espíritu del Señor me ha enviado a proclamar a los cautivos la libertad" (Lc 4, 18).

"Jesús citó este pasaje del Shakespeare de la Biblia (el profeta Isaías) en los inicios de Su predicación. Cuando estamos en desolación o desánimo, podemos sentirnos como atados, como encadenados, como con grilletes, como si fuéramos esclavos reales de nuestro estado interior de oscuridad. Jesús el Salvador, el Redentor, el Liberador, puede aplastar y destruir nuestro estado de esclavitud interior, en el que con frecuencia consiste nuestro desánimo. Siempre podemos rezar: ¡'Líbrame, Señor; Señor, libérame; rompe, Señor, las cadenas que me esclavizan!'".

9. "No andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad sobre todo el reino de Dios y su justicia; y todo esto se os dará por añadidura" (Mt 6, 31-33).

"Buena parte de nuestra desolación y desánimo proviene de una falta de confianza en Dios y de una inquietud inútil e innecesaria. Estas palabras de Jesús, confortadoras, consoladoras y estimulantes, pueden devolverte al camino recto de confiar en Su amor y en el plan de la Divina Providencia para tu vida".

10. "Alégrate [María], llena de gracia, el Señor está contigo" (Lc 1, 28).

"Estas palabras del Ave María que vienen del Arcángel Gabriel pueden ser poderosísimas en medio de las noches oscuras, de los túneles negros, de las tempestades interiores que todos experimentamos. Reza pausadamente y con confianza y esperanza el Ave María, y María, que es verdaderamente 'vida, dulzura y esperanza nuestra' (Salve), acudirá presta a rescatarnos y llevarnos al Sagrado Corazón de Jesús, nuestro verdadero refugio en nuestras tribulaciones, aflicciones y desolaciones más profundas".

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"¡Pido a Dios, y es mi más firme esperanza", concluye el padre Broom, "que cuando estés atravesando ese tiempo doloroso y difícil de la desolación y el desánimo, la lectura silenciosa, tranquila, confiada y devota de estos pasajes bíblicos disipará de tu corazón esas nubes densas, y experimentarás y sentirás la luz y el calor del amor infinito de Dios y el abrazo tierno de María!"

Fuente: Religión en Libertad